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1er ENCUENTRO

Las tentaciones de los discípulos-misioneros


Pasaje bíblico: Mc 1,12-15

Objetivo específico: Reconocer los miedos y la aridez que tengo, y que, como
auténticas tentaciones, me estorban para una vida nueva en Cristo, que me invita a
luchar contra la tentación del pecado.

NOTAS para el coordinador:


 Tomar en cuenta que hoy se tiene miedo a vivir los valores cristianos, a causa
del relativismo con el que se ve la vida en el que la verdad queda reducida a
criterios meramente subjetivos.
 La tentación que se tiene de hacer lo que la mayoría hace, de forma
irresponsable, que ha alterado el orden, por una espiritualidad del bienestar
personal que busca satisfacciones inmediatas y pasajeras, con el resultado de
erosionar la vida de muchos cristianos.
 Olvidamos que somos hermanos, y la violencia parece normal en todos los
campos de la vida, porque se ha rasgado el tejido social, que es la fuerza capaz
de brindar la convivencia que humaniza.

MATERIAL que se debe preparar:


 Elaborar 10 papeletas, con cartulina o cartón, a manera de cartas como las de la
lotería.
 Cada carta, lleva una de estas frases: DESIERTO, MIEDO, RELATIVISMO,
SUBJETIVISMO, VIOLENCIA, TEJIDO SOCIAL, DESHUMANIZACIÓN, ARIDEZ,
VALORES CRISTIANOS, ESPIRITUALIDAD.
 Al ponerlas frete al grupo, procurar que las letras no se vean, para hacer un
juego parecido al MEMORAMA.
 Se pueden formar dos grupos, para que un representante de cada grupo saque
una carta, y venga con los de su grupo a descifrar, entre todos, el significado y
las consecuencias de eso. El grupo que responda correctamente gana un punto.
 Quien coordina puede agregar preguntas para tener mayor claridad.

1. MOTIVACIÓN INICIAL
Nos hemos reunido para vivir este tiempo cuaresmal como preparación a celebrar
la Pascua, con la finalidad de redescubrir y renovar nuestra dignidad de bautizados,
al hacer de este grupo una presencia perseverante, que nos lleve a vivir la fe en
comunidad y con sentido misionero, provocar la participación de más miembros de
la comunidad. Sean, pues, bienvenidos a este tiempo de gracia, en su etapa
cuaresmal. Por eso les invito a cantar:

Juntos cantando la alegría

JUNTOS CANTANDO LA ALEGRÍA,


DE VERNOS UNIDOS EN LA FE Y EL AMOR;
JUNTOS SINTIENDO EN NUESTRAS VIDAS,
LA ALEGRE PRESENCIA DEL SEÑOR.

Somos la Iglesia peregrina que él fundó,


somos un pueblo que camina sin cesar;
entre cansancios y esperanzas hacia Dios,
nuestro amigo Jesús nos llevará.

JUNTOS CANTANDO LA ALEGRÍA…

Hay una fe que nos alumbra con su luz,


una esperanza que empapó nuestro esperar;
aunque la noche nos envuelva en su inquietud,
nuestro amigo Jesús, nos guiará.

JUNTOS CANTANDO LA ALEGRÍA…

2. ORACIÓN INICIAL

MOTIVACIÓN: En este tema vamos a tratar de las tentaciones, de Jesús y las


nuestras, vamos disponiendo nuestro corazón, para que la gracia de Dios destape
todos nuestros sentidos y su palabra nos abra a su voluntad, recitando juntos La
Magníficat, canto de María que describe la acción de Dios, en su persona:

Proclama mi alma la grandeza del Señor,


se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,


porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:


dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,


acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Amén.
Lc 1,46-55

DINÁMICA DE INTEGRACIÓN
 Formamos dos grupos con todos los asistentes. Y cada uno nombra a su
representante, para que pase a recoger una carta (Material que ya se preparó).
 Sólo los de su equipo la deben leer y, en voz baja, ayudarse todos a
responderla.
 Presentan su carta al otro equipo y dicen la respuesta.
 El equipo contrario, aprueba o desaprueba la respuesta. Y gana el que acertó.
 Sigue el otro equipo y hace el mismo procedimiento.

