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Neurogerencia Articulo
Neurogerencia Articulo
Torres O. Gregorio J.
C.I.V-20505692
Paseándome por las líneas del capítulo cinco denominado “Proceso del Coaching
de Equipo”, del libro Liderazgo y Coaching de Equipos, Peter Hawkins; pude recordar
la premisa antes mencionada, y ciertamente al facilitar proceso de Coaching de Equipo
se da esta dinámica en donde uno de los participantes no quiere jugar, en este caso el
Líder y su Equipo, en el entendido que los jugadores son Equipo - Líder y el Coach;
este fenómeno en los Altos Equipos y Altos Líderes se genera dado a que éstos
poseen una mentalidad de independencia y autosuficiencia que los conlleva a la
negación y resistencia a recibir ayuda experta; en este sentido, esta dinámica
convierte al equipo en una Isla desintegrada en donde ninguno de sus integrantes
logran acuerdos para el cambio.
Es bien sabido que los Altos Equipos requieren de ayuda experta para el logro del
trabajo en conjunto como un Sistema; en el que todas las partes participen de forma
protagónica identificando la funcionalidad, rendimiento y formas de relacionamiento, e
interacción de sus miembros para su mejoramiento.
Vale destacar, que al brindar asistencia profesional como Coach a los Equipos,
tenemos que estar conscientes que mientras más Alto sea el nivel de los Líderes,
mayor dificultad tendrá el proceso de coaching; esto debido a la férrea creencia que
como lo están haciendo es funcional y rendidor; en realidad lo que están es afianzando
su zona de confort o conformismo.
En tal sentido, el Coach ante esta dinámica tiene un desafío y un riesgo, el desafío
no es más que conquistar al equipo para el logro y aprendizaje de un acuerdo de
iniciación en el Proceso de Coaching aplicando el juego Sistémico; que exige
movimientos de acercamiento y relacionamiento de sus jugadores. Siendo el riesgo de
que los integrantes persistan en la resistencia y negación al proceso. En este mismo
orden de idea, el Coaching juega un papel importante; ya que es meramente relacional
y demanda interacción constante de todos los jugadores.
En esta mirada Sistémica, el Coach conoce los secretos más guardados del Equipo,
en donde el mismo pasa a ser como especie de olla de secretos organizacionales en
los que hay perseguidores, salvadores así como víctimas. En esa metamirada, el
Coach asume el desafío atendiendo a las partes y el todo a la vez con inteligencia
táctica, haciéndose presente en ellos desde el aprendizaje que conlleve a los cambios
perceptivos de cada individuo; permitiéndoles alcanzar la identificación y comprensión
de la situación actual diagnosticada con el fin de generar en ellos la ocupación del rol
que a cada uno le corresponde de forma asertiva y rendidora.
En suma, el Coach está obligado a asumir desafíos y riesgos, así como, ampliar su
Mirada Sistémica, observando lo que el equipo no puede observar, generar
interacciones significativas con cada uno de los integrantes del juego Sistémico,
reconociendo y legitimando a cada uno con sus recursos tales como son, en la procura
del protagonismo conjunto de éstos; dicho protagonismo será posible mediante el
acuerdo práctico en el que se defina con claridad la situación actual a mejorar, quienes
participarán, como también los tiempos declarando minutos, horas, meses y lugar
(espacio físico). De igual manera considerar el manejo de los secretos más guardados
del equipo siempre con sutileza con el fin único del logro de una visión compartida
para marcar el punto de partida donde se enfoquen específicamente formas de trabajo
en unanimidad para alcanzar resultados mancomunados. Esto crea una corriente de
energía de compromiso y logro de resultados exitosos.
Referencia Bibliogáfica