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DESCRIPCIÓN BREVE
Thomas Hobbes (1588‐1679) fue un
filósofo inglés considerado uno de los
fundadores de la filosofía política
moderna. Su obra más conocida es el
Leviatán (1651), donde sentó las bases
de la teoría contractualista, de gran
influencia en el desarrollo de la
filosofía política occidental. Además
del ámbito filosófico, trabajó en otros
campos del conocimiento como la
historia, la ética, la teología, la
geometría o la física. Además de ser
considerado el teórico por excelencia
del absolutismo político, en su
pensamiento aparecen conceptos que
fueron fundamentales del liberalismo,
tales como el derecho del individuo, la
igualdad natural de las personas, el
carácter convencional del Estado (que
conllevará a la posterior distinción
entre este y sociedad civil), la
legitimidad representativa y popular
del poder político (al poder ser este
revocado de no garantizar la
protección de sus subordinados), etc.
HELEEM JANISSE LÓPEZ VÁSQUEZ
AGOSTO 2022
EL LEVIATÁN
En el Leviatán, Hobbes habla acerca de la naturaleza del hombre y de la
necesidad de un de que el Estado que rija a la dinámica social. El libro es un
estudio sobre la naturaleza humana y como este se desenvuelve en la sociedad, el
cual es el poder de los hombres, terminaría destruyendo al hombre mismo. Hobbes
se dedica a estudiar ontológicamente al hombre, para luego estudiarlo en la sociedad
o en sociedad.
Empieza a deslumbrar como el hombre es producto de la experiencia, de
cómo el lenguaje, las sensaciones, la imaginación y sus consecuencias; la razón y la
ciencia son producto de la misma. Las sensaciones para Hobbes eran una
representación o apariencia de cierta cualidad o de otro accidente de un
cuerpo exterior a nosotros de lo que comúnmente llamamos objeto. Dicho
objeto actúa sobre los ojos, odios y otras partes del cuerpo humano y por su
diversidad de actuación produce diversidad de apariencias. El origen de todo es lo
que llamamos sensación. En efecto, no existe ninguna concepción en el intelecto
humano que antes no haya sido recibida totalmente o en parte por los órganos de los
sentidos. Thomas describe al ser humano como un ser de sensaciones que siente, que
por éste están en contacto con su realidad. Por medio de sus sentidos. Hobbes
visualiza al hombre como un ser natural que tiene sensaciones, emociones,
pensamiento y raciocinio, los cuales influyen en su entorno social. El capítulo uno
habla acerca del “Sentido”. Singularmente cada una de las sensaciones es una
representación o una apariencia de cierta cualidad o de otro accidente de un cuerpo
exterior a nosotros de lo que comúnmente llamamos objeto. Dicho objeto actúa
sobre los ojos, odios y otras partes del cuerpo humano mismo. Por su diversidad de
actuación, produce diversidad de apariencias. Todo lo demás se deriva de ese
objeto primordial. Para el objeto que nos proponemos no es muy necesario conocer
la causa natural de las sensaciones. La causa de las sensaciones es el cuerpo externo,
mismo que actúa sobre el órgano propio de cada sensación, ya sea de modo
inmediato como el gusto o el tacto o mediatamente como la vista, el oído y el olfato.
Dicha acción por medio de los nervios y otras fibras y membranas del cuerpo se
adentra. Hasta el cerebro y el corazón. Una cosa es el objeto y otra es la fantasía.
El capítulo dos habla acerca de la “Imaginación”. Que cuando una cosa
permanece en reposo seguirá manteniéndose así a menos que algo la perturbe.
Es una verdad de la que nadie duda. Pero que cuando una cosa está en
movimiento, continuara moviéndose constantemente a menos de que algo la
detenga. Nada puede cambiar por sí mismo. Los hombres no solo miden a los
demás hombres si no a todas otras cosas por sí mismos, que ellos mismos se
encuentras sujetos. La imaginación es una sensación que se debilita conforme pasa el
tiempo.
