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Dios comienza siempre con el final. Si sabes definir el final, sabes por dónde comenzar.
Si no defines lo que quieres, no sabes por dónde comenzar.
El que comienza sin saber a dónde va a llegar, va a cualquier parte, y llegar a cualquier
parte no es bueno porque pensamos que fue por suerte o casualidad, que Dios no lo
hizo y que nosotros no hicimos nada. ¿Por qué concluyes tan rápido que Dios no
quiere? Para concluir que el Señor no quiere darte algo, primero debes chequear si has
ido más allá de donde has llegado, debes ver si has orado lo suficiente, y si aún así la
respuesta es no, será después. Dios no juega contigo, si Él lo prometió, lo cumplirá. Él
toma en serio tu fe y no la defrauda.
Mientras oraba, el Señor me dio una Palabra diciendo: “Dile a mi pueblo que no
retroceda, que no vuelvan atrás por nada”. ¡No vuelvas atrás! Sigue adelante, cueste lo
que cueste, creyéndole a Dios cada día por algo mejor para ti y los tuyos.
La Palabra del Señor en Jeremías 7:23 dice: “Mas esto les mandé, diciendo: Escuchad
mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo; y andad en todo
camino que os mande, para que os vaya bien”.
Para que te vaya bien, necesitas caminar por el camino que Dios te manda. El problema
que muchas personas tienen es que quieren las bendiciones de Dios, más no las
órdenes; tienen un Dios para pedir, pero no para ofrecer; tienen un Dios para pedir, pero
no para obedecer. Dios tiene órdenes.
El Señor dice que para que te vaya bien debes andar por el camino que Él te ha
ordenado. Si sabes acatar las órdenes de Dios, Él te bendecirá grandemente. El camino
del cristiano se hace mientras que obedece.
Cada vez que tienes la oportunidad de elegir entre lo bueno y lo malo, elige lo bueno.
Aunque el resultado inmediato no sea el mejor, sigue obedeciendo, porque mientras
sigas acatando las leyes de Dios, llegarás al punto donde Él te quiere tener. Si tienes un
negocio en el que debes pasar billetes por debajo de la mesa, déjalo. El camino a la
obediencia es el más sencillo, simplemente decides obedecer y no hay más qué hacer.
Cuando empiezas a obedecer, comienzas a andar en un camino mejor, el que Dios te
ordenó para que te vaya bien.
Dios quiere que vayas hacia delante, no quiere a nadie caminando para atrás. Él nos
puso los ojos adelante para que no caminemos hacia atrás. Por ejemplo, no puedes
manejar un carro viendo el espejo retrovisor a menos que desees retroceder. Cada vez
que una persona ve hacia atrás, es la primera señal que da, que quiere volver atrás. En
Proverbios 30:30, la Biblia dice que el león no vuelve atrás por nada. Nosotros debemos
ser como el león que siempre camina hacia delante.
Si las cosas en el pasado estuvieron mal, ¿para qué volteas a ver atrás? ¿Cuánto
tiempo más vas a pasar quejándote de que tus padres se divorciaron? Sal adelante en
la vida, eso ya pasó. ¿Para qué ir al pasado? No puedes regresar al pasado, sólo
puedes avanzar al futuro. Dios te da vida para avanzar. En el pasado sólo hay
recuerdos ¿Qué puedes hacer en el pasado? Nada. La Biblia dice que la gloria postrera
será mejor que la primera. No se sueña con el pasado, sólo se puede soñar con el
futuro. Hay otras personas que no quieren que el futuro avance, no quieren llegar a ser
viejitos, pero ¿por qué no? Pide llegar bien bendecido y los nietos estarán siempre en tu
casa.
Dice la Palabra: “Para que vayan adelante”. Pero ellos se fueron para atrás. Cuando no
obedeces a Dios, sigues caminando, pero no sabes hacia donde. Si no obedeces y te
pones a adulterar y piensas que vas para adelante porque tienes dos o tres mujeres,
vas para atrás. Mira la dirección que tomas y te darás cuenta que vas para atrás.
