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H.

TRIBUNAL COLEGIADO DEL DECIMO NOVENO CIRCUITO


CIUDAD VICTORIA, TAM.
PRESENTE

LIC. EDGAR CRUZ REYES, mexicano, mayor de edad,


soltero, parte actora en el juicio principal y natural que nos ocupa; en el entendido que tal
personalidad, bajo protesta de decir verdad, la tengo debidamente reconocida ante la
responsable, suplicando que por ello, también me sea reconocida por esa H. Autoridad;
señalando como domicilio para oír y recibir notificaciones en el lugar de residencia de ese
H. Tribunal Colegiado, el ubicado en calle dos ceros, número 243, entre Juárez y Zaragoza,
de la colonia Miguel Hidalgo, en Ciudad Victoria, Tamaulipas, Código Postal 87090;
autorizando para recibirlas indistintamente a los Licenciados Ángel Emir Ascencio
Ramírez y/o Jorge Ricardo Cruz Reyes, en términos de los artículos 12 y 24 párrafo
segundo de la Ley de Amparo; ante Ustedes, con el debido respeto, comparezco y expongo:

Vengo a solicitar el Amparo y Protección de la Justicia


Federal, contra actos de las Autoridades que a continuación se enumeran y, para ajustarme
a los preceptos legales que rigen el presente Juicio de Garantías, manifiesto:

NOMBRE Y DOMICILIO DEL QUEJOSO:- El


compareciente con domicilio en calle dos ceros, número 243, entre Juárez y Zaragoza, de la
colonia Miguel Hidalgo, en Ciudad Victoria, Tamaulipas, Código Postal 87090.

NOMBRE Y DOMICILIO DEL TERCERO


PERJUDICADO:- Tienen tal carácter los C. C. ALFREDO DOMINGUEZ REYES,
MARIA DEL ROSARIO RANGEL SAENZ, CONSTRUCCIONES ARYVE S.A. DE
C.V., FERNANDA VELA ARAGON, INSTITUTO TAMAULIPECO DE LA
VIVIENDA Y URBANIZACION, REGISTRO PÚBLICO DE LA PROPIEDAD Y
DEL COMERCIO EN TAMPICO, TAMAULIPAS, Licenciado IGNACIO
MORALES PERALES, Notario Público número 4, en ejercicio en Tampico,
Tamaulipas, Licenciado LEONARDO CORONA FERNANDEZ Notario Público
número 113, con ejercicio en Tampico.

AUTORIDADES RESPONSABLES:- Señalo como tal a la


Segunda Sala Colegiada en Materia Civil y Familiar del H. Supremo Tribunal de Justicia en
el Estado, con domicilio bien conocido en el Palacio de Justicia en esta localidad. Como
ejecutora al Juez Primero de Primera Instancia de lo Civil, del Segundo Distrito Judicial
con residencia ampliamente conocida en Altamira, Tamaulipas.

FECHA DE LA NOTIFICACION DE LA
EJECUTORIA: El día 20 de mayo de 2022.
ACTO RECLAMADO:- De la Segunda Sala Colegiada en
Materia Civil y Familiar del H. Supremo Tribunal de Justicia en el Estado, reclamo la
Resolución número 151, dictada con fecha 19 de mayo de 2022, dentro del Toca número
83/2022, integrado con motivo del Recurso de Apelación interpuesto por el compareciente
en contra la sentencia definitiva de fecha 12 de mayo de 2021, dictada dentro del
expediente número 631/2006, relativo al Juicio Ordinario Civil sobre Acción de Nulidad
Absoluta de Escrituras y Plenaria de Posesión, radicado en el Juzgado Primero de Primera
Instancia de lo Civil, del Segundo Distrito Judicial con residencia en Altamira, Tamaulipas,
promovido por el compareciente en contra de los C. C. ALFREDO DOMINGUEZ
REYES, MARIA DEL ROSARIO RANGEL SAENZ, CONSTRUCCIONES ARYVE
S.A. DE C.V., FERNANDA VELA ARAGON, INSTITUTO TAMAULIPECO DE LA
VIVIENDA Y URBANIZACION, REGISTRO PÚBLICO DE LA PROPIEDAD Y
DEL COMERCIO EN TAMPICO, TAMAULIPAS, Licenciado IGNACIO
MORALES PERALES, Notario Público número 4, en ejercicio en Tampico,
Tamaulipas, Licenciado LEONARDO CORONA FERNANDEZ Notario Público
número 113, con ejercicio en Tampico. Del Juez Primero de lo Civil del Segundo Distrito
Judicial en el Estado, reclamo la ejecución de la resolución en comento.

FUNDAMENTO DE LA DEMANDA DE GARANTIAS:-


Artículos 103, fracción I, 107, fracción V, inciso c), de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos; 170, 171, 174, 175, 178, 179, 181, 183, de la Ley de Amparo;
37, fracción I, inciso c) y 145, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.

GARANTIAS INDIVIDUALES VIOLADAS:- Los actos


reclamados conculcan en perjuicio de mis representadas las garantías que consagran los
artículos 14, 16 y 17 de la Constitución Federal de la República.

Artículo 14.- “”” Nadie podrá ser privado de la vida, de la libertad o de sus propiedades,
posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los Tribunales previamente
establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y conforme a
las leyes expedidas con anterioridad al hecho... En los juicios del orden civil, la sentencia
definitiva deberá ser conforme a la letra o a la interpretación jurídica de la ley, y a falta de
ésta se fundará en los principios generales del derecho.”””

Artículo 16.- “”” Nadie puede ser molestado en su persona, familia, papeles y posesiones, sino
en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa
legal del procedimiento...”””

Artículo 17. “”” Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para
reclamar su derecho.

Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para
impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta,
completa e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas
judiciales.”””
CONCEPTO DE VIOLACIÓN:-

UNICO.- Se transgreden en perjuicio de mi representada los


artículos 1°, 2°, 7°, 45, 105, 109, 112, 113, 115, 118, 226, 227, 273, 324, 325, 329, 333,
334, 392, 397, 398, 402, y relativos al Código de Procedimientos Civiles en el Estado; 2º,
110 fracción V, 113 de la Ley del Notariado para el Estado de Tamaulipas. La resolución
que constituye el acto reclamado, viola en mi perjuicio el requisito de congruencia que debe
contener en toda sentencia emitida por una autoridad, que se traduce en el deber que tiene
la Sala responsable de pronunciar su fallo con base exclusivamente en todos y cada uno de
los agravios planteados en el recurso ordinario de apelación.

Con todo respeto, pero no se comparte la opinión vertida por


la Sala responsable por lo siguiente:

No se comparte con lo vertido por el ad quem, ya que como se


insiste, no se aborda lo conducente a la ejecutoriedad de la primera sentencia que le otorga la
propiedad a mi poderdante, por lo que se encuentra legitimado para incoar la presente acción de
Nulidad Absoluta e Inexistencia de Escrituras pues los codemandados con base en ellas han
despojado a nuestro mandante del derecho real de propiedad que tiene, por lo tanto, considero que
se encuentran legitimadas para invocar la nulidad y sus consecuencias jurídicas plasmadas en la
presente demanda.