El capítulo tres habla acerca “De la secuencia o encadenamiento de
imaginaciones”. Cuando un hombre piensa en una cosa cualquiera, su pensamiento
inmediatamente posterior no es en definitiva tan casual como pudiera parecer.
Un pensamiento cualquiera no sucede a cualquier otro pensamiento de modo
indiferente, del mismo modo que no tenemos imágenes a no ser que antes hayamos
tenido sensaciones en conjunto en partes ni tampoco tenemos transición de una
imagen a otros. Todas las fantasías son movimientos efectuados dentro de
nosotros. Estos movimientos que inmediatamente se suceden en las sensaciones
siguen hallándose también conjuntos después de ellas. Así al volverá ocupar el primer
movimiento en un lugar predominante continua el segundo por coherencia con
la materia movida. Esta serie de pensamientos es de dos clases: la primera
carece de orientación y designa, es inconstante, no hay en ella pensamiento
apasionado que gobierne y atraiga hacia sí mismo a los que lo siguen,
constituyéndose en fin en el objeto de algún deseo de otra pasión, tal caso se dice
que los pensamientos fluctúan y parece en incoherentes uno respecto a otro
mientras sueña. Incluso puede ocurrir que los sueños sean tan activos, pero carezcan
de armonía. El segundo es más constante, puesto que está regulado por un deseo.
El capítulo seis habla acerca “De los principios internos de los movimientos
voluntarios llamados comúnmente pasiones, y del lenguaje mediante el que
son expresadas”. Como la constitución del cuerpo humano se encuentra en
continua mutación, es imposible que las mismas cosas causen siempre en una misma
persona los mismos pensamientos, sensaciones y aversiones.
El capítulo ocho habla acerca “De las virtudes comúnmente llamadas
intelectuales y sus defectos”. Si todas las cosas fueran iguales en todos los hombres,
nada sería estimado. La razón, está fundada en el uso correcto del lenguaje, y produce
las ciencias. Tener por alguna cosa pasiones más fuertes y más vehementes delo que
es ordinario en los demás, eso es lo que los hombres llaman locura. El capítulo diez
habla acerca “Del poder, la valía, la dignidad, el honor y la aptitud”. El poder de
un hombre universalmente considerado consiste en sus medios presentes para
obtener algún bien manifiesto futuro; puede ser original o instrumental. El poder
natural es la eminencia de las facultades del cuerpo o de la inteligencia
tales como una fuerza, belleza, prudencia, aptitud que debe tener el soberano.
El capítulo once habla acerca “De la diferencia de las maneras”. En esta
parte Hobbes habla del Estado y como según como este debe ejercer el poder.
Se advierte que Hobbes tiene miedo a la libertad y no cree en la amistad. Un
Estado según las características descritas en el Leviatán sería eficaz pero
antihumano, pues sobre una población sumisa no es necesario ejercer coacción
si amaran su servidumbre. El soberano de Hobbes podría ser muy peligroso ya que su
tarea es precisamente inducir a los propios súbditos a amar su sometimiento. Así, el
problema del Estado únicamente radica en el logro de la satisfacción del súbdito, en
lograr que ame su servidumbre sobre la base de la seguridad económica,
contrarrestando un posible descontento social con altas dosis de ocio, consumo,
culto al cuerpo y éxito aparente, que desgastara la energía de aquellos dispuestos al
cambio político. Es decir, consistirá en hacer olvidar que el hombre puede
aspirar a una vida mejor más plena (felicidad) y silenciando los medios con
los cuales puede alcanzarla (virtudes).
