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Doña Bárbara: el ejercicio de la violencia como venganza del ultraje sexual

UNIVERSIDAD NACIONAL SAN CRISTÓBAL DE HUAMANGA


Facultad de Derecho y Ciencias Políticas
Escuela Profesional de Derecho
Departamento Académico de Lengua y Literatura

ENSAYO

Doña Bárbara
(Rómulo Gallegos)
“El ejercicio de la violencia como venganza de la violación en
Doña Bárbara”

Curo Bohorquez, Ruth Karina


Comprensión y Producción de Textos (LE-182)
Prof. Altamirano Flores, Federico

19 de julio del 2022


1. ELECCIÓN DEL TEMA

Doña Bárbara: el ejercicio de la violencia como venganza del ultraje


sexual

2. PLANIFICACIÓN

Introducción
1. La violación sexual de la adolescente Bárbara.
2. La consecuencia psicológica de la violación sufrida
3. El ejercicio de la violencia como venganza
¿Cómo ejerce la violencia?
3.1 Violencia de género
3.2 Violencia psicológica o emocional
3.3 La rudeza e insensibilidad hacia los hombres e hija
Conclusión
Doña Bárbara: el ejercicio de la violencia como venganza del ultraje sexual

Doña Bárbara: el ejercicio de la violencia como venganza del ultraje


sexual

Ruth Karina Curo Bohorquez


Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga
ruth.curo.13@unsch.edu.pe

Introducción

El contacto, el acoso, los cumplidos y el acecho no se consideran delitos y son


comunes debido a la definición inadecuada de violencia sexual. Asimismo,
nuestro país no entiende lo que realmente significa “abuso sexual”, y por
desconocimiento social y machismo, este término se utiliza sólo en el caso de
penetración y otros tipos, no se puede escapar de la realidad para disminuir la
gravedad del crimen. Por lo tanto, se necesita una definición correcta de violencia
sexual. Según la última edición del Diccionario de la lengua española, la cuarta
acepción de la palabra violencia es: “Acción de violar a una persona”. La
Organización Mundial de la Salud (OMS) define la violencia como: “El uso
deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo,
contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga
muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos,
trastornos del desarrollo o privaciones”. (OPS, 2013). También, el Estudio
multipaís de la OMS (3) definió la violencia sexual como actos en los cuales una
mujer: fue forzada físicamente a tener relaciones sexuales en contra de su
voluntad; fue obligada a realizar un acto sexual que consideraba degradante o
humillante. En las posteriores líneas, primero expondré la violación sexual de la
niña o joven Bárbara; segundo, la consecuencia psicológica de la violación
sufrida; tercero, el ejercicio de la violencia como venganza de Bárbara, el cual
se tiene como idea principal para exponer este ensayo de la novela Doña
Bárbara de Rómulo Gallegos.
1. La violación sexual de la niña o joven Bárbara
En la novela Doña Bárbara nos relata que Barbarita trabajaba de cocinera
en una embarcación de ladrones y piratas. Ajena a sus fechorías, despertaba los
deseos de los bandoleros. Cierto día, un joven de nombre Asdrúbal, pide trabajo
en la embarcación. El capitán quien era el tutor de Barbarita lo acepta. Asdrúbal
y Barbarita se hacen amigos, al poco tiempo le enseña a leer, cosa que no le
gustó al capitán. Poco tiempo después, ellos se habían enamorado, por eso
Asdrúbal le advirtió a Barbarita que su taita tenía la intención de venderla a un
turco leproso. Barbarita no lo podía creer. El capitán sospechaba de Asdrúbal y
lo manda con otro para que este lo asesine. Después, se había armado un motín
abordo contra el capitán y lo asesinaron, luego de darle muerte, los bandoleros
violaron a Barbarita, quien es rescatada por un viejo de nombre Eustaquio quien
se rumoraba, fue la primera persona que puso en contacto a Barbarita con los
brujos. Pasado un tiempo, la fama de Doña Bárbara, mujer que tiene pacto con
el Diablo se extiende por toda la región. Todas las noches, Doña Bárbara y su
“Socio” planearon como apoderase de todos los terrenos del Arauca. Su primera
víctima fue Lorenzo Barquero quien, al cabo de tratarla, termino como una
autentica piltrafa humana, con un avanzado alcoholismo y con una hija que ni la
madre ni el padre atendieron. Los terrenos de los Barqueros, así como una
porción de Altamira, pasaron a ser propiedad de Doña Bárbara quien bautizó sus
propiedades como “El Miedo”. Además, Doña Bárbara se reveló hábil en
cualquier actividad desempeñada por los hombres; lazaba, montaba caballos
bravos, dirigía las peonadas y portaba revolver. Su belleza era comparada a su
codicia y crueldad.
2. La consecuencia psicológica de la violación sufrida
Estudios estiman que un alto porcentaje de las víctimas de violencia o
abuso sexual presentan secuelas, dentro de las que están: desconfianza, miedo,
hostilidad hacia el sexo que las agredió (masculino), ansiedad, llantos
frecuentes, cambios bruscos de conducta, culpa, depresión, angustia,
aislamiento y rechazo de las relaciones sociales, agresividad, etc. Por ejemplo,
Bárbara después de haber sufrido tal abuso presentó todas las secuelas ya
mencionadas. Y en la novela se refleja cuando dice:
ni el tiempo ni la quieta existencia de la ranchería donde se refugiaron, había
logrado aplacar la sombría tormenta de su corazón -una seño duro y tenaz le
surcaba la frente, un fuego maligno le brillaba en los ojos. Ya, solo rencores podían
abrigar su pecho, Maleficios del Camajay –Minarc –siniestra divinidad
orinoqueña–, y las terribles virtudes de las hierbas y raíces con que las indias
confeccionan la pusana para inflamar la lujuria, apasionándola de tal manera que
no vive sino para el hechizamiento del varón (p. 21)