He de nueva cuenta mencionar, que con fecha 04 de octubre de


2005, nuestro poderdante compareció ante el Juzgado Tercero de lo Familiar a fin de promover
Juicio Sucesorio Intestamentario a bienes de Carlos Martínez Ríos y/o Ernesto Carlos Martínez
Ríos, quedando debidamente radicado bajo el número de expediente 962/2005. El cual, una vez
seguido por sus demás etapas procesales, mediante resolución correspondiente a la Primera Sección
del Juicio Sucesorio, de fecha 09 de diciembre de 2005, se decretó como universal heredero al C.
Jesús Héctor Martínez Matamoros.

Con motivo de lo anterior, el día 02 de enero de 2006, nuestro


poderdante se enteró de que mediante los juicios número 188/200 en el Juzgado Mixto de Primera
Instancia en Altamira, Tamaulipas, y 300/2001 en el Juzgado Mixto de Primera Instancia en
Altamira, Tamaulipas, el C. Alfredo Domínguez Reyes, procedió a adjudicarse en primera instancia
el predio rústico con una superficie de 46-97-04 Hectáreas con las siguientes medidas y
colindancias:

AL NORTE: En 405.65 metros, con propiedad de Margarito


Hernández;
AL SUR: En 288.67 metro con propiedad de Raúl Aguilar Silva;
AL ESTE: En 1,389.1 metros, con Golfo de México;
AL OESTE: En 1,464.78 con propiedad de la Sección Uno del
Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana.

En segunda instancia el predio rústico con una superficie de 185-


00-00 Hectáreas, con las siguientes medidas y colindancias:

AL NORTE: en 1500 metros con Margarito Hernández, antes


Merced González;
AL SUR: en 1200 metros con familia Aguilar Bustamante antes
Juan Castillo y Rafael Leal:
AL ESTE: en 1500 metros con Alfredo Domínguez Reyes antes
Golfo de México; y
AL OESTE: en 1250 metros con Ejido el Contadero y/o camino
Lomas del Real dentro del municipio de Altamira, Tamaulipas.

Predios que son uno solo, tal cual se precisaron y cuya


circunstancia de identidad fueron valoradas por Juez diverso que reconoció como válida dicha
situación legal e inmobiliaria.

Motivo por el cual, nuestro poderdante en fecha 09 de Enero del


2006, primeramente se presentó ante el Juzgado Noveno de Distrito con residencia en Tampico,
Tamaulipas, a fin de solicitar el Amparo y Protección de la Justicia Federal a través de Amparo
Indirecto, el cual quedó radicado bajo el número de expediente 22/2016 en el Juzgado Noveno de
Distrito en el Estado de Tamaulipas. En el cual, entre otras cosas señaló como Autoridades
Responsables, al C. Juez Sexto de Primera Instancia del Ramo Civil, en Altamira, Tamaulipas, así
como al Director del Registro Público de la Propiedad y del Comercio, en Ciudad Victoria
Tamaulipas; y como Tercero Perjudicado al C. Alfredo Domínguez Reyes.

Señaló como actos reclamados los siguientes:

A.- De la Autoridad Responsable Juez Sexto de Primera Instancia


del Ramo Civil, en Altamira, Tamaulipas, todo lo actuado dentro de la Jurisdicción Voluntaria
sobre Información Ad Perpetuam, radicado bajo el expediente número 188/2000, promovida por
Alfredo Domínguez Reyes, por falta de citación a la sucesión legítima que en aquel momento
representaba mi poderdante, no obstante que el autor de dicha sucesión era el legítimo propietario
del inmueble objeto de dicho procedimiento y;

B.- Del Registro Público de la Propiedad y del Comercio, la


inscripción de la protocolización de las citadas diligencias de la Jurisdicción Voluntaria, con las
siguientes datos de registro: Sección IV, número 1023, Legajo 21, municipio de Altamira
Tamaulipas, de fecha 7 de abril de 2000, a nombre de Alfredo Domínguez reyes, así como todas las
inscripciones derivadas a dicha escritura.

De la misma manera se señaló como CONCEPTO DE


VIOLACION, la transgresión a los derechos públicos subjetivos tutelados a favor de mi poderdante,
por el artículo 14 de la Carta Magna, por que como réferi no lo citaron a la Jurisdicción Voluntaria
de origen, transgrediendo además el artículo 876 del Código de Procedimientos Civiles para el
Estado de Tamaulipas.

Cabe resaltar que el autor de la sucesión, Carlos o Ernesto Carlos


Martínez Ríos, era propietario de dos predios rústicos contiguos, ubicados en el municipio de
Altamira, Tamaulipas, que juntos sumaban 222.85 hectáreas.

Una de 185.625 hectáreas, colindando AL NORTE; en 1,500


metros con Merced González, AL SUR; en 1,200 metros con Juan Castillo y Rafael Leal, AL
ORIENTE; en 1,500 metros con el Golfo de México; y AL PONIENTE; en 1,250 metros con el
camino a Lomas de Real, Situado en el Punto llamado “Salinitas”.

Y en cuanto al segundo con una superficie de 37.225 hectáreas,


colindando AL NORTE; en 1,489 metros con la prolongación de la propiedad de Crescencio
Arteaga, AL SUR; en la misma medida con la sucesión de Pedo Requena, AL ORIENTE; en 250
metros con el Golfo de México y AL PONIENTE; en igual medida con el camino a Lomas del Real
ubicado en el lugar denominado “Salinitas”.

Una vez seguido las etapas procesales del juicio de garantías, en


fecha 26 de Marzo del 2008, mediante revisión del juicio de garantías 22/2006, con número de
amparo en revisión 42/2008-1 CIVIL, el Primer Tribunal Colegiado en Materias Administrativas y
Civil del Decimonoveno Circuito, RESUELVE, en el Primer punto, se revocaba la sentencias
recurrida del amparo 22/2016, ordenándose en el punto segundo reponer el procedimiento en el
juicio de garantías 22/20016 del Juzgado Noveno de Distrito en el Estado, promovido por la
Sucesión Intestamentaria a bienes de Carlos Martínez Ríos, por conducto de su albacea Jesús
Héctor Martínez matamoros.

Una vez repuesto el procedimiento y siguiéndolo por sus demás


etapas procesales, ese Juzgado de Distrito tuvo a bien llevar a cabo la Audiencia Constitucional en
fecha 20 de enero de 2009, en el cual RESUELVE: en su punto ÚNICO: La Justicia de la Unión
Ampara y Protege a la Sucesión intestamentaria a bienes de Carlos Martínez Ríos, por conducto de
su albacea Jesús Héctor Martínez Matamoros, contra los actos que reclama del Juez Sexto de
Primera Instancia de lo Civil, con residencia en Altamira, Tamaulipas, en los términos y para los
efectos precisados en el último considerando de esta resolución; concesión que se hace extensiva al
acto de ejecución que se reclamó del Director del Registro Público de la Propiedad y del Comercio,
por no reclamarse por vicios propios. Motivo por el cual, en fecha 11 de agosto de 2009, de
conformidad a lo establecido en el artículo 356 fracción II del Código Federal de Procedimientos
Civiles de aplicación supletoria a la Ley de Amparo se declara que la Sentencia dictada en dicho
asunto había causado ejecutoria, ordenando el cumplimiento respectivo.

