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María Valentina Rodríguez Monsalve ID 688608

Juan Antonio Parrado ID 678653


Diego Felipe Valderrama Rey ID 700622
Nicolle Dayanna Quintero Arias ID 711334
Luisa María Cortes Duran ID 707082

Los niños del Conflicto Armado.


Los niños constituyen uno de los segmentos más vulnerables de la población y se
ven afectados por la devastación, padecer las consecuencias directas de la guerra y la
violencia armada (reclutamiento en las fuerzas armadas o en grupos armados, lesiones
físicas y hasta la muerte), también se ven indirectamente afectados por el desplazamiento,
la pérdida de familiares y los traumas causados por los actos de violencia de que son
testigos; La violencia estructurada suele tener secuelas aún más graves para la acción
humanitaria que los conflictos armados “convencionales”, tanto en lo cual respecta al
número de muertes violentas como al costo que pagan las familias y las sociedades, en la
medida en que se desintegran el tejido social y las redes tradicionales de apoyo para
encarar a la adversidad. Las comunidades constituyen, en efecto, una de las principales
fuentes de protección al alcance de los niños y jóvenes afectados por dichas situaciones. En
las estrategias operativas del CICR (Comité Internacional de la Cruz Roja) para atender a
las necesidades de los niños se aprovecha plenamente tanto el tener acceso directo a
zonas en las que no están presentes otras organizaciones. Se supone que los niños
deberían tener el acceso total a los derechos humanos básicos, son empleados como
soldados menores de 18 años, reclutados por la fuerza o secuestrados, alistados para huir
de la pobreza, el maltrato o la discriminación, combatientes, cocineros u obligados a prestar
servicios sexuales.

Son demasiados jóvenes, para comprender la naturaleza de lo que sucede y por


ende no tienen forma alguna para defenderse del peligro, la principal razón de que se elijan
los niños por encima de los adultos es que son moldeables, manipulables, tienden a
obedecer sin hacer preguntas o romper las reglas, las guerras rompen familias, separando a
los niños de sus progenitores. Abandonados a su suerte, se encuentran solos, asustados,
perdidos y necesitados, ya que son incapaces de cuidar de sí mismos. Para sobrevivir, a
menudo se ven forzados a huir de su país.
El informe anual de la ONU (Organización de Naciones Unidas) titulado 25 años de
conflictos armados y la infancia: Actuar para proteger a los niños y niñas en la guerra, reveló
que entre 2005 y 2020 se han verificado los datos siguientes: más de 104.100 niños y niñas
han sido asesinados o mutilados en situaciones de conflicto armado; más de 93.000 niños y
niñas han sido reclutados y utilizados por las partes en conflicto; al menos 25.700 niños y
niñas han sido secuestrados; y las partes en conflicto han violado, casado a la fuerza,
explotado sexualmente y cometido otras formas graves de violencia sexual contra al menos
14.200 niñas y niños. Las Naciones Unidas verificaron más de 13.900 incidentes de ataques
contra escuelas y hospitales y no menos de 14.900 incidentes de denegación de acceso
humanitario a los niños desde 2005. El número de niños heridos o discapacitados es tres
veces mayor, habiendo incluso más sufriendo enfermedades, malnutrición, violencia sexual
y sufriendo duras dificultades y penurias. Un incontable número niños ha sido enfrentado a
la angustia de la pérdida de sus hogares, sus pertenencias y personas cercanas. En tales
condiciones, todas las constantes necesarias para el desarrollo de los niños son seriamente
coartadas y los daños psicológicos de los conflictos armados son incalculables; Las
recomendaciones del informe, basadas en las pruebas y los análisis presentados, tienen por
objeto movilizar a todas las partes interesadas, incluidas las partes que generan conflicto,
los Estados y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, para proteger a los niños de
forma eficaz y sostenible y acelerar la acción a nivel local, nacional, regional y mundial.
Además de hacer un llamado a las partes en conflicto y a los estados para que cumplan con
sus obligaciones en virtud de los derechos humanos internacionales y el derecho
humanitario, el informe incluye una serie de recomendaciones sobre las cuestiones; cómo
se pueden proporcionar mejores servicios de atención y respuesta que estén adaptados a
los niños y niñas afectados por los conflictos, cómo se puede mejorar el desglose y el
análisis de los datos para que la respuesta y la prevención sean más sólidas, cómo se
puede apoyar a los equipos de tareas nacionales de supervisión y presentación de informes
para acelerar la toma de medidas y mejorar su colaboración con los gobiernos; cómo se
puede colaborar mejor con las partes en conflicto para elaborar planes de acción que
permitan proteger a los niños y niñas de forma sostenible.