El capítulo trece habla acerca “De la condición natural de la humanidad en lo
concerniente a su felicidad o miseria”. Habla acerca de que todos los hombre
y mujeres son iguales por naturaleza. Para Hobbes, los seres humanos se
encuentran entre ellos con la misma capacidad para pensar, y con la misma
capacidad física. Por lo que el hombre va a entrar en un proceso de competición con
otros, teniendo las mismas condiciones con los demás, y si se desea conseguir aquello
que el otro también quiere conseguir; para esto el hombre se mantiene en guerra,
pasando por tres niveles: la competición, la desconfianza y la gloria. La pelea o
discusión se da porque uno tratara de perjudicar al otro, para así obtener el máximo
beneficio propio. La desconfianza se da en los seres humanos cuando conoce que
tiene igualdad con los otros, pero que teme que las otras personas se apoderen de
ello que el que tiene en su poder, y la gloria es cuando un grupo de personas, sin un
líder a quien seguir, se crea una tensión de originar una competencia y una
guerra para sobresalir entre la sociedad “cada hombre considera que su
compañero debe valorarlo del mismo modo que él se valora a sí mismo”. Hobbes
afirma que, si el ser humano no tiene un Estado, o una autoridad, este se vuelve
salvaje puede provocar un caos total a través de la guerra. Para poder llegar a la paz,
el hombre tiene unas pasiones que se inclinan a la solución de la guerra, y que estas
son el temor a la muerte, el deseo de las cosas que son necesaria para una vida
confortable, y la esperanza de obtenerlas por medio del trabajo. Son las
claves fundamentales para llegar a un acuerdo entre los hombres.
El capítulo catorce habla acerca “De las leyes naturales primera y
segunda y de los contratos”. El derecho natural es el que permite al hombre usar
su propia vida. La libertad es la ausencia de impedimentos para que el
hombre defenderse sea como sea. La ley de la naturaleza es la que prohíbe al
hombre hacer algo que vaya en contra de su propia vida. La revolución francesa está
considerada como la revolución de su época, y no sólo una, sino la más prominente
de su clase. También se inició en Francia el despotismo ilustrado, tales reformas eran,
o inaplicables, y por eso resultaban meros escarceos teóricos, o incapaces
de cambiar el carácter general de su estructura política y social, o fracasaban frente
a la resistencia a las aristocracias locales y otros intereses intocables, dejando al
país recaer en nueva versión de su primitivo estado.
El capítulo diecisiete habla acerca “De las causas, generación y definición de un
Estado”. La causa final de los hombres, aunque disfruten de su libertad y del ejercicio
del dominio sobre los otros, es lo que lleva a conformar el estado, a través del
Contrato por el que renuncian al derecho de vivir como quieren movidos por
sus pasiones naturales, cambio de preservar su vida. Pero este contrato debe hacerse
entre todos, porque la multitud da confianza y seguridad al estado de que
no habrá invasiones ni rebeliones, además de que el contrato debe atener el
bien común y no las particulares, es decir, reducir todas las voluntades a
una sola voluntad y que quien ejerza ese poder será reconocido como se reconoce
a sí mismo y todo lo haga y diga a favor de la paz y de la seguridad comunes será
tomado como autoría propia y como tal defenderlo. Los hombres ceden así su
derecho a gobernarse a sí mismos. Así el Estado es la persona que ha sido instituida
para que se use toda fortaleza para garantizar la defensa común y la paz general. El
titular de ese poder es el soberano que ejerce el poder soberano, conseguido por la
fuerza (estado de adquisición) o por acuerdo (estado de institución o estado político).
El capítulo dieciocho habla acerca “De los derechos de los soberanos por
institución”. Se dice que un Estado es instituido cuando todos los hombres convienen
y pactan que a una personase le otorgue el derecho de representarlos y que cada uno
autoriza todo lo que dice y hace el representante como si fueran propios, otorgando
así el poder soberano que es el poder del todo pueblo. Este contrato obliga también
a no renunciar a la monarquía, no firmar contratos entre súbditos o con
otros soberanos y cuando alguien es castigado, por atentar contra el monarca, por
ejemplo, en realidad el autor de su propio castigo, porque los hechos del rey son
propios. Los súbditos entregan su soberanía al soberano y es como si firmaran un
pacto con dios porque es el rey es el enviado de el ala tierra, por lo tanto, ese contrato
no se puede quebrar ni romper yaqué el soberano tiene el poder dado por sus
súbditos y lo ratificación el poder de su fuerza pública. Si un soberano es instituido
por la mayoría, el resto debe acordar porque de lo contrario cometería injusticia
de atentar contra el contrato. El soberano cambio solo actúa con justicia y equidad.