El día 17 de agosto del 2009 se ordena en autos del Amparo


Indirecto 22/2006, radicado en el Juzgado Noveno de Distrito, remitir copia certificada del proveído
de 23 de agosto del dos mil 2009 emitido en los autos del expediente de Jurisdicción Voluntaria
sobre Información Ad perpetuam 188/2000, auto en el cual se advierte, que en atención a los
lineamientos de la sentencia de amparo dictada, el Juez local responsable a través del acuerdo de
referencia, DEJÓ INSUBSISTENTE todas las actuaciones judiciales practicadas en la Jurisdicción
Voluntaria antes mencionada, incluyendo la Resolución de 24 de marzo del 2002, y en
consecuencia la Escritura Pública No. 303, Volumen Séptimo, de fecha 06 de abril de 2000,
expedida por el C. LIC. SERGIO CASTILLO PADILLA, Notario Público No. 278, con ejercicio en
Altamira, Tamaulipas, que contiene la protocolización del juicio respectivo, cuyos datos de
inscripción ante el Registro Público de la Propiedad y del Comercio, se encontraban en la Sección
IV, Número 1023, Legajo 21, del municipio de Altamira, Tamaulipas, de fecha diecisiete de abril
del 2000, los cuales también fueron cancelados.

Por otro lado, misma suerte corrió la protocolización del expediente


300/2001 radicado en el Juzgado Mixto de Primera Instancia en Altamira, Tamaulipas, derivado del
Juicio Ordinario Civil sobre Prescripción Adquisitiva promovido por Alfredo Domínguez Reyes en
contra del C. Jesús Héctor Martínez Ríos en su carácter de Apoderado General del C. Ernesto
Carlos Martínez Ríos, el cual a través del juicio de garantías 15/2006 radicado en el Juzgado
Noveno de Distrito, dejó sin efecto todas las actuaciones derivadas de dicho juicio incluyendo la
protocolización relativa a las 46-97-04 hectáreas, las cuales estaban inscritas bajo la Sección IV,
con Número de Inscripción 3002, Legajo 61, de fecha 05 de diciembre del año 2000, del municipio
de Altamira, Tamaulipas.

Por lo que en consecuencia, en todos aquellos movimientos


notariales en los cuales se viera inmerso las escrituras de ambos expedientes carecen de
legitimación alguna, ya que quienes comparecen como supuestos propietarios fueron relevados de
tal carácter, siendo devuelto dicha circunstancia a favor del C. Jesús Héctor Martínez Matamoros,
primero como representante de la sucesión a bienes de Carlos Ernesto Martínez Ríos y/o Carlos
Martínez Ríos y posteriormente como legítimo propietario, por lo que los posteriores movimientos
notariales carecen del consentimiento del legítimo propietario para enajenar las fracciones de
terreno que fueron vendidas con posterioridad, encontrándonos ante un vicio del mismo y que
fundamenta la presente nulidad. Para mayor precisión he de citar el siguiente criterio jurisprudencial
que a la letra dice:

Época: Séptima Época, Registro: 252103, Instancia: Tribunales


Colegiados de Circuito, Tipo de Tesis: Jurisprudencia, Fuente: Semanario Judicial de la
Federación, Volumen 121-126, Sexta Parte, Materia(s): Común, Tesis:, Página: 280

ACTOS VICIADOS, FRUTOS DE. Si un acto o diligencia de la


autoridad está viciado y resulta inconstitucional, todos los actos derivados de él, o que se apoyen
en él, o que en alguna forma estén condicionados por él, resultan también inconstitucionales por su
origen, y los tribunales no deben darles valor legal, ya que de hacerlo, por una parte alentarían
prácticas viciosas, cuyos frutos serían aprovechables por quienes las realizan y, por otra parte, los
tribunales se harían en alguna forma partícipes de tal conducta irregular, al otorgar a tales actos
valor legal.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA


ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO.

Séptima Epoca, Sexta Parte:


Volumen 82, página 16. Amparo directo 504/75. Montacargas de
México, S.A. 8 de octubre de 1975. Unanimidad de votos Ponente: Guillermo Guzmán Orozco.

Volúmenes 121-126, página 246. Amparo directo 547/75. José


Cobo Gómez y Carlos González Blanquel. 20 de enero de 1976. Unanimidad de votos. La
publicación no menciona el nombre del ponente.

Volúmenes 121-126, página 246. Amparo directo 651/75.


Alfombras Mohawk de México, S.A. de C.V. 17 de febrero de 1976. Unanimidad de votos. La
publicación no menciona el nombre del ponente.

Volúmenes 121-126, página 246. Amparo directo 54/76. Productos


Metálicos de Baja California, S.A. 23 de marzo de 1976. Unanimidad de votos. La publicación no
menciona el nombre del ponente.

Volúmenes 121-126, página 14. Amparo directo 301/78.


Refaccionaria Maya, S.A. 18 de enero de 1979. Unanimidad de votos. La publicación no menciona
el nombre del ponente.

De manera paralela al Amparo Indirecto No. 22/2006 radicado en el


Juzgado Noveno de Distrito en el Estado, en fecha 10 de enero del 2006, se promovió juicio de
garantías promovido por C. JESUS HECTOR MARTINEZ MATAMOROS, en su carácter de
albacea de la Sucesión Intestamentaria a bienes de CARLOS MARTINEZ RIOS, radicada en el
mismo Juzgado de Distrito antes referido bajo el número de expediente 23/2006, en el cual se
señala como Acto Reclamado, todo lo actuado en el Juicio Sumario Civil Sobre Otorgamiento y
Firma de Escritura de propiedad relativo al expediente 52/2001, radicado en el Juzgado Sexto de
Primera instancia de lo Civil, en Altamira, Tamaulipas, por falta de emplazamiento, ya que a través
de dicho juicio el C. ALFREDO DOMINGUEZ REYES, logró que el Juez responsable procediera
al otorgamiento y firma de la escritura de la propiedad con una extensión de 185-00-00 hectáreas,
con las siguientes medidas y colindancias: AL NORTE; en 1,500 metros con MARGARITO
HERNANDEZ antes MERCED GONZALEZ, AL SUR; en 1,200 METROS CON Familia
AGUILAR BUSTAMANTE, antes JUAN CASTILLO Y RAFAEL LEAL, AL ESTE en 1,500
metros con el propio actor ALFREDO DOMINGUEZ REYES, antes GOLFO DE MEXICO, y AL
OESTE en 1,250 metros con camino a LOMAS DEL REAL y/o EJIDO EL CONTADERO,
quedando inscrita en el Registro Público de la Propiedad y del Comercio bajo la Sección IV,
Número 340, Legajo 6-007, del municipio de Altamira, Tamaulipas, de fecha 28 de mayo del 2001.

En fecha 20 de enero del 2009, en punto de las 09:00 horas con


veinte minutos, se celebró la audiencia constitucional en el juicio de garantías 23/2006 del Juzgado
Noveno de Distrito en Tampico, Tamaulipas, y en dicha audiencia se RESUELVE como punto
único, que LA JUSTICIA DE LA UNION AMPARA Y PROTEGE a la Sucesión Intestamentaria a
bienes de CARLOS MARTINEZ RIOS, por conducto de su albacea JESUS HECTOR
MARTINEZ MATAMOROS, contra los actos que reclamo el Juez Sexto de Primera Instancia de lo
Civil, con residencia en Altamira Tamaulipas, concesión que se hacía extensiva al acto de ejecución
que se reclamó del Director del Registro Público de la Propiedad y del Comercio, por no reclamarse
por vicios propios. Ordenándose cumplimentar dicha sentencia, haciendo extensivo sus efectos al
Juez responsable (actualmente Juez Sexto de Primera Instancia de lo Civil con residencia en
Altamira, Tamaulipas), así como al Registro Público de la Propiedad y del Comercio; el primero
para que dejara sin efecto las constancias que integran el sumario 52/2001 de dicho Juzgado Local,
incluso la sentencia y su respectiva ejecución, esto es, la cancelación de la Escritura Pública número
36, del Volumen 6, expedida por el Lic. Fernando Barrera González Notario Público Número 265,
con ejercicio en la Ciudad de Tampico, Tamaulipas; por cuanto hace al segundo, la cancelación de
la inscripción registrada bajo la Sección Cuarta, Número 340, Legajo 6-007, de fecha 28 de mayo
de 2001, de la ciudad de Altamira, Tamaulipas.

