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Textos prescriptivos

Los textos prescriptivos tienen como propósito guiar al lector, o receptor, para conseguir
un objetivo, o bien regular su comportamiento o forma de actuar ante una situación o
contexto determinado.

Son textos que vemos en nuestra vida cotidiana y escolar: las recetas de cocina, un
prospecto de un medicamento, un manual de funcionamiento de un móvil son textos
instructivos; mientras el código de circulación, una ordenanza municipal, el reglamento
de régimen interno del centro en el que estudias son normativos.

Tanto en unos como en otros, la función dominante del lenguaje es la apelativa


(llamada también conativa), pues pretenden influir en el comportamiento del receptor.

Algunos autores incluyen este tipo de textos dentro de la categoría de expositivos. Sin
embargo, parece conveniente distinguirlos. Un texto estrictamente expositivo expone
un tema: habla de la realidad, y la función del lenguaje que se observa es la
representativa o referencial. En los textos prescriptivos, se habla de qué hacer en la
realidad, de lo que se puede hacer o no, y de cómo hacerlo, en el primer caso.

Características del texto prescriptivo

Se pueden establecer varias características de este tipo de texto:

Regulan algo o ponen normas

La finalidad comunicacional casi siempre determina la estructura de los textos. En el


caso del texto prescriptivo, el hecho de querer regular o inducir en el lector una
reacción hace que se escriba de una manera particular.

El lenguaje

El lenguaje utilizado será sencillo, y la función apelativa, habitual. La función apelativa


es la que demanda en el lector una atención directa, esperando una reacción (“lee,
lector”, “sigue las instrucciones”).

Esta función apelativa puede advertirse en elementos como el uso del modo imperativo
de los verbos (haz, toma, conseguid, colocad, etc.), el vocativo (tú, usted, vosotros) y el
modo infinitivo (poner, ajustar, cocinar).
También utiliza tecnicismos propios de la materia de que se trate, ya sea legal, de
cocina, mecánica, etc.

La sintaxis

El texto prescriptivo hace uso sobre todo de oraciones simples, tratando siempre de ser
lo más claro posible para lograr la mayor eficacia. Deja de lado construcciones
lingüísticas complejas en favor de la sencillez.

Abundan las construcciones verbales con la partícula impersonal “se”, que generan la
idea de una mayor objetividad y distanciamiento.

Las principales formas verbales en el texto prescriptivo son infinitivo e imperativo. Por
ejemplo, al referirse a la configuración de un dispositivo electrónico, un escrito
instructivo hipotético puede señalar: «Presione el botón verde durante 5 segundos»
(forma imperativa). Otra alternativa posible consiste en «Presionar el botón verde
durante 5 segundos» (forma infinitiva).

Tipos de texto prescriptivo

Básicamente, los tipos de texto prescriptivo son dos: el normativo y el instructivo,


recogiendo en ambos esa intención comunicacional de la que se habló antes. Los
textos normativos e instructivos pretenden siempre influir de un modo u otro en el
receptor, generando acciones en el caso de los instructivos, o comportamientos, en el
caso de los normativos.

– Textos normativos

Este tipo de textos establecen normas y ordenan el mundo, por decirlo de alguna
manera. Regulan las actuaciones de la gente, constituyendo un punto de partida de
comportamiento.

Un ejemplo de texto normativo es, precisamente, un texto legal donde se establezcan


las normas de un contrato, o las reglas de los juegos –backgammon, ajedrez, dominó–
y deportes.
Estructura de los textos normativos

Ya que puede adaptarse a la situación, la estructura será distinta dependiendo de qué


se vaya a regular. Los más comunes son los textos legales, los contratos o las
explicaciones para convocatorias de premios, entre otros, que detallarán los distintos
factores que puedan influir en la lectura y comprensión del mismo, y en consecuencia,
en su acatamiento.

Estos factores que se deben nombrar son, a grandes rasgos, los siguientes: a quién
está dirigido el texto o ley, quién la aprueba, quién la aplica y se encarga de hacerla
cumplir, el objetivo de la misma, cuáles normas plantea y cuáles sanciones se
establecen en caso de no cumplirse, y la fecha.

Cada texto normativo, dependiendo de su naturaleza, tendrá apartados, subapartados


y especificaciones para explicar su objetivo, y para ello utilizará títulos, temas,
secciones y artículos.

Características de los textos normativos

En tanto textos prescriptivos, tendrán un lenguaje conciso y objetivo. Los verbos están
en presente de indicativo, pero también suelen conjugarse en imperativo, en
condicional, o en futuro. Muchas veces están en infinitivo.

Por otro lado, la partícula “se” aparece con regularidad, y pueden seguir un orden
lógico o cronológico.

Ejemplos de texto normativo

Un texto normativo puede estar compuesto de una sola orden o norma, o de muchas.
Ejemplo de ello puede ser un cartel: “No fumar en este espacio”.

Otro ejemplo podría ser las normas de convivencia de una escuela, en la que cada
actor o “ente social” debe cumplir con determinadas regulaciones. De este modo, los
alumnos de la escuela tienen un apartado donde se les indica lo que pueden o no
hacer, así como los profesores, el personal administrativo e incluso los padres o
representantes tendrán sus atribuciones.

Los ejemplos más claros son el Decálogo, la Biblia, el Corán, el Talmud, y libros
similares que quieren regular el comportamiento humano.
– Textos instructivos

Los textos instructivos son aquellos que presentan indicaciones, instrucciones (y por
eso se llaman así) para realizar algo.

Estructura de los textos instructivos

La estructura en este tipo de textos es típica; no hay argumentaciones ni se plantea un


problema. En general, la estructura se presenta de la siguiente forma:

Hay una introducción en la que se puede establecer el objetivo o la meta del texto. Un
desarrollo, que no es tal sino más bien un programa de acción, las fases que hay que
seguir para llegar al objetivo.

Por último, puede o no haber un cierre. En el caso de haberlo, generalmente se indica


hacer una prueba (por ejemplo, si se trata del montaje de un aparato eléctrico).

Características de los textos instructivos

El lenguaje es claro y más conciso aún que el de los normativos. El emisor, es decir,
quien escribe o dicta las instrucciones, cuenta con capacidad técnica, y por lo tanto
habla con propiedad.

Las oraciones son breves, directas, como si fuese un diálogo con el lector: “toma el
destornillador y coloca los tornillos en el lugar indicado”.

El tiempo verbal es el presente de indicativo, pero también son usuales el infinitivo y el


imperativo. El orden es cronológico, ya que la intención es llegar de un punto A a un
punto B, y abundan los marcadores lingüísticos temporales como “en primer lugar”,
“después”, “a continuación”, etc.

Abundan también las ayudas gráficas, flechas y números, para señalar la secuencia, y
con frecuencia se apoyan en dibujos, diagramas, ilustraciones o fotos.
Ejemplos de textos instructivos

El ejemplo clásico es la receta de cocina. Ya en el título se establece el objetivo, que en


este caso sería la receta propiamente (ejemplo: “Sopa de champiñones”), y el
contenido desarrollará todo lo que se necesita para elaborar una sopa de champiñones,
desde los ingredientes hasta el modo de hacerla.

Otro ejemplo son los manuales: para construcción, de ensamblaje de aparatos


electrónicos, muebles, etc.

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