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La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su


abuela desalmada
Explotación y Prostitución infantil

La explotación infantil es la utilización de menores de edad por parte de


personas adultas, para fines económicos o similares, en actividades que
afectan a su desarrollo personal y emocional y al disfrute de sus derechos.
Es altamente perjudicial y su erradicación, un desafío mundial.

Formas
Niños y niñas son obligados a trabajar y les quitan los ingresos.
Niños y niñas realizan trabajos peligrosos o que ponen en riesgo su salud.
Los menores son víctimas de las mafias, sufren esclavitud, son obligados a
prostituirse o reclutados de manera forzosa para combatir en la guerra.

Causas
La pobreza en los hogares. Muchos de los niños y niñas que son víctimas
de la explotación infantil provienen de familias muy pobres que necesitan
más sueldos para subsistir.
La cultura. En algunas zonas de África como en Rep. Democrática del
Congo, Nigeria, Cierra Leona, Tanzania, Zimbabue se considera que, a
partir de los 10 años, los niños deben tener comportamientos de adulto y,
por lo tanto, casarse y trabajar.
El género. En algunos países del mundo las niñas son consideradas
inferiores y se las obliga a realizar tareas domésticas o a trabajar fuera de
casa, y, a la vez, se impide que acudan a la escuela.

Consecuencias de la explotación infantil

La perpetuación de la pobreza. La pobreza no solo es una causa de la


explotación infantil, sino que también es una consecuencia, porque los
niños y niñas al tener que trabajar, abandonan la escuela y no se forman
para acceder a trabajos mejores.
La salud de niños y niñas. Los menores que son explotados no se han
desarrollado del todo desde un punto de vista físico y psicológico y el
trabajo que realizan puede afectar de forma negativa a su salud, por
ejemplo, los niños y niñas que trabajan en minas en condiciones
insalubres, pueden sufrir problemas respiratorios.
Los efectos psicológicos. Un niño o niña que trabajan desde los 10 años o
antes, se ve obligados a madurar de forma prematura, sin poder jugar y
desarrollar las habilidades características de la infancia. Esto supone que
los niños y niñas afectados, en el largo plazo, puedan tener una
autoestima baja, problemas para adaptarse a la sociedad, etc.
En la novela pudimos observar que su tema principal trababa sobre la
explotación infantil.
Esto comienza mostrándonos a una niña huérfana la cual era mantenida
por su abuela. En toda la historia se muestra como la niña de tan solo 14
años realizaba distintos trabajos los cuales eran mandados por la anciana,
llegando a un punto excesivo y abusivo.

“(…)
-Aprovecha mañana para lavar también la alfombra de la sala -le dijo
a Eréndira-, que no ha visto el sol desde los tiempos del ruido.
-Sí, abuela -contestó la niña.
Cogió un abanico de plumas y empezó a abanicar a la matrona implacable
que le recitaba el código del orden nocturno mientras se hundía en el
sueño.
-Plancha toda la ropa antes de acostarte para que duermas con la
conciencia tranquila.
-Sí, abuela.
-Revisa bien los roperos, que en las noches de viento tienen más
hambre las polillas.
-Sí, abuela.
-Con el tiempo que te sobre sacas las flores al patio para que respiren.
-Sí, abuela.
-Y le pones su alimento al avestruz.
Se había dormido, pero siguió dando órdenes, (…)

Eréndira salió del cuarto sin hacer ruido e hizo los últimos oficios de la
noche, contestando siempre a
los mandatos de la abuela dormida.
-Le das de beber a las tumbas. -Sí, abuela.
-Antes de acostarte fíjate que todo quede en perfecto orden, pues las
cosas sufren mucho cuando no se les pone a dormir en su Puesto.
-Sí, abuela.
-Y si vienen los Amadises avísales que no entren -dijo la abuela-, que
las gavillas de Porfirio Galán los están esperando para matarlos (…)”

En esta cita textual se ejemplifica de manera específica como explotaban


a la niña, aunque ella se estuviese durmiendo por el poco descanso que
le daban, ella tenía que seguir con todas las labores que le encomendaba
la abuela.
“(…) Le desenredó el cabello hebra por hebra, se lo perfumó y se lo
peinó, le puso un vestido de flores
ecuatoriales, le empolvó la cara con harina de talco, le pintó los labios
con
carmín, las mejillas con colorete, los párpados con almizcle y las uñas
con
esmalte de nácar, y cuando la tuvo emperifollado como una muñeca más
grande que el tamaño humano la llevó a un jardín artificial de flores
sofocantes como las del vestido, la sentó en una poltrona que tenía el
fundamento y la alcurnia de un trono, y la dejó escuchando los discos
fugaces del gramófono de bocina. (…)”
Nuestra opinión sobre la explotación infantil es que es una lamentable
situación de vida que sufren los niños mayormente cuando son
huérfanos y quedan al cuidado de otro adulto que no tiene piedad y los
utiliza para su beneficio”
Podemos observar que en la actualidad esto disminuyo en comparación
al pasado, pero lamentablemente sigue existiendo. Definitivamente es
algo que tenemos que frenar y las formas que tenemos para eso son:
La firma de acuerdos internacionales que regulen la prohibición del
trabajo infantil y otras formas de explotación como el matrimonio forzoso
de niños y niñas.
Establecimiento por la normativa de una edad mínima para trabajar.
Favorecer el acceso a la educación gratuita y de calidad para todos los
niños y niñas.
Realizar acciones de sensibilización tanto en escuelas para niños y niñas,
como en talleres para adultos y profesorado.
Postitucion infantil
Concepto
Por prostitución infantil se entiende el uso de niños en actividades
sexuales a cambio de una remuneración o cualquier otro tipo de
retribución (por ejemplo, regalos, comida o vestimenta).

