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Colegio de Bachilleres de Tabasco.

Plantel # 16

Alumno:

Pérez de la cruz Kevin Alberto

Grupo:

“A”

Turno:

MATUTINO

Asignatura:

Sociología

No de actividad

Actividad 2

Tema

Alcance de cambio social reformista y radical.


Alcance de cambio social reformista y radical: cualidad de cambios
innovadores y conservadores, lógica de acción instrumental y
expresiva.

¿Qué significa ser radical? Por radical se entiende a la persona que ataca las
cosas por la raíz.

La izquierda reformista pretende reformar el capitalismo para hacerlo más


democrático, más social y más humano, mientras que la izquierda radical quiere
transformar las relaciones económicas capitalistas en relaciones económicas
socialistas, la propiedad privada sobre los medios de producción en propiedad
pública. La raíz de la sociedad no es otra cosa que las relaciones de propiedad,
las relaciones económicas. No es, por lo tanto, una verdad que nos espere
secretamente en un lugar, que hubiera que alcanzar por procedimientos
especiales y que una vez alcanzada se solucionen los problemas. Mucho menos
tiene que ver con el psicoanálisis. Sólo se trata de ver que la raíz de la sociedad
está en sus relaciones económicas. Y este saber lo comparten, al menos, la
mayoría de los marxistas.

Partidos políticos, movimientos sociales y parlamento. A este respecto Monasterio-


Hellín plantea lo siguiente: «La consecuencia del parlamentarismo es que al no
confiar en el pueblo nunca desarrollará programas de participación y protagonismo
ciudadano. En fin, nunca se atreverá a organizar movimientos revolucionarios». Y
más delante añade esto otro: «Una izquierda debe ser revolucionaria, no radical,
pero con un objetivo primordial: la participación y el protagonismo ciudadano, que
a mi entender es la única forma de sustituir a la revolución armada». También me
pregunta mi crítico, al yo mantener que la izquierda radical debe constituirse en un
partido parlamentario, lo siguiente: ¿Serán sueños los movimientos sociales
antiglobalización? Responderé por partes. Sin duda que los movimientos sociales
antiglobalización son reales y yo respeto y aprecio su quehacer. No obstante, esto
no quita que una buena parte de sus líderes pequen de idealistas y sean
soñadores.

La izquierda radical debía convertirse en un partido parlamentario porque es el


único modo de contactar con las grandes mayorías sociales. No nos dejemos
engañar por el entusiasmo de las masas en la calle: los movimientos sociales
representan siempre a sectores minoritarios de la población.

Innovadores y conservadores.

A menudo se utiliza el término innovador en oposición a conservador; los


conservadores son aquellas personas que consideran que las cosas están bien
como están, y además están como están porque deben estar así, mientras que los
innovadores serían aquellos que no están conformes con el orden de cosas actual
y pretenden cambiarlo, normalmente porque las cosas deben estar de otra
manera.

El uso del término innovador posee de por sí un tufillo de superioridad moral nada
velado. En la mente de todos, además de en el diccionario, está asociado con el
concepto de avance y de mejora.

La inteligencia necesaria para ver los fallos de un sistema complejo como es la


sociedad es infinitamente menor que la necesaria para reconducirlos por el buen
camino.

El término conservador sí es un término neutro. En principio, las connotaciones


negativas que pueda tener, para el que las tenga, provienen sobre todo de los
resultados y las formas de actuar de los conservadores a lo largo de la historia,
pues han dominado durante mucho tiempo y por lo tanto han tenido tiempo de
corromperse de casi todas las formas imaginables. La propia acción de conservar,
cuya bondad o maldad depende de cual sea el objeto de conservación, y no del
acto en sí, no tiene estas connotaciones, por lo que no veo problema en
“conservar” el término.

La cara más humana y menos idealista del conservadurismo la tiene lo que, en el


fondo, es lo que nos importa de todo sistema político: el mantenimiento del estatus
socioeconómico una vez que hemos alcanzado un buen puesto en la sociedad.

El caso es que, por mucho que nos empeñemos, todos los sistemas acaban
volviéndose conservadores, y todos acaban generando en algún momento un
rechazo muy natural en alguna generación. Cuando crees que has conseguido
realizar un cambio a mejor, tratarás de que ese cambio permanezca en el tiempo.

La emergencia del radicalismo como una fuerza republicana propia cristalizo con
claridad desde los primeros ochenta, cuando las tentativas revolucionarias de Ruiz
zorrilla chocaron tanto con los ideales del federalismo como con el planteamiento
legal y electoral de salmerón y los institucionalistas. El progresismo zorrillita se
asentaba sobre una base social y cultural del primer republicanismo que, de la
tradición ilustrada y del republicanismo francés, hacia una lectura de la vida social
y política en clave romántica, cargada de códigos de honor.

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