Cuadernillo Pascua 2016

Pascua Piedralaves 2016 Comparte, reparte y compártelo
Himno: Compartiendo todo1
1
https://www.youtube.com/watch?v=DxiwxQsxcTc
Organización básica
Grupos y catequistas
GRUPO 1 GRUPO 2
Catequistas: Elena y Esther Catequistas: Luis y Ana Matas

Chavales: Chavales
GRUPO 3 GRUPO 4
Catequistas: Rafa y Ana Caro Catequistas: LuisFer y Mari Loli
Chavales: Chavales:
Cocina José Ángel, Ana Cogolludo y Paula
Responsable pastoral Fray Pedro Botía

Coordinador David Camacho
Encomiendas
Encomienda Responsable
Botiquín (de Alcorcón) Elena Alonso y Ana Caro
Fotos y vídeo final Mari Loli
Material Esther
Guitarra y cantos Ana Matas
Economía José Ángel
Notas del catequista:

Hilo conductor
MIÉRCOLES
Había una vez una gran familia, que vivía y trabajaba en una cantera, con una casa muy
amplia y unos terrenos muy especiales. Era una cantera con varias hectáreas, algunas
de ellas todavía sin explotar. Esta cantera estaba llena de piedras de todo tipo, en la que
trabajaban muchas personas, ya que se trataba de un suelo muy rico en minerales y
sustratos de la tierra. Los más jóvenes picaban las rocas de tamaño medio, intentando
extraer lo valioso de cada una de ellas; mientras que los adultos se encargaban de
romper las rocas de mayor tamaño y establecer las normas de seguridad para que todo
el trabajo se realizase en las mejores condiciones posible. Los más veteranos se
encargaban del transporte, selección y organización de todos los trozos de piedra, ya
que había piedras de todo tipo que tenían multitud de usos: ser parte de argamasa o
cemento para construcción, ser parte de nitratos para los cimientos de hormigón, o bien
usarse para construir mesas, encimeras o mobiliario de hogares, hoteles, iglesias y
museos. Las personas de edad más avanzada tenían la misión de desarrollar el
tratamiento específico que necesitaba cada roca para su posterior uso. Y los niños más
pequeños jugaban con las piedrecitas más pequeñas, con sus tirachinas y con sus
camiones de juguete. Realmente esta gran familia era muy feliz con su trabajo y todo el
mundo conocía la cantera de “Piedralaves” por los componentes especiales de sus rocas
y que raramente se encontraban en otros sitios.
JUEVES SANTO
En esta cantera tan especial, de una familia humilde y honrada había más de 5 millones
de piedras de 17 tipos diferentes (por su composición, aspecto y origen). Y entre toda
esta multitud de rocas, había una piedra algo peculiar. La piedra se llamaba Rock. Rock
tenía muchos sueños, que quería cumplir en un futuro y se imaginaba a ella misma
formando parte del hormigón más resistente del mundo, o bien siendo una pieza
fundamental del hall de un museo, o por qué no constituyendo la mesa de piedra más
grande del mundo. Rock estaba siempre haciendo el bien y compartiendo todo lo que
era y todo lo que tenía en definitiva se sabía una piedra constructora, alegra y hecha
para una gran obra de amor y servicio. Se sentía radiando energía y buenas vibraciones
allá donde estuviese, contagiando a las rocas vecinas de su esplendor. Y muchas veces
rodaba encima de sus amigas, se limaba los bordes y se juntaba con el musgo limpio y
el agua fresca que encontraba en algunos rincones de la cantera, para sentirse radiante
en todo momento y esperar lo más preparada posible la llegada de algún trabajador que
se fijara en ella y le colocara en algún montón con las rocas seleccionadas para poder
elegir su futuro uso y así poder cumplir su misión.
VIERNES SANTO
Rock esta piedra tan particular seguía como siempre, con sus planes de cada día y sus
sueños de formar parte de algo realmente grande, algo que fuese muy importante o que
tuviera una gran repercusión. Sin embargo, un día como otro cualquiera, vinieron los
trabajadores de la cantera y uno de ellos empezó a picar cerca de donde se encontraba
Rock. Entonces se puso muy nerviosa al pensar en todo aquello que podía ser, pero que
a lo mejor no estaba preparada, o era posible que todo lo que diera no sirviera para
nada, que no fuera famosa o eficaz, que se rieran de ella o tuviera que pagar el precio
de la indiferencia, el odio o el desprecio. Al fin y al cabo, ser piedra con ideas claras y
sueños de hacer un mundo mejor dándose no era algo popular en la cantera. Empezó a
tener dudas, miedo y vacilación, poniéndose todavía más temblorosa hasta que de
repente, notó un golpe certero, que la partió en dos y la piedra se quedó rota, desecha.
Todo lo que antes había sido belleza y esplendor, ahora era angustia y pavor. Se veía
partida y en peligro de ser repartida en no sé cuántos trozos. Tenía entremezclados
muchos sentimientos y no sabía a cuál de ellos atender. Pero tampoco tuvo mucho
tiempo, porque el trabajador, cogió ambos pedazos para examinar bien la roca, analizar
sus propiedades y así poder asignarla una función y colocarla en un montón o en otro.
Entonces la piedra empezó de nuevo a recordar todo aquello que le ilusionaba y se llenó
de esperanzas. Pero esto sólo duró unos instantes, hasta que sintió como caía al vacío y
era depositada en el peor montón de todos, en el de las rocas inservibles.
SÁBADO SANTO
Rock, tan especial, tan inquieta, tan llamativa, había dejado de ser así, había dejado su
esencia rota y se sentía desubicada y perdida. Se encontraba en un lugar en el que nunca
pensó que acabaría. Estaba en un montón en el que jamás habría tomado en
consideración, ni por la causa más remota y no justificante. Ahora no sabía qué hacer ni
qué sería de ella en el futuro, ya que el montón de las rocas inservibles sólo se podían
aprovechar para volverlas a tirar a la montaña, como hacían siempre a finales de cada
semana.
DOMINGO DE RESURRECCIÓN
Así pasó un par de días nuestra querida piedra, hasta que un día por la mañana, el más
pequeño la cantera, uno de los hijos de los trabajadores, salió de la casa y descubrió esta
roca partida. Hubo algo que le llamó su atención y se puso a jugar con ella, imaginándose
que era un avión, un caballo, una espada, un teléfono… El niño estuvo varias horas
jugando con los trozos de la piedra y así fue como de este modo, la roca se dio cuenta
de todos los usos que le había dado ese pequeño y que nunca se había imaginado. La
piedra se sentía feliz y dichosa en las manos de este niño porque le había mostrado un
nuevo camino en su existencia. En esto que la roca empezó a tener nuevos sueños de
futuro en las manos del niño cuando la abuela del niño le llamó para entrar a casa y
comer. El niño entró corriendo en la casa sin soltar la roca y cuando su abuela ya le
estaba diciendo que la tirase y se lavase las manos, se fijó en la roca partida y pudo
apreciar cómo del interior de los trozos de la roca asomaba un brillo intenso. Entonces
la abuela cogió la piedra, la examinó y descubrió que tenía una pequeña joya terrenal
compuesta por una cristalización de minerales y depósitos de piedras preciosas
milenarias. Así pues, la abuela empezó a tratar ambos trozos de la roca hasta que
consiguió sacar lo más puro y bello, obteniendo dos pequeños conglomerados de
colores preciosos y brillantes. En la hora de la comida la abuela le contó a toda la familia
lo que había sucedido esa mañana y el valor de aquellas joyas terrenales. Y después de
hablarlo durante un buen rato, todos decidieron donar esas piedras preciosas al fraile
que frecuentaba una pequeña ermita cerca de la cantera que estaba medio en ruinas
para que él las vendiera y así pudiese arreglar la ermita. Al cabo de un mes, toda la
familia fue a misa y cuál fue su asombro al ver cómo la ermita seguía exactamente igual,
menos en una cosa. El mosaico que había en la pared detrás del altar tenía la figura de
un Cristo, hecho con piedrecitas de colores y con unos ojos realmente bellos, que
desprendían un brillo muy especial. El brillo de Rock.
Miércoles
20:00 Llegada – Nos situamos

20:30 Presentación del equipo y normas básicas
20:45 Dinámicas de conocimiento
21:30 Cena
22:30 Velada
23:50 Buenas noches
Jueves Santo
09:00 Levantada
09:30 Desayuno, recoger, tiempo libre
10:30 Motivación y presentación de la Pascua
12:00 Cuadernillo, himno y presentación grupos
12:15 Oración y sentido del día
13:00 Grupos, diálogo y presentaciones
13:40 Poner la mesa y Tiempo Libre
14:00 Comida
15:00 Recoger y Tiempo Libre
16:00 Hilo conductor.
16:15 Tema: El amor en la última cena
17:30 Preparación de la cena del Señor y ensayo
de cantos
18:30 Oficio: La cena del Señor.
19:30 Cantos de Adoración
20:00 Tema: Abrazar el dolor con la oración
21:00 Cena, recoger y Tiempo Libre
22:00 Hora Santa
23:00 Hora Santa Voluntaria
00:00 A la cama
Jueves Santo
El jueves Santo es el día que gira en torno a la entrega de Jesús, a su actitud
de servicio y amor que marca toda su vida y que en el día de hoy, y en
especial en la celebración de la Cena, se va a concretar en tres mensajes: el
primero es el mandato de amor, Dios es amor que se nos da en Jesús, y éste
nos transmite el mensaje del padre para que lo hagamos vida en nosotros; el
segundo, expresión de la propia entrega en el día siguiente, es la institución
de la eucaristía, nos deja en el pan y el vino eucarístico su presencia
permanente, una presencia que se transmite como regalo y donación en su
gesto de entrega; el tercer mensaje, y consecuencia de lo anterior, es la
institución del sacerdocio, Jesús es el nuevo Cordero que quita el pecado, es
el nuevo y único Mediador entre Dios y los hombres.
Hoy la comunidad cristiana recuerda la última Cena de Jesús con sus

discípulos antes de morir. Aquella cena fue un encuentro profundo de Jesús
con sus amigos. En aquellos momentos de
gran comunicación, los discípulos
conocen un poco más Jesús que les habla
al corazón y les dice cuál es el sentido de
su vida, de sus palabras, de sus gestos... Y
les invita a que ellos hagan lo mismo.
Hoy, Jueves Santo, resaltamos la
comunión (común-unión), la comunidad,
la fraternidad y el mandamiento del amor
que Jesús nos dejó aquella noche. Por eso el Jueves Santo es el día del amor
fraterno. El amor que debe ser entendido como servicio, como entrega, como
solidaridad, como compartir: “Tomad y comed, esto es mi cuerpo entregado
por vosotros”
Realizamos además dos signos muy significativos: El lavatorio de los pies.
Lavar los pies en tiempos de Jesús era un signo de acogida, de recibimiento,
de poner a disposición. Esta tarea la hacían los sirvientes de la casa. La noche
del Jueves Santo, Jesús quiso enseñar a sus discípulos cómo deberían ser las
relaciones entre ellos, con un gesto que ellos podían entender muy bien: se
levanta de la mesa y se puso a lavarles los pies.
El monumento. Al terminar la celebración, el cuerpo de Cristo se queda

expuesto para que los creyentes tengan la ocasión de contemplar, meditar y
orar. Jesús, el Señor, está presente en la Eucaristía. Él nos enseñó a que la
actitud de servicio es la que da sentido a la vida. Él nos dice que merece la
pena dar la vida por los demás. Él vivió para los demás.
PRESENTACIÓN PASCUA
Se realizará un juego de tablero tipo cluedo en el que participarán por equipos.
Habrá varios lugares importantes durante el triduo pascual, varias personas presentes
en la vida de Jesús en aquellos momentos y frases que se expresaron en aquellos días.
Ejemplos de lugares: cenáculo, huerto Getsemaní, palacio Caifás, palacio Pilatos, camino
del calvario, cruz, etc.
Ejemplo de personas: Jesús, Pedro, Juan, María, Herodes, Pilatos, etc.
Ejemplos de frases y/o actitudes: Hacer esto en conmemoración mía; Ahí tienes a tu hijo;
No conozco a este hombre; ¿Tu eres rey?; Es un blasfemo; Ayudar a cargar con la cruz;
Limpiar su rostro, etc.
Los equipos irán formando diferentes situaciones mediante un lugar, unas personas y
una frase o actitud que tendrá que tener un sentido dentro del misterio de la Pascua.
Después los grupos irán poniendo emoticonos con los sentimientos que están presentes
en ese pasaje.
Iremos resolviendo el juego y recopilando opiniones, preguntas y dando luz a cada una
de las situaciones para ir explicando y motivando el sentido de la Pascua.
Al final, cada grupo recibirá una roca donde tendrán que plasmar con qué sentimiento
o actitud se quedan de cara a estos días.
Por último, se les explica la dinámica del símbolo que les recuerda a Dios que
acompañará a otra persona durante todo el día.
INTRODUCCIÓN Y SENTIDO DEL JUEVES SANTO

CON EL LEMA
Llega el día del amor sin reservas, de la entrega sin condiciones, de dejarnos su presencia
para siempre en el pan partido y compartido. Sí, en eso consiste la gran esencia del
Jueves Santo... ¡en compartir! Porque Jesús compartió sin medida. Compartió su amor,
su mayor mandamiento para nosotros de amarnos unos a otros como Él nos amó.
Compartió su servicio, su mayor ejemplo de humildad y testimonio para nuestras vidas.
Compartió su sacerdocio, su gran legado para poder recordarlo y conmemorarlo
siempre. Compartió su última cena con sus amigos, sus discípulos, que representaban a
todos nosotros hoy sus amigos. Partió y compartió el pan y el vino, su mejor regalo para
no estar ya nunca solos.
Y eso celebramos y vivimos hoy, en la antesala del mayor signo de entrega que viviremos
en la cruz, Jesús deja las palabras más bellas ante tal momento. Él es el camino, la verdad
y la vida, el amor que nos hace avanzar en el camino, la verdad que hace dar sentido a
nuestros días y la vida que celebramos cada domingo en la Eucaristía.
Hoy, amigo, no te guardes nada, no dejes nada para el camino porque Él es camino, no
escondas nada con disimulo porque Él es la verdad, no tengas miedo al mañana porque
Él es la vida.
Si Jesús compartió su amor, porque no compartes tu alegría, la gran alegría de ser
cristiano.
Si Jesús compartió su servicio, porque no compartes tu apoyo a los que te rodean y
necesitan de una mano amiga.
Si Jesús compartió su sacerdocio, porque no compartes tus dones y cualidades que Dios
te ha dado.
Si Jesús compartió su cuerpo y sangre, por qué no compartes tu pan con el hambriento
y tu sonrisa con el triste.
Si Jesús comparte su amor más fraterno, si Jesús forma parte de tu amor más íntimo; si
Jesús parte del mundo para dar vida en abundancia... ¿A qué esperas para poner tu
parte... para formar parte... para tú también darte... ¡COMPARTE!
TEMA: EL AMOR EN LA ÚLTIMA CENA

1. Dinámica introductoria
Para introducirles un poco más en el Jueves Santo se enseñarán imágenes y se les
preguntará qué les dice cada imagen. De esta manera se irá explicando poco a poco qué
sucede el Jueves Santo y qué celebramos.
-Se comenzará hablando de la eucaristía y los diversos nombres que tiene
 Fracción del pan: este rito, propio del banquete judío, fue utilizado por Jesús
cuando bendecía y distribuía el pan en la Última Cena. En este gesto los
discípulos lo reconocerán después de su Resurrección, y con esta expresión los
primeros cristianos designaron sus asambleas eucarísticas. Con él se quiere
significar que todos los que comen de este único pan partido que es Cristo,
entran en comunión con Él y forman un solo cuerpo en Él.
 En este día realizamos el memorial de la Cena Pascual que el Señor celebró con
sus apóstoles, la primera Eucaristía: su Cuerpo partido y su Sangre derramada
por nuestra salvación.
 Banquete del Señor: porque se trata de la Cena que el Señor celebró con sus
discípulos la víspera de su pasión.
 Asamblea eucarística: porque la Eucaristía es celebrada en la asamblea de los

fieles, expresión visible de la Iglesia.
 Eucaristía: porque es acción de gracias de las obras de Dios: la creación, la

redención y la santificación.
 Santa misa: enviar después de la liturgia de la Palabra y, luego, al acabar la misa,
a todos los fieles a la misión de anunciar el evangelio.
-Amor fraterno
 Conmemoramos sacramentalmente la ofrenda que Jesús hizo de sí mismo al

Padre, de una vez para siempre, para la salvación de toda la humanidad.
 Celebramos el precepto de la caridad y del amor mutuo que el Señor nos

entrega en su ejemplo de servicio al lavar los pies de sus discípulos.
 Es la institución del sacerdocio ministerial.
 Institución de la Eucaristía
Jesús se reunió con sus discípulos para celebrar la Pascua (el pueblo judío recordaba su
liberación de los egipcios).
Durante esta cena, Jesús celebra la primera consagración al convertir el pan y el vino en
su Cuerpo y en su Sangre. Con las palabras Haced esto en memoria mía instituye la
Eucaristía, ya que les está pidiendo a sus discípulos que continúen compartiendo el pan
y el vino como Él les ha mostrado. De esta manera, les demuestra a ellos y a todos
nosotros que nos ama tanto que quiere quedarse con nosotros por siempre.
Preguntas: ¿Jesús nos invita a cenar con Él hoy? ¿Quiere compartir con nosotros su
sangre y su cuerpo?
 Institución del sacerdocio

Jesús también instituye el sacerdocio cuando les dice a sus apóstoles: Haced esto en
memoria mía. Estas fueron las palabras que un grupo de doce hombres escucharon en
el primer Jueves Santo de la historia y han sido repetidas por más de dos mil años por
los sacerdotes en la Santa Misa. Así, el milagro de la última cena se repite en cada
Eucaristía.
 ¿Qué nos manda Jesús? La caridad fraterna

