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Propiedades de coloración en grafos de Kneser

Camilo Andrés Garcı́a Trillos

Asesor : Mario Valencia Ph.D.

Universidad de los Andes


Bogotá D.C., Diciembre de 2004
Dedicado a mis padres y hermano, por su confianza y amor,

a la paciencia y la ayuda incondicional de mis profesores,

y a la niña que me hace sonreir.


Índice general

1. Introducción 1

2. Preliminares 3
2.1. Grafos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
2.2. Grafos de Kneser . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

3. Conjetura de Kneser 10
3.1. Conceptos previos en Topologı́a Algebraica . . . . . . . . . . . 11
3.2. Prueba de Lovász . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
3.3. Prueba de Bárány . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
3.4. Prueba combinatoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
3.5. Aplicaciones de la prueba de Lóvasz . . . . . . . . . . . . . . . 27

4. Polinomios Cromáticos 32
4.1. Propiedades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
4.2. Polinomio cromático de algunos grafos . . . . . . . . . . . . . 35
4.3. Grafos circulares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37

5. Conclusiones y perspectivas 47

A. Lema de Tucker, Teorema de Borsuk y Teorema de Gale 49


Capı́tulo 1

Introducción

En 1955, Martin Kneser presentó la famosa conjetura que lleva su nom-


bre y que ocuparı́a un par de décadas resolver. Construidos en 1978 por
László Lovász, con el fin de permitir la resolución de esta conjetura, los
grafos de Kneser fueron ganando importancia por convertirse en una gran
fuente de ejemplos y contraejemplos dada su atı́pica estructura, por su in-
tensa simetrı́a y complejidad, por su papel en las n-tupla coloraciones y las
coloraciones fraccionales, y por permitir convertir enunciados combinatorios
en enunciados en grafos. Estas dimensiones motivan este estudio que se cen-
tra en dos propiedades de coloración de estos grafos, el número cromático y
el polinomio cromático, teniendo como objetivos la comprensión de las dis-
tintas pruebas que sobre el número cromático se han dado y las relaciones
entre ellas, y generar un primer acercamiento a la expresión del polinomio
cromático de estos grafos.

En el capı́tulo 3 se presenta la relación existente entre la conjetura de Kneser


y el número cromático de los grafos de Kneser, y se exponen diferentes prue-
bas que sobre la expresión para este se han hecho. Se estudiarán tres de
las varias pruebas existentes, las dadas por Lovász y Bárány, pruebas que
usan nociones de topologı́a algebraica y la presentada por Matoušek, prue-
ba combinatoria de reciente aparición. Con el fin de ilustrar el alcance y la
importancia de los resultados obtenidos por Lovász, el capı́tulo cierra con
una aplicación de estos resultados para hallar una cota para la solución de
problemas de optimización entera.

1
2

El estudio del polinomio cromático de los grafos de Kneser es de gran com-


plejidad. Un primer acercamiento es posible si se considera el problema de
hallar el polinomio cromático de ciertos subgrafos de los grafos de Kneser,
los grafos circulares. El capı́tulo 4 plantea las principales propiedades que
sobre polinomios cromáticos se han desarrollado, y presenta la expresión de
estos polinomios para dos subfamilias de la familia de los grafos circulares,
que utiliza algunos resultados combinatorios.

El último capı́tulo que se presenta contiene las conclusiones y las perspectivas


que sobre este estudio se desprenden. Finalmente, el apéndice A presenta las
pruebas del lema de Tucker que es un enunciado sobre etiquetas de ciertas
triangulaciones, el teorema de Borsuk un enunciado de naturaleza topológica,
y el Teorema de Gale, un enunciado de tipo geométrico.
Capı́tulo 2

Preliminares

Este capı́tulo presenta los conceptos preliminares que son soporte del traba-
jo en su totalidad. En el primer aparte, algunas nociones básicas en grafos son
señaladas, principalmente para clarificar la forma en que se trabajarán los con-
ceptos y la notación. En el segundo aparte, se introducen los grafos de Kneser y
se presentan y demuestran algunas de sus propiedades.

2.1. Grafos
Un grafo G se compone por un conjunto de vértices V (G) y un conjunto
de aristas E(G), con E(G) ⊆ [V (G)]2 . Dos vértices son adyacentes o vecinos
si están relacionados por medio de una arista. Un loop es una arista que rela-
ciona un vértice consigo mismo. Llamamos un grafo simple a un grafo finito,
sin loops, con a lo sumo una arista relacionando dos vértices. La definición
que hemos dado de grafos, está restringida a grafos simples no dirigidos.

Dos grafos son iguales si sus conjuntos de aristas y vértices son iguales. En
realidad, la esencia de un grafo no se ve alterada si los elementos del conjunto
de vértices cambian de manera que las relaciones entre ellos se mantengan
inalteradas. Esta noción es capturada por el concepto de isomorfismo.

Definición 2.1.1 Dos grafos G, H son isomorfos si existe una biyección


φ : V (G) → V (H) tal que (a, b) ∈ E(G) ⇔ (φ(a), φ(b)) ∈ E(H).

3
2.1. GRAFOS 4

Se denomina grafo completo al grafo en el que todo par de vértices están


relacionados. Un grafo completo con n vértices es único módulo isomorfismo
y se denotará por Kn . Los grafos completos juegan un papel muy importante
en varios de los conceptos de interés en la teorı́a de grafos.

El grafo cuyo conjunto de vértices es vacı́o es llamado nulo. Un grafo es vacı́o


si su conjunto de aristas es vacı́o sin serlo su conjunto de vértices.

Un subgrafo de un grafo G, es un grafo cuyos vértices y aristas son subcon-


juntos de los vértices y aristas de G. Un subgrafo G0 de G es inducido por
un subconjunto de vértices de G, {g1 , . . . gn } si V (G0 ) = {g1 , . . . gn } y toda
arista de G que una elementos de este conjunto, está entre las aristas de G0 .
Un conjunto independiente de un grafo G es un subconjunto de los vértices
de G tal que induce un subgrafo vacı́o.

Si x, y son vértices de un grafo G, se llama camino de x a y a una sucesión


de vértices de G con primer elemento x y último y, tal que dos elementos
consecutivos en la sucesión son vecinos. Cada subgrafo de G que sea maximal
con respecto a la propiedad de que exista un camino entre cualquier par de
sus vértices se denomina componente conexa. Un grafo es conexo, si él es su
única componente conexa.

Definición 2.1.2 Sean G y H grafos. Un homomorfismo de X en Y es una


función φ : V (G) → V (H), tal que (a, b) ∈ E(G) ⇒ (φ(a), φ(b)) ∈ E(H).

De la definición de homomorfismo se desprende fácilmente el siguiente lema.

Lema 2.1.3 Sean G, H y R grafos. Si φ1 es homomorfismo de G en H y


φ2 es homomorfismo de H en R, entonces φ2 ◦ φ1 es homomorfismo de G en
R.

Los homomorfismos más conocidos y trabajados son los de la familia de las


coloraciones propias de un grafo. Una coloración propia de un grafo G es
una función de los vértices de G, en un conjunto de colores, de tal forma que
dos vecinos no compartan el mismo color. El número cromático de G es el
mı́nimo número de colores con los que G puede colorearse propiamente, y se
denomina χ(G).

La relación entre las coloraciones propias y los homomorfismos se hace clara


mediante la siguiente caracterización.
CAPÍTULO 2. PRELIMINARES 5

Lema 2.1.4 El número cromático de un grafo G es el menor entero r tal


que existe un homomorfismo de G en Kr .

Demostración. Suponga que φ es un homomorfismo de G en H, y sea


y ∈ V (H). Puesto que y no es adyacente a sı́ mismo (pues H es grafo simple),
f −1 (y) es un conjunto independiente. Ası́, si existe un homomorfismo de G
en Kr , los r conjuntos f −1 (1), . . . , f −1 (r) forman las clases de una coloración
propia con r colores, y por lo tanto χ(G) ≤ r. Para el converso, suponga que
G puede colorearse propiamente con r colores, sin pérdida de generalidad,
suponga son {1, . . . , r}. Entonces la función que envı́a cada vértice a su color
es un homomorfismo de G en Kr .

El lema anterior y el lema 2.1.3 nos llevan directamente al siguiente resultado:

Lema 2.1.5 Si existe un homomorfismo de G en H, entonces χ(G) ≤ χ(H).

Claramente si existe un isomorfismo entre G y H, existe un homomorfismo


de G a H y uno de H a G. El contrario no es necesariamente cierto, y la
caracterización de las coloraciones nos permiten obtener un contrajemplo.
Un árbol es un grafo conexo sin ciclos. Considere un árbol de tres vértices.
Puesto que este árbol es coloreable con dos colores, existe un homomorfismo
de este en una arista. Ası́ mismo, existe un homomorfismo de una arista
en este árbol (por ejemplo el homomorfismo que identifica la arista y una
de las aristas propias del árbol), pero claramente no existe un isomorfismo
entre los dos grafos. Cuando ocurre una situación como esta en la que existe
un homomorfismo de G a H y otro de H a G, se dice que H y G son
homomórficamente equivalentes.

2.2. Grafos de Kneser


Los grafos de Kneser son grafos que por su definición, poseen una estruc-
tura que permite trasladar naturalmente ciertos problemas de combinatoria
de conjuntos finitos a problemas en grafos, permitiendo por ejemplo una
aproximación diferente a los teoremas de Erdös-Ko-Rado y Hilton-Milner
(como aparece en [5]), y a la conjetura de Kneser (de donde viene su nom-
bre). Por otra parte de entre ellos se obtienen ejemplos de grafos con girth (el
2.2. GRAFOS DE KNESER 6

tamaño del ciclo más corto dentro del grafo) y de número cromático arbitrari-
amente grandes. Denotaremos al conjunto {1, 2, . . . , n} por [n], y definiremos
los grafos de Kneser de la siguiente forma.

Definición 2.2.1 Sean v, r enteros positivos con v ≥ 2r. El grafo de Kneser


(Kv,r ), es el grafo cuyo conjunto de vértices es el conjunto [v]r , es decir, es
el conjunto de subconjuntos de [v] de tamaño r, donde dos vértices A, B son
adyacentes si y sólo si A ∩ B = ∅.

Puede comprobarse fácilmente que el número de vértices de un grafo de


Kneser es vr  , y que es un grafo regular con grado v −r r  .

De acuerdo a la definición, los grafos completos corresponden a los Kn,1 .


Otro grafo de gran fama, el grafo de Petersen (Fig. 2.1) corresponde a K5,2 .
El grafo fue nombrado tras Julius Petersen, matemático danés que lo con-
struyó alrededor de 1898, y su importancia radica en servir como contrae-
jemplo para numerosas afirmaciones.

Figura 2.1: Grafo de Petersen (K5,2 )

Es de interés, para permitir un mayor conocimiento sobre esta familia de


grafos, mostrar algunos teoremas que señalan condiciones para que existan
homomorfismos entre ellos.

Teorema 2.2.2 Si v ≥ 2r y r ≥ 2, existe un homomorfismo de Kv,r →


Kv−2,r−1 .
CAPÍTULO 2. PRELIMINARES 7

Demostración. Si v = 2r, entonces Kv,r es simplemente 2rr −−11  copias de


K2 , que admite un homomorfismo en cualquier grafo con una arista. Asumi-
mos entonces v > 2r.

Considere la función ϕ : Kv,r → Kv−2,r−1 definida por:

(
α − {máx(A)} si |α ∩ {v, v − 1}| ≤ 1
ϕ(α) = c
(α − {v, v + 1}) ∪ {máx(α )} si {v, v − 1} ⊆ α

donde αc es el complemento de α. Mostraremos que la función ϕ definida


es un homomorfismo. Sea α = {α1 , α2 , . . . , αr } y β = {β1 , β2 , . . . , βr }, y
suponga que α ∩ β = ∅ y sin pérdida de generalidad asuma αi < αj y βi < βj
si i < j, y αr 6= v. Consideramos los distintos casos posibles:

Si v ∈
/ β o v−1∈
/ β, entonces

ϕ(α) ∩ ϕ(β) = {α1 , α2 , . . . , αr−1 } ∩ {β1 , β2 , . . . , βr−1 } = ∅.

Si βr = v, βr−1 = v −1, . . . , βr−i+1 = v −i+1 pero βr−i 6= v −i, tenemos


dos subcasos:
• Si v − i ∈ α, entonces αr = v − i, ya que siendo disyuntos α y β,
ninguno de los elementos v, v − 1, . . . , v − i + 1 puede pertenecer
a α. Ası́,

ϕ(α) ∩ ϕ(β) = {α1 , α2 , . . . , αr−1 } ∩ {β1 , . . . , βr−i−1 , v − i,


v − i + 1, . . . , v − 2} = ∅.

• Si v − i ∈
/ α, entonces

ϕ(α) ∩ ϕ(β) = {α1 , α2 , . . . , αr−1 } ∩ {β1 , . . . , βr−i−1 , v − i,


v − i + 1, . . . , v − 2} = ∅.

Ası́, ϕ es un homomorfismo.

Lema 2.2.3 Sea G un grafo, y sean v,v’,r,r’ enteros positivos tales que v ≥
2r y v 0 ≥ 2r0 . Si existe homomorfismo de G en Kv,r y de G en Kv0 ,r0 , entonces
existe homomorfismo de G en Kv+v0 ,r+r0 .
2.2. GRAFOS DE KNESER 8

Demostración. Sean ϕ1 : G → Kv,r y ϕ2 : G → Kv0 ,r0 homomorfismos.


Defina ϕ : G → Kv+v0 ,k+k0 por ϕ(u) = ϕ1 (u) ∪ {i + s : i ∈ ϕ2 (u)}. Claramente
ϕ es un homomorfismo.