En la novela, el narrador nos relata cómo Bárbara a causa de la violación


sufre un trauma psicológico, cambia su personalidad drásticamente, asimismo
desarrolla el odio hacia el sexo masculino. Ella era una cacica y más conocida
como brujeadora del Arauca, aconsejada por el diabólico socio, ‹‹Ella se creía
realmente asistida de potencias sobrenaturales y a menudo hablaba de un
“Socio”. Según ella, era el propio milagroso Nazareno de Achaguas; […) y de
aquí se originó su pacto con el diablo›› (p.23). Controlada por fuerzas primitivas,
arbitraria, violenta y siniestra. Se apoderó por los métodos más violentos,
salvajes y crueles de las haciendas vecinas extendiendo su dominio, con la
ayuda de funcionarios corruptos, asesinos (el famoso Brujeador), Mister Danger
o los peones a su servicio. Alguna vez Doña Bárbara fue una inocente Barbarita,
doncella enamorada de un tal Asdrúbal que intentó salvarla de su cruel y
despiadado destino, pero éste fue asesinado y ella violada. Después de eso
desapareció la tierna Barbarita, para convertirse en una despiadada mujer,
enemiga del varón y practicante de los ritos y la magia. Doña Bárbara era una
verdadera fiera, toda una mujerona, hermosa, bella, mestiza, sensual, pero
Doña Bárbara: el ejercicio de la violencia como venganza del ultraje sexual

rechazaba del todo la feminidad. Se empeñó en destruir a Lorenzo Barquero con


el cual tuvo una hija, Marisela la cual nunca aceptó.
3. El ejercicio de la violencia como venganza
Bárbara, la Devoradora de hombres, en la novela recibe los nombres de
dañera, mujer indomable, cacica y bruja del Arauca. Su odio por el varón nace a
causa de la violación sufrida, desde ese momento lleva en su trágica y agorera
naturaleza el odio implacable al varón y su vida entera la encaminará a vengarse
de él. Para ello se apodera de todos los secretos de la indiada con que pueda
causarle algún maleficio; se especializa en la confección de brebajes
afrodisíacos para destruirle la vitalidad, anular su voluntad; y se vuelve ladrona,
y criminal, para eliminarlo, si fuere necesario, como efectivamente ocurre. Y
como de su hombruna naturaleza ha desaparecido todo vestigio de amor, no se
le entregará sino por vicio o por lucro.
Tal era la famosa Doña Bárbara: lujuria y superstición, codicia y crueldad, y allá
en el fondo del alma sombría una pequeña cosa pura y dolorosa: el recuerdo de
Asdrúbal, el amor que pudo hacerla buena (p.24)