Mientras estaban cenando, Jesús se levantó de la mesa, se quitó el manto y se ciñó una
toalla, echó agua en una palangana y se puso a lavar los pies a sus discípulos.
(Jn 13,2-5)
Jesús lava los pies a sus discípulos en señal de humildad, porque en aquel entonces solo
los esclavos eran quienes lavaban los pies. Con esto, Cristo nos dio un gran ejemplo, nos
enseñó que la labor del cristiano es ayudar a los demás con una actitud de servicio,
amor y humildad.
En la celebración de este día la liturgia nos recuerda este gesto cuando, durante la Misa
y después de la homilía, el sacerdote lava los pies de doce personas repitiendo lo mismo
que hizo Jesús.
 ¿Cuál es el verdadero amor?
1) Lectura del relato evangélico Juan, 13, 1-15.
2) Breves preguntas para analizar lo leído:
a) ¿Por qué creéis que Jesús hace todo esto?
b) ¿Los apóstoles entienden por qué lo hace?
c) ¿Qué tipo de enseñanza nos da Jesús?
d) ¿Aplicamos nosotros hoy en día esta enseñanza?
 Jesús no vino a ser servido sino a SERVIR
DINAMICA: ¿Y tú a quién amas? ¿Te sientes servidor de los demás? ¿O esperas ser
servido? ¿A quién lavas tú los pies?
Los discípulos no acaban de entender lo que su Maestro tantas veces había querido
enseñarles: El primero entre vosotros será vuestro servidor.
Ahora como muestra de humildad y servicio, de entrega, podemos lavarnos las manos
unos a otros. Jesús nos muestra que en el mundo nadie es más ni menos que nadie. Ante
Jesús y con Jesús tenemos que sentirnos todos iguales. No hay que crecer, ponerse de
puntillas, estirarse, etc., pero sí sacar de uno mismo lo mejor para dárselo a otro.
Debemos ir a los demás sin esperar nada a cambio. Como Jesús que, arrodillado ante
sus discípulos, les lavaba los pies. Ahora, desde la libertad de cada uno y como muestra
de humildad y servicio, lavémonos las manos unos a otros. No te sientas obligado a lavar
a nadie. Vívelo libremente. Si lavas a alguien hazlo con sencillez. Si quieres, puedes decir
en voz alta por qué lo haces, qué le pides al Señor. Intenta meterte a fondo en la
situación. No te evadas ni te ocultes.
Para finalizar cuando lave las manos una persona a otra se le entregará un papel con un
mandato o petición especifica de Jesús hacia ella:
● Te pido que me prestes tus pies para que pueda seguir acudiendo a las llamadas de
tantos desvalidos y para correr detrás de los que se descarrían.
● Te pido tus labios, para besar a tantos niños y a tantos hambrientos de amor.
● Te pido tu lengua, para seguir dando buenas noticias a los pobres y denunciar a los
hipócritas y opresores.
● Te pido tus ojos, para mirar con ternura y cariño a toda la gente.
● Te pido tu rostro, para sonreír a cada uno, para sonreír a pesar de todo, para
iluminar todas las situaciones con mirada de gracia, de paz y de alegría.
● Te pido tu corazón, para que yo pueda seguir amando a mi manera.
● Sonríe. Pues, aunque no tengas ganas de hacerlo, pero sabiendo que yo lo quiero.
● Comparte, aunque te cueste, pero piensa que yo lo haría.
● Multiplica los servicios, aunque te canses, pero consciente de que yo vine para eso.
● Ama siempre de la manera que yo lo haría.
TEMA: ABRAZAR EL DOLOR CON LA ORACIÓN

DINÁMICA:
Pedimos a los chicos que se tumben en el suelo, en una manta, o en una zona que no
esté demasiado fría. Les pedimos que relajados cierren los ojos y se tumben boca-arriba.
Leemos el siguiente fragmento: (MUSICA TRISTE DE FONDO)
Si supieras que algo malo va a ocurrir, si supieras que un dolor muy grande te va a hacer
sufrir tanto, que no gustaría salir corriendo…
Piensa qué es lo que más dolor te provocaría hoy día e imagina que eso ocurriera. Llora
si es necesario.
Ponte en el lugar de Jesús en el monte de los olivos, pensando, sabiendo en lo que le va
a pasar, en lo que Dios, su padre va a permitir que le pase. SIENTE SU MIEDO, SU DOLOR.
PIENSA EN TU DOLOR, EN AQUELLO QUE MÁS TE ATERRA…
LOS SENTIDOS…
VISTA: ver una imagen, que provoque dolor.
PREGUNTA REFLEXIVA: ¿Jesús pide una explicación a su padre, por qué, por qué tengo que pasar
por esto?
OIDO: escuchar la siguiente canción.

Jueves de La Oreja de Van Gogh: https://www.youtube.com/watch?v=jzvnFbsXxxA
PREGUNTA REFLEXIVA: Jesús sabía que esto sucedería, pero no quería pasar tanto dolor, ¿por
qué lo acepta? Jesús se deja guiar por su padre, Dios, confía en él, sin importarle su propia vida,
dignidad y dolor físico.
OLFATO: en un bote se meten especias; orégano, tomillo, romero, etc.

Se explica el sentido: el olor del campo, el olor del atardecer, el olor de respira aire
cuando estás en el monte, cuando encuentras tu lugar de oración, etc.
PREGUNTA REFLEXIVA: ¿Dónde vas cuando estás mal, cuando te han herido? ¿Te alejas, te
apartas, buscas la soledad, un lugar solitario? Entonces, reza, reza a Dios, Él te sana, Él te
acompaña en esos momentos, confía en él, .es tu apoyo y tu Señor.
GUSTO: se les da a los chicos dos vasos, uno con algo de vinagre (vinagreta de pepinillos,
que no es muy fuerte) y otro con agua para enjuagarse. Mojan los labios en el vinagre
(como Jesús bebió vinagre). Y después beben agua.
PREGUNTA REFLEXIVA: Cuando pides ayuda a otros, y lo único que te dan es vinagre (como
símbolo de desprecio y de renuncia a ti), ¿a quién acudes? ¿Dónde te refugias, Dios es agua viva
él tiene el pozo de agua que es eterna?
TACTO: con cubitos de hielo, se les pide que guarden el cubito en sus manos durante
algunos segundos, que sientan el intenso frio, el frio del alma que sintió Jesús en
aquellos momentos.
PREGUNTA REFLEXIVA: ¿Qué sintió Jesús al ver a sus discípulos dormidos? Sintió frio en su
alma, sabiendo que le habían abandonado y sintió que, en algunas horas, el dolor físico
de cada latigazo y el dolor del alma al sentirse abandonado. Y, ¿por qué aquello? Solo
Dios sabía por qué.
¿Qué sensaciones has experimentado en cada uno de los sentidos?
¿Cuál te ha hecho sentirte mejor? ¿Cuál peor?
¿Con qué sentido has sido capaz de ponerte más en la piel de Jesús?
REFLEXIÓN:
Lectura del Evangelio según San Marcos 14, 32-42: (Getsemaní)
Fueron a un lugar llamado Getsemaní, y Jesús les dijo a sus discípulos: Siéntense aquí
mientras yo oro. Se llevó a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a sentir temor y
tristeza. Es tal la angustia que me invade que me siento morir —les dijo—. Quédense
aquí y vigilen.
Yendo un poco más allá, se postró en tierra y empezó a orar que, de ser posible, no
tuviera él que pasar por aquella hora. Decía: Abba, Padre, todo es posible para ti. No me
hagas beber este trago amargo, pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.
Luego volvió a sus discípulos y los encontró dormidos. Simón —le dijo a Pedro—, ¿estás
dormido? ¿No pudiste mantenerte despierto ni una hora? Vigilen y oren para que no
caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil.
Una vez más se retiró e hizo la misma oración. Cuando volvió, los encontró dormidos
otra vez, porque se les cerraban los ojos de sueño. No sabían qué decirle. Al volver por
tercera vez, les dijo: ¿Siguen durmiendo y descansando? ¡Se acabó! Ha llegado la hora.
Miren, el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores. ¡Levántense!
¡Vámonos! ¡Ahí viene el que me traiciona!
Reflexionemos con Jesús en lo que sentía en estos momentos: su miedo, la angustia

ante la muerte, la tristeza por ser traicionado, su soledad, su compromiso por cumplir
la voluntad de Dios, su obediencia a Dios Padre y su confianza en Él. Las virtudes que
nos enseña Jesús este día, entre otras, son la obediencia, el amor, la paz, la humildad
y la confianza.
Hemos hecho memoria de cómo se desarrollaron los acontecimientos. Y esto es lo

quiere significar los símbolos que tenemos en medio: NOCHE DE VIOLENCIA, DE DOLOR,
DE MIEDO; teniendo lugar estas, paradójicamente, en medio de un huerto de olivos,
signo ya desde el antiguo testamento de la paz y la esperanza. Violencia, dolor, miedo,
etc., estas palabras no han desaparecido, no han quedado enterradas en el pasado, hoy
siguen vigentes en nuestras vidas en tantas guerras, injusticias, desprecios, etc.; vivimos
con Jesús en una perpetua noche de Getsemaní. Ante esto debemos reflexionar y
preguntarnos si realmente seguimos el ejemplo de Jesús ¿somos capaces de tomar su
actitud?
DOLOR CON AMOR

Ciertamente, en aquella noche el sufrimiento y el dolor hasta se respiraban. Pero frente
a esto Él se comportó con amor solidario. El sufrimiento que Él aceptaba en ese
momento era consecuencia de todo lo que había predicado; en ese momento, incluso
en medio del aturdimiento, empezamos a comprender un poco mejor las
Bienaventuranzas, el amor a los enemigos, el amor incondicional de Dios a todos. Fue
un amor solidario. Después de la resurrección fuimos comprendiendo que toda la pasión
fue la mayor lección de amor de Dios al mundo: sólo el amor que se da a los demás
cambiará este mundo en un mundo de fraternidad. Fue todo un signo de esto el cuidado
con el que trató, incluso a Judas.
¿Acudo al amor cuando siento dolor?
MIEDO CON CONFIANZA
En aquella noche, Jesús tuvo miedo y sus palabras así lo indicaban: Pase de mí este cáliz.
Sin embargo, choca siempre la segunda parte de su súplica: No se haga mi voluntad sino
la tuya. Pronto se comprende que su miedo y angustia eran distintos a los nuestros
porque el suyo estaba empapado de CONFIANZA. Aunque le costó hacer la voluntad de
Dios, así lo hizo.
¿Dónde pongo mi confianza cuando siento miedo?
VIOLENCIA CON PAZ
No podemos decir nada nuevo, sólo comentaros que aquella noche fue muy violenta.
Tanto que, hasta Pedro, como antes comentábamos, sacó la espada e hirió a un sicario.
Sin embargo, Jesús ni se defendió. Es más, reprendió a Pedro diciéndole: Vuelve tu
espada a su sitio porque todos los que empuñen espada, a espada morirán.
¿Cómo busco la paz ante signos de violencia?
¿CÓMO CONSIGUE JESÚS ABRAZAR EL DOLOR, EL MIEDO, LA VIOLENCIA?
CON LA ORACIÓN….
En su momento de oración, Dios le ha dado fuerza, le ha dicho que se deje en sus manos,
que se LEVANTE y que sea fuerte, que Él ya sabía lo que ocurriría y que le ama. Que por
encima de este dolor habrá algo mucho más grande, la subida a los cielos, la vida plena
y el amor a los demás por encima de todo.
Jesús habla con Dios, se refugia en él a pesar de sus miedos…por eso nunca te rindas,
levántate, porque Dios estará ahí.
DIOS SIEMPRE CREE EN TI, AUNQUE TE LO PONGA DIFÍCIL. DIOS TE HABLA EN ESTOS
MOMENTOS, COMO LO HIZÓ CON JESÚS. ESCUCHA: (TUMBADOS Y OJOS CERRADOS)
No te rindas de Maná: https://www.youtube.com/watch?v=SGtsii9FgEo
PREGUNTAS FINALES; (se leen se dejan minutos de reflexión y se da pie a la
comunicación)
1. ¿Acudes a Dios a través de la oración cuando sufres?
2. ¿Te dejas guiar por el Señor, te dejas en sus manos, aunque eso signifique que el
camino no será fácil?
3. ¿Te levantas a pesar de lo difícil que es superar ciertos dolores o pérdidas?
4. ¿Cómo consigues abrazar el dolor? EN ESTE INSTANTE, PREGÚNTATE: ¿CÓMO

CONSIGUIÓ JESÚS ABRAZAR AQUEL DOLOR TAN GRANDE?
HORA SANTA
SITUACIÓN: nos colocamos en la capilla.
Materiales: altavoces, ordenador, proyector, velas, aromas (incienso o similar).
MONICIÓN INICIAL
Todo ha quedado dicho. Hoy en una cena se ha concentrado todas las enseñanzas, todas
las caricias y la mayor lección: Amar con alegría. Jesús en esta dura noche nos pide que
nos quedemos cerca. En esta noche te invitamos a que sientas lo mismo que sintió
Jesús, lo mismo que vivió Jesús. Permanece en silencio y siente cada momento de esta
noche.
(Música introductoria a la Hora Santa)
1. LLEGAMOS A GETSEMANÍ
"Entonces llegó Jesús con ellos a una finca
llamada Getsemaní, y dijo a los discípulos:
Sentaos aquí mientras voy allá a orar". (nos
sentamos)
Los discípulos salen del Cenáculo, situado en
la parte alta de la ciudad, y recorren el camino
hacia el monte de los olivos por la escala de
los Macabeos. Era una media hora de camino.
Jesús empieza a sentir en su alma una tristeza
extraña, que deja a todos sin saber qué decir
y cómo consolarle. Pero le siguen en aquel
camino iluminado por la luna de abril. Estaban
ya en el día de la Pascua.
Parecía como de costumbre, pero tiene el alma en tensión. Las emociones de la cena le
llevan a un estado intranquilo del alma. Ocho de los discípulos se quedan en una cueva,
resguardados del relente de la noche. El Señor se aleja de ellos llevándose sólo a Pedro
y a los dos hijos de Zebedeo, Juan y Santiago. Ahora van a ser testigos de algo muy difícil
de entender: la agonía de Cristo, que quedará reducido a un hombre despojado de gloria
y esplendor, como si estuviese derrotado. Y tienen que seguir creyendo que es Dios y
hombre verdadero contemplándolo humillado, derrotado, sufriente. Es una situación
que sólo se puede superar el escándalo con una fe nueva. Sólo el amor puede entender
al amor. Déjate mover por el amor.
Jesús se retira como a un tiro de piedra a un lugar donde que existe una enorme roca.
Y...
Lectura: "empezó a entristecerse y a sentir angustia. Entonces les dijo: Mi alma está
triste hasta la muerte. Quedaos aquí y velad conmigo".
Canto: Tan solo he venido.
ORACIÓN ANTE JESÚS
Señor, ante tu presencia amorosa, queremos estrenar nuestra vida recibida de ti y por
ti hecha buena. Déjanos enterrar nuestro antiguo yo muy hondo, bajo tierra, y que de ti
nazca en nosotros el nuevo.
Queremos vivir en paz, con la conciencia limpia de mancha, aceptamos las penas, nada
queremos hacer para evitarlas. Nos hiciste de lodo amasado con lágrimas divinas, llanto
divino de divinos ojos que miraban el futuro. Aceptamos las penas... danos en cambio,
fortaleza para vencerlas, danos una vida nueva cargada de amor y amistad. Concédenos
ser tus amigos y amarte también en maestros amigos. AMÉN
2. EL MIEDO A LA MUERTE
No se trata de una batalla cualquiera, sino de un amor que va a sufrir la mayor dificultad.
Cuando en el fondo del alma se vive el gozo de la presencia del Padre, lo externo se
torna menos difícil. Pero ahora Jesús experimenta soledad. Parece que Dios le ha
abandonado.
Experimenta el silencio... el frío... la soledad de la noche... (breve silencio)
Y Jesús ora. A Jesús se le hace presente todo el sufrimiento de la Cruz. De esto se trata.
De amar a pesar de los pesares. Y viene la angustia, el desasosiego, las lágrimas, el
desaliento. Pero no cede, sigue rezando, y sigue amando la voluntad del Padre que
también es la suya, y ama a los hombres todos, que son los causantes de ese dolor. Está
sufriendo por la humanidad, está sufriendo por amar. Déjate mover por el amor.
Lectura: "Y adelantándose un poco, se postró rostro en tierra mientras oraba diciendo:
Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz; pero no sea como yo quiero, sino
como quieras Tú".
Jesús llama a su Padre, con acentos de hijo pequeño, le llama "Abba", Papá, oración
desconocida en otros labios. Todo el cuerpo está empapado en ese extraño sudor de
sangre. La angustia del alma llega ser terror; pero no le vence, no desiste Jesús de su
empeño de entregarse. Déjate mover por el amor. (silencio)
En este estado busca consuelo en los suyos.
Lectura: "Volvió junto a sus discípulos y los encontró dormidos; entonces dijo a Pedro:
¿Ni siquiera habéis sido capaces de velar una hora conmigo?"
Es una queja para los que no han sabido estar a la altura de las circunstancias. Se excusan
por el cansancio. ¿Tú también duermes? En estos momentos importantes de Jesús,
¿también te sientes cansado? ¿tienes sueño? Déjate mover por el amor.
Pero de nuevo Jesús se rehace y se vuelca en aquellos que no saben, ni pueden, hacer
más. Y les dice:
Lectura: "Velad y orad para no caer en tentación: pues el espíritu está bien dispuesto,
pero la carne es débil". El sueño de los discípulos es fuerte. No se dan cuenta que sin
oración no son nada. La oración será la fuerza para vencer cualquier dificultad. Déjate
mover por el amor.
Canto: En mi debilidad.
3. LA TENTACIÓN
Vídeo: La oración de Cristo.
Ya muy entrada la noche Cristo se retira durante un tiempo largo, y se repite la oración,
la agonía que no puede superar.
Lectura: Y "de nuevo se apartó por segunda vez y oró diciendo: Padre mío, si no es
posible que esto pase sin que yo lo beba, hágase tu voluntad. Volvió otra vez y los
encontró dormidos, pues sus ojos estaban cargados de sueño. Y dejándolos, se apartó
una vez más, y oró por tercera vez repitiendo las mismas palabras".
La insistencia es amor que no cede; es una verdadera pasión en el alma, y también en el
cuerpo. Parece un desecho de los hombres, está humillado y parece derrotado; supera
una y otra vez la tentación y la oración -vida de su vida- se hace más intensa. Déjate
mover por el amor.
Lectura: "Finalmente va junto a sus discípulos y les dice: Dormid ya y descansad; mirad,
ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los pecadores.
Levantaos, vamos; ya llega el que me va a entregar"
Se levanta, por fin, el Señor. Jesús se limpia el rostro con el paño para cubrir la cabeza
que queda empapado en sangre lo deja en el suelo doblado. Va donde se encuentran
Juan, Pedro y Santiago, después se dirigen donde duermen los otros ocho. Se despiertan
también con excusas, están confusos. Levántate tú también y despiértate. Ha llegado la
hora.
Lectura: “Aun estaba Jesús hablando cuando apareció un tropel, encabezado por uno
de los doce, llamado Judas, que se acercó a Jesús para besarlo. Jesús le dijo: -Judas, ¿con
un beso entregas al Hijo del hombre?”
Vídeo: La traición de Judas.
Todo es mentira en los labios de Judas. Miente cuando besa -más bien mancha- a Cristo
con la señal para prender al que no quiere defenderse. Y el beso queda como una marca
de fuego en la mejilla de Jesús. Realmente Judas es el hijo de la mentira.
Mientras Jesús camina hacia el beso traidor con decisión, casi con prisa. El Jesús
derrumbado de unos momentos antes en el sudor de sangre se rehace, retoma, de
pronto, las riendas de su alma, se levanta y va hacia la muerte con una serenidad que ha
sacado de su oración y de su entrega total. Parece que tiene prisa. Debía quedar claro
que iba hacia la muerte cuando Él quería. Libremente. Con plena conciencia. La hora tan
esperada había sonado. Siente tú también el beso de la traición. Déjate mover por el
amor. ¿Y tú, también le traicionas?
Canto:
4. NEGACIÓN
Vídeo de la negación de Pedro
Tras prender a Jesús, llegan las negaciones de Pedro. Fueron tres, en tres circunstancias
distintas ante tres personas diferentes. La progresión en la intensidad de la negación
desvela mejor la gravedad de la caída de Pedro. No fueron sus negaciones una evasiva
ante una pregunta indiscreta, sino una negación que incluirá juramentos, es decir, poner
a Dios por testigo de una falsedad.
Lectura: "Y enseguida cantó por segunda vez un gallo, y se acordó Pedro de la palabra
que Jesús le había dicho: ́antes de que el gallo cante dos veces me negarás tres ́. Y
recordándolo, lloraba". (sonido de un gallo)
Cantó el gallo, y Pedro volvió en sí. Jesús sale entonces de la casa de Anás a la de Caifás,
y en el revuelo de la salida, sus miradas se cruzan. Jesús le mira con compasión. Pedro
se da cuenta de lo que ha hecho y "salió fuera y lloró amargamente".
Y tú, ¿también lo vas a negar?
Música de reflexión
ORACIÓN FINAL
Señor, pódame para que dé más fruto. 
Señor, vacíame, para que corra en mí toda la savia. 
Quiero ser como la caña qué Tú vacías para convertirse en flauta.
Señor, libérame del follaje de mis vanidades. 
Señor, corta mis ataduras y mis apegos.
Señor, riégame con el agua de tu Costado.
Señor, aliménteme con tu Palabra. 
Señor, sáciame con tu Cuerpo y Sangre. 
Señor, airéame con el Viento de tu Espíritu. 
Señor, caliéntame con el sol de tu presencia y de tu amor.
Viernes Santo
9:00 Levantada
9:30 Oración de la mañana, presentación del día e
hilo conductor.
10:00 Desayuno
10:30 Servicios
11:00 Distribución del viacrucis
12:00 Viacrucis
14:00 Comida, recoger y Tiempo Libre
15:00 Hora Nona (con gesto)
16:00 Tema: ¿Quién lo mato?
17:00 Preparación de los oficios
18:00 Oficio: La Pasión del Señor.
19:00 Tiempo libre
19:30 Inicio celebración penitencial comunitaria
20:00 Confesiones
20:30 Puesta común grupos parroquias
21:15 Cena, recoger y Tiempo Libre
22:30 Adoración de la cruz
23:30 Adoración voluntaria
00:00 A la cama
Viernes Santo
Es un día crucial en la liturgia cristiana y la
conmemoración de la muerte de Cristo en la cruz.
Luego de su encarcelamiento Jesús es sometido a
un juicio, donde sufre torturas aberrantes.
Es en ese mismo momento donde recibe la corona

