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Imperio romano

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Para otros usos de este término, véase Imperio romano (desambiguación).

Imperio romano
Imperium Rōmānum
SENATVS POPVLVSQVE ROMANVS

Imperio

27 a. C.-476/1453

Escudo

Bandera

Lema: SPQR
(en latín: «El Senado y el Pueblo Romano»)   1

El Imperio romano en el año 117, cuando alcanzó su máxima extensión, bajo el

gobierno de Trajano.
Bajo Imperio romano en el año 394.

Coordenadas 42°N 14°E

Capital Roma (27 a. C.-286)


Milán (286-402)
Rávena (402-476)
Nicomedia (286-330)
Constantinopla (330-1204, 1261-1453)n. 1

Entidad Imperio

Idioma oficial Latín, griego

 • Otros idiomas Véase Lenguas del Imperio romano

Superficie hist.   

 • 27 a. C.1 2 750 000 km²
 • 11713 5 000 000 km²
 • 395 1
4 400 000 km²

Población hist.   

 • 14 n. 2 est. 56 800 000 hab.


 • 11713 est. 88 000 000 hab.

Religión Politeísmo romano (27 a. C.-270 d. C.)


Monismo solar (270-380)
Cristianismo (380-1453)

Moneda Denario, sestercio, sólido bizantino

Período histórico Edad Antigua y Media

 • 16 de enero El Senado proclama a Octavio


de 27 a. C. como Augusto
 • 1 de abril Primera división del Imperio
de 286
 • 17 de enero División final entre Occidente y
de 395 Oriente
 • 4 de septiembre Caída de Occidente
de 476
 • 29 de mayo Caída de Oriente
de 1453

Forma de gobierno Autocracia

Emperadorn. 3
• 27 a. C.-14 d. C. Augusto
• 1449-1453 Constantino XI

Cónsuln. 4
• 27 a. C. Augusto, Agripa
• 886 d. C. León VI el Sabio

Legislatura Senado romano


Senado bizantino

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El Imperio romano n. 5n. 6 fue el periodo de la civilización romana posterior a


la República y caracterizado por una forma de gobierno autocrática. En su apogeo
controló un territorio que abarcaba desde el océano Atlántico al oeste hasta las
orillas del mar Caspio y Rojo al este, y desde el desierto del Sahara al sur hasta
las orillas de los ríos Rin y Danubio y la frontera con Caledonia al norte. Debido a
su extensión y duración, las instituciones y la cultura romana tuvieron una
influencia profunda y duradera en el desarrollo del lenguaje, la religión, la
arquitectura, la literatura y las leyes en el territorio que gobernaba.
Durante los tres siglos anteriores al ascenso de César Augusto, Roma pasó de ser
uno de los tantos Estados de la península itálica a unificar toda la
región y expandirse más allá de sus límites. Durante esta etapa republicana su
principal competidora fue Cartago, cuya expansión por la cuenca sur y oeste del
Mediterráneo occidental rivalizaba con la de Roma. La República se hizo con el
control indiscutible del Mediterráneo en el siglo II a. C., cuando conquistó
Cartago y Grecia.
Los dominios de Roma se hicieron tan extensos que el Senado fue cada vez más
incapaz de ejercer autoridad fuera de la capital. Asimismo, el empoderamiento del
ejército reveló la importancia que tenía el poseer control sobre las tropas para
obtener réditos políticos. Así fue como surgieron personajes ambiciosos cuyo
objetivo principal era el poder. Este fue el caso de Julio César, quien no solo
amplió los dominios de Roma conquistando la Galia, sino que desafió la autoridad
del Senado romano.
El sistema político del Imperio surgió tras las guerras civiles que siguieron a la
muerte de Julio César. Tras la guerra civil que lo enfrentó a Pompeyo y al Senado,
César se hizo con el poder absoluto y se nombró dictador vitalicio. En respuesta
varios miembros del Senado orquestaron su asesinato, lo que supondría el
restablecimiento de la República. El precedente no pasó inadvertido para el
sobrino e hijo adoptivo de César, Octavio, quien se convirtió años más tarde en el
primer emperador tras derrotar la alianza entre su antiguo aliado Marco Antonio y
la reina egipcia Cleopatra VII. Octavio mantuvo todas las formas republicanas de
gobierno, pero en la práctica gobernó como un autócrata. En el año 27 a. C. el
Senado le otorgó formalmente el poder supremo, representado en su nuevo título
de Augusto, convirtiéndolo efectivamente en el primer emperador romano.
Los dos primeros siglos del Imperio vieron un período de estabilidad y prosperidad
sin precedentes conocido como la Pax Romana. Sin embargo, el sistema
construido por Augusto colapsó durante la Crisis del siglo III, un prolongado
periodo de guerras civiles que dio inicio al periodo denominado como
el Dominado, durante el cual el gobierno adquirió un carácter despótico y más afín
a una monarquía absoluta. En el año 286, en un esfuerzo por estabilizar al
Imperio, Diocleciano dividió la administración en un Este griego y un Oeste latino.
Para este punto Roma ya había dejado de ser la capital del Imperio. El Imperio se
volvió a unir y a separar en diversas ocasiones hasta que, a la muerte de Teodosio
I en el 395, quedó definitivamente dividido en dos.
Los cristianos ascendieron a posiciones de poder tras el Edicto de
Milán promulgado por Constantino I, el primer emperador cristiano, en 313.
Tiempo después inició el Período de las grandes migraciones, el cual precipitó el
declive del Imperio romano de Occidente. Con la caída de Rávena ante
Flavio Odoacro y la deposición del usurpador Rómulo Augústulo en el 476, se
señala tradicionalmente el fin de la Edad Antigua y el comienzo de la Edad Media,
aún cuando toma cada vez más relevancia la consideración de la Antigüedad
tardía como una época de transición entre ambos periodos.
El Imperio romano de Oriente proseguiría casi un milenio en pie como el único
Imperio romano, aunque usualmente se le da el nombre historiográfico de Imperio
bizantino, hasta la caída de Constantinopla ante los turcos otomanos de Mehmed
II en 1453.
El legado de Roma fue inmenso, especialmente en Europa Occidental; tanto es
así que varios fueron los intentos de restauración del Imperio, al menos en su
denominación. Destacan las campañas de reconquista del emperador Justiniano
el Grande en el siglo VI y el establecimiento del Imperio
carolingio por Carlomagno en el año 800, el cual evolucionaría en el Sacro Imperio
Romano Germánico. Sin embargo, ninguno llegó a reunificar todos los territorios
del Mediterráneo como una vez logró la Roma de tiempos clásicos. Según
ciertas periodizaciones, la caída del Imperio occidental y oriental marca el inicio y
fin de la Edad Media.
En el inmenso territorio del Imperio romano se fundaron muchas de las grandes e
importantes ciudades de la actual Europa Occidental, el norte de África, Anatolia y
el Levante. Ejemplos
son París (Lutecia), Estambul (Constantinopla), Viena (Vindobona), Zaragoza (Cae
saraugusta), Mérida (Augusta
Emerita), Milán (Mediolanum), Londres (Londinium), Colchester (Camulodunum)
o Lyon (Lugdunum) entre otros.