El concepto de coloración propia puede generalizarse para definir otras col-


oraciones. Es posible, por ejemplo, no asignar sólo uno sino varios colores a
cada vértice. Esta idea lleva a la siguiente definición.

Definición 2.2.4 Una r-tupla coloración de un grafo G, es una función que


a cada vértice de G le asigna un conjunto de r colores, de tal manera que
dos vértices adyacentes no tienen ningún color en común.

De manera semejante a lo que ocurrı́a en el caso de las coloraciones usuales,


existe una caracterización de una r-tupla coloración en términos de homo-
morfismos. En este caso, el papel central lo jugarán los grafos de Kneser.

Lema 2.2.5 Un grafo G tiene una r-tupla coloración con v colores si y sólo
si existe un homorfismo de G en Kv,r .

Demostración. Basta con notar que al identificar cada uno de los v colores
con los elementos de [v], las definiciones de la coloración y de un homomor-
fismo con un grafo de Kneser Kv,r coinciden.

Como se puede esperar, las 1-tupla coloraciones coinciden con las coloraciones
propias definidas anteriormente. El número cromático de un grafo brinda in-
formación sobre la estructura del mismo y permite, entre otras cosas, tener un
criterio para desechar posibles homomorfismos entre grafos. Análogamente, el
mı́nimo número de colores con los que se puede hacer una r-tupla coloración,
generaliza esta idea y puede ampliar la información que se obtiene.

Definición 2.2.6 Dado un número natural r, el número r-cromático χr (G)


de un grafo G es el mı́nimo v tal que exista un homomorfismo de G en Kv,r .

Observe por ejemplo que para un grafo G, χr (G) = r si y sólo si G no tiene


aristas, y que χr (G) = 2r si y sólo si es bipartito con al menos una arista.
Los resultados desarrollados sobre homomorfismos entre grafos de Kneser se
pueden aplicar al número r-cromático de la siguiente manera:
CAPÍTULO 2. PRELIMINARES 9

Lema 2.2.7 Sea G un grafo y r1 y r2 enteros positivos. Entonces

1. χr1 +1 (G) ≥ χr1 (G) + 2

2. χr1 +r2 (G) ≤ χr1 (G) + χr2 (G)

Demostración.

1. Sea v = χr1 +1 (G). Entonces existe homomorfismo de G en Kv,r1 +1 , pero


por el Teorema 2.2.2, esto implica que existe homomorfismo de G en
Kv−2,r1 . Luego v − 2 ≥ χr1 (G).

2. Sean v1 = χr1 (G), v2 = χr2 (G), entonces existe homomorfismo de G en


Kv1 ,r1 y en Kv2 ,r2 , luego por el lemma 2.2.3, existe uno en Kv1 +v2 ,r1 +r2 ,
y por lo tanto v1 + v2 ≥ χr1 +r2 .
Capı́tulo 3

Conjetura de Kneser

En 1955, Kneser formuló una conjetura de tipo combinatorio, sobre la que


se centra este capı́tulo. Esta se puede escribir de la siguiente manera: ”Sean n
y k enteros positivos. Si se parten los n-subconjuntos de un conjunto de 2n+k
elementos en k+1 clases, una de las clases contendrá dos n-subconjuntos disyun-
tos”. László Lovász, alrededor de dos décadas después, construyó con este enun-
ciado una familia de grafos que le permitió trasladar el problema combinatorio
a un problema de coloración en estos grafos, para después mostrar una relación
entre este problema y propiedades topológicas de un cierto complejo simplicial
construido a partir del grafo, completando ası́ una sorprendente demostración
que enriquecerı́a enormemente tanto la teorı́a de grafos como la combinatoria,
y establecerı́a puentes entre estas dos ramas y la topologı́a algebraica que han
rendido numerosos frutos en el tiempo.

La familia de grafos que sirvió a tal fin fue bautizada por la conjetura que les dio
vida como grafos de Kneser, y la conjetura puede reescribirse en términos de es-
tos como χ(K2n+k,n ) = k + 2. Este capı́tulo presenta primero algunos conceptos
básicos de topologı́a algebraica, necesarios para explicar claramente la prueba de
Lovász que se expone a continuación. Posteriormente, una prueba exclusivamente
combinatoria de la conjetura, que apareció publicada en 2004, se expondrá, para
cerrar con algunas aplicaciones adicionales que se desprenden de los desarrollos
hechos por Lovász en su prueba.

10
CAPÍTULO 3. CONJETURA DE KNESER 11

3.1. Conceptos previos en Topologı́a Algebraica


Comenzaremos presentando algunos de los conceptos necesarios para de-
sarrollar adecuadamente la prueba de Lovász. Algunas nociones básicas de
topologı́a, como el concepto de conjunto abierto, función continua y espacio
topológico no serán presentadas. Para una exposición de estos temas puede
consultarse [9] y [10].

Definición 3.1.1 Dado un conjunto {a0 , . . . , an } de puntos en Rn , decimos


que es geométricamente independiente si las ecuaciones con coeficientes reales
ti , 0 ≤ i ≤ n,

n
X n
X
ti = 0 y ti ai = 0
i=0 i=0

implican t0 = t1 = . . . = tn = 0.

La independencia geométrica captura la idea de una conjunto de puntos tales


que ninguno de ellos se encuentra en el espacio afı́n generado por los otros,
siendo ası́ el análogo de la independencia lineal para el caso de espacios
afines.

Definición 3.1.2 Sea a0 , . . . , an un conjunto geométricamente independi-


ente en Rn . Se define el n-simplejo σ generado por a0 , . . . , an como el con-
junto de todos los puntos x de Rn que pueden obtenerse a partir de una
combinación convexa de los puntos {a0 , . . . , an }, es decir

n
X n
X
x= ti ai donde ti = 1.
i=0 i=0

dado que los ai son geométricamente independientes, se puede mostrar que


los ti están unı́vocamente determinados por x. Los puntos a0 , . . . , an que
generan a σ se llaman vértices de σ. El número n es la dimensión de σ.
Cualquier simplejo generado por un subconjunto de {a0 , . . . , an } es una cara
del simplejo. La unión de las caras de σ diferentes de σ mismo se denomina
la frontera de σ, la cual se denota por Bd (σ). El interior de σ corresponde
a Int (σ) = σ − Bd (σ).

En ocasiones tenemos grupos de simplejos agrupados de manera que sólo


3.1. CONCEPTOS PREVIOS EN TOPOLOGÍA ALGEBRAICA 12

comparten caras entre ellos. Estos grupos son de gran interés en general, y
más especı́ficamente en la demostración de la conjetura de Kneser.

Definición 3.1.3 Un complejo simplicial K en Rn es una colección de sim-


plejos en Rn tales que:

1. Cada cara de un simplejo en K es un simplejo en K

2. La intersección de cualesquiera dos simplejos de K es una cara de cada


uno de ellos.

Se define la dimensión de un complejo simplicial como la mayor de las di-


mensiones de los simplejos que contiene, si este conjunto tiene un máximo.
En caso contrario se dice que el complejo tiene dimensión infinita. En general
nos limitaremos a considerar complejos simpliciales finitos.

Definición 3.1.4 Si L es una subcolección de K que es en sı́ mismo un


complejo simplicial, se denomina subcomplejo simplicial de K. El subcom-
plejo simplicial compuesto por todos los simplejos de hasta dimensión p se
denomina p-esqueleto de K (K ≤p ).

Definición 3.1.5 Sea K un complejo simplicial, con conjunto de vértices V .


Sea K la colección de todos los subconjuntos {a0 , . . . , an } de V tales que los
vértices a0 , . . . , an generan un simplejo de K. La colección K se denomina el
esquema de vértices de K.

Definición 3.1.6 Una función de un complejo simplicial K en otro complejo


N se denomina simplicial si la imagen de un conjunto de vértices {a0 , . . . , an }
genera un simplejo siempre que {a0 , . . . , an } generan un simplejo. Dos com-
plejos simpliciales se denominan isomorfos si existe una biyección simplicial
continua entre los vértices de ambos.

Dos complejos simpliciales isomorfos son esencialmente los mismos: uno es


una copia rotada, trasladada, escalada o sumergida en un espacio de más
dimensiones del otro. En realidad, las propiedades del complejo simplicial
dependen fundamentalmente de su estructura, es decir de los simplejos que
lo componen y las uniones entre ellos. Resulta entonces conveniente definir
un objeto que realice esta abstracción

Definición 3.1.7 Un complejo simplicial abstracto es una colección K de


CAPÍTULO 3. CONJETURA DE KNESER 13

conjuntos no vacı́os, tales que si A es un elemento de K, también lo es cada


subconjunto no vacı́o de A. Cada elemento de K es llamado simplejo. La
unión de todos los elementos de K se denomina el conjunto de vértices de K.

El resultado que justifica el uso que deseamos darle a los complejos simpli-
ciales abstractos se presenta sin demostración a continuación.

Lema 3.1.8 Cada complejo simplicial abstracto N es isomorfo al esquema


de vértices de algún complejo simplicial Ñ . Se denomina a Ñ realización
geométrica o simplemente realización de N , y es única módulo isomor-
fismo.

Puesto que las propiedades topológicas de los complejos simpliciales serán de


gran importancia, es necesario enunciar la topologı́a asociada a cada comple-
jo simplicial. Si N es un complejo simplicial, un conjunto A es abierto en N si
su intersección con cada uno de los simplejos de K es abierta. A continuación
se introduce otro concepto de gran importancia, una relación de equivalencia
entre funciones que será de gran utilidad para nuestro desarrollo.

Definición 3.1.9 Si X y Y son espacios topológicos, dos funciones contin-


uas f, g : X → Y se dicen homotópicas (y se dentota f ' g) si existe una
función continua F : X × [0, 1] → Y , tal que F (x, 0) = f (x) y F (x, 1) = g(x)
para todo x ∈ X. La función F es una homotopı́a.

La definición permite imaginar que una homotopı́a es una metamorfosis con-


tinua que se va dando en el tiempo, de la función f en la función g.

Definición 3.1.10 Dos espacios X y Y se dicen homotópicamente equiva-


lentes, o que tienen el mismo tipo de homotopı́a si existen funciones

f :X→Y yg:Y →X

tales que g ◦ f ' iX y f ◦ g ' iY .

Un espacio X es contraible si es homotópicamente equivalente a un punto (o


de manera equivalente si iX es homotópica a una función constante).

Sea B n la bola unitaria de dimensión n (B n = {x : x ∈ Rn , kxk ≤ 1}), y


S n−1 la esfera unitaria de dimensión n-1, (S n−1 = {x : x ∈ Rn , kxk = 1}),
donde kxk denota la norma euclidiana de x.
3.1. CONCEPTOS PREVIOS EN TOPOLOGÍA ALGEBRAICA 14

Un espacio topológico T se denomina n-conexo, si cada función continua


f : S r → T , puede extenderse continuamente a una función f¯ : B r+1 → T
r = 0, 1, . . . , n (De manera equivalente si toda f : S r → T es homotópica a
una función constante).

La topologı́a algebraica gira alrededor de los grupos de homotopı́a y de ho-


mologı́a de un espacio. Apenas algunos enunciados y definiciones relacionados
con estos dos conceptos serán presentados en este trabajo, con el fin de no
alargar excesivamente la exposición. Para un tratamiento más completo de
las nociones básicas relacionadas con los mismos, se recomienda la exposi-
ción que se presenta en [10]. Es de importancia señalar por el momento que la
conexidad de un espacio es el máximo k para el que los grupos de homotopı́a
anteriores o iguales a él son todos nulos. Para un espacio simplemente conexo,
el primer grupo de homologı́a y de homotopı́a no nulos ocurren en la mis-
ma dimensión. Presentaremos otros enunciados de utilidad sobre propiedades
topológicas de los complejos simpliciales.

Lema 3.1.11 Todo simplejo es infinitamente conexo.

Demostración. Sea A un simplejo. Puesto que todo simplejo es contraible,


toda función continua de una esfera S r en A es homotópicamente equivalente
a una función constante para todo r ≥ 0.

Lema 3.1.12 Sea K un complejo simplicial y X un espacio topológico. En-


tonces f : K → X es continua si y sólo si f σ es continua para cada σ ∈ K.


Demostración. Si f es continua, ası́ mismo lo es f σ , dado que es un
subespacio de K. Por otra parte, suponga que cada f σ es continua. Si C es
un conjunto cerrado de X, entonces f −1 (C) ∩ σ = (f σ )−1 (C), que es cerrado
en σ por continuidad de f σ . Luego f −1 (C) es cerrado en su intersección con
cada σ de K y por lo tanto es cerrado en K.

Lema 3.1.13 Sean K, N complejos simpliciales. Si f : K → N es simplicial,


entonces existe f¯ : K̃ → Ñ función continua que extiende a f .
CAPÍTULO 3. CONJETURA DE KNESER 15

Demostración. Sea A = {v0 , v1 , . . . , vn } un simplejo en K̃. Cada x ∈ A


n
P
puede escribirse, por definición, de la forma x = ti vi , donde cada vi es un
i=0
vértice de K.
n
Sea f¯ definida por f¯(x) =
P
ti f (vi ). Puesto que f (v1 ), . . . , f (vn ) son vértices
i=0
de un simplejo (aunque no necesariamente distintos), f¯(x) pertenece a la
combinación convexa de f (v1 ), . . . , f (vn ). Luego f¯ envı́a continuamente à en
˜ y por el lema 3.1.12, f¯ es función continua de K en N .
f (A),

Lema 3.1.14 Sea K un complejo simplicial. Si el m-esqueleto dimensional


de K (K≤m ) es contraible a un punto, entonces K es m-conexo.

Demostración. Si K≤m es contraible a un punto, los grupos de homologı́a


de K hasta el m-ésimo grupo son todos nulos, y por lo tanto K es m-conexo.

