Está en la página 1de 4

Oración Sostener el Milagro

Mi mente se aquieta ahora para recibir los pensamientos que tú me


ofreces, aceptó lo que me llega de ti, en lugar de lo que procede de mí. No
sé cómo llegar hasta ti Padre, mas tú lo sabes perfectamente, guía a tu
hija por el tranquilo sendero que conduce a ti, has que mi perdón sea
total y completo y que tu recuerdo retorne a mí.

Ayúdame Padre, a recoger este regalo que tú me das del perdón.


Ayúdame Padre, a entenderlo, no sé ni abrirlo, no sé cómo usarlo, no sé
por dónde agarrarlo, estate conmigo mientras aprendo su manejo.
Ayúdame Padre, a confiar en él.
Ayúdame Padre, a verte a ti detrás de él.
Ayúdame Padre, a diferenciar el perdón, del resto de las cosas de este
mundo.
Ayúdame Padre, para que yo aprenda que lo único que necesito en la
vida es manejarme con el perdón.
Ayúdame Padre, a ver en el perdón la solución de todas las cosas.
Ayúdame Padre, a ver el perdón, en cada una de las palabras que tú me
dedicas.
Ayúdame Padre, a encontrar en el perdón el alimento que necesito, la
Paz que busco, el alivio que preciso.
Ayúdame Padre, a unirme con mis hermanos, en este camino.
Ayúdame Padre, a no desesperarme, sostén mi fe, mientras me cambio de
carril. Sostén mi fe mientras me aprendo esta nueva dirección. Sostén mi
fe, mientras la tentación, me empuje.
Ayúdame Padre, a entender que sólo tiene cimientos lo que tú me das,
que sólo tiene consistencia lo que tú me ofreces.
Ayúdame Padre, a sentirme segura con el perdón.
Ayúdame Padre, a sentirme en Paz, con el perdón, muéstrame este
camino que me ofreces, ayúdame a caminar por él. Muéstrame Padre la
forma en la que debo caminar por él.
Ayúdame Padre, a entender este camino del perdón, que me das.
Ayúdame Padre, a verte detrás de aquello.
Ayúdame Padre, no dejes que las ilusiones, sigan guiando mi vida, no
dejes que las ilusiones aparenten, ser más grandes que yo.
Ayúdame Padre, a borrar con el perdón, las ilusiones, que me abruman,
no dejes Padre que me sienta rehén del mundo y de las ilusiones.
Ayúdame Padre, a diferenciar las ilusiones de la realidad.
Ayúdame Padre, a separar las ilusiones de la verdad, que no me deje
engañar por las ilusiones.
Enséñame Padre:
Que lo que me hace sufrir, siempre es una ilusión, hasta que me lo
aprenda
Que lo que me hace sufrir, es una ilusión, hasta que me lo aprenda.
Que lo que me da mala vida es una ilusión, hasta que me lo aprenda,
que me quita el sueño, lo que me mata, lo que me arranca las lágrimas,
lo que me arranca la desesperación, lo que me hace sentir sola, son
ilusiones.

Ayúdame Padre, refuerza mi mente para que pueda darme cuenta de


que todo eso son ilusiones, no hay nada en este mundo, que sea más
grande que yo, cuando me agarro de tu mano.
Ayúdame Padre, a no inclinar la cabeza ante las ilusiones.
Ayúdame Padre, a no sentirme pequeña, a no sentirme maniatada, a no
sentirme indefensa, a no sentirme sola.
Ayúdame Padre, a descubrir las ilusiones, en cada amenaza que se
abalance sobre mí.
Ayúdame Padre, a reconocer que no estoy sola, ayúdame a escucharte, a
ver tu presencia conmigo, no dejes que las ilusiones se levanten, con más
poder, que el que tú tienes.
Ayúdame Padre, a bajar las ilusiones del pedestal en que viven conmigo,
no dejes que las ilusiones se sigan alimentando de mi miedo, no dejes
Padre que las ilusiones vivan conmigo.
Ayúdame a separar, dame constancia Padre, ayúdame a separarme de
las ilusiones, ayúdame a perdonarlas, muéstrame la manera de
perdonarlas.
Sostén mi mano mientras las perdono. Sostén mi confianza. Sostén mi
dirección, mientras las perdono.