Índice

 1Historia
o 1.1Augusto y la transición de la República al Imperio
o 1.2Principado
o 1.3Dominado
o 1.4Fragmentación y declive
 2Geografía y demografía
 3Idioma
 4Ejército romano
o 4.1Estructura de la legión
 4.1.1Las cohortes
 4.1.2Las centurias
o 4.2Equipamiento
 5Armada romana
 6Economía
o 6.1Moneda y banca
o 6.2Transporte y comunicaciones
 7Sociedad
o 7.1Ciudadanía
 7.1.1Esclavos
 7.1.2Libertos
o 7.2Órdenes
o 7.3Mujeres
o 7.4Matrimonio
 8Religión
o 8.1La religión romana
o 8.2Monismo solar
o 8.3Cristianización
 9Cultura
o 9.1La vida en las ciudades
 9.1.1Viviendas
 9.1.2Aguas termales
o 9.2Educación
 9.2.1Enseñanza
 9.2.2Literatura
o 9.3Recreación y espectáculos
 9.3.1Juegos de arena
 9.3.2Lucha de gladiadores
 9.3.3Deporte y juegos
o 9.4Alimentación
o 9.5Vestuarios
o 9.6Sexualidad
 10Arte
o 10.1Arquitectura
o 10.2Pintura
o 10.3Escultura
o 10.4Artes decorativas
o 10.5Artes escénicas
o 10.6Literatura
 11Legado
 12Notas
 13Véase también
 14Referencias
 15Bibliografía
o 15.1Fuentes primarias
o 15.2Historiografía
 16Enlaces externos

Historia[editar]
La expansión romana tiene inicio durante el siglo VI a. C. poco después de la
fundación de la república. Sin embargo, no fue hasta el siglo III a. C. que Roma
comenzó con la anexión de las provincias, es decir, los territorios situados fuera de
la península itálica.8 En ese momento, y cuatro siglos antes de alcanzar su mayor
extensión territorial, Roma y sus dominios ya constituían un «imperio», aunque su
sistema de gobierno continuó siendo el de una república. 91011 La República romana
no era un estado en el sentido contemporáneo del término, sino más bien una red
de ciudades, en la que cada una contaba con un grado diferente de autonomía en
relación con el Senado romano. Las provincias eran administradas
por cónsules y pretores, que eran elegidos para ejercer un mandato de un año. 12
El poder militar de los cónsules tenía como base la noción jurídica de imperium o
comando militar.13 Ocasionalmente, a los cónsules triunfantes se les otorgaba el
título de imperator, del que proviene el término «emperador». 14
Augusto y la transición de la República al Imperio[editar]
Artículos principales: Augusto y  República romana.
Augusto, el primer emperador romano, en la estatua de Prima Porta. El emperador era la máxima
autoridad política y religiosa del Imperio.

Desde finales del siglo II a. C., Roma sufrió una serie de conflictos sociales,
conspiraciones y guerras civiles, al mismo tiempo que consolidaba su influencia
más allá de la península itálica. El siglo I a. C. estuvo marcado por un periodo de
inestabilidad formado por una serie de revueltas tanto militares como políticas que
abrieron camino a la implementación de un régimen imperial. 151617 En el año
44 a. C., Julio César fue proclamado dictador perpetuo antes de ser asesinado.18
Un año después, Octavio, sobrino-nieto e hijo adoptivo de César, y uno de los
generales republicanos más destacados, se convirtió en uno de los miembros
del Segundo Triunvirato —una alianza política junto a Lépido y Marco Antonio—.19
Después de la batalla de Filipos en 42 a. C., la relación entre Octavio y Marco
Antonio empezó a deteriorarse, lo que condujo a la disolución del triunvirato y a
una guerra entre ambos. Esta finalizó con la batalla de Accio, en la que Marco
Antonio y su amada Cleopatra resultaron derrotados. El
posterior enfrentamiento en Alejandría en 30 a. C. supuso la anexión del Egipto
Ptolemaico por parte de Octavio.18
Principado[editar]
Artículos principales: Dinastía
Julio-Claudia,  Año de los cuatro emperadores,  Dinastía
Flavia,  Dinastía Severa  y Crisis del Siglo III.
En el 27 a. C, el Senado y el pueblo romano proclamaron a
Octavio princeps (primer ciudadano) y le otorgaron el poder
de imperium proconsular y el título de Augusto. Este evento inició el periodo
conocido como Principado, la primera época del periodo imperial, que duró entre
el 27 a. C. y el 284. El gobierno de Augusto puso fin a un siglo repleto de guerras
civiles y dio inicio a una época de estabilidad social y económica denominada
como la Pax Romana (paz romana), que se promulgó durante los dos siglos
siguientes. Las revueltas en las provincias eran poco frecuentes y eran cesadas
rápidamente.20 Al ser el único gobernante de Roma, Augusto pudo llevar a cabo
una serie de reformas militares, políticas y económicas en gran escala.
El Senado le atribuyó la facultad de nombrar a sus propios senadores y la
autoridad sobre los gobernadores provinciales, creando de facto el cargo que más
tarde sería denominado como emperador.21
Augusto implementó los principios de la sucesión dinástica, por lo que fue
sucedido en la dinastía Julio-Claudia por Tiberio (r. 14-37), Calígula (r. 37-
41), Claudio (r. 41-54) y Nerón (r. 54-68). El suicidio de este último llevó a un
breve periodo de guerra civil conocido como el año de los cuatro emperadores,
que concluyó con la victoria de Vespasiano (r. 69-79) y la fundación de la
efímera dinastía Flavia, recordada por ser la responsable de la construcción
del Coliseo de Roma. Esta fue sucedida por la dinastía Antonina, en la que
figuraron los emperadores Nerva (r. 96-98), Trajano (r. 98-117), Adriano (r. 117-
138), Antonino Pío (r. 138-161) y Marco Aurelio (r. 161-180), los llamados «cinco
buenos emperadores». En el 212, mediante el Edicto de Caracalla promulgado por
el emperador homónimo (r. 211-217), fue concedida la ciudadanía romana a todos
los ciudadanos libres del Imperio. Sin embargo, y a pesar de este gesto universal,
la dinastía Severa estuvo marcada por varias revueltas y desastres a lo largo de
la crisis del siglo III, una época de invasiones, desestabilidad social, dificultades
económicas y peste. En la periodización, esta crisis es generalmente considerada
el momento de la transición de la Antigüedad clásica a la Antigüedad tardía.22
Dominado[editar]
Artículos principales: Bajo Imperio romano,  Imperio romano de Occidente e  Imperio
romano de Oriente.

Maqueta de Roma durante el reinado de Constantino (306-337).


División del imperio después de la muerte de Teodosio en 395, superpuesta a las fronteras
modernas.      Imperio romano de Occidente      Imperio romano de Oriente (bizantino)

Diocleciano (r. 284-305) renunció al cargo de princeps y adoptó el título


de dominus (maestro o señor), lo que marcó la transición
del Principado al Dominado —un estado de monarquía absoluta que se prolongó
desde el 284 hasta la caída del Imperio romano de Occidente en el 476—.23
Diocleciano impidió el colapso del imperio, aunque su reinado estuvo marcado por
la persecución del cristianismo. Durante su mandato, se estableció
una tetrarquía y el imperio se dividió en cuatro regiones, cada una gobernada por
un emperador distinto.24 En el 313, la tetrarquía entró en colapso y, después de
una serie de guerras civiles, Constantino I (r. 306-337) emergió como único
emperador. Este fue el primer emperador en convertirse al cristianismo y
estableció Constantinopla como la capital del Imperio de Oriente. A lo largo de las
dinastías constantiniana y valentiniana, el imperio se dividió en una mitad
occidental y otra oriental y el poder fue compartido entre Roma y Constantinopla.
La sucesión de emperadores cristianos fue brevemente interrumpida
por Juliano (r. 361-363) al intentar restaurar la religión tradicional a su
manera. Teodosio (r. 378-395) fue el último emperador en gobernar el imperio en
su conjunto, murió en el 395, después de que el cristianismo se declarara religión
oficial del imperio.25
Fragmentación y declive[editar]
Artículos principales: Caída
del Imperio romano de Occidente,  Período de las grandes
migraciones,  Antigüedad tardía e  Historia del Imperio bizantino.
A partir del siglo V, el Imperio romano comenzó a fragmentarse a raíz de
las migraciones, que superaban en número a la capacidad del imperio para
asimilar a los migrantes. Aunque el ejército romano pudo repeler a los invasores,
de los cuales el más notable fue Atila el Huno (r. 434-453; que
estaba romanizado), se había asimilado a tantos pueblos de lealtad dudosa que el
Imperio empezó a desmembrarse. La mayor parte de los historiadores datan
la caída del Imperio romano de Occidente en el 476, año en que el
usurpador Rómulo Augústulo (r. 475-476) fue derrocado por Flavio Odoacro (r.
476-493).26 Sin embargo, en lugar de asumir el título de emperador, Odoacro
restituyó a Julio Nepote y juró lealtad a Flavio Zenón, recompensándole el título
de dux Italiae (duque de Italia) y patricio. Durante el siglo siguiente, el imperio
oriental, conocido hoy como Imperio bizantino, perdió paulatinamente el control de
la parte occidental. El Imperio bizantino cesó en 1453 con la muerte
de Constantino XI (r. 1449-1453) y la conquista de Constantinopla por parte
del Imperio otomano.27

