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TEMA JUEVES
OBJETIVO PRINCIPAL: trabajar, desde el lavatorio de los pies, el salir de uno mismo
para entregarse a los demás, a la vida compartida, y no encerrarnos en nosotros
mismos.
Para situarnos en el día que vamos a vivir, los jóvenes deben reconocer cuáles son
las imágenes relacionadas con el Jueves Santo. Una vez las tengan todas, se hace
un breve repaso, por encima, de los elementos clave del Jueves Santo:
● Amor fraterno
● Servicio y caridad
● Getsemaní, huerto de los olivos
A continuación, se proyecta el vídeo del lavatorio de los pies para que tengan un
contexto y se comenta con ellos lo que ocurre en el mismo.
(https://youtu.be/K7Nar4AI7aw)
1. EL CARRITO
Información para todos: En un cruce, hay un carro de alimentos destrozado
a medio subir en la acera. Se escuchan sirenas a lo lejos y hay mucha gente
alrededor.
4. REGALO INESPERADO
Información para todos: Marcos llegó a su casa cansado, pero contento y
con el peluche. En el ordenador estaba la pantalla de inicio de Netflix.
Una vez hayan adivinado las historias, las comentaremos desde la entrega y el salir
de uno mismo, de los protagonistas. Ideas a desarrollar en el compartir:
Para analizar mi nivel de entrega personal y con los demás, vamos a hacer
otra dinámica. En un extremo de la sala colocamos un Xto de San Damián.
Los jóvenes deben colocarse en fila enfrente del Xto, a media distancia. Se
les van haciendo preguntas, y dependiendo de la respuesta, darán un paso
adelante o hacia atrás. PREGUNTAS:
¿Eres capaz de pensar 3 virtudes que tengas?
¿Las pones en práctica en tu día a día y/o con la gente que te rodea?
¿Aunque no te apeteciera, has hecho un esfuerzo por quedar con tus amigos?
¿Aunque no te apeteciera, has hecho un esfuerzo por hacer algo en familia?
¿Has pasado de tus padres en casa cuando te han pedido algo o tu veías que
necesitaban ayuda?
¿Has ayudado a alguien poco cercano a ti últimamente?
¿Has faltado algún día a misa en este 2021, por hacer otra cosa menos importante?
¿En alguna situación has mirado hacia otro lado, pensando que ya se ocupará otro?
¿Eres capaz de preocuparte por los demás?
Una vez finalizada, que cada uno vea en qué posición ha acabado. A continuación,
compartiremos qué nos llevamos cada uno del tema, cómo ven su entrega, cómo de
abiertos están a mirar al alrededor y no solo a su ombligo. Las conclusiones
principales que proponemos son:
• ● Todos tenemos cosas buenas que aportar al mundo y a los demás, y que
son importantes, sin ellas el mundo pierde algo importante.
• ● Todos necesitamos a otros: su cercanía, su contacto, sus cosas buenas, y
ellos nos necesitan a nosotros.
• ● Aunque a veces estemos más cerca o más lejos del Señor, demos más
pasos para adelante o para atrás, lo importante es tener claro que el paso
más importante es el de preocuparse y acercarse a los demás.
• ● Todos tenemos resistencias, situaciones, personas o cosas que nos cuestan
más.
• ● Jesús está en todos. Acercarse al prójimo es acercarse a Jesús.
VÍDEO FINAL: Para terminar, vemos el video “El poder de darnos a los
demás: Cadena de favores”
(https://www.youtube.com/watch?v=LQ8A6Opqaoo)
REFLEXIÓN
REFLEXIÓN Jesús cargó con la Cruz. ¿Y nuestra cruz? Sólo Dios sabe
tus más íntimos temores y problemas. El Señor es el único que
comprende completamente los dolores y miedos que cargas cada día.
Sólo Cristo conoce el peso completo de tu Cruz diaria. Algunas cruces
parecen más pequeñas que otras, pero todos llevan la cruz que pueden
cargar. Incluso Dios cargó una cruz y en su cruz se incluyen todas las
tuyas. Cristo conoce los deseos de tu corazón y el peso que cargas
sobre tus hombros. Acércate a Cristo con tus problemas, ahora. Invítalo a tus
dificultades. Rézale. No estás solo en este caminar. Con la oración la cruz cambia
de hombros.
