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DESTINATARIOS
▪ Profesores universitarios.
▪ Pedagogos y psicopedagogos.
MODALIDAD
Tema 1
1.1. El currículo en ELE
1.2. Programación didáctica
1.3. Diseño curricular institucional
1.4. Diseño curricular del centro
1.5. Definición de unidad didáctica
Tema 2
2.1. Los enfoques de enseñanza en ELE
2.2. La unidad como parte del programa
2.3. Criterios para la elaboración de unidades didácticas
2.4. Errores frecuentes en la elaboración de unidades didácticas
Tema 3
3.1. Definición conceptual e histórica de la evaluación
3.2. Marco teórico de referencia
3.3. Tipología de exámenes: Procedimientos cuantitativos o sumativos y
cualitativos o formativos
ACTIVIDADES
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
MÓDULO I. Didáctica de la gramática y la sintaxis
Introducción
Según la RAE, la gramática es la parte de la lingüística que estudia los elementos de una
lengua, así como la forma en que estos se organizan y se combinan. Profundizando un
poco más en el concepto de gramática, encontramos la definición proporcionada por el
Centro Virtual Cervantes, según la cual la gramática de una lengua es el conjunto de
reglas y principios que determinan el modo como se combinan las unidades de dicha
lengua para formar unidades lingüísticas mayores. Además, en algunas teorías
lingüísticas modernas como la gramática generativa transformacional, la gramática se
concibe como el conocimiento, generalmente inconsciente, que los hablantes de una
lengua poseen sobre estas reglas (CVC).
El término gramática, como podemos imaginar y como se explica desde el Centro Virtual
Cervantes, es muy antiguo en la lingüística, y con el paso del tiempo ha adquirido
diversas acepciones. También designa la disciplina lingüística que tiene como objeto de
estudio la gramática, así como algunas teorías lingüísticas actuales que ponen su énfasis
en el estudio de la gramática, como la gramática generativa transformacional o la
gramática funcional. El estudio de la gramática es tan antiguo como el interés que los
seres humanos han sentido por la lengua. En occidente, la reflexión gramatical tiene su
origen en la Antigüedad, primero en Grecia, donde destaca la obra de Dionisio de Tracia
(siglo I d.C.) y más tarde en Roma, donde E. Donato y Prisciano (silgo IV d.C.)
compusieron sendos tratados gramaticales.
En general, por tanto, y según afirma Martín Peris (CVC), en el campo de la enseñanza y
el aprendizaje de segundas lenguas, el término gramática se ha usado para aludir al
tratamiento didáctico de cuestiones de morfología y de sintaxis, por oposición al
tratamiento del vocabulario y de la pronunciación, y contraponiendo el tratamiento de
todos estos aspectos al tratamiento didáctico del uso de la lengua, efectuado en
actividades de conversación y de las distintas destrezas.
Actualmente se tiende a superar ambas oposiciones y a integrar las reglas del sistema y
las de uso (Hymes: «Existen reglas de uso sin las cuales las reglas de gramática no son
de utilidad») así como a integrar el tratamiento de los fenómenos de los diversos niveles
de la lengua (fonético-fonológicos, morfosintácticos y léxico-semánticos) en su descripción
y en su tratamiento didáctico (Martín Peris, CVC).
A parte de la definición propiamente dicha del término, el Centro Virtual Cervantes ofrece
ciertos matices aplicables al mismo:
a. Por un lado, se refiere a una gramática (de español) para extranjeros. Consiste
esta en un compendio de cuestiones gramaticales -generalmente de morfología y
sintaxis-, a las que se da un tratamiento descriptivo-prescriptivo; la extensión y
profundidad de su contenido dependerán de un conjunto de factores variables,
tales como el nivel educativo de los alumnos a los que va destinada, su lengua de
origen y los contrastes que esta tiene con el español, etc.
b. Por otro lado, alude también a las secciones y actividades de un curso de lengua o
de un manual de enseñanza que dedican especial atención a la morfología y la
sintaxis, es decir, a la selección y presentación de los contenidos gramaticales del
curso.
2. Para ello efectúa una selección de contenidos que se guía por estos criterios:
o actualidad: el estado actual de la lengua y sus usos, frente a estados
históricos superados, aunque sean muy recientes;
5. Adopta e integra las aportaciones más útiles de los distintos modelos teóricos:
estructuralismo, generativismo, lingüística del texto, etcétera.
Para abordar este apartado, vamos a tener en cuenta el estudio y la opinión del profesor
Real Espinosa (2017), cuya trayectoria en instituciones dedicadas a la enseñanza del
español es notoria, así como los datos aportados por el Centro Virtual Cervantes.
Tradicionalmente en la enseñanza de la lengua extranjera, la enseñanza de la gramática
ocupó un lugar central en el método audiolingüe, pues se partía del presupuesto de que
aprender una lengua consistía, fundamentalmente, en aprender su gramática y su
vocabulario. En consecuencia, la mayoría de ejercicios estructurales que se proponían
desde este método perseguían que el aprendiente interiorizara las estructuras de la
lengua que estaba aprendiendo.
Así que cuando los colegios se ven en la tesitura de ofrecer clases de una lengua
extranjera, pero carecen de docentes que hablen esa lengua, la gramática es muy
socorrida: se pueden enseñar reglas gramaticales, listas de vocabulario y traducir frases
con un diccionario sin que ello suponga un píldora demasiado difícil de tragar para el
profesor al que le toque asumir la asignatura, quizás el de latín o el de filos ofía, o por qué
no, el de matemáticas, y en España hemos tenido también muchos profesores de
cualquier materia teniendo que impartir, también, las clases de inglés (Ibidem).
No solo esto, además la gramática tenía en aquellos tiempos, al revés que ahora, un
enorme prestigio académico. De hecho, y como ejemplo, numerosos colegios privados
irlandeses, a los que se les supone altos estándares de calidad, se siguen llamando
Grammar School, como en la Edad Media, lo que puede darnos una idea del prestigio que
el estudio de la gramática tuvo en otros tiempos. Así que si al hecho de ser un contenido
que el profesor podía administrar incluso sin dominar el idioma, se une el argumento del
prestigio, es perfectamente comprensible que la gramática pasase a ocupar un lugar
central, y que se esperase del alumno que la memorizase, no que la utilizase, ya que el
propio profesor no estaba en condiciones de evaluar el uso en una situación de
comunicación real (Ibidem).
Muy diferente es lo que ha sucedido en otros contextos educativos, como por ejemplo en
la enseñanza del inglés en la educación reglada en USA, donde el fenómeno migratorio
había generado una realidad multilingüe dentro del aula, con una gran cantidad de
alumnos para los que el inglés era una L2. En ese caso, los profesores de matemáticas,
historia o ciencias naturales tenían que enseñar inglés además de matemáticas, historia o
ciencias naturales, así que estaban en la situación contraria a la de los docentes
alemanes del siglo XIX: eran perfectamente competentes en la lengua objeto de estudio,
como hablantes nativos de inglés, pero su formación académica no tenía nada que ver
con la lengua (Ibidem).
Así que de forma inversa a lo que sucedió en Alemania en el siglo XIX, en USA lo que
más sentido tenía era precisamente prescindir de la gramática y optar por una instrucción
con una atención exclusiva en el significado, donde la lengua se convierte en un medio
para resolver una tarea: resolver un problema matemático, exponer un evento histórico,
etc. Eso explica, en parte, el fervor con el que se acogió en ese contexto el enfoque
comunicativo tal y como lo proponían autores de la talla de Krashen o Terrell, allá por los
años 70 (Ibidem).
A comienzos del siglo XXI los estudios en Lingüística Cognitiva, que habían comenzado
en los años 80 como un intento de encontrar un lugar adecuado para la Semántica dentro
de la Lingüística Generativa, empiezan ya a filtrarse en la concepción que los
especialistas en didáctica de LE/L2 tenían de la naturaleza de la lengua, basadas a veces
en criterios estructuralistas, a veces en criterios nocio-funcionales, y la mayoría de las
veces en una amalgama de ambas concepciones de la lengua, ninguna de ellas
enfocada, en cualquier caso, al significado de la forma gramatical. Esto suele traducirse
en una didáctica donde se memorizan estructuras o se coleccionan contextos
comunicativos y se memorizan exponentes lingüísticos válidos (Ibidem).
3. El discurso auténtico y los textos escritos pueden ser adaptados hasta cierto
punto según su dificultad gramatical. Si no se adaptan, es probable que el alumno se vea
expuesto a nuevas estructuras y categorías que algunos alumnos aventajados pueden
adquirir para su uso activo antes que otras estructuras más básicas.
Los usuarios del Marco de referencia pueden tener presente y, en su caso, determinar:
- La base conforme a la cual se seleccionan los elementos, las categorías, las
estructuras, los procesos y las relaciones gramaticales.
- Cómo se transmite el significado de estos elementos a los alumnos.
- El papel de la gramática contrastiva en la enseñanza y el aprendizaje de lenguas.
- La importancia relativa que se otorga al alcance, la fluidez y la corrección en
relación con la construcción gramatical de las oraciones.
- En qué medida es preciso hacer reflexionar a los alumnos sobre la importancia que
tiene la gramática de la lengua materna, la gramática de la lengua meta y la
relación que existe entre la gramática de la lengua materna y la de la lengua meta.
Los usuarios del Marco de referencia pueden tener presente y, en su caso, determinar:
- Cómo se analiza, se ordena y se presenta a los alumnos la estructura gramatical y
cómo llegan a dominarla los alumnos.
- Cómo y según qué principios se transmite a los alumnos el significado léxico,
gramatical y pragmático en L2 y se les requiere que lo aprendan; por ejemplo:
• traduciendo de L1a L2 y de L2 a L1;
• mediante la definición, la explicación, etc., en L2;
• mediante la inducción del significado por el contexto.
Estas son las indicaciones que da el Marco en lo que a gramática se refiere, aunque no
es específico del ámbito del español como lengua extranjera. Para abordar esa empresa
nos centraremos en el trabajo del autor Peñalver Castillo (2012), quien sí ofrece ideas
concretas sobre el tratamiento del español como lengua extranjera. El autor apunta que,
si relacionamos la lengua española con el Marco, su enseñanza debe basarse en la
estructuración y sistematización de las diversas competencias (Pilleux, 2001, en Peñalver
Castillo, 2012: 84):
5. Competencia léxica.
6. Competencia lexicográfica.
Entre los aspectos a trabajar en clase de español, el autor destaca los siguientes
(Peñalver Castillo, 2012: 85):
- El análisis de las letras (donde hay que estudiar con rigor la correspondencia
entre letras y fonemas, sobre todo en los casos del fonema interdental fricativo sordo -
letras c y z-, del velar fricativo sordo -letras j y g-, del velar oclusivo sordo -uso de las
letras c, k y del dígrafo qu-, del fonema velar oclusivo sonoro -uso de la letra g y del
dígrafo gu-, del fonema vibrante múltiple -letras r y del dígrafo rr-), de la acentuación, de la
puntuación, de las abreviaturas, de la llamada ortografía técnica constituye el motivo de
estudio de la competencia ortográfica.
Tal y como afirma Peñalver Castillo (2012: 86), de este enfoque no pueden estar
ausentes las funciones informativas que determinan, como igualmente se manifiesta en la
Nueva gramática de la lengua española, la aplicación de las funciones sintácticas y
semánticas al discurso, con la intención de determinar si el contenido que aportan se
interpreta como información nueva (o remática) o se da ya por conocida (o temática).
Los objetivos solo se cumplirán si el estudio de los contenidos del temario se refleja en la
práctica idiomática y ello nos permite, por un lado, reconocer e identificar las variedades
geográficas, los niveles de lengua y los registros y estilos lingüísticos y, por otro, estar
preparados para descubrir las construcciones agramaticales, anómalas o incorrectas
(Ibidem).
El punto de encuentro de la enseñanza de la materia de Lengua Española debe ser, pues,
la competencia comunicativa. La misma ha de entenderse como la capacidad de usar la
lengua que tienen los hablantes, pero teniendo en cuenta el hecho fundamental de que,
unida a tal capacidad, está la habilidad de adaptar el uso al contenido o situación de
habla. En relación con la misma, está el concepto de competencia lingüística, saberes o
conjunto de saberes sobre la lengua en el campo ortográfico, fónico, gramatical,
semántico, léxico y textual. El texto debe ser considerado como la unidad comunicativa
por excelencia y, en torno al mismo, deben girar las competencias lingüísticas
mencionadas (Ibidem).
Conclusiones
Introducción
William Bull, citado por Gutiérrez Araus (1996, p. 34) apunta una idea importante:
―Durante años, se ha acostumbrado en las gramáticas a decir que el tiempo de un verbo
nos indica cuándo ha ocurrido el suceso. Ahora, debería resultar evidente que no es así.
Ninguna forma temporal localiza un suceso en el tiempo‖. Se puede decir, sin embargo,
que el ―tiempo‖ es una categoría gramatical de carácter deíctico, propia del verbo. Se
caracteriza por presentar la situación denotada por el verbo en un espacio temporal
anterior, simultáneo o posterior a un punto de referencia, lo que lleva a la confusión entre
tiempo real y tiempo verbal.
Las formas temporales del indicativo tienen como eje fundamental de sus valores la
temporalidad verbal y pueden ser divididas en dos tipos:
formas absolutas: las que marcan una relación directa con el punto de referencia o
punto central (presente, indefinido, futuro);
formas relativas: las que marcan una relación indirecta con respecto al punto
central, es decir, a través de otra, relacionada, a su vez, con dicho punto central
(pretérito imperfecto, pretérito perfecto, pretérito pluscuamperfecto, pretérito
anterior, futuro perfecto, condicional, condicional compuesto). (Peres Martorelli).
A los estudiantes de español como lengua extranjera les suelen presentar únicamente los
valores primarios de las formas verbales. Los valores llamados secundarios, discursivos o
pragmáticos son prácticamente olvidados. Pero estos valores discursivos están
relacionados a la intención del hablante y son de extrema importancia para la
comprensión del enunciado (Peres Martorelli). Veámos las formas temporales del
indicativo analizadas por la autora.
Presente (hablo):
Marca simultaneidad con el momento de la enunciación. De acuerdo con los distintos
puntos de referencia con el que está en simultaneidad adquiere diferentes valores
temporales en el discurso:
a) presente actual — expresa la acción que tiene lugar u ocurre en el momento en
que se habla: Ahora estudio.
e) presente con valor de futuro — señala que ocurrirá algo a partir del momento en
que se sitúa el hablante: Mañana voy a Madrid. ¿Cómo resuelvo yo esta situación?
(interrogativas) Ahora mismo te pones a estudiar (de modalidad imperativa).
b) Con verbos de estado. Descripción en el pasado: Era una niña muy tímida.
Finalmente, cabe mencionar que la autora recomienda que el aprendiz sea instruido para
saber organizar y secuenciar los diferentes componentes lingüísticos de acuerdo con el
contexto y su(s) interlocutor(es) para que la comunicación tenga sentido lógico.
Aspecto verbal:
Según Peres Martorelli, existen innumerables definiciones de aspecto. Es importante
resaltar que en las lenguas indoeuropeas todo verbo tiene lo que los lingüistas han
llamado aspectos y que existen lenguas que carecen de sistema temporal y cuentan, en
cambio, con un aspecto gramaticalizado como es el caso del chino. Para Gutiérrez Araus
(2004, citada en Peres Martorelli), ―las formas verbales pueden informar acerca de cómo
es el proceso de la acción: que comienza, que acaba, que dura etc., y a este significado
gramatical se le denomina aspecto verbal. El aspecto verbal es la categoría que explica
en español el lugar que ocupan en el sistema verbal las perífrasis de contenido
aspectual‖. Para la referida autora, el aspecto verbal no viene marcado en español por las
formas verbales simples, sino que es un fenómeno sintagmático y por tanto lo que hay
son algunas perífrasis aspectuales.
La lógica nos dice que si un verbo está en pasado expresa pasado y que si está en
presente expresa presente. Sin embargo, este no es siempre el caso en la lengua
española. Como indica Real Espinosa (2005: 3), las formas de pasado indican pasado de
manera constante, y cuando no lo hacen, observamos que algo ocurre en el mensaje, que
se nos informa de algo que no es tiempo, que es modo. Lo mismo se puede decir para las
formas que expresan futuro. Lo expresan de manera constante, y cuando no lo hacen,
algo ocurre: el sistema está configurado de tal manera que alerta al oyente de cómo ha de
interpretar ese mensaje, del contenido modal que implica:
a.- Ahora estará en casa
b.- Ahora está en casa
Según explica el autor, si no hubiera una relación unívoca entre tiempo futuro y los
morfemas de futuro, el ejemplo (a) no podría interpretarse como una suposición, ya que,
los morfemas de futuro están marcados con ese valor temporal. Por tanto, gracias a esta
correspondencia unívoca de los morfemas con determinados valores temporales, se
genera un doble nivel de significación, a partir de la inadecuación a ese valor temporal
predeterminado, que genera el valor modal. La suma de uno y otro contexto, aquel en el
que el verbo expresa la noción temporal ―primitiva‖ y en el que no lo hace, expresando por
tanto un valor modal, supone la capacidad significativa total de cada morfema. La
trasgresión de lo que aparentemente es una norma, o lo que nos gustaría que lo fuera, no
es más que un procedimiento del sistema para multiplicar la capacidad expresiva de la
lengua con el mismo número de formas (Real Espinosa, 2005: 3).
Lo mismo se puede decir del aspecto que puede venir determinado por el valor semántico
de la raíz verbal. El modo, entendiendo por tal indicativo y subjuntivo, y dejando a un lado
el problema del imperativo, presenta comportamientos aparentemente contradictorios que,
no obstante, se deben al mismo procedimiento: comunicar determinados matices con
absoluta precisión. Ni siquiera el número o la persona escapan a este tipo de procesos.
En el español peninsular, proponer un alejamiento de trato a nuestro interlocutor se
consigue transgrediendo la correspondencia unívoca entre los llamados morfemas de
tercera persona y las terceras personas. Este es un ejemplo simple de lo que venimos
diciendo: existe un valor intrínseco en los morfemas de tercera persona que los hace
referirse de forma efectiva al ausente. Por esa misma razón, cuando el oyente comprende
que los morfemas de tercera persona se dirigen hacia él, tan presente como el hablante,
sabe que el hablante propone un alejamiento de trato entre ambos, y el conocimiento de
esa convención de la lengua es parte necesaria para la decodificación efectiva del
mensaje (Ibidem).
Es falso decir que los morfemas del indefinido expresan necesariamente pasado (si
entendemos por pasado lo que hasta ahora se viene entendiendo, un momento anterior al
de la enunciación), pero también es falso decir que necesariamente no lo expresa. Por lo
tanto, aquí cabría hacer dos cosas, la primera revisar la preeminencia del momento de
enunciación a la hora de establecer la orientación temporal, y lo segundo, una vez
realizada dicha revisión, ver qué ocurre cuando el morfema de pasado no expresa
pasado, en términos físicos. Observemos un ejemplo de este tipo: 1.- Suerte con el
examen; ya me dirás cómo te fue. Parece evidente que el indefinido no expresa siempre
pasado, al menos respecto al momento de enunciación (Real Espinosa, 2005: 4).