Geografía y demografía[editar]
Cronología de la expansión territorial de la República romana (rojo), el Imperio romano (violeta),
el Imperio romano de Occidente (azul) y el Imperio bizantino (verde oliva) hasta 1453. También se
muestran los Estados cruzados (Francocracia) (verde) tras del Sitio de Constantinopla (1204) durante
la cuarta cruzada (Partitio terrarum imperii Romaniae), se consideraron la continuación del Imperio hasta
su reconstrucción después de la Reconquista de Constantinopla en 1261. Varios estados bizantinos
independientes continuaron reclamando el trono hasta su final definitivo en la conquista otomana
del Despotado de Morea (1460), el Imperio de Trebisonda (1461) y el Principado de Teodoro (1475)
(ambos en verde).

El Imperio romano fue uno de los más grandes de la historia. Dominó una


extensión territorial continua a lo largo de Europa, África del Norte y Oriente
Próximo,28 desde el Muro de Adriano en la lluviosa Inglaterra hasta las soleadas
costas del río Éufrates en Siria, desde las fértiles planicies de Europa Central
hasta los exuberantes márgenes del valle del Nilo en Egipto.29 La noción
de imperium sine fine (imperio sin fin) manifestaba la ideología romana de que su
imperio no estaba limitado en el espacio y el tiempo. 30 La mayor parte de la
expansión romana se llevó a cabo durante la república, aunque algunos territorios
del norte y centro de Europa no fueron conquistados hasta el siglo I d. C., periodo
que correspondió a la consolidación del poder romano en las provincias. 31 Res
gestae, un relato en primera persona del emperador Augusto que narra su vida y,
sobre todo, sus obras, destaca el número de pueblos de las regiones del imperio.32
La administración imperial realizaba censos con frecuencia y mantenía registros
geográficos meticulosos.33
El Muro de Adriano en el norte de Inglaterra, dividió al Imperio romano de la constante amenaza de
los bárbaros, es el principal testigo superviviente de la frontera del territorio y la política de
consolidación.34

El imperio alcanzó su mayor extensión territorial durante el reinado de Trajano (r.


98-117),35 correspondiente a una área de aproximadamente cinco millones de
kilómetros cuadrados y actualmente dividida por cuarenta países. 36
Tradicionalmente, se estimó que la población durante este periodo llegó a ser
entre cincuenta y cinco y sesenta millones de habitantes, 29 lo que vendría siendo
entre la sexta y cuarta parte de la población mundial y el mayor número de
habitantes de cualquier unidad política de Occidente hasta mediados del
siglo XIX.3738 Sin embargo, estudios más recientes estimaron que la población pudo
alcanzar entre los setenta y cien millones de habitantes. 39 Cada una de las tres
ciudades más grandes del imperio —Roma, Alejandría y Antioquía— tenía el doble
del tamaño de cualquier ciudad europea hasta principios del siglo XVII.40 Adriano,
sucedor de Trajano, abandonó la política expansionista y optó por una de
consolidación del territorio, así que defendió, fortificó y patrulló las regiones
fronterizas.41

Idioma[editar]
Artículo principal: Lenguas del Imperio romano

Inscripción bilingüe en latín y en púnico en el teatro Leptis Magna situado en la provincia de África. Si


bien el latín es la lengua franca de los negocios y aquella en la que se redactaron los documentos
oficiales del imperio, convivió con una gran diversidad de lenguas locales como el galo, el arameo y
el copto.

Los idiomas de los romanos eran el latín, que Virgilio destacó como fuente de


unidad y tradición romana.42 Aunque el latín fuera el idioma principal en los
tribunales y la administración pública del Imperio Occidental y del ejército de todo
el imperio, no se impuso oficialmente a los pueblos bajo el dominio romano. 43 Al
conquistar nuevos territorios, los romanos conservaron las tradiciones y los
idiomas locales e introdujeron gradualmente el latín a través de la administración
pública y los documentos oficiales.44 Esta política contrasta con la de Alejandro
Magno, quien impuso el griego helenístico como idioma oficial de su imperio.45
Esto hizo que el griego antiguo se convirtiera en la lengua franca de la mitad
oriental del Imperio romano, en todo el Mediterráneo oriental y Asia Menor.4647 En
Occidente, el latín vulgar reemplazó gradualmente a las lenguas celta e itálica,
ambas con las mismas raíces indoeuropeas, lo que facilitó su adopción.48
Aunque los emperadores julio-claudios alentaron el uso del latín en la realización
de asuntos oficiales en todo el imperio, el griego siguió siendo el idioma
literario entre la élite cultural romana y la mayoría de los gobernantes lo hablaban
con fluidez. Claudio intentó limitar el uso del griego, incluso revocando la
ciudadanía a quienes no sabían latín, aunque en el propio Senado había
embajadores nativos griegos.49 En el Imperio de Oriente, las leyes y los
documentos oficiales se tradujeron regularmente del latín al griego. 50 El uso
simultáneo de ambos idiomas se puede ver en inscripciones bilingües compuestas
por los dos idiomas.5152 En 212, cuando se otorgó la ciudadanía a todos los
hombres libres del imperio, se esperaba que los ciudadanos que no sabían latín
adquirieran algunas nociones básicas del idioma. 53 A principios del
siglo V, Justiniano I se esforzó por promover el latín como lengua de derecho en
Oriente, aunque perdió gradualmente su influencia y existencia como lengua
viva.54
La referencia constante a los intérpretes en la literatura y los documentos oficiales
indica la vulgaridad y prevalencia en el Imperio romano de un gran número de
idiomas locales. Los propios juristas romanos estaban preocupados por garantizar
que las leyes y los juramentos se tradujeran y entendieran correctamente en los
idiomas locales, como el púnico, el galo, el arameo o incluso el copto,
predominante en Egipto, o los idiomas germánicos, influyentes en las regiones
del Rin y el Danubio.55 En algunas regiones, como en la provincia de África, el
púnico se utilizó en monedas e inscripciones en edificios públicos, algunos
bilingües junto al latín. Sin embargo, la hegemonía de este último entre las élites y
como idioma oficial de los documentos escritos comprometió la continuidad de
varios idiomas locales, ya que todas las culturas dentro del imperio eran
predominantemente de tradición oral.56

Ejército romano[editar]
Artículos principales: Ejército romano,  Legión romana  e  Historia de la estructura del
ejército romano.
Recreadores como legionarios de la segunda mitad del siglo I.

