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LA HABILIDAD LECTORA

● Introducción:
La lectura es una actividad cognitiva compleja, que resulta indispensable para responder a
las necesidades de formación e información que exige el mundo de hoy. La demanda social
en materia de capacidad de lectura aumenta cada vez más, el desarrollo económico y
tecnológico exige que las personas activas sean capaces de procesar la información escrita
de una manera eficaz, lo que exige una lectura precisa, fluida y comprensiva.

El hecho de qué muchos niños fracasan en el aprendizaje de la lectura constituye un


problema personal y social grave, ya que impide que se enriquezcan sus patrones
conceptuales y se integren plenamente a la sociedad actual como ciudadanos responsables
y conscientes. Además de qué se profundiza la brecha entre la tecnología actual y la
capacidad de aprovechamiento de la misma por parte de estos sujetos.

● La lectura desde una perspectiva cognitiva:


El conocimiento que hoy tenemos de los procesos implicados en la lectura, en su
adquisición, así como las dificultades que se pueden presentar en su aprendizaje son los
resultados de los aportes fundamentales que han hecho la psicología y la neuropsicología a
lo largo de las últimas décadas. Los innumerables artículos de investigación que se han
publicado en todos estos años y su incidencia en las prácticas clínicas y educativas son la
mejor prueba de ello.

A leer se pone en el juego un número importante de operaciones cognitivas que


corresponden a diferentes procesos que posibilitan la habilidad lectora. Hay que identificar
las letras, transformarlas en sonido, construir una representación fonológica de la palabra,
acceder a los múltiples significados de esta, seleccionar un significado apropiado al
contexto, dar un valor sintáctico a cada palabra, construir el significado de la frase, integrar
el significado de estas para elaborar sentido global del texto, etc.

De Vega clasifica los procesos que intervienen en la lectura en micro procesos y macro
procesos, Los primeros también llamados de bajo nivel, a la identificación de las palabras y
se apoyan en representaciones exclusivamente lingüísticas, los segundos llamados de alto
nivel referidos a la compresión de textos, se basan fundamentalmente en el conocimiento
que el sujeto tiene en el mundo.
De igual modo Perfetti los clasificaba en los de acceso léxico y los de comprensión. El
acceso léxico también implica acceder a las propiedades de la palabra y en la comprensión
se da la representación del significado del texto.

Es decir, las operaciones cognitivas que intervienen al leer y que permiten la comprensión
del texto se organizan en una serie de procesos que van desde los perceptivos hasta los
procesos de significación pasando por los procesos léxicos, siendo estos últimos los
específicos del acto de leer.

Los procesos perceptivos permiten el análisis de los signos gráficos escritos y con ello la
identificación de las letras, sería para el reconocimiento de la palabra. Esto es posible por
los llamados movimientos sacádicos de los ojos que permiten avanzar en el texto y por los
períodos de fijación en que los ojos permanecen inmóviles material escrito. La fijación, que
varía entre 100 y 500,000 segundos de acuerdo a los lectores y a los tipos de texto permiten
la recogida de información necesaria para realizar en la memoria operativa la análisis
categorial del estímulo.

Los procesos léxicos, implicados en el reconocimiento de palabras, permiten acceder de la


palabra escrita a su pronunciación y significado. Los estudios de estos procesos han sido
fundamentales para comprender la adquisición de la lectura y sus dificultades.

Finalmente los procesos de significación, los llamados macro procesos, y incluyen el


procesamiento sintáctico, que es el análisis gramatical de las oraciones, y el procesamiento
semántico por el cual extraemos el significado del texto y lo integramos a nuestros
conocimientos previos.

Para explicar cómo opera en estos procesos al momento de Rare, se han desarrollado una
serie de modelos teóricos: ascendentes, descendentes interactivos, siendo estos últimos los
más aceptados en la actualidad.

Los modelos ascendentes, también llamados Bottom-up o data Driven, plantean que el
procesamiento lector se inicia con la captación de los rasgos visuales de las letras y se
continúa hasta alcanzar la comprensión del significado del texto; pasando por el
reconocimiento de las letras, la identificación de las palabras y el significado de la oración.
Ejemplos de modelos ascendentes; Hunt, Frost & Lunneborg(1973) Hunt, Frost & Lewis
(1975) y Gough (1972)

Por su parte los modelos descendentes, también llamados Top-Down o concept-driven,


creen que el procesamiento lector va desde los niveles de análisis más altos a los más
bajos (Santos 1996). De esta forma el lector a partir de lo que conoce el tema del texto, se
fórmula hipótesis sobre su significado que busca confirmar valiéndose de algunos o muy
pocos detalles gráficos. Es decir que la lectura consiste en un juego de adivinanzas
psicolingüísticas (Goodman 1967) en donde el significado precede al reconocimiento de la
palabra. Modelos de este tipo son los de Smith (1971, 1973, 1978) y Goodman (1967, 1976)