Lema 3.1.15 Sean K y L complejos simpliciales. Sean f, h : K̃ → L̃ tales


que, para todo x ∈ K, existe un simplejo τ de L tal que h(x) ∈ Int τ y
f (x) ∈ τ . Entonces f es homotópico a h.

Demostración. Sea x ∈ K̃. Puesto que tanto f (x) como h(x) están en un
mismo simplejo de L, la función dada por

F (x, t) = (1 − t)f (x) + t · h(x)


que claramente envı́a a K̃×[0, 1] en L̃, es composición de funciones continuas,
y por lo tanto es continua en el espacio euclidiano que contiene a L̃. Ası́, F
es continua en L.

3.2. Prueba de Lovász


Un primer paso para mostrar la validez de la conjetura en su versión rela-
cionada con grafos es hallar una cota superior para el número cromático de los
grafos de Kneser. Esta puede ser hallada con facilidad mediante una repeti-
da aplicación del teorema 2.2.2. En efecto, este teorema señala que existe un
3.2. PRUEBA DE LOVÁSZ 16

homomorfismo de K2n+k,n en Kk+2,1 , y por lo tanto χ(K2n+k,n ) ≤ k + 2.

Un ejemplo explı́cito de una coloración con k + 2 colores (que por convenien-


cia los tomaremos como [k + 2]) de K2n+k,n es el siguiente: asigne como color
a cada A ∈ [2n + k]n el color de su menor elemento si este es menor o igual a
k + 1, y k + 2 en caso que el menor elemento sea mayor a k + 1. Puede verse
fácilmente que esta es una buena coloración del grafo en cuestión. Puesto
que una cota superior ya fue mostrada, los teoremas que se mostrarán sólo
se refieren a la otra dirección de la desigualdad.

La prueba de Lovász de la conjetura de Kneser se estructura en dos teoremas


principales. En el primero, se prueba cierta propiedad general que relaciona
la conexidad en el poliedro del complejo simplicial de vecindades de un grafo
y la incapacidad de colorear el grafo con un número determinado de colores.
La segunda, muestra que este teorema se puede aplicar a los grafos de Kneser
para concluir su número cromático. Para la primera parte, se necesitará uti-
lizar el teorema de Borsuk, cuyo enunciado se reproduce a continuación.

Teorema 3.2.1 (Teorema de Borsuk) Si S k = F1 ∪ . . . ∪ Fk+1 , donde


F1 , . . . , Fk+1 subconjuntos cerrados de S k , entonces uno de los Fi contiene
dos puntos antipodales.

Demostración. La prueba se presentará en el apéndice A


Sea G un grafo. Defina el complejo de vecindad N (G) como el complejo
simplicial cuyos vértices son los vértices de G, y cuyos simplejos son aquellos
subconjuntos de V (G) que tienen un vecino común. Para ejemplificar esta
definición considere el grafo C, la casa esquematizada en la figura 3.1. En
esta misma figura se presenta los simplejos formados por los vecinos de cada
uno de los vértices, y el complejo simplicial formado por los mismos. Note que
en este caso, Ñ (C) es 0-conexo, y el grafo C no es 2-coloreable. El siguiente
teorema, que relaciona la k-conexidad del complejo de vecindades de un grafo
con el número cromático del mismo, mostrará la generalización de este hecho.

Teorema 3.2.2 Si Ñ (G) es (k-2)-conexo, entonces G no es k-coloreable

Demostración. Sea N1 (G) la división baricéntrica de N (G), es decir, el


complejo simplicial cuyos vértices son aquellos conjuntos X ⊂ V (G) que
CAPÍTULO 3. CONJETURA DE KNESER 17

Figura 3.1: Arriba: Grafo C. Centro: Simplejos inducidos por los vecinos de
cada vértice del grafo C. Abajo: Complejo Simplicial N (C)

tienen un vecino común, y algunos de ellos generan un simplejo si y sólo si


forman una cadena con respecto a la inclusión. Se tiene además que Ñ1 (G)
y Ñ (G) son homeomorfos.

Sea X ∈ V (N1 (G)), y denote por v(X) el conjunto de vértices comunes de


X. Como v(X) tiene al menos un vértice común (a saber un elemento de X),
v es una función de N1 (G) en sı́ mismo. Además, por la definición, tenemos,

X ⊆ Y ⇒ v(X) ⊇ v(Y ), (3.1)

implicando que en esta función la imagen de los vértices de un simplejo


corresponde a los vértices de otro simplejo, es decir, es una función simplicial.

Extendamos (por el lema 3.1.13) la función v simplicialmente a una función


3.2. PRUEBA DE LOVÁSZ 18

continua de Ñ1 (G) en sı́ misma, y llamaremos a esta extensión ṽ.

De la definición de v, se tiene que X ⊂ v 2 (X) para todo conjunto de vértices


X. En particular, v(X) ⊂ v 2 (v(X)) = v 3 (X). Pero, por (3.1), X ⊂ v 2 (X) ⇒
v(X) ⊃ v 3 (X), luego:
v = v 3 y ṽ 3 = ṽ, (3.2)
donde la segunda igualdad es consecuencia de que ṽ es extensión continua de
v.

Definamos funciones continuas

ϕr : S r → Ñ1 (G) (r = 0, 1, . . . , k − 1),

por inducción en r de tal forma que

∀x ∈ S r , ϕr (−x) = ṽ(ϕr (x)), (3.3)

donde −x es el punto antipodal a x.

Sea r = 0 y sea w ∈ Ñ1 (G) un punto arbitrario. Defina ϕ0 (1) = ṽ(w),


ϕ0 (−1) = ṽ 2 (w). La identidad (3.2) implica que esta función de S 0 en Ñ1 (G)
cumple la propiedad deseada.

Ahora suponga que 1 ≤ r ≤ k − 1, y suponga que ϕr−1 : S r−1 → Ñ1 (G)


ha sido definida de manera que se cumple la propiedad (3.3). Sean S + y
S − los hemisferios superior e inferior de S r respectivamente, de manera que
S + ∩ S − = S r−1 . Ahora, dado que Ñ1 (G) es (k-2)-conexa, es posible extender
continuamente la función ϕr−1 para obtener una función continua ψ : S + →
Ñ1 (G). Defina ahora:
(
ṽ 2 (ψ(x)) si x ∈ S +
ϕr (x) = (3.4)
ṽ(ψ(−x)) si x ∈ S −

Sea x ∈ S + ∩ S − = S r−1 . Entonces, ψ(x) = ϕr−1 y,

ϕr (x) = ṽ 2 (ψ(x)) = ṽ 2 (ϕr−1 (x)) = ṽ(ϕr−1 (−x)) = ϕr−1 (x),


dado que la propiedad (3.3) se cumple en ϕr−1 por hipótesis de inducción. De
manera que no hay ambigüedad en la definición de ϕr y, más aún, coincide
CAPÍTULO 3. CONJETURA DE KNESER 19

con ϕr−1 en S + ∩ S − . Ası́ (3.4) define una función continua de S r en Ñ1 (G).

Sea x ∈ S r . Si x ∈ S + , entonces

ϕr (−x) = ṽ(ψ(x)) = ṽ 3 (ψ(x)) = ṽ(ϕr (x)),

por otra parte, si x ∈ S − , entonces

ϕr (−x) = ṽ 2 (ψ(−x)) = ṽ(ϕr (x)),

luego ϕr cumple la propiedad (3.3), y la definición queda completa.

Suponga ahora por contradicción que G admite una k-coloración. Sea Ni


(i = 1, . . . , k)el subcomplejo de N (G) formado por aquellos simplejos cuyos
vértices tienen en común un vecino de color i. Entonces,

Ñ (G) = Ñ1 ∪ . . . ∪ Ñk .

Más aún, probaremos la siguiente afirmación: Ñi ∩ ṽ(Ñi ) = ∅

Suponga por contradicción que x ∈ Ñi y ṽ(x) ∈ Ñi . Puesto que x ∈ Ñi ,
x pertenece al simplejo de N (G) generado por los vecinos de un vértice
w ∈ V (G) de color i. En la subdivisión baricéntrica, existe un único simplejo
que contiene a x en su interior. Sean X1 , X2 , . . . , Xm los subconjuntos de
V (G) que forman este simplejo. Por lo tanto, X1 , X2 . . . , Xm ⊆ v(w). Sean
Yi = v(Xi ) para i = 1, . . . , m, entonces w ∈ Y1 , . . . , Ym , y ṽ(x) está contenido
en el interior de un simplejo de Ñ1 (G) generado por algunos de los Y1 , . . . , Ym .
Pero, dado que ṽ(x) ∈ Ñi , se sigue de manera semejante que existe un u ∈
V (G) de color i, tal que para algún j, Yj ⊆ v(u). Luego w ∈ v(u), es decir, v
y w son vecinos que tienen el mismo color, lo cual es una contradicción. Por
lo tanto, Ñi ∩ ṽ(Ñi ) = ∅.

Ahora, sea Fi = ϕ−1k−1 (Ñi ). Puesto que cada uno de los Ñi es cerrado y ϕ es
función continua, cada uno de los Fi es un subconjunto cerrado de S k−1 , y
claramente F1 ∪ F2 , . . . , Fk = S k−1 . Ahora, suponga que algún Fi contiene
dos puntos antipodales, es decir suponga que x ∈ Fi y −x ∈ Fi . Entonces,

ϕk−1 (x) ∈ Ñi y ϕk−1 (−x) = ṽ(ϕk−1 (x)) ∈ Ñi ,


lo cual es imposible. Luego ningún Fi tiene puntos antipodales, pero la exis-
tencia de estos conjuntos contradice el teorema de Borsuk.
3.2. PRUEBA DE LOVÁSZ 20

El siguiente enunciado permite utilizar el resultado anterior para mostrar la


conjetura de Kneser.

Teorema 3.2.3 Sea S un conjunto finito y sean n, k números enteros posi-


tivos. Considere el complejo simplicial K cuyos vértices son los n-subconjuntos
de S y cuyos simplejos son conjuntos {A0 , . . . , Am }, donde cada Ai es un n-
subconjunto de S, para los cuales
m
[
Ai ≤ n + k.


i=0

Entonces K es (k-1)-conexo.

Demostración. Sea A = {A0 , . . . , Am } un simplejo en K. Sea

m
[
U (A) = Ai .
i=0

Claramente |U (A)| ≤ n + k. Llame M (A) al simplejo generado por todos los


n-subconjuntos de U (A). Se dirá que A es saturado si |U (A)| < n + k.

La prueba procederá por inducción en |S|. Para |S| ≤ n+k, la afirmación del
teorema es clara, ya que, siendo K un simplejo, es r-conexo para cualquier r
(Lema 3.1.11). Si |S| = n + k + 1, entonces S está compuesto por n + k + 1
simplejos de dimensión n + k − 1 (y sus respectivas caras), tales que cualquier
par de ellos tiene intersección no vacı́a de dimensión n + k − 2. De manera
que es n + k − 2 conexo, en particular es k − 1 conexo.

Suponga entonces que |S| > n + k + 1. Sea K0 el subcomplejo cerrado de


K cuyos simplejos son los simplejos saturados de K, y sea K0 el esqueleto
k-dimensional de K.

Primero se mostrará que K̃0 puede deformarse en K̃0 en K̃. Definimos fun-
ciones continuas ψ : K̃0 → K̃0 tales que

(∗)para cada simplejo A de K0 , ψ(Ã) ⊂ M̃ (A).


CAPÍTULO 3. CONJETURA DE KNESER 21

Esta condición implica que ψ es homotópica en K̃ a la inyección de K̃0 en K̃


(Lema 3.1.15).

Definimos ψ(Ã) por inducción en la dimensión de A. Si dim(A) = 0, entonces


A es automáticamente saturado y definimos ψ(A) = A.

Asuma ahora que dim (A) > 0 y que ψ está definido en la frontera Ȧ de à tal
que la propiedad (*) se cumple. Considere el subcomplejo K˜A 0
de K0 inducido
por los vértices de M (A), y sea r = dim (A). Por hipótesis de inducción en
la construcción de ψ, ψ(Ȧ) ⊂ K˜A
0
. Pero, por la hipótesis de inducción en |S|,
˜0
KA es (r-1)-conexo de manera que puede extenderse ψ sobre el interior de Ã
de manera continua. Ası́, ψ queda definida por inducción.

Ahora, sean u, v ∈ S y defina una función continua ϕuv : K̃0 → K̃0 de la


siguiente manera: Para cada n-subconjunto X ⊆ S, sea:
(
X − {u} ∪ {v} si u ∈ X ∧ v ∈/X
ϕuv (X) =
X de lo contrario.
Entonces ϕuv es simplicial, es decir, si A = {A0 , . . . , Am } es un simplejo
en K0 entonces también lo es ϕuv (A) = {ϕ(A0 ), . . . , ϕ(Am )}. De hecho, si
u ∈
/ A0 ∪ . . . ∪ Am o si v ∈ A0 ∪ . . . ∪ Am , entonces U (ϕuv ) ⊆ U (A); si
u ∈ A0 ∪. . .∪Am y v ∈
/ A0 ∪. . .∪Am , entonces U (ϕuv (A)) = U (A)−{u}∪{v}.
En ambos casos,

|U (ϕuv (A))| ≤ |U (A)| < n + k.


Ası́, ϕuv puede considerarse como una función continua de K0 en sı́ mismo.
Puede observarse de igual forma que

(**) ϕuv (Ã) ∪ Ã está contenido en el simplejo de K̃


generado por los n-subconjuntos de U (A) ∪ {v}.