El mando supremo del ejército correspondía al Emperador. Fuera de Italia, en


los territorios provinciales, el mando correspondía al gobernador provincial (pero
este a su vez estaba supeditado al Emperador que podía apartarlo cuando
quisiera), pudiendo también asumirlo temporalmente el Emperador. El número de
legiones osciló en toda la época imperial, con un número máximo cercano a la
treintena.
Las clases altas de caballeros y senadores fueron desapareciendo del ejército, de
modo que las legiones debían reclutarse entre los ciudadanos, primero en Italia y
después progresivamente en las provincias donde estaban acantonadas
(destacaron los mauros, los tracios y sobre todo los ilirios), de modo que desde
Adriano el reclutamiento se hizo casi exclusivamente en las provincias donde
servía la legión, y por fin se recurrió a mercenarios extranjeros (sobre todo
germanos). Con la entrada de los proletarios el ejército se profesionalizó, si bien
estos soldados tenían más facilidad para el motín y el saqueo. Los ascensos se
ganaban por méritos, por favores o por dinero. El tiempo de servicio fue
aumentado progresivamente y no eran excepcionales servicios de treinta o más
años, tras lo cual se conseguía un estipendio económico, la ciudadanía y
privilegios como el acceso a algunos cargos municipales.
La legión disponía de arsenales (armamentos) y de talleres de fabricación y
reparación. Los soldados recibían un sueldo, donativos imperiales en ocasión del
acceso al trono, las fiestas o los motines, regalos (stillaturae) y el botín de guerra.
La ración de alimentos diaria fue creciendo y se le proporcionaba trigo, sal, vino,
vinagre, carne fresca y carne salada.
Los campamentos se convirtieron en plazas fuertes. Disponían de murallas y
torreones y se dividían interiormente en cuatro partes marcadas por dos vías
perpendiculares. Contenían sala de baños, sala de reuniones, capillas, oficinas,
cárcel, hospital y almacenes. Los mercaderes, artistas, prostitutas y otros acudían
a sus alrededores y se establecían constituyéndose aglomeraciones urbanas, y
crecían los barrios exteriores para la población civil (canabae) con casas de
baños, anfiteatros y otros edificios públicos. Los terrenos próximos se utilizaban
como pastos para el ganado, que se arrendaban a los agricultores de la zona.
Estructura de la legión[editar]
Una típica legión romana (cuyo emblema era un águila plateada) consistía en diez
cohortes (con su respectivo estandarte) cada una de ellas con cinco o seis
centurias de ochenta hombres subdivididas en diez contubernios (unidad básica
de ocho legionarios que compartían tienda), contando pues cada legión cinco o
seis mil hombres de infantería, divididos en cincuenta o sesenta centurias.
Contaba también con las guerrillas regulares auxiliares y de caballería (alae) con
ciento veinte hombres de caballería.
El emperador y en su nombre el gobernador provincial designaban a los legatus
legionis, lugartenientes de la legión con funciones de pretor, y a sus asistentes los
tribunos militares y los centuriones.
Junto a los legados de la legión estaban los benefiaciarii (encargados de misiones
de confianza), los strato (escuderos), los comentarienses (archiveros),
los cornicularii (contadores) y los actuario (escribientes). Los tribunos militares se
dividían en laticlavii (afectos a la administración) y angusticlavii (misiones
propiamente militares). Los centuriones eran los oficiales básicos de infantería (la
centuria de 80 hombres) y de caballería (la turma de 30 hombres). Cada centuria y
turma tenía un suboficial llamado optio (equivalente a sargento), que también
ejercía funciones administrativas. Los decuriones eran suboficiales que en la
infantería mandaban una decuria (nueve hombres) y en la caballería de las
unidades auxiliares mandaba un escuadrón o turma (30 jinetes). Otros suboficiales
eran el tesserarius (equivalente a un sargento),
el signifer o vexillarius (portaestandartes), el aquilifer (el portador del águila
legionaria), el campiductor (instructor) y el pecunarius (furriel).
Las cohortes[editar]
Las cohortes se estructuraban en diez filas de 40 o 60 hileras que en tiempos
de Trajano se redujeron a cinco filas. Con Adriano surgió la cohorte familiar
(compuesta de 1200 soldados escogidos) mientras las restantes cohortes fueron
llamadas quingentaries y contaban 500 soldados.
Se estructuraron varias cohortes especializadas: las de infantería (peditata), la de
caballería o mixta (equitativa), la policial (togata), la de vigilancia (excubitoria), la
de guarnición en una ciudad (urbana), la encargada de apagar incendios (Vigilio) y
la encargada de la guardia y custodia imperial o de un caudillo (Praetoriana ). Esta
guardia personal del general en jefe fue habitual en el Imperio. Existía el cuartel
general (Guardia Pretoriana o guardia del general en jefe) los miembros tenían
más sueldo y estaban dispensados de los trabajos del campamento, y que
llegaron a ser los árbitros del Imperio.
Las centurias[editar]
Las centurias estaban al mando de centuriones (el centurión de más prestigio era
el primus pilus habitualmente el más veterano), por encima del cual había seis
tribunos de la legión de rango ecuestre, y el legatus de la legión, de rango
senatorial, que había sido anteriormente pretor (en las provincias donde solo había
una legión, el legatus de la provincia y el de la Legión era la misma persona).
Equipamiento[editar]
El equipamiento de los legionarios cambiaba sustancialmente dependiendo del
rango. Durante las campañas, los legionarios iban equipados con armadura (lorica
segmentata), escudo (scutum), casco (galae), una lanza pesada y una ligera
(pilum), una espada corta (gladius), una daga (pugio), un par de sandalias
(caligae), una sarcina (mochila de marcha), y comida y agua para dos semanas,
equipo de cocina, dos estacas (Sude murale) para la construcción de muros, y una
pala o cesta.

Armada romana[editar]
Artículo principal: Armada romana

Trirreme romano representado en un mosaico.

La Armada romana (en latín classis, literalmente flota) comprendió las fuerzas


navales del antiguo Estado romano. A pesar de desempeñar un papel decisivo en
la expansión romana por el Mediterráneo, la armada nunca tuvo el prestigio de
las legiones romanas. A lo largo de su historia los romanos fueron un pueblo
esencialmente terrestre, y dejaron los temas náuticos en manos de pueblos más
familiarizados con ellos, como los griegos y los egipcios, para construir barcos y
mandarlos. Parcialmente debido a esto, la armada nunca fue totalmente abrazada
por el Estado romano, y se consideraba «no romana». 57 En la Antigüedad, las
armadas y las flotas comerciales no tenían la autonomía logística que en la
actualidad. A diferencia de las fuerzas navales modernas, la armada romana,
incluso en su apogeo, no existió de forma autónoma, sino que operó como un
adjunto del Ejército romano.
En el transcurso de la primera guerra púnica la armada fue expandida
masivamente y jugó un papel vital en la victoria romana y en la ascensión de
la República romana a la hegemonía en el Mediterráneo. Durante la primera mitad
del siglo II a. C. Roma destruyó Cartago y subyugó los reinos helenísticos del este
del Mediterráneo, logrando el dominio completo de todas las orillas del mar
interior, que ellos llamaron Mare Nostrum. Las flotas romanas volvieron a tener un
papel preponderante en el siglo I a. C. en las guerras contras los piratas y en las
guerras civiles que provocaron la caída de la República, cuyas campañas se
extendieron a lo largo del Mediterráneo. En el 31 a. C. la batalla de Accio puso fin
a las guerras civiles con la victoria final de Augusto y el establecimiento
del Imperio romano.
Durante el período imperial el Mediterráneo fue un pacífico «lago romano» por la
ausencia de un rival marítimo, y la armada quedó reducida mayormente a
patrullaje y tareas de transporte.58
Sin embargo, en las fronteras del Imperio, en las nuevas conquistas o, cada vez
más, en la defensa contra las invasiones bárbaras, las flotas romanas estuvieron
plenamente implicadas. El declive del Imperio en el siglo III d. C. se sintió en la
armada, que quedó reducida a la sombra de sí misma, tanto en tamaño como en
capacidad de combate. En las sucesivas oleadas de los pueblos bárbaros contra
las fronteras del Imperio la armada solo pudo desempeñar un papel secundario. A
comienzos del siglo V las fronteras del imperio fueron quebradas y pronto
aparecieron reinos bárbaros en las orillas del Mediterráneo occidental. Uno de
ellos, el pueblo vándalo, creó una flota propia y atacó las costas del Mediterráneo,
incluso llegó a saquear Roma, mientras las disminuidas flotas romanas fueron
incapaces de ofrecer resistencia. El Imperio romano de Occidente colapsó en el
siglo V y la posterior armada romana del duradero Imperio romano de Oriente es
llamada por los historiadores Armada bizantina.

