Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
En este primer canto, decimos que nuestro corazón anhela el estar con Él. Es Dios presente
con nosotros y es lo más hermoso. Nuestras almas siempre te necesitan Señor. Tú eres Dios.
Cómo parte del segundo número, el siguiente canto nos habla de la fuente que brotó del
corazón de Jesús. Divino corazón fuente de vida y amor. Oh sangre y agua que brotaste del
corazón de Jesús, como manantial inagotable de misericordia para nosotros. Jesús, en Ti
confío.
Cada canto, es una manifestación de amor que hacemos al Sagrado Corazón, agradeciendo
por sus bondades infinitas y promesas recibidas, reconocemos al Sagrado Corazón de Jesús,
como fuente de pureza, y es por medio de este canto que le decimos: "Enséñame a amar,
quiero crecer, pues sin Ti no puedo ver". Inigualable su misericordia y tan sincero su gran
amor.
Su corazón que es toda dulzura, ha sido dañado por el pecado. Pero por el pecado de cada
uno de nosotros, cuando cometemos alguna falta a Dios. Busquemos la manera de no
dañarlo, y busquemos la manera de repararlo. Cada quién en su interior, sabe su lucha y su
duelo. Escuchando este canto que nos habla de: "Reparar su corazón", hagamos oración
para que Dios nos llene de su amor y comprendamos el valor de su corazón.
"Este divino corazón es pura dulzura. Humildad y paciencia, por lo tanto, debemos esperar...
Él sabe cuándo actuar".
"Confiar", ¿Qué es confiar? Es demostrar confianza hacia una persona. "Confiar" está muy
relacionada con la fe y la esperanza que se deposita en otra persona. Nosotros depositemos
esa confianza en Jesús, Él como un buen esposo, siempre vela por nosotros. Nosotros somos
su tesoro.
Jesús por medio de este canto nos habla y nos dice: "Yo soy tu Dios... Tú háblame en tu
oración. Confía, confía en mí Sagrado Corazón".
A través del siguiente canto, pedimos a Jesús que nos dé un corazón puro, generoso y
amoroso. Para adorarte y ofrecerte todo mi ser. Ya que nada en el mundo puede saciarme,
solo tu amor podrá llenarme.
Alabado sea Jesucristo, por los siglos de los siglos. Amén.
Señor, Tú mejor que nadie sabe lo que hemos pasado en nuestras vidas. Nuestros
problemas que a veces son insignificantes para Ti. Me has brindado tantos buenos
momentos que siempre los llevaremos en nuestro corazón. Con el siguiente canto, te
pedimos que vengan más tiempos mejores a tu lado.
Ante Ti, en tu presencia nos postramos y nos rendimos Señor. Es tan increíble todo lo que
has pasado Señor, desde tu nacimiento hasta tu muerte; tu vida pública y tu resurrección.
Con el siguiente canto, reconociendo tu grandeza, apreciamos tanto amor para mí y para
mis hermanos.
Señor, gracias por permitirnos alabarte. Por reconocer que tu Sagrado Corazón es fuente
de bondad infinita, un corazón que arde de amor por nosotros. Que no merece ser
maltratado por nuestras acciones injustas. Te pedimos Señor, que estando contigo nos des
una paz plena que nos llene de Ti. Con tu presencia sabemos que basta todo, con el acto de
amor de que estés presente en el Sagrario admiramos tu presencia. Así ya no necesitamos
nada, cuando tengo de tu amor, puedo verlo en tu mirada. Estás aquí Señor.