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El "yo" y los "otros". ¿Comunidad o colectividad?

PATRICE GIASSON

Este artículo, elaborado en el Seminario de tradición oral mesoamericana, que dirige el doctor José Alejos, tiene como
propósito reflexionar sobre un concepto muy generalizado en las ciencias sociales: la comunidad. Intentamos aplicar a
un cuento cosmogónico nahua (recopilado en San Miguel Tzinacapan) las teorías que Bajtín identifica relativamente
al enunciado. En especial se hace un cuestionamiento sobre el grado de creatividad que tiene realmente un contador
frente al "dado" cultural que la colectividad le promueve. Esto nos lleva a considerar seriamente la pertinencia
del término comunidad, ya que ésta no se presenta como un todo aglomerante sino como una pluralidad de voces in-
dividuales.

Toltecayotl tea ya ninemiz ye nican. gen actualmente en las ciencias sociales y permi-
Por el arte yo viviré aquí siempre.
tir la reevaluación de ciertas palabras "claves":
Monólogo de Cinteotl ¿qué se entiende por "comunidad"? ¿Es posible
hablar de comunidad sin perjudicar al individuo?
JlLl objetivo del presente estudio tiene como fin ¿No deberíamos optar en cambio por un concep-
demostrar una forma posible de aplicación de las to más abierto como el de colectividad?
teorías sobre el enunciado elaboradas por Bajtín Las tres diferentes características que Bajtín
al principio de este siglo. A partir del análisis de identifica relativamente al enunciado, lo dado, lo
un cuento cosmogónico náhuatl, veremos que el planteado y lo creado,1 nos llevan a entender
autor de La estética de la creación verbal nos pro- la aportación individual como el elemento esen-
porciona un enfoque muy valioso, no sólo para cial del discurso, y hasta la voz fundamental que,
la comprensión del cuento en sí, sino para la eva- sumada a las voces de los "otros", ya que "esta-
luación del papel que ocupa el mismo contador: mos poblados de otros", como dice Bubnova,2 nos
el grado de creatividad que alcanza en el relato e, permitiría concebir la existencia de una colecti-
implícitamente, de independencia que obtiene vidad particular. Pero con demasiada frecuencia
frente a la "comunidad" y la tradición. Esto nos se usa la palabra comunidad, que no tiene e¿ mis-
llevará a cuestionarnos sobre la validez misma del mo alcance que la de colectividad. Una de las con-
termino comunidad, en cuanto al espacio que tie- diciones fundamentales para hablar de comuni-
ne previsto para el individuo. dad sería la de considerar esta última no como
A lo largo de su obra, Bajtín manipula dife- un todo aglomerante sino más bien como una
rentes conceptos teóricos que podrían ofrecer al- conjunción de diferentes voces individuales, de
gunas respuestas a ciertas preocupaciones que sur- diferentes "yo", que establecerían entre sí un diá-

Estudios Mesoamericanos Núm. 1, enero-junio, 2000


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logo. En esta perspectiva dialógica, la existencia a la parte creativa del "yo", a su aportación al
de un "dado", de una idea, de un fundamento, en nivel personal, a la cultura, al gran discurso, a las
fin, de todo lo que podría presentarse como un voces ajenas; el "yo" no se consideraría como
legado "dado" por la "comunidad", o por las aglo- una voz silenciosa, como una víctima del largo
meraciones de "otros", correspondería al estable- discurso elaborado por "los otros", sino más bien
cimiento de una comunicación bilateral, de una como la voz de alguien que actúa, juega y rein-
relación diacronica (ya que pretende establecerse terpreta constantemente.
con un dado anterior) entre el hablante, conta- Pero a pesar de que se presenten como catego-
dor, escritor, artista, etcétera (puesto que todos rías separadas, lo "dado", lo "planteado" y lo "crea-
corresponden a un "yo" individuo), y la "comu- do" constituyen ante todo categorías superpues-
nidad". tas. Ya que las tres surgen inevitablemente del
Pero la palabra comunidad (que el diccionario diálogo, y dialogan entre sí, parece imposible con-
traduce como: "Calidad común o general. Común siderarlas individualmente; más que aisladas, es
de algún pueblo o Estado. Congregación de per- unidas, conjuntas, como las percibiremos.
sonas que viven bajo constituciones y reglas. Cor- Las propuestas de Bajtín tienen algo muy
poración, asociación")3 no da cuenta de esta mul- innovador en el sentido de que la cultura, la tra-
tiplicidad, sino que tiende a disminuir la aporta- dición, la "comunidad", ya no ocultan al "yo"
ción individual, reduciéndola a la merced de unos presente, o al "otro", sino que se aceptan como
falsos denominadores comunes y creando a ve- el resultado de este necesario diálogo entre las
ces hasta la ilusión de que exista una tal comuni- unidades y el todo que resulta del hecho consti-
dad o asociación. tuido por la multitud de estas unidades mismas.
