La Reina del Sur, a una llamada de la muerte

Crítica elaborada por Alex

(María Fernanda Ortiz Zamora)

Cuando decidí comenzar a leer este libro, genuinamente esperaba un drama telenovelesco
digno de Kate del Castillo, ya que investigando, descubrí que básicamente era la base para
la novela que había visto hace algunos años atrás y siéndole fiel a mi parte amante de todo
lo que es el drama y la farándula me vi muy inmersa a que pudiera ser una lectura amena.

No diré que es lo mejor que haya leído, ya que, reitero, este no es el género que suelo
consumir, aunque sí incluye romance y drama, no es el tema principal y creo que eso es
algo nuevo para mí; el sentirme donde Teresa estuvo o las emociones que vivió de una
forma muy bien explicada. Algo que también me sucedió es que esperaba, al igual que en la
novela, cierta romantización del mundo en el que vive, el ideal de una vida llena de riesgos
que al final no vienen a ella directamente, pero no. Es algo muy diferente a lo que se
muestra en pantalla, me agradó la parte en la que no se hace una glamourización de lo que
es vivir en el narcotráfico, te muestran de una forma increíblemente cruda que es la vida
dentro de todo el círculo, los vicios y las vidas que cobran, pero sobretodo: la corrupción
del gobierno mexicano y todo por dinero, drogas y poder.

Porque todo empieza desde el poder, desde el poseer o sentirse en la cima del mundo, sin
importar a quién se le afecte, ya sea el cártel contrario o un país entero porque, a pesar de
que la novela se mueve en España, las decisiones que toma Teresa o cualquier miembro de
otro cártel afectan directa y colateralmente a otras personas y naciones, matan con un
simple monosílabo al autorizar una carga o negar el paso de alguien. Las traiciones y el
odio, todo el hedonismo que existe en el mundo de las adicciones, pero dándonos cuenta de
lo duro y lo sola que se siente al final la protagonista y cada miembro del libro, ya que cada
que se quiere confiar en alguien o hacer un círculo más grande, termina recibiendo una
traición o alguien muere, alguien termina detrás de las rejas o peor, desapareciendo por
completo del mapa y sólo quedando unos restos que se envían como advertencia.

Me sentí estresada en algunos puntos del libro porque sabía que en cualquier momento
iban a matar a alguien, y a pesar de todo, la forma en la que este libro está redactado me
hace empatizar de cierta forma con ciertos personajes, sobre todo con Teresa, quien a
pesar de tomar las peores decisiones, sigue siendo una mujer a la que le tuve cierto respeto
por esas mismas decisiones y traté de comprender el lugar al que había llegado por las
duras situaciones que pasó. El hecho de que en cualquier llamada pudiera ser notificada de
alguna muerte, o ser anunciada la suya me causó mucho estrés pero sobre todo: una
empatía que no me gustó sentir.