En Colombia se estima que son aproximadamente catorce mil los menores de edad
quienes hacen parte de las filas de grupos armados como las FARC (Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia) el ELN (Ejército de Liberación Nacional) y las AUC
(Autodefensas Unidas de Colombia) son cerca de dos millones de niños los que se
encuentran en situación de desplazamiento; y más de 732 los que sufren accidentes por
minas antipersonal estos niños y niñas como víctimas del conflicto armado interno del país
cargan a sus espaldas, como desaparición y desplazamiento, secuestro y reclutamiento, la
mayoría de las veces forzado. Cuando esta situación no se presenta de manera forzosa, se
presentan otras dinámicas como el nacer bajo la guerra o la vinculación voluntaria a la
misma.
Colombia Memorias de Guerra y Dignidad (2013), del Centro Nacional de Memoria
Histórica como uno de los más importantes para llevar a cabo una reflexión que dé cuenta
de las condiciones actuales de dicho conflicto, para generar un debate social y político.
Dentro de su contenido habla acerca de las modalidades de la guerra, sus orígenes y los
motivos de su constante transformación, de las masacres y hechos violentos que son parte
de estos años de conflicto armado. También se mencionan los daños físicos, morales,
psicológicos y familiares de los testimonios; todo esto desde la voz de los adultos, siendo
muy escasas las veces que se menciona la infancia y la manera como los niños, niñas y
jóvenes viven este conflicto y las consecuencias que esta guerra trae para ellos. Retomando
a Pachón (2009), se habla de Colombia como un país que se distingue por su trascendencia
en la historia de conflictos, que son estudiados por políticos y académicos, ya que se trata
de niños y niñas quienes se encuentran en esta situación y requieren una mayor atención.
Es por esto que para profundizar acerca de esta problemática se desarrolla un análisis a
nivel teórico de las tres categorías propuestas en esta investigación: infancia, conflicto
armado y memoria, las cuales surgen de un interés propio, en aras de entender la infancia
desde otro contexto, en este caso se toma desde el conflicto armado, dado que es una
realidad constante en el país, de la cual no se hace mayor mención. Lo anterior, conduce a
una reflexión acerca de la falta de interés por la infancia en otros contextos, que está en
entornos diferentes, lejos de la ciudad, en el campo o en una cabecera municipal y que
quizá no está en la escuela o aunque esté allí, se encuentra un tanto confuso dentro de la
misma; como en este caso la infancia en el conflicto armado.