El mismo fenómeno ocurre con la "tradición", Las diferentes voces operan en un círculo donde
que supuestamente se interpreta como la heren- se añaden constantemente otras voces cada vez
cia de un legado, de una actitud predeterminada más innovadoras. Tal como las unidades que ca-
que se repite de generación en generación. Pero racterizan conjuntamente a la totalidad de la obra,
aquí también el concepto surge como algo pro- como Bajtín apunta en su artículo titulado "Au-
blemático frente al "yo" individuo. Woody Alien tor y personaje en la actividad estética",6 las vo-
califica irónicamente la tradición como "la ilu- ces individuales responden al conjunto de voces
sión de la perpetuidad".4 Ya no se puede entender que crean la "comunidad", y la "comunidad" de
la tradición como una simple herencia fortuita y igual modo les responde, estableciendo entre sí
pasiva, sino más bien como un diálogo entre el un discurso. De hecho, la "comunidad", si quere-
"yo" presente y los "yos" pasados. De igual modo mos hablar de comunidad, debe su misma exis-
se podría concebir la noción de lo "planteado" tencia a la aportación de los "yos" sucesivos. Pa-
(segunda característica relativa al enunciado): co- rece entonces justo afirmar que la "comunidad"
mo el establecimiento de una comunicación en- es plural y por eso proponemos el uso más
tre el "yo" y los "otros", sólo que ya no se trataría abarcador de "colectividad".
de una relación diacronica sino de una relación Veremos a continuación hasta qué grado se
sincrónica, con los diferentes "yos" juntados que pueden identificar estas tres categorías del acto
constituyen las otras voces a las cuales la mía se narrativo en un mito contemporáneo náhuatl de
junta para crear algo que se podría, pero úni- la sierra norte de Puebla.7 Se trata de un cuento
camente bajo'estos criterios fundamentales de cosmogónico, y que por esta misma razón nos
dialogismo, calificar de "comunidad". permitirá evaluar en qué medida y de qué forma
El elemento quizás más interesante de estas tres el contador reinterpreta el legado, ya que el cuen-
características relativas al enunciado que presen- to, por ser de origen mítico, se presenta como
ta Bajtín es el de lo "creado",5 porque se referiría algo "dado".
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El inicio mismo de este relato, con la afirma- suyo, la lengua se transforma entonces en vehí-
ción "Pues dicen", anuncia que se trata de algo culo identitario. El hecho de hablar náhuatl pre-
que sobrepasa al contador, que "pertenece" a los supone también a quién el contador se está diri-
"otros", pero del mismo modo anuncia una cier- giendo y con quién se quiere él identificar, esta-
ta derresponsabilización del "yo-contador" fren- bleciendo también, implícitamente, una cierta
te a lo que se prepara a contar, creando de este frontera con los hablantes no-náhuatl, ya que para
modo una cierta distancia entre él y la colectivi- llegar al cuento tendrán que pasar por la traduc-
dad. Esto confirma a la vez la posición privilegia- ción al español, con los posibles desvíos de este
da del que cuenta, ya que momentáneamente se pasaje.8
separa de "los que cuentan", inaugurando un cier- Es importante notar que el locutor-contador
to espacio donde podrá expresarse. Sin embargo, está también condicionado no sólo por lo "dado"
la utilización de la forma impersonal para refe- que lo provee con un modelo sobre el cual elabo-
rirse a "los otros" sirve en otras ocasiones al con- ra y crea, pero también por lo "planteado", que
tador para afirmar su pertenencia a la colectivi- supone un público, una condición particular: so-
dad. Hallamos un ejemplo en el segundo renglón, cial, política, económica o lo que sea. Expresio-
donde añade: "Les decían tsitsimimej: eran los an- nes como: "sí señor", "aja", "entonces ya como
teriores", lo que confirma el hecho de que la pa- te digo", "así es ese cuento", etcétera, no sólo ha-
labra tsitsimimej tiene un significado que se ubica cen presentir la presencia de un "otro" —inter-
en el conocimiento de todos, incluyendo su pro- locutor u "oyente"—,9 sino que también dan cuen-
pia persona, ya que estipula que "eran los ante- ta de la actitud del contador; en un cierto mo-
riores" y no "los anteriores de ellos". mento él sintió la necesidad de dar verosimilitud
De hecho, numerosos son los elementos que al cuento, de confirmar y acentuar lo que decía.
pueden identificarse como parte del "bagage cul- La presencia de pasajes en forma de discurso di-
tural" que constituye justamente lo "dado". Pri- recto libre como: "algún día hemos de comer este
mero, y obviamente, la lengua., que representa el hombre", "¿dónde dejaron los huesos de mi pa-
vehículo principal de expresión colectiva; después dre?", etcétera, demuestran la voluntad del con-
la estructura externa (forma) misma del relato, que tador de enfocar en ciertos aspectos del cuento.
responde a cierto esquema identificable en varios Las formas retóricas o poéticas, como la repeti-
cuentos nahuas; luego el mito en sí y las figuras ción: "mañana, mañana vamos a trabajar", "Este
mitológicas, que se pueden reconocer como he- hombre era hijo de Dios. Todavía no había sacer-
rencias prehispánicas o mexicanas antiguas, etcé- dotes, todavía no había nada, pero era hijo de
tera. Sin embargo, parece necesario evaluar de Dios", hacen lo mismo y demuestran además el
nuevo estos legados en función de su relación con vínculo que se establece entre el locutor y el pú-
el "yo". blico, que constituyen la situación del enuncia-
Comenzaremos entonces con la lengua. A pe- do, o sea: lo "planteado".
