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La violencia hacia las mujeres afecta de muchas maneras a nuestra sociedad e individualmente:
La violencia física es entendida como aquella que se ejerce sobre el cuerpo de la mujer
produciendo dolor, daño o riesgo de producirlo y cualquier otra forma de maltrato o agresión que
afecte su integridad física. El control de sus acciones, comportamientos, creencias y decisiones
mediante amenazas, acoso, humillación, manipulación o aislamiento con el consiguiente daño
emocional y disminución de la autoestima, se consideran formas de violencia psicológica.
La violencia sexual consiste en cualquier acción que implique la vulneración en todas sus formas,
con o sin acceso genital, del derecho de la mujer de decidir voluntariamente acerca de su vida
sexual o reproductiva a través de amenazas, coerción, uso de la fuerza o intimidación, incluyendo
la violación dentro del matrimonio o de otras relaciones vinculares o de parentesco, exista o no
convivencia, así como la prostitución forzada, explotación, esclavitud, acoso, abuso sexual y trata
de mujeres.
La violencia simbólica es entendida como aquella forma de violencia contra las mujeres que se
ejerce a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos que transmitan y
reproduzcan dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la
subordinación de la mujer en la sociedad.
A ello se suman las siguientes violencias que evidentemente afectan tanto individual como
socialmente a las mujeres: Entre ella tenemos a la violencia domestica, violencia institucional,
laboral, violencia contra la libertad reproductiva, violencia obstétrica, violencia mediática.
La violencia doméstica es la que se ejerce por un integrante del grupo familiar, sea en el ámbito
familiar o no, y que afecte su integridad física, sexual, psicológica, económica o patrimonial y su
libertad, incluyendo la libertad reproductiva. El grupo familiar es entendido como aquel originado
en relaciones de parentesco por consanguinidad o por afinidad, uniones de hecho, parejas y
noviazgo, y no necesariamente debe existir convivencia.
La violencia laboral es definida como aquella que discrimina a las mujeres en los ámbitos de
trabajo públicos o privados y que obstaculiza su acceso al empleo, contratación, ascenso,
estabilidad o permanencia en el mismo, exigiendo requisitos sobre estado civil, maternidad, edad,
apariencia física o la realización de test de embarazo. Incluye también la vulneración del derecho a
igual remuneración por igual tarea o función.
La violencia contra la libertad reproductiva se ejerce cuando se vulnera el derecho de las mujeres a
decidir libre y responsablemente el número de embarazos o el intervalo entre los nacimientos.
La violencia obstétrica es aquella que ejerce el personal de Salud sobre el cuerpo y los procesos
reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y
patologización de los procesos .
Los daños que ocasiona la violencia en las mujeres va siendo progresivo y sucausa va mucho más
allá del daño físico. La violencia provoca depresión, ansiedad y otros trastornos de salud mental.
También contribuye a la aparición de cánceres, enfermedades del corazón, accidentes
cerebrovasculares y VIH/sida, pues las víctimas de la violencia a menudo tratan de hacer frente a
sus experiencias traumáticas adoptando comportamientos de riesgo, como consumir tabaco,
alcohol y drogas, así como con prácticas sexuales de riesgo. En ese sentido también, la violencia
puede provocar una muerte temprana o mala salud durante toda la vida.
Cuando se ponen en perspectiva esas consecuencias sanitarias considerando el gran número de
personas afectadas, se empieza a descubrir la enormidad del problema. Por ejemplo, una quinta
parte de las niñas han sido víctimas de abusos sexuales; una cuarta parte de los niños han sido
maltratados físicamente, y una tercera parte de las mujeres han sufrido, en algún momento de su
vida, violencia física o sexual por parte de su pareja.
Es por ello que en colectivo se propone que se debe prevenir todos los tipos de violencia hacia las
mujeres. Lo primero que se debe hacer es:
Creer a las victimas o sobrevivientes. Cuando una mujer comparte su historia de violencia, está
dando el primer paso para romper el ciclo de maltrato. Debemos garantizarle el espacio seguro
que necesita para hablar y ser escuchada.Conviene recordar que al tratar casos de violencia
sexual, la sobriedad, la vestimenta y la sexualidad de la víctima son irrelevantes. El autor es el
único responsable de la agresión y debe asumir la responsabilidad por sí solo.
Algo muy importante es enseñarle a las siguientes generaciones con el ejemplo que damos a la
generación más joven que determina la manera en que esta piensa sobre el género, el respeto y
los derechos humanos. Iniciar conversaciones sobre los roles de género a una edad temprana y
cuestiona los rasgos y las características tradicionales asignadas a hombres y mujeres. Señala los
estereotipos a los que niñas y niños que se enfrentan constantemente, ya sea en los medios de
comunicación, en la calle o en la escuela, y hacerles saber que no hay nada malo en ser diferente.
Fomenta una cultura de aceptación.
Por otro lado es importante hacerles saber a las victimas que existe ayuda esto significa que para
las sobrevivientes de la violencia de género existen refugios, líneas de atención telefónica,
asesoramiento y todo el apoyo que necesiten, incluso durante la pandemia del coronavirus.
Ya que nos referimos con esto es a : En lugar de oír un “no”, asegúrate de oír un “sí” activo que
haya sido expresado por todas las personas involucradas. Integra el consentimiento convencido en
tu vida y habla de él.
Frases como “se lo estaba buscando” o “los hombres así son” intentan desdibujar los límites del
consentimiento sexual, culpabilizar a las víctimas y exculpar a los agresores del delito que han
cometido.
Puede que las personas que usan estas expresiones entiendan el consentimiento como una idea
vaga, pero la definición es muy clara. Cuando se trata de consentimiento, no hay límites difusos.
Debemos tener claro que existen líneas de ayuda que prestan ayuda a las victimas de maltrato:
La violencia contra las mujeres y las niñas constituye una violación de los derechos humanos que
ha sido perpetuada durante décadas. Es omnipresente, pero no es inevitable, a menos que
permanezcamos en silencio.
Demostrar la solidaridad con las sobrevivientes y tu postura en la lucha por los derechos de las
mujeres coloreando de naranja tu perfil de las redes sociales para los 16 Días de activismo.
En Instagram, se puede usar el filtro facial de ONU Mujeres para mostrar qué estás haciendo para
erradicar la violencia de género y etiquetar a una amiga o amigo y animar a tu comunidad a hacer
lo mismo.
Otro aspecto que se debe abordar es la cultura de la violación la cual debe ser erradicada porque
se da en entornos sociales que permiten que se normalice y justifique la violencia sexual, y en
estos entornos se alimenta de las persistentes desigualdades de género y las actitudes sobre el
género y la sexualidad. Poner nombre a la cultura de la violación es el primer paso para
desterrarla.
“30/11/2022
Declaración: Para avanzar en la lucha contra el VIH, debemos escuchar, respetar y responder a las
mujeres jóvenes y las niñas
25/11/2022
23/11/2022
Comunicado de prensa: De acuerdo con un nuevo informe sobre femicidio de la UNODC y ONU
Mujeres, las mujeres y las niñas corren más riesgo de ser asesinadas en el hogar
23/11/2022
Hacia adelante: Protestar contra los abusos de los derechos de las mujeres en Irán
23/11/2022
Declaración: Hacia adelante – acción inmediata para poner fin a la violencia contra las mujeres y
las niñas”