Enséñame el concepto del perdón, muéstrame la profundidad y la


aplicación que tiene:
Cuando perdono, deshago.
Cuando perdono, me libero.
Cuando perdono, salgo del pozo.
Cuando perdono, rompo las cadenas.

Ayúdame Padre, a romper las ilusiones que me atan.


Ayúdame Padre, a separarme de lo que me quita libertad, de lo que me
hace caminar por el camino del dolor.
Ayúdame Padre, a no sentirme pequeña, a no sentirme humillada, a no
sentirme indefensa, a no sentirme manipulada.
Ayúdame Padre, a perder el miedo frente a los fantasmas inmensos, que
rodean mi casa.
Ayúdame Padre, a no sentirme inútil, frente a tanto problema sin
solución., ¡cómo me acosan!
Ayúdame Padre, a recordar que soy tu hij@ y tú me has dado el escudo
del perdón, y tú me has dado la defensa del perdón.
Ayúdame Padre, a confiar en ti, a meterme en cualquier lugar que yo
tenga que meterme, a deshacer cualquier cosa que tenga que deshacer,
en mi mente o en la de los demás.
Ayúdame Padre, a tomar el poder que tú has puesto en mi mano.
Ayúdame Padre, a despertarme, en la gloria, que tú has pensado para tu
hij@.
Ayúdame Padre, a no sentirme pequeña ni humilde.
Ayúdame Padre, a bajar del pedestal, las ilusiones que gobiernan mi
vida. No quiero seguir siendo rehén de ellas. Me asustan, tómame de la
mano, cuando me veas asustado, tómame de la mano cuando me veas
indefensa, y háblame de una manera que yo te pueda escuchar, para que
pueda volver a comunicarme contigo, Padre.

¡No me dejes que viva de la locura, que alimente la locura, que transmita
locura, no me dejes!

Ayúdame Padre, a encontrar la paz, que tú has puesto en el perdón, te


entrego mi mente Padre, te devuelvo mi mente Padre, he hecho un mal
uso de ella.
Ayúdame Padre, a restaurarla y que se haga en mí tu voluntad y que
busque en mí, tu voluntad y que pida para mí, tu voluntad y que
descanse en tu voluntad y que sepa que tu voluntad es la mía y que el
peligro sea alejado y que aprenda que tu voluntad es la mía y que no hay
peligro alguno; que pueda amenazarme, cuando uno mí voluntad a la
tuya.

Padre que se haga en mí, tú voluntad:


Que se abran mis ojos para ver la creación.
Que se abran mis ojos para ver al hijo de Dios.
Que se abran mis ojos para ver, sólo al Cristo.

Para que desaparezca lo que no es verdad.


Para que desaparezca la bruma que parezco que vivo.
Para que desaparezca la bruma que oculta la luz que tú pusiste en mí.

Ayúdame Padre, a Despertar me en tú Mundo.


Ayúdame Padre, a Despertar me en tú Paz.
Ayúdame Padre, a Despertar me en tú regazo.

Que se haga en mí, tu voluntad, Padre. Que tu voluntad rija mis días,
mis noches, mi salud, mis relaciones, mi abundancia, hágase en mí
según tu voluntad.

Ayúdame Padre, a renunciar a lo que no es tuyo.


Ayúdame Padre, a renunciar a lo que me trae dolor, muéstrame el
camino de la facilidad, muéstrame el camino de la sencillez, muéstrame
el camino de la felicidad y de la alegría, hágase en mí según tu
voluntad, Padre. Que tu voluntad cubra mis días y mis noches.
Que tu voluntad sea mi alimento, que respire tu voluntad, que viva de tu
voluntad.

Ayúdame Padre, a pegarme a ti, te entrego mí mente, te devuelvo mi


mente, restáurala, hice mal uso de ella, me he creído separado de ti.
Ayúdame Padre, a restablecer la comunicación contigo.
Ayúdame Padre, a perdonar lo que me separe de ti, lo que me aleja de ti,
lo que me tiene secuestrada la alegría y la vida.
Ayúdame Padre, a estar contigo, a reconocerte. Yo te entrego mi mente.
Hágase en mí, según tu Voluntad.
Hágase en mí, según tu Voluntad.
Hágase en mí, según tu Voluntad.

También podría gustarte