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Tentaciones 20 febrero, 2023 Mt 4, 1-11

0. TEXTO (leer los versículos enteros). “Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado
por el demonio. Después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, sintió hambre. Y el
tentador, acercándose, le dijo: “Si tú eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en
panes”. Jesús le respondió: “Está escrito: El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra
que sale de la boca de Dios”. Luego el demonio llevó a Jesús a la Ciudad santa y lo puso en la parte
más alta del Templo, diciéndole: “Si tú eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: Dios dará
órdenes a sus ángeles, y ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna
piedra” Jesús le respondió: “También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios”. El demonio lo llevó
luego a una montaña muy alta; desde allí le hizo ver todos los reinos del mundo con todo su
esplendor, y le dijo: “Te daré todo esto, si te postras para adorarme”. Jesús le respondió: “Retírate,
Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto”. Entonces el
demonio lo dejó, y unos ángeles se acercaron para servirlo.”

1. SITUACIÓN Toda persona está llamada a llevar adelante una misión en su vida, un camino que
recorrer. Habrá días de sol y de lluvia, viento a favor y en contra, ayudas y obstáculos. Va a estar
permanentemente expuesto a condiciones favorables y adversas y sometido a la tentación. En el caso
de Jesús, su misión es ser Hijo (lo que descubrió en el bautismo: “Tú eres mi hijo amado”). Por eso la
tentación es: “Si eres Hijo de Dios…” y Jesús responde desde Quien le sostiene, desde Quien le da
Vida. Jesús, lleno del Espíritu, es conducido al desierto. Y allí es tentado/puesto a prueba por Satanás.
El desierto es el lugar de la prueba, de la purificación de nuestros apegos. En el camino de la vida,
como en el desierto, vamos a sentir necesidades biológicas, de seguridad, estatus, casa, comida.
También necesidades de reconocimientos, de fama. Y necesidades de poder, es decir, de conseguir
que los otros hagan lo que yo quiero. ¿Cómo decidir poner en primer lugar ser hijo y por lo tanto lo
que nos hace hermanos antes que los apegos que nos salen espontáneamente? Recordaba el año
pasado que ahora que comenzamos un nuevo tiempo, ¿por qué no plantemos una cuaresma social-
laical? Xavier Casanovas escribía hace un tiempo: “Creo que nos convendría mucho una versión laica
de la Cuaresma. Así como la administración promueve y celebra el carnaval o las fallas, también
podría promover un tiempo en el que, como sociedad, de forma compartida y consensuada,
recordemos nuestra finitud y la de nuestro planeta, es decir un tiempo para celebrar la pausa o el
silencio”… Porque sobre todo se celebra el ruido, el exceso y no vaya a ser que estas celebraciones
acaben en algo impuesto como una fiesta sinsentido.

2. HACEMOS SILENCIO Podéis tener a mano los pasos del cómo hacer silencio copiados en una
hojita juntamente con el texto del evangelio a contemplar hoy. (Si necesitas los pasos para hacer
silencio detallados entra en: oración contemplativa).

3. ME HAGO PRESENTE: VER, OIR, GUSTAR… NOTA: Que los puntos suspensivos… sean el lugar
donde pararse y contemplar (gustar y sentir). Me sitúo en el desierto acompañando a Jesús y
deseando aprender con Él… es un tiempo de silencio, de intimidad, de vivir pruebas y pido poder
hacerlo yo a su modo… Me dice: “Ven, vamos a identificar la tentación en nuestras vidas”… es algo
muy importante… Voy con el deseo de darlo todo, de ganar en libertad… Me tomo mi tiempo…. En
los días de desierto, Jesús se topa con su apego a la seguridad, al hambre… Me confía lo que escucha
en su interior: “Si de veras eres Hijo de Dios, haz que esas piedras se conviertan en pan”… En mi caso
es el sueldo, el piso, las vacaciones, el descanso… pero Jesús no cede a la apetencia del momento.
Jesús se mantiene firme: “No sólo de pan vive el hombre”… Aprendo la firmeza y la resistencia…
Primero opta por la fraternidad… su seguridad queda en segundo lugar… Pido aprender a elegir a
vivir con convicción y firmeza… Aprendo… Pensando en la misión y en los medios para llevarla
adelante, Jesús me dice que le surge la tentación de conseguir que las personas acepten su mensaje y
se hagan de los suyos… Jesús me hace partícipe de su tentación, que es la mía: “Si te arrodillas y me
adoras, todo será tuyo”… es decir, si adoras el poder, las fake news, las calumnias, los medios de
control… serán tuyos… PERO me susurra: “Si amas algo dale libertad, si vuelve a ti será tuya, si no,
señal que nunca lo fue”… Pido empaparme de esa manera de ser y de hacer… ¿Cómo me siento?

4. JESÚS Y YO. ME SITÚO EN EL HOY Jesús me sigue contando otra tentación: “Siento apego a ser
importante para ellos… Si quieres que la gente te haga caso, haz realmente un acto espectacular.
Tírate del alero del templo, no te pasará nada porque los ángeles te llevarán en sus palmas… y
tendrás a todos a tus pies”… Un prestigio indiscutible, fuera de toda duda… Pido que ser también
capaz de librarme de este apego y decir lo que siento y pienso aunque me quede sólo… sostenido
únicamente por la confianza en el Dios de la Vida… Me tomo mi tiempo para saborearlo… Jesús
continua comentándome: “Os llegarán pensamientos de este estilo, ¿Ya sabes dónde te vas a meter,
si nadie te lo va a agradecer… total, qué vas a conseguir?”… Continua: “En esas situaciones, busca en
tu interior las experiencias que te dan confianza. Dios siempre está, aunque no le notes, el sol está,
aunque haya nubes”… Le pido la capacidad de afrontar mis miedos y mis conflictos con confianza…
¿Cómo me siento?… Le pido: “No nos dejes caer en la tentación”… Le compartimos alguna tabla de
entrenamientos para esta cuaresma: “Hacerme presente en algún espacio de silencio, oración
(parroquias abiertas para orar), incluso un espacio de silencio acompañado en Casas de cultura; un
día de mi sueldo para necesidades socio ambientales, un ayuno con otras religiones el día de viernes
santo”… Me mira con cariño… ¿A qué me anima su mirada? ¿Cómo me deja? Le pido creatividad y
fortaleza para iniciar una cuaresma vital y ganar en libertad…

5. COLOQUIO Lo hago recogiendo lo vivido en la oración… Le cuento lo que más me ha llegado… Lo


que parecía que iba para mí… Aquello con lo que más me he identificado… Un texto, una palabra,
una imagen… Y le pido algo… O le doy gracias… Y así termino, en el nombre del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo. Amén.

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