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CÓMO ENTRAR A UN NUEVO TIEMPO DE DIOS

EL PROCESO DE TRANSICIÓN HACIA ALGO NUEVO

1. Necesitamos aprender a entender el tiempo de Dios para nuestras vidas

Dios es un Dios vivo y activo que se mueve en la dimensión eterna, pero a la vez actúa
en el tiempo y las estaciones o temporadas de la vida.

Daniel 2:20-21 dice también:


“Y Daniel habló y dijo: Sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos, porque suyos
son el poder y la sabiduría. 21 El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone
reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos”.

Necesitamos entender los tiempos y las etapas que Dios ha ordenado para nuestras
vidas, ministerios, ciudades y naciones.

La Biblia dice que una de las tribus de Israel, los hijos de Isacar, tenían la habilidad para
discernir los tiempos. 1 Crónicas 12:32 dice: “los hijos de Isacar, … entendidos en los
tiempos, y que sabían lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus
hermanos”. ¡Ellos eran entendidos en los tiempos! (Reflexionar)

2. Hacer lo correcto en el tiempo de Dios

Eclesiastés 3:1 dice: “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo
tiene su hora”.

A menudo queremos cosechar cuando es tiempo de plantar o plantar cuando es tiempo


de cosechar.
Hacer lo correcto en el tiempo equivocado, por más buenas intenciones que hayamos
tenido, nos originará muchos problemas. Jesús lloró sobre Jerusalén diciendo en Lucas
19:44: “no conociste el tiempo de tu visitación”.

Existen tres versículos en Isaías que nos ayudan a entender cuando y como Dios
cambia las cosas en algo nuevo:

1. Isaías 43:19 
“He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra
vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.”
2. Isaías 48:6 
“Lo oíste, y lo viste todo; ¿y no lo anunciaréis vosotros? Ahora, pues, te he
hecho oír cosas nuevas y ocultas que tú no sabías”.
3. Isaías 42:9 
“He aquí se cumplieron las cosas primeras, y yo anuncio cosas nuevas; antes
que salgan a luz, yo os las haré notorias”.

Existen algunas palabras claves para saber cómo interpretar los tiempos:

1. “Salir a la luz” (Isaías 43:19 y 42:9)


Esta palabra da la idea de un cambio en el tiempo. Es algo nuevo que sale a la luz.

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A menudo, Dios espera hasta último momento para moverse, pero cuando lo hace,
sucede rápidamente.
2. “nueva” “nuevas”
Estas palabras hablan nuevamente de un cambio.

En el Nuevo Testamento existen dos palabras que se traducen “nuevo”:


A. “Neos”, significa “nuevo numéricamente pero no diferente”. Ej: Un auto nuevo. Es
nuevo pero igual a tantos otros modelos de la misma marca.

B. “Kainos”, significa que no solo es nuevo numéricamente, sino tambián nuevo en


calidad. Ej: un auto marca Ford, modelo. La calidad, o el modelo, lo hace diferente,
único y especial.

2 Corintios 5:17 dice que somos “nuevas criaturas en Cristo”. Aquí aparece la palabra
“Kainos” para señalar que somos “modelos únicos y especiales para Dios”.

En Mateo 9:17 Jesús utilizó ambas palabras griegas: 


“Ni echan vino nuevo (neos) en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el
vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo (neos) en odres
nuevos (kainos), y lo uno y lo otro se conservan juntamente”.

Jesús está hablando acerca de la práctica de aquella época de poner vino nuevo en odres
nuevos para enseñar la forma como se derrama el Espíritu Santo en la vida del creyente.

El vino nuevo (neos) es el mismo Espíritu Santo que se ha venido derramando desde
siempre. No es un espíritu diferente sino el mismo Espíritu Santo de siempre.

El Espíritu Santo no puede cambiar porque es el mismo, pero el que necesita cambiar es
el odre, que representa al cristiano.

Nosotros, los odres, somos los que necesitamos cambiar para que Dios haga algo nuevo.
Para experimentar lo nuevo de Dios necesitamos ser cambiados, transformados de una
etapa a la otra.

Los odres eran hechos de piel de oveja. Cuando estaba preparado para contener al vino
se expandía como un globo.

A medida que el odre se llena, toma todo tipo de formas. Se forma un bulto por aca y
otro por allá, tomando una forma extraña. Eran totalmente flexibles. No existían dos
odres iguales, pues tomaban formas originales.

Una vez que el vino ha estado curándose y añejándose durante varios años, el odre se
vuelve rígido, inflexible y tieso. A partir de ese momento debían ser renovados o
reemplazados.

Cómo se renovaban los odres viejos:


•Eran sumergidos en agua por varios días (Efesios 5:26)
•Eran untados con aceite.

Con todo lo que hemos visto, aprendemos que Dios nos cambia para prepararnos para lo
nuevo que él quiere hacer.

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FIN CONFERENCIA I

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