sar de que esta pertenezca a lo "dado" no implica La estructura externa (forma) también consis-
que el mismo locutor no tenga una cierta liber- te, como dijimos, en un esquema "dado" y pro-
tad frente a ella; este relato fue contado original- pio a los nahuas de la Sierra Norte. Se observa,
mente en náhuatl por alguien que eligió perso- por ejemplo, una fórmula de inicio que aquí em-
nalmente el idioma de la narración, ya que otros pieza con "Pues dicen" y que revela una multi-
contadores en la misma recopilación prefirieron tud de voces. Si anteriormente vimos que esto
contar en español. Este hecho revela su actitud revelaba una actitud, que hemos calificado de "de-
hacia la lengua; más que un simple "dado" anóni- rresponsabilización" del contador hacia el cuen-
mo, el locutor demuestra su voluntad de identifi- to, tenemos que subrayar, sin embargo, que hace
carse personalmente con algo que le parece ser también parte de un cierto código "dado", de unas
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fórmulas o esquemas que se repiten en varios cuen- Sentiopil tiene todas las características de Centeotl
tos, lo que demuestra la superposición absoluta y que, como en nuestra historia, aparece como
de lo "dado" (esquema) y de lo "creado" (actitud). un huérfano que nace de las plantas y que da luz
Lo podemos observar también en la fórmula tra- a la humanidad.12
dicional de cierre: "Y este cuento allí termi- Hay otros elementos que concretizan la posi-
na" (p. 6), o en la recapitulación del cuento, otra bilidad de un "legado nocional" prehispánico,
característica de la literatura náhuatl: "Lo que como por ejemplo la noción misma de sacrificio
les cuento es que ese hombre vino del chupamir- (los tistsimimej son aquí sacrificados para que ocu-
to...", o en ciertas funciones implícitas, muy fre- rra la aparición de los humanos), o, aún más no-
cuentes en los cuentos nahuas, como la función torio, la superposición de tiempos diferentes, re-
moralizadora10 y la presencia de un pasaje en- cordando el tiempo cíclico: Sentiopil, como dice
tero moralizador que empieza con el enunciado: el contador, vivía en otro tiempo superpuesto al
"Sentiopil hizo un trabajo muy grande", y que de los hombres: "Pero era otro tiempo, dicen que
termina justo antes de la fórmula de cierre: "y era de noche".13 Sentiopil cruza también el tiem-
este cuento termina allí". Sin embargo, todas es- po de los hombres, como cuando recupera los
tas características tradicionales que mencionamos huesos de su padre con el fin de hacerlo vivir de
aquí son también dirigidas en cierta medida por nuevo (implícitamente, para conocer sus pro-
el contador mismo, que no las reproduce mecá- pios orígenes). Este episodio es similar al viaje de
nicamente sino que dispone de ellas según su elec- Quetzalcóatl en el Mictlan donde recupera los
ción. El contador tiene, por ejemplo, la libertad huesos de los hombres con el fin de "reincarnar-
de comenzar el cuento donde quiera y de termi- los", como se cuenta en la Leyenda de los soles. La
narlo cuando quiera, resumiendo unos pasajes y presencia del chupamirto como fundador del pue-
dando más énfasis a otros a través de una morale- blo,14 de los tsitsimimej, de diferentes animales
ja que organiza a su manera: el pasaje moralizador mitológicos (aquí animados) como las tortugas
en este relato, por ejemplo, no se halla, como suele que salvan a Sentiopil, o la víbora que Sentiopil
ir, al final del cuento, sino que se integra en va- captura, constituyen, del mismo modo, elemen-
rios puntos del relato. El contador goza también tos que confirman la existencia de un rico "dado".
de la posibilidad de dar su opinión de lo que con- Sin embargo, más allá de los elementos "da-
sidera justo o de lo que juzga condenable, como dos" y de sus variaciones hallables en otros rela-
observamos en el caso donde habla del canibalis- tos sobre Sentiopil, este cuento tiene su propia
mo: "Comían carne cruda, se comían a los cris- originalidad en la manipulación de las figuras. Di-
tianos [...] a sus propios hermanos". ríamos que lo "dado" sirve de alguna manera de
Del mismo modo, los elementos mitológicos tela de fondo sobre la cual el contador va bordan-
del relato resultan pertenecer a lo "dado", ya que do otro cuento. La voz del "yo" se añade a las de
se pueden identificar filiaciones hasta con elemen- los "otros", pasados, presentes y futuros, creando
tos que datan de la era prehispánica. Primero y así un constante renuevo de los elementos tradi-
entre otros, la naturaleza misma de Sentiopil. Dios cionales. En otras palabras podríamos decir que
del maíz ("hijo del maíz", como dice el título)
[...] la memoria se renueva constantemente y [...]