Ya sabemos que los verbos irregulares españoles pueden ser un quebradero de cabeza
para los estudiantes de nuestro idioma. Las terminaciones, en concreto, son
especialmente trabajosas. El Diario Información publicó en 2018 algunos ejemplos de
errores comunes en el uso de los verbos irregulares por parte de los aprendices de
español. Aunque sólo son 11 ejemplos, pueden constituir un patrón que se repite en
verbos similares:
Reducir. Los verbos terminados en '-ducir', como reducir, conducir y traducir, presentan
formas irregulares en algunos tiempos de su conjugación; por ejemplo, redujo, no redució.
En estos verbos, la ce final de la raíz pasa a ser jota en el pretérito perfecto simple de
indicativo y en el imperfecto y futuro de subjuntivo. De esta forma, hay que decir que
"redujiste la velocidad en el semáforo" y no "reduciste la velocidad en el semáforo".
Masticar y mascar. Aunque a menudo estos dos verbos se utilizan como sinónimos, en
realidad no significan lo mismo. Mientras el primero se refiere exclusivamente a alimentos,
el segundo no se refiere exclusivamente a comida, sino a cualquier cosa que se parta y
triture con la dentadura. Así, una hoja de coca o un chicle no se mastica, sino que se
masca.
Constatar. Según Fundéu, este verbo se puede construir con un sujeto agente ("Juan
constató") o de forma impersonal ("Se constata que"). En cambio, es incorrecto el uso
frecuente que se hace con un sujeto inanimado ("Las cifras del paro constatan").
Degollar. Como 'contar', 'degollar' es un verbo irregular, por lo que lo correcto es decir
degüella. En cambio, es un error decir o escribir "un terrorista degolla a un rehén".
Aumentar. Debemos conjugar este verbo en singular o plural dependiendo del sujeto con
el que concuerde. En este sentido, la frase correcta debe ser "aumentan a tres los
fallecidos en el accidente" o "aumenta a tres el número de fallecidos en el accidente".
Distender. Este verbo forma parte de la segunda conjugación. Sin embargo, no es extraño
encontrar frases incorrectas del estilo "Putin quiere distendir las relaciones con EEUU". Lo
correcto sería "Putin quiere distender las relaciones con EEUU".
Señalizar y señalar. Como masticar y mascar, estos dos verbos no son equivalentes. Así,
señalizar se refiere según la RAE a "colocar, especialmente en las carreteras y otras vías
de comunicación, señales que sirvan de guía a los usuarios", mientras que señalar es
"poner o estampar señal en una cosa para darla a conocer o distinguirla de otra". De esta
forma, no es correcto decir que "el árbitro señalizó penalti", sino que hay que decir que "el
árbitro señaló penalti".
Prever. Este verbo está formado por el verbo ver y el prefijo pre. En ocasiones, como
indica Fundéu, se mezclan los verbos prever y proveer, dando lugar a la creación del
verbo preveer. De ahí que resulten formas incorrectas como preveyó o preveyendo en
lugar de las correctas previó o previendo. Por la misma razón, es un error escribir que
"preveemos que llueva", ya que lo correcto es "prevemos que llueva".
Satisfacer. Se trata de un verbo irregular que se debe conjugar como el verbo hacer. En
este sentido, no debemos decir que "la propuesta satisfacerá a todos los directivos", sino
que "la propuesta satisfará a todos los directivos".
Las formas temporales del pasado de indicativo. ¿Cómo trabajar los valores
primarios y secundarios de las formas temporales del pasado de indicativo en clase
de ELE?
En primer lugar, recordemos cuáles son las formas del pasado de indicativo:
Pretérito perfecto
El pretérito perfecto o pretérito perfecto compuesto de indicativo se utiliza en español para
expresar acciones ya terminadas que dan lugar a un estado o situación que sigue
teniendo validez en el presente. Ejemplo: he hablado/he aprendido/he vivido.
Pretérito imperfecto
El pretérito imperfecto de indicativo se utiliza en español para expresar cursos de
acciones pasados cuyo principio y fin no se concretan. Del mismo modo, sirve para
recalcar la continuidad o regularidad de una acción en el pasado. Ejemplo:
hablaba/aprendía/vivía.
Pretérito indefinido
El pretérito indefinido o pretérito perfecto simple de indicativo se utiliza para expresar
acciones que comenzaron y finalizaron en el pasado y tuvieron lugar de manera puntual o
interrumpieron a otro curso de acción también pasado. Ejemplo: hablé/aprendí/viví.
Pretérito pluscuamperfecto
El pretérito pluscuamperfecto de indicativo se utiliza en español para expresar la
anterioridad de una acción pasada respecto a otra también pasada. Es decir: es el pasado
del pasado. Ejemplo: había hablado/había aprendido/había vivido.
Pretérito anterior
El pretérito anterior de indicativo expresa en español que un hecho es inmediatamente
anterior a otro pasado. Actualmente está en desuso en la lengua hablada y se encuentra
sobre todo en algunos textos literarios. Ejemplo: hube hablado/hube aprendido/hube
vivido.
(Fuente: https://espanol.lingolia.com)
Una vez vistas las formas, ¿qué se entiende por valores primarios y secundarios? Tal y
como explica Gutiérrez Araus (1995: 177), el término de valores secundarios es
equivalente al de discursivos, por oposición al de primarios o sistemáticos La autora
comenta que estos valores secundarios, discursivos o pragmáticos del imperfecto, están
relacionados con estrategias del hablante, que implican una determinada presuposición o
una determinada actitud ante el interlocutor.
Los estudiantes de español como lengua extranjera suelen ser adiestrados en las
funciones narrativo-descriptivas, valores primarios del imperfecto, si bien de modo no
siempre eficaz, debido a que, erróneamente, se considera el aspecto verbal como eje de
la oposición canté /cantaba. Sin embargo, suele olvidarse la relevancia y utilidad de estos
usos secundarios en la comunicación conversacional. La adquisición de estas
herramientas verbales tan rentables y llenas de matices, parece oportuno plantearla en el
nivel avanzado y de perfeccionamiento, cuando ya se han adquirido los elementos
básicos del sistema verbal. Sin embargo, es preciso destacar que en las gramáticas de
español para extranjeros destinadas a este nivel apenas tienen cabida, a excepción del
uso del imperfecto en el estilo indirecto, o los usos de cortesía (Gutiérrez Araus, 1995:
177).
Dado que el imperfecto marca una presencia clara del hablante en su discurso, más
notoria en el discurso oral, podemos considerarlos valores pragmáticos. La característica
que une a todos ellos es la relevancia de la actitud del hablante hacia lo que dice, sus
reservas epistemológicas y su aprobación o desaprobación al interlocutor. La descripción
de estos valores secundarios del imperfecto se hace habitualmente por los diversos
matices discursivos que aporta y de ahí que sea conocido el imperfecto de cortesía, el de
excusa, el desiderativo, el de sorpresa, el de conato, el lúdico, etc. La autora divide los
valores secundarios en tres grandes bloques (Gutiérrez Arnaus, 1995: 179):
En todos ellos aparece una modalidad de incertidumbre por estar implícito un discurso
anterior en que al hablante se le informa de algo y luego él no asume la certeza de dicha
información. Todos estos casos, tan habituales en el discurso conversacional, suponen la
posibilidad de estilo indirecto: Me dijeron que el autobús a Barcelona de mañana saldría a
las ocho. Me informasteis de que vuestra boda sería dentro de cuatro meses. Me
informaron de que la nueva película de Almodóvar se estrenaba ayer.
Dentro de esta misma relación intertextual se pueden marcar otros matices modales,
además de la incertidumbre, por ejemplo, la sorpresa. El imperfecto queda despojado de
su significado temporal de pasado y aparece haciendo referencia a un hecho que se da
en simultaneidad con el momento de la enunciación en situaciones comunicativas
semejantes a la siguiente: el hablante, ante la propuesta realizada por un amigo, poco
ducho en técnicas culinarias, de que pruebe un plato que acaba de cocinar, duda y piensa
que puede estar bastante malo. De ahí su sorpresa al probarlo y comprobar que su juicio
previo ha quedado contradicho: ¡Pues estaba rico de verdad! No es necesario insistir en
el interés que conlleva enseñar a los estudiantes de E/LE esta fórmula verdaderamente
expresiva de mostrar un sentimiento tan vivo en la comunicación como la sorpresa.
Además, conviene poner de relieve que el llamado imperfecto de reproche forma parte de
este mismo uso del imperfecto, que no sólo marca la sorpresa positiva, de aprobación,
sino la sorpresa de desencanto o desaprobación. Cuando el hablante está enfadado a
causa de alguna acción del interlocutor o interlocutores emplea una modalidad
interrogativa exclamativa, de carácter retórico: ¿Qué se creían ustedes? ¿Qué íbamos a
tragárnoslo? ¿Qué te figurabas, niña? ¿Que yo me chupaba el dedo?
Este valor, quizá el más conocido por los estudiantes de E/LE, es una muestra de la
vitalidad del imperfecto para expresar la subjetividad del hablante y su actitud ante lo que
dice, lo cual lo convierte en una forma verbal interesante desde un planteamiento
pragmático. La cortesía viene marcada por una estrategia de alejamiento que lleva
implícita la idea de que depende del interlocutor el cumplimiento de lo expresado:
Veníamos a pedirles un favor. Quería explicarle mi problema.
Las otras formas del pasado quedan desposeídas de ese matiz cortés y únicamente son
las unidades querría y quisiera, o bien otros elementos como el tono o el gesto, los que
puedan suplir al imperfecto en el discurso cortés, frente al presente, tiempo en que se
centra la acción desposeída de este valor: Venimos a pedirles un favor. Quiero explicarle
mi problema.
Sucede algo análogo con el matiz de modestia: A mi juicio, estos errores debían ser
perdonados.
3. Imperfecto de fantasía:
Integramos aquí este uso del imperfecto dado que señala una temporalidad posterior al
momento de la enunciación y suele aparecer en enunciados con modalidad exclamativa:
¡De buena gana me iba mañana al Caribe! ¡Buena falta nos hacía que lloviera! ¡A esta
gentuza la metía yo en la cárcel toda su vida! ¡De esta paella me comía yo sola la mitad!
2.2. En las construcciones concesivas, con AUNQUE, A POCO QUE, POR POCO
QUE, POR MUY... QUE, etc., cuya referencia a un tiempo posterior al de la
enunciación quede claro en el contexto, es también posible la aparición del
imperfecto con valor de futuro hipotético: Aunque me lo juraras por lo más sagrado,
no te creía. Hijo mío, a poco que me quisieras, no me hacías este desplante. Por
poco que te rebajara el precio del piso, te merecía la pena comprárselo. Yo prefería
trabajar en otro lugar, por muy difícil que me resulte el cambio después de tantos
años.
Este uso, al revés que los anteriormente descritos, no es empleado apenas en el discurso
conversacional, sino en las narraciones literarias y su valor retórico consiste en romper el
rasgo diferenciador de las formas canté y cantaba, convirtiendo a cantaba en una forma
de narración principal, tarea asignada en el sistema a canté: En aquel momento preciso,
solitario como había vivido, moría el famoso poeta.
Para concluir, la autora señala que la estructuración de los valores secundarios del
imperfecto de indicativo que lleva a cabo contribuirá a facilitar la tarea del estudioso del
discurso en general y en particular de los profesores de E/LE, que tienen aquí un campo
sumamente útil para la expresión de muy variados matices comunicativos Gutiérrez
Arnaus (1995: 183).
El infinitivo, gerundio y participio del verbo son las formas no personales del
verbo, y reciben este nombre por carecer del morfema de persona y número; carecen
también de contenido temporal y modal, y se diferencian sólo por su aspecto, perfecto
(acción terminada) en el participio e imperfecto (acción en desarrollo) en el gerundio; el
infinitivo es también indiferente al aspecto.
Funciones
Usos anómalos
Gerundio
Usos anómalos
Participio
Funciones
(Fuente: https://facultystaff.richmond.edu).
Las perífrasis verbales: Definición y clasificación
Son construcciones sintácticas de dos o más verbos que funcionan como núcleo del
predicado. Sirven para expresar las características de la acción verbal que no pueden
señalarse mediante el uso de las formas simples o compuestas.
La estructura de las perífrasis es como sigue:
CONSTRUCCIONES DUDOSAS
El modo imperativo es uno de los modos verbales utilizados para expresar órdenes,
mandatos, o deseos.
Uso
El condicional simple en español puede emplearse para:
• hacer una invitación en todo de cortesía; Ejemplo: ¿Querríais venir a las diez y
media a cenar?
• pedir algo de forma educada; Ejemplo: ¿Podrías hacer una tarta para el postre?
• expresar un deseo; Ejemplo: ¡Me encantaría conocerlo!
• hacer una sugerencia; Ejemplo: Aunque entonces deberías ir ahora a comprar los
ingredientes, ¿no?
• expresar una hipótesis o suposición; Ejemplo: Sí, claro. Pero a lo
mejor llegaríamos un poco tarde.
• expresar una duda o momento de incertidumbre del pasado; Ejemplo: Pensé que
no estarías aún en casa.
• expresar una suposición sobre el futuro situando el momento de partida de la
acción en el pasado. Ejemplo: Sandra dijo que llegaría sobre las diez de la noche
de trabajar.
El modo subjuntivo se caracteriza por presentar una acción como posible o hipotética.
Los verbos de este modo suelen subordinarse a otro que pertenece al modo indicativo.
Las oraciones en presente del modo subjuntivo expresan un deseo, una posibilidad, una
petición u otra enunciación hipoteca en un tiempo actual.
Ejemplos:
• Juana estudia todas las mañanas (verbo: estudia, presente del modo indicativo)
• Quizás Juana estudie todas las mañanas (verbo estudie, presente del modo
subjuntivo)
La primera oración expresa una acción concreta, real, porque Juana, de hecho, ya se
encuentra estudiando por las mañanas. Se trata de alguien en particular (Juana) que
realiza una determinada acción (estudia). En cambio, en la oración del modo subjuntivo,
Juana aún no ha estudiado. El hablante solo presenta "una posibilidad" de que
Juana estudie. Es decir, no se trata aún de hecho concreto y real como en el caso de la
conjugación en indicativo.
Al igual que el tiempo presente, expresa una acción hipotética, no real y que indica que la
misma debió realizarse en un tiempo anterior.
Ejemplos:
• Hubiese sido ideal que Juan desayunase aquel día (verbo: desayunase, pretérito
imperfecto del modo subjuntivo)
• Juan desayunó aquel día (verbo: desayunó, del pretérito perfecto modo indicativo)
La primera oración del ejemplo expresa un deseo en relación a una acción hipotética del
pasado. Al contrario de lo que ocurre en el segundo caso, en donde efectivamente Juan
desayunó. En el enunciado del modo subjuntivo se expresa ―el deseo‖ de que hubiese
sido ideal que Juan hubiese desayunado aquel día.
El tiempo futuro del modo subjuntivo se encuentra casi en desuso. La razón es que en la
mayoría de los casos es fácil utilizar otro tiempo del mismo modo. Sin embargo, tiene un
uso más o menos frecuente en el ámbito de la redacción jurídica o legal.
Ejemplos:
• Los que condujeren en estado de ebriedad serán castigados con....
• Aquel que produjere un atentado contra...
(Fuente: https://www.aboutespanol.com).
La Oración Subordinada (OS) puede ser de tres tipos según la función que desempeñe:
sustantiva, adjetiva y adverbial.
Esta clasificación dependerá de si la OS desempeña una de las funciones típicas de
los sustantivos, como pueden ser sujeto, CoD (complemento objeto
directo), suplemento (complemento objeto directo preposicional) y CI (complemento
indirecto) o de los adjetivos (definir o caracterizar a un sustantivo) o de
los adverbios (definir o caracterizar a un verbo).
El chocolate
Esta camisa
Comer me gusta.
Que tú comas
Que estudien ellos
CoD
SUJETO VERBO
(Complemento objeto directo)
un coche.
libros.
Antonio quiere comer.
que tú comas.
que vengáis pronto.
suplemento
SUJETO VERBO
(compl. objeto directo preposicional)
de tu regreso.
Antonio se alegra
de que hayas regresado.
.
SUJETO VERBO CoD CI (complemento indirecto)
a eso
(yo) No le doy importancia
a lo que tú pienses.
mañana.
(yo) Vendré cuando me sea posible.
después de que hayas limpiado la casa.
Aparte de algunas oraciones principales, el subjuntivo sólo puede ser utilizado en las
oraciones subordinadas. Estas subordinadas (OS), las dividiremos –como decíamos
antes- en tres grandes grupos según las funciones que puedan desempeñar dentro de la
OP a la que pertenecen: sustantivas (con función de sujeto o CoD), adjetivas (que
funcionan como los adjetivos) y adverbiales (que funcionan como los adverbios, para
definir el cuándo, por qué, para qué, cómo, etc. de un verbo).
OS OS
OS adverbiales
sustantivas adjetivas
Clasificación:
Estructuradores de la información.
Son aquellos que distribuyen y ordenan la materia discursiva. Diferenciaremos:
o Comentadores. Introducen una expansión, una respuesta en intervenciones
reactivas. Ejemplo: pues, pues bien, ...
o Disgresores. Introducen un comentario lateral, a veces mostrando el punto
de vista del emisor. Ejemplo: a propósito, por cierto,
o Ordenadores. Se disponen a lo largo de un texto y su base es la
enumeración y pueden funcionar como:
• Introductores: para empezar, ante todo, ...
• Continuativos: entonces, vamos, además, ...
• Enumerativos: en primer lugar, después, ...
• Conclusivos: en fin, en resumen, ...
Conectores.
Son segmentos discursivos que establecen relaciones lógico-semánticas de adición,
contraste, causa, consecuencia, condición, finalidad, sucesión temporal. Habitualmente
son las conjunciones y locuciones conjuntivas, pero pueden ser también conectores de
tipo adverbial o preposicional.
Reformuladores.
Son los que implican una reflexión metadiscursiva, es decir, que sirven para reforzar una
relación de equivalencia, reformulación o paráfrasis (es decir, o sea, ...); para hacer más
creíble y evidente lo que se ha dicho (por ejemplo, a saber, ...); como síntesis o resumen
(en fin, total que, ...); para la rectificación (o, mejor dicho, ...) y finalmente los llamados
reformuladores de distanciamiento que indican que lo contenido en los enunciados
precedentes no es tan relevante como la nueva formulación que ellos introducen (en
cualquier caso, de todos modos, ...).
Operadores argumentativos.
Introducen enunciados que condicionan las posibilidades argumentativas del discurso,
pero no mantienen relaciones condicionantes con los enunciados previos. Unos refuerzan
la argumentación. Otros presentan el miembro que introducen como una concreción o
ejemplo de lo anteriormente dicho. Por ejemplo:
Marcadores conversacionales.
El discurso conversacional, caracterizado por la presencia de dos o más interlocutores
que sin planificación previa hacen progresar el discurso, ha consolidado la existencia de
unos marcadores conversacionales que contribuyen a mantener la relación comunicativa
entre los hablantes. Muchos de los marcadores conversacionales pueden constituir un
enunciado y ser réplica en un turno de palabra. Se pueden distinguir varios tipos de
marcadores:
Los conectores y los marcadores del discurso pueden actuar en diferentes niveles
discursivos: el de la interacción, el de la argumentación, ...
La conexión textual no sólo se refiere las relaciones textuales superficiales, sino que
también muestra las relaciones que se refieren al destinatario. Esto explica por qué
muchos conectores tienen una capacidad modalizadora; o sirven de explicación; o actúan
como operadores argumentativos. Por este motivo, el paradigma de los conectores es
muy heterogéneo, ya que está formado por elementos que tienen un origen subjetivo.
(Fuente: http://escuela2punto0.educarex.es).