Causas de la prostitución infantil


Pobreza
La pobreza es la causa principal de la prostitución. A menudo, los padres
sienten la obligación de vender a sus hijos a proxenetas porque sus bajos
ingresos no alcanzan para cubrir las necesidades de su familia. La pobreza
también conduce al abandono.

Dinero
Comparado con el nivel de los salarios locales, la prostitución es una
actividad muy lucrativa.
En Kenia, por ejemplo, un encuentro sexual con una niña de menos de 16
años puede costar aproximadamente 20 euros. Sin embargo, los precios
pueden llegar a los 60 euros según el caso. Mientras tanto, un keniata
gana de media tan sólo cuatro euros al día.

Huérfanos
Las guerras, las catástrofes naturales y las epidemias de VIH/SIDA
contribuyen al aumento del número de huérfanos en el mundo cada año.
Por ser tan vulnerables, estos niños aceptan cualquier tipo de trabajo.
Trata infantil
Constantemente, y en todo el mundo, un gran número de niños son
secuestrados e integrados en redes de prostitución contra su voluntad.

Consecuencias en los niños


La prostitución infantil tiene efectos negativos sobre el futuro bienestar y
la salud mental del niño, dado que a menudo ellos mismos se convierten
en proxenetas.

El acceso a servicios
Los niños sometidos a explotación sexual no reciben educación. Sus
familias los rechazan y la sociedad los margina, por lo que no gozan de casi
ningún tipo de servicio médico y deben soportar condiciones de higiene
absolutamente deplorables.

La propagación del SIDA


La prostitución contribuye a la propagación del SIDA, ya que muchos
clientes se niegan a usar protección durante el encuentro sexual con el
niño. En consecuencia, estos quedan expuestos a contraer infecciones de
transmisión sexual.

Enfermedades físicas y psicológicas


En cuanto al daño físico, los niños pueden tener desgarros vaginales,
secuelas físicas (producto de torturas), dolores, infecciones o embarazos
no deseados.
Respecto al daño psicológico, los menores pueden presentar varios
síntomas; por ejemplo, depresión, confusión de la personalidad o de la
orientación sexual, problemas de conducta (agresividad o enojo),
problemas para dormir, pérdida de seguridad en sí mismos, desconfianza
u odio hacia los adultos.

En esta novela se puede mostrar el claro ejemplo sobre la prostitución


infantil, llevada a cabo por obra de la abuela desalmada la cual no dudo en
utilizar a tu nieta para que sea usada a cambio de bienes, servicios y
dinero.

(…) -No vale más de cien pesos -dijo el viudo.


La abuela se escandalizó.
- ¡Cien pesos por una criatura completamente nueva! -casi gritó-. No,
hombre, eso es mucho faltarle el respeto a la virtud.
-Hasta ciento cincuenta -dijo el viudo.
-La niña me ha hecho un daño de más de un millón de pesos -dijo la
abuela- (...)
-Suba siquiera hasta trescientos -dijo. -Doscientos cincuenta.
Al final se pusieron de acuerdo por doscientos veinte pesos en
efectivo y algunas cosas de comer. La abuela le indicó entonces a
Eréndira
que se fuera con el viudo (…)
A la primera tentativa del viudo
Eréndira gritó algo inaudible y trató de escapar. El viudo le contestó sin
voz,
le torció el brazo por la muñeca y la arrastró hacia la hamaca. Ella le
resistió
(…) Eréndira sucumbió entonces al terror, perdió el sentido, y se quedó
como fascinada
(…) mientras el viudo la desnudaba desgarrándole la ropa con
zarpazos espaciados, como arrancando hierba, desbaratándosela en
largas
tiras de colores que ondulaban como serpentinas y se iban con el viento.
Cuando no hubo en el pueblo ningún otro hombre que pudiera pagar
algo por el amor de Eréndira, la abuela se la llevó en un camión de carga
hacia los rumbos del contrabando. (…)”

Se puede apreciar el descaro e insensibilidad de la abuela, utilizando a


Eréndira como un objeto sexual sin sentimientos con la excusa de que ella
debía pagar su deuda.

“(…) Mientras controlaba el negocio, la


abuela contaba billetes en el regazo, los repartía en gavillas iguales y los
ordenaba dentro de un cesto. No había entonces más de doce soldados,
pero la fila de la tarde había crecido con clientes civiles. (…) Eréndira
quería hablar con la abuela. (…) La niña no podía reprimir el temblor del
cuerpo, estaba maltratada y sucia de sudor de soldados.
-Abuela -sollozó-, me estoy muriendo.
La abuela le tocó la frente, y al comprobar que no tenía fiebre, trató
de consolarla.
-Ya no faltan más de diez militares -dijo.
Eréndira rompió a llorar con unos chillidos de animal azorado. La
abuela supo entonces que había traspuesto los límites del horror, y
acariciándole la cabeza la ayudó a calmarse. (…)”

Luego de esta cita textual en la que se da el ejemplo de lo inhumano que


resultaba esto, llevando a la niña hasta el punto extremo de casi morir.

La prostitución infantil es una clara violación de los derechos humanos


fundamentales. Es escenario triste y espantoso que no debería existir ni
de último recurso

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