Padre Nuestro, que estás en el cielo...Dios te salve, María, llena eres de gracia... Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo...
REFLEXIÓN
Señor, caído con la cruz a cuestas, ayúdanos a soportar las cruces de la vida con la
convicción de que están heridas de resurrección, pues Tú, Señor, has vencido y nos
ayudas a vivir a tope, ayudando a todos los caídos a levantarse y volver al Hogar
de tu Corazón.
Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Mira, este está puesto para que
muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción - y a ti
misma una espada te traspasará el alma - para que se pongan de manifiesto los
pensamientos de muchos corazones. Su madre conservaba todo esto en su corazón.
( Lc 2, 34-35.51)
REFLEXIÓN
ORACIÓN
REPRESENTACIÓN Y REFLEXIÓN
“Al verme se burlan de mí, hacen muecas, menean la cabeza. Pero tú, Señor, no te
quedes lejos, que el peligro está cerca y nadie me socorre.” (Sal 22, 8.12)
REPRESENTACIÓN REFLEXIÓN
Por segunda vez, Jesús cae bajo la cruz cargado con nuestros pecados, y por
segunda vez intenta alzarse con todas las fuerzas que le quedan, para proseguir el
camino hacia el Gólgota, evitando dejarse aplastar y sucumbir a la tentación.
Desde su encarnación, Jesús lleva la cruz del sufrimiento humano y del pecado. Ha
asumido la naturaleza humana de forma plena y para siempre, mostrando a los
hombres que la victoria es posible y que el camino de la filiación divina está abierto.
REFLEXIÓN
Entre el gentío, los insultos, los gritos... Jesús escucha algo que es más fuerte que su
propio dolor, que su propia agonía. Ve a lo lejos unas mujeres que lloran
desconsoladamente. Su dolor era tan intenso que Jesús tiende su mano para aliviar
su sufrimiento.
Hoy también, en medio del bullicio de la vida, Jesús escucha el llanto desconsolado
de esas mujeres. Mujeres maltratadas, explotadas, vendidas, abandonadas,
despojadas y ninguneadas de su dignidad, ahí, en tu dolor, en su dolor les tiendes
la mano para consolarlas y devolverlas un poco de dignidad que les ha sido
robada.
REFLEXIÓN
Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota (que quiere decir lugar de «La
Calavera»), le dieron a beber vino mezclado con hiel; él lo probó, pero no quiso
beberlo. Después de crucificarlo, se repartieron su ropa echándola a suertes y luego
se sentaron a custodiarlo. (Mt 27, 33-36)
REFLEXIÓN
Jesús fue despojado de lo único que le quedaba, de sus vestiduras, y luego fue
sorteada como si de una lotería cualquiera se tratase; le quitaron la ropa, pero no
pudieron quitarle la confianza en el Padre y la dignidad, mantenidas a golpe de
sufrimiento y de dolor.
¡Cuántos hombres y mujeres son privados hoy de todo lo que poseen!
La Cruz de Jesús, es la Palabra con la que Dios ha respondido al mal del Mundo.
(Papa Francisco)
REFLEXIÓN
El tiempo ha llegado. Los gritos de dolor resuenan mientras el martillo golpea los
clavos. Los soldados romanos eran expertos en la tortura y la ejecución eficiente.
Los clavos perforan el cuerpo sagrado que ganó nuestra salvación. La Cruz es
levantada a la vista de todos, su cuerpo cuelga bajo el peso y la tensión. Cristo
habla palabras de amor, compasión y perdón y vemos que no es un criminal, pero
tampoco un maestro o profeta cualquiera. Él es Dios y está muriendo en la Cruz por
ti.