Ser y estar son verbos complejos para los aprendices de español, por el simple hecho de
que, en numerosos idiomas, sólo existe un verbo para referirse a ambos. Larochelle
(2008) realiza un útil estudio sobre recursos en línea para enseñar la diferencia entre
ambos verbos en clase de E/LE. Por razones de espacio, haremos un breve repaso de
dichos recursos apenas mencionándolos. Merece la pena, sin embargo, para los
profesores de español, mirar con más detenimiento dicho estudio, ya que se ofrecen
indicaciones concretas para su aprovechamiento.
5. Juegos
-Trivial
[www.marcoele.com/downloads/trivialjmre.pdf]
7. Proyectos/ Unidades didácticas
-Estás de la olla
[www.marcoele.com/downloads/estasdelaolla.pdf]
-Vamos a conocer Cuenca
[www.marcoele.com/downloads/conocercuencaemiliaconejo.pdf]
-GRAMATIQUEST, En busca de la Gramática Perdida
[http://marcoele.com/materiales/wq/wqele/gramatiquest/plantillagramatiquest4.htm]
La voz pasiva es una construcción perifrástica formada por el verbo auxiliar SER más el
participio del verbo conjugado: comer -> ser comido. El verbo en voz pasiva indica una
acción que recae sobre el sujeto (Sujeto Paciente), ejercida por un agente (Complemento
Agente). Este va introducido por la preposición por, que no se debe confundir con un
Complemento Circunstancial.
El pronombre se:
Este pronombre personal de 3ª persona puede tener varios valores y, por tanto, diferentes
funciones dentro de su oración:
Conclusiones
Introducción
Tal y como señala Matte Bon (2010: 83-84), lo primero que hay que constatar al hablar de
la gramática en la enseñanza del español como lengua extranjera es que hasta el día de
hoy el modelo más seguido ha sido / es el tradicional. A pesar de las distintas etapas por
las que ha pasado este sector en los últimos años, y de los importantes cambios que en él
se han producido, el modelo gramatical no deja de preocuparse, casi exclusivamente, por
problemas formales; en una concepción del lenguaje que lo ve casi únicamente como la
―expresión simbólica‖ del mundo y de la lógica aristotélicas articulado en frases , y que, en
su intento de encontrar a toda costa el mundo en la lengua, se obstina en querer ver en
ella una imagen de la realidad o de la irrealidad, sin analizar nunca las posibilidades
expresivas, las actitudes de quien habla, ni muchos otros fenómenos que suelen ser
despachados con una etiqueta o relegados a dominios considerados inexplorables,
debido en parte a un afán formalizador / clasificador que nos pide ―reglas‖ concretas e
inmediatas, y que, por miedo a lo desconocido, se autocondena a no rebasar nunca el
nivel más superficial y con más contradicciones.
El autor propone dos frases gramaticalmente parecidas, para demostrar el hecho de que
una misma estructura gramatical no denota siempre una misma intención comunicativa
(Matte Bon, 2010: 85):
Te he traído un libro para que leas un poco / Yo tus cosas no las he tocado, para que te
enteres.
Según el análisis tradicional, estas dos frases presentan estructuras idénticas en lo que
se refiere a las oraciones que las componen: ambas tienen una oración principal y una
oración subordinada final introducida por PARA QUE. Sin embargo, estas frases son
radicalmente distintas: en ―para que leas un poco‖ expresa la finalidad de un acto
extralingüístico (el de llevar un libro a la persona con la que está hablando el enunciador),
mientras que en ―para que te enteres‖ no expresa la finalidad de un acto extralingüístico,
sino de un acto de habla (el hecho mismo de DECIR, de EXPRESAR
LINGÜÍSTICAMENTE un acontecimiento extralingüístico). Vemos, por tanto, que la
linealidad superficial de estos dos enunciados puede ocultar distintos niveles de
complejidad. El análisis estructural se revela insuficiente para dar cuenta de estos
fenómenos. Tal y como plantea el autor (Matte Bon, 2010: 86), una gramática que
pretenda dar cuenta de los fenómenos comunicativos no puede ignorar este tipo de
cuestiones.
Otro problema del que el autor pretende dar cuenta (Matte Bon, 2010: 86) es la
presentación que se suele dar de las personas gramaticales: los análisis gramaticales
tradicionales suelen hablar de ―primera‖, ―segunda‖ y ―tercera‖ personas de ―singular‖ y de
―plural‖, lo cual sitúa a todas las ―personas‖ en el mismo nivel, y no contribuye en nada a
aclarar el funcionamiento de la comunicación. Si consideramos que NOSOTROS es el
―plural‖ de YO, es imposible entender que la pregunta ¿Nos compramos un piso? tenga
dos respuestas posibles: Sí, comprémonoslo. Sí, compráoslo.
Como plantea Matte Bon (2010: 91), hay una serie de aspectos fundamentales
para poder / saber comunicar de manera adecuada en una lengua que los análisis
gramaticales deberían considerar. Un muy buen ejemplo es la cuestión de cuándo hay
que hablar y cuándo no. Existen numerosas situaciones en las que un hablante no puede,
si quiere mantener un comportamiento comunicativamente neutral, no decir nada. Es la
razón por la que los ejemplos (1) y (3) no son adecuados en una situación comunicativa
normal:
Paradójicamente el hablante que decide no reaccionar cuando le dan una buena o mala
noticia está dando muchas más informaciones que cuando reacciona: está diciendo que
en ese momento no quiere o no puede comunicarse (porque, por ejemplo, está enfadado
o está demasiado ocupado o concentrado en otra cosa, etc.). El hablante que quiere tener
un comportamiento neutral reacciona de la manera más habitual como en (2) y (4): lo que
dice por ser la respuesta esperada, no tiene mucha importancia; si quiere que la tenga,
tendrá que añadir algo más. Hay muchas situaciones en las que esperamos que se digan
cosas, que se tengan ciertos comportamientos lingüísticos, que están codificados. Esto
tiene una importancia fundamental para la enseñanza de una lengua extranjera, e influye
no sólo en el aprendizaje / adquisición de una capacidad expresiva, sino también en el
desarrollo de la capacidad de comprensión (Matte Bon, 2010: 92).
Pero no sólo es importante saber cuándo hablar: también es fundamental saber cuánto
hablar y cómo decir las cosas. Las gramáticas tradicionales rara vez analizan ciertos
fenómenos relacionados con esto, porque los consideran como pertenecientes al dominio
de lo opcional, lo que se puede poner / decir o no, que no añade nada a la comunicación:
es lo que suele suceder con mecanismos como las reduplicaciones de elementos o con
palabras consideradas ―expletivas‖ (Matte Bon, 2010: 93).
Reduplicaciones:
— ¿Puedo fumar? — Sí, fuma / (2)— ¿Puedo fumar? — Sí, sí, fuma, fuma.
Siéntese / (4) Siéntese, siéntese.
(5) ¡Cállate! / (6) ¡Cállate, cállate!
(7) Abre la puerta / (8) Abre la puerta, abre la puerta.
Según los análisis tradicionalmente seguidos en la enseñanza del español como lengua
extranjera, no hay mucha diferencia entre los enunciados de cada una de estas cuatro
parejas. Sin embargo, si se piensa en las situaciones comunicativas en las que se
proferiría cada uno de estos enunciados se llega rápidamente a la conclusión de que son
radicalmente distintos entre ellos: se recurrirá a enunciados como (3) o (5) al decir la cosa
con autoridad. Por el contrario, se pronunciarán enunciados como (4) y (6) par a ser
amable, en el caso de (4), o para pedir algo bastante urgente sin querer hacer uso de la
autoridad: la situación típica en la que se emiten enunciados como (6) es la de la persona
que oye un ruido, y quiere escuchar: es urgente que su interlocutor ―se calle‖, pero no se
lo quiere decir de manera demasiado brutal. Paradójicamente, repetir formas de
imperativo parece ser una manera de neutralizarlas parcialmente (Matte Bon, 2010: 93).
b. Expletivos
Otro aspecto a tener en cuenta que demuestra la falta de relación entre gramática y
comunicación es la plausibilidad de los enunciados (Matte Bon, 2010: 95). La mayoría de
las gramáticas suelen plantearse el problema de la descripción formal de la lengua en
frases, sin preguntarse nunca si las frases producidas tienen alguna posibilidad de
existencia real en los empleos espontáneos de la lengua. Demasiado a menudo los
ejemplos propuestos son frases aparentemente normales que en realidad no se dicen
nunca tal y como están propuestas: una frase como La casa es bonita es improbabilísima
en un empleo normal de la lengua si sólo se quiere decir que una casa de la que se está
hablando ―es bonita‖ sin añadir nada más. Si estamos en una casa que nos gusta diremos
más bien: ¡Qué casa más bonita! / ¡Qué bonita es esta casa / tu casa!, etc. Si estamos
hablando de una casa que acabamos de visitar diremos: Es bonita. / Me gusta. La casa
es bonita pero es demasiado pequeña / La casa es bonita, pero ¿has visto qué muebles?
/ La casa es bonita, pero los dueños me parecen un poco raros..., etc. Demasiados libros
de gramática empleados en la enseñanza del español como lengua extranjera, y casi
todos los de ejercicios gramaticales presentan ejemplos del tipo La casa es bonita. Una
gramática que los evite no es necesariamente una lista de todas las cosas que se dicen,
se llega bastante fácilmente a evitar frases poco plausibles si se consideran los contextos,
y los problemas de la coherencia / cohesión del discurso.
La aportación del autor al decir que hay que considerar siempre la lengua en contextos es
especialmente válida en estos tiempos. Como él mismo apunta, el análisis gramatical no
puede limitarse a analizar frases sin considerarlas como parte de un contexto, porque el
resultado es una gramática incompleta, poco utilizable (Matte Bon, 2010: 96).
Las comparaciones entre los elementos de la lengua son otro ejemplo de los distintos
usos que las palabras pueden adquirir en un contexto comunicativo. Matte Bon (2010:
104) lo expresa muy bien ejemplificando elementos como también, tampoco, hasta, ni
siquiera… ¿cómo entender, por ejemplo, el funcionamiento de TAMPOCO, y cómo
aprender a usarlo si no se lo compara NI SIQUIERA? ¿cómo no referirse a la oposición
TAMPOCO / NI SIQUIERA al hablar de sus contrapartidas de las frases afirmativas
TAMBIÉN, HASTA, SIQUIERA?. Es evidente que con TAMBIÉN la persona que habla
hace algo bastante parecido a lo que hace con TAMPOCO: si con TAMPOCO se refería a
una negación más que se añadía a otra(s) anterior(es), con TAMBIÉN mencionará un
elemento más: Juan vive en Barcelona. Felipe también. Si con NI SIQUIERA negaba lo
que debería ser evidente, lo innegable, entonces con SIQUIERA mencionará / introducirá
lo que debería ser evidente, lo que cae de su peso, que ni debería ser mencionado: Por
favor, deme algo, una peseta siquiera.
Las gramáticas destinadas a la enseñanza del español como lengua extranjera suelen
estar construidas por listas de usos de cada elemento estudiado: rara vez intentan llegar a
la esencia del funcionamiento de cada microsistema. Esto presenta una serie de
problemas (Matte Bon, 2010: 108):
a. Las listas no son completas, y no pueden serlo porque siendo la lengua
creatividad, siempre pueden surgir casos imprevistos.
b. En las listas, con frecuencia, los autores confunden los contextos con el
elemento estudiado: es lo que sucede cuando se dice, por ejemplo, que POR
expresa el precio. El hecho de que en los contextos en los que se expresa el precio
aparezca POR no significa mínimamente que POR exprese el precio. Ese POR es
el mismo que en muchos otros casos, y la idea de precio nos viene de la
combinación de POR con el contexto. De la misma forma, creer que el subjuntivo
es lo irreal porque aparece en contextos en los que lo que se expresa no tiene
realidad extralingüística es confundir las cosas, y no permite luego entender que se
emplee el subjuntivo en casos como: El hecho de que estudie chino no me ayuda
nada, si yo necesito a alguien que sepa inglés.
Como concluye el autor (Matte Bon, 2010:110), si lo que nos preocupa son los usos
comunicativos de la lengua, debemos concebir una gramática que además de estudiar el
funcionamiento de la lengua en sí, partiendo de un análisis de la lengua misma, se
plantee el problema de las posibilidades expresivas, viendo cómo se usa la lengua, pero
sobre todo qué es lo que se dice para actuar con la lengua en cada situación.
Como señalan Gómez del Estal y Zanón (1999, citados en Gómez del Estal Villarino,
2004: CVC), el desarrollo del enfoque por tareas ha venido a presentar una serie de
propuestas acordes con el objetivo de alcanzar la competencia comunicativa, es decir, se
han centrado en la creación de las llamadas tareas comunicativas. Sin embargo, el
desarrollo de la competencia lingüística, de las tareas posibilitadoras o de aprendizaje, ha
recibido un tratamiento desigual.
Lógicamente y como afirma Gómez del Estal Villarino (2004: CVC), desde una
perspectiva de elaboración de materiales didácticos y su utilización en el aula, debemos
preguntarnos por los procesos psicolingüísticos que generan conocimiento implícito. ¿Qué
relación existe entre conocimiento explícito e implícito? ¿Cómo se construye exactamente
el conocimiento implícito de la gramática de una lengua extranjera? ¿Qué relac ión existe
entre el uso del lenguaje en actividades de aula y la construcción del conocimiento
implícito?
2. Intake. La parte del input que es seleccionada por el alumno/a mediante la atención y
que es objeto de repetición, memorización, análisis, hipótesis, etc. Es decir, son los trozos
del input que son trabajados mentalmente.
3. Enseñanza de la gramática. Conjunto de actividades cuyo objetivo es la comprensión,
ejercitación o memorización de los contenidos gramaticales de la LE.
A) A partir del análisis del intake: Este es el procedimiento principal e implica diversos
pasos:
En el curso de una actividad, el alumno/a presta atención a un fragmento del input que
sobresale por su dificultad, novedad, alta frecuencia, etc., del resto del caudal lingüístico.
Comparación X-X. El alumno/a compara la regla que opera en el intake (X) con la regla
interiorizada (X) que extrae de su almacén de conocimiento explícito. Es decir, realiza una
comparación entre la estructura gramatical X que el alumno/a usa en sus producciones en
lengua extranjera y la estructura X que el alumno/a extrae del input.
Interiorización. Si las conclusiones del análisis X-X son consideradas suficientes para la
coherencia del sistema lingüístico en construcción, se incorporarán los nuevos datos. En
caso de conflicto, X#X, se desencadena un proceso de reestructuración.
3. Cotejo. El cotejo de las hipótesis se lleva a cabo a medida que el alumno/a consigue
más información sobre las muestras lingüísticas que ha analizado o sobre las reglas
gramaticales que las rigen. Esto se produce de varias formas:
La investigación realizada por el autor (Gómez del Estal Villarino, 2004: CVC) sobre el
aprendizaje de la gramática nos permite trazar las líneas maestras sobre las que plantear
su enseñanza. Desde estos datos, no parece recomendable orientar las actividades de
enseñanza de la gramática hacia la acumulación de conocimiento explícito. Este, aislado,
no garantiza la construcción de conocimiento implícito. Además, puede convertirse en un
aprendizaje mecánico, fácil presa del olvido o, en el mejor de los casos, sin posibilidades
de ser utilizado en la práctica. La enseñanza explícita de la gramática corre el riesgo de
servir solo para la resolución de ejercicios a corto plazo, sin garantizar su interiorización y
utilización posterior.
Estos dos objetivos están siendo llevados a cabo en actividades para la enseñanza de la
gramática, las tareas gramaticales, elaboradas dentro del marco de una enseñanza del
lenguaje mediante tareas según la investigación del autor.
Éste plantea una serie de criterios para la enseñanza de la gramática mediante tareas
gramaticales. Desde esta misma reflexión, algunos autores (Fotos y Ellis, 1991; Gómez
del Estal, 2001; Gómez del Estal y Zanón, 1999; Loschky y Bley-Vroman, 1993), han
planteado un conjunto de criterios para la elaboración de tareas gramaticales. La idea
central de su propuesta es el concepto de concienciación gramatical o grammar
consciousness-raising (Sharwood-Smith, 1981). Las características de la enseñanza de la
gramática orientada hacia la concienciación gramatical son (Gómez del Estal Villarino,
2004: CVC):
El objetivo de las actividades de concienciación gramatical es hacer reflexionar a los
alumnos/as sobre determinados fenómenos gramaticales.
Para establecer una diferencia clara entre actividades basadas en tareas y actividades
meramente gramaticales, el autor plantea una serie de características distintivas para
cada tipo (Gómez del Estal Villarino, 2004: CVC):
- Actividades gramaticales:
Se vuelve al esquema tradicional profesor/a-alumno/a.
No hay vacío ni intercambio de información (o es mínimo): el profesor/a es el
que sabe.
No hay negociación posible, al encontrarse ambos interlocutores en niveles
diferentes.
La interacción es mínima y el objetivo se diluye, en el mejor de los casos, en la
capacitación para una actividad comunicativa posterior.
No se produce desarrollo de estrategias: al alumno/a se le da la información tal
y como se espera que la aprenda.
Se produce una pérdida inmediata de atención por parte del alumno/a no
directamente interesado en cuestiones gramaticales.
Como indica el autor, gracias a las tareas gramaticales, es posible resolver, en gran
medida, el problema de la «lección de gramática», integrándola en el objetivo mayor de
mantenimiento de la comunicación, aprovechando la auténtica situación social de la clase,
que es el aprendizaje efectivo de la lengua.
Conclusiones
Introducción
Una vez visto qué es la gramática y cómo ha de afrontarse su didáctica en clase,
falta sólo por determinar qué hay que tener en cuenta a la hora de evaluarla. Para ello
contamos con la ayuda de lo establecido en el Marco Común Europeo de Referencia para
las lenguas con respecto a la evaluación, así como los diferentes instrumentos de
evaluación planteados por los expertos que, aplicados en el momento oportuno y con la
adecuada temporalización, nos dan la clave para obtener los datos que necesitamos para
evaluar tanto la actitud de nuestros alumnos como su actuación y competencia
gramaticales. Una tarea que, a priori, puede parecer ardua y genera poco entusiasmo
entre el profesorado y el alumnado mismo, se puede tornar en un procedimiento
interesante de obtención de datos si se usan las herramientas adecuadas en el momento
adecuado.
Teniendo en cuenta los usos del Marco en materia de evaluación, este nos ayuda a:
1. Especificar el contenido de las pruebas y de los exámenes, lo que se evalúa a
partir de su dimensión horizontal.
2. Establecer los criterios con los que se determina la consecución de un objetivo
de aprendizaje, cómo se interpreta la actuación a partir de su dimensión vertical.
3. Describir los niveles de dominio lingüístico en pruebas y exámenes existentes,
permitiendo así realizar comparaciones entre distintos sistemas de certificados,
cómo se pueden realizar comparaciones a partir de su dimensión horizontal y de su
dimensión vertical. A los profesores nos interesará especialmente trabajar con los
dos primeros usos del Marco y a las instituciones, también con el tercero (Puig,
2008: 81).
Con respecto al primero de ellos, ―lo que se evalúa‖, creemos que la lectura y
familiarización, por un lado, con el uso y aprendizaje de la lengua del enfoque orientado a
la acción desarrollado en el capítulo 4 ―ha de permitir a todos los implicados en el
aprendizaje, enseñanza y evaluación de lenguas considerar y determinar en términos
concretos y con todo el detalle que deseen, lo que se espera que los aprendientes
puedan llegar a hacer mediante el uso de la lengua y lo que deberían saber para ser
capaces de usarla‖. Por otro lado, el análisis de descriptores de distintas escalas
interrelacionados entre sí nos ayuda a establecer los objetivos a alcanzar en una
secuencia de aprendizaje y por tanto aquello que deberemos evaluar (Ibidem).
