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La Justificación por la Fe en Cristo

Ldo, Diego Calvo

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INDICE

INTRODUCCIÓN……....…………………..…………………............1

1 LA JUSTIFICACIÓN POR LA FE

1.1 Definición……………………………...………………………..…2

1.2 La Justicia Divina…………………………………………….……4

1.3 La Justicia Exigida….…………………………………...…...........4

1.4 La Ley cumplida y la Justicia satisfecha…………………………..5

1.5 La Justicia otorgada………………………………………………..5

1.6 La Justicia recibida………………………………………………...6

1.7 La Justicia manifestada………………………………………….…6

2 TEOLOGÍA PAULINA SOBRE LA JUSTIFICACIÓN

2.1 Los escritos de Pablo………………………………………………6

2.2 Los escritos de Santiago………………………………………...…8

2.3 La teología salvífica y su relación con la santificación…………..11

3 LA JUSTIFICACIÓN EN ROMANOS Y OTRAS ESCRITURAS

3.1 Romanos 3………………………………………………………..12

3.2 Romanos 4………………………………………………………..13

3.3 Romanos 5………………………………………………………..14

3.4 Aplicación……………………………………………………..…..14

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4 IMPOSIBILIDAD DE OBTENER LA JUSTIFICACIÓN POR LAS OBRAS DE LA LEY

4.1 La enseñanza del Antiguo Testamento………………………………15

4.2 ¿En qué sentido fue Pablo “irreprensible”?.........................................16

4.3 La Justificación por la fe y el mensaje del tercer ángel………….......16

4.4 Concordancia del Nuevo Testamento………………………………..18

4.5 Concordancia del Antiguo Testamento……………….…….………..22

CONCLUSION……………………………………………………..….…….42

BIBLIOGRAFIA………………………………………………….……..…...43

INTRODUCCIÓN

La justificación por la fe en el sacrificio expiatorio de Cristo constituye un


material de referencia obligatorio, no sólo para comprender su actividad redentora, sino
también para entender el cambio en la exégesis a partir de la Reforma.

Se impone frente a la interpretación alegórica, que supeditaba el texto bíblico al


sistema eclesiástico establecido por “el magister” de la Iglesia.

En nuestra denominación, no siempre se han entendido los conceptos de justicia


imputada y justicia impartida e incluso fue tema de discusión en la conferencia general
celebrada en 1888 en Minneapolis, que dedicó entre otros asuntos el susodicho.

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La fe se centra en Cristo, no en el hombre. Es una confianza en Cristo y en su
obra reconciliadora, y no meramente una cuestión intelectual. Acercarnos a un tema de
tal calibre, se corresponde con el poder de la fe y la pequeñez del ser humano. Es por
eso que su lectura es refrescante y tan útil, viva y real para la Iglesia, hoy en día, como
lo pudiera ser cinco siglos atrás cuando fue escrito.

Una de las ventajas de esta vida abundante es que los cristianos en problemas
podemos volver una y otra vez a la Palabra, arrodillados solos ante Dios. Allí, en voz
alta, podemos leerle al Señor, y a nosotros mismos, sus promesas. Necesitamos oírselas
decir a nuestros propios labios y escucharlas con nuestros propios oídos incrédulos.

A su debido tiempo, su impacto viviente encenderá nuestra alma con la


seguridad de lo que ya somos y tenemos por la simple fe en Cristo. El Espíritu Santo de
Dios, que mora en nosotros, llenará nuestros corazones de gozo y confianza.

También podemos hablar en voz alta al mundo espiritual: a los demonios de la


duda, la incredulidad, la dureza de corazón, el derrotismo, la ira, la autocompasión, la
depresión, el rechazo y la vergüenza, que han mentido siempre a nuestro pensamiento.

Nos han dicho que somos unos frustrados, demasiado pecadores, incrédulos;
que estamos muy heridos, desilusionados y que otros nos rechazan, incluso el mismo
Dios, a causa de nuestros antiguos fracasos; que somos extremadamente tercos, rebeldes
y duros de corazón para lograr algún día disfrutar la vida cristiana exitosa.

¿Cuáles son las dos epístolas del apóstol Pablo que tratan más clara y
detalladamente de la justificación por la fe? ¿En qué capítulos? ¿Qué quiere decir esta
doctrina? ¿Por cuáles medios pudo Dios justificar al pecador que ponga su fe en ÉL?
¿Qué es la fe? Éstas y otras muchas preguntas nos acercan a un apasionante material de
estudio, en nuestra humilde opinión de importancia capital. Estudiémoslo.

1 LA JUSTIFICACIÓN POR LA FE

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"La justicia por la cual somos justificados es imputada; La justicia por la cual somos santificados es impartida. La
primera es nuestro derecho al cielo; la segunda, nuestra idoneidad para el cielo"
E.G. .White
(Review and Herald, 4 de junio de 1895).

1.1 Definición

La justificación es no sólo uno de los grandes beneficios de la muerte de Cristo,


sino también una doctrina cardinal del cristianismo, porque lo distingue como una
religión de gracia y de fe. Y la gracia y la fe son las piedras angulares de la
justificación. 1

Justificar significa declarar justo. Tanto la palabra hebrea (—sadaq—) como la


griega (—dikaioo—) significan anunciar o pronunciar un veredicto favorable, declarar
justo. El concepto no significa hacer justo, sino atribuir justicia. Es un concepto propio
del derecho jurisdiccional, así que, justificar es dar un veredicto de justicia. Nótese el
contraste entre justificar y condenar en Deuteronomio 25:1; 1 Reyes 8:32; y Proverbios
17:15. Como anunciar la condenación no hace que una persona se convierta en malvada,
tampoco la justificación hace a una persona justa. No obstante, con condenar o justificar
se anuncia el estado verdadero y real de la persona.2

Sin embargo, la persona malvada ya es malvada cuando se pronuncia el


veredicto de condenación. Igualmente, la persona justa ya es justa cuando se anuncia el
veredicto de justificación. Por la gracia del sacrificio de Cristo. Veámoslo un poco más
de cerca, obviando la dificultad que conlleva en un estudiante de primer curso.

.- El problema en la justificación

1
Cf., TENNEY. Merrill C. Diccionario manual de la Biblia. Miami. VIDA. 1976. Pág 160
2
LACOSTE Jean-Yves. Diccionario crítico de teología. Madrid. AKAL. 2007. Pág 662

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Puesto que ésta es una idea forense, la justificación se relaciona con el concepto
de Dios como Juez. Este tema se encuentra por toda la Biblia. Abraham reconoció a
Dios como el Juez de toda la tierra, que tenía que hacer lo justo (Génesis 18:25). En el
canto de Moisés la justicia y la rectitud de Dios son reconocidas (Deuteronomio 32:4).
Pablo le llama a Dios el Juez justo (2 Timoteo 4:8). El escritor de Hebreos llama a Dios
el Juez de todos, y Santiago les recuerda a sus lectores que el Juez estaba delante de la
puerta (Santiago 5:9).3

Si en Dios, el Juez, no hay injusticia y es completamente justo en todas Sus


decisiones, entonces ¿cómo puede El declarar justo a un pecador? Y todos somos
pecadores. Dios solamente tiene tres opciones cuando los pecadores comparecen ante
Su tribunal: Condenarlos, comprometer Su propia justicia para recibirlos tal y como
están, o transformarlos en personas justas.4

Si Él puede ejercer esta tercera opción, entonces los puede declarar justos. Pero
cualquier justicia que un pecador posea tiene que ser auténtica, no ficticia; real no
imaginaria; aceptable por las normas de Dios, y ni aún un poquito menos que eso. Si
esto se pudiera llevar a cabo, entonces, y solamente entonces, puede El justificar.
Job expresó el problema con precisión cuando preguntó: “¿Y cómo se justificará
el hombre con Dios?” (Job 9:2).5

.- El procedimiento en la justificación (Romanos 3:21-26)

Dios pone en efecto esta tercera opción: Él puede transformar a los pecadores en
personas justas. ¿Cómo? Haciéndonos justicia de Dios en Cristo (2 Corintios 5:21),
constituyendo justos a los muchos (Romanos 5:19), dándoles a creyentes el don de la
justicia (v. 17). Hay pasos en el proceso, como se detalla en el pasaje central referente a
la justificación, 3:21–26. No discutiremos por razones de espacio, pero acercaremos
algunas posturas.

3
Interesante reflexión de la reforma que puede estudiarse desde la perspectiva protestante. VIDAL
César. El caso Lutero. Madrid. EDAF 2008. Pág 141
4
ANDERSON Neil. Libre de ataduras. Nashville. BETANIA 1993. Pág 36
5
MOORE M. Evangelio versus legalismo. Buenos Aires. ACES 1998. Pág 51

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El plan (Romanos 3:21). El plan de Dios para proveer la justicia necesaria se
centró en Jesucristo. Fue aparte de la ley. La construcción no lleva el artículo, lo que
indica que era aparte no sólo de la ley mosaica, de la cual no podía proveer la justicia
(Hechos 13:39), sino también de toda complicación legal. Fue manifestada (una forma
perfecta pasiva) en la encarnación de Cristo, y los efectos de esa gran intervención en la
historia continúan.

Es constantemente atestiguado por la Ley y los Profetas, que dieron la excelsa


obra de la Cruz, que tiene múltiples facetas, y hemos de tener en cuenta que los grandes
temas que estamos considerando en relación a ella revelan estas facetas a la medida de
la comprensión de nuestra mente finita. La justificación por la fe—lema de la Reforma
en el siglo XVI—presenta la obra de la Cruz desde el punto de vista jurídico, es decir:
en relación con la santa Ley de Dios.

El hombre pecador se presenta como un reo ante el alto tribunal de un Dios


justo, y queda patente que ha quebrantado tanto la ley natural de la conciencia como la
Ley claramente declarada en el Sinaí. El problema es éste: ¿Cómo puede Dios ser justo
y el que justifica al pecador? La contestación se halla en la Cruz, y el creyente es
declarado justo a los ojos de Dios. Esta declaración es la justificación por la fe.6

Justificar significa declarar y tratar como justo a alguien por medio de


absolución de culpabilidad. La obra redentora de Cristo provee la base justa para la
justificación de Dios a los creyentes para que reciban remisión de pecados y una
posición correcta delante de Él (Hch 13:38–39; Ro 3:21–26; 4:5–8; 8:1, 33–34; Col
2:13). La justificación es judicial o legal, y en eso se distingue de la santificación
progresiva, que es el proceso por el cual el creyente está siendo hecho justo (cf. Jn
17:17; Ef 5:26; Heb 12:14).7

Los términos hebreo y griego traducidos “justicia” significan lo que es justo o lo


que se conforma al carácter de Dios. Como Dios ha hecho misericordiosamente un
pacto con su pueblo, su justicia a menudo se expresa en guardar ese pacto con acciones
de liberación y salvación y juicio de sus enemigos. La mayor expresión de la justicia de

6
HARRINSON E.F. Introducción al nuevo testamento. Michigan. LIBROS desafío 1980. Pág 43
7
TRENCHARD E. Bosquejos De Doctrina Fundamental. Michigan. GRAND RAPIDS 2005. Pág 972

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Dios se ve en la venida de Cristo que obra tanto la salvación como el juicio. La justicia
es exigida al hombre para compañerismo con Dios. Ésta se obtiene primero por una fe
sencilla en Cristo, resultando en que la justicia de Dios se acredite al creyente (Ro 3:21–
22). Luego la justicia de Dios se incorpora poco a poco en la vida práctica del creyente
por el ministerio del Espíritu que habita dentro (Ro 8:4; Eze 36:26).8

1.2 La justicia divina

Como ya hemos visto en nuestro estudio de la Deidad, la justicia es un atributo


de Dios, y el hombre no sabría nada de esta «rectitud» esencial aparte de la revelación
que Dios ha dado de sí mismo (Is. 45:21; Ap. 15:3, 16:5, etc.)9

La doctrina de la justificación, el centro de la tormenta durante la Reforma, fue


una de las grandes preocupaciones del apóstol Pablo. La consideraba el corazón del
Evangelio (Romanos 1:17; 3:21–5:21; Gálatas 2:15–5:1), y les daba forma tanto a su
mensaje (Hechos 13:38–39) como a su consagración y su vida espiritual (2 Corintios
5:13–21; Filipenses 3:4–14). Aunque hay otros escritores del Nuevo Testamento que
afirman sustancialmente la misma doctrina, los términos en los cuales los protestantes la
han proclamado y defendido durante casi cinco siglos son tomados sobre todo de Pablo.