Ası́ ϕuv es homotópico en K̃ a la inyección de K̃ 0 en K̃ (Lema 3.1.15). Con-


sidere ahora la siguiente función

ϕu2 u1 ◦ϕu3 u2 ◦ϕu3 u1 ◦· · ·◦ϕup−1 up−2 ◦ϕup−1 up−3 ◦· · ·◦ϕup−1 u1 ◦ϕup up−1 ◦. . .◦ϕup u1 ,
3.3. PRUEBA DE BÁRÁNY 22

envı́a cada n-subconjunto de S en {u1 , . . . , un }. Dado que es composición


de funciones homotópicas a la inyección de K0 en K, ella es homotópica a
tal inyección, y por lo tanto K0 puede ser contraı́do en K a un solo punto.
Como se tiene que K0 puede ser deformado en K0 , se sigue que K0 puede ser
contraı́do en K a un solo punto. Pero por el lema 3.1.14 y la definición de
conexidad, se concluye que K es (k-1)-conexo.

Teorema 3.2.4 χ(K2n+k,n ) = k + 2.

Demostración. Considere el caso en que |S| = 2n+k. El complejo simplicial


K, definido como en el enunciado del teorema 3.2.3, son los conjuntos de n-
conjuntos que unidos tengan a lo sumo n+k elementos. Todos ellos tienen, en
el grafo de kneser al menos un vecino común (construido con los al menos n
elementos no utilizados). Por lo tanto, K resulta ser el complejo de vecindades
de K2n+k,n , y ası́, los teoremas 3.2.2 y 3.2.3 juntos implican el teorema 3.2.4.

3.3. Prueba de Bárány


Imre Bárány, apenas unos meses después de la aparición de la prueba de
Lovász, presentó otra prueba más corta que seguı́a la misma idea de trasladar
el problema a un problema topológico, para luego utilizar los teoremas de
Borsuk (en una formulación diferente) y Gale. Los enunciados de los mismos
se reproducen a continuación.

Teorema 3.3.1 (Teorema de Borsuk)’ Si S n = A1 ∪ . . . ∪ An+1 , donde


A1 , . . . , An+1 son subconjuntos abiertos de S n , entonces uno de los Ai con-
tiene dos puntos antipodales.

Teorema 3.3.2 (Teorema de Gale) Sean v, r ∈ N. Si v ≥ 2r, existe un


conjunto Ω de v puntos en S v−2r tal que cada semi espacio abierto H(a)
contiene al menos r puntos de Ω.

Las demostraciones de estos teoremas, y de la equivalencia entre los dos


enunciados de Borsuk, se pueden encontrar en el apéndice. Se presentará la
prueba de Bárány de la conjetura de Kneser a continuación.
CAPÍTULO 3. CONJETURA DE KNESER 23

Demostración. Considere el grafo de Kneser K2n+k,n . Sea Ω ⊂ S k como


en el enunciado del teorema de Gale, e identifique los elementos de [2n + k]
con los puntos de Ω, de manera que el grafo de Kneser puede verse formado
por n subconjuntos de Ω. Se procederá por contradicción, y considere una
coloración propia del grafo con k + 1 colores. Sean A1 , A2 , . . . , Ak+1 subcon-
juntos de S k formados de la siguiente manera: x ∈ Ai si y sólo si existe una
n-tupla de Ω ∩ H(x) que tiene color i. Note que dado que en cada uno de los
conjuntos Ω ∩ H(x) hay al menos n puntos, cada x ∈ S k pertenece a alguno
de los Ai , y por lo tanto A1 , . . . , Ak+1 es una cobertura abierta de S k . Pero
por el teorema de Borsuk, existe x tal que x, −x ∈ Ai . Entonces existe una
n-tupla en Ω ∩ H(x) y otra en Ω ∩ H(−x) con el mismo color, que claramente
son disyuntas. Ası́, tenemos una contradicción con la existencia de una buena
coloración con k + 1 colores.

3.4. Prueba combinatoria

La prueba presentada por Jir̂ı́ Matouŝek, se inspira en la posibilidad de


demostrar la conjetura usando el lema de Tucker sobre etiquetas de vértices
de ciertas triangulaciones, reformulando una de las demostraciones de este
lema para evitar toda mención a aspectos no combinatorios. Esta prueba es
de gran interés al mostrar que es posible obtener el resultado combinatorio
con técnicas exclusivamente combinatorias, siendo la primera prueba de este
estilo. Los especı́fica de la construcción contrasta con lo general que es la
primera prueba dada por Lovász.
Demostración. Llamaremos un par ordenado disyunto a una pareja orde-
nada (A, B), con A, B ⊆ [2n+k] y A∩B = ∅. Supongamos por contradicción
que c es una coloración propia de un grafo de Kneser K2n+k,n con k + 1 col-
ores, que por conveniencia asumiremos son los enteros 2n, 2n + 1, . . . , 2n + k.

Sea  un orden lineal de los subconjuntos de [2n + k], tal que si |A| < |B|
entonces A ≺ B.

Para cada par ordenado disyunto (A, B) se define una etiqueta λ(A, B). Dos
casos principales se distinguen:

Caso I: Si |A| + |B| ≤ 2n − 2


3.4. PRUEBA COMBINATORIA 24

(
|A| + |B| + 1 si A  B
λ(A, B) =
−(|A| + |B| + 1) si A ≺ B.

Caso II: Si |A| + |B| ≥ 2n − 1


(
c(A) si A  B
λ(A, B) =
−c(B) si B  A,
donde c(A) es el color de los primeros n elementos de A y c(B) es, de manera
semejante, el color de los primeros n elementos de B. Para ver que la defini-
ción de λ es una buena definición, basta observar que A = B ⇔ A = B = ∅,
y que si |A| + |B| ≥ 2n − 1, entonces A  B ⇒ |A| ≥ n y B  A ⇒ |B| ≥ n.

Una secuencia con signo es una secuencia que puede ser vacı́a o de la forma
(s1 , s2 , . . . , sm ), donde ∀i ∈ [m], si ∈ {±1, ±2, . . . , ±(2n + k)}, 0 < m ≤
2n + k, y |si | = 6 |sj | para i 6= j.

Una secuencia con signo (s1 , s2 , . . . , sm ) define una secuencia de m+1 parejas
disyuntas (A0 , B0 ), (A1 , B1 ), . . . , (Am , Bm ), donde

Ai = {sj : j ∈ [i], sj > 0}, Bi = {−sj : j ∈ [i], sj < 0}.


La secuencia de etiquetas asociada a (s1 , . . . , sm ) es (λ0 , λ1 , . . . , λm ) donde
λi = λ(Ai , Bi ). Por definición de λ, cada secuencia tendrá en sus primeras en-
tradas los números (1, ±2, ±3, . . .) hasta a lo sumo ±(2n − 1), y luego puede
tener términos ±i con 2n ≤ i ≤ 2n + k.

Si c es una coloración propia del grafo de Kneser, entonces la secuencia de eti-


quetas de cualquier secuencia con signo debe ser tal que no contenga dos eti-
quetas complementarias, es decir, ninguna secuencia de etiquetas puede tener
i, j distintos para los que λi = −λj . Suponga lo contrario, y considere una se-
cuencia con signo tal que su secuencia de etiquetas contenga λi = −λj , i < j.
Observe que por definición, se debe tener i, j ≥ 2n − 1. Si λi > 0, entonces
λi = −λj ⇒ c(Ai ) = c(Bj ). Si λi < 0, entonces λi = −λj ⇒ c(Bi ) = c(Aj ).
En cualquiera de los dos casos se está asignando un mismo color a dos n
subconjuntos de [2n + k] disyuntos, lo cual es una contradicción.

Mostraremos que existe una secuencia con signo cuya secuencia de etiquetas
CAPÍTULO 3. CONJETURA DE KNESER 25

asociada contiene etiquetas complementarias, procediendo por contradicción.


Llamaremos a una secuencia s = (s1 , . . . , sm ) una secuencia permitida, si
si ∈ {λ0 , λ1 , . . . , λm }, ∀i ∈ [m], donde (λ0 , . . . , λm ) es la secuencia de etique-
tas asociada a s.

Asumiendo que ninguna secuencia de etiquetas contiene etiquetas comple-


mentarias, definimos una o dos secuencias permitidas vecinas para cada se-
cuencia permitida, de manera que la relación ”x es vecino de y”sea simétrica.

El único vecino de la secuencia vacı́a es la secuencia permitida (+1).

Sea s = (s1 , . . . , sm ) una secuencia permitida no vacı́a, y sea (λ0 , λ1 , . . . , λm )


su secuencia de etiquetas (note que en cualquier caso λ0 = 1). Existen al
menos m números distintos dentro de las m + 1 etiquetas, más precisamente
s1 , . . . , sm (en algún orden). Podemos diferenciar dos casos para definir los
vecinos:

1. Existen dos etiquetas que coinciden: λi = λj para algunos i < j.

Primer vecino:

Se define como el resultado de la transposición (i, i+1) de las posiciones


i e i + 1 de s, es decir el primer vecino es de la forma (s1 , . . . , si−1 , si+1 ,
si , si+2 , . . . , sm ). Esta transposición conserva todos los términos de la
secuencia de etiquetas, salvo quizás λi , y por lo tanto es secuencia
permitida.

Segundo vecino:
a) Si j 6= m, se define como el resultado de la transposición (j, j + 1).
b) Si j = m, el segundo vecino de s se definirá como la secuencia
contraı́da (s1 , . . . , sm−1 ). Claramente esta última secuencia tam-
bién es permitida, dado que la secuencia de etiqueta sólo difiere
en que posee un término menos, término que estaba repetido.
2. Todas las etiquetas son distintas: λi ∈
/ {s1 , . . . , sm } para algún i.

Primer vecino:

El primer vecino de s se define como la secuencia que resulta de agregar-


le a la sucesión s la etiqueta sobrante: (s1 , . . . , sm , λi ). Esta secuencia
3.4. PRUEBA COMBINATORIA 26

es con signo, dado que no existen dos etiquetas complementarias, y por


lo tanto |λi | ∈
/ {|s1 |, . . . , |sm |}. Además es permitida por construcción.

Segundo vecino:

a) Si 0 < i < m, el segundo vecino se define por transposición (i, i +


1).
b) Si i = m, se obtiene por contracción (s1 , . . . , sm−1 ).
c) Si i = 0, el segundo vecino se define por cambio de signo: (−s1 , −s2 ,
. . . , −sm ). Esta secuencia es permitida pues la secuencia de etique-
tas complementarias tendrá la forma: (λ0 = 1, −λ1 , . . . , −λm ), y
por lo tanto también cambian de signo todas las etiquetas usadas.

Claramente ası́ definida, la relación es vecino de hace que cada secuencia per-
mitida tenga dos vecinos, salvo la vacı́a que solo tiene uno. Debemos mostrar
que esta relación es, además, simétrica.

Suponga que se tiene una secuencia s = (s1 , . . . , sm ), con secuencia de eti-


quetas asociada (λ0 , . . . , λm ):

1. Si s0 = (s1 , . . . , si−1 , si+1 , si , . . . , sm ) es vecino de s, entonces su secuen-


cia de etiquetas asociada es (λ0 , . . . , λi−1 , λ∗ , λi+1 , . . . , λm ), donde λ∗
puede ser distinta a las demás etiquetas o coincidir con alguna. En
cualquiera de los dos casos, tendrá como vecino a la secuencia que re-
sulta de transponer (i, i + 1), es decir a s.

2. Si s0 = (s1 , . . . , sm−1 ) es vecino de s, entonces λm es una etiqueta que


o bien es distinta a todos los si , o es igual a otra etiqueta. Ası́, la
secuencia de etiquetas asociada a s0 es (λ0 , . . . , λm−1 ), que tiene una
etiqueta λi∗ distinta a las demás (a saber la que era igual a sm ), y por
lo tanto uno de sus vecinos es (si , . . . , sm−1 , λi∗ ) = (s1 , . . . , sm ).

3. Si s0 = (s1 , . . . , sm , λi ) es vecino de s, entonces la secuencia de etiquetas


asociada (λ0 , . . . , λm , λ∗ ), donde λ∗ puede ser igual a alguna de las otras
etiquetas o distinta a todas ellas. En cualquier caso, tiene como vecino
a la secuencia sin su último elemento es decir a s.

4. Si s0 = (−s1 , . . . , −sm ) es vecino de s, entonces λ0 = 1 ∈/ {|s1 |, . . . , |sm |},


y por lo tanto λ0 = 1 ∈ / {±λ1 , . . . , ±λm }, y dado que la secuencia de
CAPÍTULO 3. CONJETURA DE KNESER 27

etiquetas de s0 es (λ0 = 1, −λ1 , . . . , −λm ), esto implica que s0 tiene


vecino s.

De esta forma, la relación tiene vecino es simétrica y está definida de manera


que cada secuencia permitida tiene dos vecinos, salvo la secuencia vacı́a, pero
al ser el conjunto de secuencias permitidas finito, esto es una contradicción,
pues suponga que existe una función semejante definida sobre un conjunto
de r elementos. Al restringir la relación al conjunto de r − 1 elementos que
resulta de no tener en cuenta el elemento que solo tiene un vecino, se tiene
que nuevamente en este conjunto todos los elementos tendrı́an dos vecinos,
salvo por uno (el que tenı́a como vecino al eliminado). Puesto que para el
caso r = 2, esta situación es imposible, se tiene la contradicción.

Ası́, existe una secuencia con signo cuya secuencia de etiquetas correspon-
diente contiene una etiqueta y su complemento, pero esto contradice que c
es una buena coloración del grafo de Kneser, y por lo tanto no hay ninguna
buena coloración de este grafo con k + 1 colores.

3.5. Aplicaciones de la prueba de Lóvasz


La relación encontrada por Lovász entre problemas de tipo combinatorio
y resultados topológicos ha sido bastante fructı́fera. Alguna de las múlti-
ples aplicaciones generadas por este hecho, fue presentada por Stahl en [13].
Se basa en una versión homológica del teorema 3.2.2 que fue probada por
J.W. Walker y A.H. Wright de manera independiente. Este resultado puede
reescribirse de la siguiente manera, donde los grupos de homologı́a fueron
reducidos con coeficientes en Z2 :

Teorema 3.5.1 Si los grupos de homologı́a H̃0 (N (G)), . . . , H̃k (N (G)) son
todos triviales, entonces el número cromático de un grafo es al menos k + 3.