3. VER con los ojos del Padre

MOTIVACIÓN: Generalmente hacemos lectura pesimista de la vida, porque nos


fijamos en los males que nos llevan a perder la esperanza. Hoy les invito a ver las
dificultades como oportunidades de vida nueva, por lo que les invito a contestar lo
siguiente:

 ¿Qué retos nos está planteando el mundo de hoy?


 ¿En qué o en quién debe inspirarse la Iglesia para saber cómo responder a los
retos de hoy?
 ¿Qué rostro de Iglesia es el que hoy se valora más y en qué beneficia?
 ¿Qué acciones se están impulsando ante la deshumanización?

4. PENSAR con los criterios del Hijo

A la ESCUCHA de la PALABRA: Las tentaciones

El Evangelio del primer Domingo de Cuaresma en este año nos presenta la


narración conocida como “las tentaciones en el desierto”, del evangelio según san
Marcos. Es un pasaje breve pero denso en contenido. Tiene dos partes, la primera
en torno a las tentaciones, la segunda presenta el inicio de la actividad pública de
Jesús. En esta ocasión nos enfocaremos en la primera parte. Escuchemos
atentamente.

En aquel tiempo, el Espíritu impulsó a Jesús a retirarse al desierto, donde


permaneció cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivió allí entre
animales salvajes, y los ángeles le servían.
Después de que arrestaron a Juan el Bautista, Jesús se fue a Galilea para
predicar el Evangelio de Dios y decía: “Se ha cumplido el tiempo y el Reino
de Dios ya está cerca. Conviértanse y crean en el Evangelio”.

Mc 1,12-15

SILENCIO para releer el pasaje

CLAVES para comprender mejor este pasaje

Empujado por el Espíritu. En el río Jordán Jesús vivió la experiencia de saberse


Hijo muy amado del Padre y de ser habitado por el Espíritu Santo, el cual no separa
a Jesús de la historia humana, al contrario, lo empuja al interior de esta, para
enfrentar el combate espiritual que se le plantea a todo ser humana.

El desierto. Inmediatamente después del bautismo en el Jordán, en el que se


escuchó la voz del Padre diciendo “Este es mi hijo muy amado, en quien me
complazco”, Jesús necesita retirarse para orar y discernir, por eso el Espíritu lo
empuja al desierto, lugar de prueba y tentación, pero también lugar del encuentro
con Dios, de oración, de decisiones, de experiencia de Dios... Jesús es plenamente
humano, y en ese sentido podemos decir que no está predeterminado, necesita
discernir cómo llevar a cabo el proyecto de Dios, y es aquí donde se hacen
presentes las tentaciones.

Cuarenta días. Cuarenta días, o años, es un símbolo de la experiencia de toda una


vida, o de un largo período de tiempo en el que se vive algo importante. Cuarenta
días con sus noches duró el diluvio universal, cuarenta años caminó el pueblo de
Israel por el desierto antes de entrar en la Tierra Prometida (es decir, una
generación entera), cuarenta días con sus noches permaneció Moisés en el monte
dentro de la nube, cuarenta días caminó Elías por el desierto para llegar al Monte
del Señor. Cuarenta es, simbólicamente, una referencia a toda la vida de Jesús.

Las tentaciones. Las tentaciones forman parte de la experiencia humana, en


cuanto posibilidades de impedir el proyecto de Dios. Los evangelios de Mateo y
Lucas concretizaron las tentaciones en la riqueza, el prestigio y el poder. Marcos no
las especifica, ni las coloca al final de los cuarenta días, dándonos a entender así
que toda la vida de Jesús está llena de tentaciones, es decir, que Jesús vive su
condición humana sin atajos, se pregunta y duda, discierne, y, en cada caso, se
enfrenta a las tentaciones optando decididamente por el proyecto humanizador
del Reino de Dios.
Los animales del campo y los ángeles le servían. La opción por el proyecto del
Reino de Dios hace que Jesús viva la experiencia del paraíso, es decir, la situación
en la que el ser humano vive en plenitud su vida, en amistad con Dios y en una
relación sana con toda la creación, como nuevo Adán.