Esto es así, ya que a través de la sentencia de amparo se declaró


violatorio de garantías el acto reclamado, haciendo extensivo sus efectos a todas las acciones que
ejecutaron dicho acto reclamado y por ende los frutos que emanan del mismo, tal y como lo refiere
la siguiente jurisprudencia:

Época: Octava Época, Registro: 209878, Instancia: Tribunales


Colegiados de Circuito, Tipo de Tesis: Jurisprudencia, Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de
la Federación, Núm. 83, Noviembre de 1994, Materia(s): Común, Tesis: VI.2o. J/338, Página: 69

AUTORIDADES EJECUTORAS, ACTOS DE. NO


RECLAMADOS POR VICIOS PROPIOS. Si la sentencia de amparo, considera violatoria de
garantías una resolución, igual declaración debe hacerse respecto de los actos de autoridad que
pretendan ejecutarla, si no se reclaman, especialmente, vicios de tal ejecución.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL SEXTO CIRCUITO.

Amparo directo 306/89. Guadalupe Montaño Cahuatzi. 31 de


agosto de 1989. Unanimidad de votos. Ponente: José Galván Rojas. Secretario: Armando Cortés
Galván.

Amparo directo 310/89. Leovigildo Sánchez Espinoza y otra. 26 de


octubre de 1989. Unanimidad de votos. Ponente: José Galván Rojas. Secretario: Armando Cortés
Galván.

Amparo directo 373/89. Severiano Víctor Manuel Batalla


González. 17 de noviembre de 1989. Unanimidad de votos. Ponente: José Galván Rojas.
Secretario: Armando Cortés Galván.

Amparo en revisión 276/89. Samuel Mateo Olvera Ramírez. 17 de


noviembre de 1989. Unanimidad de votos. Ponente: José Galván Rojas. Secretario: Armando
Cortés Galván.

Amparo directo 161/94. Leobardo Rosas Pérez. 28 de septiembre


de 1994. Unanimidad de votos. Ponente: Humberto Cabrera Vázquez. Secretario: Enrique Baigts
Muñoz.
Es necesario precisar que el otorgamiento del Juicio de Garantías,
por cuanto hace al Amparo Indirecto 23/2006 radicado en el Juzgado Noveno de Distrito, se derivó
a que la demanda que dio origen al Juicio de Otorgamiento y Firma de Escritura, radicado en el
Juzgado Mixto de Primera Instancia Civil en Altamira, Tamaulipas, es ilegal. Dicha conclusión se
llega a que si bien es cierto se promovió el juicio respectivo en contra de Jesús Héctor Martínez
Ríos, en su carácter de apoderado general de Carlos Martínez Ríos, al tenor de un poder especial
que otorgó éste el 24 de noviembre de 1983 al entonces demandado, también lo es que tratándose de
juicios que versen sobre la transmisión de la propiedad de bienes sobre los que se ejerce el mandato,
debe ser llamado a juicio el titular de los mismos, puesto que dicho mandato de ninguna manera
significa que se transmita la propiedad del bien sobre el que se debe ejercer el mandato, ya que no
se está frente a un acto jurídico que implique el traslado de dominio de los bienes, sino que se trata
de un contrato que tiene por objeto la representación derivada de la confianza, en el que se delegan
facultades para ejercer derechos reales o personales que, finalmente, solo afectan a su otorgante y
que en la especie el ejercicio del mismo tiene como finalidad que el mandatario realice operaciones
de compraventa o celebre títulos y operaciones de crédito, pero de ninguna forma éste cede la
titularidad de los mismos. Los artículos 1880, 1895, 1896, 1897 y 1917 señalan lo siguiente:

“””…ARTÍCULO 1880.- El mandato es un contrato por el que el


mandatario se obliga a ejecutar por cuenta y a nombre del mandante, o sólo por su cuenta, los
actos jurídicos que éste le encargue.

ARTÍCULO 1895.- El mandatario, salvo convenio celebrado entre


él y el mandante, podrá desempeñar el mandato tratando en su propio nombre o en el del
mandante.

ARTÍCULO 1896.- Cuando el mandatario obra en su propio


nombre, el mandante no tiene acción contra las personas con quienes el mandatario ha contratado,
ni éstas tampoco contra el mandante.
En este caso, el mandatario es el obligado directamente en favor
de la persona con quien ha contratado, como si el asunto fuere personal suyo.
Lo dispuesto en este artículo se entiende sin perjuicio de las
acciones entre mandante y mandatario.
En el caso de los tres preceptos anteriores, el mandatario deberá
transferir al mandante los bienes o derechos que hubiere adquirido por su cuenta, y firmar los
documentos o contratos necesarios para que pueda el mandante ser titular de esos bienes o
derechos.

ARTÍCULO 1897.- El mandatario, en el desempeño de su encargo,


se sujetará a las instrucciones recibidas del mandante y en ningún caso podrá proceder contra
disposiciones expresas del mismo.

ARTÍCULO 1917.- Los actos que el mandatario practique a


nombre del mandante, pero traspasando los límites expresos del mandato, serán nulos, con
relación al mismo mandante, si no los ratifica tácita o expresamente…””””
Lo anterior permite concluir que en atención a la naturaleza y fines
del mandato, debe considerarse que como el mandatario obra en virtud y solo por virtud del poder
que el mandante le ha conferido, su ejecución tiene necesariamente que circunscribirse a los limites
señalados por el mandante, toda vez que en caso contrario no habría representación, sino que los
actos ejecutados por el mandatario vendrían en realidad a constituir un abuso o exceso en sus
funciones y por lo tanto serían nulos, de ahí que la interpretación del mandato ha de ser siempre
restrictiva, sin que, por tanto, puede ampliarse a casos distintos de los comprendidos en su texto,
porque de otro modo no se daría la sustitución real y efectiva de la voluntad del representado por las
declaraciones de su representante, sino que vendría a ser éste el que impusiese su voluntad al
representado, quedando así desnaturalizado el contrato.

En dicho orden de ideas, y al ser el mandatario una extensión de la


personalidad, ya que por su virtud la actividad del individuo, limitada en su ejercicio por las
imposiciones de su condición corpórea, se extiende dándole la ubicuidad que le permite realizar a
un mismo tiempo y en distinto espacio los diversos actos necesarios para la conservación y
desarrollo de su vida normal y jurídica; actos que, desde luego, no pueden ser otros que los que
conciernen a aquel individuo, y no los que atañen solamente al mandatario, puesto que lo contrario
el poder carecería sentido, en virtud de que sería absurdo que el mandante, sin tener interés alguno
en el acto cuyo cumplimiento fuera su objeto, le encargase al mandatario, único interesado, que lo
cumpliera, es evidente que tratándose de aquello que hubiese hecho el mandatario en ejercicio de un
poder irrevocable (como ocurre al caso en concreto), al surgir juicios derivados de dichas
actuaciones, necesariamente debe emplazarse directamente al mandante, habida cuenta, que si el
mandato se otorgó en un momento dado para otorgar escritura de compra-venta sobre el multicitado
inmueble que da origen al juicio de garantías y juicio sumario civil respectivo, y no para en su caso
comparecer en representación ante las instancias jurisdiccionales.