Hay disponible una escala ilustrativa para la corrección gramatical. Esta escala hay que
verla en relación con la correspondiente a la competencia lingüística general mostrada al
principio de esta sección. No se considera posible elaborar una escala de la progresión
relativa a la estructura gramatical que sea aplicable a todas las lenguas.
CORRECCIÓN GRAMATICAL:
C1 Mantiene un alto grado de corrección gramatical de modo consistente; los errores son
escasos y apenas se notan.
• Raíces.
• Afijos (prefijos, sufijos, infijos), que comprenden:
- Afijos de derivación (por ejemplo: re-, -mente, -dad).
- Afijos de flexión (por ejemplo: -aba, -ase).
Formación de palabras: Las palabras se pueden clasificar en:
• Palabras simples (sólo la raíz; por ejemplo: seis, árbol, romper).
• Palabras complejas (raíz + afijos; por ejemplo: irrompible, seises).
• Palabras compuestas y lexías complejas (que contienen más de una palabra; por
ejemplo: rompehielos, cascanueces, vestido de noche, cuello de botella).
Tal y como afirman los autores Ruiz Herrero y Soler Canela (2013, CVC), cuando
evaluamos lo hacemos con unos propósitos determinados. Dichos propósitos determinan
el marco temporal en el que tendrá lugar la evaluación, ya sea en lo que se refiere tanto a
su duración como a su frecuencia. Dentro del ámbito de una evaluación formativa las
decisiones que más nos interesan son las que se deben adoptar durante el proceso de
aprendizaje, ya que son éstas las que nos permitirán modificarlo y corregirlo a tiempo. Un
concepto que a menudo se confunde a este respecto es el de la llamada evaluación
continua, es decir, aquella que se produce de manera más o menos formal a lo largo de
todo el curso. Hay que señalar que la mayor frecuencia con la que se lleve a cabo la
evaluación no implica necesariamente un carácter formativo, puesto que el factor esencial
radica en que la información recogida se use de manera formativa, esto es, para mejorar
el aprendizaje (Ibidem).
Lo que importa pues no es tanto el ‗cuándo‘ sino el ‗para qué‘. Así, una interpretación
sesgada de la evaluación continua como evaluación formativa se basa en la realización
frecuente de pequeñas evaluaciones (actividades, controles, observaciones) para ir
acumulando calificaciones que, agregadas al final del periodo, determinen la nota final.
Ahora bien, en tal caso, la información retirada en cada uno de los pasos tan sólo se está
utilizando para tomar decisiones de carácter sumativo y no para adaptar el proceso de
aprendizaje. (Ibidem).
Para estos autores, la evaluación es una cuestión temporal; es decir, existen diferentes
tipos de evaluación según el momento de su aplicación:
- Durante el proceso:
• Decidir si continuamos con la siguiente unidad, lección, etc.
• Modificar o variar planes de clase o prácticas docentes según nuestra
experiencia con los estudiantes.
• Individualizar la instrucción para alumnos con dificultades.
• Corregir la respuesta del alumno.
• Modificar cómo formulamos las preguntas.
• Buscar la respuesta en otro alumno.
• Usar una estrategia de aprendizaje diferente.
• Dedicar más tiempo a un área específica del contenido.
• Centrarme más en un área concreta del contenido.
• Solicitar una respuesta al grupo-clase.
• Dar una unidad por terminada y pasar a la siguiente.
• Al final del proceso:
• Modificar los objetivos generales para que sean apropiados al próximo grupo de
alumnos.
• Modificar mis planes de clase para hacerlos más efectivos.
• Modificar mi forma de enseñar algunos de los objetivos o contenidos para que
sean más efectivos la próxima vez.
• Modificar mi sistema de evaluación y los procedimientos que uso para ser más
efectivo.
• Decidir quién pasa al siguiente curso.
• Certificar un nivel de habilidad.
Según esos momentos o finalidades, cada evaluación recibe una denominación concreta.
Así podemos referirnos en líneas generales a los siguientes tipos de evaluación (Puig,
2008: 84-85):
EVALUACIÓN DE AULA, que puede ser continua o formativa y que puede adoptar
las siguientes vertientes:
Además, los interesados en usarlo pueden consultar los PEL ya validados de las cuatro
lenguas oficiales en España.
A parte del portfolio, la autora plantea una serie de instrumentos para la evaluación de
aula (Puig, 2008: 86-88):
- el diario del estudiante en el que cada uno anota la evolución de su aprendizaje.
Estos diarios pueden ser individuales y extraescolares o formar parte de la actividad de
clase, dedicando, por ejemplo, unos minutos al comienzo o al final de la semana para
hacer balance del trabajo realizado, anotar los logros y establecer prioridades y
compromisos de trabajo individuales o de grupo.
- los proyectos de trabajo son tareas finales de realización individual y/o de grupo
que deben incluir un trabajo de análisis, reflexión, autoevaluación y/o coevaluación de los
participantes en el proyecto.
- la carpeta, dossier o portafolio, instrumentos todos ellos que tienen como objetivo
recoger las actividades y actuaciones realizadas en la clase para fomentar la reflexión
sobre el progreso alcanzado y proponerse objetivos de aprendizaje concretos a corto
plazo.
Además de los instrumentos citados, para llevar a cabo una evaluación formativa el
profesor puede dotarse de instrumentos de evaluación y reflexión tales como:
- diario de clase del profesor, en el que anotar datos significativos de cada clase:
qué ha funcionado, qué no, y por qué, y propuestas de cambio y mejora;
- portafolio del profesor;
- listas de control como las detalladas como instrumentos de evaluación de los
estudiantes;
- entrevistas de tutorización de los alumnos con el fin de proporcionarles la
retroalimentación necesaria para avanzar en el proceso de aprendizaje;
- encuestas o cuestionarios referidos a aspectos trabajados en la clase o fuera de
ella y que el profesor puede considerar relevantes para el proceso de enseñanza-
aprendizaje;
- proyectos de trabajo cooperativo realizados por grupos de estudiantes;
- hojas de seguimiento en las que anotar las observaciones de clase del trabajo de
los alumnos;
- revisión de los apuntes de clase de los estudiantes y del trabajo realizado en
casa;
- grabaciones en audio o vídeo de actuaciones orales de los estudiantes.
- actuaciones escritas de los estudiantes.
- criterios de evaluación de la actuación escrita y oral, holísticos o globales, es
decir, que tengan en cuenta la actuación lingüística del candidato en su conjunto, o
analíticos, que evalúen de forma separada distintos componentes de la actuación
lingüística (capacidad de comunicar, fluidez, coherencia y cohesión del discurso,
riqueza y corrección lingüística…), como se ha comentado anteriormente.
Mendoza Fillola (2008, CVC), por su parte, considera que, en materia de evaluación, los
términos examen, corrección, calificación son opciones usuales y simplistas a las que
recurre el profesor para desarrollar el acto de evaluación. La calificación -que es un
concepto restrictivo respecto al de evaluación- sólo considera a los alumnos como fuente
pasivamente aportadora de datos, ha dicho Widdowson (1990). La práctica de esta
orientación, por lo que respecta a las características específicas de nuestra área, no deja
de ser un contrasentido, si se pone en relación con los enfoques nocio-funcionales y
comunicativos y su pertinente metodología.
Según la advertencia del autor (Mendoza Fillola), un planteamiento de este tipo -centrado
en saberes no pragmatizados y en exclusivos criterios preceptivo-estructurales
observados en la resolución de ejercicios y, en menor grado, en la espontánea realización
de producciones- ha de ser ya sustituido por propuestas que ofrezcan perspectivas más
amplias y que, sobre todo, se centren en el análisis y comprensión de los proces os de
enseñanza/aprendizaje lingüístico.
Diarios de aprendizaje o de clase: textos producidos por los alumnos con impresiones
referidas al desarrollo de un curso y a su actuación. Pueden ser totalmente abiertos o
estar más o menos dirigidos por preguntas o sugerencias del profesor.
Códigos de corrección: códigos que representan con símbolos o letras los tipos de errores
que hay en un texto escrito para que el alumno pueda buscar la causa y corregirlos.
Controles: pruebas más o menos controladas y formales que realiza el profesor en el aula.
Tratamos de diferenciar lo que se piensa y lo que se dice para acercarnos a los términos
que nos interesan.
CONCEPTOS
La unidad fonológica, por tanto, es el FONEMA mientras que lo concreto que suena y
oímos es el SONIDO, unidad fonética, que puede corresponderse con un fonema.
FONEMA es lo abstracto, es una UNIDAD MENTAL, no se puede ver ni tocar
(FONOLOGÍA) y sonido es lo concreto y real (FONÉTICA).
DIFERENCIAS
De tal forma que, si ponemos el ejemplo de una casa, diríamos que su estructura, su
forma, primero sería un agujero, no es nada (equivaldría al fonema), es solo una
abstracción o pensamiento de lo que se va a construir; luego podrían unos palos o
cimientos (los sonidos) y posteriormente los ladrillos (ya se ve algo más, parecido a las
letras o grafías).
Una vez adquiridos los conceptos previos, estudiaremos los fonemas que constituyen el
sistema del español.
Los 19 fonemas consonánticos son los siguientes (que, al no ser letras, presentan
dificultades para escribirlos por no estar reflejados en el teclado de un ordenador):
/b/, /0/, /c /, /d/, /f/, /g/, /x/, /k/, /l/, /l /, /m/, /n/, /n /, /p/, /r/, /r /, /s/, /t/, /y/
FONÉTICA ACÚSTICA es cuando se estudia la onda sonora de los sonidos del lenguaje y
describe sus índices acústicos.
EL APARATO FONADOR
Si solo pensamos, no hacemos partícipes a los demás. Para que se sepa lo que
pensamos debemos verbalizarlo, es decir, hablar, pronunciar los sonidos
correspondientes a aquello que pensamos. Para poder realizar ese traslado de la mente
al sonido, necesitamos la respiración.
En todo movimiento de respiración tenemos una fase de aspiración y otra de expulsión
del aire. Mientras cogemos aire, no podemos pronunciar ningún sonido. Es un acto
incompatible. Cuando cogemos aire, debe pasar al resto del cuerpo para que se oxigene
bien y después empieza el proceso de salida al exterior de ese aire.
Ahí debemos tener en cuenta el aparato fonador.
Desde el diafragma hasta pasar, ascendiendo al exterior, por el área pulmonar, llega a la
glotis, un músculo, que como los demás, se contrae y se distiende. Cuando se contrae,
pasa el aire y roza las cuerdas vocales hasta que llega a la cavidad bucal. En la boca
encontramos unos órganos móviles, otros inmóviles y un órgano semimóvil.
Los órganos inmóviles son los dientes, el paladar y los alveolos (protuberancias que
advertimos tras los dientes de arriba).
Dependiendo de dónde se unan estos órganos y la fuerza del aire al salir al exterior, se
pronunciarán unos u otros sonidos.
LAS VOCALES
Decíamos que los fonemas vocálicos son 5: /a/, /e/, /i/, /o/, /u/, unidades mentales, que
ahora vamos a pronunciar. Tomamos aire, entra bien en el organismo, y va saliendo poco
a poco hasta llegar a la boca. Allí, según la posición de los órganos pronunciaremos los
sonidos [a], [e], [i], [o],[u]. En este caso observamos que a 5 fonemas, les corresponden 5
sonidos y también 5 grafías o letras: a, e, i, o, u.
CARACTERÍSTICAS
Si vemos un triángulo, imaginariamente, dentro de una boca de perfil, veremos que la ―A‖
se pronuncia con la lengua en el centro y la boca muy abierta, es por eso que decimos
que sus características son CENTRAL y de abertura máxima. Es una gran dificultad para
los aprendientes de español, porque la mayoría de la fonética de otras lenguas no tienen
esta gran abertura de boca que realizamos al pronunciar la ―A‖ en español.
Atendiendo a la abertura de la boca, respecto a la ―A‖, debemos decir que la ―E‖ y la ―O‖
presentan una abertura media y la ―E‖ y la ―I‖ presentan una abertura mínima, de ahí que
las llamemos cerradas o débiles.
I U
E O
A
DIPTONGOS. TRIPTONGOS.
Cada vez que sale aire al exterior pronunciamos un solo sonido, de ahí que si hablamos
muy rápido y pronunciamos muchos sonidos, sale más aire del que podemos aspirar y por
eso hay un momento que parece que nos falta aire y paramos y respiramos
profundamente. Con esta percepción, llegamos a la conclusión de que cada vez que
emitimos un sonido se produce un proceso de espiración, es decir, sale aire y se emite un
sonido. Ahora hablamos de sonidos vocálicos.
A veces se pronuncian dos vocales juntas, en una sílaba, y tenemos un diptongo siempre
que una de las dos vocales sea una ―I‖ o una ―U‖ con cualquiera de las otras vocales: A,
O, U.
Si se unen 3 vocales en la misma sílaba, hablaremos de triptongo siempre que dos de las
vocales sean cerradas ―I, ―U‖ y entre ellas tengamos una ―A‖, o una ―E‖ o una ―O‖.
PROBLEMÁTICAS EN ELE
LAS CONSONANTES
Dependiendo del lugar donde se junte un órgano móvil con uno inmóvil o con el semimóvil
o dos órganos móviles diremos que ese lugar donde se unen es lo que se llama PUNTO
DE ARTICULACIÓN.
CARACTERÍSTICAS
Es el lugar donde se juntan un órgano móvil con uno inmóvil o con el semimóvil. También
pueden unirse dos órganos móviles, por ejemplo, los dos labios, o un labio con los
dientes, u otras combinaciones.
MODO DE ARTICULACIÓN
Cuando el aire llega a la cavidad bucal, a veces se encuentra con los dos labios unidos
para pronunciar, por ejemplo, la ―B‖ y no puede terminar de salir, de ahí que también
influya cómo sale el aire al exterior; si cuando los labios se desunen el aire sale
bruscamente o si los órganos permiten que el aire salga con suavidad.
Atendiendo a este parámetro, podemos decir que se dividen en:
Cuando todo el aire sale por la boca, hablamos de sonidos orales y cuando las cuerdas
vocales vibran más decimos que los sonidos son sonoros y si vibran poco, los llamamos
sonidos sordos.
GRAVES AGUDAS
También decimos que son GRAVES cuando los sonidos se realizan o en la parte anterior
o sumamente exterior por lo que la boca se queda en una unidad llamada caja de
resonancia, mientras que son AGUDAS cuando la realización hace que la lengua divida la
boca en dos partes o cajas de resonancia (la lengua va hacia los dientes y se que da en el
centro o la lengua va hacia el paladar y parece que divide la cavidad bucal en dos).
De otro lado, queda por recordar lo que entendemos por sonidos DIFUSOS, si se
pronuncian en la parte anterior y DENSOS si se pronuncian en la parte posterior.
Todos estos sonidos reciben el nombre de NO LÍQUIDOS porque son más cerrados que
los LÍQUIDOS que son LATERALES y VIBRANTES.
Diremos, pues, que el sonido más abierto es el vocálico A y luego el resto de vocales
incluidas las que llamamos cerradas E, I. luego son menos abiertos los LÍQUIDOS y los
más cerrados de todos son los NO LÍQUIDOS (ya hemos visto que en el caso de
pronunciar la B o la P se cierra completamente la boca).
Veamos los LÍQUIDOS:
LATERALES VIBRANTES
l r
l r
Los LÍQUIDOS son laterales: /l/, /l / porque el aire sale por los lados (laterales) de la
lengua y los vibrantes son /r/ porque el aire vibra poco al salir al exterior (vibrante simple)
y /r/ poco vibra mucho (vibrante múltiple).
En primer lugar diremos que tenemos una grafía a la que no corresponde ningún sonido,
la H, por lo que un mantra de ELE es que en español se pronuncia todo menos la H.
También disponemos de dígrafos: dos grafías con un solo sonido, especialmente LL
(doble ele) y CH (che).
/b/- b, -v, w
/k/-c, -Qu, k
/0/ - C, Z
/g/ - g, GU
/X/ - g, -j
Significamos también una grafía solo en español-Ñ- y la dificultad de r ( aro) y – rr con
sonido vibrante múltiple con una sola grafía en inicio de palabra y doble grafía en posición
intervocálica.
NEUTRALIZACIÓN Y DESFONOLOGIZACIÓN
LA SÍLABA
Si en un solo golpe de voz o sílaba se pronuncian dos vocales decimos que se trata de un
diptongo si se une una I o una U con cualquiera de las otras vocales en cualquier
posición, pero hablaremos de HIATO si la unión de vocales no incluye ni la I ni la U.
Sobre las sílabas, también debemos recordar que pueden ser TÓNICAS si incluyen un
mayor énfasis o fuerza al pronunciar la vocal de esa sílaba, Llamamos ATÓNAS a las que
no tienen ese énfasis o fuerza al pronunciarse, por ejemplo, VEN- TA-NA tendrá una
sílaba tónica en –TA- y dos sílabas átonas en VEN- y –NA.
Cuando se unen dos vocales en la misma sílaba y la tónica recae sobre la vocal I o bien
U, tampoco se forma diptongo, sino que se rompe en dos sílabas y se llama también
hiato, por ejemplo MA-RÍ-A (3 sílabas) y RA-ÚL (2 sílabas) que, de no haber tenido la
tonicidad en la I y en la U habrían sido diptongos.
Estos aspectos son problemáticos en ELE e incluso el final de una palabra terminada en
vocal y el principio de otra en vocal también (sinalefa en licencias poéticas) puede
parecer diptongo en la cadena hablada y la no articulación adecuada supone problemas
de comprensión.
1.4. UNIDADES SUPRASEGMENTALES
ACENTOS Y TILDES
Debemos diferenciar acentos de tildes, por lo que veremos sus definiciones y las
funciones que realizan.
CONCEPTOS Y FUNCIONES
Llamamos ACENTO a la mayor fuerza de voz que recae en la vocal de una sílaba y sirve
para diferenciar y contrastar, por ejemplo, ingles (parte del cuerpo humano) e inglés
(idioma).
La TILDE es una marca gráfica que se dispone sobre la vocal atendiendo a las ya
señaladas reglas ortográficas
LA ENTONACIÓN
Llamamos entonación a la línea melódica con la que varía la voz. Quilis lo define como
una función lingüísticamente significativa y socialmente representativa.
TIPOS Y FUNCIONES
Es la sucesión de sonidos en una secuencia lineal que tiene significado propio donde va
cambiando la altura y el ritmo dando lugar a curvas melódicas y patrones que ayudan al
significado.
Son, como vemos, factores importantes para la comprensión de una lengua nueva, en
este caso el español que aprenden hablantes extranjeros.
1.5. LA ORTOEPÍA
Para llevar la buena pronunciación a las aulas de ELE es preciso conocer conceptos
teóricos que ayuden a los estudiantes de español como lengua extranjera. Para ello
disponemos del MCERL que es el MARCO COMÚN EUROPEO DE REFERENCIA DE
LAS LENGUAS que dispone los conocimientos en franjas denominadas con letras y
números (A1, A2, B1, B2, C1, C2) divididos en descriptores relacionados con hablar,
escribir y comprender, que abarcan desde un nivel básico hasta un nivel competente
pasando por un nivel independiente.