Pensar con los criterios del Hijo

Las tentaciones, un asunto actual en la vida de los discípulos de Jesús

Como hijos de esta época, todos nos vemos afectados de algún modo por la
cultura actual, necesitamos crear espacios para regenerar la propia fe en Jesús
crucificado y resucitado. El Papa Francisco, consciente de los desafíos de nuestro
tiempo, llama la atención sobre algunas tentaciones que afectan particularmente a
la vida de todo aquel que desea ser discípulo y misionero de Jesús. Vemos algunas
de estas tentaciones.1

 El individualismo. Caemos en esta tentación cuando nos ocupamos sólo de


nosotros mismos, defendiendo nuestros espacios de comodidad, escapando de
cualquier compromiso que nos pueda quitar el tiempo libre. Esto nos ha llevado
a dedicarle pocos esfuerzos y un tiempo muy limitado a nuestra formación y
misión. Este relativismo práctico resulta todavía más peligroso que el doctrinal,
pues nos lleva a actuar como si Dios no existiera, como si los pobres no
existieran, trabajar como si quienes no recibieron el anuncio no existieran, en
lugar de dar la vida por los demás en la misión.

 La acedia. Es la apatía y la falta de ganas en hacer las actividades de la vida y


de la misión como discípulos. Caemos en esta tentación por falta de una
espiritualidad que impulse nuestra vida diaria. El problema no es siempre el
exceso de actividades, sino sobre todo las actividades mal vividas y sin las
motivaciones adecuadas. A causa de esta desertificación espiritual las
actividades de la vida cotidiana y de la misión en la Iglesia nos cansan más de
los razonable, y a veces nos enferman.

 El pesimismo estéril. Una de las tentaciones más serias que ahogan el fervor y
la audacia es la actitud de derrota que nos convierte en pesimistas que se
quejan de todo, desencantados, con cara de vinagre. Nadie puede emprender
una lucha si de antemano no confía plenamente en el triunfo. Al respecto
resultan actuales las palabras que pronunció el Papa san Juan XXIII en el
discurso de apertura del Concilio Vaticano II, el 11 de octubre de 1962:

1
Libre adaptación de la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, La Alegría del Evangelio (nn. 76-101),
del Papa Francisco, en la clausura del Año de la fe, el 24 de noviembre del año 2013, Solemnidad de
Jesucristo, Rey del Universo.
“Llegan, a veces, a nuestros oídos, hiriéndolos, ciertas insinuaciones de
algunas personas que, aun en su celo ardiente, carecen del sentido de la
discreción y de la medida. Ellas no ven en los tiempos modernos sino
prevaricación y ruina […] Nos parece justo disentir de tales profetas de
calamidades, avezados a anunciar siempre infaustos acontecimientos, como
si el fin de los tiempos estuviese inminente. En el presente momento
histórico, la Providencia nos está llevando a un nuevo orden de relaciones
humanas que, por obra misma de los hombres pero más aún por encima de
sus mismas intenciones, se encaminan al cumplimiento de planes superiores
e inesperados; pues todo, aun las humanas adversidades, aquella lo dispone
para mayor bien de la Iglesia”.

 La mundanidad espiritual. Esta tentación se esconde detrás de apariencias de


religiosidad e incluso de amor a la Iglesia, pero en lugar de buscar la gloria del
Señor lo que se busca es la gloria personal (cf. Jn 5,44). Esta mundanidad se
alimenta de dos maneras. Una es la fascinación por una supuesta fe donde sólo
interesan los conocimientos o los sentimientos. La otra es una supuesta fe de
quienes se sienten superiores a otros por cumplir determinadas normas y
doctrinas, en donde en lugar de evangelizar se clasifica a los demás. En los dos
casos, ni Jesucristo ni los demás interesan verdaderamente.