La justificación es un acto judicial de Dios por medio del cual indulta a los
pecadores (las personas malvadas e impías, Romanos 4:5; 3:9–24), aceptándolos como
justos, y enderezando de manera permanente su relación con Él, de quien antes se
hallaban alejados. Esta sentencia justificante es el don divino de la justicia (Romanos
5:15–17), la concesión por parte de Dios de una categoría de aceptación, en atención a
Jesús (2 Corintios 5:21).

1.3 La justicia exigida

8
LBLA Indice De Topicos. electronic ed. La Habra, CA : Foundation Publications, Inc., 2000
9
Idem pág 198

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Dios manifestó Su voluntad al hombre en estado de inocencia de una forma
apropiada a su condición (Gn. 2:16 y 17) y, después de la Caída, no le dejó sin
testimonio, sino que le habló por medio de la naturaleza y de la conciencia, siendo ésta
la voz interna que acusa o excusa los actos del hombre (Ro. 2:14 y 15). Pero la plena
manifestación de la voluntad de Dios para con los hombres fue dada en el Sinaí, donde
Dios pronunció las diez palabras, y luego instruyó a Moisés con otros muchos
preceptos complementarios.10

La Ley representa lo que Dios, en justicia, requiere de los hombres en las


circunstancias actuales de la vida, y el mandamiento es siempre «santo y justo y bueno»
(Ro. 7:12). Pero, bajo repetidas pruebas, se demostró que el hombre era incapaz de
cumplir la justicia exigida por Dios, ya que su naturaleza pecaminosa siempre le
arrastraba a la desobediencia. Una ley quebrantada no puede salvar a nadie, sino que
condena inflexiblemente al infractor de ella.11

El que no la cumple, muere. Cuando Moisés, al ver que Israel había quebrantado
la Ley en todos sus capítulos antes de recibirla en forma escrita, quebró las tablas de
piedra al pie del Sinaí, señaló con ello, en forma simbólica, el fracaso del hombre ante
las santas exigencias de la Ley divina (Ex. 32:19; Ro. 3:19; Gá. 3:10, etc.).

1.4 La Ley cumplida y la justicia satisfecha

El Señor Jesucristo, Hombre representativo, cumplió la Ley por medio de una


vida perfecta. En el Calvario se colocó en el lugar del hombre pecador, en virtud de Su
carácter representativo que ya hemos considerado, y agotó la sentencia de la Ley por Su
muerte. Así, la justicia de Dios quedó satisfecha y la santa Ley fue honrada.

Téngase en cuenta el valor infinito del sacrificio de la Cruz, que ya hemos


apuntado bajo el tema de la propiciación (capítulo 7).12

10
M. Lutero: comentarios de Martín Lutero romanos. Terrassa CLIE 1522. Pág 163
11
Idem pág 195
12
Idem pág 239

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La Escritura enfatiza uniformemente la imposibilidad de alcanzar la justificación
ante la santa ley de Dios por cualquier tipo de actividad humana. Esto se manifiesta en
la predicación de Pablo como aparece en el libro de los Hechos. El mensaje de Pablo
fue: «Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón
de pecados, y que de todos aquellos pecados de que por la ley de Moisés no pudisteis
ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree» (Hechos 13:38, 39).

Después de narrar sus palabras con Pedro en Antioquía, Pablo continúa:


«Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles, sabiendo que el
hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros
también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe en Cristo y no por
las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado» (Gálatas
2:15, 16).

1.5 La justicia otorgada

En el Evangelio se revela una Justicia que Dios otorga al creyente, y éste es el


gran tema de Romanos 1:16–5:21. El «corazón» del sublime asunto se halla en
Romanos 3:21–6, versículos que deben analizarse con todo cuidado. En vista de que el
hombre era incapaz de procurar la justicia mediante la obediencia a la Ley, Dios tomó la
iniciativa por Su gracia, mandando a Su Hijo, quien satisfizo las exigencias de la Ley en
el Calvario: «Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios,
testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en
Jesucristo …» (Ro. 3:21 y 22)

1.6 La justicia recibida

El medio de conseguir la justicia otorgada por la gracia de Dios es la Fe, que, en


el sentido bíblico, es la confianza total del hombre que, arrepentido de sus pecados,
descansa en Cristo para la salvación de su alma. Sólo esta actitud del alma puede
establecer contacto con Aquel que cumplió la Ley por nosotros para revestirnos de Su

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propia justicia (2 Co. 5:21). Cristo «nos ha sido hecho justificación» (1 Co. 1:30) y,
recibiéndole a Él, tenemos la justificación, y no de otra manera. La fe hace posible que
Dios nos impute (abone en cuenta) Su justicia, como en el caso de Abraham (Ro. 3:22,
26; 4:3, 5 y 22; Gá. 3:22–26, etc.). Somos justificados por la gracia de Dios, que es el
origen de la bendición (Ro. 3:24); por la sangre, que es su base (Ro. 5:9), y por la fe,
que es el medio (Ro. 5:1).13

1.7 La justicia manifestada

La justicia no es una mera declaración legal de nuestra nueva posición ante Dios,
sino que es una obra vital, que supone nuestra unión espiritual con Cristo, de modo que
la justicia recibida ha de producir sus frutos en nuestra vida (Fil. 1:11). Este tema se
desarrollará bajo el epígrafe de la Santificación (capítulo 17).14

El juicio justificante de Dios parece extraño, puesto que declarar justos a los
pecadores daría la impresión de ser exactamente la acción injusta por parte del juez que
la propia ley de Dios prohíbe (Deuteronomio 25:1; Proverbios 17:15). No obstante, se
trata en realidad de un juicio justo, puesto que se basa en la justicia de Jesucristo, el cual
como “el postrer Adán” (1 Corintios 15:45), nuestro cabeza representante que actuaba a
nombre nuestro, obedeció la ley que nos ataba y soportó la retribución que debíamos
haber sufrido nosotros por nuestra impiedad; de esta forma (para usar un término
técnico medieval), “mereció” nuestra justificación. Por consiguiente, somos justamente
justificados, a partir de la justicia hecha (Romanos 3:25–26) y la justicia de Cristo, que
nos es atribuida (Romanos 5:18–19).15

La decisión justificante de Dios es el juicio del Último Día, en el cual declarará


dónde pasaremos la eternidad, pasado al presente y pronunciado aquí y ahora. Es el
último juicio que se hará jamás sobre nuestro destino; Dios nunca se echará atrás en él,
por mucho que Satanás apele contra su veredicto (Zacarías 3:1; Apocalipsis 12:10;

13
WALVOORD, John F. ; Zuck, Roy B. ; Dallas Theological Seminary: The Bible Knowledge Commentary :
An Exposition of the Scriptures. Wheaton, IL : Victor Books, 1983-c1985
14
FOUNDATION PUBLICATIONS. INC. Anaheim, California 92816. Biblia de studio.2000
15
TOMÁS DE LA FUENTE. Claves de Interpretación Bíblica. CBP. TEXAS, TX 79914. Digital Ed.

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2. TEOLOGÍA PAULINA SOBRE LA JUSTIFICACIÓN

2.1 Los escritos de Pablo

El concepto de la justificación se elabora y profundiza, especialmente en


romanos y Gálatas, y llega a ser el meollo de la soteriología paulina. La justicia de Dios
es «de la fe» (Ro 4.11, 13; cf. Gl 2.16; 3.8), «la justicia de Dios por medio de la fe en
Jesucristo» (Ro 3.22; Flp 3.9). Pablo contrasta constantemente esta justificación
evangélica con «la justicia por las obras de la ley» (Ro 9.31s; cf. 10.5) y con «mi propia
justicia» (Ro 10.3; Flp 3.9).

El principio de la justicia legal es «haced esto, y viviréis» (Ro 10.5; Gl 3.10–12);


el principio de la justificación evangélica es «creed, confesad, y seréis salvos» (Ro
10.9s; Gl 3.6–9).16

En su misión a los gentiles y su polémica contra el legalismo judaizante, Pablo


proclama que el creyente recibe la justificación de Dios gratuitamente y ahora, puesto
que es impartida por Dios en Cristo y recibida por la → FE (Ro 5.1, 17). Según Ro
3.21–31, no depende de las buenas → OBRAS, ni de nuestra obediencia a la → LEY (en
particular, a la demanda de la → CIRCUNCISIÓN); depende más bien de la → GRACIA
divina para evitar toda jactancia humana. Lejos de fluir de algún merecimiento humano
(Ro 4.4s; Flp 3.9), la salvación es de pura gracia, y no puede derivarse de una mezcla de
gracia y obras (Ro 3.28; 11.6; Gl 2.14–21; 5.4)

16
Recomendación de ésta lectura obligada para la disertación del tema. JUAN CALVINO. Comentarios
sobre la epístola a los romanos. Michigan. DESAFIO 2005.

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Pablo expresa esta verdad quizás en los términos más drásticos en Ro 4.2–7: «al
que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, la fe le es contada por justicia».
En un nivel literal, esta atrevida expresión contradice textualmente las muchas
expresiones veterotestamentarias de que Dios no justificará nunca al impío (Ex 23.7; Dt
25.1; Is 5.23). Pero en un nivel mucho más profundo esto corresponde rotundamente a
la realidad veterotestamentaria (Dt 7.7s; 9.6; 26.5; Jos 24.2; cf. Gn 18.23). Aunque la
expresión también chocara con la piedad judía del tiempo de Pablo, sigue con toda
fidelidad el ejemplo y el espíritu de Jesús, quien vino a llamar a pecadores, comía con
publicanos, los declaraba justificados y «murió por los impíos» (Ro 5.6; cf. 1.18).

Todo pensamiento de Pablo gira en torno a «Jesucristo, y a este crucificado» (1


Co 2.2), y esta perspectiva transforma también su visión de la justificación. La obra
vicaria de Jesús es la base indispensable de la salvación, pues estamos «justificados en
su sangre» (Ro 3.24ss; 5.9). Como Segundo Adán, Él ha realizado el acto de obediencia
(Ro 5.19) y justicia (Ro 5.18) que constituye nuestra justificación. Hecho maldición por
nosotros en la cruz, nos ha justificado y en esa forma la bendición Abrahamica de Gn
12.3 se ha cumplido y extendido a los gentiles (Gl 3.14).

El lenguaje acerca de la cruz en Ro 3.24ss es sacrificial y tiene por antecedente


la liturgia del DÍA DE LA EXPIACIÓN según Lv 16, con su triple confesión de pecado (cf.
Ro 3.23) y el derramamiento de sangre sobre el propiciatorio. Este era a la vez lugar de
expiación y de revelación de Dios (Ex 25.22). De igual manera, ahora la persona de
Cristo en su muerte es el lugar donde el juicio de Dios se ejecuta expiatoriamente y
donde a la vez se manifiesta la justicia de Dios. La tensión mencionada en Ro 3.26 entre
la justicia de Dios y la justificación del pecador, reconciliadas ambas en el sacrificio de
Cristo, se describe en dos fases histórico-salvíficas: (1) Dios «pasó por alto en su
paciencia los pecados pasados» en la época del Antiguo Testamento, pero solo con
miras a (2) «manifestar en este tiempo su justicia», ahora, en el tiempo de
cumplimiento.17

Pablo recalca también la relación entre la resurrección de Cristo y nuestra


justificación. La resurrección señala contundentemente la eficacia redentora del

17
HENRY M. Comentario Bíblico. Miami. 1999. UNILIT. Pág 875

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sacrificio de Cristo aceptado y sellado por el Padre, y confirma también su triunfo cabal
sobre el poder del → PECADO (1 Co 15.17). «¿Quién nos puede acusar?», pregunta
Pablo (Ro 8.33s), puesto que Dios es nuestro abogado defensor (cf. Is 50.8) y, puesto
que el único juez es el mismo que habiendo muerto por nosotros, resucitó triunfante e
intercede por nosotros a la diestra del Padre (cf. Ro 6.4ss) en la semejanza de su
resurrección, de modo que la justicia de la Ley se cumple ahora en nosotros los que
andamos conforme al Espíritu del que levantó a Cristo de los muertos (Ro 8.1–11).