Economía[editar]
Artículo principal: Economía en la Antigua Roma
Véanse también: Relaciones Imperio romano-China,  Relaciones Imperio romano-
India,  Ruta de la seda,  Economía en la Hispania romana  y Economía de la Galia
romana.

1 aúreo de oro = 25 denarios

1 denario de plata = 4 sestercios

1 sestercio de latón = 4 ases

1 dupondius de bronce = 2 ases

1 as de bronce = 4 cuadrantes

La economía del Imperio se basaba en una red de economías regionales, en las


que el Estado intervenía y regulaba el comercio para asegurarse sus propios
ingresos.59 La expansión territorial permitió que se reorganizara el uso de la tierra,
lo que condujo a la producción de excedentes agrícolas y una progresiva división
del trabajo, particularmente en el norte de África. Algunas ciudades se definían a
sí mismas como los principales centros regionales de una determinada industria o
actividad comercial. La escala de los edificios en las áreas urbanas indicaba una
industria de la construcción completamente desarrollada. Documentos
en papiro demuestran métodos de contabilidad complejos que sugieren elementos
de racionalismo económico en una economía altamente monetizada.60 Durante los
primeros siglos del Imperio, las redes de carreteras y transporte se expandieron
significativamente, uniendo rápidamente las economías regionales. El crecimiento
económico, aunque no es comparable al de las economías modernas, fue superior
al de la mayoría de sociedades previas a la industrialización.61
Moneda y banca[editar]
La economía del Imperio se monetizaba universalmente. La normalización del
dinero y las formas de pago impulsó la integración comercial y económica en las
provincias. 62 Hasta el siglo IV, la unidad monetaria básica era el sestercio, 63
aunque al comienzo de la dinastía severa también se usó el denario de plata, que
valía cuatro sestercios.64 La moneda de circulación corriente de menor valor era
el as de bronce, que valía un cuarto de sestercio.65 El lingote no se consideraba
moneda y se usaba solo en negocios en las regiones fronterizas. Los romanos de
los siglos I y II contaban las monedas en lugar de pesarlas, lo que indica que el
valor se atribuía según su valor fiduciario, y no el valor del metal.66
Roma no tenía banco central, por lo que la regulación del sistema bancario era
mínima. Las reservas de los bancos de la Antigüedad clásica eran en general
inferiores a los depósitos totales de los clientes. La mayoría de los bancos tenían
solo una sucursal, aunque algunos de los más grandes tenían hasta quince
sucursales.66 Un banquero comercial llamado argentarius recibía y mantenía
depósitos por un tiempo indefinido o plazo fijo, haciendo también préstamos a
terceros. 67 Un individuo con deuda podía utilizarla como forma de pago,
transfiriéndola a otra parte y sin ningún cambio de dinero. El sistema bancario
estaba presente en todas las regiones y permitía cambiar grandes cantidades de
dinero en cualquier lugar sin necesidad de transferencias físicas de moneda, lo
que reducía el riesgo asociado al transporte. Se tiene conocimiento de al menos
una crisis crediticia en el Imperio, ocurrida en el año 33, durante la cual el gobierno
central intervino en el mercado con un rescate financiero (mensae) de 100
millones de sestercios.66
El gobierno no pidió dinero prestado: en ausencia de deuda pública, el déficit tuvo
que ser financiado con reservas monetarias.68 Durante la crisis del siglo III, la
disminución del comercio de larga distancia, la interrupción de la minería y la
transferencia de valores al exterior por parte de los invasores redujeron
significativamente el dinero en circulación.6966 Los emperadores de las
dinastías antonina y severa devaluaron drásticamente la moneda, particularmente
el denario, debido a la presión con el pago a los militares. 70 La
repentina inflación durante el reinado de Comodo (r. 180-192) puso en riesgo el
mercado crediticio. Aunque la moneda romana siempre tuvo un valor fiduciario,
durante el reinado de Aureliano (r. 270-275) la crisis económica alcanzó su punto
máximo, provocando que los banqueros perdieran la confianza en el dinero
emitido por el gobierno central. Diocleciano (r. 286-305) implementó varias
reformas monetarias e introdujo el sólido de oro, pero el mercado crediticio nunca
recuperó su fuerza anterior.66
Transporte y comunicaciones[editar]
Artículo principal: Calzada romana
Calzada romana en la entrada de la ciudad de Gerasa.

Los romanos favorecían el transporte de mercancías por mar o río, ya que el


transporte por tierra era más difícil.71. Los veleros romanos navegaban no solo por
el Mediterráneo (Mare Nostrum), sino también por todos los principales ríos del
imperio, incluido el Guadalquivir, el Ebro, el Ródano, el Rin, el Tíber y el Nilo.72
El transporte terrestre hizo uso de una compleja y avanzada red de calzada
romana. Los impuestos en especie pagados por las comunidades locales
requerían viajes frecuentes de funcionarios administrativos, animales y vehículos
de curso público (Cursus publicus, el sistema estatal de correos y transporte
implementado por Augusto). 73 La primera vía , la Vía Apia, fue creada en
el 312 a. C. por Apio Claudio el Ciego, para unir Roma con la ciudad de Capua.74
A medida que el imperio se expandía, la administración adaptó el mismo esquema
en provincias. En su apogeo, la red de carreteras romanas tenía hasta 400 000 km
de carreteras, 80 500 de las cuales estaban pavimentadas. 7576
Cada siete o doce millas romanas había una mansio, una estación de servicio
para los funcionarios públicos mantenida por el Estado. Entre los empleados de
estos puestos se encontraban choferes, secretarias, herreros, veterinarios y
algunos militares. La distancia entre las mansiones se determinaba por la distancia
que podía recorrer un carro en el transcurso de un día y algunas podían crecer
hasta convertirse en pequeñas ciudades o almacenes comerciales. 77 Además de
las mansiones, algunas tabernas ofrecían alojamiento, alimentación animal y,
eventualmente, servicios de prostitución.78 Los animales de transporte más
comunes eran las mulas, que viajaban a una velocidad de cuatro millas por hora. 79
Para tener una idea del tiempo de comunicación, un mensajero necesitaba nueve
días para viaje entre Roma y Mogontiacum, en la provincia de Germania
Superior.80 Los caminos estaban marcados por miliarios colocados en intervalos
de unos mil pasos (1480 metros).81

Sociedad[editar]
Banquete entre generaciones, representado en una pintura mural de Pompeya, siglo I, hoy en el Museo
Arqueológico Nacional de Nápoles.