La ventaja que presenta esta versión, es que para complejos simpliciales fini-
tos existen algoritmos efectivos para calcular con facilidad los grupos de
homologı́a, como el que se presenta en [10]. Por consiguiente, el máximo nat-
ural k, para el que la condición del teorema 3.5.1 también es efectivamente
computable. Denotaremos a este número por χλ .
3.5. APLICACIONES DE LA PRUEBA DE LÓVASZ 28

Sean I1 , . . . , Iq los conjuntos independientes de G, y sean v1 , . . . , vp los vértices


de G. Sea M = m(G) la matriz asociada de p × q, cuyas columnas correspon-
den a los conjuntos independientes y las filas a los vértices de G, de tal
manera que (
j 1 si vi ∈ Ij
Mi =
0 en otro caso.
Sea χ = mı́n{x · 1q : M x ≥ 1p , x ∈ Zq+ }, donde 1s denota un vector de
unos de tamaño s, Zq+ es el conjunto de los vectores de Rq con componentes
enteras no negativas, y donde x ≥ y ⇔ xi ≥ yi para cada i. Probaremos
ahora que χ definido de esta manera es igual al número cromático de G

Lema 3.5.2 χ = χ(G)

Demostración. Sea c una coloración de G con χ(G) colores, y denote las


clases de color de c por C1 , . . . , Cχ(G) . Dado que cada clase color forma un
independiente, defina ri tal que Ci = Iri para i = 1, . . . , χ(G). Considere x∗
el vector que en las componentes ri es uno, y cero en las demás. Claramente
M x∗ = 1p puesto que cada vértice pertenece a una y solo una de las clases
de color. Ası́, χ ≤ χ(G).

Suponga que χ < χ(G). Sea x0 tal que x0 · 1q < χ(G). Sea t el número
de entradas de x0 distintas de cero. Puesto que todas las entradas de x0
son enteros no negativos, t ≤ χ. Sean r1 , . . . , rt los ı́ndices de las entradas
positivas. Dado que M x ≥ 1p , entonces cada vértice de G está en alguno de
los independientes Ir1 , . . . , Irt . Sea d una coloración de G dada por d(v) =
mı́n{ri : v ∈ Iri }. Claramente es una buena coloración con t < χ(G) colores,
lo cual es una contradicción.

El grafo G puede recuperarse a partir de su matriz asociada m(G), para lo


cual se mostrará el siguiente resultado

Lema 3.5.3 Dos vértices son adyacentes en G, si y sólo si sus filas corre-
spondientes en m(G) son ortogonales.

Demostración. Suponga que vi y vj son adyacentes en G. Entonces no


existe ningun independiente Ik que los contenga a ambos, luego m(G)ki =
CAPÍTULO 3. CONJETURA DE KNESER 29

1 ⇒ m(G)kj = 0, y m(G)kj = 1 ⇒ m(G)ki = 0, y entonces m(G)i · m(G)j = 0.

Para probar el converso, suponga que vi y vj no son adyacentes. Sea Ik =


{vi , vj }. Claramente Ik es un independiente al que pertenecen vi y vj . Pero
entonces m(G)ki = m(G)kj = 1, y dado que todas las entradas de cada fila
son no negativas, esto implica que m(G)i · m(G)j > 0, luego las dos filas no
son ortogonales.

El lema anterior nos da una idea de como es posible recuperar G a partir


de m(G). Sea M una matriz de p × q cuyas entradas sean todas cero o uno.
Definiremos un grafo G = g(M ) como el grafo cuyos vértices son las filas de
M , y tal que dos vértices forman una arista si y sólo si son ortogonales.

Teorema 3.5.4 Sea M una matriz de p × q con entradas en el conjunto


{0, 1} y columnas distintas. Si G = g(M ), entonces

mı́n{x · 1q : M x ≥ 1p , x ∈ Zq+ } ≥ χλ (G) + 3.

Demostración. Sea M 0 = m(G) una matriz de p × q 0 . Suponga que c =


t
(c1 , . . . , cp ) es una columna de M con ci = 1 para i = i1 , i2 , . . . , ik , y ci = 0
en caso contrario. Por la definición de adyacencia de G, vi1 , vi2 . . . , vik es un
conjunto independiente de vértices de G, y por lo tanto c es también una
columna de M 0 . Entonces, cada columna de M es también una columna de
M0

Reordene las columnas de M 0 de manera que las primeras q coincidan con M .


Si x0 es un vector de Rq+ (el conjunto de los vectores de Rq con componentes
no negativos) tal que x0 · 1q = mı́n{x · 1q : M x ≥ 1p , x ∈ Zq+ }, sea x∗0 el
0
vector de Rq+ obtenido al agregar q 0 − q entradas cero al final de x0 . Entonces,
la siguiente cadena de desigualdades se sigue:

mı́n{x · 1q : M x ≥ 1p , x ∈ Zq+ } = x0 · 1q = x∗0 · 1q


0

0
≥ mı́n{x · 1q : M 0 x ≥ 1p , x ∈ Zq+ }
= χ(G) ≥ χλ (G) + 3.
3.5. APLICACIONES DE LA PRUEBA DE LÓVASZ 30

Si la matriz M tiene columnas repetidas, debe ser reemplazada por la matriz


M̃ obtenida de M , dejando tan solo una aparición de cada columna. Si a x̃
que satisface M̃ x̃ ≥ 1p , se le agregan componentes repetidas de la misma
manera en que las columnas de M están repetidas, el vector x resultante
satisfará M x = 1p . La forma de la función objetivo garantiza que el óptimo
obtenido en el problema sin columnas repetidas, también lo será en el prob-
lema con las columnas repetidas.

Dado un programa entero arbitrario de la forma mı́n{x · c|M x ≥ b, x ∈ Zm +}


existen algunos procedimientos establecidos para convertirlo en uno en que
todas las entradas de M , b y c son 0 o 1. Esto puede hacerse con el costo de
incrementar el número de variables. Sin embargo existe otro procedimiento
que puede determinar una cota, evitando el inconveniente de adicionar vari-
ables, que trabaja con el número r-cromático. Si G es un grafo, tenemos por
el lema 2.2.7 que χr (G) ≥ 2 + χr−1 (G), y por lo tanto χk (G) ≥ 2k − 2 + χ(G).
Si se observa la demostración del lema 3.5.2, se puede ver que esta se puede
generalizar a la siguiente afirmación con facilidad.

Lema 3.5.5 χr = mı́n{x · 1q : M x ≥ r, x ∈ Zp+ }, donde r es un vector cuyas


entradas son todas iguales a r.

Estas ideas permiten encontrar el siguiente resultado.

Teorema 3.5.6 Suponga b = (b1 , b2 , . . . , bp ), r = mı́n{b1 , . . . , bp } ≥ 1. Sea


M una matriz con entradas en {0, 1} de p × q, que contenga al menos dos
filas ortogonales, y con distintas columnas. Entonces, si G = g(M ),

mı́n{x · 1q : M x ≥ b, x ∈ Zp+ } ≥ 2r + 1 + χλ (G).

Demostración. Sea r el vector que tiene todas sus componentes iguales r.


Entonces,

mı́n{x · 1q : M x ≥ b, x ∈ Zp+ } ≥ mı́n{x · 1q : M x ≥ r, x ∈ Zp+ }


= χr (G) ≥ 2r + 3 + χ(G)
≥ 2r − 2 + χλ (G) + 3.
CAPÍTULO 3. CONJETURA DE KNESER 31

De esta forma, los programas enteros de la forma señalada pueden encontrar


una cota de una manera eficiente que depende únicamente de la matriz de
restricciones y del mı́nimo del vector de restricciones.
Capı́tulo 4

Polinomios Cromáticos

Definiremos como P (G, λ) a la función que a cada pareja de un grafo y


un número de colores, asigna el número de formas en que puede colorearse G
con λ colores. Esta función, para un G fijo, es de hecho un polinomio y por
ello se denomina polinomio cromático de G. Los polinomios cromáticos fueron
introducidos por G.D. Birkhoff en 1912, esperando que ayudaran a probar el
teorema de los cuatro colores. Aunque los polinomios no han cumplido con este
objetivo por el momento, un trabajo posterior de este mismo autor con D.C.
Lewis, publicado en 1946, sentó las bases del análisis de este problema, y probó la
importancia de estos polinomios en sı́. En este capı́tulo se presentan las principales
propiedades que se tienen acerca de los polinomios cromáticos, en particular
teoremas que permiten calcular esta función para algunas familias, y el cálculo
de los polinomios para una familia especı́fica de grafos: los grafos circulares,
subgrafos de los grafos de Kneser.

4.1. Propiedades
La primera propiedad que debe ser probada acerca de los polinomios
cromáticos es la que justifica su nombre, es decir, probar que de hecho son
polinomios para un grafo fijo.

Teorema 4.1.1 Si G es un grafo con p vértices, entonces P (G, λ) es un


polinomio de grado p.

32
CAPÍTULO 4. POLINOMIOS CROMÁTICOS 33

Demostración. Para cada k ∈ Z+ , sea α(G, k) el número de formas de


hacer particiones de G en exactamente k independientes no vacı́os. Dada
una partición en k independientes, el número de formas de asignar un color
distinto a cada uno de ellos de entre λ colores es

λ(λ − 1) . . . (λ − k + 1).

Puesto que cada una de estas es una coloración distinta, y además cada
coloración puede describirse en términos de sus clases color, el número de
formas de colorear G con λ colores es

p
X
P (G, λ) = λ(λ − 1) . . . (λ − k + 1)α(G, k)
k=1

que es claramente un polinomio de grado p.

Para algunos grafos el polinomio cromático es fácilmente calculable. Con-


sidere por ejemplo un grafo vacı́o con n vértices (Nn ). Puesto que cada vértice
puede recibir cualquiera de los λ colores (dado que no hay aristas), entonces
P (Nn , λ) = λn . Los grafos completos con n vértices (Kn ) también tienen
polinomios cromáticos simples. Dado que una vez escogido un color para uno
de los vértices, este no puede usarse para ningún otro vértice, el polinomio
cromático de estos grafos es P (Kn ) = λ(λ − 1) . . . (λ − n + 1). Con el fin
de permitir calcular el polinomio cromático para otras familias de grafos,
mostraremos algunos de los teoremas que reducen su cálculo.

Lema 4.1.2 Sea H un grafo. Si G es un grafo compuesto por una copia de


H y un vértice nuevo unido a todos los vértices de la copia de H, entonces:

P (G, λ) = λP (H, λ − 1)

Demostración. Sea z el vértice nuevo, y escoja un color para este vértice,


para lo cual se tienen λ posibilidades. Dado que este vértice está unido a
todos los vértices de H, estos deberán colorearse con λ − 1 colores, para lo
cual hay P (H, λ − 1) posibilidades.
4.1. PROPIEDADES 34

Teorema 4.1.3 Sea un grafo G la unión de dos subgrafos G1 y G2 , tales que


su intersección es un grafo completo de orden k, entonces
P (G1 , λ) · P (G2 , λ)
P (G, λ) =
λ(λ − 1) . . . (λ − k + 1)

Demostración. Note que cada coloración de G puede obtenerse combinan-


do una coloración de G1 y una coloración de G2 que preserve la coloración
del completo de la intersección. Puesto que los grafos completos son grafos
único λ-coloreables para cualquier λ, el número de las coloraciones de G2 que
preserva una coloración dada de la intersección es
P (G2 , λ)
,
λ(λ − 1) . . . (λ − k + 1)
de donde se sigue la afirmación.

Teorema 4.1.4 (Fórmula de Eliminación-Contracción). Sea G un grafo y e


una arista de G. Entonces

P (G, λ) = P (G − e, λ) − P (G/e, λ).

Demostración. Las coloraciones de G − e pertenecen a una de dos clases:


aquellas en las que los vértices de la arista e reciben el mismo color, y aquellas
en las que estos reciben distintos colores. Las posibles coloraciones en la que
los vértices de e reciben el mismo color están en biyección con las coloraciones
de G/e, mientras que aquellas que tienen colores distintos están en biyección
con las coloraciones de G, de donde se desprende la afirmación.
Este último resultado es de particular importancia pues no sólo es una
ecuación de reducción aplicable a todo grafo, sino que además, nos permite
mostrar algunas otras caracterı́sticas que debe cumplir la función P (G, λ)
aparte de ser un polinomio.

Teorema 4.1.5 Sea G un grafo con p vértices, q aristas y k componentes


i=p
ai λi . Entonces:
P
conexas. Sea P (G, λ) =
i=0
CAPÍTULO 4. POLINOMIOS CROMÁTICOS 35

1. aj es distinto de cero si y sólo si k ≤ j ≤ p

2. ap = 1, y ap−1 = −q

3. aj tiene el signo de (−1)p−j

Demostración. La prueba se hará por inducción en q, el número de aris-


tas. Si q = 0, el grafo es un grafo vacı́o, y por lo tanto tiene p componentes
conexas y su polinomio cromático es λp , por lo que el teorema se sigue.

Sea q > 0, y suponga el teorema mostrado para todo grafo con menos de
q aristas. Entonces, en particular, el teorema se aplica tanto a G − e, como
G/e. El número de componentes conexas de G/e es igual al de G y el de
G − e es a la sumo una más que la de G, y el número de vértices en G − e se
mantiene aunque en G/e se reduce en uno. Por lo tanto, aplicando el teorema
de reducción-contracción y la hipótesis de inducción se tiene

p p−1
X X
P (G, λ) = (−1)p−i b0i λi − (−1)p−1−i b00i λi
i=k i=k
p−1 p−1
X X
= 1+ (−1)p−i b0i λi − (−1)p−1−i b00i λi
i=k i=k
p−1
X
= 1+ (−1)p−i (b0i + b00i )λi
i=k
p
X
= (−1)p−i bi λi ,
i=k

donde b00i > 0 ∀i ∈ {k, . . . , p − 1}, b0k > 0∀i ∈ {k + 1, . . . , p} y b0k ≥ 0, de


donde se sigue la afirmación.