“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Mc 15,34)
REFLEXIÓN
“Al anochecer, como era el día de la Preparación, víspera del sábado, vino José de
Arimatea, miembro noble del Sanedrín, que también aguardaba el reino de Dios; se
presentó decidido ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Este compró una sábana
y, bajando a Jesús, lo envolvió en la sábana.” Mc (15,42- 43.46a)
VÍDEO
https://youtu.be/FUvWFChOiTA
REFLEXIÓN
“Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de noche, y trajo unas cien
libras de una mixtura de mirra y áloe. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron
en los lienzos con los aromas, según se acostumbra a enterrar entre los judíos.“ (Jn
19, 39-40)
REFLEXIÓN
ORACIÓN
Oh Dios, por difíciles que parezcan las cosas, no podrán llegar a lo dura que fue la
vida de tu Hijo. Y a pesar de sus sufrimientos, todo acabó bien al final. Tú nos
prometes también a nosotros la victoria final, y por eso queremos permanecer
contigo. Ayúdame a seguir siempre el camino de Jesús: aceptando lo que no
podemos cambiar, cambiando lo que podemos por el bien de la humanidad,
siguiendo de cerca el camino que Tú has pensado para mí en este mundo.
Objetivos:
- Ayudar al joven a comprender que toda elección implica una renuncia, y que esa renuncia no es
negativa, sino constructiva.
- Ayudar al joven a identificar situaciones de su vida (o de gente cercana) donde han vivido la renuncia
por amor.
- Ayudar al joven a comprender que elegir AMAR (familia, amigos, pareja, a sí mismos…) supone
también vivir cosas desagradables (renuncia, dolor, tristeza…), teniendo a María como ejemplo.
- Testimonio:
Samantha Rodríguez tiene a sus 21 años una responsabilidad que no es habitual a esta edad.
Hace tres años ella y sus hermanos perdieron a su padre debido a un cáncer, años antes había
fallecido su madre de la misma enfermedad. Al no contar con ningún familiar cercano que se
hiciese cargo de ellos, en su casa de Orlando, Florida, Samantha decidió cuidar de sus
hermanos pequeños: Milagros, Brenda, Michael y Destiny. En aquel momento, según
reconocía en declaraciones su realidad era la siguiente: “tengo 17 años, pero estos son mis
hermanos y hermanas… y cuando los miré, sabía que eran niños”. Tenía claro que eran
vulnerables y que necesitaban un adulto “así que me convertí en su adulto”, añadía. Samantha
no sólo se ocupa de cocinar para sus hermanos, los lleva al colegio, al médico, a las
actividades deportivas y, además, les ayuda con sus deberes. Todo esto lo compagina con
estudiar a tiempo parcial y trabajar como camarera para poder mantener a la familia. A
pesar de esta situación, Samantha es muy optimista y cuando se le pregunta cómo lo consigue,
contesta diciendo que fue su madre quien le dio tanta fuerza. “Pasé mucho tiempo con ella y
la admiraba mucho... Cuando la perdimos, sabía que quería ser como ella en todos los
sentidos. Un esfuerzo que reconoce Milagros, diciendo que su hermana mayor “básicamente
dejó su vida para cuidar de nosotros.
En el mes sexto, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea
llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa
de David, el nombre de la virgen era María. El ángel, entrando en su presencia, dijo:
“Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. Ella se turbó grandemente ante
estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo:”No temas
María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a
luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo,
el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob
para siempre, y su reino no tendrá fin”. Y María dijo al ángel: “¿Cómo será eso, pues
no conozco varón?”. El ángel le contestó: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la
fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será
llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y
ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible”.
María contestó: “He aquí la esclava del señor; hágase en mí según tu palabra”. Y el
ángel se retiró.
Sus padres solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua. Cuando cumplió
doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron;
pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Estos,
creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron
a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén
buscándolo. Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en
medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían
quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se
quedaron atónitos, y le dijo su madre: “Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre
y yo te buscábamos angustiados”. Él les contestó: “¿Por qué me buscabais? ¿No
sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?”. Pero ellos no comprendieron
lo que les dijo. Él bajó con ellos y fue a Nazaret junto a ellos. Por su parte, María
guardaba todas estas cosas en su corazón.
Tratando de empatizar en cómo debería sentirse María podemos pensar que tendría
muchos sentimientos encontrados y también algunas preguntas sin responder. Sin
embargo, su actitud es todo lo contrario, decide no hacerle más preguntas a Jesús,
dejarle crecer y simplemente confiar en el plan de Dios.
En este momento tan importante para los cristianos María (indirectamente) está
renunciando a su hijo, a su tesoro más preciado ¿por qué? ¿qué sentido puede tener
esto? La Virgen se convierte en madre de todos los cristianos y de la Iglesia, es
únicamente ese amor sin límites de madre el que puede justificar una renuncia tan
grande.
