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La perspectiva.

Las apariencias de las cosas engañan, si usted me permite contarle esta historia, debe tener su
juicio abierto en todo momento y no dejarse engañar. Le cuento a usted que me enteré por una amiga
cercana, que a la primera leída del testamento de Guilli, la fallecida tía de Vero, tanto ella como su
esposo,Pablo, ya sabían que la casa que Guilli tenía en Vicente López sería para ellos. La tía bien
sabía que Pablo deseaba tener otro hijo con su sobrina, por eso mismo el pequeño departamento que
ellos tenían en 9 de Julio en donde criaban a Daniel, no les iba a servir para agrandar la familia. Sin
embargo cuando Vero y su hermano Victor releían, volvían a leer y seguían leyendo el testamento no
podían creer el gran gesto de Guilli. Digamos la verdad, una casa en zona Norte, con todas las
comodidades y lujos, era un regalo demasiado irreal, la muchacha no sabía si su mellizo estaba celoso
o no de esta nueva adquisición que tenía a su nombre. Lejos de sentirse mal, Vero ya sabía que él
tenía su casa y su familia instalada. Victor no tendría quejas lógicas, si se quejaba, sería desde un
lugar de capricho, que ya ambos con veintiocho años no se podían permitir, o al menos eso me contó
mi amiga que escucho al chusmear a Pablo hablando con la mujer de Victor.
Cuando llegaron a la enorme casa de techo alto y frías paredes, sus caras de asombro eran un
retrato perfecto, me gustaría poder haberlas visto, pero todo esto me lo entere por la vecina de Guilli,
¡qué gran teléfono descompuesto es este!, en fin. Dani no paraba de recorrer cada pasillo del caserón,
al principio con desconfianza pero luego con picarda. Su madre no le iba a permitir jugar en los pisos
de arriba, imagínense que con su pequeña estructura corporal de niño de cuatro años, se le iba a ser
fácil perderse, realmente la casa era muy grande, se los juro. Vero era una madre muy cuidadosa, o
más bien dicho, una madre sobre protectora. Sabes qué es lo que pasa, y no es que quiera justificar su
peculiar crianza, pero a Vero le costó muchísimo quedar embarazada de Dani. Cuando se enteró que
estaba embarazada juro cuidarlo de todo y todos. Pablo opinaba que no había nada de que protegerlo,
yo estaba el día del baby shower de Dani, llegue a intercambiar unas palabras con Pablito, pero el
realmente estaba seguro de que su esposa se volveria demente en el embarazo. Sería de esas madres
atosigantes que le dirían a sus hijos, “mamá es la mejor mujer que podes tener en tu vida”. A raíz de
esto empecé a preguntarme,¿cuánto es el amor que Pablo le tiene a Vero? y si tuviera que opinar, diría
que ninguno. Pero las apariencias engañan, ya se los explique.
Les contaré una infidencia personal de Veronica, que para nada me compete compartirla, pero
uno intenta justificar lo más posible a las personas. La mamá de Vero se había suicidado cuando su
hermano y ella tenían catorce años. Su padre tenía prisión domiciliaria por salir a robar cuando no
tenía dinero para mantenerlos, la única figura familiar que ella consideraba sana era su tía Guilli. Vero
la tenía en un pedestal, cuando se enteró de su muerte no llegó ni a llorar, tan solo se arrodilló en el
piso gritando. Cuando Agustina, la hija mayor de Victor me contó esto, automáticamente pensé en
Pablo, esas situaciones lo incomodaban, se notaba en su ceño fruncido y en sus manos juguetonas las
cuales tocaban todos los objetos que habían en el velatorio de Guilli. Estaba agradecida que no haya
tocado el cajón mira lo que te digo.
Sin más rodeos te cuento lo que pasó una semana después de la mudanza. Todos los que
conocemos a Vero sabemos que sufre de talasofobia. Cada vez que iban a la costa ella no se metía al
agua, cada vez que iban a las piletas del pato ella no se metía al agua, y cada vez que Dani quería