de espinas sobre su cabeza y le cargan la cruz. Así,
Cristo recorre la ciudad de Jerusalén con la pesada
cruz de madera en dirección al Calvado. A horas del
mediodía el Señor es crucificado. Más tarde, para certificar su muerte le
clavan una lanza confirmando el fallecimiento. A la noche, los fieles
desclavan el cuerpo de Cristo y lo entregan a su madre, para finalmente
enterrarlo en el sepulcro. Ese mismo día Judas, arrepentido de su traición, se
ahorca y acaba con su vida. Durante el Viernes Santo se realiza la adoración
del Árbol de la Cruz y el Vía Crucis. Es el único día del calendario litúrgico
donde no se celebra la eucaristía.
LA CELEBRACIÓN
Hoy no se celebra la Eucaristía en todo el mundo. El altar luce sin mantel,
sin cruz, sin velas ni adornos. Recordamos la muerte de Jesús. Los
ministros se postran en el suelo ante el altar al comienzo de la ceremonia.
Son la imagen de la humanidad hundida y oprimida, y al tiempo penitente
que implora perdón por sus pecados.
Van vestidos de rojo, el color de los mártires: de Jesús, el primer testigo del
amor del Padre y de todos aquellos que, como él, dieron y siguen dando su
vida por proclamar la liberación que Dios nos ofrece.
ADORACIÓN DE LA CRUZ
Después de las palabras pasamos a una acción simbólica muy expresiva y
propia de este día: la veneración de la Santa Cruz es presentada
solemnemente la Cruz a la comunidad, cantando tres veces la aclamación:
“Mirad el árbol de la Cruz, donde estuvo clavada la salvación del mundo.
VENID A ADORARLO”, y todos nos arrodillamos unos momentos cada
vez; y entonces vamos, en procesión, a venerar la Cruz personalmente, con
una genuflexión (o inclinación profunda) y un beso (o tocándola con la mano
y santiguándonos); mientras cantamos las alabanzas a ese Cristo de la Cruz.
¿QUÉ ES EL VIA CRUCIS?
"Vía crucis" son dos palabras latinas cuyo significado podría traducirse
como "camino de la cruz". Condenado a muerte y cargado del madero,
que había de ser el instrumento de nuestra redención, Jesús hizo este
itinerario de dolor desde el pretorio de Pilato hasta el monte Calvario. Era
el primer Viernes Santo. Hoy, el recuerdo entrañable de estos momentos
de la vida de Jesús se ha convertido en oración. El Vía crucis es, para
muchos cristianos, un ejercicio de piedad lleno de contenido y de cariño
agradecido.
ORACIÓN DE BUENOS DÍAS

ORACIÓN
Señor, que tu Cruz sea mi fuerza Padre, me pongo en tus manos.
cuando estoy débil,
Haz de mí lo que quieras.
que me ayude a levantarme cuando
Sea lo que sea te doy gracias.
caigo,
que renueve mi esperanza cuando esté
triste. Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo,
con tal que tu voluntad se cumpla en
mí
Señor, consuela a los que sufren
y en todas tus criaturas.
y ayúdanos a comprender el sentido del
dolor No deseo más, Padre.
en nuestras vidas según tu voluntad.
Te confío mi alma, te la doy

Señor te pido perdón por todos mis con todo el amor que soy capaz.
pecados.
Porque te amo y necesito darme a ti,
Ayúdame a cambiar y a acercarme a tu
ponerme en tus manos, sin limitación,
perdón
sin medida, con una confianza infinita
en el sacramento de la Confesión.
porque Tú eres mi Padre. Amén.
Señor, que pueda reconocerte en cada

hermano que sufre.
HIMNO (En el monte Calvario)
https://www.youtube.com/watch?v=et6OJLsbeBU
SALMO 50
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, contra ti, contra ti solo pequé,
por tu inmensa compasión borra mi cometí la maldad que aborreces.
culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
Mira, en la culpa nací,
Pues yo reconozco mi culpa, pecador me concibió mi madre.
tengo siempre presente mi pecado:
Te gusta un corazón sincero, Líbrame de la sangre, oh Dios,

y en mi interior me inculcas sabiduría. Dios, Salvador mío,
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio; y cantará mi lengua tu justicia.
lávame: quedaré más blanco que la Señor, me abrirás los labios,
nieve. y mi boca proclamará tu alabanza.
Hazme oír el gozo y la alegría, Los sacrificios no te satisfacen:

que se alegren los huesos si te ofreciera un holocausto, no lo
quebrantados. querrías.
Aparta de mi pecado tu vista, Mi sacrificio es un espíritu
borra en mí toda culpa. quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu
firme; Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
no me arrojes lejos de tu rostro, reconstruye las murallas de Jerusalén:
no me quites tu santo espíritu. entonces aceptarás los sacrificios
rituales,
ofrendas y holocaustos,
Devuélveme la alegría de tu salvación, sobre tu altar se inmolarán novillos.
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
VIA CRUCIS
ORACIÓN
Señor, Dios nuestro,
que has querido realizar la salvación de todos los hombres
por medio de tu Hijo muerto en la cruz,
concédenos, te rogamos, a quienes hemos conocido en la tierra
este misterio de amor,
dar testimonio de él, con palabras y obras,
ante cuantos, en tu bondad, se cruzan en nuestro camino cada día.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
PRIMERA ESTACIÓN - Jesús es condenado a muerte
Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos, pues por tu santa cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según san Lucas
«Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros... Esta copa es la nueva alianza, sellada
con mi sangre, que se derrama por vosotros».
Del Evangelio según san Marcos
«Pilato tomó de nuevo la palabra y les preguntó: “¿Qué hago con el que llamáis rey de
los judíos?”. Ellos gritaron de nuevo: “¡Crucifícalo!”... Y Pilato, queriendo dar gusto a la
gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo
crucificaran».
Sentimientos y pensamientos de Jesús
Acabo de celebrar la Pascua con mis discípulos. Era algo que había deseado
ardientemente: la última Pascua, antes de la pasión, antes de volver a ti. Pero, de pronto,
se ha visto alterada. El diablo había metido en la cabeza de un discípulo mío que me
traicionara. En el huerto de Getsemaní ha venido hacia mí. Con un gesto que es
expresión de amor, me ha saludado diciéndome: «Salve, Maestro». Y me ha besado.
¡Qué amargura en aquel momento!
Durante la cena, te he suplicado, Padre, que guardes a mis discípulos en tu nombre, para
que sean uno, como nosotros.
Nuestra resonancia
Señor Jesús, nosotros somos todavía más frágiles en la fe que los primeros discípulos.
También nosotros corremos el riesgo de traicionarte, cuando tu amor debería
alentarnos a amarte cada vez más.
SEGUNDA ESTACIÓN - Jesús con la cruz a cuestas
Del Evangelio según San Marcos
«Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa. Y lo sacaron para
crucificarlo».
Me rodean los soldados del gobernador. Para ellos, ya no soy una persona, sino un
objeto. Quieren divertirse conmigo, burlarse de mí. Por eso me visten de rey. Han
preparado incluso una corona, pero de espinas. Me golpean en la cabeza con una caña.
Me escupen. Me sacan afuera.
Resuenan en mí las dramáticas palabras del profeta Isaías sobre el Siervo del Señor.
Dicen de él que no tiene aspecto atrayente; que es despreciado, varón de dolores, como
un cordero llevado al matadero; que es arrancado de la tierra de los vivos, maltratado
hasta la muerte. Ese Siervo soy yo, para desvelar la grandeza del amor de Dios por el
hombre.
Nuestra resonancia
Tú, Jesús, has sido «contado entre los pecadores». En la primera generación cristiana,
precisamente por hablar públicamente de ti, Pedro y Juan, Pablo y Silas, entraron en
prisión. Así ha ocurrido muchas veces a lo largo de los siglos.
También en nuestros días hay hombres y mujeres que son encarcelados, condenados e
incluso asesinados simplemente por ser creyentes o por su compromiso en favor de la
justicia y la paz. Ellos no se avergüenzan de tu cruz. Son ejemplos admirables para que
los imitemos.
TERCERA ESTACIÓN - Jesús cae bajo el peso de la cruz
Del Libro del profeta Isaías
«Él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro
castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron».
Me tambaleo al dar los primeros pasos hacia el Calvario. He perdido ya mucha sangre.
Me resulta difícil sostener el peso del madero que he de llevar. Y caigo a tierra.
Alguien me levanta. A mi alrededor veo mucha gente. Entre ellos, hay quien me quiere
bien. Otros son sólo curiosos. Pienso en Juan Bautista que, al comienzo de mi vida
pública, dijo: «Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo». Ahora se
revela la verdad de esas palabras.
Nuestra resonancia
Señor Jesús, en este día no podemos parecernos al fariseo que se ensalza a sí mismo,
sino al publicano que no se atreve siquiera a levantar la cabeza. Como él, te pedimos
con confianza, a ti que eres el Cordero de Dios, perdón por nuestros pecados de
pensamiento, palabra, obra y omisión.
Meditando sobre el peso de tu cruz, no nos avergonzaremos de hacer sobre nuestro
cuerpo la señal de la cruz: «Es una ayuda eficaz: gratuita para los pobres y, para quien
es débil, no exige ningún esfuerzo. Se trata, ciertamente, de una gracia de Dios».
CUARTA ESTACIÓN - Jesús se encuentra con su Madre
«Simeón los bendijo diciendo a María, su madre: “Mira, este está puesto para que
muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida; así quedará
clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma”… Su
madre conservaba todo esto en su corazón».
Mi Madre está entre la gente. Mi corazón late con fuerza. No consigo verla bien. La
sangre me cubre la cara.
Cuando tenía cuarenta días, me llevaron al Templo para presentar la ofrenda, según la
Ley de Moisés. A mis padres les habló un profeta. Se llamaba Simeón. Me tomó en
brazos. Dijo que yo sería «una bandera discutida» y que a mi madre «una espada le
traspasaría el alma». Palabras que en este momento se han hecho amarga realidad para
ambos. Hoy se realiza plenamente la ofrenda de aquel día.
Resonancia de María
«¡Ay de mí! ¿Qué veo? Hijo mío, de estirpe divina. ¡Te arrastran las manos de esos
criminales y lo soportas! Te conducen a las cadenas y por tu propia voluntad te diriges
hacia ellas, tú que eres quien libra de sus cadenas al linaje de los encadenados… ¡Yo me
muero! Dime, dime una sola palabra, tú, Palabra de Dios Padre; no, no pases en silencio
ante la esclava convertida en madre».
Señor Jesús, el drama que afrontas junto a tu Madre por una callejuela de Jerusalén nos
hace pensar en tantas tragedias familiares de nuestro mundo. Hay para todos: madres,
padres, hijos, abuelos y abuelas. Es fácil juzgar a los demás, pero lo más importante es
saber ponerse en su lugar y ayudarles en la medida de lo posible. Lo intentaremos.
QUINTA ESTACIÓN - El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz
Del Evangelio según San Lucas
«Mientras lo conducían, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que volvía del
campo, y le cargaron la cruz, para que la llevase detrás de Jesús».
Oigo gritos a mi alrededor. Toman a la fuerza a un campesino que pasaba por allí,
seguramente por casualidad. Sin muchas explicaciones, lo obligan a llevar mi peso. Me
siento aliviado. Le mandan que vaya detrás de mí. Iremos juntos hasta el lugar de mi
suplicio.
Más de una vez, predicando el Reino de Dios, dije: «Quien no lleve su cruz detrás de mí,
no puede ser discípulo mío». Sin embargo, ahora este hombre carga incluso con la mía.
Quizás ni siquiera sabe quién soy, pero igualmente me ayuda y me sigue.
Nuestra resonancia en alabanza de Simón
«Dichoso tú, Simón, que durante la vida llevaste la cruz detrás de nuestro Rey. Los que
llevan las insignias de los reyes se sienten orgullosos, pero los reyes y sus insignias
pasarán. Dichosas tus manos que levantaron y llevaron en procesión la cruz de Jesús que
nos dio la vida».
Señor, quizás también para algunos de nosotros el encuentro contigo sucedió de modo
fortuito. Pero luego se ha hecho más profundo.
Consideramos un gran don de tu gracia que no falten entre nosotros cirineos, que lleven
la cruz de los otros. Lo hacen con perseverancia. Los motiva el amor. Su presencia es
fuente de esperanza. Ponen en práctica la invitación de san Pablo: «Llevad los unos las
cargas de los otros». Y así cuidan de sus hermanos.
SEXTA ESTACIÓN - La Verónica enjuga el rostro de Jesús
Del Evangelio según San Lucas
«En aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo,
predicando la Buena Noticia del Reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas
mujeres que él había curado de malos espíritus y enfermedades: María la Magdalena,
de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes;
Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes».
Entre la multitud hay muchas mujeres. Su delicadeza impulsa a una de ellas a acercarse
para secarme el rostro. Este gesto me hace recordar otros encuentros. Uno de ellos,
hace una semana. Fui a cenar, por amistad, a Betania, en casa de Marta, María y Lázaro.
María me ungió los pies con óleo perfumado de nardo auténtico. Se sorprendió cuando
le dije que lo conservara para mi sepultura.
Me veo también sentado junto al pozo de Sicar. Estaba cansado y sediento. Llega en
aquel momento una mujer samaritana con un cántaro. Le pido agua. Le hablo de un
agua que salta hasta la vida eterna. Parece que esperaba este don para abrir su corazón.
Quería contarme todo sobre ella. La vi maravillada profundizando en su propia
conciencia. Volvió a su pueblo hablando de mí y diciendo: «¿Será este el Mesías?».
Nuestra resonancia
Señor Jesús, esta tarde, entre nosotros, la presencia femenina es significativa. En los
Evangelios, las mujeres tienen un lugar destacado. Os ayudaron a ti y a los apóstoles.
Algunas de ellas estuvieron presentes en tu pasión. Y fueron las primeras en anunciar tu
resurrección.
El genio femenino nos lleva a vivir la fe con afecto hacia ti. Nos lo enseñan todos los
santos. Queremos seguir sus huellas.
SÉPTIMA ESTACIÓN - Jesús cae por segunda vez
Del Evangelio según san Mateo
«Jesús fue con sus discípulos a un huerto, llamado Getsemaní, a orar. Y llevándose a
Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, empezó a entristecerse y a angustiarse. Entonces dijo:
“Me muero de tristeza: quedaos aquí y velad conmigo”. Y adelantándose un poco cayó
rostro en tierra y oraba diciendo: “Padre mío, si es posible, que pase y se aleje de mí ese
cáliz. Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que tú quieres”».
«Se le apareció un ángel del cielo, que lo animaba. En medio de su angustia, oraba con
más insistencia. Y le bajaba hasta el suelo un sudor como de gotas de sangre».
No es sólo cansancio físico. Es algo más profundo lo que me pasa. Ayer tarde estuve un
buen rato postrado en oración al Padre. Mi sudor era como gotas de sangre. Estaba ya
en agonía. Estoy viviendo la experiencia extrema y difícil de todo ser humano que se
acerca a la muerte. Gracias, Padre, por haberme enviado en ese momento un ángel del
cielo a consolarme.
Nuestra resonancia
Señor Jesús, ¡qué abismo de tristeza en tantas almas heridas por la soledad, el
abandono, la indiferencia, la enfermedad, la muerte de un ser querido!
Inconmensurable, el dolor de cuantos sufren la crueldad de la violencia, el odio de
palabras falaces o se encuentran con corazones de piedra que hacen llorar y llevan a la
desesperación.
El corazón del hombre –el corazón de cada uno de nosotros– espera otra cosa: el
cuidado del amor. Tú, Jesús, nos lo enseñas a todos los hombres de buena voluntad:
Amaos los unos a los otros como yo os he amado.
OCTAVA ESTACIÓN - Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén
«Lo seguía un gran gentío del pueblo, y de mujeres que se daban golpes y lanzaban
lamentos por él. Jesús se volvió hacia ellas y les dijo: “Hijas de Jerusalén, no lloréis por
mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos”».
Hace pocos días que llegué a Jerusalén. Una comitiva de discípulos me acogió haciendo
fiesta con regocijo. Incluso me aclamaban diciendo: «Bendito el que viene en el nombre
del Señor». En medio de su sencillez, ese momento fue solemne. Sin embargo, no fue
del agrado de los fariseos. La fiesta no impidió que llorase al ver la ciudad. Ahora que
voy exhausto al Gólgota, oigo voces de mujeres que se lloran por mí y se dan golpes de
pecho.
Nuestra resonancia
Señor Jesús, también hoy, viendo nuestras ciudades, tendrías motivos para llorar. Quizás
también nosotros estamos ciegos y no comprendemos el camino de paz que tú nos
indicas.
Pero ahora sentimos como una llamada tuya lo que dijiste en el Sermón de la Montaña:
«Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan
por la paz, porque serán llamados hijos de Dios». Y también cuando dijiste a tus
discípulos: «Vosotros sois la sal de la tierra… Vosotros sois la luz del mundo… Alumbre
así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria al Padre
que está en el cielo».
NOVENA ESTACIÓN - Jesús cae por tercera vez
Del Evangelio según san Juan
«Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez dejo el mundo y me voy al Padre».
Mi camino terreno llega a su fin. Cuando nací, mi madre me puso en un pesebre. He
pasado casi toda mi vida en Nazaret. He formado parte de la historia del pueblo elegido.
Como enviado itinerante del Padre, he anunciado la amplitud de su amor, en el que
todos caben; la extensión de su amor, que se mantiene fiel a lo largo todas las
generaciones; la altitud de su amor, esperanza que vence incluso a la muerte; y la
profundidad de su amor, que no me ha enviado para los justos, sino para los pecadores.
Muchos escucharon mi palabra y me siguieron, convirtiéndose en discípulos míos; otros
no me comprendieron. Algunos me rechazaron y, al final, me condenaron. Pero, en este
momento, más que nunca, me siento llamado a revelar el amor de Dios por los hombres.
Nuestra resonancia
Señor Jesús, ante tu amor y el amor del Padre, nos preguntamos si no nos estaremos
dejando contagiar por el mundo, que considera tu pasión y muerte «necedad y
escándalo», siendo así que es «fuerza y sabiduría de Dios». ¿No estaremos siendo
cristianos tibios, cuando tu amor es un misterio de fuego?
¿Nos damos cuenta de que antes de que Dios viniese a nosotros, ni siquiera sabíamos
quién era Dios? Cuando tú, Hijo Unigénito, llegaste, Dios, que nos hizo a su imagen, nos
permitió levantar los ojos a él y nos prometió el Reino de los cielos. ¿Cómo no amar a
Aquel que nos ha amado primero»?
DÉCIMA ESTACIÓN - Jesús es despojado de sus vestiduras
Del Libro de los Salmos
«Se reparten mi ropa, echan a suerte mi túnica».