Tanto los modelos ascendentes como los descendentes se enfrentan con dificultades para
explicar en su totalidad la habilidad lectora. Los primeros no explican algunos errores que
no vienen de rasgos escritos sino del conocimiento del lenguaje y del contexto que tiene
lector, como por ejemplo la sustitución de una palabra por otra gráfica mente diferente pero
semántica y sintácticamente apropiada (Goodmans, 1979). Los segundos ignoran, por
ejemplo, Los resultados de las investigaciones sobre el movimiento de los ojos y confunde a
la utilización de rasgos visuales con los recursos cognitivos necesarios para tratar estos
rasgos (stanovich, 1989)

Input visual ——>>> nivel de rasgos ——>>


nivel de letras<<<<———>>>> nivel de palabras

Los modelos interactivos plantean que existe un procesamiento en paralelo y una


comunicación bidireccional entre los diferentes niveles.
De este modo, los modelos interactivos parecían ser los que explican mejor el
procesamiento lector al plantear la vida direccionalidad y simultaneidad de dicho
procesamiento. La lectura es el resultado de la interacción entre los datos que aportan los
niveles de análisis inferiores y superiores: así comprensión está dirigida por los datos
explícitos del texto y por el conocimiento preexistente de lector (Alonso y Mateos 1985). A
través del procesamiento ascendente del lector capta la información nueva o que no es
adecuada a su hipótesis previa, mediante los procesos descendentes puede interpretar más
adecuadamente los datos (Weaver y Resnick, 1979)

● Decodificación o comprensión
En nuestro país como en muchos otros lugares, explícita o implícitamente, algunos han ido
contraponiendo los conceptos de codificación y comprensión hasta tal punto que por
momentos parece que se hablara de dos formas distintas de abordar el tema de lectura.
Nadie pone en duda que el objetivo de la lectura es la comprensión del texto escrito, pero el
problema surge al suponer que la capacidad de decodificación depende del nivel de
comprensión, es decir que la pronunciación de las palabras escritas se logra a partir de su
significado y no de las letras que lo constituyen (Morais, 1998)

Fueron autores como Smith y Goodman quienes por los años 70 plantearon que desde el
inicio del aprendizaje de la lectura debe utilizarse el contexto para identificar las palabras.
Asimismo el mismo Smith dice que “la lectura no consiste en decodificar fonemas y los
niños no aprenden a leer memorizando las reglas fonéticas” por el contrario para este autor
aprender a leer es ponerse a leer cuanto antes textos significativos y la capacidad lectora
dependerá de la práctica de la lectura, Goodman por su parte plantea que la lectura es un
juego de adivinanzas psico lingüísticas, de forma tal que para lograr la comprensión del
escrito elector formularía hipótesis respecto a las palabras que componen un texto
basándose en pistas contextuales, que podrán luego ser verificadas o corregidas si ese
caso.

Al decir Morais esta es una visión romántica de lectura, que no se apoya en estudios
experimentales. Por ejemplo Lesgold, Resnick y Hammond mostraron que la rapidez de
pronunciación de palabras escritas presentadas aisladamente A estudiantes de primer año,
permitía predecir con bastante exactitud el nivel de conversión dos años después en los
mismos estudiantes, cuando realizaba en el tercer curso, al contrario, el nivel de
comprensión en primer año no permitía predecir la rapidez de pronunciación dos años
después. Se establece así una dependencia temporal entre decodificación y comprensión
que se explica por el hecho de qué cuanto más rápido se identifican las palabras más
memoria de trabajo queda disponible para dedicar a operaciones de nivel superior como las
de análisis sintáctico e integración semántica, necesarias para la comprensión.

El contexto puede jugar un papel importante en el conocimiento de las palabras, pero este
fundamentalmente compensatorio y particularmente se ha planteado en lengua inglesa,
Dónde las irregularidades ortográficas propias de esa lengua obliga a sus lectores a recurrir
a la información léxica y supra léxica para resolver las ambigüedades que se le presentan al
decodificar. La información del contexto permite identificar palabras conocidas muy
rápidamente así como inferir y aprender el significado de palabras desconocidas para el
lector; pero los buenos lectores, que son aquellos que comprenden bien los textos, son
menos sensibles al contexto que los malos lectores para la identificación de las palabras
escritas. No es frecuente encontrar sujetos que lean bien las palabras y no sepan
comprender lo que Helen, a excepción de qué exista falta de vocabulario o dificultades de
comprensión del lenguaje en general.