y de todos los animales que se nutren de este ali-
este renuevo no se efectúa por medio del olvido sino
mento, Sentiopil (cewí/z = maíz, y/>z'//z = hijo) está por el mantenimiento del sistema de representación,
ligado a la figura prehispánica de la deidad del es decir, dotando de nuevos significados los siste-
maíz Centeotl (centli' = maíz, teoí/=dios), consi- mas de representación preexistentes o, en algunos
derada a veces hembra y a veces varón.11 Varios casos, creando nuevas representaciones, quienes,
cuentos modernos, y otros más antiguos, cuen- obligatoriamente, serán integradas al sistema de in-
tan una historia muy similar a la nuestra, donde terpretación que caracteriza al grupo.13
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Este fenómeno de creatividad ("lo creado", las más grandes aglomeraciones, establecieron co-
como dice Bajtín) es muy notorio en el uso que mercios y se apropiaron de una parte de las tierras,
se hace de las figuras "dadas". Como ejemplo en- introduciendo culturas de exportaciones.17
contramos en nuestro cuento un pasaje de ma-
yor importancia que demuestra con claridad la En este sentido, la venganza de Sentiopil, que
intervención del contador. Es el pasaje mora- inunda la ciudad, personifica también el deseo de
lizador que vimos anteriormente, donde se ve a justicia que cultivan los maseualmej acerca de los
Sentiopil regresar a la ciudad y pedir limosna mestizos, quienes alteraron el modo "tradicional"
a los nuevos ciudadanos que allí habitan. Resu- de cultura y transformaron a muchos campesi-
mamos los hechos: los hombres niegan la limos- nos, antiguamente autosuficientes, en trabajado-
na a Sentiopil y le dicen que debe marcharse con res jornaleros. 18
la amenaza de que le van a pegar; para vengarse En suma, el contador puede dar la vuelta que
de esta falta de respeto, Sentiopil, creador de la quiera a lo que pretende rendir fielmente: si los
ciudad, decide inundar el lugar hasta que los ha- que "dicen que" le proporcionan una historia pre-
bitantes se arrepientan de haberlo ofendido. Po- cisa, no implica que él no pueda también afirmar
dríamos decir, muy grosso modo, que hasta allí el algo que le concierne directamente, y a su vez,
contador parece rendir el cuento tal como se lo enriquecer lo "dado" de sus aportaciones, a la luz
hubieran hecho contar, que su acción todavía de la situación (de lo "planteado").
reposa en lo "dado". Pero luego el contador afir- El contador demuestra que ninguna situación
ma lo siguiente: "Entonces [Sentiopil] hizo pen- será jamás igual a las anteriores, y así crea "sus"
sar a los koyomej". Esta afirmación constituye un relatos. La presencia de frases como "este hom-
comentario muy personal, haciendo aparecer en bre era hijo de Dios" (p. 5), o "tenía milagros"
el cuento cosmogónico (que se quiere, por decir- (p. 5), referiéndose a Sentiopil, dan cuenta de la
lo así, de carácter "a-histórico") un elemento ple- presencia de un fuerte sincretismo entre lo mito-
namente contemporáneo, a saber: los koyomej lógico prehispánico y el cristianismo, demostran-
(que significa mestizos). De repente, irrumpe una do que cada nuevo vector, sostenido por cada
figura que no tiene su origen en el relato "tradi- nuevo "creador", puede mezclarse con lo "dado"
cional", sino que toma forma a partir de la reali- y enriquecerlo.
dad social existente. Si la primera parte de este Lo "creado" es muy visible en las funciones
pasaje se puede leer como el castigo de los hom- implícitas del cuento. Aparte, en la función mora-
bres por su arrogancia hacia los dioses,16 hay que lizadora que acabamos de ver predomina una fun-
entender la segunda parte de manera mucho más ción eminentemente identitaria que se desprende
imbricada en los hechos contemporáneos al con- de las diferentes partes del relato. El hecho, por
tador, que se ubica, como en el enunciado "en- ejemplo, de que la creación del mundo se haga en
tonces hizo pensar a los koyomej", en lo "plantea- torno al pueblo donde vive el contador, de que
do". Efectivamente, el establecimiento de los se mencionen varios topónimos como Cuesco-
koyomej (mestizos) en la región representó, como matepec (donde se guardó el maíz), Xochicaltenco
lo menciona Pierre Beaucage, una fuerte amena- (donde los niños fueron encarcelados), Tecuan-
za para los maseualmej (indios nahuas): tepec (donde se guardaron los perros), San Pedro,
Mazapán, etcétera, participa simbólicamente, ya
[...] la sierra constituyó para los indígenas una zona que estas ideas son integradas al relato mitoló-
de refugio frente a la expansión de las haciendas en gico para delimitar el territorio habitado por los
los siglos XVII y XVIII, pero a partir del final del si- nahuas; de alguna manera, el contador expresa su
glo XIX vieron llegar a los mestizos hispanohablan- identificación con este territorio.
tes de las altas mesetas que tomaron el control de A la luz de lo que acabamos de decir, concor-
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damos entonces con Bajtín cuando afirma que A ese hombre lo hicieron con la hija de una
"lo creado siempre se crea de lo dado" y que, de la anciana.
misma forma, "todo lo dado se transforma en lo Ella tenía una hija. Les decían, como ya les
creado".19 Las reflexiones adelantadas en este tra- dije... comían carne cruda, se comían a los cris-
bajo nos llevan también a diversos cuestiona- tianos, comían a veces al cristiano, a sus propios
mientos acerca de la noción misma de comuni- hermanos. Les decían tsitsimimej. Eran los ante-
dad, de cultura y de tradición. Los cuentos, o cual- riores.