Me quedo en silencio. Me siento humillado por un gesto aparentemente banal. Hace
horas que me quitaron la ropa. Pienso en mi Madre, aquí presente. Mi humillación es
también la suya. También de esta manera una espada traspasó su alma. A ella le debía
la túnica que me arrebataron. Era un símbolo de su amor por mí.
Nuestra resonancia
Tu túnica, Señor, nos lleva a meditar en un momento de gracia y también en todas las
veces que se viola la dignidad del hombre.
La gracia es la del Bautismo. Al niño que acaba de convertirse en cristiano, se le dice:
«Eres ya nueva creatura y has sido revestido de Cristo. Esta vestidura blanca sea signo
de tu dignidad de cristiano. Ayudado por la palabra y el ejemplo de los tuyos, consérvala
sin mancha hasta la vida eterna». Esta es la verdad más profunda de la existencia
humana.
Al mismo tiempo, el amor con que cuidas a todas las criaturas nos lleva también a pensar
en situaciones terribles: el tráfico de seres humanos, los niños soldados, el trabajo
esclavo, los niños y adolescentes a los que han robado su inocencia, heridos en su
intimidad, profanados sin piedad.
Tú nos haces pedir humildemente perdón a cuantos sufren estos ultrajes y rezar para
que finalmente se despierte la conciencia de los que oscurecen el cielo en la vida de los
demás. Ante ti, Señor Jesús, renovamos nuestro propósito de «vencer el mal con el
bien».
UNDÉCIMA ESTACIÓN - Jesús es clavado en la cruz
«Entonces se lo entregó para que lo crucificaran… Y Pilato escribió un letrero y lo puso
encima de la cruz; en él estaba escrito: Jesús el Nazareno, el rey de los judíos».
Me están taladrando los pies y las manos. Los brazos estirados. Los clavos atraviesan mi
carne con dolor. Tengo el cuerpo inmovilizado, pero libre el corazón, y con esa libertad
fui hacia mi pasión. Libre, porque está lleno de amor, de un amor que quiere incluir a
todos.
Miro a los que me crucifican. Pienso en los que se lo han mandado: «Padre, perdónalos,
porque no saben lo que hacen». Junto a mí hay otros dos condenados a morir en cruz.
Uno de ellos me pide que me acuerde de él cuando esté en mi reino. Sí –le digo–, «hoy
estarás conmigo en el paraíso».
Nuestra resonancia
Te vemos, Señor Jesús, clavado en la cruz. Y nos asaltan preguntas apremiantes:

¿Cuándo quedará abolida la pena de muerte, vigente aún hoy en numerosos Estados?
¿Cuándo desaparecerá todo tipo de tortura y la muerte violenta de personas inocentes?
Tu Evangelio es la mejor defensa para el hombre, para todos los hombres.
DUODÉCIMA ESTACIÓN - Jesús muere en la cruz
Palabras de Jesús en la cruz
Jesús dijo a voz en grito: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?». Después,
dirigiéndose a su Madre, dijo: «Mujer, ahí tienes a tu hijo»; y al discípulo Juan: «Ahí
tienes a tu madre». Añadió: «Tengo sed»; dijo: «Está cumplido»; y, finalmente: «Padre,
a tus manos encomiendo mi espíritu».
Nuestra resonancia
En la cruz, Jesús, rezaste. Así viviste el momento culminante de tu vocación y misión.
Te dirigiste a tu Madre y al discípulo Juan. A través de ellos, nos hablabas también a
nosotros. Nos confiaste a tu Madre. Nos pediste que la acogiéramos en nuestra vida,
para que nos cuidase a nosotros igual que cuidó de ti.
Nos impresiona mucho que, en tu larga agonía de horas, te hayas dirigido a voz en grito
a Dios con las palabras del salmo 21, que expresan los sufrimientos, pero también las
esperanzas del justo.
El evangelista Lucas recuerda que, poco antes de morir, dijiste: «Padre, a tus manos
encomiendo mi espíritu». La respuesta que el Padre dará será tu resurrección.
DECIMOTERCERA ESTACIÓN - Jesús es bajado de la cruz
Del Evangelio según san Mateo
«El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús… dijeron aterrorizados:
“Verdaderamente este era Hijo de Dios”. Había allí muchas mujeres… Entre ellas, María
Magdalena y María, la madre de Santiago y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo».
Jesús ha pasado de este mundo al Padre. Su pasión nos da la gracia de descubrir, dentro
de la historia, la pasión de Dios por el hombre. Los santos han correspondido
convirtiéndose en discípulos y apóstoles. A esto mismo estamos llamados también
nosotros.
Nuestra resonancia
- «En ti, Jesús –Palabra hecha carne–, estamos llamados a ser la Iglesia de la misericordia.
- En ti –pobre por elección–, la Iglesia está llamada a ser pobre y amiga de los pobres.
- Contemplando tu rostro, el nuestro no podrá ser distinto del tuyo.
- Nuestra debilidad será fuerza y victoria si manifiesta la humildad y de la mansedumbre

de nuestro Dios».
DECIMOCUARTA ESTACIÓN - Jesús es puesto en el sepulcro
«Después de esto, José de Arimatea… pidió a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de
Jesús. Y Pilato le autorizó. Él fue entonces y se llevó el cuerpo. Llegó también Nicodemo…
y trajo unas cien libras de una mixtura de mirra y áloe. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo
envolvieron en los lienzos con los aromas, según se acostumbra a enterrar entre los
judíos».
Sentimientos de dos amigos de Jesús
El cuerpo de los condenados a la crucifixión no era considerado digno ni siquiera de
recibir sepultura. Sin embargo, dos hombres importantes, José de Arimatea y Nicodemo,
cuidaron con esmero del cuerpo de Jesús.
«¡Qué fortuna, para mí y para vosotros –nos dice José de Arimatea–, que nos hayamos
convertido en discípulos de Jesús! Yo antes me escondía. Ahora, en cambio, siento
dentro de mí una fuerte determinación. Me he presentado incluso ante Pilato para
obtener el cuerpo de Jesús. Más que la determinación, me han movido el amor y la
alegría. Estoy contento de haber podido ofrecer una tumba nueva, escavada en la roca.
A vosotros os digo: Amad a nuestro Salvador».
Nicodemo podría añadir: «Mi primer encuentro con Jesús fue en horas nocturnas. Me
invitó a nacer de nuevo, a nacer de lo alto. Solamente poco a poco he comprendido
aquellas palabras suyas. Ahora estoy aquí para honrar su cuerpo. Por eso, he comprado
una mixtura de mirra y áloe. Pero, la verdad es que él ha hecho mucho más por mí: ha
perfumado mi vida».
María habla a nuestro corazón
«Juan ha permanecido junto a mí. Al pie de la cruz, mi fe ha sufrido una dura prueba.
Como en Belén y después en Nazaret, también ahora medito todas estas cosas en
silencio. Confío en Dios. No he perdido mi esperanza de madre. Confiad también
vosotros. Para todos vosotros pido la gracia de una fe fuerte. Para aquellos que
atraviesan días de oscuridad, el consuelo».
HORA NONA
AMBIENTACIÓN:
Este año, mientras los chavales están recogiendo el comedor y las dependencias de la
casa, sonará el ruido de las campanas (a toque de muerte) y después un réquiem. Se
parará inmediatamente todo lo que se esté haciendo y se reunirá a todo el mundo en el
hall. Una vez allí se les explicará a los chavales lo que va acontecer:
“Acaba de morir el Señor, acaba de llegar el

momento de la muerte más injusta, cruel y
despiadada de la que ha sido testimonio la
humanidad, acaba de morir el más grande de
todos… Ahora vamos a contemplar una
escena especial y que posiblemente es un fiel
reflejo de lo que aconteció ese día hace más
de 2.000 años, a esta hora en concreto…”
Se abren las puertas del hall y todo el mundo
sale al exterior donde se encuentran con la
cruz, dos mujeres llorando y un cuerpo medio
envuelto en unas sábanas con manchas de
sangre (sólo se ve un poco de los pies y de las
manos). De este modo, los chavales podrán
vivenciar la escena de las dos Marías llorando
ante el cuerpo de Jesús (ya descendido de la
cruz) y podrán permanecer en silencio y orar
juntos.
ORACIÓN:
¡Jesús de Nazaret, y se me conmueven las entrañas y el
corazón
¡Hijo de Dios Padre, Hijo de la Virgen
María! al verte desnudo y sujeto por tres
clavos
Eres desconcertante, eres
sorprendente. al terrible madero de la cruz.
¿No bastaba el abajamiento de, siendo ¿Qué has hecho, Jesús, para estar en
Dios, hacerte hombre? ese suplicio,
O ¿no era suficiente el que sólo los grandes malhechores se
empequeñecimiento de que tu Cuerpo “merecen”?
entregado y tu Sangre derramada se
Me remueve por dentro tanto
quedaran bajo las apariencias
abajamiento,
del pan y del vino, símbolo de lo más
tanta humillación, tanta traición y tanto
cotidiano?
dolor.
¡Cristo, escondido en el pan y en el
¿Por qué, Señor, por qué?
vino!
¡Cristo clavado en la cruz!
Eres sorprendente, eres
desconcertante. De verdad eres desconcertante.
Me desconcierta, sí, me desconcierta Te podías haber bajado de ese patíbulo,
pero no quisiste. Preferiste morir en él y me dice: ¿Sabes por qué todo esto?
y,
Porque te amo y os amo, y mendigo
antes de entregar tu espíritu, vuestro amor.
aceptaste pasar tres horas llenas de ¡Calla ya, Jesús, calla! Acabo de
una gran amargura, enterarme del todo. Sí, del todo.
de oscuridad, de abandono, de injurias, ¡Gracias, Jesús, muerto en la cruz!
de dolores insufribles.
Te entregaste por mí,
¿Señor, por qué, por qué?
ahí tienes mi vida para amarte y ayudar
¡Cristo muerto en la cruz! a otros a amarte,
Al mirarte y verte así, sin una gota de porque amor con amor se paga.
sangre en tu cuerpo,
Por intercesión de tu Madre,
acabo de oír tu voz humano-divina que
me contesta
hazme fiel como Ella lo fue al pie de la
cruz. Amén.
CANCION: Adoraré
VIERNES SANTO CON EL LEMA

Hoy es el día de tomar PARTE, cada uno de nosotros, de forma individual: Toma PARTE
en el juicio y en la muerte de Jesús, no puedes quedarte indiferente… Él se PARTE en la
cruz por ti y este hecho radical no debe menospreciarse, ya que tú formas PARTE de su
plan… Todos formamos PARTE de algo: de nuestro cuerpo, de nuestra clase del instituto,
de nuestra familia, de nuestra parroquia, de nuestro país, de nuestra fe… Pero somos
PARTE de todo esto con todas las consecuencias: con el descanso corporal y los dolores
de cabeza, con las excursiones de clase y los exámenes semanales, con los cumpleaños
de los familiares y las discusiones de casa, con la ilusión de la población y el desengaño
de la sociedad, con las alegrías de la fe y las penas de los momentos más duros… Pues
bien, actuemos en consecuencia a aquello de lo que formamos PARTE: cuidémonos,
organicemos bien el tiempo, cuidemos nuestras relaciones, ayudemos a formar un
mundo mejor y vivamos según nuestros principios…
TEMA: ¿Quién lo mato?