2.2 Los escritos de Santiago

Leyendo superficialmente, algunos han pensado que la explicación en Santiago


acerca de la relación entre la fe y las obras se opone a la doctrina de la justificación por
la fe. Una exégesis cuidadosa, sin embargo, revela que ese no es el caso.18

Lo que dice Santiago concuerda perfectamente. «Hermanos míos, ¿de qué


aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? … La
fe, si no tiene obras, está muerta en sí misma. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo
obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Tú crees que
Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. Mas ¿quieres saber,
hombre vano, que la fe sin obras es muerta?

¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su
hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe
se perfeccionó por las obras? Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a
Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. Vosotros veis, pues,
que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe. Asimismo también
Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los
envió por otro camino? porque como el cuerpo sin el espíritu es una cosa muerta, así
también la fe sin obras está muerta» (Santiago 2:14–26).

18
LEWIS S. Chafer. Teología sistemática vol I Pág 1120

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Casi siempre se considera la Epístola de Santiago como uno, si no el más,
temprano de los escritos del Nuevo Testamento. En verdad, no fue escrita para
responder —como alegan algunos— a la Epístola a los Romanos, la cual fue escrita
algunos años después. Nuestro Señor Jesucristo mismo predicó la justificación por la fe.
«Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado» (Juan 6:20).

El énfasis sobre la actitud del corazón —distinto al de las obras de las manos—,
como el fundamento de los fundamentos, siempre está expuesto a la falsa interpretación
de antinomismo. La Epístola de Santiago refleja una sana corrección en una etapa muy
temprana en el movimiento cristiano.19

Si Santiago no se escribió para contradecir la Epístola a los Romanos, tampoco


esta es contraria a la primera. En verdad, el apóstol Pablo habla tan fuertemente como
Santiago contra la idea de una fe que no produce obras. «Porque no son los oidores de
la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados» (Romanos
2:13).

El fuerte tono ético de todo el capítulo 2 de romanos no contradice la doctrina de


la justificación por la fe, sino que la resguarda, tal como la Epístola de Santiago, contra
el antinomismo. Pablo incluso destaca al amor más que a la fe. «Y ahora la fe, la
esperanza y el amor, estos tres son permanentes; pero el mayor de ellos es el amor» (1
Corintios 13:13).20

El amor es más grande porque es el fruto y la evidencia de la fe, pero la fe es la


raíz, la condición absolutamente necesaria para la justificación y para todo lo que sigue
en el proceso de la santificación.

La Epístola de Santiago llama a una vida de «fe en acción» «sin acepción de


personas» (2.1) y fructífera en amor (2.8) y obras (2.14–26). Desde esta perspectiva, el
autor discute la justificación y la fe en términos que a primera vista parecen
incompatibles con todo lo que para Pablo era el evangelio. En cuanto a provecho o
utilidad, Santiago cuestiona el que la fe pueda salvar (2.14). Concluye que la fe sin

19
MUÑOZ M. www.todaslasnaciones.org
20
GERSTNER J. Man the Saint. An Evangelical quarterly. www.logoi.org julio 1997. Pág 43

Página 15 de 63
obras es muerta (2.17, 26) y estéril (2.20); la fe coactúa en las obras que de ella nacen, y
llega a su plenitud en ellas (2.22). Santiago aun afirma tres veces que el hombre es
justificado por las obras y no solo por la fe (2.21, 24, 25). Apoya su conclusión en tres
argumentos:

1. Un argumento práctico basado en la futilidad de una caridad puramente


verbal, sin expresión tangible (2.14–17).

2. Un argumento teológico que insinúa lo demoníaco de una abstracta ortodoxia


monoteísta, aunque sea adherencia teórico-verbal al credo más indispensable,
el Shemá.

3. Un argumento histórico, basado en Abraham y Rahab (2.20–26).

Es evidente que Santiago vive una situación distinta a la de Pablo y que ataca a
un error diferente. Santiago no conoce la antítesis paulina de gracia y ley, fe y obras,
sino se enfrenta a una religiosidad teórica, e insiste en la unidad integral de fe y acción
(1.18, 22). Curiosamente, apoya su conclusión respecto a Abraham en el mismo texto
que cita Pablo (Gn 15.6), pero lo transfiere de su contexto original del nacimiento de
Isaac al momento posterior cuando la fe de Abraham «se perfeccionó» con el sacrificio
del hijo prometido (Gn 22). 21

Pablo, en cambio, coloca la justificación de Abraham por fe en su contexto


original, en donde se acentúa precisamente la importancia y la pasividad de Abraham
(Ro 4.16–22), e insiste en que la promesa vino mucho antes del nacimiento y la
circuncisión de Isaac (Ro 4.9–12). Además, aunque ambos autores citan Gn 15.6,
Santiago no parece descubrir en esas palabras ningún concepto de imputación vicaria
por representación. En general, Santiago no elabora una soteriología de la justificación
en este pasaje, sino más bien una ética de la fe puesta en acción. Sin embargo, todo su
pensamiento, igual que el de Pablo, está totalmente ajeno al consejo de mérito y
«justicia propia» del legalismo judío.

21
“HOEMAKER Rolli pu li ó u ag ífi o estudio so re Ro a os e la revista Mi isterio adve tista”
de Julio-Agosto de 2008, conviene su lectura.

Página 16 de 63
Algunos han pretendido ver en Santiago una polémica contra Pablo, o contra un
«paulinismo distorsionado», pero otros, creyendo que Santiago se escribió antes de
Gálatas y romanos, han sospechado que en algunos pasajes de estas otras dos epístolas
Pablo corrige tácitamente a Santiago. Es más probable que los dos autores hayan escrito
de manera independiente bajo circunstancias muy diversas, contra el antecedente común
del judaísmo.22

Con toda su diversidad de énfasis, Santiago y Pablo convergen en lo esencial


como dos testigos de un mismo mensaje. Gran parte de la discrepancia es más bien
semántica. Pablo también nos insta a ser hacedores y no solo oidores de la Ley (Ro
2.13), señala que hemos sido llamados a buenas obras (Ef 2.10, y otras quince veces), y
entiende «la fe que obra por el amor» (Gl 5.6) como muestra de obediencia al evangelio
(Ro 1.5). De ninguna manera sirve la gracia como licencia al pecado (Ro 6.1, 12, 15–
22). (Tito 1.6 y 3.7–9), en el mismo espíritu de (Stg 2.18ss.) rechazan la profesión
vacía, sin los hechos correspondientes, como abominación. Así pues, la fe por la que
según Pablo el hombre es justificado, es también la fe que se realiza en acción, según
Stg 2.22. Y las obras que rechaza Pablo por insuficientes son «las obras de la ley»,
mientras que las obras, que Santiago afirma son indispensables para que el hombre
pueda ser justificado, son de hecho «las obras de fe», en las que también insiste Pablo. 23

La frase, quizás con cierta paradoja intencionalmente chocante, subraya el


carácter netamente gratuito de la justificación y también su carácter vicario; al impío le
es atribuida la «justicia ajena» de Cristo (2 Co 5.21). Sin embargo, la justificación no
consiste en que Dios haga piadosos a los impíos y luego los acepte («justificación
analítica»), sino en que declara «aceptos» ante Él a los impíos e injustos, por la justicia
imputada e impartida de Cristo, y así comienza a transformar toda la vida. La
justificación nunca debe confundirse con la santificación ni divorciarse de ella.24

La justicia llega por la fe en el ahora revelado Jesucristo. El Nuevo Testamento


nunca dice que somos salvos a causa de la fe (esto requeriría acusativo). Siempre hace
de la fe el canal por el cual recibimos la salvación (con el genitivo). Pero, por supuesto,

22
TURRADO L. Biblia comentada vol VI B. Biblia comentada. Madrid. EDAF 1997. Pág 63
23
VIDAL C. El legado del cristianismo en la cultura occidental. Madrid. ESPASA 2002.
24
Vide BAKER R. Compendio de la historia cristiana. Madrid. CBP 1974

Página 17 de 63
la fe necesita tener el objeto correcto para que sea efectiva, y el objeto de la fe salvífica
es Jesucristo.25

Muy claramente, el precio pagado fue la sangre de Cristo. El costo para Él fue lo
máximo. A nosotros el beneficio nos llega gratuitamente (la misma palabra se traduce
“sin causa” en Juan 15:25), es decir, sin alguna causa en nosotros, y por lo tanto por Su
gracia. 26

Cuando el individuo recibe a Cristo, es situado en Cristo. Esto es lo que hace a


la persona justa. Somos hechos justicia de Dios en El. Sólo esta justicia conquista
nuestra desesperada condición pecaminosa, y cumple con todas las demandas de la
justicia de Dios.

La justicia de Cristo que tenemos no sólo cumple las demandas de Dios, sino
que también demanda que Dios nos justifique. Somos justos de hecho, no en ficción;
por lo tanto, el Dios santo puede permanecer justo y justificar al que cree en el Señor
Jesucristo.27

Por consiguiente, nadie puede acusar a los elegidos de Dios, puesto que en
Cristo somos justos a la vista de Dios. Y por esto es que Dios puede justificarnos.

La justificación se prueba por la pureza personal. “El que ha muerto, ha sido


justificado del pecado” (Romanos 6:7). Nuestra posición es la de absueltos del pecado,
de modo que éste no tiene ya dominio sobre nosotros. La justificación ante el tribunal
de Dios se demuestra por la santidad de vida aquí en la tierra ante el tribunal de los
hombres. Esta era la perspectiva de Santiago cuando escribió que somos justificados por
las obras (Santiago 2:24). Fe no productiva no es fe genuina. Los creyentes han de
mostrar por sus obras ante los hombres lo que son en Cristo. La fe sola nos justifica
delante de Dios y nos permite entrar en el cielo. Las obras nos justifican ante los
hombres.

25
TUGGY A. Léxico del griego del Nuevo Testamento. Alabama. CBP 1996
26
STEVENY G. Romanos. Desarrollo de cada capítulo de Romanos. Barcelona 2008.
27
Recomendamos las ponencias sobre éste tema desarrolladas por distintos autores. BADENAS R.
VALTUEÑA. J.A y otros. © 2008, Aula7activa-AEGUAE, de esta edición en español para todo el mundo.
Depósito Legal: B-49357-2007

Página 18 de 63
Para concluir: La justificación nos asegura la paz con Dios (Romanos 5:1).
Nuestra relación con Él es justa, legal y eterna. Esto constituye el fundamento seguro
para la paz con Dios.

2.3 La teología salvífica y su relación con la santificación

(Romanos 8:33–34). Ser justificado es estar seguro para toda la eternidad


(romanos 5:1–5; 8:30). El medio necesario, o causa instrumental de la justificación, es
la fe personal en Jesucristo como Salvador crucificado y Señor resucitado (Romanos
4:23–25; 10:8–13). Esto se debe a que el mérito en el que se apoya nuestra justificación
se halla totalmente en Cristo. Cuando nos entregamos a Jesús en fe, Él nos da su don de
justicia, de tal manera que en el acto mismo de “apegarnos a Cristo”, como lo
expresaban los maestros reformados más antiguos, recibimos el perdón y la aceptación
divinos que no podríamos obtener de ninguna otra forma (Gálatas 2:15–16; 3:24).28

La teología oficial católica romana incluye la santificación dentro de la


definición de la justificación, a la cual considera más un proceso que un solo
acontecimiento decisivo, y afirma que, mientras que la fe contribuye a que seamos
aceptados por Dios, también contribuyen a ello nuestras obras satisfactorias y
meritorias. Roma ve el bautismo, considerado como canal de la gracia santificante,
como la causa instrumental primaria de la justificación, y el sacramento de la
penitencia, por medio del cual se logra un mérito congruente a través de las obras de
satisfacción, como la causa restauradora complementaria cada vez que se pierde la
29
gracia de la aceptación divina inicial por medio de un pecado mortal.