La primera noticia que tenemos de ella estremece: «Esa es una mujer que
ha fustaneado a muchos hombres, y al que no trambuca con sus carantoñas lo
compone con un bebedizo o se lo amarra a las pretinas y hace con él lo que se
le antoje, porque también es faculta en brujerías. Y si es con el enemigo, no se
le agua el ojo para mandar quitarse de por delante a quien se le atraviese (…)
Esa mujer tiene su cementerio» (p.8). Se lo cuenta el bonguero en el primer
capítulo a Santos Luzardo, un joven licenciado en leyes que vuelve de la ciudad
a una hacienda de su familia largo tiempo abandonada, “Altamira”, que limita con
“El Miedo”, el hato ganadero de Doña Bárbara. La terrateniente −combinado
explosivo de amazona, hechicera y cacique− imponía desde “El Miedo” su ley en
las llanuras, doblegando voluntades de ganaderos, peones, autoridad, y
dominando a las bestias.
Los Mondragones eran tres hermanos prófugos por crímenes. Ocupaban
una casa en las lindes de la hacienda de Doña Bárbara con la estrategia de
hacerla avanzar de tiempo en tiempo. La casa era fácil de desarmar y reconstruir,
la movían por las noches para ganar tierras para “la Dañera”. En cambio, el
Brujeador mataba a los hombres que la doña mandaba a matar. Para las
puñaladas tenía a Melquíades, para las malas pasadas al mayordomo Balbino y
para los mandados a Juan Primito «un bobo con alternativas de lunático furioso»
A través de los años, Bárbara aprendió a moverse entre las redes corruptas
de la región. Conoce a Lorenzo Barquero, un hombre adinerado, heredero de
una inmensa hacienda y guiada por el odio profundo que ha acumulado hacia
los hombres, decide conquistarlo para luego despojarlo de todos sus bienes. Ella
después de robarle sus haberes y su juventud, lo deja, y el infeliz, atolondrado y
ya degenerado por los vicios, desprecia la vida y se entrega perdidamente al
alcohol. Así se convierte en una poderosa terrateniente que por medios violentos
irá apoderándose de las haciendas vecinas. De ahí que cuando la dignifica la
maternidad se avergüence de sí misma y su rencor contra el hombre fue mayor,
ya que un hijo en sus entrañas solo significaba para ella una victoria más del
macho; por lo que reniega de su amante, Lorenzo Barquero −su primera víctima−
y repudia a su hija Marisela, «que otros pechos tuvieron que amamantar porque
no quiso ni verla siquiera».
Muchos años después, en un bosque cercano, Santos se topó con una niña
vestida en harapos, cuyo descuido en el hablar delataba una vida callejera: ‹‹Era
una muchacha, desgreñada y cubierta de inmundos harapos, que portaba un haz
de leña sobre la cabeza›› (p. 50). Santos le preguntó por la casa de Lorenzo
Barquero y la niña le contestó a regañadientes. Lorenzo Barquero vivía en una
pocilga descuidada y sucia, su borrachera no conocía fin ‹‹Una vivienda
miserable, mitad caney, mitad choza, tal era la casa “Espectro de la Barquereña”
como por allí se le decía a Lorenzo Barquero. Sumamente flaco y macilento, una
verdadera ruina fisiológica, tenía los cabellos grises y todo el aspectro de un
viejo. Aunque apenas pasaba los cuarenta›› (p. 50).
Por otro lado, Bárbara ejercía la violencia emocional como producto de la
violación sufrida. Lo hacía de muchas formas, como, por ejemplo: atemorizaba
a todos los hombres del Arauca, amenazaba a todos sus enemigos, explotaba a
sus trabajadores, insultaba a Balbino Paiba (amante de turno), humillaba o
ridiculizaba a su hija. Lorenzo Barquero vivía como un despojo humano sumido
en una permanente borrachera. La culpable de esa vida destruida: Doña
Bárbara.
Desatada de la codicia, se propuso ser dueña de todo el cajón del Arauca y
asesorada por Apolinar, comenzó a meterle pleitos a los vecinos, obteniendo de
la venalidad de los jueces lo que la justicia no pudiera reconocerle, y cuando ya
nada tenía que aprender del nuevo amante y todo el dinero de éste había sido
empleado en el fomento de la finca, recuperó su fiera independencia haciendo
desaparecer, de una manera misteriosa, a aquel hombre. Altamira, descuidada
por su dueño en manos de administradores fácilmente sobornables, fue la presa
predilecta de su ambición de dominio (p.23)

No se quitaba de la cintura la lanza y el revólver, ni los cargaba −encima solo para


intimidar−, si alguna razón de pura conveniencia la movía prodigar caricias, más
era hombruno tornar qué femenino entregarse […] (pp.23-24)

En conclusión, doña Bárbara era una mestiza de cuarenta años. Víctima en


su desgraciada juventud de unos piratas que la violaron sexualmente. Desde
aquel momento el odio hacia el varón inspira todos sus actos. Ella era arbitraria,
violenta, astuta y caprichosa, lo que le valió el apodo de “dañera” o “la
devoradora de hombres”. Pero todavía no hay ausencia absoluta de emoción en
ella, que se siente intensamente excitada por Santos Luzardo. Sus formas
contradictorias son producto de su herencia mestiza y reflejan el comportamiento
salvaje circundante. Su comportamiento es una reacción al trauma que sufrió en
Doña Bárbara: el ejercicio de la violencia como venganza del ultraje sexual

su infancia, víctima de una violación. En cambio, Marisela, hija de Doña Bárbara


y Lorenzo Barquero, fue abandonada por su madre a su propio destino, por lo
que siempre estaba sucia y con aspecto salvaje. Luego, gracias al cuidado de
Santos, se convirtió en una persona diferente.

REFERENCIAS
Rodríguez,Y, Bertha Arenia ,B & Garcia, I. (2012). Consecuencias Psicológicas
del Abuso Sexual Infantil. Eureka (Asunción) en Línea, 9(1), 58-68.
http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2220-
90262012000100007&lng=pt&tlng=es.
Pereda, N. (2009). Consecuencias psicológicas iniciales del abuso sexual
infantil. Papeles del Psicólogo, 30 (2), 3- 13. Recuperado de:
https://www.redalyc.org/pdf/778/77811726004.pdf
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Violencia, 23.ª ed., [versión 23.5 en línea]. <
https://dle.rae.es/violencia?m=form> [15 de julio de 2022].
REVISIÓN

Doña Bárbara: el ejercicio de la violencia como venganza del ultraje


sexual

Ruth Karina Curo Bohorquez


Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga
ruth.curo.13@unsch.edu.pe