entrar al agua, era justo ahí, el momento terrorífico en el que Vero dejaba de poder controlarlo.
Guilli, que en paz descanse, tenía muy buen gusto en lo que es diseños de exteriores. El patio de la
casa contaba con frondoso pasto, pero bien cortado y regado por los aspersores diariamente, lo mismo
pasaba con las flores, arbustos y hierbas para el mate, eran esenciales. Por Dios no dejes que me vaya
del tema principal. La cuestión fue que, en el patio hay una pileta, enorme y muy profunda, demasiado
profunda, más de lo que Vero podría llegar a soportar. Al fuerte sol de diciembre, quemándoles las
pieles, haciéndolos sudar poco a poco, Pablo se metió a la pileta, con Dani, mientras Vero observaba
desde lejos en una reposera. Cuando ya su marido, tan responsable por cierto, se hartó de nadar. Salió,
dejando al pequeño en la orilla de la pileta, total Dani sabía que no debía ir a lo profundo. Pero que se
puede esperar de un niño con cuatro añitos de vida, su cabeza inocente le decía a gritos que vaya más
allá, que juegue tranquilo que nada le iba a pasar, o eso supongo, porque Dani nado a lo profundo, y
no llego ni a gritar que ya se estaba ahogando. Vero, que no lo escucho jugar, se acercó
temerosamente al borde de la pileta, y allí observo a su pequeño hijo que tanto amaba, flotando al otro
extremo de la orilla. Qué gran desgracia, pobre Vero, a veces uno lo ve desde afuera y se lamenta que
tantas cosas malas le pasan a una sola persona, En lo personal, cuando me entere del pequeño gran
incidente que cometió Pablo no podía parar de pensar en que desde afuera se los veía tan bien, una
pareja que se acompañaba, que era sana. Exceptuando a Pablo diciéndole loca a Vero. Pero no es la
primera vez que una esposa con razones obvias queda como una loca ante el circulo de amigos del
marido, ya casi es ley, ¿verdad?, tal vez me equivoque, las apariencias engañan.
Para no alargarles mas el chisme. O mejor dicho anécdota, así el karma no me llega y mi vida
privada sigue guardada. Daniel se salvo, gracias a alguna fuerza divina que habita en el cosmos
porque, realmente esa pileta, es muy profunda. Cuando fui a verlo al hospital para acompañar a Vero,
lo veía a Pablo hablar con la familia de ella como si el no hubiese sido el culpable de que el pequeño
se ahogase. ¿Quien deja solo en una pileta de tres metros a un niño de cuatro años?, en fin, la cara de
mi dulce Vero era una imagen difícil de olvidar. Estaba enojada, ya no era decepción, o angustia por
como Pablo la trataba. Estaba con rabiosa, parecía un gran perro guardián al que le lastimaron a su
familia, sus ojos la delataban. No puedo juzgarla, yo en su lugar, a Pablo lo hubiese asesinado al
instante. La acompañe a tomarse un café. Sus ojos seguían perdidos, allí empece a preocuparme,
entonces, decidí empezar la típica charla de compromiso que uno utiliza para situaciones de desgracia.
En la que le digo, muy resumidamente y ojala que no suene insensible, que todo va a estar bien, que lo
van a superar como familia, etcétera etcétera. Pero su respuesta fue sencillamente escalofriante, no se
si porque no me esperaba venir que de una mujer tan sometida como Vero, salga una frase tan rara. O
si porque a las dos semanas del incidente, Pablo haya sido encontrado muerto en su blanca bañera de
mármol, ahogado por supuesto, aparentemente fue un suicidio. Te preguntaras porque digo
“aparentemente” antes del horrible hecho que la pobre Vero debía superar. El caso es que, con la
mirada perdida y el vaso de café en la mano, Verónica me dijo
- Es fascinante todo lo que se puede llevar el agua. ¿Verdad?.

Patience and Prudence. (1956) . Tonight You Belong to Me. En Tonight You Belong to Me / A Smile
and a Ribbon. https://www.youtube.com/watch?v=fOjVjc5vJ6I

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