Mérito congruente, a diferencia de mérito condigno, significa un mérito que es


adecuado, aunque no absolutamente necesario, que sea recompensado por Dios con un
nuevo fluir de gracia santificante. Por consiguiente, según el punto de vista católico
romano, los creyentes se salvan a sí mismos con la ayuda de la gracia que fluye de
Cristo a través del sistema sacramental de la iglesia, y en esta vida, de ordinario, no se

28
LEWIS C. Mero cristianismo. Miami. CARIBE 1977. Pág 77-129
29
Resulta útil contrastar los términos santidad y justicia en éste diccionario de AUDI R. de Filosofía.
Madrid. AKAL 199. Pág 275

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puede tener sentido alguno de seguridad en cuanto a la gracia de Dios. Una enseñanza
así se halla muy lejana de las enseñanzas de Pablo.30

No distinguir entre la justificación y la santificación ha creado mucha confusión


en los escritos teológicos. J.A. Faulkner señala: «Lo opuesto a “justificación” es
“condenación”… No es la infusión de una nueva vida, de una nueva santificación, lo
que se cuenta para justicia, sino la fe» (Romanos 4:5; Filipenses 3:9). Cuando Dios
justifica, lo que mira no es la justicia que imparte o va a impartir sino la expiación que
hizo en Cristo».31

Faulkner continúa: «Una de las paradojas más reales del cristianismo es que a
menos que se observe una vida justa, no hay justificación, aunque la justificación misma
es solo por amor de Cristo y únicamente por fe. Es un “estado” más que un carácter…
lleva el sello de un concepto legal más que el de uno ético».

3 LA JUSTIFICACIÓN EN ROMANOS Y OTRAS


ESCRITURAS

Es cierto que la doctrina de la justificación por la fe viene principalmente de


Pablo, pero también lo es que el apóstol la basa en las Escrituras del Antiguo
Testamento, y que cada parte de estas presupone, implica o declara la justificación por
la fe y otros temas que no podrían ser defendidos aparte de esta doctrina.

3.1 Romanos CAPÍTULO 3

La enseñanza más concentrada acerca de la doctrina de la justificación por la fe


se halla en la Epístola a los Romanos. Después de los primeros dos capítulos y medio,

30
PACKER, J. I.: Teologı́a Co cisa: U a Guı́a a Las Cree cias Del Cristia is o Hist́rico. Miami, FL : UNLIT,
1998, S. 172.
31
Observemos la autoridad de entonces el comentario versado sobre el debate. SAN JERONIMO.
Comentario Bíblico Vol IV. Madrid. ECRISTIANDAD. 1972. Pág 291-312

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en los que muestra la condición caída de la especie humana —tanto de judíos como de
gentiles, y la necesidad absoluta de una justicia del corazón más que meras obras
aparentes—, concluye: «Sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están
bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios;
ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque
por medio de la ley es el conocimiento del pecado» (Romanos 3:19, 20).32

Enseguida presenta una de las grandes meditaciones acerca de la doctrina de la


justificación solo por fe.

«Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por


la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos
los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están
destituidos de la gloria de Dios, [siendo] justificados [aquellos que lo son]
gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien
Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su
justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la
mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que
justifica al que es de la fe de Jesús. ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida.
¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. Concluimos, pues, que
el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. ¿Es Dios solamente Dios de los
judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente también de los gentiles.
Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la
fe a los de la incircuncisión. ¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera,
sino que confirmamos la ley» (Romanos 3:21–31).

Estas palabras son tan claras que casi no necesitan comentario. Si ponemos
nuestra fe en Jesucristo, entonces, completamente aparte de las buenas obras que nos
son mandadas por la ley de Dios, somos considerados y declarados «justos» en lo que
respecta al carácter santo de Dios y la ley santa de Dios.33

32
Resulta indispensable la valoración de Pablo antes de comprender Romanos. BROWN R. Introducción
al nuevo testamento vol II. Madrid. TROTA 2002. Pág 587-612
33
Idem Pág 727-758

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3.2 Romanos CAPITULO 4

La diferencia entre la justificación por la fe y el valor de las buenas obras se


aclara más en el capítulo 4 de Romanos: «¿Qué, pues, diremos que halló Abraham
nuestro padre según la carne? Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene
de qué gloriarse, pero no para con Dios. Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó
Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. Pero al que obra no se le cuenta el
salario como gracia, sino como deuda, mas al que no obra, sino cree en aquel que
justifica al impío, su fe le es contada por justicia. Como también David habla de la
bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, diciendo:
Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son
cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado [Salmos
32:1, 2]» (Romanos 4:1–8).

Los versículos 9 al 12 narran la relación de Abraham como el padre espiritual de


todos los que creen. Siendo justificado antes de que le fuera dado el rito externo de la
circuncisión. Así se constituye en el padre espiritual de los judíos —para quienes la
circuncisión es la señal de estar en el pacto de Dios—, y de los gentiles, quienes vienen
desde fuera del pacto y son aceptados sin circuncisión, solo por la fe. 34

Pablo continúa su argumento: «Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su


descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe.
Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la
promesa. Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión [de
la ley]. Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme
para toda su descendencia [de Abraham]; no solamente para la que es de la fe de
Abraham, el cual es padre de todos nosotros (como está escrito: Te haré padre de
muchas naciones) [Génesis 17:5]» (Romanos 4:13–17a).

34
BONHOEFFER D. El precio de la gracia. El seguimiento. Salamanca. SIGUEME 2004. Pág 47

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El apóstol se extiende en el tema de la fe firme de Abraham en Dios: «Por lo
cual también su fe le fue contada por justicia. Y no solamente con respecto a él se
escribió que le fue contada, sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser
contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor
nuestro, el cual fue entregado [a la muerte] por nuestras transgresiones, y resucitado
para [efectuar] nuestra justificación. Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con
Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la
fe a esta gracia en la cual estamos firmes» (romanos 4:22–5:2a).35

3.3 Romanos CAPITULO 5

Me parece que las primeras palabras del capítulo 5 corresponden propiamente a


la conclusión del capítulo 4. En los versículos 9 y 10 tenemos un paralelismo lógico casi
en el estilo de la poesía hebrea. Pablo acaba de concluir la declaración de la maravillosa
gracia de Dios, manifestada en el hecho de que «siendo aún pecadores, Cristo murió
por nosotros». Y continúa: «Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por
él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios
por la muerte de su Hijo, mucho más estando reconciliados, seremos salvos por su
vida.” Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro
Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación» (Romanos 5:8–11).36

Los versículos 12 al 19 manifiestan la relación de la humanidad caída con el


pecado de Adán y la expiación de Cristo. Estos versículos fueron explicados
extensamente en conexión con la doctrina del pecado original. Pablo concluye el tema
de la justificación, en la primera sección de la Epístola a los Romanos, con las palabras:
«Mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; para que así como el pecado
reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante
Jesucristo, Señor nuestro» (Romanos 5:20b–21).

3.4 Aplicación

35
BARTH K. Introducción a la teología evangélica. Salamanca. SIGUEME 2006. Pág 107-118
36
KUSS O. Cartas a los Romanos. Barcelona. HERDER 1976. Pág 41-122

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Todo el resto de la Epístola a los Romanos se basa en la doctrina de la
justificación por la fe y a partir de ella se desarrolla. Los capítulos 6, 7 y 8 constituyen
una unidad sobre el tema de la vida santa. Los que son justificados también están en
proceso de ser santificados. No hay pena legal sobre ellos (8:1). 37

La persona justificada por el poder del Espíritu, sin embargo, vivirá una vida
santa. «Así que, hermanos, deudores somos, no a la naturaleza humana caída, para que
vivamos conforme a la naturaleza humana caída; porque si vivís conforme a la
naturaleza humana caída, moriréis; mas si por el Espíritu estáis haciendo morir
continuamente los hechos del cuerpo, viviréis. Porque todos los que son guiados por el
Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios» (8:12–14).

El capítulo 9 basa la justificación en la soberana gracia de Dios en la elección. El


capítulo 10 presenta la oferta del evangelio a todos los hombres. Tal como dijo Moisés:
«Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón [Deuteronomio 30:14]. Esta es
la palabra de fe que predicamos…» (Romanos 10:8).38

El capítulo 11 detalla la justificación por la fe en la historia de la iglesia visible,


tanto judía como gentil. En su mayor parte, los capítulos 12 al 16 se dedican a las
aplicaciones prácticas de esta gran doctrina. 39

Tal vez el punto culminante de la doctrina sea romanos 8:33, 34: «¿Quién
acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará?
Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la
diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor
de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o
espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo: Somos
contados como ovejas de matadero» [Salmos 44:22]. Antes, en todas estas cosas somos
más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que
ni la muerte ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por

37
Idem. Pág 163
38
BERKHOF L. Teología Sistemática. Digital. READIRIS 2010. Pág 654
39
HERTLING L. Historia de la Iglesia. Barcelona. HERDER 1989. Pág 51

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venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del
amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro» (Romanos 8:33–39).

4 IMPOSIBILIDAD DE OBTENER LA JUSTIFICACIÓN POR


LAS OBRAS DE LA LEY

4.1 La enseñanza del Antiguo Testamento

Este énfasis no es particular al Nuevo Testamento. Ya hemos citado las palabras


de Moisés en Deuteronomio 30, mostrando que lo que Dios requiere es una confesión
que venga del corazón, no el cumplimiento de un código difícil. Esta confesión que
viene del corazón «agradará a Jehová más que sacrificio de buey, o becerro que tiene
cuernos y pezuñas» (Salmos 69:31).

4.2. ¿En qué sentido fue Pablo «irreprensible»?

Se oye frecuentemente la opinión de que el apóstol Pablo se declaró


«irreprensible» según las normas del Antiguo Testamento. Esta declaración en cuanto a
su inculpabilidad es sacada de su contexto e interpretada como si Pablo pretendiera para
sí mismo la perfección moral según las normas de la ley de Dios dadas en el Antiguo
Testamento.

Eso es un error. En primer lugar, la palabra «irreprensible», amemptos, está


usada en una situación particular y no significa «sin pecado» a los ojos de Dios.
Literalmente quiere decir con exactitud lo que el término significa en español, «que no
merece reprensión o censura» en esta situación específica. Por otra parte, el verbo
memphomai significa «culpar» en el sentido de censura. 40

40
Op. Cit. Léxico del Griego del Nuevo Testamento, A e ptos .

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Leemos de Elizabet, la madre de Juan el Bautista, y su esposo Zacarías que
«ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los
mandamientos y ordenanzas del Señor» (Lucas 1:6). Ciertamente esto no quiere decir
que habían alcanzado la perfección sin pecado en cuanto a las normas del Antiguo
Testamento.

Pablo exhorta a los cristianos de Filipos a: «que seáis irreprensibles y sencillos,


hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de
la cual resplandecéis como luminares en el mundo» (Filipenses 2:15). Aquí la palabra
traducida «sencillos» quiere decir literalmente «ingenuos», y el vocablo traducido
«generación» significa «especie».

4.3 La justificación por la fe y el mensaje del tercer ángel

Nuestra denominación identifica éste mensaje señalado en apocalipsis con la


idea que hemos expuesto con anterioridad. Merecería la pena un estudio aparte del
susodicho, pero simplemente queremos hacerlo constar porque tienen su importancia.

Vi luego el tercer ángel [Apoc. 14: 9-11]. Dijo mi ángel acompañante: "Su obra
es terrible. Su misión es tremenda. Es el ángel que ha de separar el trigo de la cizaña, y
sellar o atar el trigo para el granero celestial. Estas cosas debieran absorber
completamente la mente y la atención". -PE 118 (1854).41

“El tiempo de prueba está precisamente delante de nosotros, pues el fuerte


pregón del tercer ángel ya ha comenzado en la revelación de la justicia de Cristo, el
Redentor que perdona los pecados.” -1MS 425 (1892)

41
Hemos creído oportuno señalar algunas citas relevantes que la autora llegó a escribir a lo largo de su
vida. Trata específicamente, no obstante de la justificación por la fe en Cristo en su libro: El camino a
Cristo. WHITE G.

