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La vegetación del calichal yucateco está presente exclusivamente, en una estrecha franja
dispuesta en dirección oeste a este cerca de la costa de la península de Yucatán, desde
la Reserva El Palmar hasta la Reserva de la Biosfera Ría Lagartos. Esta delgada área
geográfica, además de presentar una temperatura media anual alta (25.9° C) y bajas
precipitaciones anuales (600 mm), se caracteriza por un proceso geofísico muy particular,
donde la interacción de la roca caliza, el agua dulce subterránea y el agua de mar,
producen una coraza continua y superficial que se conoce como calichal, haciendo
referencia a una costra dura de cal. Esta coraza puede estar muy meteorizada en algunos
sitios. Este elemento es fundamental para explicar la presencia de este tipo de
vegetación. Como es evidente, no es una característica intrínseca de la vegetación sino
del ambiente, y en lugares es definido precisamente por la ausencia de vegetación.
Algunas especies endémicas del calichal son Marsdenia calichicola Carnevali Juárez-
Jaimes, Zephyranthes orellanae Carnevali, Duno & J.L. Tapia y Hylocereus sp. nov.
Cerca de la costa de los tres estados de la Península se desarrolla la vegetación
halófila típica de la línea de costa, la duna costera y el matorral de duna costera
que debido a sus características edáficas particulares, son el hábitat de varias
especies especializadas y restringidas a estos ambientes (Carnevali et al. 2003).
En esta zona también son frecuentes varios tipos de manglar y la marisma que
corresponden a un conjunto heterogéneo de todos los tipos anteriores de
vegetación incluyendo además al petén y sabanas húmedas. Los petenes son
lugares cerca de la costa (usualmente ca. de las lagunas costeras o los
manglares) donde aflora el drenaje subterráneo ("ojos de agua") creando un oasis
de aguadulce en una matriz de suelos y vegetación halófita.
Por otra parte, enclaves de vegetación húmeda más permanentes, tales como los
cenotes, los petenes y las aguadas, también constituyen los hábitats de muchas
especies que en la región sólo crecen en estos ambientes. Por ello, todos estos
tipos de vegetación, aún cuando ocupan áreas relativamente restringidas de la
Península, contribuyen substancialmente a la riqueza de especies del estado y
deben ser tomadas en cuenta en el diseño de planes de conservación. Otro tipo
de vegetación bastante frecuente son las selvas bajas inundables, que forman
grandes parches en muchas partes de la parte sur de la península, pero de la que
hay parches dispersos en algunos lugares más al norte. Las selvas bajas
inundables son de varios tipos, de acuerdo al tipo de planta que las domina en
biomasa y estructura: pucteales, dominados por pucté (Bucida buceras L., de las
Combretaceae), mucales (dominados por Dalbergia sp., de las Fabaceae-
Papilionoideae) y, más frecuentemente, tintales (dominados por Haematoxylum
campechianum L., de las Fabaceae-Caesalpinoideae). Este tipo de vegetación
tiene elementos florísticos distintivos y estructurales y esta caracterizada
conspicuamente por la gran biomasa y diversidad de plantas epífitas.
Las selvas alta subperennifolia y alta perennifolia ocupan las áreas más húmedas
en los estados de Campeche y Quintana Roo y muestran diferencias florísticas
importantes que se reflejan en diversos esquemas biogeográficos basados en
clima, fisiografía y plantas (Lundell, 1934), aves, mamíferos y plantas (Goldman &
Moore, 1946), anfibios, aves, peces, mamíferos no voladores y reptiles (Barrera,
1962), anfibios y reptiles (Lee, 1980) y árboles y sus endemismo (Ibarra-
Manríquez et al., 2002; Espadas Manrique et al., 2003). Existen varias propuestas
de regionalización interna que reconocen desde dos hasta cinco subunidades (ver
Ibarra-Manríquez et al., 2002) y una de las más consistentes divide a la región en
una región norte seca y otra al sur, más húmeda.
Entre la selva baja caducifolia y la selva alta perennifolia, hay asociaciones
intermedias que se conocen como selva mediana, que pueden ser caducifolias o
subperennifolias. En general la altura y fisonomía son intermedias entre una y otra
y también en lo relativo a la distribución espacial ocupando una franja intermedia
entre el extremo seco del norte y el extremo húmedo, al sur.
Existen tipos de vegetación que ocupan áreas menos extensivas en la Provincia
Biótica Penísula de Yucatán (PBPY) y que están asociadas a fenómenos o
condiciones edáficas o geomorfológicas especiales. Ellos incluyen varios tipos de
comunidades que habitan suelos casi permanentemente saturados y con una
cobertura predominantemente herbácea, tales como los tulares, dominados
por Typha angustifolia L. y los carrizales, dominados por Phragmites
communis Trin. Algunas variantes tienen de estos ecosistemas poseen plantas
arbóreas que les confieren una fisionomía distintiva. Entre estos se cuentan los
tasistales, dominados por Acoelorraphe wrightii (Griseb. & H. Wendl.) H. Wendl.
ex Becc.) y los "corchales" de Annona glabra L., restringidos a áreas cerca de
Holbox. De la misma manera, en lugares donde hay pequeños desniveles se
forman las "aguadas" y las "rejolladas" en los puntos más bajos del microrelieve.
Otro fenómeno muy distintivo de la PBPY y estrechamente asociado al drenaje
cárstico típico del área, es la formación de "cenotes" que son lugares donde el
techo de una gruta o caverna subterránea se ha desplomado, exponiendo una
lámina de agua permanente del drenaje subterráneo. Los alrededores y las
paredes de estas oquedades, por la permanente humedad que les está asociada,
suelen estar habitadas por comunidades al menos parcialmente mesófitas,
diferentes de la matriz de vegetación (usualmente más seca) circundante.