Se reúne a todos los chavales en el comedor y se escenifica un juicio real del que
formarán parte del jurado y tendrán que decidir si los acusados (que son personajes
históricos) resultan culpables o inocentes.
No sé si somos conscientes de lo
que vamos a celebrar hoy: la
ejecución de una pena de muerte…
Nos estremecemos cuando
escuchamos la noticia que en
EE.UU. un nuevo preso del
corredor de la muerte va a ser
ejecutado o cuando escuchamos
que una mujer va a ser enterrada
viva por no sé qué argumentos… Y
sin embargo, algo parecido vamos
a celebrar nosotros en el día de
hoy… Esta vez no tendremos
inyección letal, ni silla eléctrica…
Esta vez es una muerte distinta, pero cruel y brutal también… Una muerte en Cruz…
¿Se puede celebrar esto? ¿Quién puede celebrarlo? ¿Os podéis imaginar cómo se
tuvieron que sentir el propio Jesús y aquellos que le seguían? ¿Fracaso, miedo…? El Hijo
del Padre, ¡condenado a morir en una Cruz! ¡Menuda “prueba” les ponía Dios!
Ojalá pueda hoy descubrir a Jesús en lo alto de la cruz. A ese Jesús humano… que sufre…
que a pesar de todo se ofrece a su Padre, confiando plenamente en Él… Y ojalá pueda
descubrir qué es lo que Jesús me pide hoy a mí con su ejemplo y con su entrega…
Esta tarde de Viernes Santo, sólo con estar junto a la cruz con los ojos cerrados y el
corazón abierto, podría aprender muchas cosas…
INTRODUCCIÓN DEL JUEZ
Señores, acabamos de presenciar la muerte de Jesucristo, sin duda alguna la muerte más
famosa de toda la historia.
A Jesús de Nazaret no le mató ninguna pandilla callejera, ni ningún grupo de
ultraderecha, ni ningún loco… Como ustedes han visto, la muerte de Cristo no fue un
asesinato clandestino realizado en la obscuridad de la noche, sino que fue el resultado
de una sentencia judicial pronunciada en una corte de justicia como esta.
La ejecución de la sentencia ocurrió a mediodía, un día viernes.
El acusado murió tres horas después.
Pero bueno, lo que interesa ahora, es saber ¿QUIEN LO MATÓ? o quién o quiénes tienen
la culpa de su muerte… Sería muy fácil decir que aquellos que atravesaron sus pies y sus
manos con clavos, aquellos que hicieron posible que su cruz se mantuviera en pie… pero
no podemos culpar a estos simples soldados. Es demasiado evidente que los culpables
eran otros.
Entonces, para juzgar mejor lo que pasó, quiero pues llamar nuevamente a las personas
principales que tuvieron algo que ver en la condena de Jesús de Nazaret.
Todos ustedes que están aquí presentes, van a ser el Jurado. Dirán frente a cada acusado
si lo encuentran culpable o no, después de haberlo escuchado y de escuchar también su
Defensa y las acusaciones del Señor Fiscal.
Les advierto que no deben dejarse influenciar por algún parentesco que ustedes puedan
tener con los acusados; guíense solamente por el amor a la verdad. Les notifico que su
silencio, será interpretado como una acusación de culpabilidad; es imposible ser neutral
a la hora de llevar a un hombre al matadero… no se puede permanecer callado o
indiferente ante un acontecimiento de tanta importancia como es la de la crucifixión del
Hijo de Dios.
Yo como Juez, aceptaré sin discusión su decisión… En sus manos queda la
responsabilidad… Así pues, se abre la sesión. ¡Llamen a los acusados!
JUICIO A PONCIO PILATO
¡Señores del jurado! este hombre es inocente. Actuó bajo presiones muy fuertes...
¡Pónganse en su lugar! ¿Quién de ustedes no hubiera actuado igual? Ir en contra de los
demás puede traer problemas. Y si no, piensen cómo actúan ustedes cuando piensan de
forma distinta a sus amigos: ¿son capaces de defender lo que creen o se dejan llevar por
no ir contracorriente? ¿Cuántos de ustedes no empezaron a beber o a fumar porque los
demás lo hacían, para no ser diferente? ¿O quienes hacen “pellas” para no ser
rechazados por el resto, para no ser considerado como el “empollón” de la clase? ¿Acaso
no ocultan su implicación en la parroquia? Todo por no ser valientes…
Y, aún más, sean sinceros ¿cuántas veces, como Pilato, no se han lavado las manos ante
las injusticias que les rodean en su vida cotidiana: cuando desprecian a un compañero
en el instituto por ser gordo, inteligente, o diferente… cuando presencian una paliza o
un abuso de un grupo de niñatos racistas a un inmigrante… cuando en casa pasas ante
una discusión en la que tienes algo que aportar… ¿Pringarse, para qué?
Y en un futuro, ¿quién de ustedes no sentirá miedo cuando vayan a denunciar cualquier
cosa por defender la justicia? El temor a quedarse sin trabajo, el pensar en la familia y
los hijos, ¿no nos obliga a guardar silencio ante las injusticias que vemos?
En todas estas ocasiones unas palabras o unas acciones hechas por ustedes eran
necesarias para hacerse solidarios con los que estaban sufriendo estas injusticias, pero...
Los riesgos eran demasiado grandes y prefirieron no hacer nada: exactamente como
Pilato, a quien ahora ustedes van a juzgar.
Señores del jurado, si ustedes condenan a este hombre, ustedes mismos se condenan...
JUICIO A HERODES
Señores, éste hombre es inocente. Ni siquiera fue él quien juzgó a Jesús... Y no lo vamos
a condenar por lo que pudo hacer o dejó de hacer... ¿Acaso a ustedes les gusta meterse
en problemas? Sí, es cierto que algo podría haber hecho Herodes, pero al igual que
ustedes en sus vidas… ¿Cuántas veces no hemos pensado en “sí, algo podría haber
hecho”, pero han pasado…? Cuando van en el metro, o en el bus y alguien se les acerca
pidiendo… cuando la parroquia pide ayuda para limpiar, organizar algún festival o para
hacer algo que no les apetece… cuando en casa hay que echar una mano… ¡Pasamos!,
hacer algo, significa comprometerse y bufff… yo es que ahora mismo tengo muchas
cosas, mucho que estudiar, una pareja a la que cuidar, disfrutar de la vida ya que soy
joven…
¿Qué hacen ustedes cuando en el instituto, en el barrio o en casa, alguien les pide un
favor? Mejor díselo a otro... Y así ustedes no se meten en líos... ¿No es cierto?
Y cuando hay que asistir a la parroquia para ir al grupo o hay que ir a visitar a los
familiares enfermos o cuando hay que ayudar a un amigo porque no entiende el
temario… ¡Mejor nos quedamos en la casa viendo el fútbol, la novela o simplemente la
televisión... ¡Así no nos comprometemos, ni nos complicamos la vida!
JUICIO A ANÁS Y CAIFÁS
Señores estos
hombres son
inocentes, hicieron lo
que tenían que hacer
como alto dirigente del
Templo.
Si ustedes los
condenan tendrán que
condenar, hoy, a esos
“católicos de toda la
vida que solo se
preocupan del culto de
la casa de Dios", pero
que olvidan los
problemas del pueblo,
del pobre, del
oprimido, porque no les interesan o no se dan cuenta... Aquellos que tienen alianzas con
los poderosos y conviven con los ricos sin mirar más allá de sus muros...
Y seguramente tengamos que incluirnos a nosotros mismos entre esos “católicos que no
actúan con coherencia”, por lo que también tendríamos que condenarnos a nosotros
mismos ya que ni siquiera cumplimos con los mínimos de nuestra fe… ¿Vamos a Misa
los domingos, dejamos limosna, ayudamos al prójimo? Y tantas veces pensamos que
todo lo que hacemos es suficiente para ser cristianos y ni siquiera somos capaces de
entender que no somos cristianos sólo los domingos por la mañana, si no que somos
cristianos todos los días de la semana... Cómo, ¿entonces, vamos a condenar a estos dos
hombres, si con nuestra actitud estamos de acuerdo con lo que dicen?
JUICIO A JUDAS
Señores, este hombre es inocente… Solo tuvo algunas pequeñas diferencias con el
Maestro… Es un hombre mediocre incapaz de hacer mal o de tratar de matar a alguien...
Se podría decir que es una buena persona, que dejó su familia, sus amigos, sus cosas
para seguir a Jesús… No lo deben olvidar… Él no sabía que lo mataría, fue engañado por
los sacerdotes y los fariseos... Se vendió por unas monedas porque se había sentido
desplazado en el grupo de los discípulos… pero, ¿acaso ustedes no actúan con rencor
cuando se sienten desplazados o aislados del grupo de amigos o en su propio entorno
familiar?
Judas Iscariote sintió que sus opiniones ya no eran aceptadas, ¿van a culparle entonces
por eso? ¿Cómo actúan ustedes cuando no escuchan sus ideas, cuando no están de
acuerdo con sus pensamientos en un grupo del instituto o de la parroquia? Volverán a
insistir ustedes mismos diciendo “se vendió por unas monedas”, pero y ustedes, ¿no se
venden por muchas otras cosas: ¿por ser reconocidos por los demás, por ser el centro
de atención, por sacar las mejores notas, por obtener una paga? O, por otro lado, ¿quién
de ustedes no ha recibido alguna recompensa por ciertas noticias, ciertos comentarios,
por denunciar o firmar un papel, por dar un voto o por guardar silencio ante alguna
injusticia o atropello? ¿Acaso en sus ambientes han sido del todo limpios y buenas
personas? En el instituto, copiando en los exámenes, en el trabajo subiendo de puesto
pisando a los demás, en el grupo de amigos intentando ser mejor que otros, haciéndoles
a un lado, perjudicándolos, en el grupo de la parroquia, si nuestras ideas son aceptadas,
si somos importantes, la cosa marcha, pero en el momento que somos cuestionados,
que otros son más importantes que nosotros, entonces aquello no funciona y entonces,
o no vamos o empezamos a desprestigiar al grupo... ¿Esto no es traicionar a Cristo,
traicionar a nuestros amigos, a nuestros compañeros de trabajo, de grupo?... Para usar
una expresión del mismo Cristo: ¡Quién se sienta libre de culpa, que tire la primera
piedra!
CONCLUSIÓN DEL JUEZ
Compañeros, compañeras: A todos ustedes ha correspondido hoy día el papel de Jurado.
Ustedes no yo, -ni el fiscal- han juzgado a Poncio Pilatos, a Herodes, a Judas Iscariote y
a los Sumos Sacerdotes.
El juzgar la culpabilidad o la inocencia de personajes históricos, no es quizá tan fácil
como muchos de ustedes pueden haber pensado.
Si lo que dijo antes Judas Iscariote: -"la mayor parte de la población del mundo es
culpable de recibir sobornos"- es cierto, cuánta más culpabilidad existe, por ejemplo en
torno al crimen de los soldados romanos de callar y silenciar una conciencia... ¿Quién de
nosotros no lo ha hecho y no lo está haciendo cada día?
Si hay algo en común entre todos los prisioneros que han aparecido entre ustedes hoy
día, y nosotros aquí presentes, es precisamente eso: que nuestra vida consiste muchas
veces en silenciar lo más precioso de nuestro ser, lo que más nos distingue de los
animales brutos y del resto de la creación.
Señores del Jurado, no podemos irnos tranquilamente a nuestras casas y a nuestros
quehaceres pensando solamente en que los personajes que aquí se presentaron fueron
culpables de la muerte de Jesús. Es claro que sí tuvieron mucha culpa, pero: ¿Dónde
estaban los apóstoles? ¿y todas aquellas personas a las que Jesús ayudó? ¿dónde se
metieron cuando Jesús fue tomado preso y juzgado? El pueblo que lo clamaba y lo seguía
por los milagros que hacía ¿dónde quedó? ¿qué dijo Jesús, el que no está conmigo está
contra mí?
De igual forma, hoy día somos testigos de muchas injusticias, de la pobreza en la que
viven muchos de nuestros hermanos, del abuso de gente poderosa que se aprovecha de
sus puestos, de sus influencias, del poder y de su dinero para oprimir.
Y, ante todo esto, ¿qué hacemos los cristianos? ¿Cómo luchamos para impedir la
injusticia, la pobreza, el egoísmo, la mentira…?
Termino este proceso pidiendo al Todopoderoso que nos haga comprender que la lucha
principal de la vida es la de escuchar atentamente la voz de la conciencia personal y
colectiva, sin la que los sueños de la humanidad permanecerán como meros sueños, sin
posibilidad de realización.
REFLEXIÓN POR GRUPOS
Acabamos de vivir un juicio
actualizado de nuestro amigo
más querido y se ha expuesto
sobre la mesa, la deformidad de
nuestra sociedad:
¿Cuándo hemos actuado como
los personajes del juicio? ¿Con
qué personaje me siento más
identificado? ¿Y yo, soy culpable
o inocente de la muerte de
Jesús? ¿Qué hubiera hecho yo si
hubiera estado allí?
Vivimos en una sociedad que no quiere enfrentarse a la cruz que buscando el placer sin
límite y el bienestar personal renuncia a cosas tan importantes como el sacrificio, el
esfuerzo y la constancia.
En esta sociedad lo que prima son los valores del microondas, la aspirina y el clínex.
El microondas: nos habla de una sociedad que todo lo quiere aquí y ahora, rápidamente,
que no haya que esperar y que no haya que esforzarse, que se consiga todo con la
velocidad del microondas y que además no cueste ningún trabajo. Frente a eso, la Cruz
de Jesús nos propone otro camino, el del esfuerzo por perdonar aún en el dolor; el de la
espera paciente a la muerte por amor, el de la entrega cotidiana, diaria con paciencia y
a veces no obteniendo los resultados esperados. Esa es la cruz que adoramos.
La aspirina: no estamos acostumbrados a sufrir, en cuanto notamos una pequeña
molestia, en seguida recurrimos a la aspirina para que nuestro dolor desaparezca.
Cuando algo nos molesta lo apartamos, cuando algo nos duele, aunque sea en nuestra
imagen o nuestra fama, en seguida recurrimos a la aspirina para que todo esté bien, y
tan “a gustito”. Frente a esto la cruz de Jesús nos propone el sufrimiento, pero no por el
sufrimiento mismo, sino por amor; la entrega dolorosa en lo que no gusta y cuesta, sin
tranquilizantes ni analgésicos en su cruda dureza y hasta el final, sin límites. Esa es la
cruz que adoramos.
El clínex: nos dice cómo son las relaciones y los compromisos de hoy, es decir, de “usar
y tirar”. Hemos sustituido el pañuelo de tela que se mancha y es un engorro por el
“clínex” que se tira en cuanto que se usa. Y lo peor es que eso se pasa a las personas:
noviazgos, amistades, familia… Todo entra en esa categoría de usar y tirar… Frente a
esto, la cruz de Jesús nos habla de compromiso, compromiso hasta el final, hasta dar la
vida, y hasta darla toda, no es de usar y tirar, es para siempre, una expresión que da
pánico porque no entra en nuestras categorías. Esa es la cruz que adoramos.
ORACIÓN
Señor Jesús a no ceder a la tentación del microondas
te queremos pedir y buscar hacer las cosas sin esfuerzo;
que hoy nos hagas capaces a no ceder a la tentación de la aspirina
de no apartar la mirada de la Cruz, y rehuir el dolor de amar hasta dar la
vida;
de buscarte en ella y encontrarnos
a no ceder a la tentación del clínex
con tu rostro que nos pide
y rehuir a un compromiso serio.
que seamos capaces de abrazar tu Cruz
Danos Señor la entereza de tu entrega
y seguir la senda que tu empezaste.
para que hagamos vida lo que tú hiciste
Ayúdanos a salir de nosotros
por nosotros.
y darnos sin límite
ADORACION DE LA CRUZ
AMBIENTACIÓN: Cruz, corona de espinas, soga, clavos, martillo, flores naturales,
pétalos
INTRODUCCIÓN
Seguramente muchos de vosotros habréis vivido algún momento lleno de dificultad y
tristeza, como puede ser un entierro… Pues bien, ahora mismo vamos a celebrar el
entierro de Jesús, vamos a rezar por la humanidad entera, ante la muerte del Hijo de
Dios y vamos a adorar su Cruz.
Al igual que en cualquier entierro, hay flores, símbolo de la belleza natural y la caducidad
humana. En este sentido os entregamos un pétalo a cada uno para ofrecerle al Señor
todo lo bueno que tenemos dentro, pero siendo conscientes de nuestra temporalidad y
nuestros límites.
CANCIÓN: Ven y descánsate
REFLEXIÓN
Hoy es un día triste. Hoy se nos invita a meditar y rezar junto a la cruz de Jesús. Podemos
pensar que quizá los cristianos somos masoquistas porque adoramos una cruz, un
instrumento de tortura y de muerte. Pero no es cierto. En la cruz encontramos el camino
de la vida, el camino del amor. Jesús empezó un camino que sus seguidores debemos
seguir. Comenzamos recordando el amor que nos tiene con la señal que nos identifica
como cristianos: En el nombre del Padre…
Hoy de alguna forma hemos muerto. Esta noche debe morir en nuestro interior
cualquier pensamiento o acción que impida nuestra plena felicidad. Jesús en el día de
su muerte nos quiere ayudar a levantarnos, a salir de todas las situaciones de muerte en
las que vivimos muchos de los jóvenes de hoy día:
(Se lee cada frase y se deja un pequeño tiempo de silencio para la reflexión)
• De la mentira: con la que muchas veces nos engañamos a nosotros mismos y a los
demás.
• De la falta de generosidad: para estar dispuestos al servicio generoso y desinteresado
a los demás.
• Del orgullo: que me hace creerme más que los otros y me impide acercarme a aquel
que me ha ofendido.
• De la falta de fe: pues ya hay muchos falsos dioses que me impiden reconocer al único
y verdadero Dios.
• De las adicciones, que nos controla cuando creemos que la controlamos. Que nos hace
pensar en ella incluso cuando no la deseamos. Y así nos convertimos, sin aceptarlo, en
sus esclavos.
• De la impureza: que me hace menos limpio de corazón.