María fue ejemplo del “Hágase”, lo más importante no es que renunciara al poder,
al saber y al tener, sino que eligió la mejor parte: la humildad, la confianza en Dios
y la generosidad.
“María ha elegido la parte buena, que no le será quitada.” (Lc 10, 42) Y tú, ¿has
elegido ya?
Pidiendo a Nuestra Madre María que se ocupe de todo y nos acompañe en nuestras
decisiones, animar a los chavales a que concreten en compromisos alguna elección
que les hará renunciar al saber, poder, tener… (Ej: Tratar de escuchar más a mis
padres y no pensar que siempre tengo la razón, ser más consciente de la ropa que
me compro y de cuánto la necesito o no…)
Tener una cruz/Cristo de San Damián, crucifijo, etc., delante mientras escuchan el
siguiente texto y se imaginan a los pies de la cruz.
TEXTO
María levanta su cabeza del pecho de Juan y mira a Jesús. Le llama, porque no le distingue
bien por la poca luz y porque sus ojos están llenos de lágrimas. Le llama tres veces: “¡Jesús!
¡Jesús! ¡Jesús!”. Es la primera vez que le llama por el nombre desde que está en el Calvario.
Hasta que, al resplandor de un relámpago que forma como una corona sobre la cima del
Gólgota, le ve, inmóvil, pendiendo todo Él hacia fuera, con la cabeza tan reclinada hacia
delante y hacia la derecha, que con la mejilla toca el hombro y con el mentón las costillas.
Entonces comprende. Entonces extiende sus brazos temblorosos en el aire oscuro y grita:
“¡Hijo mío! ¡Hijo mío! ¡Hijo mío!”. Luego escucha… Tiene la boca abierta, con la que parece
querer escuchar también; e igualmente tiene dilatados los ojos, como si hubiera abierto sus
ojos de esa forma para ver… No puede creer que su Hijo haya muerto… Juan, que también
ha estado mirando y escuchando, y ha comprendido que todo ha acabado, abraza a la
Virgen, trata de alejarla, diciendo: “No sufre ya”. Pero, antes de que el apóstol termine sus
palabras, María, que ha comprendido, se desprende de los brazos del apóstol, se vuelve, se
pliega curvándose hasta el suelo, se lleva las manos a los ojos y grita: “¡No tengo ya Hijo!”.
¿Qué le diríais a Jesús en ese último momento? ¿Cómo os despediríais de Él?
ORACIÓN FINAL:
Jesús, hermano nuestro, Alienta a los que tratan de alejarse del
con tu muerte has vuelto a abrir para pensamiento de la muerte.
nosotros Y cuando para nosotros llegue también
el camino cerrado por la culpa de la hora dramática y bendita,
Adán. acógenos en tu gozo eterno,
Nos has precedido en el camino no por nuestros méritos,
que lleva de la muerte a la vida. sino en virtud de las maravillas que tu
Te has cargado con el miedo y los gracia obra en nosotros.
tormentos de la muerte,
cambiándole radicalmente el sentido: Jesús,
has cambiado la desesperación que expirando entregas la vida en manos
provocan, del Padre
haciendo de la muerte un encuentro de y derramas sobre la Esposa el regalo
amor. vivificante del Espíritu.
Conforta a los que hoy emprenden tu
mismo camino. R /. A ti la alabanza y la gloria por los
siglos.
SÁBADO SANTO
DESIERTO EMAÚS
INTRODUCCIÓN
Ya han pasado tres días desde que empezaste a acompañar a Jesús en esta
Pascua. Le has acompañado en el servicio, durante la Última Cena y el
lavatorio de pies, pasando por Getsemaní, pero también le has acompañado
en la cruz, y en el camino que recorrió hasta llegar a esta.
Y después de todas las emociones que has sentido estos días aquí estamos tú
y yo, en este desierto del Sábado Santo. Hoy Jesús ya no está con nosotros, y
con su marcha parece que el mundo está más triste, más apagado. Con esta
actitud de silencio y escucha te propongo que te acerques a las preguntas que
aparecen después y te animo a hacer posible una vida confiada, a esperar en
Dios, a REGALARTE por Dios.