No obstante que en el caso concreto que ocupa, la demanda en ese


entonces de Otorgamiento y Firma de Escritura de propiedad que se reclamó a Jesús Héctor
Martínez Ríos, en su carácter de apoderado general de Carlos Martínez Ríos, se basó para ello en un
poder otorgado en fecha 24 de noviembre de 1983, presentado a juicio en fecha 03 de enero de
2001, quedando debidamente demostrado que el poderdante falleció el 11 de marzo de 1984, por lo
tanto, su representación cesó con la muerte de Carlos Martínez Ríos, conforme lo dispone la
fracción III del artículo 1930 del Código Civil para el Estado de Tamaulipas, el cual refiere que el
mandato termina por la muerte del mandante o mandatario, en situación de la especie, el primero de
los supuestos.

En situación de la especie, se cita la siguiente tesis:

Época: Octava Época, Registro: 221415, Instancia: Tribunales


Colegiados de Circuito, Tipo de Tesis: Aislada, Fuente: Semanario Judicial de la Federación,
Tomo VIII, Noviembre de 1991, Materia(s): Civil, Tesis: Página: 241

MANDATO JUDICIAL. NO PUEDE SERVIR DE BASE PARA


UNA ACCION QUE SE EJERCITA CUANDO YA FALLECIO EL MANDANTE. Si el mandato
exhibido en un juicio de desahucio por el apoderado del arrendador se ejerce con posterioridad a
la fecha en que falleció el mandante, conforme a lo dispuesto en el artículo 2600 del Código Civil
para el Distrito Federal, el mandato termina por la muerte del mandante, pero sólo en cuanto a la
administración de los bienes que integran la masa hereditaria el mandatario deberá continuar, en
sus funciones, hasta en tanto los herederos participen en una forma directa en los correspondientes
negocios; sin embargo, en el caso concreto si el mandato se ejerció en un procedimiento judicial,
con posterioridad a aquella fecha en que falleció el mandante, ante la destacada característica de
ese inicio de procedimiento no opera el razonamiento del tribunal de alzada de que el mandatario
está obligado a continuar con sus funciones, con el fin de no causar un perjuicio a la masa
hereditaria, pues se insiste ese ejercicio de mandato realizado, con posterioridad a la muerte de su
mandante provoca la nulidad de su proceder.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL


PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 4797/91. Gloria Mendoza. 26 de septiembre de


1991. Unanimidad de votos. Ponente: Manuel Ernesto Saloma Vera. Secretario: Vicente C.
Banderas Trigos.

De igual manera sirven de sustento los siguientes criterios


jurisprudenciales:

Época: Octava Época, Registro: 221575, Instancia: Tribunales


Colegiados de Circuito, Tipo de Tesis: Jurisprudencia, Fuente: Semanario Judicial de la
Federación, Tomo VIII, Octubre de 1991, Materia(s): Civil, Tesis: VI.1o. J/63, Página: 90

EMPLAZAMIENTO EN CASO DE MUERTE DEL


DEMANDADO. ES INCONSTITUCIONAL SI CUANDO AQUEL SE REALIZO LA
SUCESION CARECIA DE REPRESENTANTE LEGAL. Cualquiera que sea la forma en que
aparezca como emplazado el demandado, si se demuestra que en la fecha de ese emplazamiento
dicha persona ya había fallecido, y su sucesión carecía de representante legal capacitado para
comparecer en juicio, procede conceder el amparo a la sucesión quejosa, porque la parte
demandada no estaba en condiciones de proveer a la defensa de sus intereses.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL SEXTO CIRCUITO.

Amparo en revisión 328/88. Micaela Ríos Velázquez. 18 de octubre


de 1988. Unanimidad de votos. Ponente: Carlos Gerardo Ramos Córdova. Secretario: Armando
Cortés Galván.

Amparo en revisión 327/88. Flora Jiménez González. 25 de octubre


de 1988. Unanimidad de votos. Ponente: Eric Roberto Santos Partido. Secretario: Miguel
Izaguirre Ojeda.

Amparo en revisión 358/88. Ezequiel Santos Duarte. 15 de


noviembre de 1988. Unanimidad de votos. Ponente: Carlos Gerardo Ramos Córdova. Secretario:
Armando Cortés Galván.
Amparo en revisión 359/88. Amparo Román Orea. 15 de
noviembre de 1988. Unanimidad de votos. Ponente: Carlos Gerardo Ramos Córdova. Secretario:
Armando Cortés Galván.

Amparo en revisión 354/91. Sucesión Intestamentaria a bienes de


Sixto Vázquez Meza. 29 de agosto de 1991. Unanimidad de votos. Ponente: Carlos Gerardo Ramos
Córdova. Secretaria: Ethel Lizette del Carmen Rodríguez Arcovedo.

Nota: Esta tesis también aparece publicada en la Gaceta del


Semanario Judicial de la Federación, 46, octubre de 1991, página 77.

Época: Novena Época, Registro: 171186, Instancia: Tribunales


Colegiados de Circuito, Tipo de Tesis: Aislada, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Tomo XXVI, Octubre de 2007, Materia(s): Civil, Tesis: IX.2o.43 C, Página: 3166

EMPLAZAMIENTO. ES ILEGAL SI AL MOMENTO DE


PRACTICARSE, YA HABÍA FALLECIDO EL MANDANTE Y EL MANDATARIO MOTU
PROPRIO ACUDE ANTE LA AUTORIDAD PARA QUE POR SU CONDUCTO LO LLEVE A
CABO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE SAN LUIS POTOSÍ). Si bien es cierto que en
términos del artículo 2425, fracción III, del Código Civil para el Estado de San Luis Potosí, el
mandato termina por la muerte del mandante, también lo es que el emplazamiento al juicio de
origen es ilegal, si al momento de practicarse ya había fallecido el mandante, y el mandatario motu
proprio acude ante la autoridad para que por su conducto se emplace a su mandante aun
conociendo la muerte de éste; sin que obste lo establecido por el artículo 2430 de la legislación en
consulta, en el sentido de que el mandatario debe continuar en la administración entretanto los
herederos proveen por sí mismos a los negocios, siempre que de lo contrario pueda resultar algún
perjuicio, pues el emplazamiento al juicio no constituye un acto urgente o necesario para procurar
la administración o conservación de los intereses de su mandante. En todo caso, si las partes
informan al Juez sobre la muerte del demandado, quedará a su decisión la designación de un
interventor en términos del artículo 686 del Código de Procedimientos Civiles vigente en el Estado,
si estima urgente la defensa de los intereses de la sucesión, o bien detener el emplazamiento hasta
en tanto tenga noticia de la persona que la represente.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL NOVENO CIRCUITO.

Amparo en revisión 158/2007. Josefina Reyna Reyna, su sucesión.


10 de julio de 2007. Unanimidad de votos. Ponente: Pedro Elías Soto Lara. Secretario: Gustavo
Almendárez García.