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“Si los adventistas, después del gran chasco de 1844, se hubieran aferrado a su
fe y hubieran ido unidos en pos de la providencia de Dios que abría el camino, y si
hubieran recibido el mensaje del tercer ángel y si lo hubieran proclamado al mundo
con el poder del Espíritu Santo, habrían visto la salvación de Dios, el Señor hubiera
obrado con poder mediante sus esfuerzos, la obra se habría terminado y Cristo habría
venido para recibir a su pueblo y darle su recompensa... No era la voluntad de Dios
que se demorara así la venida de Cristo... Durante cuarenta años, la incredulidad, la
murmuración y la rebelión impidieron la entrada del antiguo Israel en la tierra de
Canaán. Los mismos pecados han demorado la entrada del moderno Israel en la
Canaán celestial. En ninguno de los dos casos faltaron las promesas de Dios. La
incredulidad, la mundanalidad, la falta de consagración y las contiendas entre el
profeso pueblo de Dios nos han mantenido en este mundo de pecado y tristeza tantos
años”. -Ev 504-505

“A medida que se acerca el fin, y la obra de dar la última amonestación al


mundo se extiende, resulta más importante para los que aceptan la verdad presente
tener una clara comprensión de la naturaleza e influencia de los Testimonios, que en su
providencia Dios vinculó con la obra del mensaje del tercer ángel desde su mismo
nacimiento.” -2JT 270

“Me fue mostrado que la reforma de salud es una parte del mensaje del tercer
ángel, y que está tan estrechamente relacionada con él como el brazo y la mano lo
están con el cuerpo humano.” -1T 486

“El comienzo "del tiempo de angustia" mencionado entonces no se refiere al


tiempo cuando comenzarán a ser derramada las plagas, sino a un corto periodo
precisamente ante que caigan, mientras Cristo está en el santuario. En ese tiempo,
cuando se esté terminando la obra de la salvación, vendrá aflicción sobre la tierra, y

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las naciones se airarán, aunque serán mantenidas en jaque para que no impidan la
realización de la obra del tercer ángel”.- PE 85 (1854).

5 CONCORDANCIA DEL NUEVO TESTAMENTO

Justicia

Mat 3.15 que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó.


Mat 5.6 y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Mat 5.10 Justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Mat 5.20 justicia no fuere mayor que la de los escribas y
Mat 6.33 Justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Mat 21.32 Juan en camino de justicia, y no le creísteis;
Luc 1.75 En santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días.
Juan 16.8 Convencerá al mundo de pecado, • de justicia y de juicio.
Juan 16.10 de justicia, por cuanto voy al Padre, • y no me veréis más;
Hech 10.35 nación se agrada del que le teme y hace justicia.
Hech 13.10 hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿
Hech 17.31 con justicia, por aquel varón a quien designó,
Hech 24.25 acerca de la justicia, • del dominio propio y del
Rom 1.17 la justicia de Dios se revela por fe y para fe,
Rom 3.5 Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos? • ¿
Rom 3.21 aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios,
Rom 3.22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo,
Rom 3.25 para manifestar su justicia, a causa de haber
Rom 3.26 tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo,
Rom 4.3 Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia.
Rom 4.5 justifica al impío, su fe le es contada por justicia.
Rom 4.6 hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras,
Rom 4.9 que a Abraham le fue contada la fe por justicia.
Rom 4.11 como sello de la justicia de la fe que tuvo estando
Rom 4.11 también a ellos la fe les sea contada por justicia;
Rom 4.13 heredero del mundo, sino por la justicia de la fe.
Rom 4.22 por lo cual también su fe le fue contada por justicia.
Rom 5.17 abundancia de la gracia y del don de la justicia.
Rom 5.21 así también la gracia reine por la justicia para
Rom 6.13 miembros a Dios como instrumentos de justicia.
Rom 6.16 o sea * de la obediencia para justicia?

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Rom 6.18 Vinisteis a ser siervos de la justicia.
Rom 6.19 Vuestros miembros para servir a la justicia.
Rom 6.20 del pecado, erais libres acerca de la justicia.
Rom 8.10 mas el espíritu vive a causa de la justicia.
Rom 9.28 sobre la tierra en • • • justicia y con prontitud.
Rom 9.30 que no iban tras la justicia, han alcanzado la justicia,
Rom 9.30 han alcanzado la justicia, es decir, la justicia •
Rom 9.30 han alcanzado la justicia, es decir, la justicia • que es por fe;
Rom 9.31 que iba tras una ley de justicia, • • • no la alcanzó.
Rom 10.3 justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, •
Rom 10.3 no se han sujetado a la justicia de Dios;
Rom 10.4 es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.
Rom 10.5 la justicia que es por la ley Moisés escribe así :
Rom 10.6 Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿
Rom 10.10 justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Rom 14.17 sino justicia, • paz y gozo en el Espíritu Santo.
2 Cor 5.21 para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
2 Cor 6.7 con armas de justicia a diestra y a siniestra;
2 Cor 6.14 qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿
2 Cor 9.9 dio a los pobres; Su justicia permanece para siempre.
2 Cor 9.10 y aumentará los frutos de vuestra justicia,
2 Cor 11.15 justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.
Gál 2.21 pues si por la ley fuese la justicia, entonces por
Gál 3.6 Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia.
Gál 3.21 la justicia fuera verdaderamente • por la ley.
Gál 5.5 aguardamos por fe la esperanza de la justicia;
Efe 4.24 creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
Efe 5.9 (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, • justicia y verdad),
Efe 6.14 la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,
Fil 1.11 llenos de frutos de justicia que son * por medio de Jesucristo,
Fil 3.6 en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible.
Fil 3.9 no teniendo mi propia justicia, que es por la ley,
Fil 3.9 de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe;
1 Tim 6.11 y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor,
2 Tim 2.22 y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz,
2 Tim 3.16 para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,
2 Tim 4.8 la corona de justicia, la cual me dará el Señor,
Tit 3.5 no por obras • de justicia que nosotros hubiéramos
Heb 1.9 justicia, y aborrecido la maldad, Por lo cual te
Heb 5.13 inexperto en la palabra de justicia, porque es niño;

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Heb 7.2 significa primeramente Rey de justicia, • y también Rey de Salem,
Heb 11.7 y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.
Heb 11.33 hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon
Heb 12.11 pero después da fruto apacible de justicia a los
Sant 1.20 porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
Sant 2.23 y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo
Sant 3.18 justicia se siembra en paz para aquellos que hacen
1 Ped 2.24 vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis
1 Ped 3.14 de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto,
2 Ped 1.1 por la justicia de nuestro Dios y Salvador •
2 Ped 2.5 a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas,
2 Ped 2.21 de la justicia, que después de haberlo conocido,
2 Ped 3.13 cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.
1 Jn 2.29 sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él.
1 Jn 3.7 el que hace justicia es justo, como él es justo.
1 Jn 3.10 todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su
Apoc 19.11 Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.

Justificación

1 Cor 1.30 justificación, santificación y redención; • •


2 Cor 3.9 abundará en gloria el ministerio de justificación.

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TERMINOLOGÍA GRIEGA

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TERM INOLOGÍA HEBREA

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6 CONCORDANCIA DEL ANTIGUO TESTAMENTO

Deut 10.18 que hace justicia al huérfano y a la viuda; que


2 Sam 8.15 y • David administraba justicia y equidad a todo su pueblo.
1 Rey 8.45 su oración y • su súplica, y les harás justicia.

1 Rey 8.49 su oración y • su súplica, y les harás justicia.


Job 36.17 En vez de sustentar el juicio y la justicia.
Sal 35.23 justicia, • Dios mío y Señor mío, para defender mi
Sal 37.30 La boca del justo habla sabiduría, Y su lengua habla justicia.
Que hace justicia a los agraviados, Que da pan a los
Sal 146.7
hambrientos.
Prov 17.23 del seno Para pervertir las sendas de la justicia.
Isa 1.21 Llena estuvo de justicia, en ella habitó la equidad;

Isa 42.1 he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones.


Isa 42.3 el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia.
Isa 42.4 tierra justicia; y las costas esperarán • su ley.
Isa 51.4 mí saldrá la ley, y mi justicia para luz de los pueblos. •
Isa 59.8 ni hay justicia en sus caminos; sus veredas son torcidas; • •

Isa 59.9 justicia, y no nos alcanzó la rectitud; esperamos •


Isa 59.11 palomas; esperamos • • justicia, y no la hay; •
Jer 5.1 si hay alguno que haga justicia, que busque verdad;
Jer 7.5 si con verdad hiciereis justicia entre el hombre y •

Jer 30.11 sino que te castigaré con • justicia; de ninguna manera te •


Jer 46.28 sino que te castigaré con • • justicia; de ninguna

Eze 34.16 la fuerte destruiré; las apacentaré con justicia.


Amós 5.15 y amad el bien, y estableced la justicia en • juicio;

Miq 6.8 solamente hacer justicia, y amar misericordia,

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Miq 7.9 haga mi justicia; él me sacará a • luz; veré su •

Hab 1.4 al justo, por eso sale torcida la justicia.

Hab 1.7 de ella misma procede su justicia y su dignidad.


Mal 2.17 se complace; o si no, ¿dónde está el Dios de • justicia?

Eze 18.24 Mas si el justo se apartare de su justicia y cometiere maldad, e


hiciere conforme a todas las abominaciones que el impío hizo, •
¿vivirá él? Ninguna de las • justicias • que hizo • le serán tenidas
en cuenta; por su rebelión con que prevaricó, y por el pecado •
que cometió, por ello morirá.

Eze 33.12 Y tú, hijo de hombre, di a los hijos de tu pueblo: La justicia del
justo no lo librará • el día que se rebelare; y la impiedad del
impío no le será estorbo el • día que se volviere de su impiedad;
y el justo no podrá vivir por • su justicia el • día que pecare.

Eze 33.13 Cuando yo dijere al justo: De cierto vivirás, y él confiado en su


justicia • hiciere iniquidad, todas • sus justicias no serán
recordadas, sino que morirá por su iniquidad que hizo. • •

Sal 45.6 Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; Cetro de justicia es el cetro
de tu reino.

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Sal 96.10 Decid entre las naciones: Jehová reina. También afirmó el mundo, no
será conmovido; Juzgará a los pueblos en justicia.

Mal 2.6 La ley de verdad estuvo en su boca, e iniquidad no fue hallada en sus
labios; en paz y en justicia anduvo conmigo, y a muchos hizo apartar de
la iniquidad.

Deut 10.18 que hace justicia al huérfano y a la viuda; que ama también al
extranjero dándole pan y vestido.

2 Sam 8.15 Y reinó David sobre todo Israel; y • David administraba justicia y
equidad a todo su pueblo.

Job 36.17 Mas tú has llenado el juicio del impío, En vez de sustentar el juicio y la
justicia.

Sal 37.30 La boca del justo habla sabiduría, Y su lengua habla justicia.

Sal 146.7 Que hace justicia a los agraviados, Que da pan a los hambrientos.
Jehová liberta a los cautivos;

Prov 17.23 El impío toma soborno del seno Para pervertir las sendas de la justicia.

Isa 1.21 ¿Cómo te has convertido en ramera, oh ciudad fiel? Llena estuvo de
justicia, en ella habitó la equidad; pero ahora, los homicidas.

Isa 42.1 He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene


contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las
naciones.

Isa 42.3 No quebrará la caña cascada, • ni apagará • el pábilo que humeare; por
medio de la verdad traerá justicia.

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Isa 42.4 No se cansará • ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia;
y las costas esperarán • su ley.

Isa 59.8 No conocieron camino de paz, • ni hay justicia en sus caminos; sus
veredas son torcidas; • • cualquiera que por ellas fuere, no conocerá paz.

Isa 59.9 Por esto se alejó de nosotros la justicia, y no nos alcanzó la rectitud;
esperamos • luz, y he aquí tinieblas; • resplandores, y andamos en
oscuridad.

Isa 59.11 Gruñimos como • osos todos nosotros, y gemimos lastimeramente como
• palomas; esperamos • • justicia, y no la hay; • salvación, y se alejó de
nosotros.

Jer 5.1 Recorred • las calles de Jerusalén, y mirad ahora, e informaos; • buscad
en sus plazas a ver si halláis hombre, si hay alguno que haga justicia,
que busque verdad; y yo la perdonaré.

Jer 7.5 Pero si mejorareis cumplidamente • vuestros caminos y • vuestras obras;


si con verdad hiciereis justicia entre el hombre y • su prójimo,

Jer 30.11 Porque yo estoy contigo para salvarte, dice Jehová, y destruiré a todas
las naciones entre las cuales te esparcí; pero a ti no te destruiré, sino que
te castigaré con • justicia; de ninguna manera te • dejaré sin castigo.

Jer 46.28 Tú, siervo mío Jacob, no temas, dice Jehová, porque yo estoy contigo;
porque destruiré a todas las naciones entre las cuales te he dispersado; •
pero a ti no te destruiré del todo, sino que te castigaré con • • justicia;
de ninguna manera te dejaré sin castigo.

Eze 34.16 Yo buscaré • la perdida, y • haré volver al redil la descarriada; vendaré •


• la perniquebrada, y fortaleceré • la débil; mas a la engordada y a la
fuerte destruiré; las apacentaré con justicia.

Amós 5.15 Aborreced el mal, y amad el bien, y estableced la justicia en • juicio;


quizá Jehová Dios de los ejércitos tendrá piedad del remanente de José.