Esta oscura mundanidad puede traducirse en un cuidado ostentoso de la


liturgia, de la doctrina y del prestigio de la Iglesia, en una densa visa social llena
de salidas, reuniones, cenas y recepciones, en un funcionalismo empresarial
cargado de estadísticas, planificaciones y evaluaciones. Al actuar así la vida de
la Iglesia se convierte en una pieza de museo, donde el principal beneficiario no
es el Pueblo de Dios sino la Iglesia como organización, porque no se sale
realmente a buscar a los perdidos ni a las inmensas multitudes sedientas de
Cristo. En este contexto, se alimenta la vanagloria de quienes se conforman con
tener algún poder y prefieren ser generales de ejércitos derrotados antes que
simples soldados que siguen luchando.

¿Cómo vencer las tentaciones de esta desertificación espiritual? El Papa


Benedicto XVI nos dio una clave cuando nos dijo que “precisamente a partir de
la experiencia de este desierto, de este vacío, es como podemos descubrir
nuevamente la alegría de creer, su importancia vital para nosotros, hombres y
mujeres. En el desierto se vuelve a descubrir el valor de lo que es esencial para
vivir; así, en el mundo contemporáneo, son muchos los signos de la sed de Dios
[…] Y en el desierto se necesitan sobre todo personas de fe que, con su propia
vida, indiquen el camino hacia la Tierra prometida y de esta forma mantengan
viva la esperanza” (Homilía durante la Misa de apertura del Año de la Fe, 11
octubre 2012).

5. ACTUAR impulsados por el Espíritu


MOTIVACIÓN: Caminamos en medio del desierto, porque en la vida nos
enfrentamos a continuas tentaciones y éstas nos retan a superar las adversidades, y
no debemos caer en desesperanza, porque Jesús nos acompaña, para que nuestra
vida sea anuncio de buena nueva. Por eso es bueno reconocer nuestros errores y
hasta infidelidades, porque Jesús ha venido a levantarnos, sólo necesitamos clamar
su auxilio y Él nos levanta.

Preguntas para la reflexión personal


 ¿Cómo se presentan en tu vida cotidiana estas tentaciones?
 ¿En cuáles no has respondido correctamente?
 ¿Qué es lo que empaña tu vida de bautizado, en la familia, en el barrio y en la
sociedad?
 ¿Qué te hace falta para confiar en la victoria, junto a Jesús?

Acuerdos comunes para acciones nuevas


 ¿Qué nos proponemos hacer, para triunfar con Jesús, en el desierto de esta
vida?
 ¿Qué acciones, fruto de nuestro bautismo, vamos a realizar, para caminar juntos
y vivir la misión de Jesús?
 ¿Qué cambios impulsar, para que el mundo tenga sabor a paraíso?

6. ORACIÓN FINAL
 Presentamos a Dios nuestros acuerdos y los traducimos en oración.
 Le pedimos su Espíritu, para que esto no se quede en palabras.
 Hacemos un canto final.

Iglesia peregrina

Todos unidos formando un solo cuerpo,


un pueblo que en la Pascua nació;
miembros de Cristo en sangre redimidos:
¡Iglesia peregrina de Dios!
Vive en nosotros la fuerza del Espíritu
que el Hijo desde el Padre envió,
Él nos empuja, nos guía y alimenta:
¡Iglesia peregrina de Dios!

SOMOS EN LA TIERRA
SEMILLA DE OTRO REINO,
SOMOS TESTIMONIO DE AMOR,
/ PAZ PARA LAS GUERRAS Y LUZ
ENTRE LAS SOMBRAS:
¡IGLESIA PEREGRINA DE DIOS! / (2)

Rugen tormentas y a veces nuestra barca


parece que ha perdido el timón,
miras con miedo, no tienes confianza:
¡Iglesia peregrina de Dios!
Una esperanza nos llena de alegría,
presencia que el Señor prometió;
vamos cantando, Él viene con nosotros:
¡Iglesia peregrina de Dios!
ESTRIBILLO.

Todos nacidos en un solo bautismo,


unidos en la misma comunión,
todos viviendo en una misma casa:
¡Iglesia peregrina de Dios!
Todos prendidos en una misma suerte,
ligados a la misma salvación;
somos un cuerpo y Cristo es la cabeza:
¡Iglesia peregrina de Dios!
ESTRIBILLO.

7. EVALUACIÓN Y ACUERDOS

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