Por lo que en consecuencia, y al haberse emplazado al de cujus por


conducto de su supuesto apoderado, Jesús Héctor Martínez Ríos, el Juez de Distrito consideró que
el Juez responsable violó el artículo 14 Constitucional, toda vez que con independencia de que
Carlos Martínez Ríos, era el legítimo propietario del inmueble cuya escrituración se demandó en el
juicio sumario, éste había fallecido con anterioridad a la presentación de la demanda, por lo que
cualquier mandato que hubiera otorgado había terminado, y por lo tanto, no era posible demandarlo
por conducto de su apoderado, al tenor de un mandato que había cesado en sus facultades, por lo
que a fin de respetar la garantía de audiencia a que tiene derecho, dicha acción debió enderezarse en
contra de la sucesión intestamentaria o de quien legítimamente la representara en su momento,
siendo en este caso nuestro poderdante.

Motivo suficiente para que el Juzgador de Distrito ordenara dejar


insubsistentes todas las actuaciones practicadas dentro del expediente 52/2011, relativo al Juicio
Sumario Civil sobre Otorgamiento y Firma de Escritura de propiedad, sino que incluso agregó que
se dejaba sin efecto la sentencia y su ejecución en términos del artículo 80 de la Ley de Amparo
Vigente en ese momento, así como en los artículos 103 y 107 Constitucionales, debiendo restituir la
posesión del inmueble multicitado (185-00-00 hectáreas) ya que dicha consideración corresponde a
las consecuencias normativas que le son inherentes.

Época: Novena Época, Registro: 169079, Instancia: Tribunales


Colegiados de Circuito, Tipo de Tesis: Aislada, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Tomo XXVIII, Agosto de 2008, Materia(s): Civil, Tesis: I.3o.C.693 C, Página: 1167

NULIDAD DE COMPRAVENTA DE INMUEBLE. LA


RESTITUCIÓN ES UNA CONSECUENCIA NECESARIA; PERO LA PROPIEDAD DE LO
EDIFICADO O SU DESTRUCCIÓN DEPENDE DE LA BUENA O MALA FE DEL
PROPIETARIO. De la lectura armónica y sistemática de los artículos 895, 897, 900, 2224, 2226 y
2239 del Código Civil para el Distrito Federal se advierte que un acto jurídico es inexistente
cuando no concurren los elementos esenciales de consentimiento y objeto que puedan ser su
materia, por lo que no será susceptible de producir efecto jurídico alguno y cualesquiera
prestaciones que se hayan dado las partes, deben restituirse. Sobre esa premisa debe distinguirse
el caso en que se demanda por un tercero la nulidad del acto jurídico que versa sobre la
transmisión de la propiedad de un inmueble en el que se ha edificado, ya que aquella acción debe
corresponder a las consecuencias normativas que le son inherentes, porque el resultado será el
cabal reconocimiento del derecho de propiedad sobre el bien inmueble y el derecho a la posesión
del bien, lo que implica hacer suyo lo edificado. En estos casos, de acuerdo con el artículo 897 del
ordenamiento invocado, se confiere al propietario del bien inmueble sobre el que se edificó, un
derecho potestativo o de configuración jurídica que le permite optar entre hacer suya la obra con
pago de una indemnización por ser una condición legal para los efectos de la accesión, que se
retrotraen al momento de la incorporación; o pedir la demolición de la obra y la reposición de las
cosas a su estado primitivo a costa del edificador. Esa indemnización se da en los casos previstos
expresamente por la ley y se condiciona a que haya existido buena fe, como lo prevé el artículo 900
de dicho ordenamiento, pero si procedió de mala fe, sólo tendrá derecho de que se le pague el
valor de la renta o el precio del terreno. Entonces, la restitución del inmueble con lo edificado es
consecuencia de la sentencia que declara la nulidad absoluta, aunque las partes no lo hayan
pedido, por lo que debe tenerse como una consecuencia accesoria y dar la opción al dueño de que
haga suya la obra con pago de una previa indemnización al edificante de buena fe o condenar al
que edificó a pagarle el precio del terreno, para así destruir todos los efectos del acto declarado
nulo.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL


PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 334/2007. Armando Villegas Merino. 4 de octubre
de 2007. Unanimidad de votos. Ponente: Neófito López Ramos. Secretario: José Luis Evaristo
Villegas.

Ante tales circunstancias y al haber dejado sin efecto la escritura


primigenia de la cual se derivan los subsecuentes movimientos notariales, dan como motivo el
ejercicio de la presente acción de nulidad absoluta e inexistencia de escrituras, ello sustentado en el
hecho de la ausencia de voluntad del legítimo propietario que hace nulo e inexistente los actos
traslativos de dominio, así como en la ilicitud del objeto. Es así, ya que las escrituras que amparan
la supuesta propiedad de Alfredo Domínguez Reyes sobre los predios cuyas superficies son de 46-
97-04 Hectáreas y 185-06-25.00 Hectáreas, fueron declaradas nulos e inexistentes a través de los
amparos indirectos 15/2006, 22/2006 y 23/2006, por lo que los actos derivados del mismos carecen
de voluntad del legítimo propietario y por ende hace ilícito el objeto ya que el hoy demandado
enajena un bien que no es de su propiedad.

El Código Civil Vigente en el Estado de Tamaulipas refiere y


puntualiza lo anteriormente manifestado:

"Artículo 1257.- Para la existencia del contrato se requiere:

"I. Consentimiento;

"II. Objeto que pueda ser materia del contrato."

"Artículo 1258.- El contrato puede ser invalidado:

"I. Por incapacidad legal de las partes o de una de ellas;

"II. Por vicios del consentimiento;

"III. Porque su objeto, o su motivo o fin sea ilícito;

"IV. Porque el consentimiento no se haya manifestado en la forma


que la ley establece."

"Artículo 1294.- Son objeto de los contratos:

"I. El bien que el obligado debe dar;

"II. El hecho que el obligado debe hacer o no hacer."

"Artículo 1295.- El bien objeto del contrato debe: Existir en la


naturaleza; ser determinada o determinable en cuanto a su especie; y estar en el comercio."
"Artículo 1296.- Los bienes futuros pueden ser objeto de un
contrato. Sin embargo, no puede serlo la herencia de una persona viva, aun cuando ésta preste su
consentimiento."

"Artículo 1297.- El hecho positivo o negativo, objeto del contrato,


debe ser lícito y posible.”

“Artículo 1298.- Es imposible el hecho que no puede existir


porque es incompatible con una ley de la naturaleza o con una norma jurídica que debe regirlo
necesariamente y que constituya un obstáculo insuperable para su realización.”

“Artículo 1300.- Es ilícito el hecho que es contrario a las leyes de


orden público o a las buenas costumbres.”

“Artículo 1301.- El fin o motivo determinante de la voluntad de los


que contratan, tampoco debe ser contrario a las leyes de orden público, ni a las buenas
costumbres.”

"Artículo 1522.- La ilicitud en el objeto, en el fin o en la condición


del acto produce su nulidad absoluta, salvo que la ley expresamente declare que dicha nulidad será
relativa."

"Artículo 1528.- La nulidad por causa de error, dolo, violencia,


lesión o incapacidad, sólo puede invocarse por el que ha sufrido esos vicios de consentimiento, se
ha perjudicado por la lesión o es el incapaz."

“Artículo 1600.- Ninguno puede vender si no lo que es de su


propiedad.