Miq 6.8 Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti:

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solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte • ante tu
Dios.

Hab 1.4 Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio • • no sale según la verdad;
por cuanto el impío asedia • al justo, por eso sale torcida la justicia.

Mal 2.17 Habéis hecho cansar a Jehová con vuestras palabras. Y decís: ¿En qué le
hemos cansado? En que decís: Cualquiera que hace mal agrada a •
Jehová, y en los tales • se complace; o si no, ¿dónde está el Dios de •
justicia?

1 Rey 8.45 • tú oirás en los cielos • su oración y • su súplica, y les harás justicia.

1 Rey 8.49 • tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, • su oración y • su


súplica, y les harás justicia.

Sal 35.23 Muévete y despierta para hacerme justicia, • Dios mío y Señor mío,
para defender mi causa.

Isa 51.4 Estad atentos a mí, pueblo mío, y oídme, nación mía; porque de • mí
saldrá la ley, y mi justicia para luz de los pueblos. •

Miq 7.9 La ira de Jehová soportaré, porque pequé contra él, hasta que juzgue mi
causa y haga mi justicia; él me sacará a • luz; veré su • justicia.

Hab 1.7 Formidable es y terrible; de ella misma procede su justicia y su


dignidad.

Sal 72.7 Florecerá en sus días justicia, Y muchedumbre de paz, hasta que no
haya luna.

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Dan 12.3 • Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y
los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua •
eternidad.

Dan 9.24 Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa
ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la
iniquidad, • para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la
profecía, y ungir al Santo de los santos.

Lev 19.15 No harás injusticia en el juicio, ni favoreciendo * al pobre • ni


complaciendo • al grande; con justicia juzgarás a tu prójimo.

Deut 16.20 (2) La justicia, la justicia seguirás, para que vivas y heredes • la tierra que
Jehová tu Dios te da.

Deut 33.19 Llamarán a los pueblos a su monte; Allí sacrificarán sacrificios de


justicia, Por lo cual chuparán la abundancia de los mares, Y los tesoros
escondidos de la arena.

Job 8.3 ¿Acaso torcerá Dios el derecho, O • pervertirá el Todopoderoso la


justicia?

Job 29.14 Me vestía de justicia, y ella me cubría; Como manto y diadema era mi
rectitud.

Job 31.6 Péseme Dios en balanzas de justicia, Y conocerá mi integridad.

Job 36.3 Tomaré mi saber • desde lejos, Y atribuiré justicia a mi Hacedor.

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Sal 4.5 Ofreced sacrificios de justicia, Y confiad en Jehová.

Sal 9.4 Porque has mantenido mi derecho y mi causa; Te has sentado en el


trono juzgando con justicia.

Sal 9.8 • El juzgará al mundo con justicia, • Y a los pueblos con rectitud.

Sal 15.2 El que anda en integridad y hace justicia, Y habla verdad en su corazón.

Sal 17.15 En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; Estaré satisfecho cuando
despierte a tu semejanza.

Sal 23.3 Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su
nombre.

Sal 40.9 He anunciado justicia en grande congregación; He aquí, no refrené mis


labios, Jehová, tú lo sabes.

Sal 45.4 En tu gloria sé prosperado; Cabalga sobre palabra de verdad, de


humildad y de justicia, Y tu diestra te enseñará cosas terribles.

Sal 45.7 Has amado la justicia y aborrecido la maldad; Por tanto, te ungió Dios,
el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros.

Sal 48.10 Conforme a tu nombre, oh Dios, Así es tu loor hasta los fines de la
tierra; De justicia está llena tu diestra.

Sal 51.19 Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, El holocausto u


ofrenda del todo quemada; Entonces ofrecerán becerros sobre tu altar.

Sal 58.1 Al músico principal; sobre No destruyas. Mictam de David. Oh


congregación, ¿ pronunciáis en verdad justicia? ¿Juzgáis rectamente,
hijos de los hombres?

Sal 65.5 Con tremendas cosas nos responderás tú en justicia, Oh Dios de nuestra
salvación, Esperanza de todos los términos de la tierra, Y de los más

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remotos confines del mar.

Sal 72.2 El juzgará a tu pueblo con justicia, Y a tus afligidos con juicio.

Sal 85.10 La misericordia y la verdad se encontraron; La justicia y la paz se


besaron.

Sal 85.11 La verdad brotará de la tierra, Y la justicia mirará desde los cielos.

Sal 85.13 La justicia irá delante de él, Y sus pasos nos pondrá por camino.

Sal 89.14 Justicia y juicio son el cimiento de tu trono; Misericordia y verdad van
delante de tu rostro.

Sal 94.15 Sino que el juicio será vuelto a la justicia, Y en pos de ella irán todos
los rectos de corazón.

Sal 96.13 Delante de Jehová que vino; Porque vino a juzgar la tierra. Juzgará al
mundo con justicia, Y a los pueblos con su verdad.

Sal 97.2 Nubes y oscuridad alrededor de él; Justicia y juicio son el cimiento de
su trono.

Sal 98.9 Delante de Jehová, porque vino a juzgar la tierra. Juzgará al mundo con
justicia, Y a los pueblos con rectitud.

Sal 118.19 Abridme las puertas de la justicia; Entraré por ellas, alabaré a JAH.

Sal 119.121 Juicio y justicia he hecho; No me abandones a mis opresores.

Sal 119.142 Tu justicia es justicia eterna, Y tu ley la verdad.

Sal 119.144 Justicia eterna son tus testimonios; Dame entendimiento, y viviré.

Sal 119.172 Hablará mi lengua tus dichos, Porque todos tus mandamientos son
justicia.

Sal 132.9 Tus sacerdotes se vistan de justicia, Y se regocijen tus santos.

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Prov 1.3 Para recibir el consejo de prudencia, Justicia, • juicio y equidad;

Prov 2.9 Entonces entenderás justicia, • juicio Y equidad, y todo buen camino.

Prov 8.15 Por mí reinan los reyes, Y los príncipes determinan justicia.

Prov 12.17 El que habla verdad declara justicia; Mas el testigo mentiroso, engaño.

Prov 25.5 Aparta al impío de la presencia del rey, Y su trono se afirmará en •


justicia.

Prov 31.9 Abre tu boca, juzga con justicia, Y defiende la causa del pobre y del
menesteroso.

Ecl 3.16 • Vi más debajo del sol: en lugar del juicio, allí • impiedad; y en lugar
de la justicia, allí • iniquidad.

Ecl 5.8 Si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia vieres en la


provincia, no te maravilles • • • de ello; porque sobre el alto vigila otro •
más alto, y uno más alto está sobre ellos.

Isa 1.26 • Restauraré tus jueces como al principio, y tus consejeros como eran • •
antes; entonces te llamarán Ciudad de • justicia, Ciudad fiel.

Isa 11.4 sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los
mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el
espíritu de sus labios matará al impío.

Isa 11.5 Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su


cintura.

Isa 16.5 Y se dispondrá el trono en • misericordia; y sobre él se sentará


firmemente, en el tabernáculo de David, quien juzgue y busque el juicio,
y apresure la justicia.

Isa 26.9 Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el


espíritu • dentro de mí, madrugaré a buscarte; porque luego que hay
juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia.

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Isa 26.10 Se mostrará piedad al malvado, y no aprenderá justicia; en tierra de
rectitud hará iniquidad, y no mirará a la majestad de Jehová.

Isa 32.1 He aquí que para justicia reinará un rey, y • príncipes presidirán en
juicio.

Isa 42.6 Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; • te


guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones,

Isa 45.8 Rociad, cielos, de arriba, y las nubes destilen la justicia; ábrase la tierra,
y prodúzcanse la salvación y la justicia; háganse brotar juntamente. Yo
Jehová lo he creado.

Isa 45.13 Yo lo desperté en justicia, y enderezaré todos sus caminos; él edificará


mi ciudad, y soltará mis cautivos, no por precio • ni por dones, dice
Jehová de los ejércitos.

Isa 45.19 No hablé en • secreto, en un lugar oscuro de la tierra; no dije a la


descendencia de Jacob: En vano me buscáis. Yo soy Jehová que hablo
justicia, que anuncio rectitud.

Isa 51.1 Oídme, los que seguís la justicia, los que buscáis a Jehová. Mirad a la
piedra de donde fuisteis cortados, y al hueco de la cantera de donde
fuisteis arrancados.

Isa 51.7 Oídme, los que conocéis justicia, pueblo en cuyo corazón está mi ley.
No temáis afrenta de hombre, ni desmayéis • por sus ultrajes.

Isa 59.4 No hay quien clame por la justicia, • ni quien juzgue por la verdad;
confían en vanidad, y hablan vanidades; conciben maldades, y dan a luz
iniquidad.

Isa 61.3 a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza,
óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu
angustiado; y serán llamados árboles de • justicia, plantío de Jehová,
para gloria suya.

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Isa 64.5 Saliste al encuentro del que con alegría • hacía justicia, de los que se
acordaban de ti en tus caminos; he aquí, tú te enojaste porque pecamos;
• en los pecados hemos perseverado por largo tiempo; * • ¿podremos
acaso ser salvos?

Jer 11.20 Pero, oh Jehová de los ejércitos, que juzgas con justicia, que escudriñas
la mente y el corazón, vea yo tu venganza de ellos; porque ante ti he
expuesto • mi causa.

Jer 22.13 ¡Ay del que edifica su casa sin justicia, y sus salas sin equidad,
sirviéndose de su prójimo de balde, y no dándole el salario de su
trabajo!

Jer 31.23 Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Aún dirán • esta
palabra en la tierra de Judá y en sus ciudades, cuando yo haga volver •
sus cautivos: Jehová te bendiga, oh morada de justicia, oh monte •
santo.

Jer 50.7 Todos los que los hallaban, los devoraban; y decían sus enemigos: No
pecaremos, • porque ellos pecaron contra Jehová morada de justicia,
contra • Jehová esperanza de sus padres.

Ose 2.19 Y te desposaré conmigo para siempre; • te desposaré conmigo en


justicia, • • juicio, • • benignidad y • misericordia.

Ose 10.12 Sembrad para vosotros en justicia, segad para • vosotros en


misericordia; haced para vosotros barbecho; porque es el tiempo de
buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia.

Sof 2.3 Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por
obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quizá seréis
guardados en el día del enojo de Jehová.

Job 6.29 Volved ahora, y no haya iniquidad; • Volved aún a considerar mi


justicia en esto.

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Job 8.6 Si fueres limpio y recto, • Ciertamente luego se despertará por ti, Y hará
próspera la morada de tu justicia.

Sal 4.1 Al • músico principal; sobre Neginot. Salmo de David. Respóndeme


cuando clamo, oh Dios de mi justicia. Cuando estaba en • angustia, tú
me hiciste ensanchar; Ten misericordia de mí, y oye mi oración.

Sal 7.8 Jehová juzgará a los pueblos; Júzgame, oh Jehová, conforme a mi


justicia, Y conforme a mi integridad. • •

Sal 7.17 Alabaré a Jehová conforme a su justicia, Y cantaré al nombre de Jehová


el Altísimo.

Sal 18.20 Jehová me ha premiado conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza


de mis manos • me ha recompensado.

Sal 18.24 • Por lo cual me ha recompensado Jehová conforme a mi justicia;


Conforme a la limpieza de mis manos delante de su vista.

Sal 35.24 Júzgame conforme a tu justicia, Jehová Dios mío, Y no se alegren de


mí.

Sal 35.28 Y mi lengua hablará de tu justicia Y de tu alabanza todo el día.

Sal 37.6 • Exhibirá tu justicia como la luz, Y tu derecho como el mediodía.

Sal 50.6 Y los cielos declararán su justicia, Porque Dios es el juez. • •

Sal 97.6 Los cielos anunciaron su justicia, Y todos los pueblos vieron su gloria.

Sal 119.123 Mis ojos desfallecieron por tu salvación, Y por la palabra de tu justicia.

Sal 119.160 La suma de tu palabra es verdad, Y eterno es todo juicio de tu justicia.

Ecl 7.15 • • Todo esto he visto en los días de mi vanidad. Justo hay que perece
por su justicia, y hay impío que por su maldad alarga sus días.

Isa 41.10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios
que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra

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de mi justicia.

Isa 42.21 Jehová se complació por amor de su justicia en magnificar la ley y


engrandecerla.