En un estudio reciente hemos encontrado una correlación positiva y moderada en sujetos


de cuarto, quinto y sexto de primaria entre reconocimiento de palabras y comprensión
lectora. Identificamos un rango de rendimiento donde los procesos de identificación de
palabras escritas imponen un claro límite a los procesos de comprensión.

La lectura no puede reducirse a la habilidad para decodificar palabras escritas, pero la


decodificación facilita la comprensión, fin último del proceso lector, y juega un rol
fundamental durante el proceso de aprendizaje de la lectura. Incluso en los adultos la
habilidad del reconocimiento de las palabras incide en su nivel de capacidad lectora.

● Automatización, velocidad y fluidez:


El tema de la automatización de los procesos de decodificación se vincula a partir de los
trabajos de la Berge y Samuels a la idea de los recursos limitados del procesamiento lector
bajo el enfoque del procesamiento de la información.

En términos generales lo que estos autores plantean es que en toda habilidad compleja
como lo es la lectura, se dan varios procesos que hay que coordinar en un breve periodo de
tiempo, por tanto cuanto mayor cantidad de esos procesos estén automatizados, más
atención queda liberada para que la habilidad se pueda realizar con éxito. En particular se
refiere a los niveles de acceso léxico, de forma tal que la automatización en el
reconocimiento de las palabras facilita el procesamiento exitoso de los niveles superiores.

También Perfetti en su teoría de la eficacia verbal, plantea que es importante que los
procesos léxicos se automaticen, ya que la codificación proposicional , Indispensable para
la comprensión del texto, debe darse en la memoria de trabajo que como sabemos, cuenta
con capacidad y durabilidad limitada. Por tanto la automatización del acceso léxico
aumentará la velocidad de la identificación de palabras favoreciendo así la eficacia de los
procesos superiores.

La velocidad de lectura, tanto de palabras como de pseudopalabras, mejora a lo largo de los


distintos cursos escolares y con ello la posibilidad de aprovechar más el contacto con el
material escrito para favorecer los procesos de automatización a incrementar la velocidad
lectora. Cómo señala Stanovich la automatización y la velocidad lectora depende de la
experiencia repetida, además, en la medida que un sujeto lee mejor, va a estar más
motivado aumentar su actividad lectora.

La velocidad lectora resulta particularmente relevante al momento de discriminar las


diferencias individuales en reconocimiento de palabras escrita, cuando se ha logrado la
exactitud en la lectura. En especial en ortografía regulares los estudiantes alcanzan ya en
los primeros años altos niveles de exactitud o precisión en la identificación de palabras, pero
requieren de más tiempo para hacerlo rápidamente, incluso los disléxicos logran buenos
niveles de precisión pero son lentos.
En estos últimos años se ha discutido el concepto de velocidad, en cuanto sea asociado a la
rapidez, con el riesgo de dejar de lado la exactitud. Lo importante es ser rápido siendo
exacto o preciso al identificar una palabra escrita. Esto último es lo que se ha de
automatizar, de forma tal que la velocidad resulta una medida de la automatización de los
procesos léxicos.

Asimismo se ha venido señalando la diferencia entre velocidad y fluidez, en tanto la fluidez


lectora implicaría, además de velocidad y precisión, la prosodia. La lectura prosódica o
expresiva se refiere al uso de los rasgos prosódicos del lenguaje mientras leemos: pausas,
acentos, entonación, así como una adecuada segmentación de las frases en sintagmas con
significado. La lectura prosódica expresaría de este modo la integración de procesos a nivel
de palabras, sintagmas y oraciones, facilitando con ello la comprensión de los textos.

● Conclusiones:
La adquisición de la lectura es un instrumento extraordinario para el desarrollo y crecimiento
de las personas, pero eso supone un camino relativamente largo de aprendizaje que le
permite al lector principiante establecer las conexiones necesarias entre las formas
ortográficas y fonológica de las palabras (decodificación) para acceder a la activación de un
número importante de procesos superiores ( de significación) sobre los qué hay que
intervenir pedagógicamente.

La habilidad para reconocer palabras tiene un efecto constante sobre la comprensión


lectora, son causa necesaria pero no suficiente, en la medida que liberan recursos
atencionales necesarios para mejorar la comprensión. El estudio sobre los mecanismos de
reconocimiento de palabras y su desarrollo constituye y así debería considerarse desde la
enseñanza uno de los objetivos principales para entender la lectura, su adquisición y las
dificultades qué experimentan muchos de nuestros niños al querer o tener que leer.

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