En el periodo de 1990 a 2017 entre 27.101 y 40.828 niñas, niños y adolescentes


fueron víctimas de reclutamiento. El reclutamiento de personas menores de dieciocho años
tardó mucho tiempo en ser sancionado en Colombia; por ello, había muy pocas denuncias y
una ambigüedad en la manera como era registrado. Entre 1990 y 2018, periodo analizado
por la Comisión, se documentaron 50.770 víctimas de secuestro, con picos de esta violencia
entre 2000 y 2004, del total de secuestros entre 1990 y 2018, la Comisión identificó
6.496 víctimas menores de 18 años, solo en 1999 hubo 4.438 casos de secuestro; es decir,
catorce secuestros diarios o, lo que es lo mismo, uno cada dos horas, 476 fueron de niñas,
niños o adolescentes. Los responsables en la mayoría de los casos fueron las FARC, con
1.869 víctimas, seguidas del ELN, con 1.010 1.592 víctimas de secuestro registradas en la
escucha de la Comisión de la Verdad (153 de las cuales tenían menos de dieciocho años al
momento de los hechos), 351 se desplazaron luego del secuestro; de estas, 44 eran niñas,
niños o adolescentes; cuando hablamos de desplazamiento la cifra sigue sin ser muy
alentadora 3.049.527 niñas, niños y adolescentes fueron víctimas de desplazamiento
forzado entre 1985 y 2019, solo entre 2022 y 2021 139.842 niñas, niños y adolescentes
fueron desplazados, representan el 39,5 % de las 353.746 del total de personas
desplazadas en ese período del total de desplazamientos documentados, 3.994.536 fueron
de mujeres, lo que equivale al 51,5 %, de estas, 1.520.727 eran niñas o adolescentes en el
momento del hecho el periodo de mayor victimización para las niñas, niños y adolescentes
de comunidades étnicas fue de 1997 a 2014. En 2002 se presentó el pico más alto de
desplazamiento desde 1985, con 730.904 víctimas documentadas, de las
cuales 278.592 tenían menos de dieciocho años; Históricamente, Antioquia es el
departamento desde el cual salen más personas desplazadas: más de 1,8 millones. De este
total, el 14,6 % corresponde a niñas y niños entre cero y cinco años; 12,2 %, entre seis y
once, y 10,7 % a adolescentes entre doce y diecisiete años. Las escuelas entre 1980 y 2021
hubo 881 afectaciones a comunidades escolares por el conflicto armado. El incremento de
la violencia contra las escuelas se presentó desde 1997, con un incremento entre 2002 y
2009, años en los que se concentró el 41,4 % de los hechos contra comunidades escolares.

El área de Protección de UNICEF trabaja conjuntamente con el Estado Colombiano


y la sociedad civil con el objetivo de prevenir y responder a todas las formas de violencia
física, sexual y psicológica contra los niños, niñas y adolescentes. UNICEF centra sus
esfuerzos en el apoyo a la construcción de entornos protectores para que los niños, niñas y
adolescentes vivan libres de violencia en las familias, escuelas y comunidades. Además,
promueve la atención integral de los niños, niñas y adolescentes víctimas, para que sus
derechos sean restablecidos. En situaciones de emergencia, como por ejemplo desastres
naturales, conflicto armado y crisis migratorias, la respuesta de UNICEF incluye tanto
acciones de atención directa, en coordinación con actores humanitarios y entidades del
Gobierno Nacional, como actividades de orientación para la recuperación de las
comunidades afectadas. Se procura que niños, niñas y adolescentes inmersos en
situaciones humanitarias, emergencia o crisis, accedan y participen activamente de
mecanismos efectivos de prevención y atención para la restitución de sus derechos.

El programa ABC- Victimas del Conflicto armado-Desvinculado es un


centro atención especializada para el restablecimiento de derechos a niños, niñas y
adolescentes víctimas de reclutamiento ilícito, está dirigido a niños, niñas y adolescentes
que se han desvinculado de grupos armados organizados al margen de la ley siendo
menores de edad.
El objetivo del programa es contribuir con la protección integral de niños, niñas y
adolescentes víctimas de reclutamiento ilícito que se han desvinculado de los grupos
armados organizados al margen de la ley, a través de medidas de restablecimiento de
derechos y contribución a la reparación integral; El programa de atención especializado se
desarrolla a través de cuatro modalidades y tres fases de atención, que integran de forma
permanente el desarrollo de programas de formación y fortalecimiento para el cumplimiento
de las realizaciones indicadas según el curso de vida; integrando en el desarrollo de las
actividades acciones especializadas para dar respuesta a los daños e impactos particulares
que el tránsito por los grupos armados y las situaciones de vulneración previa hayan
generado en los niños, niñas y adolescentes.