“Artículo 1601.- La venta de bien ajeno es nula y el vendedor es


responsable de los daños y perjuicios si procede con dolo o mala fe, debiendo tenerse en cuenta lo
que se dispone en el título relativo al Registro Público para los adquirentes de buena fe.”

Es necesario destacar que para la validez de cualquier acto jurídico,


se requiere que reúnan ciertos requisitos sin los cuales pueden estar viciados de nulidad, ya sea
absoluta o relativa.

La nulidad relativa existe cuando el vicio contenido en el contrato


puede ser subsanable por las partes contratantes o por una tercera persona; y se habla de nulidad
absoluta cuando el vicio con que se dio vida jurídica al contrato es insubsanable por la naturaleza
misma de éste.

Asimismo, es pertinente señalar que el objetivo principal del


contrato de compraventa, es que el propietario de un bien transmita la legítima propiedad y el
dominio de éste al comprador. Situación que no acontece en el caso en concreto dada las
consideraciones vertidas en puntos anteriores.

Ahora bien, para que un contrato de compraventa sea válido, debe


reunir determinados requisitos o elementos esenciales, como son: el consentimiento de las partes, la
licitud en el objeto del contrato y la forma.

Por tanto, el objeto el objeto del contrato de compraventa es ilícito


atendiendo a las consideraciones vertidas en la sentencia de amparo 23/2006 del Juzgado Noveno
de Distrito, ello derivado ante la ausencia de voluntad del hoy legítimo propietario y en ese
entonces representación de la sucesión intestamentaria.

Por lo cual, dicho actos subsecuentes carecen de validez, ya que si


bien es cierto, los posteriores pudieron no tuvieron conocimiento de la ilicitud del bien, ya que no se
puede llegar al extremo de suponer que dicha ignorancia convalide el hecho de que el bien objeto de
la transacción esté viciado.

Razón por la cual Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de


la Nación, consideró que basta que el actor acredite el elemento objetivo consistente en la ilicitud de
la cosa objeto de la compraventa para que proceda la acción de nulidad, es decir, no se estima
necesario que el comprador demuestre que el vendedor tenía conocimiento de la ilicitud de dicho
objeto para la procedencia de la acción de nulidad, toda vez que este último elemento subjetivo,
solamente adquiere trascendencia para determinar si el vendedor, por haber actuado con dolo o
mala fe, debe responder por los daños y perjuicios causados al comprador.

Lo anterior, en virtud de que la ilicitud de la cosa objeto de la


compraventa, constituye un vicio en el contrato que no es susceptible de subsanarse por las partes
contratantes o por una tercera persona, por lo que dicho convenio está afectado de nulidad absoluta.

Ello es así, en atención a que el objetivo principal de este tipo de


contratos de compraventa, radica en que el propietario de un bien transmita la legítima propiedad y
dominio de éste al comprador.

En esa tesitura, si en la especie se presenta un contrato de


compraventa de un bien inmueble, el cual es ilícito por circunstancias propias o del documento que
ampara la propiedad, los actos jurídicos que se realicen con dicho bien deben ser nulos, pues se
presupone que el origen de dicho objeto no es lícito.

De tal suerte, si el vendedor del bien entrega al comprador un


objeto del cual no es dueño, se presenta la figura de la venta de la cosa ajena, toda vez que dicho
vendedor no puede transmitir la propiedad y el dominio legítimos sobre el bien objeto de la
transacción. Entonces, si dicho acto carece de validez, es de concluirse que procede la acción de
nulidad respecto del contrato de compraventa, sin que sea óbice a lo anterior que el vendedor no
haya tenido conocimiento de la ilicitud del bien, ya que no se puede llegar al extremo de suponer
que dicha ignorancia convalide el origen ilícito del bien objeto de la transacción, además de que el
mencionado elemento subjetivo sólo adquiere trascendencia para determinar si el vendedor, por
haber actuado con dolo o mala fe, debe responder por los daños o perjuicios causados al comprador.

Al caso en concreto, la Suprema Corte de Justicia ha sustentado lo


siguiente:

Época: Novena Época, Registro: 173943, Instancia: Primera Sala,


Tipo de Tesis: Jurisprudencia, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo
XXIV, Noviembre de 2006, Materia(s): Civil, Tesis: 1a./J. 67/2006, Página: 120

COMPRAVENTA. PARA QUE PROCEDA LA ACCIÓN DE


NULIDAD, EN RAZÓN DEL ORIGEN ILÍCITO DE LA COSA OBJETO DEL CONTRATO,
BASTA QUE EL ACTOR ACREDITE EL ELEMENTO OBJETIVO CONSISTENTE EN TAL
ILICITUD. Cuando el comprador intenta la acción de nulidad de un contrato de compraventa, en
razón del origen ilícito del objeto, basta que acredite el elemento objetivo consistente en tal ilicitud
para que proceda dicha acción, en virtud de que aquélla constituye un vicio no subsanable, lo cual
afecta al contrato de nulidad absoluta. Por ello, es innecesario acreditar el aspecto subjetivo merced
al cual se demuestre que el vendedor tenía o no conocimiento de esa circunstancia, ya que no puede
llegarse al extremo de suponer que dicha ignorancia convalide el origen ilícito del bien objeto de la
transacción, además de que el mencionado elemento subjetivo sólo adquiere trascendencia para
determinar si el vendedor, por haber actuado con dolo o mala fe, debe responder por los daños o
perjuicios causados al comprador.

Contradicción de tesis 20/2006-PS. Entre las sustentadas por el


Segundo Tribunal Colegiado del Noveno Circuito y el Segundo Tribunal Colegiado en Materia
Civil del Segundo Circuito. 20 de septiembre de 2006. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Olga
Sánchez Cordero de García Villegas. Ponente: Juan N. Silva Meza. Secretario: Luis Fernando
Angulo Jacobo.

Tesis de jurisprudencia 67/2006. Aprobada por la Primera Sala de


este Alto Tribunal, en sesión de fecha veintisiete de septiembre de dos mil seis.

Ahora bien, si bien es cierto, el Registro Público y sus inscripciones


operan de buena fe, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha establecido claramente a través
de la reiteración de la jurisprudencia con Registro 161933, que si se demuestra que fue falsificado el
poder con el que se ostentó el supuesto representante del dueño del bien materia de la controversia,
quedando de manifiesto que la operación tuvo como origen la comisión de un hecho delictuoso que
sirvió al supuesto representante para enajenar un bien que no era suyo. En efecto, tratándose de la
venta de cosa ajena la protección de la buena fe del tercero adquirente no es ilimitada, puesto que la
ley protege los derechos adquiridos por tercero de buena fe, a condición de que no se trate de
contratos gratuitos u otorgados con violación de la ley, y si bien dicha norma no aclara el alcance de
la expresión "actos o contratos que se ejecuten u otorguen violando la ley", este tribunal
considera que debe entenderse referida a las de interés público, como lo son las leyes penales, que
miran directamente a la defensa del conglomerado social y están por encima del interés privado e
incluso deben considerarse de mayor entidad que las que tienden a otorgar seguridad al tráfico
inmobiliario. En este sentido, si en un caso la compraventa de un inmueble fue celebrada mediando
la falsificación y uso de un documento falso, ya que el que se ostentó como representante del dueño
exhibió una escritura de poder falsa, es de concluirse que el tercer adquirente no puede invocar en
su favor la buena fe registral, sino que tal buena fe debe ceder ante el interés público que exige
evitar que los delitos se agoten hasta sus últimas consecuencias, como sucedería si se permitiese
convalidar la venta en las circunstancias apuntadas, por el solo efecto de la inscripción en el
registro. Luego, si la anulación del derecho del otorgante se debió a la falsificación del poder del
supuesto vendedor, es evidente que se está dentro del caso de excepción a que se refiere la última
parte del precepto antes citado, ya que la falsificación pugna con el interés público y aun con la ley
penal, según la cual un acto de esa naturaleza constituye un delito. Tiene aplicación el siguiente
criterio jurisprudencial:

Registro digital: 161933, Instancia: Tribunales Colegiados de


Circuito, Novena Época, Materias(s): Civil, Tesis: I.8o.C.303 C, Fuente: Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta. Tomo XXXIII, Mayo de 2011, página 1318, Tipo: Aislada

VENTA DE COSA AJENA. PROTECCIÓN DE LOS


TERCEROS ADQUIRENTES DE BUENA FE, NO ES ILIMITADA (Legislación del Distrito
Federal).

OCTAVO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL


PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 468/2010. Carlos Santos Ortiz y otra. 27 de


octubre de 2010. Unanimidad de votos. Ponente: Abraham S. Marcos Valdés. Secretaria: María
Teresa Lobo Sáenz.

No podemos dejar de lado, que si bien es cierto, el Juicio de


Amparo Indirecto no es la vía para declarar la nulidad de las actuaciones derivadas de dicha
Jurisdicción, lo cierto es también, que los efectos de la misma es de la de reparar contra todos
aquellos que intervinieron en el acto reclamado que dio origen al juicio de garantías. Esto es así ya
que de la lectura de la sentencia de amparo respecto al expediente 22/2006 y 23/2006, ambos del
Juzgado Noveno de Distrito en el Estado, tuvo a bien a dejar sin efecto todas las actuaciones
practicadas en la Jurisdicción Voluntaria multicitada, es decir, la sentencia, y los efectos de la
misma, como la escritura producida con motivo de la protocolización de dichas constancias.

Así también, es preciso señalar lo establecido en el artículo 77 de la


Ley de Amparo:

“””…Artículo 77. Los efectos de la concesión del amparo serán:


I. Cuando el acto reclamado sea de carácter positivo se
restituirá al quejo- so en el pleno goce del derecho violado, restableciendo las cosas al estado que
guardaban antes de la violación; y
II. Cuando el acto reclamado sea de carácter negativo o
implique una omisión, obligar a la autoridad responsable a respetar el derecho de que se trate y a
cumplir lo que el mismo exija…”””
Por lo que, ese Juzgado se encontraba obligado a dar amplitud a la
concesión del amparo y la protección federal otorgada en los amparos referidos, a ordenar que las
cosas regresen al estado que guardaban antes de la violación, sin embargo, a través de la sentencia
combatida no ocurre tal supuesto.

Así también, de acuerdo con la jurisprudencia de la Suprema Corte


de Justicia de la Nación, las leyes generales están jerárquicamente por encima de las leyes
expedidas por el Congreso de la Unión, lo que implica que la Ley de Amparo, está por encima de
las legislaciones locales, y, por tanto, debe concluirse que los tribunales de amparo están obligados
a ordenar, una vez que declaren probada una violación a derechos humanos, su reparación integral,
que debe comprender, conforme a las características del caso concreto, las medidas de restitución,
compensación, satisfacción y garantías de no repetición.

Debe tomarse en cuenta, además, que la reparación de las


violaciones a los derechos humanos constituye uno de los componentes esenciales del acceso a la
justicia, de acuerdo con lo establecido en la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación:

ACCESO A LA JUSTICIA. EL DEBER DE REPARAR A LAS


VÍCTIMAS DE VIOLACIONES DE DERECHOS HUMANOS ES UNA DE LAS FASES
IMPRESCINDIBLES DE DICHO DERECHO. La obligación de reparar a las víctimas cuando
se ha concluido que existe una violación a los derechos humanos de aquéllas es una de las fases
imprescindibles en el acceso a la justicia. Así pues, cuando existe una violación de derechos
humanos, el sistema de justicia debe ser capaz de reparar el daño realizado por parte de las
autoridades, e incluso dependiendo del tipo de violación de impulsar un cambio cultural. La
reparación ideal luego de una violación de derechos humanos es la entera restitución a la víctima
(restitutio in integrum), la cual consiste en restablecer la situación antes de la violación. No
obstante, ante la limitada posibilidad de que todas las violaciones de derechos humanos sean
reparadas en su totalidad por la naturaleza misma de algunas de ellas, la doctrina ha desarrollado
una amplia gama de reparaciones que intentan compensar a la víctima de violaciones de derechos
humanos mediante reparaciones pecuniarias y no pecuniarias. Las medidas no pecuniarias
también conocidas como reparaciones morales se clasifican en: a) restitución y rehabilitación; b)
satisfacción, y c) garantías de no repetición. La restitución busca, como su nombre lo indica,
restablecer la situación que existía antes de la violación, mientras que la rehabilitación propone
garantizar la salud de la víctima. La satisfacción tiene por objeto re- parar a la víctima con
medidas tendentes a la memoria, verdad y justicia. Las garantías de no repetición tienen la
finalidad de asegurar que no se repita una práctica violatoria, incluyendo ordenar acciones que
afectan las instituciones sociales, legales y políticas, así como las políticas públicas.

En consecuencia, si en un juicio de amparo se concluye que se


demostró la violación a algún derecho humano, deberá ordenarse la reparación integral de la
violación, por lo que el a quo solo tendría que hacer extensivo lo resuelto por los amparos
concedidos a mi representado, en aras de proteger su derecho humano a la propiedad.
Por lo expuesto, fundado y con apoyo además en los artículos
166, 167, 168 y relativos de la Ley de Amparo; A ESE H. TRIBUNAL COLEGIADO
DEL DECIMO NOVENO CIRCUITO, atenta y respetuosamente, pido se sirva:

PRIMERO: Tenerme por presentado en tiempo y forma con


el ocurso de cuenta, documentos y copias simples que me permito exhibir, demandando en
representación de mis mandantes, el Amparo y Protección de la Justicia Federal, contra los
actos de la Autoridad señalada en el cuerpo de este escrito.

SEGUNDO:- Con las copias simples de ley, mandar prevenir


a la autoridad señalada como responsable para que se sirva rendir su Informe Justificado
correspondiente; mande emplazar a los terceros perjudicados; y, en caso de no haber
inconveniente legal, remita los autos originales del Toca Civil 83/2022, origen del presente
Amparo, de conformidad con el artículo 178 de la Ley de la Materia.

TERCERO: Previa substanciación legal, declarar que la


Justicia de la Unión ampara y protege al señor Jesús Hector Martínez Matamoros, contra
el acto de la Autoridad señalada como Responsable, para los efectos consiguientes.

CUARTO: Autorizo para que en mi nombre y representación


oiga y reciba notificaciones a los señores Licenciados Ángel Emir Ascencio Ramírez y/o
Jorge Ricardo Cruz Reyes, en términos de los artículos 12 y 24 párrafo segundo de la Ley
de Amparo.

Ciudad Victoria, Tamaulipas a 09 de junio de 2022.

__________________________________
LIC. EDGAR CRUZ REYES

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