El aprendiente debe percibir sonidos y diferenciarlos para poder producirlos y que llegue a
la comprensión.
La didáctica debe ocuparse de estos aspectos así como de los conceptos de criba
fonológica, sordera fonológica y asimilación y distinción interlenguas.
CRIBA FONOLÓGICA
Cuando los aprendientes perciben un sonido, lo ―filtran‖ teniendo en cuenta los sonidos de
su lengua nativa y lo separan de otros; es lo que llamamos CRIBA para poder adentrarse
en el conocimiento de la nueva lengua. Si no se produce esa criba, no se producirán ni se
percibirán los sonidos y por lo tanto no habrá comunicación posible por no existir el
aprendizaje, en este caso en ELE. Lo importante es que no hay comunicación posible.
SORDERA FONOLÓGICA
Esos sonidos que no son iguales o parecidos entre L1 y L2 son distintos y son los que
debe incorporar por medio de actividades y procesos más específicos.
Cuando no se hace esa distinción, por medio de una ―criba‖, se llega a la ―sordera‖ y,
como venimos diciendo, podemos concluir en que no se llevará a cabo la comunicación y
por tanto no se podrá hablar de ELE (enseñanza de español para extranjeros) que es lo
que nos ocupa en esta primera UD.
1.7. CONCLUSIÓN
Parece que la fonética, tradicionalmente, es un terreno árido por el que hay que pasar
muy superficialmente, pero es necesario decir que si no se pronuncian bien los sonidos
en la cadena hablada, las palabras se distorsionan. Estas palabras componen el léxico de
una lengua y, a su vez, son sustantivos, adjetivos, es decir, que estamos entrando en la
morfología que afecta, a su vez, también, a la sintaxis, por lo que la fonética no es un
parámetro aislado para aprender español en este caso, sino que debe quedar claro que
de no realizarse de la mejor manera posible, influye en los demás ámbitos de dicho
proceso de enseñanza/aprendizaje.
2.1. Introducción
Además de saber cómo se pronuncian los sonidos (tema 1), debemos conocer que dichos
sonidos forman palabras y que con ellas nos comunicamos en la lengua que estamos
aprendiendo. Las palabras y los sonidos que las componen, a su vez, forman oraciones
que constituyen la interacción entre hablantes, de ahí que ya mantuvimos y seguimos en
la idea de un aprendizaje holístico, integrado y total en ELE, igual que en el aprendizaje
de cualquier L2.
2.2.1. Composición
La composición utiliza dos bases léxicas, generalmente estables. Atenderemos a diversos
procedimientos llamados, en general, compuestos por aglutinación, que suponen una
gran aportación al léxico.
- Formadas por un sustantivo terminado en í+ un adjetivo: pelirrojo.
- Unidas mediante guión: físico-químico
- Formadas por dos sustantivos: bocamanga
- Formadas por un verbo en 3ª persona+ un sustantivo: pasatiempo
- Por dos adjetivos: hispanoamericano
- Un adverbio + sust/adj: maleducado
- Un adverbio+ un verbo: maleducar
2.2.2. Derivación
La derivación consiste en la combinación de morfemas léxicos y derivativos, también
llamados afijos que son prefijos (si se añaden anteponiéndose a la raíz) y sufijos (si van
tras la raíz o lexema). Con este procedimiento se llega al conocido concepto de familia
léxica. Así, por ejemplo, a deporte se le pueden añadir prefijos y sufijos que nos dan
vocablos tales como: polideportivo, deportista, etc y ese conjunto constituye una familia
léxica (que guarda la misma raíz).
En el caso de los prefijos pueden tener distinta procedencia o etimología como el caso de
poli (griego) y multi (latín): polideportivo, multideportista, y tener el mismo significado, o
ejemplos tales como a-, des-, i-, im-, in, para la negación u oposición. Son muy conocidos
inter-, mega-, pre-, pro-, entre otros.
Cuando se añaden estos afijos en forma de sufijos puede producirse una metábasis,
concepto que nos habla de un cambio de categoría gramatical: blanco-blancura-
blanquear, con el mismo lexema o raíz, al sumarle distintos sufijos pasa de adjetivo a
sustantivo y a verbo (distintas categorías gramaticales).
También añadir unos u otros permite cambios de significados, siendo los más productivos
los siguientes:
- Acción: patinaje, producción
- Cualidad: transparencia, honradez
- Colectividad: alumnado, pineda
- Lugar: embajada, cafetería, discoteca
- Actor o agente: narrador, traficante, bombero
- Relación o pertenencia: novelesco, campestre
- Instrumento: regadera, lavadora, armadura
- Profesión, cargo: ingeniero, empresario
- Origen o procedencia: asturiana, madrileño
Por otro lado, recordamos también que los SUFIJOS pueden clasificarse en:
- Aumentativos
- Diminutivos
- Apreciativos: hijito (aunque no sea un bebé)
- Despectivos
2.2.3. Lexicogénesis
Conocer estos procedimientos o estructuras de palabras es muy importante para un
estudiante de ELE (Sanz Alava, 2000), porque estos afijos, como sabemos, se pueden
aplicar a distintas palabras, por eso es por lo que hablamos de lexicogénesis, es decir,
que se crea, se origina nuevo léxico a partir del conocimiento de una palabra. Son
importantes las actividades que se puedan hacer al respecto para que los estudiantes de
español vean cómo ciertos prefijos y sufijos son muy rentables en español y los
encuentran en varias palabras, de ahí que su aprendizaje les sirva para aprender más
vocabulario.
Recordando los conceptos diferenciados, pero muchas veces tomados como sinónimos,
de léxico y vocabulario, pasaremos ahora a establecer otra terminología que debemos
considerar en la enseñanza de ELE.
Llamamos lexicón mental al concepto que expresa las habilidades mentales que conoce y
tiene un hablante y es capaz de utilizarlas para expresarse de forma oral y/o escrita. Aquí
es donde deberían almacenar los estudiantes de ELE las palabras y expresiones de las
que pueden servirse, una vez aprendidas en numerosas ocasiones.
Activo y pasivo
El vocabulario activo es el que conocemos y utilizamos con normalidad usándolo a
diario en muchos contextos.
Vocabulario pasivo es el conocemos pero no utilizamos, por ejemplo, ciertas
personas conocen los tacos y no los utilizan, es, por tanto, su vocabulario pasivo.
General y específico
Llamamos general al que se utiliza indistintamente para varios contextos de
comunicación y específico a aquel que solo se usa en ámbitos determinados y que,
por tanto, debe tener un procedimiento de enseñanza/aprendizaje elevado y propio
de materias específicas tales como la ciencia y la técnica. En estos niveles de
enseñanza y aprendizaje se introduce un vocabulario nomenclator o también
llamado vocabulario con tecnicismos.
Frecuente y necesario
Ya hemos hablado del vocabulario basado en frecuencias, que en español no
tenemos clasificado oficialmente, aunque se debería clarificar un cierto índice
específico para ayudar al aprendiente. Sí se maneja un vocabulario fundamental y
varios estudios sobre disponibilidad léxica. Todos ellos se enmarcarían en lo que
es necesario que deba conocer un estudiante de ELE para poder interactuar y
como decimos siempre, pueda comunicarse en español.
Recordemos que López Morales llega a decir que el léxico fundamental, común,
que se emplea en una lengua está constituido por el léxico básico (que se extrae
de textos escritos) + vocabulario disponible (que se toma de la lengua oral).
Antonio Briz caracteriza la lengua coloquial basándose en rasgos tales como la relación
de igualdad entre interlocutores, las relaciones vitales de experiencias compartidas, la
cotidianeidad, la ausencia de planificación, la finalidad de comunicarse por comunicarse
como experiencia social propiamente humana y el tono informal.
Entendemos, por otro lado, que la variante del léxico estándar se refiere al vocabulario
normativo (admitido por la RAE) que mantiene, conoce y difunde la mayoría de los
hablantes de una lengua.
El léxico no solo se compone de palabras. Ya hemos visto otras unidades como ―pez
espada‖ o ―conejillo de Indias‖, por lo que tenemos que ocuparnos de unidades mayores
que la palabra.
En este aspecto es necesario referirnos a las publicaciones del profesor García Paje. En
general, a toda expresión mayor de la palabra que tenga otro significado lo llamaremos
unidad léxica.
Las locuciones son expresiones fijas de la lengua que funcionan como un sustantivo,
adjetivo o verbo, por ejemplo, ―cortar por lo sano‖= apartarse, ―tocar las narices‖=
molestar.
Los modismos se refieren a ciertas expresiones que tienen otro significado y se usan en
comunicaciones informales en cuyos contextos adquieren su significado: ―es pan comido‖,
―andarse por las ramas‖.
Las frases hechas son oraciones completas con otro significado: ―Tirar la casa por la
ventana‖= gastar mucho dinero.
Queda, finalmente, mencionar los llamados chunks o ―trozos‖ más largos de la lengua,
estructuras de la lengua que tienen un significado fijo en la comunicación. Son trozos
prefabricados de la lengua (multi-word prefabricated chunks) que Lewis sacó a la luz al
entender que en la comunicación de una L2, a veces, es más interesante aprender trozos
de discurso que gramática, léxico ,etc., de ahí la idea que se hizo popular pensar si
cuando se va a un país cuya lengua desconocemos, preferimos llevar un diccionario
bilingüe o un libro de frases que sirven para comunicarnos de forma eficaz, tales como
―¿dónde está X?‖, ―¿cómo se llega a…?‖, ―tengo una reserva‖, etc. También reciben el
nombre de ―secuencias léxicas‖ o ―lexis‖.
Llamamos así a un concepto, que, desde finales del siglo XX, se utiliza en la enseñanza
de L2 y que es clave en el enfoque comunicativo. Lewis atestigua que se debe redefinir el
concepto de aprendizaje gramatical y léxico en la enseñanza de lenguas extranjeras hoy.
Para comunicar una idea, el hablante de una nueva lengua no junta palabras siguiendo
las reglas gramaticales, sino que recurre a secuencias léxicas prefabricadas (chunks).
Permite asimilar patrones lingüísticos que antes eran patrimonio de la gramática, de ahí la
idea de lexicalizar la gramática y reconocer que los errores gramaticales son propios del
aprendizaje de una nueva lengua y nada más.
La política lingüística parte de la observación de poder preparar a todos los europeos para
desafíos de movilidad internacional y enriquecimiento lingüístico según necesidades que
debe identificar y atender de forma competencial.
Teniendo en cuenta los contextos comunicativos, vemos que el léxico, que ya decíamos
que se agrupa en centros de interés, ayuda en las diferentes esferas de acción para los
intereses de los aprendientes. Existe un número indeterminado de ámbitos posibles pero
deben ser un referente de lo que necesita un alumno y, por tanto, cómo se le capacitará
en la enseñanza y se le irán ofreciendo estrategias de aprendizaje para ir progresando en
los niveles A1, A2, etc.
Asimismo debemos tener en cuenta las exigencias de su aprendizaje que tanto en niveles
orales como en escritos se suelen centrar en temas: vida cotidiana, deportes, ocio, etc. a
cuyo conocimiento ayuda el aprendizaje por medio de campos léxicos que sirven para
acceder a temas y subtemas que identificarán el grado de conocimientos de cada alumno.
Es por ello que el léxico es una columna importante en el propósito comunicativo que
sirve, siempre, en todos los casos, para evaluar el grado de conocimiento de una lengua
en el alumnado.
Aprender léxico es una constante cuando se adquiere una nueva lengua. A pesar de eso,
se debe tener en cuenta que lo importante es la competencia comunicativa y debemos
reconocer que el léxico permite la comunicación. Ya hemos visto que las unidades
mayores, fraseológicas, ayudan a los aprendientes en la integración lingüística de la
lengua que están adquiriendo. El Plan Curricular del Instituto Cervantes recomienda
integrar el estudio de estas unidades desde los niveles iniciales.
3.1. Introducción
Esta tercera unidad tratará los distintos enfoques de la didáctica (del griego
didaskos=enseñar) así como estrategias y procedimientos pedagógicos. Para tratar este
importante aspecto debemos hablar de enseñanza/aprendizaje teniendo siempre en
cuenta que lo importante es el aprendizaje del alumnado.
Siguiendo la clasificación de Cervero y Pichardo (2000), las fases que podemos seguir en
el aula para la enseñanza de ELE son las siguientes:
Fuera del territorio propiamente peninsular, la variante del español de América adquiere
también diferencias fónicas que observamos entre los hablantes de México, Argentina,
Cuba, Chile, Uruguay, Colombia y EEUU con el resto de repúblicas.
Es cierto que la lengua española mantiene una norma oficial, que llamamos académica,
refiriéndonos a las directrices que la RAE (Real Academia de la Lengua) ofrece a los
hablantes. En numerosas ocasiones estas directrices no llegan a los usuarios, de ahí que
también hablemos de norma de uso, entendiendo por esta todo lo que creemos que es
correcto y damos por válido. Hablamos de una identidad estándar que debe formar parte
no solo de lo que deben aprender los estudiantes de ELE, sino también lo que debe
enseñar el profesorado que se dedica a esta disciplina.
Aun así, debemos hablar de una variedad lingüística dentro de esto que llamamos
español. Estaríamos tratando de lo que llamamos ―sociolingüística‖ y respecto a las
distinciones geográficas ya entraríamos en el terreno de la dialectología. Andión resume
lo que se debe enseñar en ELE con la siguiente fórmula:
El Plan Curricular del Instituto Cervantes (2006) coloca los rasgos de las variedades en
progreso secuencial y por niveles.
En fonética, las diferencias son la relajación y aspiración del fonema ápicoalaveolar /s/ en
los plurales, la aspiración de la h y las diferencias fonéticas de /g/ y /x/ así como el
debilitamiento y pérdida de vocales átonas en ciertas palabras tanto en las variedades
peninsulares como en el llamado español de América.
Las diferencias son más notables en el nivel léxico ya que la variedad de términos
aplicados a los mismos elementos en diferentes zonas lingüísticas es inmensa. Caribe,
Argentina, México, la Península, Canarias, etc. no solo mantiene numerosos términos
diferentes para las mismas cosas, sino que a esta cuestión se añade la gran sinonimia
que caracteriza el español en todas sus variedades y se suman las variedades diafásicas,
ya que las variaciones de estratos lingüísticos cultos, familiares, vulgares, jergales ofrecen
más terminología.
Debemos pues estar de acuerdo con el profesor Balmaseda cuando dice que el profesor
de español como lengua extranjera debe tener una formación panhispánica.
3.4. El diccionario en la enseñanza del léxico
Seguiremos a la Profesora Baralo para establecer que el uso del diccionario ayuda a la
competencia léxica si entendemos que la adquisición de vocabulario llega por
asociaciones fónicas, léxicas, semánticas, discursivas y socioculturales, entre otras.
El Marco Común de Referencia de las Lenguas (MCERL) relaciona el léxico con las
situaciones comunicativas y así establece los niveles de enseñanza-aprendizaje: A1, A2,
etc. Estos elementos nos sirven para llegar a la conclusión de que las redes de significado
ayudan al aprendiente, de ahí que digamos que los diccionarios de redes sean una
herramienta muy válida en el aula.
Otro de los diccionarios que debemos destacar en la enseñanza del léxico en ELE es el
Diccionario combinatorio práctico del español contemporáneo ya que las redes
combinatorias de palabras están fijadas por el uso en cada lengua, en este caso el
español. Las asociaciones semánticas también se denominan ―colocaciones‖ (Lewis,
Higueras y otros) porque cuando se aprende una palabra en L2 es necesario aprender
también con cuáles otras puede aparecer, por ejemplo si se aprende ―nariz‖ con ella
deben aprenderse ―chata‖, ―respingona‖ y, por supuesto, conlleva un aprendizaje
gramatical porque pueden ser sustantivos, adjetivos y otras posibilidades.
Partiendo del conocimiento de chunks o trozos prefabricados de la lengua que sirven para
comunicarse en la lengua que se está aprendiendo, debemos atender a la forma más
eficaz en la que deben aprender nuestros estudiantes de español.
Recordemos que cuando llegamos a un país cuya lengua desconocemos, cada vez más,
se recurre a publicaciones que tratan expresiones generales para poder comunicarse,
tales como la forma de preguntar por una dirección, por un alimento o para pedir una
habitación en el hotel o cerrar una transacción.
Visto esto, y por tanto la necesidad de aprender y memorizar los chunks que, como vimos
en la unidad 2 incluyen paremias y otras muchas expresiones que ya venimos llamando
unidades léxicas, es el momento de plantearnos ¿cómo llevar a nuestro alumnado de ELE
a la adquisición de estos elementos para que sean competentes en la comunicación? Y,
además, que podamos certificar su aprendizaje funcional, es decir, que les sirva para la
vida.
Pues bien, una respuesta es ofrecer a los aprendientes muestras de lengua reales, con
situaciones auténticas y significativas. De este modo, el estudiante de ELE llevará a su
mente estos chunks y permanecerán en su lexicón mental para llevarlos a su léxico
básico y frecuente. Es, por tanto, un componente psicolingüístico que servirá para
incorporar las unidades léxicas a su aprendizaje.
Siguiendo a Cervero y Castro, diremos que la polisemia es la unidad léxica que posee
diversos significados correspondientes a los diferentes contextos, de ahí que enlazando
con el epígrafe anterior veamos la importancia de exponer al alumnado a situaciones
reales para contextualizar los posibles y diferenciados significados aprendiendo dicha
polisemia.
Debemos destacar que la polisemia también influye en la gramática, porque, por ejemplo,
el término ―sobre‖ puede ser un sustantivo con una acepción o significado y puede ser
una preposición.
El Plan Curricular del Instituto Cervantes elabora el repertorio léxico de las franjas que van
desde A1 hasta C2 y ya en niveles de iniciación incluye esta problemática para el
alumnado de ELE.
Respecto a las expresiones hechas, muchas de ellas vienen dadas en composición con
verbos como dar, estar, por ejemplo: dar la lata, dar un lique, dar la murga, dar el golpe,
darse el piro, darse el lote, darse el bote, dar por saco,… o bien estar hecho un lío, estar
de uñas, estar al tanto, estar al día, estar al loro, estar empanado,…y todas ellas hay que
contextualizarlas para poder comprenderlas y producirlas con eficacia.
Y, añadimos que muchas de ellas son polisémicas como no hagas el tonto, que puede ser
desde una indicación a un consejo respecto a algo leve o incluso a un desorden grave;
estás loco puede significar desde una objetividad a una tontería o un delito;
condenadodemonio es una frase hecha que puede decirse a un bebé por sus travesuras
o a un adulto en forma de insulto grave; tener morro puede significar desde no trabajar
hasta ser descarado así como otras muchas expresiones con otros significados.
Muchas de estas expresiones tienen afinidad semántica que solo se discierne en términos
sociológicos y cuyo aprendizaje solo puede hacerse en términos reales para que el
alumnado verifique contextos de estratos sociales en los que se pueden aplicar y en los
que no es adecuado utilizarlas.
Como venimos diciendo, siempre depende de las situaciones de uso, las relaciones
laborales o personales o el ámbito lingüístico geográfico en el que se usen. Es cierto que
en ocasiones hablamos de las que se emiten en contextos coloquiales, pero también
debemos tener en cuenta las frases hechas que sirven en los discursos argumentativos
para reforzar opiniones de los hablantes y, en general, podemos decir, que con unidades
fraseológicas se expresan muchos matices que no podrían expresarse de otra manera ya
que tienen un gran potencial comunicativo.