El Imperio romano era una sociedad multicultural, con una sorprendente


capacidad de cohesión capaz de crear un sentido de identidad común asimilando
a los pueblos más diversos.82 La preocupación romana por la creación de
monumentos y espacios comunitarios abiertos al público,
como foros, anfiteatros, circos o balnearios, ayudó a establecer el sentimiento de
«romanidad» común.83 Si bien la sociedad romana poseía un complejo sistema de
jerarquías, este es difícilmente compatible con el concepto moderno de «clase
social».84
Las dos décadas de guerra civil previas al gobierno de Augusto dejaron a la
sociedad romana tradicional en un estado de confusión y conmoción. 85 Sin
embargo, la dilución de la rígida jerarquía de la república condujo a una
creciente movilidad social entre los romanos,8687 tanto hacia arriba como hacia
abajo, y más expresiva que en cualquier otra sociedad antigua documentada. 88
Las mujeres y los esclavos tuvieron oportunidades que antes les estaban
prohibidas.89 La vida en sociedad en el Imperio, particularmente para aquellos con
recursos limitados, fue impulsada aún más por la proliferación de asociaciones
voluntarias y hermandades (collegia y sodalitates) formadas para diversos fines:
gremios profesionales y comerciales, grupos de veteranos, asociaciones
religiosas, gastronómicas clubes90 y compañías artísticas.91 En el gobierno de
Nerón no era raro que un esclavo fuera más rico que un ciudadano nacido libre, o
un équite más influyente que un senador.92
Ciudadanía[editar]
Según el jurista Gayo, la principal distinción entre personas en el derecho
romano era entre ciudadanos libres (liberi) y esclavos (servi).93 El estatus legal de
los ciudadanos libres aún podría especificarse según su ciudadanía. Durante el
comienzo del imperio, solo un número limitado de hombres tenían pleno derecho a
la ciudadanía romana, lo que les permitía votar, presentarse a las elecciones y ser
ordenados sacerdotes. La mayoría de los ciudadanos tenían solo derechos
limitados, pero tenían derecho a protección legal y otros privilegios que estaban
prohibidos a quienes no tenían la ciudadanía. Los hombres libres que vivían
dentro del imperio, pero que no eran considerados ciudadanos, tenían la condición
de peregrinus, quienes eran considerados como «no-romanos».94 En el año 212,
mediante el Edicto de Caracalla, el emperador extendió el derecho de ciudadanía
a todos los habitantes del imperio, revocando todas las leyes que distinguían a los
ciudadanos de los no-ciudadanos.95
Esclavos[editar]

Mosaico de Duogga, Túnez ( siglo II ). Los dos esclavos que llevan jarras de vino lucen la ropa común
entre los esclavos y llevan un amuleto contra el mal de ojo alrededor del cuello.

En la época de Augusto, alrededor del 35% de los residentes en Italia96 eran


esclavos.97 La esclavitud era una institución compleja y económicamente útil que
sustentaba la estructura social romana, puesto que la industria y agricultura
dependían de ella.98 En las ciudades, los esclavos podían ejercer diversas
profesiones, incluidos maestros, médicos, cocineros y contables, aunque la
mayoría realizaba solo tareas poco calificadas. Fuera de Italia, los esclavos
constituían en promedio entre el 10 y el 20% de la población. 99 Aunque la
esclavitud disminuyó en los siglos III y IV, siguió siendo una parte integral de la
sociedad romana hasta el siglo V, desapareciendo gradualmente durante los
siglos VI y VII. Esto ocurrió en paralelo al declive de los centros urbanos y la
desintegración del complejo sistema económico. 100
La esclavitud romana no se basó en la discriminación racial.101102 Durante la
expansión republicana, período en el que se generalizó la esclavitud, la principal
fuente de esclavos fueron los prisioneros de guerra de las más diversas etnias.
La conquista de Grecia trajo a Roma un gran número de esclavos
extremadamente calificados y educados. Los esclavos también podrían venderse
en los mercados y, ocasionalmente, por piratas. Entre otras fuentes de esclavos
se encontraban el abandono de niños y la autoesclavitud entre los más pobres. 103
Los vernas (vernae) eran esclavos nacidos de una madre esclava que nacieron y
se criaron en la casa de sus dueños. Si bien no contaban con ninguna protección
jurídica particular, el propietario que maltrataba o no cuidaba su propiedad era mal
visto por la sociedad, ya que eran considerados parte de su familia, pudiendo
incluso ser hijos de los hombres libres de la familia. 104105106
La legislación sobre esclavitud es bastante compleja. 107 Según el derecho romano,
los esclavos se consideraban propiedad y no tenían personalidad jurídica. Un
esclavo puede ser sometido a formas de castigo corporal prohibidas a los
ciudadanos, como la explotación sexual, tortura y ejecución. En términos legales,
un esclavo no puede «ser violado», ya que la violación solo puede ejercerse sobre
personas libres; el violador de un esclavo tendría que ser acusado por el
propietario por daños materiales.108109 Los esclavos no tenían derecho a casarse,
aunque a veces se reconocían las uniones y podían casarse si ambos eran
liberados.110 Técnicamente, un esclavo no podía poseer propiedades, 111 aunque un
esclavo que realizaba negocios podía tener acceso a un fondo o cuenta individual
(peculium), del que podía disponer libremente. Los términos de este variaron
según la relación de confianza entre el dueño y el esclavo. Un esclavo con aptitud
para los negocios podría tener una autonomía considerable para administrar
empresas y otros esclavos.112 Dentro de una residencia o taller, era común tener
una jerarquía entre los esclavos, con uno de estos liderando al resto. 113 Los
esclavos exitosos podían acumular suficiente dinero para comprar su libertad o ser
liberados por los servicios prestados. La manumisión (liberación de esclavos) se
hizo tan frecuente que, en el siglo II a. C., una ley limitaba el número de esclavos
que un propietario podía liberar.114
A raíz de las Guerras serviles (131-71 a. C.), la legislación intentó disminuir la
amenaza de rebeliones de esclavos limitando el tamaño de los grupos de trabajo y
hostigando a los fugitivos.115 A lo largo de los siglos, los esclavos ganaron una
protección legal cada vez mayor, incluido el derecho a presentar cargos contra sus
amos. Un contrato de compra podía evitar la prestación de un esclavo, ya que la
mayoría de prostitutos y prostitutas eran esclavos. 116 El crecimiento de la trata de
esclavos eunucos a finales del siglo I promovió una legislación que prohibía la
castración de un esclavo contra su voluntad.117
Libertos[editar]
A diferencia de las polis griegas, Roma permitió que los esclavos liberados se
convirtieran en ciudadanos, incluso teniendo derecho al voto. 118 Un esclavo que
obtuvo libertas fue llamado liberto (libertus; «persona liberada») en relación con su
antiguo amo, quien luego se convirtió en su patrón (patronus). Sin embargo, las
dos partes continuaron teniendo obligaciones legales entre sí. La clase social de
los libertos fue conocida como «libertinos» (libertini), aunque más tarde los
términos liberto y libertino (libertinus) se usaron indistintamente.119 Un libertino no
podía ocupar cargos en la administración pública o en el sacerdocio estatal,
aunque podía ejercer el sacerdocio en el culto imperial. Un liberto tampoco podía
casarse con una mujer de una familia de la orden senatorial ni formar parte de
esta, aunque durante el inicio del imperio los libertos ocuparon importantes
puestos de la administración.120
Órdenes[editar]
La élite de la sociedad romana estaba formada por dos órdenes aristocráticas: los patricios (imagen) y
los équites. Para ejercer cargos políticos y administrativos era necesario pertenecer a una orden.