Pero antes de que nos pongamos manos a la obra te recomiendo que busques
una posición cómoda, que apagues el móvil y no tengas distracciones.
Comienza a coger y a soltar el aire relajadamente y concéntrate en el ritmo
de tu respiración… Poco a poco irás despejando tu mente, cierra los ojos y
trata de escuchar el “silencio” que tienes a tu alrededor.
Ahora que tu cuerpo ya está preparado para comenzar te invito a invocar al
Espíritu Santo a través de esta oración:
Oh Dios,
que has iluminado los corazones de tus hijos
con la luz del Espíritu Santo;
hazme dócil a tus inspiraciones
para gustar siempre el bien
y gozar de tu consuelo.
¿DÓNDE ESTAMOS?
Nos encontramos ante una mesa, parece preparada para una comida, quizás
una cena, pues ya ha anochecido. Incluso parece que ya habían empezado a
comer: Se ven los vasos llenos, bandejas con comida, las velas encendidas, un
pan recién partido… Y nos encontramos con una cruz desolada, en el suelo,
con clavos y agua… Nadie alrededor…¿Qué habrá ocurrido? ¿A dónde
habrán ido? Algo muy importante ha debido suceder allí, algo que les haya
hecho dejar todo lo que estaban haciendo...
Nos acercamos a la ventana, desde allí se ve un camino,
al fondo Jerusalén. Dos personas caminan con prisa
saliendo de la ciudad…
Pues sí, es el relato de los discípulos de Emaús. Dos discípulos desencantados por los
acontecimientos, deciden fugarse de aquella realidad, marcharse de Jerusalén (de
Jesús), hacia Emaús (ciudad del confort, tentaciones, egoísmo). Y es que hoy, tú eres uno
de esos discípulos que coge la maleta y se marcha a Emaús…
Ahí tienes tu maleta. Una maleta que la vas a empezar a llenar de objetos de tu propia
vida, objetos que te indicarán dónde estás en el camino… Si cerca de Jerusalén o cerca
de Emaús… ¿Estás preparado? ¡Pues levántate y mete todo lo necesario en la maleta
que nos vamos de viaje!
DINÁMICA:
1. Acércate a la mesa de la cena… Allí has estado tú cenando con Jesús, compartiendo la
Eucaristía con la Iglesia, tomando su mismo cuerpo y sangre… Y sin embargo, te has
levantado de la mesa y dejado todo sin recoger… Mira el pan partido… ya no hay nadie
en la mesa pues el Señor ya no está y tú estás dormido en la cosas “importantes” de la
sociedad.
Coge aquellos aspectos que te identifican o sean de tu rutina diaria y mételos en la maleta.
estudios, ropa, maquillaje y físico, alcohol, tabaco, comida healthy, deporte, sexo y
pornografía, Tiempo de sueño, tv y play, redes sociales, pereza, dejar todo para el último
momento, cine y teatro, fiesta, dinero, compras, actualidad social(aborto, eutanasia…) )
2. Ahora acércate a la cruz… en ella Jesús murió por nosotros por amor, se desvivió para
salvarnos, sacrificó su vida por la nuestra y lo hizo feliz y lleno de paz…
Coge aquellos aspectos que llevas a cabo habitualmente y mételos en tu maleta.
(Voluntariado, cuidado de otros, oración personal, parroquia/catequesis, confesión,
eucaristía, lectura evangelio o libros espirituales, acompañamiento espiritual, limosna,
caridad)
ORACIÓN FINAL
Padre resucitado, que sienta la paz que me muestras, que no se cierren mis “puertas”
por el miedo, que me aferre al Espíritu que me regalas, para vivir intensamente el
compromiso de sentirme enviado.
Señor mío y Dios mío, perdona mis debilidades, mis dudas, mis temores. Porque aun
siendo a veces como los discípulos, deseo buscarte, estar contigo. Porque aunque
me encierre en mis silencios o en mis ruidos, en mis comodidades o en mis
ocupaciones. Tú sabes cómo entrar en mi vida, cómo hacerla distinta, cómo insuflar
aire en mis vacíos y oxigenar mi alma endurecida. Que el Espíritu renovado de la
resurrección, impulse mi fe, mi permanencia en Ti, y aliente el ánimo modesto de
quien quiere quererte, seguirte y responderte, Padre.