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política y programática. Para ser de izquierda se necesita abrazar la teoría marxista y bajo su luz
interpretar todos los fenómenos que ocurren en la sociedad mundial, continental y nacional,
sus causas y efectos, y a partir de ese diagnóstico plantear criterios de solución que conlleven a
la satisfacción de las mayorías. Asimismo, los postulados mariateguístas, son de vital
importancia respecto de nuestra realidad nacional, latinoamericana e inclusive mundial.
Es el Partido que con su práctica puede convencernos que no todo es utopía, que también
existen realidades, conquistando objetivos que, la educación oficial, la religión y los medios de
comunicación, nos transmitieron la idea que eran aspiraciones imposibles y que solamente una
sociedad dividida en clases era garantía de competitividad y avance social.
Reconocemos que en nuestro país existe un tipo de izquierda que solo vive para oponerse a
cualquier iniciativa, buena o mala, porque no se ha preparado para gobernar, menos sabrían
que hacer de llegar al poder. También existen las que al haber claudicado a su misión histórica
han optado por el camino del empresariado bancario, laboral, ONG, etc., generando una vil
traición al encargo popular.
Somos un partido forjado al interior del Perú Profundo, en los Andes del Perú, que no solo
cuestiona el centralismo forjado por los partidos de derecha, sino también la indiferencia de
algunos partidos de izquierda capitalina que, con su neutralidad “democrática”, permitieron la
consolidación del neoliberalismo en nuestra patria. Nuestros cuestionamientos los realizamos
con un espíritu constructivo, con argumentos objetivos y utilizando la herramienta de la crítica
como medio y no como fin.
PERÚ LIBRE es expresión contestataria de los pueblos marginados; palabra descentralista del
poder político y económico; expresión de las luchas antineoliberales contra dictadura del capital
o del mercado; expresión de nuestros derechos laborales; expresión del rescate de nuestras
empresas privatizadas y de nuestros recursos naturales; expresión del anhelo popular de un
nuevo modelo de producción; expresión de la restitución de los derechos fundamentales;
expresión de los derechos comunales andinos y amazónicos; expresión de un proyecto de país
y no de un proyecto de grupo empresarial; y finalmente expresión del internacionalismo
latinoamericano.
La historia nos demuestra que, desde Túpac Amaru II, la revolución peruana iniciada por él, aún
no ha concluido, razón por la cual este proyecto socialista debe evidenciar en sus
planteamientos y objetivos la trascendencia histórica del mismo, construyendo con
responsabilidad y coherencia un futuro distinto en beneficio de las grandes mayorías del país.
El Partido va en busca de una nueva sociedad, más equitativa, más justa, que rescate a sus hijos
de la esclavitud moderna en sus diversas variantes y métodos. Construir esa sociedad no es una
tarea fácil, implica luchar contra nichos de poder, empotrados secularmente no solo en sus
instituciones, sino en nuestras mentes.
Para lograr las aspiraciones del Partido debemos tener en cuenta que el Partido necesita en su
dirigencia, como el gobierno en sus funcionarios públicos, políticos altamente técnicos y
técnicos altamente políticos, ninguna de estas dos cualidades debe estar divorciada de la otra,
deben estar concatenadas, para que pueda marchar la maquinaria revolucionaria.