En el contexto del Imperio Romano, una orden (ordo; plural ordine ) significa una
clase aristocrática. Uno de los propósitos de los censos era determinar la orden a
la que pertenecía una persona en particular. En Roma, las dos órdenes con el
estatus más alto eran la orden senatorial (ordo senatorius) y la orden ecuestre
(ordo equester). Fuera de Roma, los decuriones (ordo decurionum) representaban
a la aristocracia local. El cargo de «senador» no era un cargo electivo. Un
ciudadano fue admitido en el Senado después de haber sido elegido y de haber
servido durante al menos un período como magistrado. Un senador también debe
tener una riqueza de al menos un millón de sestercios.121122 No todos los hombres
que cumplían los criterios de la orden senatorial aceptaron un escaño en el
Senado, que requería domicilio en Roma. Dado que el Senado constaba de 600
escaños, los emperadores solían ocupar los escaños vacantes mediante
designación directa.123 El hijo de un senador pertenecía legítimamente a la orden
del Senado, aunque tenía que calificar por sus propios méritos para ser admitido
en el Senado. Los senadores podrían ser expulsados por violar las reglas de
conducta moral; por ejemplo, no podían casarse con una mujer liberta o luchar en
la arena.124 En la época de Nerón, los senadores procedían principalmente de
Roma y otras partes de Italia, con otros grupos provenientes de la península
ibérica y el sur de Francia. Durante el gobierno de Vespasiano, comenzaron a
sumarse senadores de las provincias orientales.125 Durante la dinastía severa, los
itálicos ya eran menos de la mitad del senado.126
El cargo de senador romano era el cargo de máximo cargo y era considerado
como la culminación del curso político (cursus publicus). Sin embargo, los
miembros de la orden ecuestre en muchos casos tenían mayor riqueza y poder. La
admisión a la orden tenía como criterio la riqueza y las posesiones de una
persona, que calificaba mediante una valoración censal de 400 000 sestercios y al
menos tres generaciones de nacimientos libres. 127 Los eques progresaron a lo
largo de una carrera militar (tres militiae) con el objetivo de convertirse
en prefectos y fiscales de la administración imperial.128129
La integración en las órdenes de hombres de provincias revela la movilidad
social que existió durante el imperio temprano. La aristocracia romana se basaba
en la competencia y, a diferencia de la posterior nobleza europea, una familia
romana no podía mantener su estatus solo a través de la herencia de títulos o
tierras.130131 La admisión a las órdenes superiores trajo consigo no solo privilegios
y prestigio, sino también una serie de responsabilidades. Mantener el estatuto
requería grandes gastos personales, puesto que la financiación de obras públicas,
eventos y servicios en las ciudades romanas dependía de sus ciudadanos más
destacados y no de los impuestos recaudados, que estaban destinados
principalmente a financiar el ejército. 132
Mujeres[editar]

La mujer romana era bastante independiente en comparación con otras culturas de la antigüedad,
teniendo derecho a poseer y administrar propiedades sin subordinación legal a su marido.

Durante la República y el Imperio, las mujeres romanas libres eran consideradas


ciudadanas y, si bien no existía el sufragio femenino, estas lograron ocupar cargos
políticos e incluso servir en el ejército.133134 La mujer romana mantenía el apellido
de soltera durante toda su vida. La mayoría de las veces, los niños optaron por
recibir el apellido del padre, aunque en la época imperial también pudieron
mantener el de la madre.135 Las mujeres romanas podían poseer propiedades,
celebrar contratos y hacer negocios, incluida la fabricación, el transporte y los
préstamos bancarios.136137 Era común que las mujeres financiaran obras públicas,
lo que indica que muchas de ellas poseían o administraban fortunas
considerables.138 Las mujeres tenían los mismos derechos que los hombres con
respecto a la herencia sin testamento del padre. 139140141 El derecho a poseer y
administrar propiedades, incluidos los términos de su propia voluntad, proporcionó
a las mujeres romanas una enorme influencia sobre sus hijos, incluso en la edad
adulta.142
Matrimonio[editar]
Artículo principal: Matrimonio en la Antigua Roma
La forma arcaica del matrimonio cum manum, por el cual la mujer estaba sujeta a
la autoridad de su marido, cayó en desuso durante el período imperial. Una mujer
romana casada siguió siendo dueña de los bienes que llevaba a la boda.
Técnicamente, incluso después de mudarse a la residencia de su esposo, ella
todavía estaba bajo la autoridad de su padre, y solo cuando el padre moría se
emancipaba en términos legales.143 Este principio demuestra el grado relativo de
independencia de la mujer romana en comparación con otras culturas de la
antigüedad y hasta la época moderna. 144 Aunque la mujer romana tuvo que
responder ante su padre en asuntos legales, ella era libre de manejar la vida
cotidiana y su esposo no tenía poder legal sobre ella. 145146 Aunque era una
cuestión de orgullo social haberse casado una sola vez, el estigma social con
respecto al divorcio o al nuevo matrimonio era prácticamente inexistente. 147

Religión[editar]
Artículo principal: Religión en la Antigua Roma

Panteón de Agripa, templo de todos los dioses, en Roma

Después de la crisis republicana y la transición al imperio, la religión del estado se


adaptó para apoyar al nuevo régimen. Augusto implementó un vasto programa de
avivamiento y reformas religiosas. Los votos públicos, que antes pedían a las
divinidades la seguridad de la república, ahora tenían como objetivo el bienestar
del emperador. El culto a la personalidad vulgarizó las prácticas de veneración de
los antepasados y el genio, la divinidad tutelar de cada individuo. Era posible que
el propio emperador se convirtiera en una deidad estatal mientras aún estaba vivo
a través de una votación en el Senado. El culto imperial, influenciado por la
religión helenística, se convirtió en una de las principales formas de que Roma
anunciara su presencia en las provincias, cultivando la lealtad y compartiendo la
misma identidad cultural en todo el imperio. 148
La religión romana[editar]
Fresco de Venus y Marte en Pompeya. Los romanos prestaban culto a un gran número de divindades,
asimilando también los cultos de los territorios conquistados

