EL CRACK, LA COCAÍNA, LA BULIMIA, EL ALCOHOL Y
Además,
UN ENTORNO SIN ESCRÚPULOS: EL FINAL DE AMY
WINEHOUSE
Winehouse nació en Londres el 14 de septiembre de
1983 en el seno de una humilde familia de origen
judío. Con nueve años sus progenitores, el taxista
Mitch y la farmacéutica Janis, se separaron. Y ante la
ausencia del padre y la incapacidad para poner
límites de la madre, la incontrolable Amy hacía lo que
quería. Lo que en su adolescencia incluyó fumar
marihuana, beber alcohol y salir de noche con sus
amigos.
A los 16 años Winehouse fue descubierta por el
cantante Tyler James y a los 20 lanzó su primer disco,
Frank. Su voz rasgada y su personalísima forma de
interpretar la convirtieron en un referente del soul en
Reino Unido. Y como muestra el documental de Asif
Kapadia, Amy (2015), con el éxito llegaron las fiestas
interminables y el consumo abusivo de alcohol y todo
tipo de drogas.
El entorno de Winehouse empezó a preocuparse por
su estado de salud y ya entonces le propusieron
acudir a una clínica de desintoxicación. Tal y como
recoge su gran éxito, Rehab, "They tried to make me
go to rehab. I said 'no, no, no'", en español, "ellos
intentaron llevarme a rehabilitación. Yo dije no, no,
no".
Ni familiares ni amigos salen muy bien parados en
esta cinta, pero sin duda el más criticado es su padre,
quien pasó de ser casi un desconocido para Amy a
convertirse en su sombra cuando se convirtió en una
estrella. Es más, en la citada canción Winehouse
explica que consultó con él la posibilidad de
internarse para tratar sus adicciones. La respuesta:
"Daddy, says I'm fine", es decir, "papi, dice que estoy
bien".
Con la publicación de su segundo álbum, Back to
Black, en 2006, Amy cosechó un enorme éxito en
todo el mundo y ganó cinco premios Grammy. Pero la
fama y la persecución de los medios solo empeoraron
su estado. Amy tomaba sobre todo vodka, pero
también ketamina, éxtasis, cocaína y heroína.
Siempre al borde del colapso, el 23 de junio del año
2008 un médico dictaminó que Amy sufría enfisema
pulmonar. Tal y como recogió EL MUNDO, sus
pulmones sólo operaban al 70% de su capacidad
porque no paraba de fumar "cocaína crack".
sufría bulimia desde que era adolescente.
La relación más larga de Winehouse fue con Blake
Fielder-Civil. Se conocieron en 2003 en un pub de
Londres y, aunque ambos tenían pareja, comenzaron
una tormentosa convivencia marcada por las fiestas,
el consumo de drogas, las autolesiones y los
problemas con la justicia de él por robos y otros
delitos. Las canciones de Amy, habitualmente
autobiográficas, también hablaron de Blake. Es el
caso de Back to Black, donde narró cómo la dejó para
volver con su antigua novia.
El 18 de mayo de 2007 Winehouse y Fielder-Civil se
casaron en una ceremonia secreta en Miami, pero
tan sólo unos días después del enlace Blake fue
arrestado por haber protagonizado una pelea en un
pub. En 2008 Fielder-Civil entró en la cárcel y
Winehouse en una clínica de rehabilitación tras estar
a punto de morir de una sobredosis. La pareja se
separó en 2009 y, después de recaer en sus
adicciones, la cantante pasó unos meses en la isla de
Santa Lucía para desintoxicarse y componer nuevas
canciones para su tercer álbum.
"Si uno presta atención, hay muchas personas que
toman muchas decisiones o que eran conscientes de
alguno de sus problemas, ya fuera la bebida, la
bulimia o las drogas, pero nadie lo detuvo", afirmó
Kapadia cuando se estrenó su película, ganadora del
Oscar al mejor documental en 2006.
En 2010 Winehouse comenzó a salir con el director
Reg Traviss. Al parecer, la pareja quería casarse y
tener hijos. En 2011 la cantante se internó de nuevo
para tratar sus adicciones y afrontar una gira de
conciertos veraniegos que finalmente tuvo que
anular. En su último recital, en Belgrado, fue
abucheada por el público al no poder, prácticamente,
mantener el equilibrio ni entonar sus canciones.
Medios locales aseguraron que sus guardaespaldas la
obligaron a actuar, impidiéndole dejar el escenario
cuando lo intentó.
El 23 de julio de 2011 Amy Winehouse murió en su
casa del barrio londinense de Camden. La cantante
británica, cuyo largo historial de consumo de drogas y
alcohol había malogrado su salud, falleció por una
intoxicación etílica. Tenía 27 años y con solo dos
discos publicados se había convertido en una estrella.