Introducción

Tocar, acosar, halagar y acechar a menudo no se consideran delitos penales y


están muy extendidos debido a una definición inadecuada de violencia sexual.
Ahora mismo, nuestro país no comprende el verdadero significado de "abuso
sexual", y debido a la ignorancia social y machista, este término se usa solo en
el sentido de penetración, etc. Por esta razón, se necesita una definición correcta de
violencia sexual. Según la última edición del Diccionario de la lengua española, la
cuarta acepción de la palabra violencia es: “Acción de violar a una persona”. La
Organización Mundial de la Salud (OMS) define la violencia como: “El uso
deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo,
contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga
muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos,
trastornos del desarrollo o privaciones”. (OPS, 2013). También, el Estudio
multipaís de la OMS (3) definió la violencia sexual como actos en los cuales una
mujer: fue forzada físicamente a tener relaciones sexuales en contra de su
voluntad; fue obligada a realizar un acto sexual que consideraba degradante o
humillante. En las posteriores líneas, primero expondré la violación sexual de la
niña o joven Bárbara; segundo, la consecuencia psicológica de la violación
sufrida y tercero, el ejercicio de la violencia como venganza de Bárbara, que es
la idea principal para exponer este ensayo basado en la novela Doña Bárbara de
Rómulo Gallegos.
1. La violación sexual de la niña o joven Bárbara
En la novela Doña Bárbara, el narrador nos relata que Barbarita trabajaba
de cocinera en una embarcación de ladrones y piratas. Ajena a sus fechorías,
despertaba los deseos de los bandoleros. Cierto día, un joven de nombre
Asdrúbal pide trabajo en la embarcación. El capitán, quien era el tutor de
Barbarita, lo acepta. Asdrúbal y Barbarita se hicieron amigos, al poco tiempo él
le enseñaba a leer, cosa que no le gustó al capitán. Pronto se enamoraron y
Asdrúbal le advirtió a Barbarita que su taita tenía la intención de venderla a un
turco leproso. Barbarita no podía creerlo. El capitán sospechó que Asdrúbal
podría estar interesado en ella, por lo que lo envió a asesinar. Más tarde,
comenzó una rebelión contra el capitán, y después de que fue asesinado, los
Doña Bárbara: el ejercicio de la violencia como venganza del ultraje sexual

bandoleros violaron a Barbarita. Fue rescatada por un anciano llamado


Eustaquio, de quien se rumoraba que fue la primera persona que puso en
contacto a Barbarita con los brujos. Después de un tiempo, la fama de doña
Bárbara, mujer que tenía pacto con el Diablo, se extendió por toda la región.
Todas las noches, doña Bárbara y su “Socio” planeaban la forma de apoderarse
de todas las tierras de Arauca. Su primera víctima fue Lorenzo Barquero, quien
al cabo de tratarla, cayó en una verdadera miseria humana con un alto grado de
alcoholismo y con una hija que ni la madre ni el padre atendieron. Los terrenos
de los Barqueros, así como una porción de Altamira, pasaron a ser propiedad de
doña Bárbara, quien bautizó su propiedad como “El Miedo”. Además, doña
Bárbara se reveló hábil en cualquier actividad desempeñada por los hombres;
lazaba, montaba caballos bravos, dirigía las peonadas y portaba revolver. Su
belleza era comparada a su codicia y crueldad.
2. La consecuencia psicológica de la violación sufrida
Los estudios muestran que la mayoría de las víctimas de violencia y abuso
sexual presentan secuelas, dentro de las que están desconfianza, miedo,
hostilidad hacia el género agresor (masculino), ansiedad, llantos frecuentes,
cambios repentinos de comportamiento, culpa, depresión y ansiedad,
aislamiento y rechazo de las relaciones sociales, venganza y otras
consecuencias. Por ejemplo, después de sufrir tal abuso, Bárbara presentó todos
los resultados ya mencionados. Y en la novela se refleja cuando dice:
ni el tiempo ni la quieta existencia de la ranchería donde se refugiaron, había
logrado aplacar la sombría tormenta de su corazón -una seño duro y tenaz le
surcaba la frente, un fuego maligno le brillaba en los ojos. Ya, solo rencores podían
abrigar su pecho, Maleficios del Camajay –Minarc –siniestra divinidad
orinoqueña–, y las terribles virtudes de las hierbas y raíces con que las indias
confeccionan la pusana para inflamar la lujuria, apasionándola de tal manera que
no vive sino para el hechizamiento del varón (p. 21)