La Biblia dice que quites al impío y podrás gobernar. Si hay gente haciendo algo malo
en tu trabajo, despídelo, aunque sea el mejor que tengas, tú vas rumbo a tu bendición.
No podemos retroceder, no podemos volver la vista atrás, la Biblia dice que no somos
de los que retroceden.
En Números 14:1-4 dice: “Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo
lloró aquella noche. Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de
Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto! O en este
desierto, ¡ojalá muriéramos! ¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a
espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa? ¿No nos sería mejor
volvernos a Egipto? Y decían el uno al otro: Designemos un capitán, y volvamos a
Egipto”.
Pon atención al proceso. Cuando la gente es negativa, primero comienza hablando mal
de las cosas, después empieza a hablar mal de la gente, empieza hablar mal hasta de
Dios, y por último piensa con quién hacer lo malo. Siempre que una persona quiere
hacer lo malo, empieza a buscar quién lo acompañe. El que hace lo malo siempre
busca socios, porque él mismo sabe que es malo y se siente mal haciéndolo y necesita
alguien para que se animen mutuamente. Quien anda mujereando, siempre anda
buscando quién mujeree con él; igual los que beben licor, buscan quién lo haga con
ellos y a pesar de que saben que está mal y es feo, se dicen el uno al otro que está
bueno. Igual estos, primero hablaron mal de la situación, después hablaron mal de sus
líderes, siguieron hablando mal de Dios, y después dijeron “busquemos un líder y nos
regresamos mejor”.
A las personas generalmente les dan ganas de regresar porque no quieren enfrentar el
desafío que tienen por delante. Pero el hecho que te dé miedo, no justifica que vuelvas
atrás, lo que justifica es que sigas adelante.
Esta gente quería regresar a pesar de haber llegado a la frontera de la tierra prometida.
El pueblo estaba dividido por el liderazgo, había quienes decían que avanzaran, como
Josué y Caleb; y otros que decían que regresaran. Sin embargo, ya habían visto la
bendición, ya habían traído un racimo de uvas entre dos personas. Pero los negativos
dijeron que en la tierra prometida moraban gigantes y que la tierra traga a sus
moradores. El negativo es mentiroso, la gente negativa se inventa mentiras para
poderse esconderse detrás de ellas. ¿Cuántas has inventado alguna vez cuando tu
mente y tu actitud son negativas? Piensa por un momento negativo en el pasado,
¿estabas caminando o tus sentimientos te jugaron una trampa? Cuando la actitud es
negativa, uno empieza a ver gigantes donde no los hay. Te imaginas a la tierra
tragándose a la gente. Nadie traga al negativo, ni la tierra. Pero entonces, los negativos
no sólo ven mal la situación, sino la tierra, y encima de eso, ellos mismos dicen: “Y nos
vimos a nosotros como langostas”. El negativo no sólo ve mal las cosas, sino que se
empieza a verse mal él mismo.
En una ocasión, cuando jugaba Voleibol, íbamos perdiendo y nuestro entrenador nos
hacía preguntas normales, como: ¿Cuántas manos tienen ellos? Nosotros
contestábamos que dos. Después nos preguntaba: ¿Cuántas manos tienen ustedes? La
respuesta era la misma. Lo que estaba haciendo era mostrarnos que nuestro oponente
no era más poderoso que nosotros.
No le des lugar al diablo, ¿quién dijo que él es grande? ¿Quién dijo que él es
todopoderoso? Ni siquiera es omnipresente, no puede estar molestando en dos lugares
al mismo tiempo. El omnipotente, el omnipresente y omnisciente es Dios, y Él está con
nosotros hasta el fin de nuestros días, en Él tenemos que poner nuestro caminar.
Cuando la gente le pide algo a Dios y no lo recibe rápido, concluye que no es de Dios, y
cuándo le preguntas si le creyó a Dios por años, te responden que 15 días. ¿Por qué le
echas a Dios la culpa de tu flaqueza? Dios es el que te da la fuerza para salir adelante.