No inconveniente poner el poder en manos de un hombre o una asamblea
equivale a decir que todo gobierno es más inconveniente que la confusión y la guerra
civil.
El capítulo veintiuno habla acerca “De la libertad de los súbditos”. La
libertad es ausencia de oposición. El hombre es libre si es capaz por su fuerza o por
su ingenio de no dejar de hacer las cosas que quiera. La libertad también está unida
al temor y a la necesidad. Porque si en un estado un hombre realiza actos por
temor a la ley, no deja de estar libre ya que tiene la libertad de no hacerlos. Muchas
veces los súbditos trabajan para el soberano por necesidad de conseguir dinero para
poder subsistir. El hombre es libre para hacer muchas cosas. Pero en definitiva la
libertad de los hombres está en la libertad del estado, así que cada estado es
independiente de otros y tiene la libertad para hacer lo que se considere
necesario para su reino.
El capítulo veintinueve habla acerca “De esas cosas que debilitan o
tienden a la disolución de un estado”. Los estados se enferman por conflictos internos
igual que los hombres porque son ellos los que constituyen. Una de las
enfermedades del estado radica en que el rey con tal de acceder al trono y no le
importa tener menos poder sobre las milicias. Esto hace que no se garantice la
defensa, lo que provocaría la defensa, lo que provocaría desconfianza y rebelión.
Otro conflicto son las ideas rebeldes que hacen creer a los jueces que ellos son los
jueces de sus propias acciones, cuando en realidad el juez es el estado y con
esos pensamientos se debilita.
El capítulo treinta habla acerca “De la función del representante
soberano. La misión que tiene el soberano es la seguridad del pueblo. Así como
también conservar todos sus derechos soberanos: porque solo a través de ellos
puede garantizar la seguridad. Debe instruir al pueblo sobre la naturaleza de la
soberanía, para evitar descontentos. Sus funciones del soberano son:
1. Enseñar que la prosperidad no depende de la forma del gobierno,
sino de la obediencia, y que la solución nunca es cambiar la forma de gobierno a la
que tienen los prósperos.
2. Enseñar a no admirar demasiado ni dejarse influenciar por hombres
virtuosos distintos al soberano.
3. Enseñar a no hablar mal del soberano ni discutir su poder.
4. Tener momentos especialmente dedicados al aprendizaje de los deberes
civiles.
5. Enseñar a los hijos a honrar a los padres. 6. Enseñar la justicia, es decir, a no
privar a nadie de lo que es suyo (gracias a la autoridad del soberano)7. Enseñar que
no solo los hechos injustos, sino también los designios e intenciones de hacerlos
son injustos.
CONCLUSIÓN
En mi opinión el tema fundamental de este libro es la obediencia ya que sin ella
no podría constituirse el soberano, lo que plantea Hobbes se podría comparar con la
esclavitud ya que te debes someter a un soberano, a un absoluto que implica la
perdida de tu libertad.
La diferencia con la esclavitud es que tienes derecho a un soberano y el
sometimiento que tienes es voluntario, a demás de que el soberano debe velar por el
bien de la sociedad y esta sociedad es la que hace al soberano.
Hobbes en su obra pretende dar nacimiento a nuevas normas para la creación
de un estado que controle varios aspectos humanos, pero sobre todo su libertad.
Para aceptar la postura de Hobbes debemos bajar los brazos y aceptar lo que
un estado quiera hacer con nuestros derechos nuestra voluntad y nuestra libertad.