4.2. Polinomio cromático de algunos grafos


Como fue mencionado, la fórmula de eliminación-contracción, y las otras
fórmulas de reducción permiten calcular el polinomio cromático de los grafos,
4.2. POLINOMIO CROMÁTICO DE ALGUNOS GRAFOS 36

al poderse usar como algoritmos de reducción. En efecto, se puede proceder


a eliminar mediante este teorema todas las aristas de un grafo hasta obtener
exclusivamente grafos vacı́os, o, usado en dirección inversa, a añadir tantas
aristas como sea necesario para que resulte en grafos completos. Esta idea, us-
ada en varios algoritmos programados para calcular polinomios cromáticos de
grafos, es sin embargo poco eficiente para la mayorı́a de las familias de grafos,
aunque muy útil para ciertas familias con una gran simetrı́a. Algunas de las
familias en que podemos calcular con facilidad los polinomios cromáticos son
árboles y ciclos.

Lema 4.2.1 Si G en un árbol conexo con n vértices, entonces P (G, λ) =


λ(λ − 1)n−1

Demostración. La demostración seguirá por inducción. Para el caso n = 2,


que es un grafo completo, el polinomio tiene forma P (G, λ) = λ(λ − 1), como
se desea. Suponga la afirmación mostrada para todo árbol con menos de n
vértices. Sea v la raı́z de G, y r el número de aristas incidentes a v.

Si r = 1, sea G0 el subgrafo inducido por V (G) − v. Puesto que es un árbol


con n − 1 vértices, su polinomio cromático es P (G0 , λ) = λ(λ − 1)n−2 . Luego
el polinomio de G, por el teorema de eliminación-contracción es: P (G, λ) =
λλ(λ − 1)n−2 − λ(λ − 1)n−2 = λ(λ − 1)n−1 .

Si r > 1, sean v1 , v2 , . . . , vr los vecinos de v, y sea G0 el subgrafo inducido


por v y los vértices del subárbol cuya raı́z es v1 . Por el teorema 4.1.3 y la
hipótesis de inducción, el polinomio cromático de G es
λ(λ − 1)t−1 · λ(λ − 1)(n−t+1)−1
P (G, λ) = = λ(λ − 1)n−1 ,
λ
donde t = |V (G0 )|.
Un ciclo de orden n (Cn ) es un grafo conexo en el que cada uno de sus vértices
tiene exactamente dos vecinos. El polinomio cromático de esta familia de
grafos también es fácilmente calculable.

Lema 4.2.2 P (Cn , λ) = (λ − 1)n + (−1)n (λ − 1) para n ≥ 3

Demostración. La prueba procederá por inducción sobre el orden del ciclo.


Puesto que C3 = K3 , P (C3 , λ) = λ(λ − 1)(λ − 2), que es la fórmula deseada
CAPÍTULO 4. POLINOMIOS CROMÁTICOS 37

para n = 3. Suponga la afirmación cierta para todo ciclo de orden menor que
n, y sea e una arista de Cn . Por el teorema de eliminación-contracción,

P (Cn , λ) = P (Cn − e, λ) − P (Cn /e, λ).


Pero al eliminar una arista se obtiene una lı́nea (árbol) con n vértices, mien-
tras contraer una arista lleva a un ciclo de orden n − 1. Ası́,

P (Cn , λ) = λ(λ − 1)n−1 − P (Cn−1 , λ)


= λ(λ − 1)n−1 − (λ − 1)n−1 − (−1)n−1 (λ − 1)
= (λ − 1)n + (−1)n (λ − 1)

Aparte de las familias aquı́ presentadas, se conoce el polinomio cromático


para apenas unas cuantas familias más, algunas de las cuales se han obtenido
por métodos algebraicos que relacionan el polinomio cromático con los espa-
cios propios de un cierto operador lineal. Este método ha sido principalmente
trabajado por Norman Biggs y Philipp Reinfeld en [4],[2],[3] y [12], con el
gran inconveniente de ser muy especı́fico, y de una alta complejidad.

4.3. Grafos circulares


Uno de los principales propósitos que motivó el estudio realizado sobre
polinomios cromáticos era conseguir deducir el polinomio cromático de los
grafos de Kneser. Hallar una expresión para este polinomio es de interés entre
otras cosas porque brindarı́a una demostración combinatoria a la conjetura
de Kneser1 , puesto que el número cromático de un grafo es el mı́nimo entero
positivo que no es raı́z del polinomio. Pero a pesar de la enorme simetrı́a
presente en los grafos de Kneser, el problema presenta una gran dificultad.
Para procurar un acercamiento a la solución de este problema, se escogió tra-
bajar con una familia de grafos que son subgrafos de los grafos de Kneser
y que además tienen una gran importancia en distintos campos: los grafos
circulares.
1
Para el momento en que se inició el estudio no habı́a sido publicada la demostración
combinatoria presentada en la sección 3.4
4.3. GRAFOS CIRCULARES 38

Figura 4.1: Grafo C8,2 y su complemento, el grafo C8

Definición 4.3.1 Sean n,k números naturales, con n > 2k. Se define el grafo
circular Cn,k como el grafo cuyos vértices son los elementos de [n], y tal que
dos vértices están unidos si el valor absoluto de la resta de sus enteros aso-
ciados módulo n es mayor o igual a k.

Puede deducirse con facilidad de la definición que Cn,1 es el grafo completo


con n vértices, y Cn,b n2 c es, para n par, un conjunto de n2 aristas no conexas, y
para n impar un ciclo de tamaño n. Para estos casos, el polinomio cromático
ya ha sido presentado. En esta sección se obtendrá la expresión para los poli-
nomios cromáticos de Cn,2 y Cn,3 .

Los grafos Cn,2 se pueden obtener al eliminar las aristas del ciclo exterior
de un grafo completo con n aristas. La figura 4.1 muestra el grafo C8,2 y
su complemento, el grafo C8 . La alta simetrı́a de los Cn,2 , y la simpleza de
su grafo complementario serán los elementos que nos permitirán calcular su
polinomio cromático, que requerirá de algunas definiciones y resultados pre-
liminares. Llamaremos DL (n, k) al número de formas de elegir k aristas en
una lı́nea con n aristas de tal manera que no haya dos adyacentes, y DC (n, k)
al número de formas de elegir k aristas, de nuevo sin que existan dos adya-
centes, en un ciclo de n vértices.

Lema 4.3.2  
L n−k+1
D (n, k) =
k
CAPÍTULO 4. POLINOMIOS CROMÁTICOS 39

Demostración. Suponga por convención que se tiene la lı́nea orientada


horizontalmente. Puede identificarse cada arista con su vértice izquierdo.
Ası́, seleccionar k aristas entre n que conforman una lı́nea es equivalente a
seleccionar k vértices de entre n + 1 que no sean dos a dos consecutivos, de
forma que el último de ellos (el de más a la derecha) no quede seleccionado.
Pero el número de formas de realizar esta elección es el mismo número de
formas de seleccionar k vértices de n − k + 1, dado que existe una biyección
entre estos dos conjuntos: considere una lı́nea formada por n − k + 1 vértices
en el que se ha elegido k de ellos. Si se agrega un vértice más a la derecha de
cada uno de los elegidos, se tiene entonces que se han elegido k vértices no
consecutivos de entre n + 1 y que el último de ellos no ha sido seleccionado.
Claramente la función descrita es una biyección, lo que implica la afirmación.

Lema 4.3.3  
C n n−k
D (n, k) =
n−k k

Demostración. Sea e una arista fija. Las formas en que puede escogerse k
aristas en un ciclo con n de ellas pertenecen a una de dos clases: aquellas que
incluyen a e y aquellas que no. Suponga que e es elegida. Puesto que las dos
aristas adyacentes a esta no pueden ser elegidas, se deben elegir k − 1 aristas
no adyacentes en la lı́nea con n − 3 aristas sobrante. Si por el contrario esta
arista no es elegida, deben tomarse k aristas no adyacentes en la lı́nea con
n − 1 aristas restantes (ver Fig. 4.2). Luego,

DC (n, k) = DL (n − 3, k − 1) + DL (n − 1, k)
   
n−k−1 n−k
= +
k−1 k
   
k(n − k) n − k − 1 n−k
= +
(n − k)k k−1 k
   
k n−k n−k
= +
n−k k k
 
n n−k
= .
n−k k
4.3. GRAFOS CIRCULARES 40

Figura 4.2: Conteo de número de formas de escoger k aristas no adyacentes


en un ciclo de n aristas

Teorema 4.3.4
n
b2c  
X n n−i
P (Cn,2 , λ) = P (Kn−i , λ).
i=0
n−i i

Demostración. Se contarán las posibles coloraciones de Cn,2 de la sigu-


iente manera: considerando primero todas las formas de colorear el grafo que
usan exactamente n colores, luego todas las formas de colorearlo que usan
exactamente n − 1 colores, y ası́ sucesivamente. Note que para que en una
coloración propia de Cn,2 una pareja de vértices tenga el mismo color, estos
dos vértices no pueden estar unidos por una arista, o equivalentemente debe
existir una arista uniéndolas en el ciclo de n vértices Cn , que es el grafo com-
plemento de Cn,2 . De esta forma, el número de formas de colorear el grafo
con exactamente n − i colores, es equivalente al número de formas de elegir
i aristas en Cn para que sus vértices compartan el mismo color, con la única
restricción que estas aristas no sean consecutivas: suponga que eligiera dos
aristas consecutivas en Cn para tener el mismo color, entonces los extremos
de las mismas compartirı́an el mismo color y sin embargo no hay arista entre
ellos, lo cual es una contradicción.

Ası́, el número de formas de colorear Cn,2 con exactamente n − i colores fi-


jos es DC (n, i). Puesto que para cada una de estas se requiere elegir n − i
CAPÍTULO 4. POLINOMIOS CROMÁTICOS 41

colores de λ, el número de coloraciones con exactamente n − i colores es


DC (n, i)λ(λ−1) · · · (λ−i+1) = DC (n, i)P (Kn−i , λ), y el polinomio cromático
es de la forma,

n n  
X
C
X n n−i
P (Cn,2 , λ) = D (n, i)P (Kn−i , λ) = P (Kn−i , λ).
i=0 i=0
n−i i

Pero, dado que el número máximo de aristas no adyacentes que se puede


elegir en un ciclo de n aristas es b n2 c, la suma va hasta este número. Luego,

n
b2c  
X n n−i
P (Cn,2 , λ) = P (Kn−i , λ).
i=0
n−i i

Lema 4.3.5 Si G es un grafo con n vértices y


a
X
P (G, λ) = C(i)P (Kn−i , λ)
i=0

con C(i) ≥ 0 para i = 1, 2, . . . , a − 1, y C(a) > 0, entonces χ(G) = n − a.

Demostración. Puesto que P (Ks , λ) = λ(λ − 1) · · · (λ − s − 1), entonces


P (Ks , λ) tiene raı́ces 0, 1, . . . , s − 1. Luego P (G, n − a) = C(a)P (Kn−a , n −
a) > 0 y P (G, λ) = 0 para λ < n − a. Ası́ el menor número que no es raı́z de
P (G, λ) es n − a.

Corolario 4.3.6 χ(Cn,2 ) = d n2 e

Demostración. Se deduce del lema 4.3.5 y el teorema 4.3.4.

En la demostración del teorema 4.3.4, para hallar el polinomio cromático de


Cn,2 se buscaron todas las formas de colorear el grafo con exactamente n − i
colores para cada i. El método usado fue escoger i parejas de vértices para
que compartieran el mismo color, eligiendo de forma apropiada aristas en el
4.3. GRAFOS CIRCULARES 42

grafo complementario: dos vértices pueden tener el mismo color si existe una
arista entre ellos. Esta restricción, en el caso de los Cn,2 se traduce en elegir
un grupo de aristas en el complemento de forma que no sean adyacentes.
Es posible generalizar la idea para el caso de los grafos Cn,3 , con algunas
diferencias. Observe por ejemplo la figura 4.3, en la que se presenta el grafo
C8,3 y su respectivo complemento. Denominaremos al complemento del grafo
Cn,3 como Zn,2 . A diferencia del caso de los complementos de los grafos Cn,2 ,
la elección de las aristas de Zn,2 que unirán dos vértices del mismo color en la
coloración de Cn,3 , permite considerar aristas adyacentes: tome por ejemplo
un par de aristas adyacentes en el ciclo exterior de Zn,2 . Puede observarse
que, dado que existe una ”diagonal”que une los extremos de este par de
aristas, esta elección es perfectamente válida.

Figura 4.3: Grafo C8,3 , y su complemento, el grafo Zn,2 .

El grafo Zn,2 , al ser el complemento del grafo Cn,3 , es el grafo cuyos vértices
son los elementos de [n], tal que (i, j) ∈ E(Zn,2 ) si vistos como enteros,
i y j cumplen que 0 < |i, j| ≤ 2. Dentro de las propiedades que pueden
obtenerse con facilidad de la definición de este grafo, se tiene que el mayor
subgrafo completo que poseen es de 3 vértices. Además, es claro que para
n > 7, si se desea que para un par de aristas adyacentes exista una arista
que una sus extremos, estas deben encontrarse en el ciclo exterior. Estas dos
propiedades son de interés para la demostración: la primera señala que no
pueden elegirse tres o más aristas adyacentes (pues no existirán las aristas
diagonales entre ellas), y la segunda que si se eligen dos aristas adyacentes
estas deben pertenecer al ciclo exterior. Antes de calcular una expresión para
el polinomio cromático de Cn,3 , son necesarios algunos resultados auxiliares.
CAPÍTULO 4. POLINOMIOS CROMÁTICOS 43

Se denotará  
a
,
a 1 , a 2 , . . . , an
al número de formas de elegir n + 1 subconjuntos disyuntos de tamaño
a1 , . . . , an , n − (a1 + a2 + · · · , an ) de un conjunto de tamaño a. Llamare-
mos DL (n, m1 , m2 , m3 ) y DC (n, m1 , m2 , m3 ) al número de formas de elegir
m1 aristas, m2 parejas adyacentes de aristas y m3 trios de aristas adyacentes,
vértice disyuntos, de una lı́nea de n aristas y un ciclo de n aristas respecti-
vamente.