En la novela, el narrador nos relata cómo Bárbara a causa de la violación


sufre un trauma psicológico, cambia drásticamente su personalidad. asimismo,
desarrolla el odio hacia el sexo masculino. Ella era una cacica y más conocida
como hechicera del Arauca, aconsejada por el diabólico socio ‹‹Ella se creía
realmente asistida de potencias sobrenaturales y a menudo hablaba de un
“Socio”. Según ella, era el propio milagroso Nazareno de Achaguas; […] y de
aquí se originó su pacto con el diablo›› (p.23). Estaba dominada por fuerzas
primitivas, fuerzas arbitrarias, violentas y siniestras. Usando los métodos más
violentos, bárbaros y crueles, confiscó haciendas cercanas y con la ayuda de
funcionarios corruptos, sicarios (el famoso Brujeador), Mister Danger o los
peones a su servicio. Doña Bárbara alguna vez fue una inocente Barbarita, una
doncella que se enamoró de Asdrúbal, quien intentó salvarla de destino cruel y
despiadado, pero fue asesinado y ella violada. Después de eso, la tierna
Barbarita desapareció y se convirtió en una mujer despiadada, enemiga del
varón y practicante de los rituales y la magia. Doña Bárbara era una verdadera
fiera, toda una mujerona, hermosa, bella, mestiza y sensual, pero rechazaba por
completo su feminidad.
Bárbara, por su parte, utilizó violencia psicológica a raíz de la violación que
recibió. Lo hizo de muchas maneras: atemorizaba a todos los hombres del
Arauca, amenazaba a todos sus enemigos, explotaba a sus trabajadores,
insultaba a Balbino Paiba (amante de turno), humilló y ridiculizó a su hija.
Lorenzo Barquero vivió como los restos de un ser humano inmerso en una
adicción permanente. La culpable de esta vida destruida: doña Barbara.
3. El ejercicio de la violencia como venganza
Bárbara, la Devoradora de Hombres, en la novela recibe los nombres de
Dañera, Mujer Indomable, Cacica y Bruja del Arauca. Su odio por los hombres
nace a causa de la violación sufrida. A partir de ese momento, ella tiene una
naturaleza trágica y amenazante, y su odio implacable por los hombres y su vida
la llevarán a vengarse de él. Para ello, se apodera de todos los secretos de la
indiada con que pueda causarle algún maleficio. Se especializa en la confección
de brebajes afrodisíacos para destruirle la vitalidad y anular su voluntad. Y ella
se vuelve ladrona, y criminal, para eliminarlo, si fuere necesario, como
efectivamente ocurre. Y como todo rastro de amor ha desaparecido de su
naturaleza, solo se entregará a él por vicios o intereses.
Tal era la famosa Doña Bárbara: lujuria y superstición, codicia y crueldad, y allá
en el fondo del alma sombría una pequeña cosa pura y dolorosa: el recuerdo de
Asdrúbal, el amor que pudo hacerla buena (p.24)

El primer mensaje de ella estremece: «Esa es una mujer que ha fustaneado


a muchos hombres, y al que no trambuca con sus carantoñas lo compone con
un bebedizo o se lo amarra a las pretinas y hace con él lo que se le antoje, porque
también es faculta en brujerías. Y si es con el enemigo, no se le agua el ojo para
mandar quitarse de por delante a quien se le atraviese (…) Esa mujer tiene su
cementerio» (p.8). En el primer capítulo, Bonguero le cuenta a Santos Luzardo,
un joven licenciado en leyes que regresó de la ciudad a la Hacienda “Altamira”
de su familia, abandonada hace mucho tiempo, contigua a la ganadería de doña
Bárbara “El Miedo”. La terrateniente −combinación explosiva de amazonas,
hechiceros y caciques− impuso su ley en los llanos desde "El Miedo",
doblegando la voluntad de ganaderos, trabajadores y autoridades, y dominando
a las bestias.
Los Mondragones eran tres hermanos prófugos por crímenes. Ocupaban
una casa en las lindes de la hacienda de Doña Bárbara con la estrategia de
hacerla avanzar de tiempo en tiempo. La casa era fácil de desmontar y
reconstruir, la movían por las noches para ganar tierras para “la Dañera”. En
cambio, el Brujeador mató a los hombres que la doña ordenó a matar. Para las
Doña Bárbara: el ejercicio de la violencia como venganza del ultraje sexual

puñaladas tenía a Melquíades, para las malas pasadas al mayordomo Balbino y


para los mandados a Juan Primito «un bobo con alternativas de lunático furioso»
Con los años, Bárbara aprendió a moverse entre las redes corruptas de la
región. Conoció a Lorenzo Barquero, un hombre adinerado, heredero de una
inmensa hacienda y guiada por el odio profundo que ha acumulado hacia los
hombres, decide conquistarlo para luego despojarlo de todos sus bienes.
Después de robarle la fortuna y la juventud, ella lo abandona, y el infeliz queda
cegado, ya degenerado de sus vicios, desprecia la vida y se entrega
perdidamente al alcohol. Entonces ella se convierte en una poderosa
terrateniente que por medios violentos irá apoderándose de las haciendas
vecinas.
Más aún, cuando la maternidad la dignificó, se avergonzaba de sí misma,
y su resentimiento hacia el hombre era mayor, ya que un hijo en sus entrañas
solo significaba una victoria más del macho. Por ello, niega a su amante Lorenzo
Barquero (su primera víctima) y repudia a su hija Marisela «que otros pechos
tuvieron que amamantar porque no quiso ni verla siquiera».
Años después, en un bosque cercano, Santos se topó con una niña vestida
en harapos, cuyo descuido en el hablar delataba una vida callejera: ‹‹Era una
muchacha, desgreñada y cubierta de inmundos harapos, que portaba un haz de
leña sobre la cabeza›› (p. 50). Santos le preguntó por la casa de Lorenzo
Barquero y la niña le contestó de mala gana. Lorenzo Barquero vivía en una
pocilga descuidada y sucia, su borrachera no conocía fin ‹‹Una vivienda
miserable, mitad caney, mitad choza, tal era la casa “Espectro de la Barquereña”
como por allí se le decía a Lorenzo Barquero. Sumamente flaco y macilento, una
verdadera ruina fisiológica, tenía los cabellos grises y todo el aspectro de un
viejo. Aunque apenas pasaba los cuarenta›› (p. 50).
Desatada de la codicia, se propuso ser dueña de todo el cajón del Arauca y
asesorada por Apolinar, comenzó a meterle pleitos a los vecinos, obteniendo de
la venalidad de los jueces lo que la justicia no pudiera reconocerle, y cuando ya
nada tenía que aprender del nuevo amante y todo el dinero de éste había sido
empleado en el fomento de la finca, recuperó su fiera independencia haciendo
desaparecer, de una manera misteriosa, a aquel hombre. Altamira, descuidada
por su dueño en manos de administradores fácilmente sobornables, fue la presa
predilecta de su ambición de dominio (p.23)