quier otra obra de arte, ya sea una composición Y el chupamirto conoció a la hija de la ancia-
musical, un cuadro, ¡un glifo!, en la medida que na caníbal y se la llevó; se llevó a la muchacha
constituyen un acto innovador, no son simples tsitsimit.
resultados de un proceso histórico fijo. Esto nos Entonces el chupamirto hizo su hijo, pero no
lleva a considerar a la comunidad como plural, lo hizo cristiano sino sólo hizo una bola de san-
puesto que en sí no es nada más que una aglome- gre. Entonces lo fue a enterrar a la orilla de una
ración de voces. Postulamos entonces que a pesar fuente. Al lado del manantial brotó una mata de
de que el contador pretendiera ser, o que preten- maíz rojo, del que llamamos tsikat. Ahí creció.
dieran que fuera, el representante de un cierto Unos ancianos, los que después criaron a
grupo, él es ante todo el portavoz de su propia Sentiopil, fueron a ver en qué se había converti-
voz.20 do esa mata de maíz. La mata tenía un fruto, lo
La obra de arte no es el resultado de tal in- cortaron y vieron que seguía siendo una bola
fluencia artística, de tal corriente, de tal ideolo- de sangre. La planta había nacido de la sangre y
gía, sino que su misma existencia depende del gra- había dado un fruto de sangre. Entonces lo tira-
do de autonomía y de originalidad. Lo que plan- ron al manantial. Por allí se atoró, allí estaba,
tea Bajtín contiene la fuente de una nueva visión allí estaba dando vueltas en el agua, haciendo una
de las fuerzas hegemónicas de ciertos conceptos, rueda.
como el de comunidad, que aún siguen condicio- Los ancianos regresaron al manantial y vieron
nando el pensamiento en las ciencias sociales en que ahí adentro estaba llorando un recién naci-
su conjunto. En suma, Bajtín nos proporciona do. Luego cuentan que se lo trajeron a su casa y
una nueva visión del individuo y de su relación lo criaron. Lo mantuvieron como pudieron.
con los "otros", la concepción de un nuevo espa- Entonces Sentiopil creció. Aprendió a tocar.
cio dialógico donde la voz de uno se añade al lar- Cuando los tsitsimimej y sus vecinos querían que
go enunciado colectivo. Las limitaciones del tér- hiciera bailar a la anciana, a sus hijos y a sus hijas,
mino comunidad son manifiestas, específicamente hacían que él les tocara música y bailaban. Hasta
cuando se trata de rescatar el acto creativo, y en el anciano bailaba. Con eso se alegraban.
este sentido la palabra colectividad representa, Decían:
como pudimos observar aquí, una opción mucho —Algún día hemos de comer a este hombre.
más apta para dar cuenta de la heterogeneidad Ellos querían que Sentiopil muriera. Querían
de las situaciones en las cuales una obra toma su comérselo.
camino. [p. 45] Un día los caníbales ya pensaron co-
merse a Sentiopil. Le dijeron:
Anexo —Ahora muchacho, estas ancianas quieren
darte un baño en el temazcal.
"Sentiopil, el Hijo del Maíz"21 Bueno, entonces prepararon el horno con lum-
[p. 44] "Pues dicen que éste era un hombre que se bre y allí metieron a ese hombre. Querían asarlo
llamaba Sentiopil. Él vino de un pajarito, vino porque así comían asados a sus hermanos, asados.
del colibrí, del chupamirto. Sí señor.
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Ese hombre era hijo de Dios, aunque nunca los. Vayan a traerlo todo y me lo entregan. Aquí
había sido bautizado, era hijo de Dios. Dios le dio yo lo voy a pegar todo.
poder. Y cuando lo metieron al horno fue a traer Los perros juntaron todos los huesos. Sen-
dos tortuguitas y las echó adentro. Las tortugas tiopil, como hijo de Dios que era, armó el esque-
hicieron una laguna chiquita. Sentiopil se metió a leto de su padre. Lo hizo entero como de un cris-
esa laguna, se bañó dentro del horno, pero no se tiano y fue a decirle a la anciana que lo cuidó de
asó. Cuando fueron a abrir el temazcal para sacar- niño. Esa anciana era una vecina:
lo y comérselo ya, vieron que seguía vivo. Seguía —Mamá —le dijo—, voy a venir pero no vol-
mirando a su alrededor, aja. Entonces se salió. tees a ver. Voy a ir a traer al que era mi papá.
