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El caballero andante llevaba el ideal caballeresco propio

de la Edad Media.

Los rituales de iniciación incluían elementos luego


incorporados al imaginario de la caballería andante,
como el velar las armas (pasar una noche en oración
ante las armas) y ser armado caballero en una
ceremonia propia del homenaje.

Todo caballero tenía un Código de Honor, protegiendo a


los desfavorecidos.

La épica de los cantares de gesta, la lírica del amor


cortés de los trovadores provenzales y la adaptación de
leyendas como el ciclo artúrico fueron fijando a lo largo
de la Edad Media el modelo ideal de caballero en la
literatura y en el imaginario colectivo, convirtiéndolo en
un arquetipo.

Hoy en día, la constancia de tales caballeros es


prácticamente de carácter mítico. No obstante, todavía
se denomina caballeresco al comportamiento cortés y
galante de los caballeros (varones) hacia las damas
(mujeres); o a las actitudes desinteresadas o que
respetan un código de honor, sobre todo cuando se
mantienen contra el propio bienestar, interés o
seguridad.

Pero por sobre todas las cosas ser caballero tiene que
ver con la actitud, con la templanza y la discreción,
pues de lo contrario solo pasa a ser una figura externa
con un Interior vacío.

✠✠✠ Gran Maestre Jorge Raúl Olguín.


Gran Maestrazgo Templario de la República Argentina.

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