El objetivo siempre debe ser reproducir los patrones fonéticos y rítmicos del español, la
precisión en los sonidos que constituyen las palabras que aprenden en ELE y para ello se
puede recurrir a diferentes estrategias: imitación, demostración, asociación, explicación,
métodos articulatorios, pares mínimos, audición e imitación, sistema verbo- tonal, entre
otros.
Se debe exponer al alumnado a las palabras, contextualizarlas, siempre con apoyo visual,
memorización, uso adecuado del diccionario, mapas conceptuales con lexicogénesis, por
ejemplo. Formas todas que ayudan en la práctica docente de ELE.
Las TICs son, hoy, una herramienta con muchas posibilidades, igual que cualquier
metodología basada en MAVs: cine, audiovisuales en general, cortos, microteatro,
grabaciones de los propios alumnos (si es posible), canciones, etc., ejercicios de Jclic, Hot
Potatoes con las mismas actividades que se pueden hacer en papel (rellenar huecos,
desplazar), además de otras muchas posibilidades.
Los programas de ELE son muchos y variados y ofrecen también la posibilidad de que
cada alumno siga su ritmo de aprendizaje y el docente tenga en su ordenador la
constancia de sus ejercicios, por qué nivel llega, los intentos que lleva a cabo, si el
estudio de una unidad didáctica ha sido el adecuado en función de los ejercicios y las
actividades realizados y un inmenso etcétera. En la bibliografía se ofrecerán páginas web
con muchas de estas posibilidades.
La metodología más eficaz debe ser, como decimos, la del acercamiento al alumno,
individualizadamente, para orientarle, guiarle y motivarle, evitando el abandono
ofreciéndole tareas en progresión que faciliten el éxito y lleven a una continuidad respecto
a su estudio en el alumno. Que se comuniquen, que usen la lengua española, fomentará
el aprendizaje funcional y significativo, dentro de las variables individuales ayudando así a
que los estudiantes vean sus resultados concretos.
Hoy tenemos el MCERL que sirve de base, apoyo y fija los objetivos en cada área del
proceso de enseñanza-aprendizaje para la competencia comunicativa en otras lenguas no
nativas. En función de esto, se actualizan materiales para que la metodología sea activa y
flexible y cada profesor pueda adaptar todo según su grupo de ELE que varía con los
tiempos, las circunstancias, los movimientos interterritoriales avanzando siempre a un
método integral, que como decimos, sirva para la interacción, es decir, sirva para la
comunicación. Toda metodología debe llevarnos a este objetivo, máximo y único.
Ahora se habla de método por tareas cuya precuela fue los centros de interés o áreas
temáticas.
Desde aquí nos decantamos por un eclecticismo con combinación de posibilidades
metodológicas con enseñanza explícita (dirigida a la adquisición consciente) e implícita
(dirigida a la adquisición inconsciente) y complementando con otros sistemas y métodos
que resulten satisfactorios en el alcance del objetivo de ELE. Y, por supuesto, debemos
decir, que no hay un método ideal, sino aquel acorde a las necesidades y características
de nuestro alumnado y su idiosincrasia.
Son métodos que, insistimos, deben ser siempre lúdicos, ya que en el proceso de
enseñanza-aprendizaje también influyen el estado de ánimo, la personalidad, el contexto
y el nivel sociocultural.
El Plan Curricular del Instituto Cervantes (PCIC) resulta esencial en este sentido porque
especifica los contenidos para cada nivel y así se pueden adecuar los recursos para que
el alumno supere con éxito cada franja de aprendizaje.
4.1. Introducción
Entendemos por evaluación, tal como su nombre indica, valorar lo que aprenden los
alumnos de ELE en su día a día. No hablamos de exámenes ni de controles que plasman
una parte de su aprendizaje, sino de tener en cuenta cada paso que mejora su
competencia comunicativa, teniendo en cuenta la fonética y el léxico.
No se trata, por tanto, de restar una puntuación determinada por los aspectos negativos,
sino de estimar los logros y avances de forma positiva y que estos alcancen los
estándares clasificados en el MCERL.
Las propuestas que realizaremos abarcarán los dos campos que estudiamos en este
módulo, ya que venimos manteniendo que la pronunciación de las palabras combina
fonética con léxico.
Una estrategia básica es tener en clase un póster con el aparato fonador para indicar la
posición de los órganos y que la repetición de los sonidos suene a la fonética española y
no a su lengua nativa. Como dice el académico Perona ―los sonidos no se dan aislados,
sino formando palabras o frases‖. Debemos anticiparnos, pues, no solo a los posibles
fallos de pronunciación sino a los problemas que presenta la cadena hablada, por ejemplo
la asimilación de un sonido por otro, por ejemplo, en las dentales, o anaptixis o adición de
una vocal donde no debe estar o de una consonante o su pérdida. Tampoco es pequeña
la confusión entre sonidos y especialmente los nuevos respecto a la L1.
Todos estos factores que influyen en la ortoépica (y, también, en la ortografía) pueden
llevar a la ambigüedad en los conceptos de percepción y producción, puesto que afectará
al sistema de escritura. Creemos que la ortografía y el conocimiento propio de las letras
darán lugar también a la correcta pronunciación de ellas, puesto que la transformación de
letras a sonidos también es pronunciación y forma parte de la ortoépica. De todo esto se
desprende que parte de la evaluación fónica se puede llevar a cabo con la lectura (letras,
entonación, acentos).
Y, por supuesto, programas digitales que funcionan, tales como PRAAT (para sintetizar y
analizar fonéticamente los sonidos del lenguaje contrastivamente entre L1 y L2 y obtener
información de los aspectos en los que hay que insistir o requieren mayor trabajo. PRAAT
analiza la corriente sonora y proporciona información referida a las variaciones de
frecuencia e intensidad, y permite la segmentación de los sonidos analizados, su
reproducción e incluso la manipulación con carácter didáctico.
Otras posibilidades del estudio fonético se pueden efectuar con el recurso electrónico
AUDACITY, así como las posibilidades que ofrece la web del Instituto Cervantes.
Las webquest (WQ) que pueden servir para analizar, sintetizar, transformar, crear, juzgar
una información y otras utilidades son otras de las actividades interesantes para el
alumnado. Pueden ofrecer modelos reales de pronunciación y técnicas de autoevaluación
en la producción u otras cuestiones relacionadas con la enseñanza y el aprendizaje. Las
tareas con WQ deben ser algo más que contestar a preguntas sobre hechos o conceptos
o copiar lo que aparece en pantalla. Se trata de hacer algo con los datos recibidos:
analizar, sintetizar, transformar, crear, juzgar, etc. una determinada información.
Los ejercicios podrán ser repetidos para reparar errores. El feedback es importantísimo
como efecto positivo en la corrección y, comparando diferentes tipos de respuestas, las
investigaciones de Lyster (2004) parecen favorecer los prompts, es decir, cuando el
interlocutor hace de forma directa o indirecta que el aprendiz diga la forma correcta. Sin
embargo, curiosamente, el llamado eco corrector o recast (cuando el interlocutor repite el
enunciado corrigiendo el error) es el que más proporcionan los profesores en el aula.
Otros métodos que solo vamos a mencionar serían los que propician la enseñanza de
arriba-abajo, empezando por la entonación e ir descendiendo a acentos y sonidos (y no al
revés).
Todas las propuestas (estas y otras) sirven para ver el valor de lo aprendido desde la
audición-repetición, lectura, vinculación entre sonidos e imágenes, producción reflexiva e
informada de modelos reales y siempre sumando datos. Son formas en las que
observaremos el nivel de adquisición del input (sistema de entrada de información). Por
otro lado, respecto al léxico, Fermín Sierra en las Actas del Congreso Internacional de
ASELE XVI (2005) reflexiona sobre el aprendizaje del vocabulario y hace ver que nunca
debe ser un listado organizado según algún criterio; es necesario que las palabras se
relacionen entre sí y se interrelacionen para que permita al aprendiz trasladar más
fácilmente los conocimientos de su lengua propia lengua a la lengua meta.
El profesor debe mostrarse ante el alumno como guía, organizador y asesor y ayudarles a
desarrollar sus propias estrategias de aprendizaje buscando el método ecléctico que
combine todas las posibilidades que lleven al éxito en el aprendizaje de la L2 a sus
alumnos.
4.3. Escalas y descriptores
En cuanto a los descriptores, las categorías descriptivas de los ámbitos y escalas en las
que se mueve el aprendizaje de lenguas extranjeras se determina en el MCERL en
escalas personales, públicas, profesionales y educativas respecto a los lugares en los que
se producirá la interacción (familia, lugares públicos, lugares de trabajo y otros,
instituciones, personas con las que se producirá la situación comunicativa y los objetos
que ayudan a establecer estas escalas que ayudan al didacta a conocer el nivel de L2
que maneja su alumnado). Asimismo se tendrán en cuenta los acontecimientos
(familiares, enfermedades, reuniones, entrevistas…), las acciones (compras, juegos) y los
textos que sirven de apoyo (recetas, textos grabados, programas de medios de
comunicación, cartas, informes, libros de textos).
Parece que las evaluaciones se han dedicado a diferentes aspectos, de ahí que el Marco
de Referencia ofrezca principios para solucionar los problemas en relación con el
aprendizaje de lenguas modernas en un contexto europeo (quedan fuera los demás
aprendientes cuando tenemos muchos alumnos de ELE de lenguas africanas y asiáticas).
El Marco elabora un esquema descriptivo que intenta categorizar de forma práctica el uso
de la lengua, las competencias y el proceso de enseñanza-aprendizaje, de manera que
ayude al alumnado a poner en funcionamiento la capacidad lingüística comunicativa que
se pretende fomentar.
Las escalas de descriptores configuran un cuadro conceptual que se puede utilizar para:
- Relacionar sistemas nacionales e institucionales entre sí.
- Observar objetivos de exámenes concretos utilizando categorías y niveles de las
escalas.
La Guía del Usuario para Examinadores elaborada por ALTE (Documento CC- Lang
(96)10 revisado) proporciona consejos pormenorizados sobre el modo de hacer
operativos los constructos de la pruebas, así como la forma de evitar distorsiones
innecesarias derivadas de los efectos del método de la prueba.
Habría que seleccionar. No se puede hacer todo y dependerá de las necesidades del
alumnado.
Debemos tener en cuenta los criterios para la formulación de descriptores para enumerar
después las metodologías para el desarrollo de escalas de medición en la evaluación de
lenguas.
Recordaremos aquí las posibilidades de evaluación que suponen los índices de logro
(para ver si han obtenido los objetivos propuestos) y las rúbricas.
Respecto a estas últimas, veremos los componentes de una rúbrica: criterios, niveles de
desempeño y calificación cuantitativa o cualitativa.
Los criterios se establecen en una columna que desglosa los aprendizajes o rasgos que
se constituyen con el referente con el que se evalúa el desempeño esperado.
En el epígrafe 5.2.1.4. del Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas, la
competencia fónica supone el conocimiento y la destreza en la percepción y la
producción de:
- unidades de sonido (fonemas) de la lengua y su realización en contextos concretos
- los rasgos fonéticos que distinguen los fonemas (rasgos distintivos, por ejemplo,
sonoridad, nasalidad, oclusión, labialidad)
- la composición fonética de las palabras (estructura silábica, la secuencia acentual
de las palabras, etc.)
- fonética de las oraciones (prosodia)
- acento y ritmo de las oraciones
- entonación
Por lo que respecta a la competencia ortoépica, aparece en el punto 5.2.1.6. del Marco e
incluye: aprendizaje, enseñanza, evaluación (Consejo de Europa, 2001:115).
En el aprendizaje se les pide que lean en alto un texto preparado o que utilicen en el
habla palabras que han aprendido en su forma escrita, por lo que necesitan saber
articular una pronunciación correcta partiendo de la forma escrita. Esto puede suponer lo
siguiente:
- El conocimiento de las convenciones ortográficas.
- La capacidad de consultar un diccionario y el conocimiento de las convenciones
utilizadas en los diccionarios para la representación de la pronunciación.
- El conocimiento de la repercusión que las formas escritas, sobre todo, los signos
de puntuación, tienen en la expresión y en la entonación.
- La capacidad de resolver la ambigüedad (palabras homónimas, ambigüedades
sintácticas, etc.) en función del contexto.
Debemos tener en cuenta, como señala Patricia Fernández que no se podrá pronunciar
adecuadamente si solo se conoce la ortografía (Consejo de Europa, 2001:114).
Por otro lado, hay que atender también al alumnado que aprende español no procedente
de lenguas europeas, que, además, es cada día más numeroso, especialmente entre
estudiantes asiáticos y árabes por diferentes y variadas circunstancias.
La adquisición de una segunda lengua debe tener en cuenta también las circunstancias
en las que se encuentran los aprendientes porque podemos tener un amplio abanico de
necesidades que van desde las laborales, las de inmigración o las de satisfacción
personal o curiosidad intelectual.
La fonología es fundamental para desarrollar la competencia comunicativa. Esta
competencia, según el Marco, se forma por las competencias lingüísticas, pragmáticas y
sociolingüísticas (Consejo de Europa, 2001: 5.2) Dentro de la primera destaca la
competencia léxica ya que no se aprende una palabra si no se articula adecuadamente y
se percibe y produce adecuadamente; la competencia gramatical, puesto que el acento
diferencia morfológicamente palabras y la sintaxis se apoya en la entonación (el MCERL
no se plantea la escisión entre léxico y gramática), y la competencia ortográfica y
ortoépica.
Para concluir diremos, que el MCERL, en su punto 1.6., especifica que cualquier sistema
de valoración del alumnado debe ser INTEGRADOR (que especifique contenidos,
destrezas, objetivos), TRANSPARENTE (con información clara) y COHERENTE (sin
contradicciones) y por supuesto, ABIERTO y FLEXIBLE para que se pueda aplicar a las
adaptaciones que sean necesarias y a situaciones concretas. Es evidente que debe ser
fácil de usar y no dogmático (no sujeto a ninguna teoría concreta). Obviamente el
docente, con los resultados de la valoración aplicada a sus alumnos, debe tener presente
en qué ámbitos tendrá que intervenir el alumnado, cómo se les capacitará para ello o qué
se les puede exigir.
MÓDULO III. Programación y evaluación en clase de ELE
Tema 1
1. La planificación curricular
Criterios generales
Para poder profundizar en los detalles de dichos conceptos, en primer lugar, debemos
definir qué significa la planificación curricular y qué características tienen los diferentes
currículos en distintos contextos educativos.
Además de estos rasgos generales, también debemos tener en cuenta que la situación de
la enseñanza-aprendizaje del español como lengua extranjera (E/LE) es especial, dado
que se trata de una asignatura que se imparte en contextos educativos donde los
alumnos tendrán unas características particulares, en la mayoría de las veces poco
homogéneas. La mayor parte del alumnado de E/LE estudia en la enseñanza no reglada,
y, como hemos mencionado antes, los currículos y programaciones muchas veces se
presentan incompletas.
En otros casos, las clases se imparten en el extranjero, por ejemplo, en el marco de una
colaboración internacional, donde, tanto en la enseñanza reglada como no reglada
podemos no disponer de currícula específicos, aunque sí de algunas líneas generales de
actuación.
“El currículum es entendido como un plan de instrucción en el que se explicitan los
objetivos de aprendizaje y las estrategias de acción que debe seguir el profesor para
conseguir los resultados esperados, para que el alumno desarrolle su inteligencia. El
profesor es considerado un ingeniero, un técnico que pone en marcha el currículum
para conseguir los objetivos fijados socialmente, por lo que su papel es esencialmente
reproductivo.” (Meléndez, 2015)
Introducción
Contenidos
Objetivos
Competencias básicas
Organización de los cursos
Criterios de evaluación
Atención a la diversidad
Como hemos mencionado anteriormente, cuando hablamos del currículum, tenemos que
diferenciar entre enseñanza reglada y enseñanza no reglada. En la enseñanza reglada
encontramos información muy detallada respecto a todos los niveles y contenidos de los
cursos, tanto a nivel nacional como autonómico.
El MCERL (2002) establece 6 niveles comunes de referencia (A1, A2, B1, B2, C1, C2),
que, además de la organización del aprendizaje, sirven la homologación de los diferentes
títulos y certificaciones emitidas por los centros europeos donde se imparte cursos de
E/LE.
2 Consejo de Europa. Marco Europeo Común de Referencia para las Lenguas: Aprendizaje, Enseñanza,
Evaluación. (Texto completo del Marco común europeo de referencia para las lenguas traducido por el
Instituto Cervantes)
Cada país tiene una institución pública, semipública o una institución cultural de referencia
que concreta los elementos funcionales y elabora los contenidos de los materiales y los
exámenes. En España, esta institución cultural es el Instituto Cervantes.
El MCERL (2002) contempla cinco destrezas o capacidades que los alumnos tienen que
desarrollar:
Además de los niveles comunes y la delimitación de las cinco destrezas que el estudiante
debe adquirir a lo largo de sus estudios, otra de las mayores novedades del MCREL
(2002) es la visión del alumno como agente social, hablante intercultural y aprendiente
autónomo que participa en situaciones sociales, por lo que tiene que utilizar
constantemente la lengua para comunicarse. De esta manera, el Marco promueve el
enfoque comunicativo, y, especialmente el enfoque por tareas, donde los estudiantes
deben solucionar problemas, llevar a cabo tareas o realizar productos de la vida real o
inspiradas en la misma.
Programación del centro
Cuando hablamos del diseño curricular, nos referimos a las actuaciones articuladas entre
sí y compartidas por el equipo docente de un centro educativo, mediante las cuales se
concretan y se desarrollan las intenciones y prescripciones generales contenidas en los
decretos de enseñanza para las distintas etapas educativas según la normativa vigente
en cada país.
Se trata, en realidad, de la respuesta pedagógica a los contenidos de un currículum más
general y utilizado a nivel global. Dicha respuesta pedagógica, en caso óptimo, es el
resultado del trabajo conjunto del colectivo de docentes que reflexionan, discuten y se
ponen de acuerdo para desarrollar los objetivos pedagógicos de los niveles que se
imparten en el centro.
Sin embargo, no todos los centros hacen posible la revisión de la programación existente
y, dependiendo, del tipo de dirección, los docentes se involucran más o menos en la
elaboración del proyecto educativo.
Una vez aclaradas estas cuestiones, debemos preguntar cuáles son los mayores
problemas que nos encontramos a la hora de seguir la programación del centro donde
trabajamos y si esta se ajusta a las recomendaciones del MCREL. ¿Se utilizan los niveles
de referencia comunes? ¿Se ajustan los contenidos a dichos niveles?
Para definir qué significa planificar, también tenemos que plantearnos cuáles son los
aspectos que debemos tener en cuenta antes, durante y después de la clase. En los
procesos de desarrollo curricular es imprescindible considerar las necesidades de
nuestros estudiantes, quiénes son, qué circunstancias tienen, qué características
personales (edad, nivel de español, estudios previos, situación familiar y social, sexo, etc.)
tienen y qué necesitan aprender y por qué. ¿Disponen de conocimientos previos de
español o de otros idiomas? ¿Están acostumbrados a estudiar o hace mucho que han
dejado los estudios? ¿Estudian por obligación o por afición? ¿Se trata de un grupo
homogéneo o hay muchas diferencias entre los alumnos? ¿Son de la misma edad?
¿Podrán seguir el ritmo de las clases todos igual, o se prevé que puede haber
dificultades? ¿Tienen suficiente tiempo libre para realizar deberes en casa o solo
dispondremos del tiempo que pasamos con ellos para practicar? ¿Las clases se realizan
en España o en el extranjero? ¿Cuáles son los objetivos personales de los alumnos?
