Está en la página 1de 4

Riesgos de los productos de limpieza

En los trabajos de limpieza se emplea una gran variedad de productos químicos


peligrosos para la salud o la seguridad de las personas que los utilizan: productos tóxicos
en mayor o menor grado, corrosivos, irritantes o inflamables.

En las actividades de limpieza no es habitual utilizar cantidades importantes de productos


químicos, ni suele darse una exposición continua durante toda la jornada; más bien se
utilizan en operaciones concretas y de duración limitada. Sin embargo, ello no implica que
se puedan producir problemas durante su uso:

 Contacto de piel u ojos con productos irritantes o corrosivos, cuyos efectos más
frecuentes son locales y a corto plazo (irritación o quemaduras), pero que también
pueden producir efectos a largo plazo (sensibilización, alergias, eczemas).
Productos de uso habitual que causan estos efectos: lejía, salfumán,
desengrasantes alcalinos a base de sosa o de amoníaco, limpiadores antical,
decapantes, etc.
 Intoxicaciones agudas por inhalación, normalmente como consecuencia de
accidentes: fugas o derrames de productos o reacciones imprevistas que generan
gases tóxicos al mezclar productos de limpieza. Estas situaciones son
particularmente graves cuando se producen en locales pequeños y mal ventilados
como duchas o lavabos. Productos de limpieza que desprenden vapores o gases
irritantes o tóxicos: amoníaco, disolventes, lejía, salfumán, desinfectantes a base
de formol o glutaraldehído, etc.
 Incendios o explosiones a causa de la manipulación de productos inflamables o
combustibles (alcoholes, acetona, disolventes…) cerca de llamas, chispas o
puntos muy calientes. Entre los productos de limpieza que suponen mayor riesgo
destacan los que van envasados en pulverizadores a presión (“aerosoles” o
“sprays”), ya que es habitual que contengan butano u otros gases inflamables
como impulsores.

Normas de seguridad para su uso

La principal medida de prevención al utilizar cualquier producto químico es conocer sus


riesgos y cómo manipularlos correctamente. Así, antes de usar un producto, se debe leer
su etiqueta, que contiene la información básica sobre sus riesgos y las medidas de
seguridad a adoptar.
Por ello, los productos deben mantenerse en sus envases originales. Si fuera
imprescindible un trasvase, el nuevo envase deberá etiquetarse con los datos de la
etiqueta original. Nunca se deben trasvasar productos químicos a envases de bebidas o
alimentos, ni siquiera etiquetándolos, ni se deben tener envases con productos químicos
sin identificar.
Además, es fundamental que existan normas y procedimientos de trabajo claramente
establecidos que contemplen la manera de actuar en condiciones normales y, también, en
circunstancias anómalas (derrames, incendios,…). Todos los trabajadores deben seguir
estrictamente estas normas.
En general, las normas básicas de seguridad a seguir son:

 Utilizar siempre los productos de limpieza según las recomendaciones e


instrucciones del fabricante. No utilizarlos en concentraciones o cantidades
mayores a las indicadas ya que no se consigue más eficacia y se incrementan los
riesgos.
 Como norma general, no mezclar distintos productos de limpieza. Algunas
sustancias pueden reaccionar violentamente o desprender gases tóxicos cuando
se mezclan. Un caso frecuente es la generación de gases tóxicos al mezclar lejía
con amoníaco o con productos ácidos (salfumán, aguafuerte, limpiadores y
desincrustantes antical).
 Las sustancias que desprenden gases o vapores, como el amoníaco, el aguarrás u
otros disolventes, etc., deben manipularse siempre con ventilación adecuada. Si la
ventilación no es suficiente, se debe utilizar mascarilla y filtro adecuados a las
sustancias manipuladas.
 Los productos inflamables deben mantenerse alejados de llamas, chispas o puntos
calientes. Evidentemente, cuando se utilice cualquiera de estos productos estará
prohibido fumar y utilizar cualquier aparato que produzca llamas o chispas.
Cuando se utilicen “sprays”, no dirigir el producto pulverizado hacia bombillas
encendidas o cualquier otro punto a temperatura elevada.
 No se debe fumar, beber ni comer mientras se estén manipulando productos
químicos. Después de manipularlos siempre hay que lavarse las manos.
 Los recipientes de productos químicos se deben mantener bien cerrados cuando
no se utilizan. De esta manera se evita la posibilidad de derrames o salpicaduras y
que sus vapores contaminen el ambiente o puedan inflamarse si hay focos de
ignición próximos.
 Cuando sea necesario efectuar trasvases, se debe evitar el vertido libre entre
recipientes. Emplear bidones provistos de dosificadores o equipos portátiles de
bombeo. Los trasvases deben realizarse lentamente y con el máximo cuidado,
para evitar salpicaduras.
 Siempre que se manipulen productos químicos y, especialmente cuando se
efectúan trasvases de líquidos corrosivos, se deben utilizar equipos de protección
adecuados para evitar contactos y salpicaduras (guantes y botas impermeables,
gafas o pantallas de seguridad, etc.).
 En caso de salpicadura de algún producto, sobre todo si se trata de un producto
irritante o corrosivo, es imprescindible quitarse la ropa mojada y lavar la zona
afectada con agua abundante. Por ello, donde se manipulen productos químicos y,
especialmente, en los almacenes y lugares donde se realicen trasvases, deben
existir puntos donde poder lavarse rápidamente.
Los 10 productos de limpieza más tóxicos para tu salud
Algunos de los detergentes y sustancias que utilizas para limpiar la casa, desinfectar,
abrillantar o pulir pueden contener elementos muy perjudiciales para tu salud. Te
desvelamos cuáles son y cómo evitar peligros.
1. MULTIUSOS, JABÓN PARA LA ROPA Y LAVAVAJILLAS
La mayoría de estos productos de limpieza contienen alcohol, propilenglicol y tripolifosfato
de sodio. El alcohol puede causar náuseas y vómitos si se ingiere; el propilenglicol es
irritante y puede causar daños en el sistema inmunológico; y el tripolifosfato de sodio irrita
la piel y puede ocasionar ceguera en contacto directo con la piel y los ojos.
2. AROMATIZANTES
La fragancia o el perfume de los limpiasuelos y otros detergentes del hogar puede causar
asma, náuseas, irritaciones cutáneas, cambios de humor repentinos, depresión y pérdida
de memoria. El culpable es el EDTA, un contaminante orgánico persistente y súper
perjudicial para el medio ambiente.
3. DETERGENTE PARA EL BAÑO Y EL INODORO
Suele contener cloro, un elemento químico que irrita la piel, los ojos y los pulmones.
Además suele llevar paradiclorobenceno, que puede dañar los ojos, la nariz y el sistema
nervioso. Y en los que son desinfectantes suele haber fenol, un componente muy
perjudicial si se ingiere ya que es potencialmente cancerígeno.
4. LIMPIACRISTALES
La mayoría de estos productos están hechos a base de amoníaco, un compuesto que en
grandes concentraciones puede irritar los ojos, la garganta y las vías respiratorias, así
como inflamar los pulmones y destruir la mucosa gástrica, además de lesiones en la
epidermis.
5. BLANQUEADORES
Uno de sus componentes, el hipoclorito de sodio, es especialmente nocivo. Ingerido en
grandes cantidades ocasiona delirio, baja presión sanguínea y daños graves en el
esófago y el estómago. Nunca debe mezclarse con amoníaco ya que produce una
reacción química que emana gas tóxico.
6. LIMPIAHORNOS Y DESATASCADORES
Para combatir la grasa y los atascos, suelen contener hidróxido de sodio o sosa cáustica,
un producto que puede ocasionar daños gravísimos en el sistema gástrico y digestivo en
caso de ingestión. Ese compuesto también suele encontrarse en productos desinfectantes
y anti-hongos.
7. DESENGRASANTES
Suelen llevar disolventes butilo tóxicos, que pueden dañar al hígado, los riñones y el
sistema central nervioso. También los suelen llevar los multiusos y los limpiacristales.
8. ANTICALES Y LIMPIAMETALES
Su elemento nocivo, entre otros, es el ácido clorhídrico o ácido muriático, que es súper
corrosivo e irritante para cualquier tejido que entre en contacto con él. Una exposición
muy elevada a este ácido puede provocar líquido en los pulmones y muerte por asfixia.
9. PULIDORES DE ZAPATOS Y SUELOS
Mucho cuidado si entre sus componentes ves que contiene nitrobenceno, un producto
muy tóxico y fácilmente absorbible a través de la piel, los pulmones y el intestino en caso
de entrar en contacto, respirarlo en grandes cantidades o ingerirlo. Puede llegar a causar
daños graves en el sistema nervioso, defectos en los fetos y hasta la muerte.
10. ABRILLANTADORES PARA LOS MUEBLES
Suelen contener formaldehído, un compuesto que la Agencia Internacional para la
Investigación del Cáncer clasifica como “carcinógeno confirmado para humanos”.
NO TE PREOCUPES...
... porque hay alternativas mucho más naturales y menos nocivas. Mira los mejores
productos de limpieza caseros que dejarán tu casa como una patena.
Existe la creencia generalizada de que los productos de limpieza son inocuos e
inofensivos, pero como has visto muchos son extremadamente dañinos para la salud si se
entra en contacto con ellos. Y no solo si se ingieren de forma accidental, sino también al
inhalarlos o al entrar en contacto con la piel, los ojos, la nariz y la boca.
PRODUCTOS DE LIMPIEZA TÓXICOS: CÓMO EVITAR PELIGROS
Aunque no todos los detergentes contienen estas sustancias y compuestos tóxicos, sigue
las siguientes recomendaciones si quieres reducir riesgos.
Procura ventilar bien la estancia mientras estés limpiando.
Mantén los productos de limpieza bien cerrados, y en un lugar seguro y alejado del
alcance de los niños o los animales domésticos.
A la hora de limpiar, protégete con guantes y ropa adecuada, y ten mucho cuidado con las
salpicaduras en los ojos, nariz, boca y piel en general.
Lee atentamente tanto las instrucciones de uso como las advertencias de peligro, y
cúmplelas.
Evita aquellos productos que contengan advertencias y palabras como peligroso, tóxico,
irritante, corrosivo…
Opta por productos biodegradables, ecológicos, sin fosfatos, sin parabenos, con aceites
vegetales como coco y cítricos, así como en envases reciclables para no perjudicar ni tu
salud ni el medio ambiente.
Nunca mezcles productos (en especial la sosa cáustica y el amoníaco) ya que pueden dar
como resultado una reacción química súper tóxica.
Dilúyelos en agua para disminuir sus efectos nocivos para la salud. La toxicidad puede
variar mucho en función de la cantidad y de la concentración de producto.
Siempre que puedas decántate por viejos trucos de limpieza caseros como recurrir al
jabón de toda la vida, usar dos cubos (uno con agua con detergente y otro con agua
limpia para aclarar), pasar bayetas de microfibras sin detergente para eliminar restos de
una superficie limpia.
Y prueba sustancias menos nocivas como el vinagre, el agua oxigenada, el limón o
bicarbonato, estrellas de los productos de limpieza caseros.

También podría gustarte