Lema 4.3.7
 
L n − (m1 + 2m2 + 3m3 ) + 1
D (n, m1 , m2 , m3 ) = .
m1 , m2 , m3

Demostración. Se procederá de forma semejante a la seguida en la prueba


del lema 4.3.2. Recordando que un grupo de i aristas concatenadas pueden
identificarse por sus primeros i vértices, asigne a cada forma de seleccionar
tres grupos, uno de m1 vértices, otro de m2 y un tercero de m3 , de una lı́nea
con n − (m1 + 2m2 + 3m3 ) + 1 vértices, el resultado de agregar un vértice a
la derecha de cada uno de los pertenecientes a m1 , dos a la derecha de cada
uno de los de m2 , y tres a la derecha de los de m3 . Esta función, al ser una
biyección con las elecciones deseadas, demuestra el enunciado.

Lema 4.3.8
n
DC (n, m1 , m2 , m3 ) = DL (n − 1, m1 , m2 , m3 ).
n − (m1 + 2m2 + 3m3 )

Demostración. Considere el ciclo Cn , y sea e una arista cualquiera. Las


posibles formas de elegir las m1 aristas, m2 pares de aristas consecutivas y
m3 trı́os de aristas consecutivas, vértice disyuntos, se dividen en dos clases:
aquellas en que e no es elegida y aquellas en que sı́. En el primer caso, deben
hacerse las elecciones de entre la lı́nea de n−1 aristas que resultan de eliminar
a e del ciclo. En el segundo, e tiene i formas de pertenecer a un grupo de
tamaño i (donde i = 1 significa que e es una de las aristas solas e i = 3
señala que e hace parte de un trı́o de aristas consecutivo). Dado que no se
permiten grupos adyacentes, los restantes grupos se deben elegir de la lı́nea
4.3. GRAFOS CIRCULARES 44

de tamaño n − (i + 2) (las i elegidas y las dos adyacentes a cada lado). Ası́,

DC (n, m1 , m2 , m3 )

= DL (n − 1, m1 , m2 , m3 ) + DL (n − 3, m1 − 1, m2 , m3 )
+ 2DL (n − 4, m1 , m2 − 1, m3 ) + 3DL (n − 5, m1 , m2 , m3 − 1)
   
n − (m1 + 2m2 + 3m3 ) n − (m1 + 2m2 + 3m3 ) − 1
= +
m1 , m2 , m3 m1 − 1, m2 , m3
   
n − (m1 + 2m2 + 3m3 ) − 1 n − (m1 + 2m2 + 3m3 ) − 1
+2 +3
m1 , m2 − 1, m3 m1 − 1, m2 , m3 − 1
   
n − (m1 + 2m2 + 3m3 ) n − (m1 + 2m2 + 3m3 ) − 1
= +
m1 , m2 , m3 m1 , m2 , m3
· (m1 + 2m2 + 3m3 )
  
n − (m1 + 2m2 + 3m3 ) m1 + 2m2 + 3m3
= 1+
m1 , m2 , m3 n − (m1 + 2m2 + 3m3 )
 
n n − (m1 + 2m2 + 3m3 )
= .
n − (m1 + 2m2 + 3m3 ) m1 , m2 , m3

Teorema 4.3.9
b 2n
3
c  
XX
C n2 + n3
P (Cn,3 , λ) = D (n, n1 , n2 + n3 , n4 ) P (Kn−i , λ),
i=0 Γi
n2

donde Γi = {(n1 , n2 , n3 , n4 ) ∈ N4 : (n1 + n2 ) + 2(n3 + n4 ) = i}.

Demostración. Para calcular el polinomio cromático del grafo Cn,3 , se


contará primero el número de coloraciones que usan exactamente n−i colores.
Puesto que esto es equivalente a escoger i aristas en Zn,2 para que sean
monocromáticas, y teniendo en cuenta las observaciones hechas sobre Zn,2 ,
el conteo debe hacerse sobre aristas en todo Zn,2 o pares de aristas en el
ciclo exterior vértice disyuntos. Este conteo es en general difı́cil, pero se
establecerá una equivalencia para facilitarlo: codifique las aristas diagonales
como se muestra en la figura 4.4: una arista diagonal se representa por las dos
aristas exteriores que con ella forman un triángulo. La idea de la codificación
CAPÍTULO 4. POLINOMIOS CROMÁTICOS 45

Figura 4.4: Izquierda: Dos aristas del ciclo pueden representar una arista
diagonal, o un triángulo. Derecha: Un par de aristas diagonales puede repre-
sentarse por tres aristas del ciclo.

es que las aristas adyacentes a una y otra sean equivalentes, para que contar
una diagonal sea equivalente a contar dos aristas consecutivas en el ciclo. Esto
se logra salvo por el caso en que dos aristas diagonales se presentan cruzadas.
Se establece entonces una identificación especial de este caso con tres aristas
consecutivas en el ciclo exterior. Considerando además las simples elecciones
en el ciclo externo de una arista o parejas de aristas, se cubren todos los
casos. Ası́, el número de coloraciones con n − i colores fijos es

 
X
C n2 + n3
D (n, n1 , n2 + n3 , n4 )
Γi
n2

con {n1 , n2 , n3 , n4 } ⊂ N y Γi = {(n1 + n2 ) + 2(n3 + n4 ) = i}, donde n1


representa el número de aristas simples a tomar en el ciclo externo, n2 el
número de aristas diagonales, n3 el número de pares de aristas adyacentes
en el ciclo externo y n4 el número de diagonales cruzadas. Es decir, se suma
sobre todas las combinaciones posibles de estas alternativas que impliquen
que existen i parejas de vértices con el mismo color, de las cuales existen
DC (n, n1 , n2 + n3 , n4 ). Para distinguir entre un par de aristas representando
4.3. GRAFOS CIRCULARES 46

una diagonal y un par de aristas en el ciclo exterior, se debe multiplicar,


entonces por el combinatorio respectivo, con lo que se tiene la expresión pre-
sentada.

Puesto que existen P (Kn−i , λ) formas distintas de colorear una de estas elec-
ciones, el enunciado queda probado

Corolario 4.3.10 χ(Cn,3 ) = d n3 e

Demostración. Se deduce de aplicar el lema 4.3.5 al teorema 4.3.9.

Como se muestra en el cálculo de los polinomios cromáticos de Cn,2 y Cn,3 ,


esta no es una labor fácil. Incluso familias altamente simétricas y simples
como las tratadas exigen aproximaciones muy particulares.
Capı́tulo 5

Conclusiones y perspectivas

El estudio realizado sobre las distintas pruebas de la conjetura de Kneser,


señala la importancia de los métodos de topologı́a algebraica para resolver
problemas de tipo combinatorio. El teorema de Lovász que relaciona el número
cromático de un grafo y la k-conexidad del complejo simplicial de vecindades,
permite establecer cotas en varias aplicaciones. Es posible considerar su apli-
cación con el fin de resolver algunos enunciados que aún esperan ser probados
sobre número cromático, como la conjetura de Hedetniemi para algunos ca-
sos especiales. También se abre la posibilidad de considerar que existan en
topologı́a herramientas que permitan establecer propiedades sobre conceptos
en grafos diferentes al número cromático, como el número de independencia,
el girth o el tamaño del clique maximal. Un estudio en esta dirección serı́a
de gran beneficio.

Por otro lado, los polinomios cromáticos siguen revelándose para su cálculo
como exigentes. Por ello, es relevante que los métodos usados para calcular
los grafos Cn,2 y Cn,3 pueden ser generalizados, dando solución efectiva a los
polinomios para ciertas familias especiales de grafos. Un artı́culo donde se
generaliza el cálculo del polinomio cromático para familias de grafos cuyo
complemento carezca de triángulos, que involucra entre otros al autor, se en-
cuentra en preparación. También se considera en la actualidad extender las
ideas seguidas para calcular en general los grafos de la forma Cn,a .

Las posibles relaciones entre el polinomio cromático de un grafo, y polinomios


cromáticos de ciertos subgrafos que le conforman, son un área de los poli-

47
48

nomios cromáticos poco explorada hasta el momento. Las principales aprox-


imaciones a este problema son bastante complejas y sólo efectivas cuando los
subgrafos son iguales y muy simples. Estudiar este problema puede llevar a
varios resultados interesantes, dentro de los que se encontrarı́a el polinomio
cromático de los grafos de Kneser.
Apéndice A

Lema de Tucker, Teorema de


Borsuk y Teorema de Gale

Albert W. Tucker, como parte de su exposición en el Primer Congreso


Matemático Canadiense en 1946, presentó una prueba para el teorema de
Borsuk-Ulam en 2 dimensiones, usando un lema combinatorio sobre formas
de etiquetar vértices de una triangulación especial del cuadrado. En años
posteriores este lema fue generalizado para permitir probar el teorema de
Borsuk-Ulam en general, versión que se presenta en esta sección.

Sea B̄ n = {x ∈ Rn : kxk∞ ≤ 1}, la bola unitaria bajo la norma `∞ .

Definición 1.0.11 Llamaremos triangulación especial de B̄ n a un complejo


simplicial T si:

1. T triangula a B̄ n , es decir, T̃ ≈ B̄ n .

2. T es un refinamiento de la subdivisión de B̄ n hecha por los hiper-


planos coordenados, es decir, cada simplejo de T está completamente
contenido en uno de los 2n ortantes.

3. T es antipodalmente simétrico respecto al origen , es decir σ ∈ T ⇔


−σ ∈ T

Lema A.0.12 (Lema de Tucker) Sea T una triangulación especial de


B̄ n , y suponga que a cada vértice v de T se le asigna una etiqueta λ(v) ∈

49
50

{±1, ±2, . . . , ±n} de tal forma que para los vértices de la frontera de B̄ n
(S̄ n−1 ), se cumpla que λ(−v) = −λ(v). Entonces existe un 1-simplejo (arista)
en T tal que sus dos vértices están etiquetados con números opuestos.

Demostración. Sea T una triangulación especial de B̄ n . Para un simplejo


σ ∈ T , definimos la función signo de un complejos simplicial como:

sgn(σ) = (sgn(x1 ), sgn(x2 ), . . . , sgn(xn )) ∈ {−1, 0, +1}n ,

donde x = (x1 , x2 . . . , xn ) es un punto arbitrario en el interior relativo de σ.


Para comprobar la buena definición de la función, basta observar que, dado
que T es una buena coloración, σ está completamente incluido en alguno de
los ortantes, de manera que todo punto en su interior tiene los mismos signos
en cada una de sus componentes.

Llamaremos a un simplejos σ permitido si se tiene que para i = 1, . . . , n,


(sgn(σ))i = 1 implica que alguno de los vértices de σ está etiquetado por el
número i y (sgn(σ))i = −1 implica que alguno de los vértices de σ está eti-
quetado por el número −i.

Si (sgn(σ)) tiene exactamente k componentes distintas de cero, entonces su


interior relativo tiene exactamente k coordenadas distintas de cero, de man-
era que σ tiene a lo sumo dimensión k. Por otra parte, si σ es permitida,
necesita al menos k vértices para asignarle a cada uno la etiqueta de la com-
ponente distinta de cero correspondiente, y por lo tanto, debe tener mı́nimo
dimensión k − 1. Ası́, la dimensión de los simplejos permitidos en los que el
signo tiene exactamente k componentes distintas de cero es k − 1 o k.

Sea G el grafo cuyos vértices son los simplejos permitidos, y tal que dos
aristas σ, τ ∈ T están conectados si

1. σ, τ ⊂ ∂ B̄ n y σ = −τ , o
2. σ es un k-simplejo y τ es una (k-1)-cara de σ, tal que considerar solo
los vértices de τ hace permitido a σ.

El simplejo {0} tiene grado 1 en G, dado que es vecino exactamente de la


arista que es permitida por λ(0) (Una arista que une los vértices 0 y un
vértices de T tal que todo punto interior en la arista tiene una sola compo-
nente distinta de cero, a saber |λ(0)|, con signo sgn(λ(0))). Se mostrará que
APÉNDICE A. LEMA DE TUCKER, TEOREMA DE BORSUK Y
TEOREMA DE GALE 51

todos los demás simplejos permitidos tienen dos vecinos cada uno, excepto si
el simplejo posee una arista etiquetada de forma complementaria. Dado que
no es posible que todos los vértices de un grafo tengan grado par salvo uno,
esto demuestra la afirmación deseada.

Suponga que sgn(σ) tiene exactamente k entradas distintas de cero, de man-


era que la dimensión de σ es k o k − 1. Se tienen entonces los siguientes
casos:

1. Suponga que σ es un (k-1)-simplejo. Entonces se presenta uno de los


siguientes subcasos:

a) σ no pertenece a la frontera de B̄ n . Puesto que tiene exactamente


k vértices, su signo tiene exactamente k entradas distintas de cero,
y es permitida, ninguna cara de σ puede ser permitida. Ahora, σ
está completamente contenido en el k-cubo L = {x ∈ B̄ n : xi =
0 para todo i con sgn(σ)i = 0}, triangulado por ciertos simplejos
de T . Ahora, dado que σ no está en la frontera de B̄ n , es un
simplejo (k-1)-dimensional que no está en la frontera de L, un k-
cubo, y por lo tanto es la cara de precisamente dos k-simplejos,
que se hacen permitidos justamente por las etiquetas de σ.
b) σ pertenece a la frontera de B̄ n . Entonces, σ tiene a −σ como
vecino. Además, pertenece a la frontera del k-cubo L definido en el
punto anterior, por lo que es la cara de exactamente un k-simplejo
que se hace permitido por las etiquetas de σ.

