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CAPITAL MOBILIARIO

Clasificación de los rendimientos de capital mobiliario en función de su integración en


la base imponible:
En la base imponible del ahorro se integran los siguientes rendimientos:
 Los derivados de la participación de fondos propios de entidades: dividendos, primas
de asistencia a juntas, distribución de la prima de emisión, reducción de capital con
devolución de aportaciones,…
 Los derivados de la cesión a terceros de capitales propios: Intereses de cuentas o
depósitos, intereses de préstamos concedidos; Intereses y otros rendimientos de
títulos de renta fija (obligaciones, bonos).
 Los derivados de operaciones realizadas sobre activos financieros: Transmisión,
amortización, canje o reembolso de activos financieros, tales como: Valores de Deuda
Pública (Letras del Tesoro, Bonos y Obligaciones del Estado, etc.) y otros activos
financieros.
 Los derivados de seguros de vida o invalidez y operaciones de capitalización:
prestaciones de supervivencia, jubilación e invalidez, rentas temporales o vitalicias por
imposición de capitales.
 Los procedentes de rentas vitalicias o temporales derivadas de la imposición de
capitales.
En la base imponible general se incluyen, entre otros, los siguientes rendimientos:
 Los derivados de la propiedad intelectual e industrial y de la prestación de asistencia
técnica.
 Los derivados del arrendamiento de bienes muebles, negocios o minas y
subarrendamientos y de la cesión del derecho a la explotación de la imagen.
Gastos deducibles
Para la determinación del rendimiento neto del capital mobiliario correspondiente a
este tipo de rendimientos, podrán deducirse exclusivamente los de administración y depósito
de las acciones o participaciones que representen la participación en fondos propios de
entidades, sin que resulte admisible la deducción de ningún otro concepto de gasto.
Cuando los rendimientos procedan de la prestación de asistencia técnica y del
arrendamiento de bienes muebles, negocios o minas, o de subarrendamientos, podrán
deducirse de los ingresos íntegros todos los gastos necesarios para su obtención, así como el
importe del deterioro sufrido por los bienes o derechos de donde los ingresos procedan.
A estos efectos, tienen la consideración de gastos deducibles los previstos como tales
para los rendimientos del capital inmobiliario, con la salvedad de que no resulta de aplicación
el límite previsto para intereses y demás gastos de financiación y gastos de reparación y
conservación.

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