—Ahora —les dice— ya me bañaron. Ahora Voy a abrir la puerta para traerlo. No voltees a
ustedes van a entrar al temazcal a bañarse. ver hasta que no lo haya puesto aquí junto al fo-
El mismo volvió a partir leña, y volvió a ha- gón. Aquí voy a poner a mi padre y en ese mo-
cer la lumbre en el horno. Los tsitsimimej tenían mento lo podrás ver. Yo te voy a llamar para que
un horno. Prendió el horno, lo calentó y allí echó lo veas y así, ya te podrás voltear. No voltees
a toda la mata de tsitsimimej, desde el viejo y la antes.
vieja y unas muchachas. A todos los quemó. Entonces Sentiopil ya había hecho eso. Pero
Sentiopil quemó a todos los tsitsimimej, lue- la anciana no aguantó estar de espaldas. Al oír
go recogió las cenizas en una olla grande y la ce- que Sentiopil empezaba a abrir la puerta, se vol-
rró. Después se la entregó al sapo para que la fue- teó para ver si de veras ya lo traía y entonces se
ra a tirar al agua. El sapo quería saber qué era eso desarmó todo el esqueleto. Se descompuso.
y aunque le había dicho que no abriera la olla, Sentiopil se enojó y dijo:
él por tonto la abrió y entonces salieron muchos —Ahora ya no sirvió mamá, ¿por qué volteas-
bichos que lo llenaron de piquetes. Adentro te hacia mí? Yo te ordené que no voltearas a ver.
había moscos, avispas y muchos otros animales. Ahora me voy a ir lejos, no sé por dónde, me
Los piquetes de esos bichos dejaron al sapo con voy a ir sin rumbo. Yo quería tener a mi papá. El
la piel áspera, por eso el sapo se ve con el lomo que me dio la vida.
rasposo porque lo picaron esos bichos. Sí señor. Sentiopil decía que ellos le habían dado la vida,
Entonces Sentiopil se enojó. pero no sabía si era la anciana la que le había dado
Cuando quemó a los tsitsimimej, sólo dejó a la vida o cómo había sido aquello. El no lo sabía.
dos niños y a dos perros para preguntarles dónde [p. 47] —Bueno mamá, ahora voy a sembrar
habían tirado los huesos de su padre, el que lo —dijo. Le voy a preguntar a alguien o yo mismo
había criado. Los tsitsimimej [p. 46] habían ma- voy a pensar cómo —le dijo.
tado al que le había dado la vida, lo habían mata- —Voy a sembrar en siete valles, siete laderas y
do y se lo habían comido. siete cañadas.
Sentiopil pensó reunir los huesos de su padre. Hizo un trabajo muy grande.
Los perros se lo habían comido. Entonces pensó —Llévanos una jicara de tortillas —dijo a su
juntar los huesos de su papá. El mismo los iba a mamá—, pero pequeña.
bendecir para que otra vez se volviera cristiano. La anciana empezó a llenar una, dos, tres jica-
Para hacer eso, preguntó a los niños: ras de tortillas. Apenas las podía cargar para ¡le-
—¿Dónde dejaron los huesos de mi padre? várselas. Y pasó mediodía y no llegaba. Entonces
Le contestaron: Sentiopil dijo:
—Nosotros no lo sabemos, deben de saberlo —Iré a encontrar a la anciana.
los perros porque ellos se lo llevaron. La fue a encontrar. Ella apenas podía aguan-
—Bueno, pues ¡órale!, que los perros reúnan tar las tortillas que llevaba. Sentiopil le dijo:
los huesos. Ustedes saben dónde fueron a dejar- —Pero mamá, te dije que debías de traer sólo
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una jicarita así de tortillas. Mis mozos no comen. A los perros los guardó en Tecuantepec, por eso
Les daré de a un pedacito y ya. se llama así ese lugar, Tecuantepec.
Sentiopil hizo trabajar a todos los animales que Sentiopil pensó hacer una ciudad. Vivía solo
ahora comen maíz. Hizo trabajar a la ardilla, a cuando pensó hacer la ciudad. Entonces la iba a
los tejones, al mapache. Hizo trabajar a los pája- hacer aquí por San Pedro. Este lugar está por abajo
ros. Sí, ellos también trabajaron, aja. de Tecuantepec.
Y por eso, pues vio como tonta a la anciana Ese hombre era hijo de Dios. Todavía no ha-
porque le había dicho que llevara una jicarita de bía sacerdote, todavía no había nada, pero era hijo
tortillas. Partía en cuatro una tortilla y daba un de Dios. Pensaba y hacía las cosas, luego las ben-
pedazo a cada uno de los animales. decía y también daban frutos. Así como cuando
Entonces le dijo: Jesús vino a vivir en la tierra, así era también ese
—Mañana, mañana vamos a trabajar. hombre, era igual. Así fue ese hombre que nació
Sentiopil tenía mucha gente pero no comía, en la tierra. Había nacido en la tierra.
una tortilla la dividía en cuatro partes. Y después ya habían amarrado la víbora allá
Entonces le dice: en San Pedro, allí sería la ciudad, pero se le esca-
—Mañana —le dice— haz como te dije, trae pó. La había atrapado otra vez en Mazapán, otra
sólo una jicarita de tortillas y les alcanzará. vez se le escapó. Entonces la siguió y la atrapó a
Entonces dijo la anciana: donde hasta ahora la tiene amarrada, en México.
—Pues bueno. Allí creó la ciudad de México y después [p. 49]
Al día siguiente le mandó a Sentiopil sólo una hizo la ciudad de Puebla. Hizo esa ciudad, la ciu-
jicarita de tortillas. dad de Sentiopil. Así es ese cuento.