Isa 51.5 Cercana está mi justicia, ha salido mi salvación, y mis brazos juzgarán
a los pueblos; a mí me esperan los de la costa, y en mi brazo ponen su
esperanza.

Isa 58.8 Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto;
e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.

Isa 62.1 Por amor de Sion no callaré, y por amor de Jerusalén no descansaré,
hasta que salga como • resplandor su justicia, y su salvación se
encienda como una antorcha.

Isa 62.2 Entonces verán las gentes tu justicia, y todos los reyes tu gloria; y te
será puesto un nombre nuevo, que la boca de Jehová nombrará.

Jer 23.6 En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su
nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra.

Jer 33.16 En aquellos días Judá será salvo, y Jerusalén habitará segura, y • • se le
llamará: Jehová, justicia nuestra.

Eze 3.20 Si el justo se apartare de su justicia e hiciere maldad, y pusiere yo


tropiezo delante de él, él morirá, porque tú no le amonestaste; en su
pecado morirá, y sus justicias que había hecho no vendrán en memoria;
pero su sangre demandaré de tu mano.

Sal 82.3 Defended al débil y al huérfano; Haced justicia al afligido y al


menesteroso.

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2 Sam 15.4 Y decía Absalón: ¡Quién me pusiera por juez en la tierra, • para que
viniesen a mí todos los que tienen pleito o negocio, que yo les haría
justicia!

Prov 11.5 La justicia del perfecto enderezará su camino; Mas el impío por su
impiedad caerá.

Prov 11.6 La justicia de los rectos los librará; Mas los pecadores serán atrapados
en su pecado.

Eze 18.20 El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará • el pecado del padre,
ni el • padre llevará • el pecado del • hijo; la justicia del justo será sobre
él, y la impiedad • del impío será sobre él.

Eze 33.12 Y tú, hijo de hombre, di a los hijos de tu pueblo: La justicia del justo no
lo librará • el día que se rebelare; y la impiedad del impío no le será
estorbo el • día que se volviere de su impiedad; y el justo no podrá vivir
por • su justicia el • día que pecare.

Miq 6.5 Pueblo mío, acuérdate ahora qué aconsejó Balac rey de Moab, y qué le
respondió Balaam hijo de Beor, desde • Sitim hasta • Gilgal, para que
conozcas las justicias de Jehová.

Gén 15.6 Y creyó a Jehová, y le fue contado • por justicia.

Gén 18.19 Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que •
guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga
venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él.

Deut 6.25 Y tendremos justicia cuando cuidemos de poner por obra • todos estos
mandamientos delante de Jehová nuestro Dios, como él nos ha

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mandado.

Deut 24.13 Sin falta le devolverás • la prenda cuando el sol se ponga, para que •
pueda dormir en su ropa, y te bendiga; y te será justicia delante de
Jehová tu Dios.

1 Rey 3.6 Y Salomón dijo: Tú hiciste gran misericordia a tu siervo David mi


padre, porque él anduvo delante de ti en verdad, • en justicia, y con
rectitud de corazón para contigo; y tú le has reservado • está tu gran
misericordia, en que le diste hijo que se sentase en su trono, como
sucede en este día.

1 Rey 10.9 Jehová tu Dios sea bendito, que se agradó de ti para ponerte en el trono
de Israel; porque Jehová ha amado siempre a Israel, • te ha puesto por
rey, para que hagas derecho y justicia.

1 Crón 18.14 • Reinó David sobre todo Israel, y • juzgaba con justicia a todo su
pueblo.

2 Crón 9.8 Bendito sea Jehová tu Dios, el cual se ha agradado de ti para ponerte
sobre su trono como rey para Jehová tu Dios; por cuanto tu Dios amó a
Israel para afirmarlo perpetuamente, por eso te ha puesto por rey sobre
ellos, para que hagas juicio y justicia.

Job 37.23 Él es Todopoderoso, al cual no alcanzamos, grande en poder; Y en


juicio y en multitud de justicia no afligirá.

Sal 11.7 Porque Jehová es justo, y ama la justicia; El hombre recto mirará su
rostro.

Sal 24.5 El recibirá bendición de • Jehová, Y justicia del Dios de salvación. •

Sal 33.5 El ama justicia y juicio; De la misericordia de Jehová está llena la


tierra.

Sal 72.3 Los montes llevarán paz al pueblo, Y los collados • justicia.

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Sal 99.4 Y la gloria del rey ama el juicio; Tú confirmas la rectitud; Tú has hecho
en Jacob juicio y justicia.

Sal 103.6 Jehová es el que hace justicia Y derecho a todos los que padecen
violencia.

Sal 106.3 Dichosos los que guardan juicio, Los que hacen justicia en todo tiempo.

Sal 106.31 Y le fue contado por justicia De generación en generación para


siempre.

Prov 8.18 Las riquezas y la honra están conmigo; Riquezas duraderas, y justicia.

Prov 8.20 Por vereda de justicia guiaré, Por en medio de sendas de juicio,

Prov 10.2 Los tesoros de maldad no serán de provecho; Mas la justicia libra de
muerte.

Prov 11.4 No aprovecharán las riquezas en el día de la ira; Mas la justicia librará
de muerte.

Prov 11.18 El impío hace obra falsa; Mas el que siembra justicia tendrá galardón
firme.

Prov 11.19 Como la justicia conduce a la vida, Así el que sigue el mal lo hace para
su muerte.

Prov 12.28 En el camino de la justicia está la vida; Y en sus caminos • no hay


muerte.

Prov 13.6 La justicia guarda al de perfecto camino; Mas la impiedad trastornará al


pecador.

Prov 14.34 La justicia engrandece a la nación; Mas el pecado es afrenta de las


naciones.

Prov 15.9 Abominación es a Jehová el camino del impío; Mas él ama al que sigue
justicia.

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Prov 16.8 Mejor es lo poco con justicia Que la muchedumbre de frutos sin
derecho.

Prov 16.12 Abominación es a los reyes hacer impiedad, Porque con justicia será
afirmado el trono.

Prov 16.31 Corona de honra es la vejez Que se halla en el camino de justicia.

Prov 21.3 Hacer justicia y juicio es a Jehová Más agradable que sacrificio.

Prov 21.21 (2) El que sigue la justicia y la misericordia Hallará la vida, la justicia y la
honra.

Isa 1.27 Sion será rescatada con juicio, y los convertidos de ella con justicia.

Isa 5.7 Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los
hombres de Judá planta deliciosa suya. • Esperaba • juicio, y he aquí
vileza; • justicia, y he aquí clamor.

Isa 5.16 Pero Jehová de los ejércitos será exaltado en • juicio, y el Dios Santo
será santificado con justicia.

Isa 9.7 • • Lo dilatado de • su imperio y la • paz no tendrán límite, sobre el


trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en
juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los
ejércitos hará esto.

Isa 10.22 Porque si tu pueblo, oh Israel, fuere como las arenas del mar, el
remanente de él volverá; la destrucción acordada rebosará justicia.

Isa 28.17 Y ajustaré el juicio a cordel, y a nivel la justicia; y granizo barrerá el


refugio de la mentira, y aguas arrollarán el escondrijo.

Isa 32.16 Y habitará el juicio en el desierto, y en el campo fértil morará la

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justicia.

Isa 32.17 (2) Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y
seguridad para siempre.

Isa 33.5 Será exaltado Jehová, el cual • mora en las alturas; llenó a Sion de juicio
y de justicia.

Isa 33.15 El que camina en justicia y habla lo recto; el que aborrece • la ganancia
de violencias, el que sacude sus manos para no recibir • • cohecho, el
que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias; el que • cierra
sus ojos para no ver • cosa mala;

Isa 45.8 Rociad, cielos, de arriba, y las nubes destilen la justicia; ábrase la tierra,
y prodúzcanse la salvación y la justicia; háganse brotar juntamente. Yo
Jehová lo he creado.

Isa 45.23 Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no
será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua.

Isa 45.24 Y se dirá de mí: Ciertamente en Jehová está la justicia y la fuerza; a él


vendrán, y todos los que contra él se enardecen serán avergonzados.

Isa 46.12 Oídme, duros de corazón, que estáis lejos de la justicia:

Isa 48.1 Oíd esto, casa de Jacob, que os llamáis del nombre de Israel, • los que
salieron de las aguas de Judá, los que juran en el nombre de Jehová, y
hacen memoria del Dios de Israel, mas no en verdad • ni en justicia;

Isa 54.14 Con justicia serás adornada; estarás lejos de opresión, porque no
temerás, y de temor, porque no se acercará a ti.

Isa 56.1 Así dijo Jehová: Guardad derecho, y haced justicia; porque cercana está
mi salvación para venir, y mi justicia para manifestarse.

Isa 58.2 Que me buscan cada día, * y quieren saber mis caminos, como gente
que hubiese hecho justicia, y que no hubiese dejado la ley de su Dios;

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me piden justos juicios, y quieren acercarse a Dios.

Isa 59.14 Y el derecho se retiró, • y la justicia se puso • lejos; porque la verdad


tropezó en la plaza, y la equidad no pudo venir.

Isa 59.17 Pues de justicia se vistió como de una coraza, con yelmo de salvación
en su cabeza; • tomó ropas de venganza por vestidura, y se cubrió de
celo como de manto,

Isa 60.17 En vez de • bronce traeré oro, y por • hierro • plata, y por • madera
bronce, y en lugar de • piedras hierro; y pondré paz por tu tributo, y
justicia por tus opresores.

Isa 61.10 En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios;


porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de
justicia, como a novio me atavió, • y como a novia adornada con sus
joyas.

Isa 61.11 Porque como la tierra produce su renuevo, y como el huerto hace brotar
su semilla, así Jehová el Señor • hará brotar justicia y alabanza delante
de todas las naciones.

Isa 63.1 ¿Quién es éste que viene de Edom, de Bosra, con vestidos rojos? ¿éste
hermoso en su vestido, que marcha en la grandeza de su poder? Yo, el
que hablo en justicia, grande para salvar.

Jer 4.2 y jurares: Vive Jehová, en verdad, en juicio y en justicia, entonces las
naciones serán benditas en él, y en él se gloriarán.

Jer 9.24 Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y


conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia
en la tierra; porque • estas cosas quiero, dice Jehová.

Jer 22.3 Así ha dicho Jehová: Haced juicio y justicia, y librad al oprimido de
mano del opresor, y no engañéis ni robéis al extranjero, ni al huérfano ni
a la viuda, ni derraméis • sangre inocente en este lugar.

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Jer 22.15 ¿Reinarás, porque • te rodeas de • cedro? ¿No comió y bebió tu padre, e
hizo juicio y justicia, y entonces le fue bien?

Jer 23.5 He aquí que vienen días, dice Jehová, en que • levantaré a David
renuevo justo, y reinará como Rey, el cual • será dichoso, y hará juicio y
justicia en la tierra.

Jer 33.15 (2) En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar a David un Renuevo de
justicia, y hará juicio y justicia en la tierra.

Eze 18.5 Y el hombre que fuere justo, e hiciere según el derecho y la justicia;

Eze 18.19 Y si dijereis: ¿Por qué el hijo no llevará • el pecado de • su padre?


Porque el hijo hizo según el derecho y la justicia, guardó • todos mis
estatutos y los cumplió, de cierto vivirá.

Eze 18.21 Mas el impío, si se apartare de todos • sus pecados que hizo, y guardare
• todos mis estatutos e hiciere según el derecho y la justicia, de cierto
vivirá; no morirá.

Eze 18.27 Y apartándose el impío de su impiedad que hizo, y haciendo según el


derecho y la justicia, • • hará vivir su alma.

Eze 33.14 Y cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; si él se convirtiere de su


pecado, e hiciere según el derecho y la justicia,

Eze 33.16 No se le recordará ninguno de • sus pecados que había cometido; hizo
según el derecho y la justicia; vivirá ciertamente.

Eze 33.19 Y cuando el impío se apartare de su impiedad, e hiciere según el


derecho y la justicia, vivirá por ello.

Eze 45.9 Así ha dicho Jehová el Señor: • ¡Basta ya, • • oh príncipes de Israel!
Dejad la violencia y la rapiña. Haced • juicio y justicia; quitad vuestras
imposiciones de sobre mi pueblo, dice Jehová el Señor. •

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Dan 9.7 Tuya es, Señor, • la justicia, y nuestra la confusión de • rostro, como en
el día de hoy • • lleva todo • hombre de Judá, • • los moradores de
Jerusalén, y • todo Israel, los de cerca y los de lejos, en todas las tierras
adonde los has echado • a causa de su rebelión con que se rebelaron..