• Del egoísmo: que me impide entregarme al bien de los demás, pues me hace
centrarme en mi mismo y en mis propios problemas y la búsqueda de mi propio
bienestar.
• De la desobediencia: a aquellas personas que lo único que buscan es mi bien.
• De la poca oración: al estar pensando en todo me olvido de quien es el todo, y así
descuido y abandono la relación personal con Dios.
• De la poca aceptación de mí mismo: De todas aquellas situaciones y circunstancias en
las que me ha tocado vivir y no las acepto porque no son “como las de todo el mundo”.
(Cantos y tiempo de silencio)
VIDEO: Si hubiera estado allí
https://www.youtube.com/watch?v=0H4RlErfAW4
CUENTO: “El precio de la salvación”
Un párroco muy querido presento a su feligresía un señor, explicando que era su amigo
más querido de la infancia y que deseaba darle unos minutos para que les saludara y
compartiera con ellos lo que él sintiera que fuese apropiado.
El señor miró con cariño a todos y comenzó: "Un padre, su hijo, y un amigo del hijo
navegaban en el Pacífico, cuando una tormenta los sorprendió haciendo imposible todos
los intentos de regresar a la costa. Las olas eran tan altas que, aunque el padre era un
navegante experimentado, no pudo dominar el velero y los tres fueron arrastrados mar
adentro."
El invitado titubeó por un momento, haciendo contacto de ojo con dos jóvenes, que por
primera vez desde que el servicio comenzó, empezaron a lucir un poco más interesados
en su historia. Continuó con su historia: "Después de unas 4 horas de intensa lucha por
mantenerse a flote, una gigantesca ola barrió la cubierta con una fuerza brutal. Los dos
jóvenes fueron echados al mar. El padre, agarrando la soga de rescate, tuvo que hacer
la decisión más difícil de su vida: A cuál de los dos muchachos le iba a tirar la soga. Tenía
nada más unos segundos para hacer su decisión. El padre sabía que su hijo era cristiano
y que su amigo no. La agonía de su decisión era mayor que el ímpetu de las olas. El padre
le gritó a su hijo, ¡te amo, hijo mío!', y le tiró la soga de rescate al amigo. Cuando volvió
por su hijo, este había desaparecido bajo las olas en la noche oscura. Por más que lo
buscaron, nunca apareció. Ni siquiera se encontró jamás su cuerpo."
Mientras los jóvenes sentados derechitos en el banco, estaban ansiosamente esperando
las próximas palabras. "El padre," continuó, "sabía que su hijo iba a estar en la eternidad
con Jesús, pero temía por el destino del otro joven que no conocía a Jesucristo. Es por
eso que decidió entregar a su hijo para salvar la vida del amigo de su hijo. ¡Qué grande
es el amor de Dios que hizo lo mismo por nosotros! Nuestro Padre Celestial sacrificó su
Hijo único para nuestra salvación. Yo les suplico que acepten la oferta de rescate y
agarren la soga de vida que Él les está ofreciendo en este mismo momento."
La Iglesia quedó en profundo silencio. A la salida, los dos jóvenes se acercaron al anciano
y uno le dijo: "Fue una bonita historia, comprendo que ayuda a entender el amor de Dios
al entregar a Su único Hijo por cada uno de nosotros. Pero no creo que fue muy realista,
que un padre entregase la vida de su hijo con la esperanza que el otro se convirtiera al
Cristianismo."
"Bueno, comprendo lo que dices", el anciano replicó. Quedó entonces en silencio
mientras de su mejilla corría una lágrima. "No parece muy realista", continuó diciendo.
Miró entonces serenamente a los jóvenes, su rostro al mismo tiempo reflejaba dolor y
un gran gozo. "De verdad que no fue muy realista, ¿cierto?" pero tengo algo más que
decirles. Queridos amigos, yo soy ese padre, y vuestro párroco era el amigo de mi hijo.
GESTO: Al inicio de la oración, se les ha entregado unos pétalos, tendrán que levantarse
y dejarlos al pie de la cruz, al ir a adorarla, pensando en una persona, que esté pasando
un mal momento, y que necesite ese rato de oración, para su salvación.
(Cantos mientras se realiza el gesto)
Sábado Santo
9:00 Levantada
9:30 Oración de la mañana
9:45 Desayuno
10:00 Servicios
10:30 Presentación del día e hilo conductor
10:45 Presentación del desierto y 1ª meditación
12:15 Se juntan, explicación 2ª meditación.
Continuación del desierto / Tiempo para
Confesiones
14:00 Comida
15:00 Recoger y Tiempo Libre
16:00 Puesta en común desierto
16:30 Tema: La Resurrección del Señor. Reparte
esperanza. Reparte amor
17:15 Paseo por el pueblo.
18:45 Duchas
19:30 Preparación de la Vigilia Pascual y cantos.
20:45 Cena y recoger.
22:30 Vigilia Pascual
00:00 Fiesta (Máximo hasta las 2:30)
Sábado Santo
Día de la Semana Santa en el que la Iglesia católica conmemora a Jesús en
el sepulcro. El sábado Jesús yacía en su tumba para
el desconsuelo de los apóstoles que estaban
convencidos de que todo había acabado. Mientras
tanto, su madre recordaba las palabras del Señor
cuando predecía "Al tercer día resucitaré". En este
día tiene lugar una de las principales celebraciones
religiosas de todo el año: la Vigilia Pascual, que se
realiza luego de las 6 pm. La Vigilia es la más
grande y santísima noche del año, la celebración antigua más importante y
más rica de contenido. En ella se vela para expresar que los fieles siguen en
la espera, en la vigilancia y en la esperanza de la venida del Señor, del
cumplimiento del nuevo y definitivo paso con él.
DESIERTO
NOS SITUAMOS
Querido amigo:
Comenzamos un nuevo día: Sábado Santo. Un día para abrirnos al silencio y a la
Esperanza. Para confiar que es posible algo nuevo.
“El Sábado Santo la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor meditando su pasión
y muerte, y se abstiene del sacrificio de la misa, quedando por ello desnudo el altar hasta
que, después de la solemne Vigilia o de la expectación nocturna de la resurrección,
pueda alegrarse con gozos pascuales, de cuya abundancia va a vivir durante cincuenta
días”.
Esta nota que aparece en el misal explica

el sentido de este día. Hoy es un día de
serena expectación, de preparación
orante para la resurrección. Permanece
todavía el dolor, aunque no tenga la
misma intensidad que ayer. Los
cristianos de los primeros siglos
ayunaban tan estrictamente como el
viernes santo, porque este era el tiempo
en que Cristo, el esposo, les había sido
quitado.
La mejor manera de emplear hoy
nuestro tiempo es pasar el día en oración
y recogida espera, como nos sugiere la
liturgia en el oficio de lecturas que
recoge una antigua homilía:
“Un gran silencio envuelve la tierra; un
gran silencio y una gran soledad. Un gran
silencio porque el Rey duerme. La tierra
está temerosa y sobrecogida, porque
Dios se ha dormido en la carne y ha
despertado a los que dormían desde antiguo”
El misterio específico del Sábado Santo es éste: la ausencia del Señor. Esta ausencia la
percibimos en la liturgia a través de los siguientes elementos:
a) La privación de la Eucaristía. Siempre según esta lógica del misterio, es imposible la
Eucaristía en Sábado Santo, porque el Señor “no está”.
b) Tampoco se proclama la Palabra de Dios en la asamblea Eucarística. No hay Eucaristía,
no hay Palabra en contexto de Eucaristía a diferencia del Viernes Santo.
c) La experiencia del vacío. Cuando se nos muere un ser querido decimos que nos ha
dejado un vacío que no se puede llenar; la casa está vacía. El Sábado Santo es el
contacto con el vacío. Este vacío, que es sobrecogimiento, silencio y ayuno, es misterio,
y su vivencia es una celebración cultual en lo hondo.
ACTUAMOS: TEN EXPERIENCIA DE DESIERTO
Hoy sábado santo es día de espera. Somos esa roca, acopiada en el montón de las rocas
inservibles, a la espera para desempeñar alguna función. Hoy se nos invita a repartir.
¿Cómo repartir la espera o el silencio? Tal vez esto te parezca muy difícil o no probable,
pero quizás sí podemos repartir los frutos de ese silencio, los frutos de la esperanza que
Dios te de hoy repartir lo que saquemos de nuestros encuentros con nuestro Padre Dios
en este día. Para ello te proponemos un tiempo de desierto, de rato con Dios y contigo
mismo.
Busca en el Desierto la huella de Dios en tu vida. Vive la experiencia de la Espera, sin

prisas, sin nervios. Vive el Desierto como un Tiempo de Silencio, un Tiempo de Soledad,
de Encuentro y un Lugar de Reflexión. Esto no significa dormir, al revés, se te invita a
pasar unas horas con ese que te quiere y contigo mismo mirándote como él te mira con
todo el amor del mundo.
Aprovéchalo, por fin hoy tienes la oportunidad de reflexionar con sinceridad y en silencio
el rumbo de tu vida, pregúntate cómo está tu vida, como te sientes en este momento,
quizá esta experiencia cueste al principio, pero haz un esfuerzo, no te agobies, tranquilo,
tienes un largo momento de reflexión para ti mismo.
No olvides que lo importante no es acabar o hacerlo rápido, es “estar”, buscar,
descubrir…Pasear, sentarse, leer, rezar, orar.
El silencio del sepulcro nos lanza a mirar más allá de nosotros mismos: Dios puede hacer
lo que parece imposible.
Seguramente más de una vez te habrás sorprendido a ti mismo porque lograste lo que
parecía imposible. Esta Noche Dios sorprenderá a cielos y tierra haciendo de la noche
Resplandor...
¡Vive con intensidad! el día de hoy, puede darte claves importantes para tu vida...
Amigo, tú estás llamado a ser importante porque Dios te hace importante. Fíjate si eres
tan importante que por ti y por mí se entregó a la muerte... y ¡RESUCITÓ!
Primera meditación
Hoy te invito a acoger tres símbolos que te pueden ayudar a vivir esta mañana de
quietud meditativa. Que ellos te guíen para que permanezcas en paz y sobrecogido ante
la ausencia del Señor.
1. LA ARENA DEL DESIERTO O LA EXPERIENCIA DE LA SOLEDAD Y EL SILENCIO
Nada nos habla mejor de silencio y soledad que el desierto. Hoy es un buen día para vivir
el desierto: la sed, la prueba, el calor... aunque por qué no también la experiencia de
encuentro con uno mismo, con lo fundamental, con lo que es esencial. Con el Padre.
Texto para reflexión:
“JESÚS FUE EMPUJADO AL DESIERTO POR EL ESPÍRITU”.
La experiencia del “desierto” es un símbolo grandioso que nos habla de desapego, de
austeridad, de soledad, de lucha, de tentación. Todo esto tiene que ver con aquello que
nos prepara para seguir a Jesucristo hasta la Pascua, para vaciarnos de todo lo que no
sea de Dios.
Hay muchas clases de desiertos: geográficos, sociales, humanos, espirituales. Todos nos
hablan de marginación y dureza, de dificultad y de lucha; pero también de fe y
esperanza, de oración y compromiso. Y es buena noticia que Jesús fuera al desierto.
Quiere decir que estas experiencias están redimidas y pueden ser redentoras,
rescatadoras.
Y es buena noticia saber que Jesús fue al desierto no por caprichoso o curiosidad, sino
empujado por el Espíritu Santo. Casi resulta sorprendente. Jesús se sentía dominado
enteramente por esa Fuerza del amor de Dios. Y la fuerza se manifestaba con amor.
Movido por esta Fuerza-Amor, sería “enviado a evangelizar a los pobres... a dar libertad
a los oprimidos...”. Movido por esta Fuerza-Amor, expulsaría a los demonios y devolvería
la salud a los enfermos. Movido por esta Fuerza-Amor, denunciaría la injusticia y
entregaría su vida. Movido por esta Fuerza-Amor, se marcharía al desierto.
 ¿Qué cosas mueven mi vida? ¿Identifico que es la Fuerza-Amor de Dios? O

¿Son más bien, los miedos, prejuicios, amiguismos, la propia imagen, el
orgullo...? ¿Me atrevería a identificar que es aquello que mueve mi vida?
Esta permanencia de Jesús en el desierto es, por lo tanto, una respuesta de amor. El
entra en el desierto para dejarse envolver más por el amor del Padre, para meditar y
saborear la palabra que ha escuchado, para estar a solas con Dios.
La vida de un cristiano tiene sentido al ponerla en servicio de Cristo y de los demás. Esto
no siempre es fácil, ya que en nuestra vida cotidiana tenemos demasiados “ruidos”
como para escuchar lo que Dios nos quiere decir.
A veces se nos hace difícil comenzar a “callar”, pero si no nos paramos a observarnos,
no dejaremos que nuestro corazón nos deje hablar ni escuchar a Dios. Pero no olvidemos
que también sirve como tentación: tentación de querer huir…
 ¿quizá por nosotros mismos? ¿Quizá por miedo a sentirnos solos? ¿o quizá
por miedo a lo que nos vayamos a encontrar?
Todas las experiencias del desierto, escogidas o forzadas, deben ser experiencias de
amor. A través de ellas, de un modo o de otro, Dios te prepara para un encuentro con Él
con profundidad, para llevarte a una mayor libertad, y de ahí, probablemente, a un
mayor compromiso. Que quede claro, el desierto no tiene por qué ser un lugar terrible;
aunque no lo parezca, el desierto es un lugar de amor. Así se expresa Dios mismo: “Voy
a seducirle, le llevaré al desierto y le hablaré al corazón” (Os 2, 16-18). “Lo encontró en
el desierto... y lo cubrió, lo alimentó, lo cuidó como a la niña de tus ojos. Como un águila
incita a su nidada, revolotea sobre sus polluelos, así extendió sus alas y lo tomó y lo llevó
sobre sus plumas” (Dt 32, 10-11). Te conviene un poco de desierto, para que sientas el
cuidado y el cariño del Señor.
Pero el desierto también es lugar de búsqueda. Entrar en el desierto es penetrar en un
momento de búsqueda de nosotros mismo, con sinceridad.
Es absurdo que tengamos siempre una respuesta elaborada para todo lo que hacemos,
o que siempre haya señales que nos indiquen lo que tenemos que hacer o como pensar.
 ¿Quién soy yo? ¿Que busco? ¿Qué objetivo tengo en mi vida? ¿Qué sentido
tiene para mi ser cristiano?
En muchos pasajes de la biblia, el desierto aparece como símbolo de encuentro con Dios:
cuando Israel lo cruzó para llegar a la “tierra prometida”; y también cuando Moisés
descubrió su vocación de liberador. Abraham, lo dejo todo para descubrir el nuevo
mundo al que era llamado; fue lugar donde Juan se preparó para su misión, y también
donde Jesús tuvo que afrontar la pregunta: “Padre, ¿Qué quieres de mí?”
 Por eso, nosotros también tenemos que preguntarnos como Jesús: ¿Qué
camino sigue mi vida? ¿Es el que realmente quiero seguir? Y Dios, ¿lo tengo
presente en mis decisiones?
Pero el desierto también es lugar de prueba. No es lugar de turismo, sino de combate.

Se entiende. La sequedad, la soledad, el despojo, los recuerdos, las dudas... no tienes
ningún colchón donde descansar. Y surgirá la tentación. Irremediablemente surgirá:
sobre ti mismo, sobre tu misión, sobre tu obra, sobre tu imagen, sobre tu fe; y sobre los
demás, pero, sobre todo, sobre Dios.
 ¿Cuáles son tus tentaciones? ¿Pones a Dios a tu servicio? ¿Qué sentido

tiene para ti atravesar el desierto de la renuncia y de la búsqueda si puedes
ser feliz sin evangelio, sin cruz…?
El desierto es lugar de despojo y desprendimiento. Al adentrarnos en él, dejamos

anclada nuestra cómoda rutina, nuestros amigos, como Jesús hizo al retirarse cuarenta
días solo. Nos desnudamos al descubrir nuestra verdadera esencia, nuestro sentido de
vivir, lo que no mueve y descubrir nuestra “aridez interior”, nos despojamos de las ropas
que nos llenan de bienes materiales y de “suciedad”, mostrándonos tal como somos.
 ¿Cómo soy? ¿Me acepto o me disgusto? ¿Cuáles son mis cualidades? ¿Y mis
limitaciones? ¿Aceptas la realidad que tienes ante ti? ¿Eres alguien al que
querer y por qué?
El desierto también es lugar de respuesta, lugar de verdad. Jesús, ante la dura crisis a la
que se enfrentaba, acepto las palabras del Padre y las hizo suyas, dándolas un sentido y
llevándolas a la práctica de su consulta: “La palabra está cerca de ti, en tus labios, en tu
corazón…”
El cristiano confía, con sinceridad, en que la palabra del Padre es camino de liberación
interior. Su palabra es alimento para nuestra alma, para nuestro sentido cristiano.
En el desierto de nuestra vida, se nos juzga sobre nuestra sinceridad hacia Dios y su
Palabra: Aceptarla tal y como es poniéndola en práctica.
 ¿Buscas la verdad o te justificas fácilmente? ¿Utilizas la Palabra de Dios tal