Partiendo de esta información, podremos definir los objetivos y los contenidos que
respondan a las necesidades previamente analizadas de nuestros estudiantes. Tenemos
que seleccionar los materiales adecuados, además de elegir o diseñar las actividades y
materiales complementarios. Así mismo, es indispensable definir los procedimientos de
evaluación antes, durante y al finalizar las clases, las unidades didácticas o módulos de
aprendizaje y la evaluación final de curso. No debemos olvidarnos de la temporalización,
la secuenciación de contenidos y las actividades meticulosamente diseñadas a lo largo de
todo el curso.
Aun así, a pesar de la cuidadosa planificación de las clases y pese a tener bien definidos
todos los detalles relativos a los objetivos, las actividades y temporalización, tendremos
que improvisar con frecuencia, teniendo en cuenta que muchas veces en las clases
pueden surgir imprevistos, que normalmente dependen de factores ajenos a nosotros. Sin
embargo, siempre es más fácil improvisar partiendo de unos materiales detalladamente
elaborados que tener que solucionar situaciones inesperadas sin disponer de material
previamente preparado.
Estas situaciones pueden ser fruto de las diferencias entre el ritmo de aprendizaje de los
alumnos, la falta de previsión por parte del docente sobre los conocimientos previos de
los alumnos - omisión o incorrecta realización de la evaluación previa -, o bien
circunstancias tan banales como el número inadecuado de alumnos presentes para la
realización de una actividad concreta. La reacción de los estudiantes también dependerá
de la hora en la que tiene lugar la clase, del nivel de cansancio o si la temática de las
actividades propuestas no es de su interés. Por estas razones, en los docentes siempre
recae la responsabilidad de valorar estos factores a la hora de planificar las clases, ya que
no se trata solo aplicar los conocimientos didácticos.
Tyler (1949) considera la programación como una serie de pasos que se suceden de
forma lineal:
Diseño de programación
Por contenidos Atendiendo el tiempo
programación especializada, por larga o general (trimestral semestral
asignaturas anual)
globalizada, por unificación de ámbitos corta, unidad didáctica (semanal o
quincenal)
Criterios del diseño de la programación
3 Tyler, R. W. (1949). Basic principles of curriculum and instruction. Chicago University of Chicago Press
La programación, en realidad es nuestra visión particular sobre la naturaleza de la lengua
y su aprendizaje, así como los principios educativos y culturales del centro de enseñanza
que se ve reflejada en la planificación
Siempre debemos tener en cuenta la metodología utilizada, la forma de evaluar, los
objetivos generales y la descripción de los contenidos generales. Por consiguiente, en el
diseño curricular y la programación hay una serie de elementos que debemos contemplar:
Los objetivos
Los contenidos
Las actividades propuestas
La temporalización, a nivel global, por unidad didáctica y de cada clase
Las estrategias utilizadas
Los recursos humanos y materiales
Actuaciones curriculares necesarias para realizar nuestra programación concreta
Evaluación antes, durante y durante la realización de la secuencia didáctica
Contenidos: elementos que el profesor trabaja con los alumnos para conseguir las
capacidades expresadas en los objetivos. Los contenidos se tipifican en:
conceptuales (hechos, datos de la realidad, nombres, características, definiciones, etc.);
procedimentales (habilidades, técnicas, destrezas);
actitudinales (valores, normas y actitudes).
Temporalización: programación a lo largo del curso, número de horas totales del curso,
de las unidades didácticas, encajar dentro de calendario, etc.
Evaluación: proceso que tiene por objeto determinar en qué medida se han logrado los
objetivos previamente establecidos.
La unidad didáctica es una unidad de trabajo que no tiene una duración temporal fija (una
unidad didáctica puede abarcar varias clases o lecciones tradicionales). Necesita unos
objetivos, unos bloques elementales de contenidos de aprendizaje y unas actividades de
evaluación. Cuando le unidad didáctica forma parte de un programa, será necesario
determinar el enfoque utilizado. Como mencionamos antes, cada programa es diferente,
dependiendo del contexto educativo y las necesidades de nuestros estudiantes, de
acuerdo con lo que se quiera enseñar y la visión o concepto que tengamos en la
enseñanza de lenguas.
“La Unidad Didáctica o unidad de programación será la intervención de todos los
elementos que intervienen en el proceso de enseñanza-aprendizaje con una coherencia
metodológica interna y por un período de tiempo determinado.” (Antúnez, S. y otros.
(1992). Del Proyecto Educativo a la Programación de Aula. El qué, el cuándo y el cómo de los
instrumentos de la planificación didáctica. Barcelona: Graó.
Todos los detalles didácticos que tenemos que tener en cuenta en una programación
general, también constituirán información fundamental de las unidades didácticas. De esta
manera tenemos que tener en cuenta:
características y necesidades de los alumnos (información obtenida de la evaluación
inicial)
- objetivos
- contenidos
- temporalización de toda la unidad didáctica y también de cada una de las
actividades que la componen
- formas de trabajo y dinámicas
- recursos humanos y materiales necesarios
- criterios de evaluación antes, durante y después de realizar la unidad
didáctica.
Una vez aclarados los conceptos básicos de currículum, programación, diseño curricular y
unidad didáctica, hablaremos sobre las diferentes metodologías y enfoques en la
enseñanza del español como lengua extranjera.
Como consecuencia de las diferencias fundamentales entre dos idiomas, como, por
ejemplo, el español y el inglés, también existen manuales que tenían el objetivo de
combinar el enfoque comunicativo con métodos más tradicionales (por ejemplo,
gramatical o de traducción), apelando a las peculiaridades del español frente al inglés.
Antes de revisar los enfoques y métodos más representativos en la historia de la
enseñanza de E/LE, aclararemos la diferencia entre programación y metodología o
metodología y enfoque.
Aunque podemos pensar que las teorías de las que parten los diferentes enfoques
enseñanza de lenguas siempre tienen que ver con la lingüística, en realidad no es así.
Hay muchos enfoques que relacionan la enseñanza-aprendizaje o adquisición de lenguas
con disciplinas como la neurología, la psicología o la ciencia del comportamiento. En esta
asignatura no haremos una revisión exhaustiva de todas las teorías, tan solo
mencionaremos los autores y enfoques más representativos de la enseñanza del español
como lengua extranjera.
Las teorías del aprendizaje que en las últimas décadas del siglo XX ejercieron influencia
directa en los métodos y programaciones utilizadas en la enseñanza de segundas
lenguas son el Conductismo, el Racionalismo, el Cognitivismo, el Constructivismo o el
Cognitivismo a partir de los años 90.
2.2. Enfoques
Enfoque gramatical
Organiza los contenidos según la utilización del lenguaje. Los objetivos de estas unidades
didácticas podrían ser, por ejemplo, saludar y presentarse, expresar opinión, pedir
información o expresar gustos y preferencias.
Enfoque natural
Parte de la teoría de Krashen y de las prácticas de Terrel, que consideran que la lengua
extranjera se aprende de la misma forma que la lengua materna.
El enfoque temático
Los contenidos se organizan en base a campos semánticos. Los temas alrededor de los
cuales podríamos organizar una unidad didáctica podrían ser el medio ambiente, la
música, cine y televisión, el trabajo, la salud y la alimentación o los derechos humanos,
etc.
Enfoque situacional
Organizar los contenidos en base a las situaciones en las que el alumno se puede
encontrar cuando esté en un lugar donde se habla la lengua que está estudiando. Las
situaciones contempladas en este tipo de enfoque podrían ser, por ejemplo, en el
aeropuerto, en una tienda, en el restaurante, en la escuela de idiomas o de viaje.
Enfoque comunicativo
Tiene mucho en común con el enfoque comunicativo, pero siempre guarda relación con
actividades de la vida real. Los alumnos tienen que solucionar tareas y situaciones
concretas utilizando la lengua y otras herramientas auténticas. El objetivo siempre es la
realización de una tarea concreta o la creación de un producto con la ayuda de los
recursos lingüísticos y extralingüísticos. Los autores más destacados que han trabajado
en este enfoque son Nunan, Estaire y Zanón.
Organiza los contenidos según las necesidades que puede tener el estudiante para llevar
a cabo una tarea o un proyecto concreto. La tarea en el aula intenta reproducir una
situación similar a la de la vida real para que los alumnos tengan que utilizar la lengua
desde el primer momento de iniciar su aprendizaje. De esta manera, la comunicación no
depende del nivel en el que el alumno se encuentra - como ocurría en otros métodos y
enfoques anteriores - sino en cada momento tiene que utilizar sus recursos para
comunicarse, por más rudimentarios que sean, para negociar el significado. De esta
manera, siempre nos centramos en las necesidades del alumno para llevar a cabo una
acción concreta o un proyecto en la lengua meta, ya que la tarea está dirigida
intencionalmente para utilizar la lengua con un objetivo muy preciso. Una tarea típica
podría ser, por ejemplo, escribir un blog o un periódico, preparar una fiesta, escribir una
una carta, organizar un viaje o diseñar un proyecto de fomento del arte.
Parte de la idea de que el alumno es un agente social que forma parte de las acciones
cotidianas y participa en situaciones sociales continuamente. Lleva a cabo tareas
concretas y no necesita la lengua para obtener conocimientos teóricos, gramaticales y de
léxico, sino para poder actuar en los diferentes contextos de la vida real. Por eso las
unidades didácticas de este tipo de enfoque, igual que del enfoque por tareas, se centran
en la realización acciones y tareas de la vida real o inspiradas en la misma.
2.3. Métodos
Como hemos dicho, los diferentes enfoques proceden de las teorías lingüísticas y de
otras disciplinas. En el aula se traducen en métodos de instrucción concretos de los
cuales también vamos a mencionar algunos a continuación.
Método natural
Método audiolingual
Fue creado por Curran, que aplicó técnicas de terapia en la enseñanza de idiomas. Los
pilares principales de este método son la seguridad que necesita el alumno para poder
aprender, la atención y el interés por parte del estudiante, la retención y la reflexión
después del aprendizaje y la discriminación, es decir la elección de los elementos
lingüísticos en cada momento cuando tenemos que utilizar la lengua.
El aprendizaje colaborativo o cooperativo
Criterios generales
Después de ofrecer una breve revisión sobre los diferentes enfoques y algunos métodos,
vamos a concretar cuáles son los criterios principales para elaborar una unidad didáctica,
independientemente del enfoque que utilicemos.
Las unidades didácticas forman parte de cada programación, incluso una unidad didáctica
en sí podría considerarse un programa didáctico, dependiendo de la extensión y la
temporalización, puesto que debe contener los mismos elementos e información didáctica
que cualquier programación. De esta manera, hay que tener en cuenta el nivel de los
alumnos, el tipo de destinatarios, sus necesidades y características concretas, el contexto
educativo, las destrezas que queremos trabajar, así como utilizar material auténtico y
determinar la temporalización y los recursos materiales y humanos.
Errores típicos que podemos cometer a la hora de diseñar una propuesta didáctica
Aunque conozcamos y entendamos los principales criterios para diseñar una unidad
didáctica, existe el riesgo de cometer algunos errores frecuentes a la hora de elaborarlas.
“vocabulario de la comida”
“me gusta + plural”
“el gazpacho y la tortilla”
Los objetivos didácticos se refieren a los contenidos que los alumnos tendrán que conocer
al finalizar la secuencia didáctica, tales como:
Estos objetivos no deben confundirse con los objetivos del profesor que podrían ser, por
ejemplo:
“Explicar cuáles son las comidas típicas de España” “Ver un vídeo sobre las costumbres
típicas”
“Leer un artículo sobre los Sanfermines”
Tampoco debemos confundir los objetivos, es decir las capacidades que nuestros
alumnos tienen que conseguir después de haber concluido una unidad didáctica, los
criterios de evaluación, es decir, el grado de consecución, que son resultados concretos,
cuantificables y observables. Aunque los criterios siempre deben partir de los objetivos
originales, sin embargo, no se formulan igual.
En este caso se trata de que falta el contenido que desarrollaría la capacidad expresada
en un objetivo. Por ejemplo, si nuestro objetivo es que el alumno sea capaz de mantener
conversaciones en una situación concreta con un hablante nativo, debemos seleccionar
los contenidos adecuados para conseguir los objetivos formulados.
La principal diferencia entre los dos tipos de evaluación es que, mientras en la evaluación
cuantitativa tenemos en cuenta los datos cuantificables obtenidos en un examen, la
evaluación cualitativa se centra en evaluar el camino que hemos recorrido para obtener
los productos o resultados de la unidad didáctica, teniendo en cuenta todos los
componentes y participantes de la misma.
La evaluación deja de ser una mera medición de los resultados de los productos
lingüísticos de los alumnos, forma parte de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje y
es un elemento más, igual que los objetivos, contenidos, recursos y otros componentes la
unidad didáctica. Se basa en la observación, la reflexión y la toma de decisiones,
estableciendo criterios muy concretos para la calificación numérica, que, sin embargo, no
es indispensable.
Según la nueva concepción del currículum y las recomendaciones del Marco Común
Europeo de Referencia, es importante elaborar programas abiertos y tolerantes que
brinden al docente libertad para actuar y realizar modificaciones, si es necesario. El
estudiante sigue siendo el eje vertebrador de la programación didáctica y las inferencias
que se realizan en la evaluación continua de todos los componentes del proceso de
enseñanza-aprendizaje también permiten al profesor la reflexión sobre su práctica
docente. Sin embargo, este nuevo enfoque de la evaluación no la invalida como
instrumento de medición de resultados, tan solo cambian las herramientas de evaluar.
- formativa y sumativa;
- evaluación de productos y de procesos;
- evaluación de carácter cuantitativo y cualitativo.
El Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas, además de sentar unas bases
comunes para la planificación de programas de aprendizaje de lenguas y establecer
niveles de referencia con el fin de asegurar la compatibilidad entre cursos y titulaciones
expedidas por diferentes países, también ofrece ayuda al docente en la evaluación y
elaboración de exámenes y pruebas.
Las ideas clave del marco de referencia son:
La evaluación forma parte del currículum que debe guardar relación y tener en cuenta
todos los elementos del mismo, adecuando el plan a las necesidades reales de los
estudiantes. La evaluación continua hace posible la toma de decisiones e introducir
cambios sobre la marcha, si es necesario.
Los exámenes también se pueden clasificar según los objetivos que perseguimos con
ellos:
Años 70
En España, la tarea de comenzar a revisar los métodos que se están usando en Europa
para enseñar nuestro idioma como segunda lengua es encomendada al especialista
Raimundo Ezquerra, que entre el 73 y el 77 publica ampliamente sobre el tema del
estudio de manuales de ELE. Prestaremos atención a su publicación del 75 ―Métodos de
Español Utilizados en Europa, donde establece la guía primigenia para el análisis de
material de corte estructural que más tarde os presentaremos. EL objetivo de su análisis
contrastivo es obtener herramientas metodológicas válidas para la enseñanza con éxito
del español como lengua extranjera, buscando conocer el contenido que se presenta de
forma explícita y objetiva y finalmente comprobar si el método en cuestión es válido.
Como él mismo expresa:
Desde hace algún tiempo nos venía preocupando en AEPE [Asociación Europea de
Profesores de Español] el problema de saber qué métodos de español son utilizados, en
la actualidad, en Europa. El problema principal, naturalmente, no es conocer el nombre
del autor o del método, sino su contenido, y, más allá, la metodología que implica y las
teorías del aprendizaje lingüístico sobre las que se basa.
2. PRINCIPIOS METODOLÓGICOS
3.1. El léxico
3.2. La gramática
Años 80
Años 90
María José Rueda Bernao importa a España el modelo de Ramírez y Hall y su perspectiva
sociocultural y sociolingüística del aprendizaje de las lenguas. Ella nos presenta el
esquema de contenidos culturales de Ramírez y Hall tal y como es, con los temas que se
deben tratar para cubrir las necesidades comunicativas de todos los aprendientes,
esquema que persiste hoy en día con la misma vigencia con, por ejemplo, las siguientes
temáticas en orden: identificación personal, casa y hogar, servicios, vida familiar,
comunidad/vecindario, entorno físico, consumo/bebidas/comidas, salud y bienestar,
educación, ganarse la vida, ocio, servicios públicos y privados, compras. Viajes y
acontecimientos actuales (Rueda, 1994, pp. 81-82).
De todos modos, sí hay una profesora de ELE española que está decidida a ahondar en
el análisis de materiales desde una perspectiva ya longitudinal y en su tesis doctoral por
la Universidad del País Vasco: ―Dos décadas de enseñanza del español como lengua
extranjera a adultos en sus manuales‖, (1997), Elixabete Areizaga Orube propone una
nueva ficha para el análisis:
Parte de la hipótesis de que la forma en que las diferentes visiones del lenguaje y de su
aprendizaje y enseñanza se proyectan en los manuales está condicionada entre otros por
factores contextuales del medio en el que se producen y se usan dichos manuales. Entre
otras cosas estudia algunas cuestiones de interés como la representación del mundo de
habla hispana: fotos y dibujos, referencias a nombres propios y representación de
personas y lugares en diálogos, lecturas y notas culturales.
1. FACTORES CONTEXTUALES
2. CARACTERÍSTICAS METODOLÓGICAS
Syllabus
Metodología
Contenido lingüístico
Repaso
Materiales de apoyo
Otros
Últimas propuestas:
Actualmente, entre los autores más citados se encuentra María del Carmen Fernández
López, cuya propuesta-esquema, que se enriquece desde el año 2000, vamos a tener
especialmente en cuenta ya que se ajusta mejor a las características de un método más
moderno y presta atención a los factores más determinantes en la actualidad. Ella tiene
en cuenta los siguientes bloques fundamentales en el análisis:
• Descripción externa del manual
• Descripción interna del manual
• Análisis del manual
• Observaciones
Título
Autores
Datos bibliográficos
Material
4.1 Impreso
4.2 Sonoro
4.3 Visual
4.4 Multimedia
Objetivos generales
Metodología
Organización en niveles
Destinatarios
Papel de la L1
Presentación de la L2
Contenidos Comunicativos
3.1. Programación
3.1.1. Temas de comunicación
3.1.2. Situaciones de comunicación
3.1.3. Funciones lingüísticas
3.1.4. Elementos pragmáticos
3.1.5. Comunicación no verbal
3.2. Presentación
3.2.1. Diálogos
3.2.2. Imágenes
3.2.3. Otros
3.3. Ejercitación
Contenidos Lingüísticos
Contenidos Culturales
5.1. Programación
5.1.1. Cultura formal / no formal
5.1.2. Diversidad cultural
5.1.3. Orientación contrastiva
5.2. Presentación
5.2.1. Integración lengua / cultura
5.2.2. Representación
1. Que deje claro sus objetivos: es positivo para el proceso de aprendizaje que los
estudiantes puedan fácilmente visualizar qué van a aprender y cómo.
2. Que potencie el uso de la lengua hablada: usando verbos como ―Habla‖
―Conversa‖, ―Discute‖, etc. Que persiga que el aprendiente obtenga fluidez y/o un
cierto nivel acorde con el resto de las áreas.
3. Que busque potenciar diferentes competencias, entre ellas la de aprender a
aprender. Hemos de motivar la autonomía del aprendiente.
4. Que incluya diferentes tipos de evaluación formativa, tanto autoevaluación, como
cooperativa.