2. Si σ es un k-simplejo, tiene k etiquetas obligatorias y una etiqueta


extra. Si se define L como en los numerales anteriores, es claro que σ
no puede pertenecer a la frontera de L (pues esta tiene dimensión k-1),
y por lo tanto no puede pertenecer a la frontera de B̄ n . Ası́, tenemos
como subcasos posibles los siguientes:

a) La etiqueta extra repite una de las etiquetas obligatorias. En este


caso, existen dos (k-1) caras distintas de σ adyacentes a él.
b) La etiqueta extra es el negativo de una de las etiquetas obligato-
rias. En este caso se tiene una arista complementaria.
c) La etiqueta extra es un número i tal que ±i no ocurre entre las
etiquetas obligatorias. En este caso, uno de los vecinos de σ es la
52

única (k-1)-cara permitida por las etiquetas obligatorias. Además,


σ es la cara de exactamente un (k+1)-simplejo σ 0 que es permitido
por las etiquetas de σ, y tal que sgn(σ 0 ) coincide con sgn(σ), salvo
en la posición |i|, donde sgn(σ) = 0 y sgn(σ 0 ) = sgn(i).

Ası́, queda mostrada la existencia de la arista complementaria.

La ciudad de Lvov, en Polonia fue durante los años entre guerras un cen-
tro de gran actividad matemática, siendo entre otras cosas el escenario para
que Karol Borsuk y Stanislaw Ulam trabajaran juntos en varios problemas
de topologı́a. Uno de los resultados de estas reuniones es es la demostración
que en 1933 publicó Borsuk del teorema que ahora se conoce como el teore-
ma de Borsuk-Ulam. La importancia de este resultado, se mide por su gran
número de aplicaciones que incluyen enunciados sobre existencia de solu-
ciones en ecuaciones diferenciales parciales, aplicaciones en cálculo funcional
y en geometrı́a de espacios de Banach, además de las mostradas en la prueba
del número cromático de ciertos grafos, como se menciona en [7]. De gran
interés es también observar las varias formas que puede adquirir el teorema,
todas ellas de gran utilidad y que iluminan de diferente manera sus implica-
ciones. Algunas de ellas se presentan en el siguiente teorema.

Teorema A.0.13 (Distintas presentaciones del teorema de Borsuk)


Los siguientes son equivalentes:

1. Para toda función continua f : S n → Rn existe x∗ ∈ S n tal que f (x∗ ) =


f (−x∗ ).

2. Para toda función antipodal f : S n → Rn (es decir, f continua y


f (−x) = −f (x) para cada x ∈ S n ), existe x∗ ∈ Rn tal que f (x∗ ) = 0.

3. Sea g : B n → Rn tal que g(−x) = −g(x) para todo x ∈ S n−1 (antipodal


en la frontera). Entonces existe x∗ ∈ B n tal que g(x∗ ) = 0.

4. No existe una función antipodal f : S n+1 → S n .

5. Si S n = F1 ∪ . . . ∪ Fn+1 , donde F1 , . . . , Fn+1 son subconjuntos cerrados


de S n , entonces uno de los Fi contiene dos puntos antipodales.
APÉNDICE A. LEMA DE TUCKER, TEOREMA DE BORSUK Y
TEOREMA DE GALE 53

6. Si S n = A1 ∪ . . . ∪ An+1 , donde A1 , . . . , An+1 son subconjuntos abiertos


de S n , entonces uno de los Ai contiene dos puntos antipodales.

Demostración. 1⇒2 Es claro.


2⇒1 Sea f 0 (x) := f (x)−f (−x). Claramente f 0 es antipodal, y por lo tanto
existe x∗ tal que f 0 (x∗ ) = 0, es decir f (x∗ ) = f (−x∗ ).
3⇔2 Considere la proyección π, función del hemisferio superior de S n en
B n , definida por π(x1 , x2 , . . . , xn+1 ) := (x1 , x2 , . . . , xn ). Claramente, π es un
homeomorfismo.
Si f : S n → Rn es antipodal, entonces g(x) = f (π −1 (x)), es una función
continua de B n en Rn antipodal en la frontera. Por otra parte, si g : B n → Rn
es antipodal en la frontera, la función definida por f (x) = g(π(x)) para x
en el hemisferio superior y f (x) = g(π(−x)) para x en el hemisferio inferior,
está bien definida, es continua (pues es continua en cada hemisferio y coincide
en la intersección de los dos), y es antipodal. Ası́, 3⇔2.
2⇒4 Una función antipodal de S n+1 en S n es una función antipodal sin
ceros.
4⇒2 Suponga que f : S n → Rn es función antipodal tal que para todo
(x)
x, f (x) 6= 0. Entonces g : S n → S n−1 definida por g(x) := kff (x)k es función
antipodal, lo cual es una contradicción.
1⇒5 Sean F1 , . . . , Fn+1 subconjuntos cerrados de S n , tales que su unión
sea todo S n . Considere la función continua f : S n → Rn definida por:

f (x) := (dist (x, F1 ), dist (x, F2 ) . . . , dist (x, Fn ))

Sea x∗ tal que f (x∗ ) = f (−x∗ ). Si la i-ésima componente de f (x∗ ) es cero,


entonces tanto x∗ como −x∗ están contenidos en Fi . Si todas son diferentes
de cero, x∗ y −x∗ están contenidos en Fn+1 .
5⇒4 Sea σ un simplejo n-dimensional que contenga al origen en su interior.
Considere la proyección de σ sobre S n−1 , y sean F1 , . . . , Fn+1 las imágenes
de las caras de σ bajo esta proyección. Ası́, F1 , . . . , Fn+1 cubren a S n−1 , y
ninguno contiene dos puntos antipodales. Suponga que existe una función
continua antipodal g : S n → S n−1 , entonces g −1 (F1 ), . . . , g −1 (Fn+1 ) recubren
a S n y ninguno de ellos contiene dos puntos antipodales (pues de lo con-
trario,también lo harı́a su imagen bajo g), lo cual contradice 5.
5⇒6 Sea A1 , . . . , An+1 una cobertura abierta de S n , y sea x ∈ S n . Suponga
que x ∈ Aj , y sea Ux una vecindad de x tal que su cerradura está incluida
en Aj . Ası́, {Ux : x ∈ S n } es una colección de abiertos que cubre la esfera.
54

Aplicando compacidad, tenemos que {Ux1 , . . . , Uxt } para finitos xj cubre la


esfera. Defina una cobertura cerrada F1 , . . . , Fn+1 donde cada Fi es la unión
de todas las clausuras de los Uxj tales que xj ∈ Ai . Por 5, uno de estos
conjuntos contiene dos puntos antipodales, y por lo tanto uno de los Ai tam-
bién.
6⇒5 Sea F1 , . . . , Fn+1 una cobertura cerrada de S n , y sea Ai = {x ∈
S n : dist(x, Fi ) < }. Cada una de los conjuntos A = {A1 , . . . , An+1 } es
−j
una cobertura abierta de S n . Considere la sucesión de A(2) , j = 2, 3, . . ..
Entonces, por 6, en cada una de estas coberturas existe un abierto que con-
tiene dos puntos antipodales. Seleccionando el subı́ndice de un abierto que
contenga dos puntos antipodales para cada j, obtendremos una sucesión de
elementos de {1, 2, . . . , n + 1}, y por lo tanto al menos uno de ellos apare-
cerá infinitas veces en la sucesión. Sea i un subı́ndice con esta propiedad y
sean Aj1 , Aj2 , . . . las coberturas en que se seleccionó a i. Sean xj1 , xj2 , . . . pun-
(2)−jr
tos tales que xjr , −xjr ∈ Ai , para r ∈ 1, 2, . . .. Esta sucesión tiene una
subsucesión convergente cuyo punto lı́mite x y su punto antipodal pertenecen
a Fi , dado que este es cerrado, con lo que se prueba la afirmación.
Además de implicar numerosas aplicaciones y de tener diversos enunciados
equivalentes, el Teorema de Borsuk presenta la particularidad de poder ser
probado a través de herramientas de naturaleza distinta. Pruebas de tipo
combinatorio, geométrico o de homologı́a entre otras han aparecido con el
correr de los años. La prueba que acá se presenta es de naturaleza combina-
toria, y utiliza el lema de Tucker.

Teorema A.0.14 (Teorema de Borsuk) Sea g : B n → Rn tal que g(−x) =


−g(x) para todo x ∈ S n−1 (antipodal en la frontera). Entonces existe x∗ ∈ B n
tal que g(x∗ ) = 0

Demostración. Puesto que B n y B̄ n son homeomorfos, es equivalente


mostrar la afirmación para funciones con dominio en B̄ n . Suponga que g :
B̄ n → Rn es antipodal en la frontera, y g(x) 6= 0 para todo x. Entonces, por
la compacidad de B̄ n , existe  > 0 tal que kg(xk∞ ≥  para todo x. Más aún,
dado que toda función continua sobre un espacio compacto es uniformemente
continua, existe δ > 0 tal que kx − x0 k ≤ δ ⇒ kf (x) − f (x0 )k∞ < .

Sea T una triangulación especial tal que el diámetro de cada uno de sus sim-
plejos sea a lo sumo δ. Definimos un etiquetamiento de los vértices de T . Para
APÉNDICE A. LEMA DE TUCKER, TEOREMA DE BORSUK Y
TEOREMA DE GALE 55

x ∈ V (T ) sea i(x) := mı́n{i : |f (x)i | ≥ }, y sea λ(x) := sgn(f (x)i(x) ) · i(x).
Claramente se tiene que λ(−x) = −λ(x), de manera que se puede aplicar el
lema de Tucker (A.0.12), luego existe una arista vv0 que es complementaria.
Sin pérdida de generalidad suponga λ(v) > 0, y sea r := λ(v) = −λ(v0 ),
entonces f (v)r ≥  y f (v0 )r ≤ −, y por lo tanto kf (v) − f (v0 )k ≥ 2, pero
dado que vv0 es arista, por la elección de T tenemos que kv − v0 k, y por lo
tanto kf (v) − f (v0 )k <  lo cual es una contradicción.
El teorema de Gale es un enunciado de tipo geométrico, que apareció en 1957,
y del cual existen pruebas de variadas complejidades.

Sea H(a) = {x ∈ S k : x · a > 0}, en otras palabras, si se forma el plano


cuyo vector perpendicular es a, H(a) es el semiespacio compuesto por todos
los puntos que están estrictamente en el mismo lado en el que está a con
respecto a dicho plano.

Teorema A.0.15 (Teorema de Gale) Sean v, r ∈ N. Si v ≥ 2r, existe


un conjunto Ω de v puntos en S v−2r tal que cada semi espacio abierto H(a)
contiene al menos r puntos de Ω.

Demostración. La prueba que se dará es de naturaleza algebraica. Sean


a1 , . . . , av v números reales distintos, y sea G la matriz de (2m + 1) × v dada
por
 
1 1 ··· 1
 a1 a2 ··· av
G= .. .. .. ..
 

 . .  . .
a2m
1 a 2m
2 · · · a 2m
v

para cada entero m tal que v ≥ 2m + 2.

Se probará que el rango de G es 2m + 1, mostrando que para cada vector


f = (f0 , . . . , f2m )T , se tiene f T G 6= 0, de manera que 2m + 1 filas de G serı́an
linealmente independientes. Si f (t)es el polinomio de grado a lo sumo 2m
dado por
X2m
f (t) = fi ti ,
i=0
entonces
f T G = (f (a1 ), . . . , f (av )),
56

y por lo tanto f T G tiene a lo sumo 2m entradas iguales a cero. Ası́, f T G 6= 0.

Considere ahora el espacio nulo de G. Se mostrará que cualquier vector x 6= 0


que pertenezca al espacio nulo, tiene al menos m + 1 entradas positivas y al
menos m + 1 entradas negativas. Suponga por contradicción que Gx = 0 y
x tiene a lo sumo m entradas negativas. Entonces,
Y
g(t) := (t − ai )
xi <0

es un polinomio de grado a lo sumo m, y h(t) = g(t)2 es un polinomio de


grado a lo sumo 2m. Entonces, si se toma h = (h0 , . . . , h2m ) como el vector
de coeficientes de h(t), se tiene que y = hT G es un vector fila tal que y ≥ 0
y yi = 0 si y sólo si xi < 0. Puesto que, yx = hT Gx = 0, se tiene que x
no puede tener componentes positivas. Además, dado que Gx = 0, hemos
encontrado un conjunto de m columnas linealmente dependientes (a saber
aquellas que corresponden a las entradas negativas de x) , lo cual contradice
que G tiene rango 2m+1. Ası́, x tiene al menos m+1 componentes negativas.
Puesto que −x también pertenece al espacio nulo de G, x tiene también al
menos m + 1 componentes positivas.

Ahora, sea N la matriz de (v−2m−1)×v cuyas filas son una base normalizada
para el espacio nulo de G. Las columnas de N forman un conjunto de v
vectores en Rv−2m−1 tales que para cualquier vector a existen al menos m + 1
entradas positivas en aT N . Por consiguiente, el semiespacio abierto H(a) en
Rv−2m−1 contiene al menos m + 1 puntos, correspondientes a las columnas de
N , todos ellos de norma 1 (y por lo tanto elementos de S v−2(m+1) ). Tomando
m = r − 1, se sigue el teorema.
Bibliografı́a

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