Las protecciones de la ley internacional


En la ley humanitaria internacional, un niño está protegido no sólo de una forma
general como una persona no participante en hostilidades, sino que además disfruta de una
protección especial por la cualidad de ser particularmente vulnerable. Un niño que participa
en hostilidades es igualmente protegido.

-Protecciones generales
La Convención de Ginebra en relación a la protección de individuos civiles en
tiempos de guerra (art. 27 al 34) y su protocolo adicional de 1977 relativo a la
conducción de hostilidades (art. 48, 51 y 75): las garantías fundamentales asumidas por
estos textos, tales como el derecho al respeto a la vida, a la integridad física y moral, la
prohibición de los servicios corporales forzados, de torturas, castigos colectivos y
represalias, son aplicables a los niños.
Un niño tiene el derecho a estas protecciones, tanto en casos de conflictos armados
internacionales como en su ausencia, debido al principio del segundo protocolo adicional,
según el cual “ni la población civil ni los individuos civiles serán objeto de ataques.

-Protecciones Específicas

El primer protocolo adicional relativo al comportamiento durante las


hostilidades: Establece el principio de protección especial destinado a los niños, según el
cual “los niños serán objeto de un respeto especial y serán protegido contra cualquier forma
de asalto indecente (art. 77). Las Partes en conflicto les proveerán los cuidados y ayuda que
requieran, ya sea por su edad o por cualquier otra razón.” Este principio, además, es
aplicable a los casos de conflictos armados no internacionales.
Este Protocolo obliga a los Estados a tomar todas las medidas necesarias para
evitar que los niños menores de 15 años participen en hostilidades y prohíbe su
reclutamiento en fuerza armadas.
Segundo protocolo adicional: prohíbe el reclutamiento así como la participación
en hostilidades, directa e indirectamente, para niños menores de 15 años.

Protocolo Opcional a la Convención de los Derechos de los Niños (2000): se


refiere a la utilización de los niños en conflictos armados y, en su totalidad, refuerza la
protección de los niños en dichos conflictos. ‘Más de 25 artículos de la Convención de
Ginebra y sus protocolos adicionales específicos incumben a los niños, incluyendo normas
sobre la pena de muerte, el acceso a la alimentación y a la atención médica, la educación
en zonas en conflicto, la detención, la separación de sus familias y la participación en
hostilidades. Los derechos garantizados por la Convención de los Derechos del Niño,
prácticamente ratificados en todo el mundo, son también aplicables durante los conflictos
armados. ’

Referencias:

Derecho y conflicto armado en Colombia. (2020, noviembre 30). Comité Internacional de la

Cruz Roja. https://www.icrc.org/es/dih-derecho-guerra-y-violencia-en-colombia-

conflicto-armado

Los niños afectados por Los confLictos armados y otras situaciones de vioLencia. (s/f).

Icrc.org. Recuperado el 12 de octubre de 2022, de

https://www.icrc.org/es/doc/assets/files/publications/icrc-003-4082.pdf

Niños en contextos bélicos. (2012, diciembre 3). Humanium.

https://www.humanium.org/es/enfoques-tematicos/violencia/ninos-guerra/

Un nuevo análisis de UNICEF revela la terrible magnitud de las violaciones graves contra la

infancia durante los conflictos. (s/f). Unicef.org. Recuperado el 12 de octubre de

2022, de https://www.unicef.org/es/comunicados-prensa/nuevo-analisis-unicef-

revela-terrible-magnitud-violaciones-contra-infancia-conflictos

Víctimas del conflicto armado. (s/f). Portal ICBF - Instituto Colombiano de Bienestar Familiar

ICBF. Recuperado el 12 de octubre de 2022, de https://www.icbf.gov.co/programas-

y-estrategias/proteccion/programas-especializados-y-otras-estrategias/victimas-del

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