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El Cid envía a Minaya a atacar Alcalá mientras él ataca Castejón por la mañana aprovechando que los moros salen a los campos. Entran por sorpresa en la ciudad, matan a quince moros y obtienen un gran botín que reparten entre sus hombres, también capturan a los habitantes de Castejón. Minaya regresa victorioso de Alcalá. Debido a su cercanía con las tierras del rey Alfonso, el Cid decide abandonar Castejón y ofrece liberar a los prisioneros a cambio de
El Cid envía a Minaya a atacar Alcalá mientras él ataca Castejón por la mañana aprovechando que los moros salen a los campos. Entran por sorpresa en la ciudad, matan a quince moros y obtienen un gran botín que reparten entre sus hombres, también capturan a los habitantes de Castejón. Minaya regresa victorioso de Alcalá. Debido a su cercanía con las tierras del rey Alfonso, el Cid decide abandonar Castejón y ofrece liberar a los prisioneros a cambio de
El Cid envía a Minaya a atacar Alcalá mientras él ataca Castejón por la mañana aprovechando que los moros salen a los campos. Entran por sorpresa en la ciudad, matan a quince moros y obtienen un gran botín que reparten entre sus hombres, también capturan a los habitantes de Castejón. Minaya regresa victorioso de Alcalá. Debido a su cercanía con las tierras del rey Alfonso, el Cid decide abandonar Castejón y ofrece liberar a los prisioneros a cambio de
El Cid se adentra con sus hombres en la taifa de Toledo y envía a Minaya con
doscientos hombres a atacar Alcalá mientras él se queda con cien hombres y
ataca la ciudad de Castejón por la mañana, aprovechando que los moros salen a trabajar a los campos y dejan las puertas abiertas. Entran por sorpresa en la ciudad y matan a quince moros y el Cid consigue un gran botín de ganado y riquezas que reparte entre sus hombres y captura a los hombres y mujeres de Castejón. Minaya vuelve victorioso de Alcalá y el Cid le ofrece la quinta parte del botín, pero la rechaza. Como están demasiado cerca de las tierras del rey Alfonso y los moros están bajo su protección, el Cid decida abandonar la ciudad y ofrece liberar a los prisioneros a cambio de 3.000 marcos de plata, lo cual hace que los moros le queden muy agradecidos por su clemencia.