La religión en Roma Antigua engloba no solo las prácticas y creencias que los
romanos veían como suyas, pero también los diversos cultos importados para
Roma y los cultos practicados en las provincias. Los romanos se veían a sí
mismos como profundamente religiosos, atribuyendo su prosperidad económica y
militar a la buena relación con los dioses (pax deorum). La religión arcaica que se
cree haber sido instituida por los primeros reyes de Roma ofertó los fundamentos
del me los maiorum, o «tradición», el código social basilar en la identidad
romana.149 No existía la separación Iglesia-Estado, por lo que los puestos
religiones en el Estado eran llenados por las mismas personas que ocupaban
lugares en la administración pública. Durante el periodo imperial, el pontífice
máximo era el propio emperador.149
La religión romana era práctica y contractual, basada en el principio del do ut
des («te doy aquello que puedas ofertar»). La religión tenía como principios el
conocimiento y la práctica correcta de la oración, de los rituales y del sacrificio, y
no la de la fe o el dogma. Para el ciudadano común, la religión era parte del
cotidiano.150 La mayoría de las residencias poseía un altar doméstico en el cual se
realizaba la oración y la libación. Las ciudades eran decoradas por altares de
barrio y locales considerados sagrados, como manantiales de agua y cuevas, y
era común que la gente hiciera un voto u ofreciera alguna fruta cuando pasaban
por un lugar de culto.151152 El calendario romano era organizado en función de las
conmemoraciones religiosas. Durante el periodo imperial, había 135 días del año
dedicados la festividades religiosas y juegos (ludi).150
Una de las principales características de la religión romana fue el gran número de
divinidades adoradas153154 y la reverencia paralela de las deidades romanas con
las deidades locales.150 La política de conquista romana consistió en la asimilación
de divinidades y cultos de los pueblos conquistados, y no en su erradicación. 155
Roma promovió la estabilidad entre diferentes pueblos apoyando diferentes
herencias religiosas, construyendo templos para deidades locales que
enmarcaban las prácticas indígenas en la jerarquía de la religión romana. 156157158
En el apogeo del imperio, las deidades internacionales eran adoradas en Roma,
cuyo culto se había extendido a las provincias más remotas, entre
ellas Cibeles, Isis, Epona y los dioses del monismo solar, como Mitra y Sol
invicto.159
Las religiones mistéricas, que ofrecían a los iniciados la salvación después de la
muerte, se practicaban de manera complementaria a los rituales familiares y la
participación en la religión pública. Sin embargo, los misterios involucraban el
secreto y los juramentos exclusivos, que los conservadores romanos veían con
sospecha y como elementos característicos de la magia, la conspiración y la
actividad subversiva. Se hicieron varios intentos para reprimir sectas que parecían
amenazar la unidad y la moral tradicionales, algunas de ellas de manera violenta.
En Galia, se hicieron varios intentos para controlar el poder de los druidas,
inicialmente prohibiendo a los ciudadanos romanos pertenecer a la orden y luego
prohibiendo completamente el druidismo. Sin embargo, las propias tradiciones
celtas fueron reinterpretadas en el contexto de la teología imperial, dando lugar a
la cultura galorromana.160
Monismo solar[editar]
A medida que el Imperio decaía, las religiones mistéricas fueron ganando fuerza
mientras que las tradicionales fueron decayendo. De entre las nuevas religiones
surgió el Mitraísmo, que fue ganando peso en el estamento militar hasta
introducirse en la corte de mano de los soldados-emperadores como Aureliano; a
esto hay que añadir que desde la propia religión tradicional romana y por mano de
filósofos como los neoplatónicos (como Plotino), la idea monoteísta fue ganando
fuerza, viéndose al Sol (similar a lo sucedido en tiempos de Akenatón) como el ser
o poder original del que provenían el resto de dioses, siendo estos avatares del
primero. Este proceso de sincretización permitió una transición natural al
cristianismo, contraria a la creencia impopular de su imposición por la fuerza. 161
Cristianización[editar]
Esta estela funeraria del siglo III se encuentra entre las inscripciones cristianas más antiguas, escritas
simultáneamente en griego y latín. La abreviatura «DM» en la parte superior se refiere a los Di Manes,
los tradicionales espíritus romanos de la muerte, pero va también acompañada del símbolo cristiano.

El rigor monoteísta del judaísmo planteó dificultades a la política de tolerancia


religiosa romana. Cuando los conflictos políticos y religiosos se volvieron
irreconciliables, surgieron varias revueltas entre judíos y romanos. El sitio de
Jerusalén en el año 70 fue la causa del saqueo del templo de la ciudad y de
la dispersión del poder político judío.162 El cristianismo surgió en la provincia de
Judea en el siglo II como una secta religiosa judía, con el papa Lino en el año 76
jugando un papel importante en ese período. 163 religión se expandió gradualmente
a Jerusalén, inicialmente estableciendo importantes centros
en Antioquía y Alejandría, y desde allí por todo el imperio. Las persecuciones
oficiales fueron escasas y esporádicas y la mayoría de los martirios se produjeron
por iniciativa de las autoridades locales.164165166167168169
A principios del siglo IV, Constantino I con el edicto de Milán legalizó el
cristianismo, bautizándose poco antes de morir, convirtiéndose en el primer
emperador cristiano, marcando el comienzo de una era de hegemonía cristiana. El
emperador Juliano hizo un breve intento de revivir la religión tradicional a su
manera, pero esto fue efímero. En el año 391, Teodosio I el Grande convirtió al
cristianismo en la religión estatal del Imperio romano, excluyendo
permanentemente a todas las demás. A partir del siglo II en adelante, los Padres
de la Iglesia comenzaron a condenar las prácticas religiosas restantes,
llamándolas colectivamente «paganas». 170 Al mismo tiempo, los llamamientos a la
tolerancia religiosa por parte de los tradicionalistas fueron rechazados y el
monoteísmo cristiano se convirtió en una de las características del gobierno
imperial. Todos los herejes y los no cristianos podían ser perseguidos o excluidos
de la vida pública. Sin embargo, las prácticas cristianas han sido influenciadas por
gran parte de la jerarquía religiosa romana y por muchos aspectos de los rituales
romanos, y muchas de estas prácticas aún sobreviven a través de las fiestas y
tradiciones cristianas locales.171172

Cultura[editar]
La red de ciudades a lo largo del territorio imperial (colonias, municipios, o polis)
fue un elemento de cohesión que fomentó la Pax Romana.173 Los romanos del
Imperio temprano fueron alentados por la propaganda imperial a respetar y
disfrutar de los valores del tiempo de paz.174 Incluso el
polemista Tertuliano declaró que el sigloII fue más ordenado y culto que en épocas
anteriores: «En todas partes hay casas, en todas partes hay gente, en todas
partes hay res publica, causa del pueblo, hay vida en todas partes».175 Muchas de
las características asociadas a la cultura imperial, como el culto público,
los juegos y festividades, los concursos de artistas, oradores y deportistas, así
como la gran mayoría de obras de arte y edificios públicos, fueron financiados por
particulares, cuyos gastos del beneficio de la comunidad ayudó a justificar su
poder económico y privilegios legales y provinciales. 176 El declive de las ciudades y
la vida cívica en el siglo IV, cuando las clases pudientes ya no podían financiar la
obra pública, fue uno de los signos de la inminente disolución del imperio. 177
La vida en las ciudades[editar]

Las ciudades estaban equipadas con diversas infraestructuras, como acueductos, baños públicos
(letrinas, en la imagen) y redes de alcantarillado.

En las ciudades, la mayoría de la población vivía en insulas (insulae), edificios de apartamentos de


varios pisos. En las calles concurridas, la planta baja podría tener tiendas frente a la calle (en la imagen:
insulas en Ostia).

En la antigüedad clásica, las ciudades se consideraban territorios que fomentaban


la civilización si estaban debidamente diseñadas, ordenadas y adornadas. 174 La
planificación de las ciudades romanas y el estilo de vida urbano fueron
influenciados por la civilización griega de períodos anteriores. 178 En la parte
oriental del imperio, el dominio romano aceleró el desarrollo de ciudades que ya
tenían un marcado carácter helenístico. Algunas ciudades,
como Atenas, Afrodisias, Éfeso y Gerasa, modificaron algunos aspectos de la
arquitectura y la planificación urbana de acuerdo con los cánones imperiales, al
tiempo que expresaron su identidad individual y prominencia regional. 179180 En las
partes más occidentales del imperio, habitadas por personas de lenguas celtas,
Roma fomentó el desarrollo de centros urbanos planificados, equipados con
templos, foros, fuentes monumentales y anfiteatros. Estas nuevas ciudades a
menudo se diseñaron en las cercanías o en el sitio de asentamientos amurallados
(opidos) preexistentes.181182 La urbanización en el norte de África ha expandido las
ciudades griegas y púnicas a lo largo de la costa. 181
Augusto llevó a cabo un vasto programa de construcción en Roma que sirvió de
modelo para el resto de las ciudades del imperio, financiando obras de arte
públicas que expresaban la nueva ideología imperial y reorganizando la ciudad en
barrios (vicos ; vici) administrados a nivel local, con servicio de policía y
bomberos.183 Uno de los focos de la arquitectura monumental fue el Campo de
Marte, un espacio descubierto en los alrededores del centro que anteriormente
estaba destinado a la práctica de deportes ecuestres y ejercicio físico para
jóvenes. Allí se construyeron el Altar de la Paz (Ara Pacis) y el obelisco de
Montecitorio, importados de Egipto, que formaban el puntero (gnomon) de un
monumental reloj de sol. Dotado de jardines públicos, el Campo de Marte se ha
converti

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