Ose 10.12 Sembrad para vosotros en justicia, segad para • vosotros en


misericordia; haced para vosotros barbecho; porque es el tiempo de
buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia.

Amós 5.7 Los que convertís en ajenjo el juicio, y la justicia la echáis por • tierra,

Amós 5.24 Pero corra el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso
arroyo.

Amós 6.12 ¿Correrán los caballos por las peñas? • ¿Ararán en ellas con • bueyes?
¿Por qué habéis vosotros convertido el juicio en veneno, y el fruto de
justicia en ajenjo?

Zac 8.8 y los traeré, y habitarán en medio de Jerusalén; y me serán por pueblo, y
yo seré a ellos por Dios en verdad y en justicia.

Mal 3.3 Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de
Leví, • los afinará como a oro y como a plata, y • traerán a Jehová
ofrenda en justicia.

Mal 4.2 Más a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en
sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la
manada.

Deut 9.4 No pienses en tu corazón cuando Jehová tu Dios los haya echado de
delante de ti, diciendo: Por mi justicia me ha traído Jehová a poseer •
esta tierra; pues por la impiedad de estas naciones Jehová las arroja de
delante de ti.

Deut 9.5 No por tu justicia, ni por la rectitud de tu corazón • entras a poseer • la


tierra de ellos, sino por la impiedad de estas naciones Jehová tu Dios las

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arroja de delante de ti, y para confirmar • la palabra que Jehová juró a
tus padres • Abraham, • Isaac y • Jacob.

Deut 9.6 Por tanto, • sabe que no es por tu justicia que Jehová tu Dios te da • esta
buena tierra para tomarla; porque pueblo duro de cerviz eres tú.

1 Sam 26.23 Y Jehová pague a cada uno * • su justicia y • su lealtad; pues Jehová te
había entregado hoy en mi mano, mas yo no quise extender mi mano
contra el ungido de Jehová.

2 Sam 22.21 Jehová me ha premiado conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza


de mis manos me ha recompensado.

2 Sam 22.25 Por lo cual me ha recompensado Jehová conforme a mi justicia;


Conforme a la limpieza de mis manos delante de su vista.

1 Rey 8.32 • Tú oirás desde el cielo y actuarás, y juzgarás a tus siervos, condenando
al impío y haciendo recaer su proceder sobre su cabeza, y justificando al
justo para darle conforme a su justicia.

2 Crón 6.23 • Tú oirás desde los cielos, y actuarás, y juzgarás a tus siervos, dando la
paga al impío, haciendo recaer su proceder sobre su cabeza, y
justificando al justo al darle conforme a su justicia.

Job 27.6 • Mi justicia tengo asida, y no la cederé; No me reprochará mi corazón


en todos mis días.

Job 33.26 Orará a Dios, y éste le amará, Y verá su faz con júbilo; Y restaurará al
hombre su justicia.

Job 35.8 Al hombre como tú dañará tu impiedad, Y al hijo de hombre


aprovechará tu justicia.

Sal 5.8 Guíame, Jehová, en tu justicia, a causa de mis enemigos; Endereza


delante de mí tu camino.

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Sal 22.31 Vendrán, y anunciarán su justicia; A pueblo no nacido aún, anunciarán
que él hizo esto.

Sal 31.1 Al músico principal. Salmo de David. En ti, oh Jehová, he confiado; no


sea yo confundido jamás; Líbrame en tu justicia.

Sal 36.6 Tu justicia es como los montes de Dios, Tus juicios, abismo grande. Oh
Jehová, al hombre y al animal conservas.

Sal 36.10 Extiende tu misericordia a los que te conocen, Y tu justicia a los rectos
de corazón.

Sal 40.10 No encubrí tu justicia dentro de mi corazón; He publicado tu fidelidad y


tu salvación; No oculté tu misericordia y tu verdad en grande asamblea.

Sal 51.14 Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación; Cantará mi


lengua tu justicia.

Sal 69.27 Pon maldad sobre su maldad, Y no entren en tu justicia.

Sal 71.2 Socórreme y líbrame en tu justicia; Inclina • • tu oído y sálvame.

Sal 71.15 Mi boca publicará tu justicia Y tus hechos de salvación todo el día,
Aunque no sé su número.

Sal 71.16 Vendré a los hechos poderosos de Jehová el Señor; • Haré memoria de
tu justicia, de la tuya sola.

Sal 71.19 Y tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso. • Tú has hecho grandes cosas;
Oh Dios, ¿quién como tú?

Sal 71.24 Mi lengua hablará también de tu justicia todo el día; Por cuanto han
sido avergonzados, porque han sido confundidos los que mi mal
procuraban.

Sal 72.1 Para Salomón. Oh Dios, da tus juicios al rey, Y tu justicia al hijo del

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rey.

Sal 88.12 ¿Serán reconocidas en las tinieblas tus maravillas, Y tu justicia en la


tierra del olvido?

Sal 89.16 En tu nombre se alegrará todo el día, Y en tu justicia será enaltecido.

Sal 98.2 Jehová ha hecho notoria su salvación; A vista de las naciones ha


descubierto su justicia.

Sal 103.17 Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad


sobre los que le temen, Y su justicia sobre los hijos de los hijos;

Sal 111.3 Gloria y hermosura es su obra, Y su justicia permanece para siempre.

Sal 112.3 Bienes y riquezas hay en su casa, Y su justicia permanece para siempre.

Sal 112.9 Reparte, da a los pobres; Su justicia permanece para siempre; Su poder
será exaltado en gloria.

Sal 119.40 He aquí yo he anhelado • tus mandamientos; Vivifícame en tu justicia.

Sal 119.142 Tu justicia es justicia eterna, Y tu ley la verdad.

Sal 143.1 Salmo de David. Oh Jehová, oye mi oración, escucha • mis ruegos;
Respóndeme por tu verdad, por tu justicia.

Sal 143.11 Por tu nombre, oh Jehová, me vivificarás; Por tu justicia sacarás mi


alma de angustia.

Sal 145.7 Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad, Y cantarán tu justicia.

Isa 46.13 Haré que se acerque mi justicia; no se alejará, y mi salvación no se


detendrá. Y pondré salvación en Sion, y mi gloria en Israel.

Isa 48.18 ¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz
como un • río, y tu justicia como las ondas del mar.

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Isa 51.6 Alzad a los cielos vuestros ojos, y mirad • abajo a la tierra; porque los
cielos serán deshechos como • humo, y la tierra se envejecerá como •
ropa de vestir, y de la misma manera perecerán sus moradores; pero mi
salvación será para siempre, • mi justicia no perecerá.

Isa 51.8 Porque como a vestidura los comerá polilla, • como a lana los comerá
gusano; pero mi justicia permanecerá perpetuamente, y mi salvación..

Isa 56.1 Así dijo Jehová: Guardad derecho, y haced justicia; porque cercana está
mi salvación para venir, y mi justicia para manifestarse.

Isa 57.12 Yo publicaré tu justicia y • tus obras, que no te aprovecharán.

Isa 59.16 Y vio que no había hombre, y se maravilló que no hubiera quien se
interpusiese; y lo salvó su brazo, y le afirmó su misma justicia.

Isa 64.6 Si bien todos nosotros somos como • suciedad, y todas nuestras
justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la
hoja, y nuestras maldades nos llevaron como • viento.

Jer 51.10 Jehová sacó a luz nuestras justicias; venid, y contemos en Sion • la obra
de Jehová nuestro Dios.

Eze 3.20 Si el justo se apartare de su justicia e hiciere maldad, y pusiere yo


tropiezo delante de él, él morirá, porque tú no le amonestaste; en su
pecado morirá, y sus justicias que había hecho no vendrán en memoria;
pero su sangre demandaré de tu mano.

Eze 14.14 Si estuviesen en medio de ella estos tres varones, Noé, Daniel y Job,
ellos por su justicia librarían únicamente sus propias vidas, dice Jehová
el Señor. •

Eze 14.20 y estuviesen en medio de ella Noé, Daniel y Job, vivo yo, dice Jehová el
Señor, • no librarían a hijo ni a hija; ellos por su justicia librarían
solamente sus propias vidas.

Eze 18.22 Todas las transgresiones • que cometió, no le serán recordadas; en su


justicia que hizo vivirá.

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Eze 18.24 Mas si el justo se apartare de su justicia y cometiere maldad, e hiciere
conforme a todas las abominaciones que el impío hizo, • ¿vivirá él?
Ninguna de las • justicias • que hizo • le serán tenidas en cuenta; por su
rebelión con que prevaricó, y por el pecado • que cometió, por ello
morirá.

Eze 18.26 Apartándose el justo de su justicia, y haciendo iniquidad, • él morirá


por ello; por la iniquidad • que hizo, morirá.

Eze 33.13 Cuando yo dijere al justo: De cierto vivirás, y él confiado en su justicia


• hiciere iniquidad, todas • sus justicias no serán recordadas, sino que
morirá por su iniquidad que hizo. • •

Eze 33.18 Cuando el justo se apartare de su justicia, e hiciere iniquidad, • morirá


por ello.

Dan 9.16 Oh Señor, • conforme a todos tus actos de justicia, apártese ahora tu ira
y tu furor de sobre tu ciudad Jerusalén, tu santo monte; porque a causa
de nuestros pecados, y por la maldad de nuestros padres, Jerusalén y tu
pueblo son el • oprobio de todos en derredor nuestro.

Dan 9.18 Inclina, oh Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos, y mira nuestras
desolaciones, y la ciudad sobre la cual es invocado tu nombre; porque
no elevamos • nuestros ruegos ante ti confiados en nuestras justicias,
sino en tus • muchas misericordias.

Miq 7.9 La ira de Jehová soportaré, porque pequé contra él, hasta que juzgue mi
causa y haga mi justicia; él me sacará a • luz; veré su • justicia.

Dan 4.27 Por tanto, oh rey, acepta • • mi consejo: • tus pecados redime con
justicia, y tus iniquidades haciendo misericordias para con los
oprimidos, pues tal vez será eso una prolongación de tu tranquilidad.

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Isa 1.17 Aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced
justicia al huérfano, amparad a la viuda.

Isa 1.23 Tus príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones; todos aman el


soborno, y van tras las recompensas; no hacen justicia al huérfano, • ni
llega a ellos la causa de la viuda.

CONCLUSION

Mientras el hombre continúe bajo el pacto de la ley, y procure justificarse por su


obediencia, sigue siendo en alguna forma esclavo del pecado. Nada sino el Espíritu de
vida en Cristo Jesús, puede liberar al pecador de la ley del pecado y la muerte.

Los creyentes son liberados del poder de la ley, que los condena por los pecados
cometidos por ellos, y son librados del poder de la ley que incita y provoca al pecado
que habita en ellos. Entienda esto, no de la ley como regla, sino como pacto de obras.
En profesión y privilegio estamos bajo un pacto de gracia, y no bajo un pacto de
obras; bajo el evangelio de Cristo, no bajo la ley de Moisés. La diferencia se plantea con
el símil o figura de estar casado con un segundo marido. El segundo matrimonio es con
Cristo. Por la muerte somos liberados de la obligación a la ley en cuanto al pacto, como
la esposa lo es de sus votos para el primer marido. En nuestro creer poderosa y

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eficazmente estamos muertos para la ley, y no tenemos más relación con ella que el
siervo muerto, liberado de su amo, la tiene con el yugo de su amo.

El día en que creímos es el día en que somos unidos al Señor Jesús. Entramos
en una vida de dependencia de Él y de deber para con Él. Las buenas obras son por la
unión con Cristo; como el fruto de la vid es el producto de estar en unión con sus raíces,
no hay fruto para Dios hasta que estemos unidos con Cristo. La ley, y los esfuerzos más
grandes de uno bajo la ley, aun en la carne, bajo el poder de principios corruptos, no
pueden enderezar el corazón en cuanto al amor de Dios, ni derrotar las lujurias
mundanas, o dar verdad y sinceridad en las partes internas, ni nada que venga por el
poder especialmente santificador del Espíritu Santo.

Sólo la obediencia formal de la letra externa de cualquier precepto puede ser


cumplida por nosotros sin la gracia renovadora del nuevo pacto, que crea de nuevo.

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