No se quitaba de la cintura la lanza y el revólver, ni los cargaba −encima solo para


intimidar−, si alguna razón de pura conveniencia la movía prodigar caricias, más
era hombruno tornar qué femenino entregarse […] (pp.23-24)

En conclusión, doña Bárbara era una mestiza de cuarenta años. Víctima de


unos piratas que abusaron sexualmente de ella durante su desafortunada
juventud. A partir de ese momento, el odio al hombre estimula todas sus
acciones. Ella era arbitraria, violenta, astuta, malhumorada y caprichosa, lo que
le valió el apodo de “Dañera” o la “Devoradora de hombres”. Pero para Santos
Luzardo, todavía se sentía muy emocionada. Se sentía intensamente excitada
por él. Sus formas contradictorias eran producto de su herencia mestiza y
reflejaban el comportamiento salvaje que los rodeaba. Su comportamiento era
una reacción al trauma que sufrió en su adolescencia, víctima de una violación.
En cambio, Marisela, la hija de doña Bárbara y Lorenzo Barquero, siempre lució
sucia y salvaje porque su madre lo dejaba a su suerte. Después de eso, gracias
a los cuidados de Santos, se convirtió en una persona diferente.

BIBLIOGRAFÍA
Rodríguez,Y, Bertha Arenia ,B & Garcia, I. (2012). Consecuencias Psicológicas
del Abuso Sexual Infantil. Eureka (Asunción) en Línea, 9(1), 58-68.
http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2220-
90262012000100007&lng=pt&tlng=es.
Pereda, N. (2009). Consecuencias psicológicas iniciales del abuso sexual
infantil. Papeles del Psicólogo, 30 (2), 3- 13. Recuperado de:
https://www.redalyc.org/pdf/778/77811726004.pdf
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Violencia, 23.ª ed., [versión 23.5 en línea]. <
https://dle.rae.es/violencia?m=form> [15 de julio de 2022].
Doña Bárbara: el ejercicio de la violencia como venganza del ultraje sexual

ENSAYO FINAL

Doña Bárbara: el ejercicio de la violencia como venganza del ultraje


sexual

Ruth Karina Curo Bohorquez


Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga
ruth.curo.13@unsch.edu.pe

Tocar, acosar, halagar y acechar a menudo no se consideran delitos penales y


están muy extendidos debido a una definición inadecuada de violencia sexual.
Ahora mismo, nuestro país no comprende el verdadero significado de "abuso
sexual", y debido a la ignorancia social y machista, este término se usa solo en
el sentido de penetración, etc. Por esta razón, se necesita una definición correcta de
violencia sexual. Según la última edición del Diccionario de la lengua española, la
cuarta acepción de la palabra violencia es: “Acción de violar a una persona”. La
Organización Mundial de la Salud (OMS) define la violencia como: “El uso
deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo,
contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga
muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos,
trastornos del desarrollo o privaciones”. (OPS, 2013). También, el Estudio
multipaís de la OMS (3) definió la violencia sexual como actos en los cuales una
mujer: fue forzada físicamente a tener relaciones sexuales en contra de su
voluntad; fue obligada a realizar un acto sexual que consideraba degradante o
humillante. En las siguientes líneas, primero expondré la violación sexual de la
adolescente Bárbara; segundo, la consecuencia psicológica de la violación
sufrida y tercero, el ejercicio de la violencia como venganza de Bárbara, que es
la idea principal para exponer este ensayo basado en la novela Doña Bárbara de
Rómulo Gallegos.
4. La violación sexual de la adolescente Bárbara
En la novela Doña Bárbara, el narrador nos relata que Barbarita trabajaba
de cocinera en una embarcación de ladrones y piratas. Ajena a sus fechorías,
despertaba los deseos de los bandoleros. Cierto día, un joven de nombre
Asdrúbal pide trabajo en la embarcación. El capitán, quien era el tutor de
Barbarita, lo acepta. Asdrúbal y Barbarita se hicieron amigos, al poco tiempo él
le enseñaba a leer, cosa que no le gustó al capitán. Pronto se enamoraron y
Asdrúbal le advirtió a Barbarita que su taita tenía la intención de venderla a un
turco leproso. Barbarita no podía creerlo. El capitán sospechó que Asdrúbal
podría estar interesado en ella, por lo que lo envió a asesinar. Más tarde,
comenzó una rebelión contra el capitán, y después de que fue asesinado, los
bandoleros violaron a Barbarita. Fue rescatada por un anciano llamado
Eustaquio, de quien se rumoraba que fue la primera persona que puso en
contacto a Barbarita con los brujos. Después de un tiempo, la fama de doña
Bárbara, mujer que tenía pacto con el Diablo, se extendió por toda la región.
Todas las noches, doña Bárbara y su “Socio” planeaban la forma de apoderarse
de todas las tierras de Arauca. Su primera víctima fue Lorenzo Barquero, quien,
al cabo de tratarla, cayó en una verdadera miseria humana con un alto grado de
alcoholismo y con una hija que ni la madre ni el padre atendieron. Los terrenos
de los Barqueros, así como una porción de Altamira, pasaron a ser propiedad de
doña Bárbara, quien bautizó su propiedad como “El Miedo”. Además, doña
Bárbara se reveló hábil en cualquier actividad desempeñada por los hombres;
lazaba, montaba caballos bravos, dirigía las peonadas y portaba revolver. Su
belleza era comparada a su codicia y crueldad.
5. La consecuencia psicológica de la violación sufrida
Los estudios muestran que la mayoría de las víctimas de violencia y abuso
sexual presentan secuelas, dentro de las que están desconfianza, miedo,
hostilidad hacia el género agresor (masculino), ansiedad, llantos frecuentes,
cambios repentinos de comportamiento, culpa, depresión y ansiedad,
aislamiento y rechazo de las relaciones sociales, venganza y otras
consecuencias. Por ejemplo, después de sufrir tal abuso, Bárbara presentó todos
los resultados ya mencionados. Y en la novela se refleja cuando dice:
ni el tiempo ni la quieta existencia de la ranchería donde se refugiaron, había
logrado aplacar la sombría tormenta de su corazón -una seño duro y tenaz le
surcaba la frente, un fuego maligno le brillaba en los ojos. Ya, solo rencores podían
abrigar su pecho, Maleficios del Camajay –Minarc– siniestra divinidad
orinoqueña–, y las terribles virtudes de las hierbas y raíces con que las indias
confeccionan la pusana para inflamar la lujuria, apasionándola de tal manera que
no vive sino para el hechizamiento del varón (p. 21)

