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«Ser humano», «Humano», «Humana» y «Humanos» redirigen aquí. Para otras acepciones, véase
Humano (desambiguación).
PreЄЄOSDCPTJKPgN
Pleistoceno (Chibaniense)-Holoceno
Human.svg
Placa llevada a bordo de la Pioneer 11 y Voyager I y II, representando a un hombre y una mujer
Taxonomía
Dominio: Eukaryota
Reino: Animalia
Subreino: Eumetazoa
Superfilo: Deuterostomia
Filo: Chordata
Subfilo: Vertebrata
Infrafilo: Gnathostomata
Superclase: Tetrapoda
Clase: Mammalia
Subclase: Theria
Infraclase: Placentalia
Magnorden: Boreoeutheria
Superorden: Euarchontoglires
Granorden: Euarchonta
Orden: Primates
Suborden: Haplorrhini
Infraorden: Simiiformes
Parvorden: Catarrhini
Superfamilia: Hominoidea
Familia: Hominidae
Subfamilia: Homininae
Tribu: Hominini
Subtribu: Hominina
Género: Homo
Especie: H. sapiens
Linnaeus, 1758
Distribución
Subespecies
H. s. idaltu †
H. s. sapiens
Homo sapiens (literalmente en latín ‘el hombre sabio’),1 comúnmente llamado ser humano,
persona2 u hombre3 —este último en el sentido de ser racional, que no distingue entre ambos
sexos—,4 es una especie del orden de los primates perteneciente a la familia de los homínidos. El
conjunto de personas o el género humano5 también se conoce con la denominación genérica de
humanos6 y humanidad.7 Los seres humanos poseen capacidades mentales que les permiten
inventar, aprender y utilizar estructuras lingüísticas complejas, lógicas, matemáticas, escritura,
música, ciencia y tecnología. Los seres humanos son animales sociales, capaces de concebir,
transmitir y aprender conceptos totalmente abstractos.
Se considera Homo sapiens de manera indiscutible a los que poseen las características anatómicas
de las poblaciones humanas actuales. Los restos más antiguos atribuidos a Homo sapiens, datados
en 315 000 años, se encontraron en Marruecos.8 Las evidencias más antiguas de comportamiento
moderno son las de Pinnacle Point (Sudáfrica), con 165 000 años de antigüedad.
Pertenece al género Homo, que fue más diversificado y durante el último millón y medio de años
incluía otras especies ya extintas. Desde la extinción de Homo neanderthalensis, hace 28 000 años,
es la única especie conocida del género Homo que aún perdura.
Hasta hace poco, la biología utilizaba un nombre trinomial —Homo sapiens sapiens— para esta
especie, pero más recientemente se ha descartado el nexo filogenético entre el neandertal y la
actual humanidad,9 por lo que se usa exclusivamente el nombre binomial. Homo sapiens
pertenece a una estirpe de primates, los hominoideos. Aunque el descubrimiento de Homo
sapiens idaltu en 2003 haría necesario volver al sistema trinomial, la posición taxonómica de este
último es aún incierta.10 Evolutivamente se diferenció en África y de ese ancestro surgió la familia
de la que forman parte los homínidos.
Índice
1 Nombre científico
2 Biología
2.2 Mente
2.4 Etología
3 Origen y evolución
3.9 Pigmentación
4 Cultura
4.4 Ciencia
5 Sociedad
5.1 Hábitat
5.2 Población
6 Véase también
7 Referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Nombre científico
Linneo clasificó al hombre y a los monos en un grupo que llamó antropomorfos, como
subconjunto del grupo cuadrúpedos, pues entonces no reconocía signos orgánicos que le
permitieran ubicar al ser humano en un lugar privilegiado de la escala de los vivientes. Años más
tarde, en el prefacio de Fauna suecica, manifestó que había clasificado al hombre como
cuadrúpedo porque no era planta ni piedra, sino un animal, tanto por su género de vida como por
su locomoción y porque además, no había podido encontrar un solo carácter distintivo por el cual
el hombre se diferenciara del mono; en otro contexto afirmó sin embargo que considera al
hombre como el fin último de la creación. A partir de la décima edición de Systema naturae
reemplazó a los cuadrúpedos por los mamíferos y como primer orden de estos, puso a los
primates, entre los cuales colocó al hombre. Linneo tuvo el mérito de dar origen a un nuevo e
inmenso campo epistemológico, el de la antropología, si bien se limitó a enunciarlo y no lo cultivó.
A él tendrán que remitirse todos los científicos posteriores, tanto para retomar sus definiciones
como para criticarlas. En 1758 se definió al Homo sapiens linneano como una especie diurna que
cambiaba por la educación y el clima.