y como es para tu vida o le das “algunos retoques”?
El desierto también es lugar de amor, lugar de soledad, de silencio. Pero por eso mismo
lugar de encuentro con Todo, con la Zarza ardiendo de Amor. Al final puede ser lugar de
respuesta, lugar de luz, lugar de encuentro.
Hoy en día, con nuestra sociedad tan agitada, sin tiempo, sentimos que la vida está llena
de tentaciones que esquivar. Por eso debemos preguntarnos: ¿Gano algo siendo más
honesto, más sincero, más fiel? ¿Soy capaz de dar más de mil a los demás?
A veces, las respuestas son PUFFF, que pereza… o, no me apetece… O mejor así, no
quiero problemas…o, ya hago lo que puedo…
Esto es el desierto, la prueba más viva de si somos capaces de centrarnos en Dios, en su
mensaje, en su Palabra. Un lugar donde se nos da un momento para preguntarnos sobre
el sentido de nuestra propia vida y poner en manos en Dios, nuestro corazón, dando una
respuesta sincera para ofrecérsela.
¿Cuál es tu respuesta final?
Textos que pueden ayudarte en la reflexión personal y que ponen de manifiesto que
la vida y la muerte de Jesús son signos de amor supremo.
Jn 15, 9-13; 17, 23 1Jn 3, 16; 4, 10 Rm 5, 8; 8, 32-35 2 Cor. 5, 14-15 Gál 2, 20
Ef 3, 19; 5, 2
Segunda meditación
2. El agua del bautismo o la experiencia de la serenidad y la expectación gozosa
Todos participamos en el misterio del sábado santo; San Pablo nos lo recuerda: “Fuimos
sepultados juntamente con él por el bautismo en la muerte, para que como Cristo fue
resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros caminemos
en una vida nueva” Rm, 6.
Al bautizarnos en Cristo, llegamos a tener una nueva esperanza de vida eterna más allá
de la tumba, porque leemos en 1 Corintios 15,22: "Porque, así como en Adán todos
mueren, también en Cristo todos serán vivificados."
TIEMPO PROPICIA PARA RENOVAR NUESTRO BAUTISMO
I. Bautizados en su muerte
Hemos sido bautizados en la muerte de Cristo. Quiere decir que el bautizado, si no es un
“hombre muerto”, sí debe entrar en un dinamismo de muerte.
Dinamismo de muerte significa, despojo, desapego, renuncia de sí, no querer vivir para
sí. Dinamismo de muerte significa aceptar el dolor y el fracaso, toda la parte de cruz que
me toque en el reparto cristiano-pascual. Dinamismo de muerte significa el sufrimiento
del hermano, el sufrimiento del mundo.
¿Quién puede decir que ha muerto con Cristo? Se puede decir de tantas personas
admirables, liberadas ya de todo orgullo, de toda violencia, de todo apego, de todo
egoísmo. Es el ideal evangélico, “no guardar la vida para sí, sino entregarla”.
Para reconocer la propia inmadurez cristiana, hemos de ser capaces de identificar los
obstáculos para el desarrollo. Vamos a ponerlo todo a los pies de Cristo crucificado y
sepultado, para clavarlos y sepultarlos allí, en la cruz y el sepulcro, para clavarnos y
sepultarnos con Cristo.
1. Orgullos y ambiciones, protagonismo y competitividades, incredulidad, dudas,
autosuficiencia.
2. Codicias y consumismo, caprichos y todo tipo de apegos y seguridades.
3. Conformismos y comodidades, miedos e irresponsabilidades, insolidaridad y
pacifismo barato.
4. Odios, resentimientos, envidias, violencias, , intolerancias, rechazos, infidelidades y
rupturas, todas las faltas de acogida y amor.
II. “Bautizados en su Resurrección”
Si hemos muerto con Cristo, ahora viviremos en él; ya no viviremos para nosotros
mismos, sino para Dios y para los demás. Ya no guardaremos la vida, sino la entregamos.
“En toda ocasión y por todas partes llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, para que
también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo” (2 Co 4, 10).
1. Si hemos crucificado y sepultado nuestros orgullos, seremos humildes, servidores.
Aprenderemos a lavar los pies a los hermanos.
2. Si hemos crucificado y sepultado nuestra autosuficiencia, seremos personas de fe, de
oración, abiertos a la superación y la trascendencia. Aprenderemos el significado del
Abba.
3. Si hemos crucificado y sepultado las codicias, seremos generosos, austeros, justos y
solidarios, aprenderemos lo que significa partir el pan.
4. Si hemos crucificado y sepultado nuestros conformismos, seremos comprometidos,
testigos, constructores de paz. Aprenderemos a ser profetas.
5. Si hemos crucificado y sepultado nuestros odios, seremos compasivos, amistosos,
cercanos, abiertos. Aprenderemos a vivir la comunión.
3. La piedra del sepulcro o la experiencia de la propia
Cristo se ha hecho solidario hasta el final con el hombre mortal (¿somos solidarios como
Jesús?). Solidario de su fracaso, de su silencio, de sus momentos de hundimiento, de los
momentos en que parece que ha triunfado el mal y la muerte (miremos hacia nuestra
propia experiencia). El sepulcro no va a ser la última palabra, pero es muy en serio. “¿Por
qué me has abandonado?
La bajada al “infierno” forma parte de la dinámica de la Pascua (¿Identificas tu

“infierno”?). Es muerte y liberación, descenso y ascenso en un movimiento unitario.
Cristo rompe el poder de la muerte y nos saca de “nuestros sepulcros”. Nos toma de la
mano (¿te dejas sacar de tus sepulcros?). La muerte ha sido vencida y sus llaves,
desparramadas.
De una manera o de otra, complementariamente, la comunidad cristiana contempla a
Jesús en el sepulcro, en su silencio, en su dolor, en su fracaso. Personalizando, ¿cuáles
son nuestros sepulcros, nuestros dolores, nuestros fracasos? Callamos y oramos.
Velamos. Ya sabemos que resucitará, pero mientras tanto tomemos muy en serio el
sepulcro de aquel que dio su vida por nosotros.
“YO MISMO ABRIRÉ VUESTROS SEPULCROS” (Ez 37, 12-14)
El profeta está hablando de una manera metafórica. Pero anuncia el cumplimiento de la
mayor esperanza humana, la victoria sobre la muerte. El Dios que nos sacó de la nada
nos puede también sacar de la tumba. Es la fuerza de su amor, la fuerza de su Espíritu,
que todo lo crea y todo lo recrea. Podemos cantar el himno de victoria más importante.
Ya nadie va a morir del todo, porque Dios puede abrir nuestros sepulcros
NUESTROS SEPULCROS
No debemos pensar sólo en la muerte biológica, Hay muchas maneras de morir antes
de esa muerte. Cada uno puede conocer su sepulcro o la parte de sepulcro que está
preparando. Porque en estas muertes se pueden dar grados.
El sepulcro del egoísmo: El ego es nuestro principal sepulcro. Todo lo que significa culto
al yo, todo tipo de egolatría, narcisismo e individualismo. Es la incapacidad para la
relación abierta y generosa. Es el corazón solitario, “que no es un corazón”. El que se
encierra en sí mismo, se asfixia, se muere. En el fondo es el sepulcro del no-amor. Lo
sabemos: todo el que no ama está muerto. El que no ama, no vive, no es.
El sepulcro de la rutina: fácilmente nos acostumbramos a lo de siempre, empezamos a
ser conservadores, porque resulta más cómodo. Empezamos a perder fuerza, capacidad
de renovación, de conquista. La tibieza. Es la esclerosis. Terminas por perder la ilusión y
esperanza. Es la muerte.
El sepulcro del miedo: Ya no te fías. Quizá has sufrido muchos desengaños y no pocos
fracasos. Has perdido confianza en la vida, en la gente, en ti mismo. Empiezas a ser
pesimista y ver siempre los aspectos negativos de todo. Tienes miedo a cambiar, de
iniciar una nueva relación, un nuevo proyecto, una nueva conquista. En el fondo estás
perdiendo la fe. Fe en ti mismo, fe en los otros, fe en la vida, fe en Dios. Y si expulsamos
la fe de casa, por la puerta que sale se nos cuela el miedo.
El sepulcro de la tristeza: la tristeza viste el alma de crespones negros. Si nos
contagiamos de tristeza, palidece la vida, empieza el otoño. Si se apodera la tristeza,
perdemos la comunión con la vida. La vida no es un placer, se convierte en una carga,

una losa insuperable. Es la muerte.
Tantos sepulcros: Podríamos referirnos a los sepulcros del vicio, de las esclavitudes
íntimas, del consumismo desenfrenado, de la ignorancia, del paro, de la cárcel, de otras
faltas de libertades. De enfermedades crónicas. Podríamos referirnos, también, al
sepulcro gigantesco y vergonzoso de la miseria, provocada por la injusticia y la
insolidaridad.
Todos los sepulcros que construyen nuestros pecados. ¿Quién nos librará de nuestros
sepulcros? “¡Pobre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo que me lleva a la muerte?
¡Gracias sean dadas a Dios por Jesucristo nuestro Señor” (Rm 7, 24-25)
¿Cómo celebrar la Pascua del Señor en mi vida si no quiero salir de mi sepulcro? ¿Por qué
no quiero salir de mi(s) sepulcro(s)? ¿Es que no soy capaz de identificar cual(es) es(son)
mi(s) sepulcro(s)? Si estoy creado para Vivir y realizar de mi vida algo hermoso ¿qué
espero para salir de mis sepulcros?
4. María, la mujer que conservó la fe.
En todo este caminar del sábado santo alguien nos acompaña y nos guía. María, la que
se mantuvo firme, serena, expectante. Ella ya era experta en guardar las cosas en el
corazón aquel primer sábado santo, cuando todos andaban temerosos y cabizbajos,
cuando todos dudaban y se sentían fracasados.
Ella fue la mujer que vivió en silencio, que se mantuvo pendiente del sepulcro, que
esperaba encontrarlo vacío; ella la que se dejó invadir por el Espíritu, la mujer creyente
será quien nos conduzca en nuestro desierto, nuestro silencio y nuestra gozosa
expectación de hoy.
Pues ella es amor, ese amor que es imprescindible para avanzar como cristiano, para
evolucionar en nuestro interior y llegar a conseguir las metas que nos proponemos.
 En la carta a los Corintios (Cor.16.14) podemos destacar la frase “Todo lo
que hagáis, hacedlo con amor” Y es el claro ejemplo que María vivió esta
espera con amor y es esa actitud que debemos tomar nosotros para hacer
fructífero este desierto. ¿Me gusta amar o soy más de “que me amen
primero a mí”?
María nos enseña a amar a las personas tal cómo son, a los que nos rodean. Sabemos
que no es fácil amar a personas egoístas o complicadas, a ese amigo que te trata mal o
el que quiere sobresalir pisoteándote… en definitiva, es difícil amar a todo el mundo:
pero como madre nuestra que es, es su recomendación y así nos lo recordó Jesús en el
mandamiento más importante.
¿Qué personas te son más difíciles de querer? Imita a Jesús y quiérelas las que más.
 María amó a Dios hasta tal punto de no dudar en su respuesta ante la
anunciación. Es duro ver morir a tu hijo y no poder hacer nada ante la
injusticia… ¿Te haces una idea lo que es entregar lo más preciado que
tienes? Eso sí que es amor. Ahora nos toca amar a Dios, como María lo hizo.
¿Y en qué consiste esto? En recibirlo en nuestro corazón y hacerlo presente
en cada decisión. Confiando en él y aceptando el destino que nos tiene
preparado, sin dilación, sin una religión sin retoques… Él es nuestro padre
y quiere lo mejor para nosotros… pues entonces ¿por qué no le dejamos
que actúe? Debemos reconocerlo y buscarlo en nuestro interior.
Él sabe que somos débiles y nos dejamos arrastrar por las tentaciones que a corto plazo
nos llenan de felicidad, pero la verdadera felicidad está en encontrar a Dios. ¿Te cuesta
amar a Dios? ¿Por qué?
 María también nos enseña a amarnos a nosotros mismos puesto que si no
nos queremos primero nosotros, no podemos llegar a querer a otros y
mucho menos a Dios. Debemos querernos y sernos fieles a nuestra
felicidad ¿Y cómo sé si voy por buen camino? Jesús fue un gran ejemplo de
vivir en el amor, hasta tal punto de morir por cada uno de nosotros. María
nos anima a imitarlo y que, cada cierto tiempo, nos preguntemos: ¿Qué
haría Jesús en este momento? ¿Me valoro?
No ha sido un desierto fácil, ¿no? La vida del cristiano nadie dijo que fuera fácil pero sí
que es plena. Llegados a este punto, rescata el diamante interior de tu roca, ya no es
una roca del montón, dale el sentido que tenía inicialmente y házselo ver al mundo.
COMPARTIMOS
1. ¿Hay algo en mi vida

que me impide vivir
esta jornada de
desierto? ¿Pereza,
desgana...en
definitiva miedos
para tomarme en
serio el seguimiento a
Jesús resucitado?
2. ¿Qué has sentido en este desierto?
3. ¿Cómo lo has vivido?
4. ¿Qué parte es la que más te ha llamado la atención?
5. ¿Qué es lo que más te ha ayudado?
6. ¿Te has abierto, has dejado que la voluntad de Dios se haga en ti?
TEMA: LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR. REPARTE

ESPERANZA, REPARTE AMOR
Este es el día de la esperanza universal. El día en que, en torno al resucitado, se unen y
se asocian todos los sufrimientos humanos, las desilusiones, las humillaciones, las
cruces, la dignidad humana violada y la vida humana no respetada. Por eso es necesario
que repartas esperanza, que repartas confianza para que nadie se desaliente ante la
promesa que Dios nos hizo. María de esto sabe mucho, pídele consejo.
La Resurrección nos descubre nuestra vocación cristiana y nuestra misión: repártela a
todos los hombres. El hombre no puede perder jamás la esperanza en la victoria del
bien sobre el mal. ¿Creo en la Resurrección?, ¿la proclamo?; ¿creo en mi vocación y
misión cristiana?, ¿la vivo?; ¿creo en la resurrección
futura?, ¿me alienta en esta vida? Son preguntas que cabe
preguntarse.
OBJETIVO: vivir desde la perspectiva de las personas a las
que se le aparece Jesús la experiencia de la Resurrección
del Señor, presentar la resurrección como un hecho real, en
el que María es la única persona que aguarda con
esperanza la promesa hecha por Dios.
DINÁMICA INICIAL: para introducir el tema escuchamos la
historia de Ana y experimentar la alegría de encontrar a su Padre. El catequista lee la
historia.
LA HISTORIA DE ANA
Ana es una niña de Madrid, tiene 7 años, y es la más pequeña de la casa. Como cada
verano, cuando llega el mes de Julio, Ana junto con sus padres, abuelos y sus tres
hermanos mayores, se va a la playa de Valencia a descansar.
Todos los años alquilan el mismo apartamento, en primera línea de playa para relajarse
y por qué no, curiosear e inventarse la vida de los viandantes que a diario recorren el
paseo marítimo. A Ana y a sus hermanas les parece divertido.
Todas las mañanas, después de levantarse de la cama, desayunar y hacer los deberes
que su padre les prepara para que no se olviden de todo lo que han aprendido durante
ese curso en el colegio, Ana y su familia se bajan a la playa. Imaginaros todo lo que una
familia numerosa necesita, dos sombrillas, una silla de playa por cada miembro de la
familia, dos esterillas, la neverita donde su madre guarda la fruta y los refrescos para
media mañana, las palas, el cubo, el balón, la colchoneta, etc. ¡menos mal que todos
ayudan!
Cuando Ana y su familia consiguen hacerse hueco entre la multitud de sombrillas que
frecuentan las playas del mediterráneo, el padre de Ana se encarga de clavar la sombrilla
y dar instrucciones por si algún miembro de la familia se desorienta cuando sale del mar.
Toda la familia mira las sombrillas que tienen a su derecha y a su izquierda, de esta
forma, cuando alguno se despiste buscará las sombrillas que previamente tenían en su
cabeza. Pero claro, Ana tiene tan solo 7 años, a ella la suelen llevar de la mano y su
madre está muy pendiente de ella.
Va avanzando la mañana, son las 12:00 y el sol pega desde lo alto. Ana decide hacer
junto a sus hermanas un súper castillo de arena, la arena está excesivamente seca y
necesitan agua para moldear las torres. Ana coge su cubito de agua y se dirige al agua
frente a su sombrilla para llenarlo, pero como ve muchas algas va caminando por la orilla
en busca de una zona limpia, sin algas, hasta que finalmente rellena su cubo y deshace
el camino que había hecho para llegar allí. Pero se da cuenta que hay mucha gente
paseando por la orilla de la playa y por más que busca su sombrilla no la encuentra, se
ha desorientado. Ana, corre por la orilla sin ver un rostro conocido, la angustia recorre
su cuerpo, se siente indefensa, sola entre una multitud desconocida. Se pregunta si
volverá a ver a sus padres y hermanos. No sabe qué hacer ni a quién acudir, tan solo
tiene 7 años y su padre solo le había dado una indicación en el caso de que se perdieran
y no le estaba funcionando.
Mientras tanto, su familia no se percata de la situación hasta que su madre pregunta
donde esta Ana, todos se alarman al no ver a la niña. Se dividen para buscarla, su padre
busca en la parte norte de la playa, su madre la parte sur, y sus hermanas y abuelos
permanecen en las sombrillas por si Ana vuelve. Pasa media hora y Ana no da señales
de vida, angustiados empiezan a gritar su nombre. El Padre de Ana avisa a los socorristas
para que les echen una mano en su búsqueda.
Ana sigue caminando sola, nerviosa, a 40ºC bajo el sol esta sedienta y cansada y decide
pararse y descansar, ha perdido un poco la esperanza de encontrar a su familia. De
repente, dos hombres se aproximan hacia Ana. No distingue de lejos sus caras, pero
tenía la esperanza de que una cara conocida la recogiese y le llevase a casa. Ana fijo sus
ojos en aquellos hombres y rápidamente reconoció a su padre, acompañado de un
socorrista, tenía lágrimas en sus ojos.
La felicidad de Ana era plena, se sintió segura, y la angustia y la soledad ya no le
rondaban en su cabeza. Su padre la cogió en brazos y la llevó con el resto de la familia.
Seguro que Ana nunca olvidará este día.
 Comentamos la historia de Ana, si hemos tenido una situación similar, y qué