5. Que ayude a crear un ambiente relajado y seguro en el que interactuar.
6. Que presente oportunidades de aprendizaje cooperativo.
7. Que encuentre maneras de incorporar en sus páginas registros del lenguaje
genuinos.
8. Que potencie el pensamiento crítico.
9. Que preste atención a una correcta gradación y ―andamiaje‖ cognitivo.
10. Que ayude a que el aprendizaje sea significativo.
Durante esta primera unidad nos hemos centrado en sobre todo el análisis y selección de
material, no haciendo tanto hincapié en la evaluación en el aula de dichos materiales.
Igualmente, todos estos temas volverán a estar presentes en las siguientes unidades, en
las que seguiremos conociendo nuevos criterios para la evaluación de materiales en el
aula, al igual que el mercado editorial ELE que tenemos a nuestro alcance hoy en día y el
repertorio de materiales que existe, ajustado a diversos currículos educativos y diferentes
motivaciones. Nos despedimos de la Unidad 1 dejando claro el objetivo último del análisis,
selección y evaluación de materiales según la misma Fdez. López que nos recuerda que
únicamente las necesidades de nuestros alumnos en el contexto concreto donde se da el
proceso de enseñanza-aprendizaje prevalecerán por encima de cualquier otro criterio:
Nos despedimos de la pasada Unidad 1 dejando claro el objetivo último del análisis,
selección y evaluación de materiales según la misma Fdez. López que nos recuerda que
únicamente las necesidades de nuestros alumnos en el contexto concreto donde se da el
proceso de enseñanza-aprendizaje prevalecerán por encima de cualquier otro criterio:
Intentar describir en qué momento o en qué grupos resulta mejor la aplicación de un
manual frente a otros. Siempre se ha de partir de la dificultad y complejidad del proceso
de elaboración de un buen método de enseñanza y también de la idea de que todos los
métodos pueden llegar a ser satisfactorios en un momento y con un grupo determinado
de alumnos. (Fernández López: 2004, 71)
Como profesores hoy en día estamos llamados a llevar a cabo diversas funciones que se
complementan con el tiempo de calidad en el aula. Nuestra labor debe comenzar en el
análisis previo del material didáctico, debemos saber combinar diferentes manuales y
otros recursos con actividades de nuestra propia creación, para de ese modo adaptarnos
al grupo y el contexto o institución y su correspondiente currículo.
En la Unidad 2 seguiremos ampliando nuestro conocimiento sobre qué tipo materiales hay
a nuestra disposición, una amplia gama de posibilidades ideada para satisfacer
determinadas necesidades específicas del alumnado y/o tipos de centro en concreto,
mientras que hablaremos más profundamente sobre la producción de materiales
didácticos originales en la Unidad 4. En la Unidad 3 conoceremos de una manera más
completa que en la presente Unidad cuáles son las principales editoriales especializadas
en ELE y qué métodos nos ofrecen, aunque hoy ya comenzaremos a entrever, a través
de algunos ejemplos concretos, de qué editoriales se trata.
Antes de entrar de lleno en conocer el repertorio de materiales ELE disponible por parte
de algunas de las editoriales especializadas más populares, hablamos de los detalles más
importantes a tener en cuenta con respecto al grupo para el que estamos programando,
detalles contextuales que serán determinantes para nuestra elección final.
A continuación, vemos una relación de diferentes materiales que existen para cubrir
necesidades específicas del alumnado. Recordamos a través de las palabras de Ezeiza
que los materiales editoriales son de gran ayuda siempre y cuando se usen con criterio:
―Si se conciben como un paquete de recursos –y si son susceptibles de ser adaptados y
modificados por los profesores-, pueden resultar una ayuda muy útil; entre otras razones,
porque permiten acceder en cualquier momento a un amplio abanico de actividades,
contenidos e informaciones‖ (2009, p.7).
Manuales
Como profesores hemos de considerar una contradicción que presentan muchos
materiales comerciales, y es que aunque se reconoce que el estudio de una segunda
lengua implica la consecución de habilidades sociales en dicha lengua, este apartado se
muestra como el mayor punto débil de la mayoría de las propuestas. Esto se hace
evidente en algunos de los ejemplos incluidos en ésta y la siguiente Unidad, como las
gramáticas o los métodos diseñados exclusivamente para la consecución de títulos
oficiales, ya que muchos de ellos además están diseñados para el autoestudio y no tienen
en cuenta la interacción. Está en nuestra mano mejorar eso tanto modificando los
materiales como produciendo materiales originales o haciendo uso de recursos más allá
de los manuales. En palabras del propio Ezeiza:
Analizando las propuestas de los materiales se observaría que: a) la mayor parte, de ellas
tienden a abstraer el aprendizaje de la lengua de todo lo social y cultural; b) se limitan a lo
que podemos considerar un mero entrenamiento en ciertas habilidades en entornos
asépticos; y, c) no favorecen que el alumno adopte un rol activo y participativo. En
definitiva, no parece que se alineen con la idea del alumno como agente social activo.
(Ezeiza, 2009, p.8)
• Libros de ejercicios
Se trata de material complementario que presenta una variedad de ejercicios para
practicar contenidos gramaticales. Hay prácticas con soluciones, tests de autoevaluación,
etc.
Materiales específicos para trabajar la gramática: ejemplos
• Competencia gramatical en uso A-B2 (Edelsa)
• Gramática A-B2 (Anaya ELE)
• Gramática española por niveles, Vol. 1-2, A-C, (Edinumen)
• Cuadernos de gramática española A-B1 (Difusión)
Como podemos ver, todos ellos se basan en el MCER y el plan curricular del IC. Además,
todos están diseñados para el autoestudio y contienen además de explicaciones y
ejemplos también ejercicios prácticos. Competencia Gramatical en Uso de Edelsa ofrece
además acceso a material online de apoyo.
1. Materiales de lectura
• Lecturas graduadas: como veremos entre los ejemplos, las editoriales presentan
sus propias series de lecturas graduadas, que van adaptando el uso de la lengua a
diferentes niveles. En muchos casos suelen prestar atención a la realidad sociocultural de
los hablantes del español en diferentes zonas geográficas. Algunas incluyen también
ejercicios de afianzamiento.
• Adaptaciones literarias: podemos encontrar adaptaciones tanto de clásicos de
nuestra literatura como de la literatura universal en español, de este modo facilitando la
iniciación a estudiantes internacionales.
4 En la Unidad 3 proponemos como práctica la creación de actividades a partir de un recurso audiovisual, y tendremos
la oportunidad de referirnos a las bondades del uso de material audiovisual en el aula tal y como en el siguiente
apartado nos referimos al uso del texto literario en clase de ELE.
Material a utilizar: textos literarios propuestos
Posibilidades:
• Actividad de contenido gramatical
• Actividad de contenido léxico
• Actividad de contenido comunicativo
• Actividad de contenido sociocultural
(De pronto alguien empieza a aporrear la puerta, y se oyen gritos y confusión de personas
fuera)
Una voz.- Señora Justa, ¿ pasa algo... ? ¿Abuela gritaba usted auxilios o era la radio?...
Otra voz.- ¡ Abuela, abra usted ! ¡Abra! ¡Abra la puerta!
Tocho.- ¡ La madre el cordero ! ¿Y ahora qué hacemos?
Leandro.- ¡Chisss! ¡Calla! ¡Ni una mosca! ¡Vigila a esa no haga ruido! ¡Silencio!
Otra voz.- ¡ Justa ! ¡Señora Justa! ¿está usted bien?
Otra voz.- Eran dos, que los he visto entrar...
Otra voz.- ¡ Abran ahora mismo la puerta o llamamos a la policía !
Otra voz.- ¡ Id a llamar, correr ! ¡Que vaya alguno al bar!
(La cosa se pone que arde. Brillan los ojos de los dos maleantes ante la situación de
peligro, cambiando de color)
Tocho.- ¿ Qué hacemos, Leandro?
Leandro.- ¿ Era fácil, eh ? Lo mejor es largarse ahora mismo antes de que vengan más, o
llegue la policía. Abrimos la puerta y corre.
Tocho.- ¿ Y la pasta ?
Leandro.- Para sus herederos. ¡Vamos!
José Luis Alonso de Santos, La estanquera de Vallecas, 1981, Cuadro 1
Vine a Madrid para matar a un hombre a quien no había visto nunca. Me dijeron su
nombre, el auténtico, y también algunos de los nombres falsos que había usado a lo largo
de su vida secreta, nombres en general irreales, como de novela, de cualquiera de esas
novelas sentimentales que leía para matar el tiempo en aquella especie de helado
almacén, una torre de ladrillo próxima a los raíles de la estación de Atocha donde pasó
algunos días esperándome, porque yo era el hombre que le dijeron que vendría, y al
principio me esperó disciplinadamente, muerto de frío, supongo, y de aburrimiento y tal
vez de terror, sospechando con certidumbre creciente que algo estaba tramando contra
él, desvelado en la noche, bajo la única manta que yo encontré luego en la cama, húmeda
y áspera, como la que usaría en la celda para envolverse después de los interrogatorios,
oyendo hasta medianoche el eco de los altavoces bajo la bóveda de la estación y el
estrépito de los expresos que empezaban a llegar a Madrid antes del amanecer.
Antonio Muñoz Molina, Beltenebros, Seix Barral, Barcelona, 1989, pág. 7
Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
En la siguiente sección, veremos ejemplos concretos que obtenemos del catálogo de las
editoriales más relevantes en el mercado actual.
ANAYA
Ofrecen seis manuales de entre los cuales únicamente Sueña llega a cubrir hasta el
nivel C.
En la zona específica AnayaELE podremos encontrar diferentes propuestas para
desarrollar destrezas y contenidos específicos, entre ellos:
• Gramática
• Verbos
• Fonética
• Vocabulario
• Escritura
• Ortografía
DIFUSIÓN
Tiene la amplia oferta de quince manuales generales; aunque tengan escaso material del
nivel C, sí que prestan mucha atención a los diferentes grupos de edad y tienen gran
variedad de material separado para niños, jóvenes y adultos. Para satisfacer las
diferentes motivaciones que éstos pudieran tener para aprender español, tratan también
destrezas concretas y no dejan atrás ediciones dedicadas a contenidos específicos,
como:
• Gramática (A1-B1)
• Curso de cultura y civilización, o aplicado al mundo de los negocios
• Lecturas graduadas, como la serie ―Un día en…‖ que explora diferentes ciudades
del mundo hispanoparlante.
Entre los complementos didácticos que ofrecen en su plataforma digital, puedes encontrar
cientos de recursos para tus clases como imágenes, vídeos, ejercicios interactivos,
noticias, y hasta una zona dedicada al coaching.
Presentan una colección bastante concienzuda para desarrollar destrezas: música, cine,
audios y expresión oral, etc.
EDELSA
Edelsa tiene once manuales generales (niveles A-B-C), mas, como en todos los casos,
encontramos una menor representación del nivel superior. De todos modos, sí que tienen
en consideración, como Difusión, la separación por edades y prioridades, tratando
además destrezas y contenidos específicos:
EDINUMEN
Edinumen ofrecen siete manuelas generales. Se trata de la única editorial con un manual
que abarca del A1 al C2: Prisma y Nuevo Prisma.
Fue la primera editorial en publicar libros específicos de aprendizaje por contenidos, como
español profesional, para negocios, comercio, arquitectura, turismo, derecho, etc., y hoy
en día tiene su amplia gama en:
• Gramáticas
• Publicaciones de cultura y civilización
• Modismos y fraseología
• Escritura y ortografía
• Lecturas graduadas
SGEL
http://edelsa.es/es/
http://www.sgel.es/
https://www.anayaele.es
https://www.difusion.com/
https://www.edinumen.es/
http://www.enclave-ele.net/
https://www.hablaconene.com/
http://www.santillanaele.com/
http://www.sm-ele.com
Propuestas especializadas
En este apartado encontramos títulos concretos que encontramos entre los ofrecidos por
las diversas editoriales punteras a las que nos venimos refiriendo.
Para cerrar esta unidad, esperamos potenciar vuestra creatividad a la hora de usar
recursos que no han sido específicamente diseñados con un interés didáctico, pero que
nosotros, como docentes, podemos aprovechar con éxito en clase. Os dejamos con una
lista propuesta por dichas autoras de las principales ventajas y desventajas del uso de
material audiovisual:
En el lado positivo:
Descripción de procesos
Comenzamos, desde un ámbito más general sobre el que posteriormente iremos siendo
más concretos, con algunas pautas básicas que se marcan en el MCER en cuanto a las
características básicas que se han tener en cuenta en el diseño del currículo de cualquier
sistema educativo válido. Estas pautas se van haciendo más concretas hasta que se
hacen completamente fehacientes y se contextualizan en nuestra programación, en
nuestras unidades didácticas:
Los sistemas educativos tienen que ser integradores, transparentes y coherentes. Debe
establecerse una armonía entre los siguientes elementos:
La identificación de necesidades
La determinación de los objetivos
La definición de los contenidos
La selección o creación del material
El establecimiento de programas de enseñanza y aprendizaje
Los métodos de enseñanza y aprendizaje empleados
La evaluación, los exámenes y las calificaciones
(MCER: 2007, p. 7)
A su vez, el experto en diseño curricular Álvaro García Santa-Cecilia (2000, p. 20), nos
presenta la siguiente correlación de conceptos como fundamentales en nuestra
programación:
Análisis de necesidades
Definición de objetivos
Selección y gradación de contenidos
Selección y gradación de actividades y materiales
Selección de procedimientos de evaluación
Análisis de necesidades
Como podemos apreciar, identificar y analizar las necesidades concretas de nuestro
contexto se encuentra en el primer lugar en ambas listas, lo cual se convierte en el centro
de nuestro interés pedagógico. En el siguiente esquema relacional, vemos claramente
como cada uno de los factores determinantes en el proceso de enseñanza-aprendizaje
giraría en torno a dichas necesidades: (p. 20)
Para facilitar nuestra capacidad de análisis, vemos más profundamente a qué prestar
atención:
• Análisis de las situaciones meta: ―se entienden por este concepto las demandas o
exigencias propias de una situación de comunicación, es decir, todo aquello que la
situación requiere para que el hablante pueda actuar de un modo efectivo en esa
situación‖ (p. 23).
• Análisis de la situación actual o de las deficiencias del alumno: para avanzar en el
aprendizaje significativo de una segunda lengua hemos de identificar cuáles son
las carencias de nuestros estudiantes para llegar a satisfacer esas situaciones
meta. Se ha de tener en cuenta la correcta revisión de los conocimientos previos
del alumno y su consecuente contextualización con respecto a nuevas
informaciones.
• Análisis de las estrategias de aprendizaje del alumno: se ha de comprobar qué
estilo prefiere el aprendiente para abordar los contenidos e intentar satisfacer su
curiosidad y deseos (Castellanos, 2010, pp. 25-26).
• Análisis de los medios materiales e institucionales: evidentemente se han de
comprobar, contabilizar, y detallar aquellos medios con los que se cuenta, de este
modo intentándoles sacar el máximo rendimiento en nuestra programación.
• Análisis de las actitudes o la cultura de aprendizaje: en este apartado tenemos en
cuenta la actitud hacia la cultura que se pretende tanto representar correctamente
como apreciar.
Definición de objetivos
Se nos hace evidente que el análisis de necesidades va a impactar fuertemente sobre
nuestras decisiones en cuanto a la definición de objetivos. El MCER y el PCIC 6 describen
tres tipos de objetivos generales:
• Desarrollo del alumno como agente social
• Desarrollo del alumno como hablante intercultural
• Desarrollo del alumno como aprendiente autónomo
• Para concretizarlos, hemos de expresar claramente nuestros objetivos en la
programación; para ello os proponemos estos cuatro tipos de descripción básica de
objetivos. Uno puede elegir una concreta o una mezcla de ellas:
• Descripciones centradas en las cuatro destrezas (comprensión auditiva, lectora,
escrita y oral)
• Descripciones basadas en las actividades que realiza el alumno en clase
• Descripciones basadas en las competencias del alumnado
• Descripciones de contenidos culturales7
Como hemos discutido a través de las unidades que se han desarrollado a lo largo de
nuestro curso, el uso de uno o varios manuales en clase sigue siendo la tónica general y
esto es así por una serie de ventajas que aún hoy en día guarda la utilización de un
manual:
• Ofrece materiales variados y un amplio número de actividades
• El alumno dispone de una fuente de información permanente
• Al profesor le da cierta seguridad
• Ofrece economía en la gestión del tiempo para la presentación de actividades y
material de trabajo
De todos modos, cabe como siempre recalcar que, para poder cumplir su papel como
fuente de recursos satisfactoria, los materiales elegidos han de ser flexibles y ofrecer
alternativas para ser modificados y adaptados a la situación de aprendizaje. (Ezeiza,
2009, pp. 6-8)
**Actividad de reflexión
¿Estás de acuerdo con la siguiente afirmación?
―Aunque cabe el recurso al libro de texto y a materiales ya editados, puede que no
satisfagan las necesidades derivadas del propio programa. Para un equipo de profesores,
desarrollar un banco de materiales puede ser un reto y una labor estimulante, o puede,
por el contrario, convertirse en un problema debido a la falta de tiempo disponible.‖
(García Santa-Cecilia, 2000: 82)
Es sentido común que la enseñanza de ELE varia ampliamente dependiendo del entorno
formativo en que se dé. Hay una variedad de instituciones que hoy en día demandan
profesores de ELE y llevan a cabo la enseñanza del español para extranjeros como
ayuntamientos, academias, colegios o institutos, el Instituto Cervantes, escuelas oficiales
de idiomas, universidades, etc. Lo hacen por muy diversas razones, ya que sus
estudiantes poseen motivaciones radicalmente diferentes. A su vez, cada uno de lo
citados entornos, y todos los posibles, se rigen por ciertas imposiciones curriculares que
el docente debe tener en cuenta
Martí Contreras (2015:179) plantea una serie de actividades interesantes que siguen un
modelo de enseñanza implícito:
ACTIVIDAD 1. Aquí tienes dos correos electrónicos dirigidos a una persona que se llama
Carmen, ¿en qué crees que trabaja Carmen?
Hola, Carmen:
Tú ya sabes que yo siempre digo que en el trabajo necesito limpieza. Todos los días
tengo problemas con mis compañeros. Pongo las herramientas en el lugar adecuado,
pero cuando salgo y traigo algo nuevo que necesito, ya está fuera del lugar.
Todavía no conozco quién es la persona que hace todo esto… hay veces que parezco
un poco tonto, porque no me doy cuenta de las cosas, o no oigo, o no veo qué sucede.
¡Ahora caigo! Creo que quieren gastarme una broma.
Te agradezco la atención prestada.
Carmen:
¡Ya estoy harto y no importa lo que diga ese individuo!
Quizás él tenga un poco de obsesión por el orden. No me gusta que él ponga las
condiciones que le salgan, perdona por la expresión, ni que traiga al trabajo tonterías.
Tal vez conozcas la última que ha hecho, y es posible que te parezca una estupidez y
seguramente oigas comentar a todos que no pasa nada… pero es imposible soportar
esta situación, ojalá se caiga y tenga que irse a casa una temporadita.
¡Y que no me agradezca lo que he hecho siempre por él!
Lamento mucho esta situación, saludos.
-AR -ER/-IR
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https://www.difusion.com/tienda/cuadernos-de-gramatica-espanola-b1/
https://www.hablaconene.com/inicio/cultura-y-literatura/libros-blancos-nivel-b2-c2/
http://www.santillanaele.com/catalogo/lecturas-graduadas/leer-espanol-adultos