Bendito Dios por el país en que vivimos y la economía con que vivimos, nos ha hecho
fuertes y nos da la fe para creerle.
Cuando tu mente se pone negativa, empiezas a ver todo mal, pero tú decides qué vas a
ver, si vas a ver fuego delante de ti que te va a quemar, o la Escritura que dice que Dios
está contigo siempre.
Cuando Casa de Dios comenzó, estábamos sentados y llorando con Sonia, y ella me
dijo: “Y si no resulta”. Le respondí: Ahora ya estamos metidos en el asunto, no vamos a
ver atrás, vamos a caminar como el león. Hay que ir hacia adelante.
Debes aprender a detectar cuando el negativismo ha afectado tú mente. Para poder
hacerlo, óyete hablar y aconséjate a ti mismo. Piensa si te gustaría estar hablando con
una persona que habla como hablaste. A veces los que más juzgan, son los que más se
creen espirituales, y ser espiritual es estar motivado y darle a la gente un poco de coraje
para que avance. Por ejemplo, cuando le enseñas a caminar a un niño, ¿esperas que
camine hacia delante o le dices que avance. De la misma manera es Dios, está
diciéndole a todos: ¡Caminen, hijos! Él es quien te motiva y da ánimo para seguir. ¿Por
qué te vas a hacer para atrás ahora? ¡Sigue y aguanta un poco más! El sol puede estar
pesado en el desierto, pero imagínate las uvas en tu boca. No te imagines la quiebra,
déjale ese trabajo a otros. Es duro, pero ¿quién te dijo que iba a ser suave? Vale la
pena seguir. ¡Sigue! No vuelvas atrás.
Recuerdo que cuando tenía que estudiar en la universidad, tenía que trabajar, estaba
en el ministerio y mi esposa estaba esperando a mi tercera hija. Cuando bajaba del
carro, me agarraba del poste del garaje a punto de vomitar y en mi manera absurda de
hablar con Dios le decía: “Señor, ya no aguanto, pero si tú quieres que haga esto, te
hago ganas, Señor”. Nos queremos llenar la boca diciendo que somos amigos de Dios,
¿Para qué? Para cantar lindos coros, para usar nuestros dones espirituales, pero
¿dónde está el carácter? En medio de ese desierto podemos ver grandes batallas o
tierra por conquistar, problemas o preciosas oportunidades. Dios está contigo y no te ha
desamparado. ¿Por qué dar marcha atrás? Pregúntale a Dios para dónde quiere ir Él y
dile: “Yo voy contigo, Señor”.
El Señor dijo que hará cosa nueva y abrirá caminos donde no hay. Si vas a ver el
pasado, que te sirva para ver lo que un día Dios hizo y saber que si lo hizo una vez, lo
va volver hacer. No seas de los que retroceden, sé de los que avanzan. Si Dios lo hizo
una vez, lo volverá hacer. No me gusta ver a nadie mal, con deseos de volver atrás en
su vida, conozco a Dios y sé que no te dará por regalo una conquista, la tendrás que
pelear. Pero no pelearás solo, Dios y tú son mayoría. Mayor es el que está en ti que el
que está en el mundo.
¿Qué vas hacer? ¿Te vas a echar para atrás o vas avanzar? Si le crees a Dios por una
mejor vida, incluyendo lo material, vas a tener para darle a alguien más. Si sigues con
esa necedad de no prosperar, no vas a tener ni para ti, ni para alguien más. ¿Siempre
estarás del lado de los que piden o vas a creer y vas a estar del lado de los que dan?
Tú eliges de qué lado vas a estar.
Si no has salido adelante en la vida, no quiere decir que no lo vayas hacer. No pongas
pensamientos pequeños en tus hijos, ni de pobreza, ni de miseria, ni de fracaso. Dios te
dio un hijo, pero no te dio el derecho de hacerlo de menos, te dio el deber de instruirlo
para que sea grande. Cada día necesitamos más gente grande.
No seas de los que retroceden, sé de los que avanzan. En Cristo Jesús haz lo correcto,
respeta los mandatos de Dios y el destino será ir adelante y no volver atrás.