Linneo no designó un holotipo para Homo sapiens, pero en 1959 William Stearn propuso al propio
Linneo, padre de la moderna taxonomía, como lectotipo para la especie. Con posterioridad se
difundió la idea de que había sido sustituido por Edward Cope, pero esta propuesta no llegó a
formalizarse, así que siguen siendo los restos de Linneo enterrados en Uppsala el tipo
nomenclatural -que debe considerarse simbólico- para la especie Homo sapiens.12
Biología
El ser humano es un ser vivo, y como tal está compuesto por sustancias químicas llamadas
biomoléculas, por células y realiza las tres funciones vitales: nutrición, relación y reproducción.15
Además, el cuerpo es un organismo pluricelular; es decir, está formado por muchas células, entre
las cuales existen diferencias de estructura y de función.15
Por otra parte, el ser humano es un animal, pues tiene células eucariotas, es decir, presenta
orgánulos celulares especializados en una función determinada y su material genético se
encuentra protegido por una envoltura; y presenta nutrición heterótrofa; es decir, que para
obtener su propia materia orgánica se alimenta de otros seres vivos.15
Cuerpo humano
En cuanto a su locomoción y movimiento, es uno de los más plásticos del reino animal, pues existe
una amplia gama de movimientos posibles, lo que le capacita para actividades como el arte
escénico y la danza, el deporte y un sinnúmero de actividades cotidianas. Asimismo destaca la
habilidad de manipulación, gracias a los pulgares oponibles, que le facilitan la fabricación y uso de
instrumentos.
La especie humana posee un notorio dimorfismo sexual en el nivel anatómico, siendo los hombres
adultos más altos y más pesados que las mujeres en promedio, aunque se ha notado una
«tendencia secular» al aumento de las tallas en ambos sexos (especialmente durante el siglo xx).
El ser humano adulto contemporáneo promedio mide entre: 1,55 m a 1,65 m (mujeres), y entre
1,65 m a 1,85 m (hombres). El peso depende de la contextura del individuo y del sexo,
generalmente rondando los 45 kg a 70 kg (mujeres), y 65 kg a 100 kg (hombres). Los cuerpos
humanos difieren entre sí según la estatura, peso, musculatura, nivel de grasa, entre otros.
Véanse también: Cuerpo humano, Fisiología humana y Genética humana.
Mente
El término pensamiento define todos los productos que la mente puede generar incluyendo las
actividades racionales del intelecto y las abstracciones de la imaginación; todo aquello que sea de
naturaleza mental es considerado pensamiento, bien sean estos abstractos, racionales, creativos,
artísticos, etc. Junto con los cetáceos superiores (delfines y ballenas), los homininos de los géneros
Gorilla y Pan, y los elefantes, alcanzan el mayor desarrollo y aun muchas de sus interacciones nos
son desconocidas.
Los seres humanos, a diferencia del resto del reino animal, son los únicos con capacidad de
razonar. Además poseen capacidades mentales que les permiten inventar, aprender y utilizar
estructuras lingüísticas complejas, lógicas, matemáticas, escritura, música, ciencia y tecnología.
Los seres humanos son animales sociales, capaces de concebir, transmitir y aprender conceptos
totalmente abstractos.
Nutrición humana
El ser humano es un animal omnívoro.1617 En las primeras especies del género Homo, el paso de
una alimentación eminentemente vegetariana a la inclusión de carne y grasas animales en la dieta
no se debió a cuestiones culturales, sino a los desajustes metabólicos provocados por un mayor
desarrollo cerebral.16 Sin embargo, en el humano, una dieta demasiado rica en proteínas necesita
el complemento de carbohidratos y grasas; de lo contrario pueden aparecer carencias
nutricionales importantes que pueden incluso provocar la muerte.16 Por ello, la alimentación del
ser humano se basa en la combinación de carne con materia vegetal.16
Etología
Artículo principal: Comportamiento humano
Ciclo vital
La especie humana es entre los seres vivos pluricelulares actuales una de las más longevas; se
tienen documentados casos de longevidad que sobrepasan los cien años. Tal longevidad es un
carácter genotípico que, sin embargo, debe ser coadyuvado por condiciones vivenciales
favorables. En el Imperio romano, hacia el año 1 d. C., la esperanza de vida rondaba solo los 25
años, debido en gran parte a la elevada mortalidad infantil.[cita requerida] A principios del siglo
xxi, la esperanza de vida global era de unos 70 años aproximadamente, siendo más elevada en
países desarrollados y más baja en países subdesarrollados.