relación tiene esto con cómo se sintieron los apóstoles en la mañana de
Resurrección.
Hasta aquí hemos visto que seguir a Cristo conlleva darse como Él se nos ha dado (se
nos da en la Eucaristía) y servir (lavar los pies) a nuestro prójimo como él nos sirvió
(Jueves Santo). Coger nuestra cruz y seguirle conlleva nuestro propio monte calvario,
nuestra propia pasión por vivir como Cristo haciendo la voluntad del Padre (Viernes
Santo). Pero ¿todo se acaba aquí con la muerte? ¿Dios no actuó ante la muerte de Jesús?
EL SEPULCRO VACÍO (Mt 28,1-8), (Lc 24, 1-12), (Mc 16, 1-8), (Jn 20, 1-10)
El primer día, después del descanso del sábado y antes de que amaneciera, las mujeres
que hace tres días habían enterrado a Jesús, volvieron al sepulcro para embalsamar su
cuerpo. Grande fue su sorpresa cuando encontraron el sepulcro abierto y vacío: el
cuerpo de Jesús no estaba allí. La primera reacción fue de desconcierto y sorpresa: "Se
han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto"
Durante ese día también los discípulos andaban tristes y desconcertados: "Nosotros
esperábamos..." (Lc 24, 21-24) ¿Por qué buscar entre los
muertos al que vive? No está aquí, ha resucitado" (Lc 24,
5-6). En el marco de los acontecimientos de Pascua, el
primer elemento que se encuentra es el sepulcro vacío. No
es en sí una prueba directa. La ausencia del cuerpo podría
explicarse de otro modo (cf. Jn 20,13; Mt 28, 11-15). A
pesar de eso, el sepulcro vacío ha constituido un signo
esencial para todos. Su descubrimiento por los discípulos
fue el primer paso para el reconocimiento del hecho de la
Resurrección. Es el caso, en primer lugar, de las santas
mujeres (cf. Lc 24, 3. 22- 23), después de Pedro (cf. Lc 24, 12). "El discípulo que Jesús
amaba" (Jn 20, 2) afirma que, al entrar en el sepulcro vacío y al descubrir "las vendas en
el suelo"(Jn 20, 6) "vio y creyó" (Jn 20, 8). Eso supone que constató en el estado del
sepulcro vacío (cf. Jn 20, 5-7) que la ausencia del cuerpo de Jesús no había podido ser
obra humana y que Jesús no había vuelto simplemente a una vida terrenal como había
sido el caso de Lázaro (cf. Jn 11, 44).
 ¿Crees en la Resurrección de Cristo? ¿Cuáles son las dudas respecto a la
Resurrección de Cristo?
¿No te has preguntado si tenían esperanza de que Jesús volviera con ellos?
María es la única que mantiene la viva llamada de la fe, preparándose para acoger el
anuncio gozoso y sorprendente de la Resurrección. A pesar de que ha muerto y parece
que no se cumplirán las promesas que Jesús hizo,
María confía en el Dios de la vida y espera paciente.
El amor por su hijo le impulsa a vivir con esperanza
un tiempo de espera lleno de alegría porque sabe
que resucitará. ¿Te ves reflejada en María o te
cuesta creer las promesas que te hacen y ves que
no se van a cumplir?
María no se centra en el dolor porque sabe que su
hijo resucitara porque así lo dicen las Escrituras y
así se lo anunciaron. Al igual que Dios le hizo partícipe de traer a un niño que nos salvará
y nos llevará a la vida eterna.
El Señor Resucitado es la esperanza que no falla, que no defrauda (cf. Rm
5,5). La esperanza del Señor no defrauda ¡Cuántas veces en nuestra vida se desvanecen
las esperanzas, cuántas veces las expectativas que llevamos en el corazón no se realizan!
La esperanza de nosotros los cristianos es fuertes, segura, sólida en esta tierra, donde
Dios nos ha llamado a caminar, y está abierta a la eternidad, porque se funda sobre Dios,
que es siempre fiel. No debemos olvidar esto: Dios es siempre fiel, Dios es siempre fiel
con nosotros.
LAS APARICIONES DEL RESUCITADO
Así como el sepulcro vacío es un signo "negativo" de la resurrección de Jesús, sus
apariciones son el signo "positivo". Es decir, al ver el sepulcro vacío, podemos afirmar:
aquí no está el cuerpo muerto del Señor. Lo cual no quiere decir sin más que haya
resucitado, pues pudiera estar en otro lugar como en un principio pensaron las piadosas
mujeres.
Pero si eso lo unimos a las apariciones de Jesús resucitado, ya podemos concluir que no
sólo no está en el sepulcro donde lo habían enterrado, sino que está vivo, porque existen
personas que lo han visto.
Fueron bastantes las apariciones del Resucitado y muchas las personas que las
presenciaron. Ello nos certifica que los testimonios de la Resurrección no pueden ser
inventados, sino auténticos. Analizaremos el comportamiento y la actitud de algunas
de las personas a las que Cristo se apareció.
Comentemos en el grupo:
1. ¿Cuántas apariciones de Jesús resucitado podemos recordar entre todos? ¿Cuál de
esas apariciones nos ha llegado más y por qué?
2. ¿Podemos nosotros ser testigos de la Resurrección de Jesús? ¿Cómo?
María Magdalena
María Magdalena y las santas mujeres, que iban a embalsamar el cuerpo de Jesús (Lc 24,
1) enterrado a prisa en la tarde del Viernes Santo por la llegada del sábado fueron las
primeras en encontrar al Resucitado.
Es de destacar este hecho significativo: Jesucristo se aparece en primer lugar a las
mujeres, sus fieles seguidoras, y no a los discípulos, y ni siquiera a los mismos Apóstoles,
a pesar de que los había elegido como portadores de su Evangelio al mundo. Es a las
mujeres a quienes por primera vez confía el misterio de su resurrección, haciéndolas las
primeras testigos de esta verdad. Quizá quiera premiar su delicadeza, su sensibilidad a
su mensaje, su fortaleza, que las había impulsado hasta el Calvario. Quizá quiere
manifestar un delicado rasgo de su humanidad, que consiste en la amabilidad y en la
gentileza con que se acerca y beneficia a las personas que menos cuentan en el gran
mundo de su tiempo. Es lo que parece que se puede concluir de un texto de Mateo: 'En
esto, Jesús les salió al encuentro (a las mujeres que corrían para comunicar el mensaje
a los discípulos) y les dijo: ¡Dios os guarde! Y ellas acercándose se agarraron de sus pies
y le adoraron. Entonces les dijo Jesús: No temáis. Id y avisad a mis hermanos que vayan
a Galilea; allí me verán. (Mt 28, 9-10).
El episodio de la aparición a María de Magdalena (Jn

20, 11-18) es de extraordinaria finura ya sea por parte
de la mujer, que manifiesta toda su apasionada y
comedida entrega al seguimiento de Jesús, ya sea por
parte del Maestro, que la trata con exquisita
delicadeza y benevolencia.
 ¿En alguna ocasión has sentido que no
entendías nada de lo que pasaba? ¿Has sido
capaz de confiar más en Dios en esos momentos
o has Sentido que Dios estaba más lejos?
 ¿Confías como María Magdalena o necesitas pruebas para creer?
 Como las mujeres, ¿has pensado mal antes de saber la verdad de lo que ocurría?
Los discípulos de Emaús
Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día a una aldea llamada Emaús…
Mientras conversaban… Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero
sus ojos no eran capaces de reconocerlo… Se sentó a la mesa con ellos, tomo el pan,
pronuncio la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo
reconocieron. Pero el desapareció. (Lc 24, 13-31).
El encuentro en el camino de Emaús, es un hecho que hace visible cómo se ha madurado
en la conciencia de los discípulos la persuasión de la resurrección precisamente
mediante el contacto con Cristo resucitado. Aquellos dos discípulos de Jesús, que al
inicio del camino estaban 'tristes y abatidos' con el recuerdo de todo lo que le había
sucedido al Maestro el día de la crucifixión y no escondían la desilusión experimentada
al ver derrumbarse la esperanza puesta en Él. Experimentan después una
transformación total, cuando se les hace claro que el Desconocido, con el que han
hablado, es precisamente el mismo Cristo, y se dan cuenta de que El, por tanto, ha
resucitado. De la narración se deduce que la certeza de la resurrección de Jesús había
hecho de ellos casi hombres nuevos. No sólo habían readquirido la fe en Cristo, sino que
estaban preparados para dar testimonio de la verdad sobre su resurrección.
 ¿Pasamos por alto la presencia de Dios? ¿en algún momento de tu vida hemos
tenido esa sensación de que Dios estaba con nosotros y no nos hemos dado
cuenta hasta pasado un tiempo, como les ocurrió a los discípulos de Emaús?
Hay una dificultad inicial en reconocer a Cristo por parte de aquellos a los que El sale al
encuentro, como se puede apreciar en el caso de la misma Magdalena y de los discípulos
de Emaús. Se le ama, se le busca, pero, en el momento en que se le encuentra, se
experimenta alguna vacilación... Pero Jesús les lleva gradualmente al reconocimiento y
a la fe. Signo de la pedagogía paciente de Cristo al revelarse al hombre, al atraerlo, al
convertirlo, al llevarlo al conocimiento de las riquezas de su corazón y a la salvación.
Simón Pedro
Volvieron del sepulcro y anunciaron todo esto a los once y a los demás…Ellos lo tomaron
por un delirio y no les creyeron. Pedro se levantó y fue corriendo al sepulcro. Asomándose
vio solo las vendas en el suelo. Y se volvió admirándose de lo sucedido. (Lc 24, 9-12)
Jesús se apareció en seguida a los apóstoles, primero a Pedro, después a los Doce. Pedro,
llamado a confirmar en la fe a sus hermanos, ve por tanto al Resucitado antes que los
demás y sobre su testimonio es sobre el que la comunidad exclama: "¡Es verdad! ¡El
Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!" (Lc 24, 34).
El hecho era asombroso para aquellos hombres que se encontraban ante cosas
demasiado superiores a ellos. La misma dificultad, que muestran las tradiciones del
acontecimiento, confirma su carácter extraordinario y el impacto desconcertante que
tuvo en el ánimo de los afortunados testigos. La referencia 'a la Escritura' es la prueba
de la oscura percepción que tuvieron al encontrarse ante un misterio sobre el que sólo
la Revelación podía dar luz.
 ¿Qué supuso para Pedro ver el sepulcro vacío? Ponte en su papel
Tomás
Es muy conocido el episodio de Tomás, que no se
encontraba con los demás Apóstoles cuando Jesús
vino a ellos por primera vez, entrando en el
Cenáculo a pesar de que la puerta estaba cerrada
(Cfr. Jn 20, 19). Cuando, a su vuelta, los demás
discípulos le dijeron: 'Hemos visto al Señor', Tomás
manifestó maravilla e incredulidad, y contestó: 'Si no
veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi
dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano
en su costado no creeré. Ocho días después, Jesús
vino de nuevo al Cenáculo, para satisfacer la petición
de Tomás 'el incrédulo' y le dijo: 'Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y
métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente'. Y cuando Tomás profesó su fe
con las palabras 'Señor mío y Dios mío', Jesús le dijo: 'Porque me has visto has creído.
Dichosos los que no han visto y han creído' (Jn 20, 24-29)
La exhortación a creer permanece siempre válida; pero la dificultad del Apóstol Tomás
para admitir la resurrección sin haber experimentado personalmente la presencia de
Jesús vivo, y luego suceder ante las pruebas que le suministró el mismo Jesús, confirman
lo que resulta de los Evangelios sobre la resistencia de los Apóstoles y de los discípulos
a admitir la resurrección.
 A veces necesitamos pruebas físicas y la razón para creer como Santo Tomás, ¿las
necesitas? o te basta con la fe?
Es interesante analizar el proceso psicológico que los diversos encuentros dejan

entrever: los discípulos experimentan una cierta dificultad en reconocer no sólo la
verdad de la resurrección, sino también la identidad de Aquel que está ante ellos, y
aparece como el mismo, pero al mismo tiempo como otro: un Cristo 'transformado'. No
es nada fácil para ellos hacer la inmediata identificación.
Cuando, luego, se dan cuenta, con su ayuda, de que no se trata de otro, sino de El mismo
transformado, aparece repentinamente en ellos una nueva capacidad de
descubrimiento, de inteligencia, de caridad y de fe. Es como un despertar de fe: '¿No
estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino
y nos explicaba las Escrituras?' (Lc 24, 32). 'Señor mío y Dios mío' (Jn 20, 28). 'He visto al
Señor' (Jn 20, 18). Entonces una luz absolutamente nueva ilumina en sus ojos incluso el
acontecimiento de la cruz; y da el verdadero y pleno sentido del misterio del dolor y de
la muerte, que se concluye en: ¡la gloria de la nueva vida! Este será uno de los elementos
principales del mensaje de salvación que los Apóstoles han llevado desde el principio al
pueblo hebreo y, poco a poco, a todas las gentes.
Hay que subrayar una última característica de las apariciones de Cristo resucitado: en
ellas, especialmente en las últimas, Jesús realiza la definitiva entrega a los Apóstoles (y
a la Iglesia) de la misión de evangelizar el mundo para llevarle el mensaje de su Palabra
y el don de su gracia.
Recuérdese a aparición a los discípulos en el Cenáculo la tarde de Pascua: 'Como el Padre
me envió, también yo os envío...' (Jn 20, 21); ¡y les da el poder de perdonar los pecados!
Y en la aparición en el mar de Tiberíades, seguida de la pesca milagrosa. Lo confirma la
definitiva asignación de la misión particular a Pedro (Jn 21, 15)18): '¿Me amas?; Tú sabes
que te quiero; Apacienta mis corderos; Apacienta mis ovejas.
Juan indica que 'ésta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después
de resucitar de entre los muertos' (Jn 21,14). Esta vez, ellos, no sólo se habían dado
cuenta de su identidad: 'Es el Señor' (Jn 21, 7); sino que habían comprendido que, todo
cuanto había sucedido y sucedía en aquellos días pascuales, les comprometía a cada uno
de ellos (y de modo muy particular a Pedro) en la construcción de la nueva era de la
historia, que había tenido su principio en aquella mañana de pascua.
 A ti también te entregó una misión, ¿harías lo que te pidió?, ¿haces y vives lo que
nos pidió que hiciéramos?
 ¿Eres consciente de verdad de lo que Jesús hizo por nosotros? ¿Vives esa espera
con esperanza?
Te invito a que esta noche en la Vigilia Pascual te hagas consciente de que aquel que
murió por ti ha resucitado y así podemos nosotros resucitar con El.
Domingo de
Resurrección
9:30 Levantada
10:00 Buenos días
10:20 Desayuno
10:45 Revisión
11:30 Ensayo
12:00 Eucaristía
14:00 Comida, servicios y recoger
15:30 Ver vídeo de fotos y cierre de hilo
conductor
16:00 Salida de Piedralaves
Domingo de Resurrección
De acuerdo con los escritos cristianos, el Domingo de Pascua es el día en el
cual Jesús salió de su sepulcro.
Este hecho es fundamental para
el cristianismo. La historia
cuenta que en cuanto se hace de
día, tres mujeres van al sepulcro
donde Jesús estaba enterrado y
ven que no está su cuerpo. Un
Ángel les dice que ha
resucitado. Van donde está la
Virgen con los Apóstoles y les
dan la gran noticia. Mientras
tanto, Pedro y Juan corren al sepulcro y ven las vendas en el suelo. El
desconsuelo que habían tenido la noche anterior se transforma en un júbilo
general. Rápidamente lo transmiten a los demás Apóstoles y discípulos y
todos permanecen con la Virgen en espera del gran momento de volver a
encontrarse con el Señor.

Cuadernillo Pascua 2016

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Pascua Piedralaves 2016 Comparte, reparte y compártelo

Himno: Compartiendo todo1

Catequistas: Elena y Esther Catequistas: Luis y Ana Matas

Catequistas: Rafa y Ana Caro Catequistas: LuisFer y Mari Loli

Cocina José Ángel, Ana Cogolludo y Paula

Responsable pastoral Fray Pedro Botía

Notas del catequista:

20:00 Llegada – Nos situamos

Hoy la comunidad cristiana recuerda la última Cena de Jesús con sus

El monumento. Al terminar la celebración, el cuerpo de Cristo se queda

INTRODUCCIÓN Y SENTIDO DEL JUEVES SANTO

TEMA: EL AMOR EN LA ÚLTIMA CENA

 Asamblea eucarística: porque la Eucaristía es celebrada en la asamblea de los

 Eucaristía: porque es acción de gracias de las obras de Dios: la creación, la

 Conmemoramos sacramentalmente la ofrenda que Jesús hizo de sí mismo al

 Celebramos el precepto de la caridad y del amor mutuo que el Señor nos

 Institución del sacerdocio

 ¿Qué nos manda Jesús? La caridad fraterna

 ¿Cuál es el verdadero amor?

1) Lectura del relato evangélico Juan, 13, 1-15.

2) Breves preguntas para analizar lo leído:

a) ¿Por qué creéis que Jesús hace todo esto?

b) ¿Los apóstoles entienden por qué lo hace?

c) ¿Qué tipo de enseñanza nos da Jesús?

d) ¿Aplicamos nosotros hoy en día esta enseñanza?

 Jesús no vino a ser servido sino a SERVIR

● Te pido tu corazón, para que yo pueda seguir amando a mi manera.

● Comparte, aunque te cueste, pero piensa que yo lo haría.

● Ama siempre de la manera que yo lo haría.

TEMA: ABRAZAR EL DOLOR CON LA ORACIÓN

OIDO: escuchar la siguiente canción.

OLFATO: en un bote se meten especias; orégano, tomillo, romero, etc.

Reflexionemos con Jesús en lo que sentía en estos momentos: su miedo, la angustia

Hemos hecho memoria de cómo se desarrollaron los acontecimientos. Y esto es lo

DOLOR CON AMOR

3. ¿Te levantas a pesar de lo difícil que es superar ciertos dolores o pérdidas?

4. ¿Cómo consigues abrazar el dolor? EN ESTE INSTANTE, PREGÚNTATE: ¿CÓMO

Es en ese mismo momento donde recibe la corona

¿QUÉ ES EL VIA CRUCIS?

ORACIÓN DE BUENOS DÍAS

Te confío mi alma, te la doy

Señor, que pueda reconocerte en cada

Te gusta un corazón sincero, Líbrame de la sangre, oh Dios,

Hazme oír el gozo y la alegría, Los sacrificios no te satisfacen:

Sentimientos y pensamientos de Jesús

Te vemos, Señor Jesús, clavado en la cruz. Y nos asaltan preguntas apremiantes:

- Nuestra debilidad será fuerza y victoria si manifiesta la humildad y de la mansedumbre

“Acaba de morir el Señor, acaba de llegar el

VIERNES SANTO CON EL LEMA

TEMA: ¿Quién lo mato?

• De la impureza: que me hace menos limpio de corazón.

Esta nota que aparece en el misal explica

Busca en el Desierto la huella de Dios en tu vida. Vive la experiencia de la Espera, sin

 ¿Qué cosas mueven mi vida? ¿Identifico que es la Fuerza-Amor de Dios? O

Pero el desierto también es lugar de prueba. No es lugar de turismo, sino de combate.

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2. El agua del bautismo o la experiencia de la serenidad y la expectación gozosa

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perdemos la comunión con la vida. La vida no es un placer, se convierte en una carga,

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