[p. 48] El trabajo ya se estaba terminando. Ya Y entonces hizo esa cosa. Hizo las dos ciuda-
mero acababan. des: Puebla y México. Fue él quien trabajó. Pero
—Yo lo arreglé todo. era otro tiempo, dicen que era de noche. Sentiopil
Unos cortaban leña, otros tumbaban árboles, trabajó en la oscuridad. ¿Y cómo trabajó siendo
otros hacían otras cosas. Todos los animales que noche?
comen maíz estaban trabajando. Sentiopil tenía milagro. El era así.
Entonces ya como te digo, esa mazorca que se Entonces cuando sintió que ya mero iba a
dio, la guardó allá en ese lugar que nombran Cues- llegar este tiempo en el que vivimos nosotros
comatepec. Allí guardó la cosecha, guardó el maíz. los cristianos, dijo que no se iba a dejar morir,
No guardó mazorca, guardó maíz puro. Por eso porque todos los que íbamos a amanecer tenía-
ven que los arribeños traen el maíz alargado por- mos que morir después. Y él no iba a amanecer
que ese maíz estaba apilado así. Estaba bien con la gente para no morirse nunca y así poder
apilado. Los arribeños se adelantaron cuando lo ver qué iba a pasar con su trabajo. Sentiopil pen-
supieron. Ellos se adelantaron a traer el maíz. só esconderse de la luz.
Nosotros, los de por aquí, fuimos a traer la semi- Ese hombre sigue viviendo hasta ahora. Sen-
lla del maíz pero después. Ya habían pisado y res- tiopil vive con la víbora. Vive allá donde la ama-
balado con ella, por eso la semilla de aquí es an- rró. Allá vive Sentiopil. También vive en medio
cha, porque la pisaron. Se estuvieron resbalando del mar. Anda en las profundidades. Allá está. Aja.
sobre ella nuestros hermanos arribeños. Ese hombre vive hasta ahora.
Sentiopil guardó ese alimento y ya no volvió Sentiopil hizo un trabajo muy grande. ¡Pobre
a sembrar. Sentiopil vivía solo. hombre! Un día había venido a visitar a los que
A los niños tsitsimimej los apresó y los guar- empezaron a poblar México. Los habitantes de la
dó en un lugar que se llama Xochicaltenco. Allí ciudad se sentían muy grandes. Se creían mucho.
viven esos niños que eran hijos de los tsitsimimej. La gente estaba ocupando las casas pero no sabía
64 EL "YO" Y LOS "OTROS". ¿COMUNIDAD O COLECTIVIDAD?

quién había construido la ciudad. Entonces pen- de allí tomó la forma de cristiano. Y mató a los
só venir un día. Y les pedía un favor, que si po- tsitsimimej. Esos que dicen que comían carne cru-
dían dar unos cuantos centavos. Es claro, él no da, que se comían a sus hermanos. Se comían a
necesitaba dinero. En el agua no se necesita nada. los cristianos. Ellos mataron al que ayudó a cre-
Él pedía ese dinero. Y le dijeron: cer a Sentiopil. Lo mataron y se lo comieron. Ésos
—Tú no. Es mejor que te vayas, porque si no, eran los tsitsimimej".
te vamos a pegar.
Sentiopil les contestó:
—¿Me van a pegar? Yo construí este lugar —les Notas
* Este artículo fue escrito durante el Seminario de tra-
dijo. dición oral mesoamericana dirigido por el doctor José
—Yo lo hice. Alejos (UNAM).
—¿Tú? ¿Qué hiciste? ' Estos conceptos aparecen mencionados en su ar-
—Hice esta ciudad y la ciudad de Puebla. tículo titulado: "El problema del texto en la lingüística,
—¡Ah! ¿Y cómo lo hiciste tú solo? la filosofía y otras ciencias humanas. Ensayo de análi-
sis filosófico" (M. M. Bajtín, Estética de la. creación ver-
[p. 50] —Pues pude hacerlo. Si no lo creen, aho- bal, pp. 294-324).
ra lo van a creer. 1 Lo menciona en un artículo aún no publicado.
Fue per allí a hacer un hoyo en el suelo. Como 3 Diccionario Porrúa, p. 184.

él era quien había construido, conocía el lugar. 4 Esta frase, que yo traduzco aquí, viene de su últi-

Fue a abrir un hoyo y allí empezó a brotar mu- ma película titulada Lo enredos de Harry.
5 Michel Foucault distingue dos tipos de discursos:
cha agua. En una hora había mucha agua, así. El
"Los discursos que 'se dicen' en el curso de los días y
pueblo empezó a inundarse. Mucha gente ya se de las conversaciones y que desaparecen con el acto
iba a los lugares altos donde no llegaba el agua. mismo que los ha pronunciado; y los discursos que es-
Algunos andaban montados a caballo. No había tán en el origen de un cierto número de actos nue-
señales de que se fuera a detener el chorro de agua. vos de palabras que los reanudan, los transforman o
hablan de ellos, en resumen, discursos que, indefinida-
Entonces empezaron a rogarle. Le decían:
mente, más allá de su formulación, son dichos, perma-
—Ve a cerrar otra vez el hoyo que abriste, por- necen dichos, y están todavía por decir" (M. Foucault,
que si no, nos vas a matar. El orden del discurso, p. 21).