Se supone que el ser humano, en óptimas condiciones, pueda vivir cien años o un poco más. Sin
embargo a pesar del avance en la salud y calidad de vida en el último siglo, las costumbres
humanas como el consumo de drogas, alcohol, azúcar, comidas chatarras, sedentarismo, estrés,
enfermedades de todo tipo, exposición a elementos tóxicos, entre otros, disminuye los años de
vida de los seres humanos. Se cree también que pueda ser genético.18
La 'infancia' humana es una de las más prolongadas en comparación con otras especies cercanas,
siendo la edad de la pubertad es aproximadamente a los once años en las niñas y a los trece años
en los niños, aunque las edades varían según la persona.
Véanse también: Biología del desarrollo, Longevidad, Crecimiento humano y Desarrollo (biología).
Sexualidad
Como todos los mamíferos, el ser humano tiene comportamientos reproductivos y sexuales. Pero
a diferencia de la mayoría de ellos no tiene una época reproductiva estacional determinada,
manteniendo actividad sexual y fertilidad en las hembras a lo largo de todo el año. Las mujeres
tienen un ciclo de ovulación aproximadamente mensual, durante el cual producen óvulos y
pueden ser fecundadas; en caso contrario tienen la menstruación, que es la eliminación a través
de la vagina de los tejidos y sustancias relacionados con la producción de células sexuales.
Cabe destacar la importancia del lenguaje simbólico en Homo sapiens, que hace que los
significantes sean los soportes del pensar o los pensamientos. En nuestra especie, el pensar
humano, a partir de los tres años y medio de edad se hace prevalentemente simbólico.
Asociado con lo anterior, debe notarse que la especie humana es prácticamente la única que se
mantiene en celo sexual continuo: es realmente destacable que en la especie humana no exista un
estro propiamente dicho. En las mujeres existe un ciclo de actividad ovárica en virtud del cual
existen cambios fisiológicos en todo su sistema reproductivo y del cual derivan ciertos cambios de
conducta. Sin embargo, como en las mujeres la aceptación sexual no se circunscribe a una parte
del ciclo reproductivo, no se debería usar el término "estro" o "celo" en el ser humano, dado que
la aceptación sexual es independiente de su ciclo reproductivo. Ya entre chimpancés y, sobre todo,
bonobos, se nota una conducta próxima.
Ahora bien, dada la dificultad de vivir solamente practicando relaciones sexuales, un "mecanismo"
evolutivo compensatorio habría sido el de la sublimación –la cual se considera asociada a la
existencia de un lenguaje y un pensar simbólicos–. Si se da una sublimación, esto parece significar
que también se da una represión (en el sentido freudiano) que origina a lo inconsciente. Homo
sapiens es, en este sentido, un animal pulsional. Según la ley del reflejo condicional de Pavlov
Homo sapiens no se restringe a un "primer sistema de señales" (el de estímulo/respuesta y
respuesta a un estímulo substitutivo), sino que el ser humano se encuentra en un nivel de
"segundo sistema de señales". Este segundo sistema es, principalmente, el del lenguaje simbólico
que permite una heurística, que es la capacidad para realizar de forma inmediata innovaciones
positivas para sus fines.
Por otra parte, la especie humana es de las pocas, junto con el bonobo (Pan paniscus), en el reino
animal que copula cara a cara, lo cual tiene implicaciones emocionales de gran relevancia para la
especie.
Cabe anotar que con el surgimiento de la teoría de la inteligencia emocional, desde la psicología
sistémica, el ser humano no debe reducirse a sus pulsiones, las cuales sublima o reprime, sino que
se entiende como un ser sexuado, que vive esta dimensión en relación con la formación recibida
en la familia y la sociedad. La sexualidad se forma entonces desde los primeros años y se va
entendiendo como una vivencia procesual acorde a su ciclo vital y su contexto socio-cultural.
A diferencia de lo que ocurre en la mayor parte de las otras especies sexuadas, la mujer sigue
viviendo mucho tiempo tras la menopausia. En las otras especies la hembra suele fenecer al poco
tiempo de su llegada.
Por la indicada prematuración, la madurez sexo-genital es –con relación a otras especies– muy
tardía entre los individuos de la especie humana. Actualmente en muchas zonas la menarquia está
ocurriendo a los once años; esto significa que, aunque la madurez sexo-genital es siempre lenta en
la especie humana, existe un adelantamiento de la misma respecto a épocas pasadas (del mismo
modo suele darse una menopausia cada vez más tardía). Pero si la madurez sexo-genital es tardía
en la especie humana, aún más suele serlo la madurez intelectual y, en especial, la madurez
emotiva.