En la novela, el narrador nos relata cómo Bárbara a causa de la violación


sufre un trauma psicológico, cambia drásticamente su personalidad. asimismo,
desarrolla el odio hacia el sexo masculino. Ella era una cacica y más conocida
como hechicera del Arauca, aconsejada por el diabólico socio ‹‹Ella se creía
realmente asistida de potencias sobrenaturales y a menudo hablaba de un
“Socio”. Según ella, era el propio milagroso Nazareno de Achaguas; […] y de
aquí se originó su pacto con el diablo›› (p.23). Estaba dominada por fuerzas
primitivas, fuerzas arbitrarias, violentas y siniestras. Usando los métodos más
violentos, bárbaros y crueles, confiscó haciendas cercanas y con la ayuda de
funcionarios corruptos, sicarios (el famoso Brujeador), Mister Danger o los
peones a su servicio. Doña Bárbara alguna vez fue una inocente Barbarita, una
doncella que se enamoró de Asdrúbal, quien intentó salvarla de destino cruel y
despiadado, pero fue asesinado y ella violada. Después de eso, la tierna
Barbarita desapareció y se convirtió en una mujer despiadada, enemiga del
varón y practicante de los rituales y la magia. Doña Bárbara era una verdadera
fiera, toda una mujerona, hermosa, bella, mestiza y sensual, pero rechazaba por
completo su feminidad.
Doña Bárbara: el ejercicio de la violencia como venganza del ultraje sexual

Bárbara, por su parte, utilizó violencia psicológica a raíz de la violación que


recibió. Lo hizo de muchas maneras: atemorizaba a todos los hombres del
Arauca, amenazaba a todos sus enemigos, explotaba a sus trabajadores,
insultaba a Balbino Paiba (amante de turno), humilló y ridiculizó a su hija.
Lorenzo Barquero vivió como los restos de un ser humano inmerso en una
adicción permanente. La culpable de esta vida destruida: doña Barbara.
6. El ejercicio de la violencia como venganza
Bárbara, la Devoradora de Hombres, en la novela recibe los nombres de
Dañera, Mujer Indomable, Cacica y Bruja del Arauca. Su odio por los hombres
nace a causa de la violación sufrida. A partir de ese momento, ella tiene una
naturaleza trágica y amenazante, y su odio implacable por los hombres y su vida
la llevarán a vengarse de él. Para ello, se apodera de todos los secretos de la
indiada con que pueda causarle algún maleficio. Se especializa en la confección
de brebajes afrodisíacos para destruirle la vitalidad y anular su voluntad. Y ella
se vuelve ladrona, y criminal, para eliminarlo, si fuere necesario, como
efectivamente ocurre. Y como todo rastro de amor ha desaparecido de su
naturaleza, solo se entregará a él por vicios o intereses.
Tal era la famosa Doña Bárbara: lujuria y superstición, codicia y crueldad, y allá
en el fondo del alma sombría una pequeña cosa pura y dolorosa: el recuerdo de
Asdrúbal, el amor que pudo hacerla buena (p.24)