—Pero si ustedes mismos han dicho que yo no 6 M. M. Bajtín, op. cit., pp. 13-191.

sé nada. No, si yo construí este lugar y construí 7 El mito fue recopilado en los años ochentas y está

la otra ciudad. Ustedes ven a alguien —dijo— publicado en una recopilación de relatos nahuas de la
Sierra Norte, titulada: Les oíamos contara nuestros abue-
como si no valiera nada. Pero todos valemos.
los. La referencia se encuentra en la bibliografía bajo
Entonces hizo pensar a los koyomej. Empe- CEPEC y el lector encontrará el relato en el anexo a
zaron a decir: este ensayo.
—Pues ahora le vamos a dar todo el dinero que 8 Puesto que no trabajamos sobre grabaciones, no

quiera. Le vamos a dar lo que pida. podemos hablar del "rendimiento" del cuento: tono
vocal, pausas, gestos, actuación, etcétera, pero es más
¿Pero acaso quería algo? No, él no quería nada.
que evidente que todas estas "posiciones" hacen parte
—El dinero no lo voy a llevar. No llevaré nada. de lo "creado", y no de lo "dado", ya que el contador
Sólo los vine a ver porque se creen mucho. Se escoje personalmente su modo de expresividad.
creen mucho porque ustedes se vinieron a vivir 9 Más que pasivo, el interlocutor afecta, interviene

aquí. Ustedes llegaron cuando las casas ya esta- y participa directamente en el cuento. Y muchas veces
ban hechas, no las hicieron. lo que dice o no dice el contador es en función de lo
que sabe o no sabe el público, los "otros" presentes.
Y este cuento allí termina.
Comprenderemos además que el locutor está también
Lo que les cuento es que ese hombre vino del condicionado por estos "otros".
chupamirto. De allí vino la mata de ese cristiano. 10 La función moralizadora es también una caracte-
Así nació Sentiopil. Lo habían tirado al agua y rística del cuento, como género literario, y de las fábu-
PATRICE GIASSON 65

las. Danielle Dehouve hizo un trabajo interesante so- 21 Este cuento se encuentra en el libro de relatos
bre la posible influencia de la fábula en la literatura nahuas Les oíamos contar a nuestros abuelos, menciona-
náhuatl del Centro. do bajo CEPEC en la bibliografía, lleva aquí las indica-
11 C. A. Róbelo, Diccionario de mitología náhuatl, ciones de la paginación original (pp. 44-50).
vol. 1, p. 10.
12 S. de Pury Toumi, Sur les traces des indiens náhuatl,
mota mot, p. 155. Referencias
13 Notaremos también las similitudes que tiene el Bajtín, M. M., Estética de la creación verbal. México,
ambiente "oscuro y húmedo" donde vive Sentiopil en Siglo XXI, 1997.
el cuento con el Tlalocan de los mexicas. Beaucage, P., "Anthropologe économique des com-
14 En muchos cuentos nahuas el chupamirto (coli- munautés indigénes de la Sierra Norte de Puebla
brí) aparece asociado a la fundación del mundo. (Mexique), partie 1", en La Revue Canadienne de
15 P. Petrich, "Les contentieux de la mémoire", en Sociologie et d'anthropologie, vol. 10, núm. 2. 1989,
Mémoire de la tradition, p. 200. (La traducción es mía.) pp. 114-123.
16 Característica tradicional, ya que se sabe que la CEPEC, Les oíamos contar a nuestros abuelos. (Taller de
arrogancia constituía en los tiempos prehispánicos tradición oral de la Sociedad Agropecuaria.) Méxi-
uno de los vicios más ofensivos y que podía causar hasta co, Instituto Nacional de Antropología e Historia,
la destrucción del mundo (K. Taube, Mythes azteques et 1994.
mayas, p. 125). Foucault, M., El orden del discurso. Barcelona, Tusquets,
17 P. Beaucage, "Anthropologe économique des . 1980.
communautés indigénes de la Sierra Norte de Puebla Petrich, P., "Les contentieux de la mémoire", en Mé-
(Mexique), partie 1", en La Revue Canadienne de moire de la tradition, dir. por A. Béquelin, 1993, pp.
Sociologie et d'anthropologie, vol. 10, núm. 2, p. 125. 187-202.
(La traducción es mía.) Pury Toumi, S. de, Sur les traces des indiens náhuatl,
18 ídem. mot a mot. París, La Pensée sauvage, 1992.
19 M. M. Bajtín, op. cit., p. 312. Róbelo, C. A., Diccionario de mitología náhuatl. Méxi-
20 De hecho, Fierre Beaucage (quien participó en la co, Innovación, 1980.
recolección de cuentos nahuas) me comentaba que cuan- Schutte, O., Cultural Identity and Social Liberation in
do quisieron grabar relatos sobre la actualidad resultó Latín American Thought. Nueva York, State
imposible encontrar un acuerdo general entre los dife- University of New York Press, 1993.
rentes contadores: todos tenían una versión propia de Taube, K., Mythes azteques et mayas. París, Le Seuil,
los hechos. Esto dio supuestamente lugar a varias polé- 1995.
micas interpersonales.

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