El primer mensaje de ella estremece: «Esa es una mujer que ha fustaneado


a muchos hombres, y al que no trambuca con sus carantoñas lo compone con
un bebedizo o se lo amarra a las pretinas y hace con él lo que se le antoje, porque
también es faculta en brujerías. Y si es con el enemigo, no se le agua el ojo para
mandar quitarse de por delante a quien se le atraviese (…) Esa mujer tiene su
cementerio» (p.8). En el primer capítulo, Bonguero le cuenta a Santos Luzardo,
un joven licenciado en leyes que regresó de la ciudad a la Hacienda “Altamira”
de su familia, abandonada hace mucho tiempo, contigua a la ganadería de doña
Bárbara “El Miedo”. La terrateniente −combinación explosiva de amazonas,
hechiceros y caciques− impuso su ley en los llanos desde "El Miedo",
doblegando la voluntad de ganaderos, trabajadores y autoridades, y dominando
a las bestias.
Los Mondragones eran tres hermanos prófugos por crímenes. Ocupaban
una casa en las lindes de la hacienda de Doña Bárbara con la estrategia de
hacerla avanzar de tiempo en tiempo. La casa era fácil de desmontar y
reconstruir, la movían por las noches para ganar tierras para “la Dañera”. En
cambio, el Brujeador mató a los hombres que la doña ordenó a matar. Para las
puñaladas tenía a Melquíades, para las malas pasadas al mayordomo Balbino y
para los mandados a Juan Primito «un bobo con alternativas de lunático furioso»
Con los años, Bárbara aprendió a moverse entre las redes corruptas de la
región. Conoció a Lorenzo Barquero, un hombre adinerado, heredero de una
inmensa hacienda y guiada por el odio profundo que ha acumulado hacia los
hombres, decide conquistarlo para luego despojarlo de todos sus bienes.
Después de robarle la fortuna y la juventud, ella lo abandona, y el infeliz queda
cegado, ya degenerado de sus vicios, desprecia la vida y se entrega
perdidamente al alcohol. Entonces ella se convierte en una poderosa
terrateniente que por medios violentos irá apoderándose de las haciendas
vecinas.
Más aún, cuando la maternidad la dignificó, se avergonzaba de sí misma,
y su resentimiento hacia el hombre era mayor, ya que un hijo en sus entrañas
solo significaba una victoria más del macho. Por ello, niega a su amante Lorenzo
Barquero (su primera víctima) y repudia a su hija Marisela «que otros pechos
tuvieron que amamantar porque no quiso ni verla siquiera».
Años después, en un bosque cercano, Santos se topó con una niña vestida
en harapos, cuyo descuido en el hablar delataba una vida callejera: ‹‹Era una
muchacha, desgreñada y cubierta de inmundos harapos, que portaba un haz de
leña sobre la cabeza›› (p. 50). Santos le preguntó por la casa de Lorenzo
Barquero y la niña le contestó de mala gana. Lorenzo Barquero vivía en una
pocilga descuidada y sucia, su borrachera no conocía fin ‹‹Una vivienda
miserable, mitad caney, mitad choza, tal era la casa “Espectro de la Barquereña”
como por allí se le decía a Lorenzo Barquero. Sumamente flaco y macilento, una
verdadera ruina fisiológica, tenía los cabellos grises y todo el aspectro de un
viejo. Aunque apenas pasaba los cuarenta›› (p. 50).
Desatada de la codicia, se propuso ser dueña de todo el cajón del Arauca y
asesorada por Apolinar, comenzó a meterle pleitos a los vecinos, obteniendo de
la venalidad de los jueces lo que la justicia no pudiera reconocerle, y cuando ya
nada tenía que aprender del nuevo amante y todo el dinero de éste había sido
empleado en el fomento de la finca, recuperó su fiera independencia haciendo
desaparecer, de una manera misteriosa, a aquel hombre. Altamira, descuidada
por su dueño en manos de administradores fácilmente sobornables, fue la presa
predilecta de su ambición de dominio (p.23)

No se quitaba de la cintura la lanza y el revólver, ni los cargaba −encima solo para


intimidar−, si alguna razón de pura conveniencia la movía prodigar caricias, más
era hombruno tornar qué femenino entregarse […] (pp.23-24)

En conclusión, doña Bárbara era una mestiza de cuarenta años. Víctima de


unos piratas que abusaron sexualmente de ella durante su desafortunada
adolescencia. A partir de ese momento, el odio al hombre estimula todas sus
acciones. Ella era arbitraria, violenta, astuta, malhumorada y caprichosa, lo que
le valió el apodo de “Dañera” o la “Devoradora de hombres”. Pero para Santos
Luzardo, todavía se sentía muy emocionada. Se sentía intensamente excitada
por él. Sus formas contradictorias eran producto de su herencia mestiza y
reflejaban el comportamiento salvaje que los rodeaba. Su comportamiento era
una reacción al trauma que sufrió en su adolescencia, víctima de una violación.
En cambio, Marisela, la hija de doña Bárbara y Lorenzo Barquero, siempre lució
Doña Bárbara: el ejercicio de la violencia como venganza del ultraje sexual

sucia y salvaje porque su madre lo dejaba a su suerte. Después de eso, gracias


a los cuidados de Santos, se convirtió en una persona diferente.

BIBLIOGRAFÍA
Rodríguez,Y, Bertha Arenia ,B & Garcia, I. (2012). Consecuencias Psicológicas
del Abuso Sexual Infantil. Eureka (Asunción) en Línea, 9(1), 58-68.
http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2220-
90262012000100007&lng=pt&tlng=es.
Pereda, N. (2009). Consecuencias psicológicas iniciales del abuso sexual
infantil. Papeles del Psicólogo, 30 (2), 3- 13. Recuperado de:
https://www.redalyc.org/pdf/778/77811726004.pdf
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Violencia, 23.ª ed., [versión 23.5 en línea]. <
https://dle.rae.es/violencia?m=form> [15 de julio de 2022].

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