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INDICE
CONTENIDOS Pág.
1. Introducción 3
- El corpus paulinum 3
2. Las cartas auténticas 3
- Desafíos del mundo griego 4
- Desafíos del judaísmo 4
- 1° Carta a los Tesalonicenses 4
- Carta a los filipenses 5
- Carta a Filemón 5
- 1° y 2° carta a los corintios 6
Actividad 1 8
- Carta a los Gálatas y Romanos 8
3. Contexto biográfico 9
- Nombres 9
- Infancia y juventud 10
- Condición social 11
- Formación 12
- Persecución a las iglesias 12
- Relatos de la vocación de Pablo 13
Actividad 2 15
- Relación de Pablo con los apóstoles 15
4. La asamblea de Jerusalén 17
- Situación y motivo de la Asamblea 18
- El ¿acuerdo? logrado 18
- La comunión de la mesa 20
Créditos 23
M1. U2
LAS CARTAS AUTÉNTICAS
Lo que Pablo dice de sí mismo
1. INTRODUCCIÓN
El corpus paulinum
De un total de trece cartas atribuidas por la tradición a San Pablo, podemos decir que siete
fueron efectivamente escritas por él; se las conoce como CARTAS AUTÉNTICAS.
El conjunto de las trece, se conoce como CORPUS PAULINUM (cuerpo paulino), o “el
CORPUS”. Estas 13 cartas no aparecieron sucesivamente, sino ya coleccionadas como una
obra completa, en un solo bloque. Se conocieron tardíamente, a principios del siglo II,
porque eran propiedad de las iglesias. Entre los siglos III y IV se agregó al Corpus, durante
mucho tiempo, la Carta a los hebreos. Hoy ya no.
La II Carta de Pedro 3, 14-16, habla de Pablo y dice:
“14. Por lo tanto, queridos, en espera de estos acontecimientos, esfuércense por ser
hallados en paz ante él, sin mancilla y sin tacha. 15. La paciencia de nuestro Señor júzguenla
como salvación, como lo escribió también Pablo, nuestro querido hermano, según la
sabiduría que le fue otorgada. 16. Lo escribe también en todas las cartas cuando habla en
ellas de esto. Aunque hay en ellas cosas difíciles de entender, que los ignorantes y los débiles
interpretan torcidamente, como también las demás Escrituras, para su propia perdición".
La II Carta de Pedro habla como si las cartas de Pablo ya estuvieran unidas en algún lugar; y
supone que ya formaban parte de la Sagrada Escritura. El que las publicó hizo un gran
trabajo previo de elaboración y compilación, a veces con mucho desorden, como se puede
notar al leer algunas de las cartas.
El papiro más antiguo, que contiene las cartas de Pablo juntas, es el papiro 46 (del año 200).
El que las coleccionó, no distinguió cuales podrían haber sido escritas efectivamente por
Pablo, y cuáles pertenecen a sus discípulos, porque todas tienen encabezados parecidos: “Yo,
Pablo”; “Pablo apóstol”, etc. Hoy sabemos que esto puede responder en algunos casos, al
fenómeno de pseudonimia, que comentamos en la Unidad anterior.
Y a partir de 4, 13ss insistirá en el hecho de que los muertos resucitarán. Los cristianos de
esta comunidad provienen del mundo griego, donde se acepta la idea de la inmortalidad del
alma, pero no la resurrección de los cuerpos. El mismo problema tendrá Pablo con los
cristianos de las comunidades de Corinto.
▪ Carta a los Filipenses
Filipos era una colonia militar
romana con muchos veteranos del
ejército retirados. Sus ciudadanos
eran ciudadanos romanos, lo cual
les daba ciertos privilegios como
estar exentos de algunos
impuestos. Es la comunidad
preferida de Pablo, y la primera
ciudad de Europa que evangeliza.
La carta no tiene unidad literaria, se nota que se reunieron pedazos de cartas de distintos
momentos de Pablo; entre ellos, partes escritas desde la cárcel. Los Filipenses le han enviado
dinero a Pablo y a un discípulo, Epafrodito, para que lo acompañe en la prisión. Pero
Epafrodito se enferma, y cuando mejora vuelve a Filipos, llevando esta carta de
agradecimiento de parte de Pablo.
Haciendo excepción a la regla que se había fijado de no ser mantenido por sus comunidades
y vivir solamente del dinero de su trabajo: "18. Ahora bien, ¿cuál es mi recompensa? Predicar el
Evangelio entregándolo gratuitamente, renunciando al derecho que me confiere el Evangelio." (1 Cor
9,18), Pablo acepta el dinero y la ayuda que le enviaron los Filipenses. Aunque la comunidad
no debía ser muy rica, le envió varias veces ayudas económicas, que Pablo recibió y que le
facilitaron la evangelización de Europa. Es de la única comunidad que aceptó ayuda.
Filipenses es quizá la carta más personal, más serena, y la menos dogmática de Pablo.
Hablará en ella de su drama íntimo, que le hace vivir entre dos fidelidades:
"21. pues para mí la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia. 22. Pero si el vivir en el
cuerpo significa para mí trabajo fecundo, no sé qué escoger... 23. Me siento apremiado
por las dos partes: por una parte, deseo partir y estar con Cristo, lo cual, ciertamente, es
con mucho lo mejor; 24. mas, por otra parte, quedarme en el cuerpo, es más necesario
para ustedes. " (Flp 1, 21-24)
▪ Carta a Filemón
Filemón, al igual que Filipenses
ha sido escrita desde la cárcel.
Más que una carta, es una breve
esquela, y la única dirigida a una
persona ya que Pablo siempre
escribe a comunidades.
Filemón es un cristiano amigo de
Pablo. Pablo le escribe con
motivo de Onésimo, un esclavo
de Filemón, que cayó preso y está con él. Pablo lo bautiza en la cárcel y, por lo tanto, esta es
una carta de recomendación.
En el siglo I, en el imperio romano, entre un cuarto y la mitad de la población era esclava, y
esta realidad no se cuestionaba. Pablo tampoco cuestiona la esclavitud como institución, ni
pide la libertad para Onésimo, pero entiende que “en Cristo Jesús ya no hay esclavos y hombres
libres” como dirá en la carta a los Gálatas (Gal 3,28). Lo que le importa es que, en Cristo,
muchas cosas cambian.
Filemón por ahora seguirá siendo el amo de Onésimo, pero no puede recibir a Onésimo
simplemente como a un esclavo recuperado, sino como a un nuevo hermano al que amar. Y
eso implica que los vínculos entre ellos y en el hogar tienen que cambiar porque desde el
evangelio, el siervo es igual a su señor.
Para nosotros puede resultar incomprensible la actitud de Pablo: el que más luchó por la
libertad de los creyentes, parece aquí desinteresado por una institución social
profundamente injusta como es la esclavitud. Hay que evitar el anacronismo de valorar el
problema desde la sensibilidad actual, y esperar de Pablo que llegara a soluciones aceptables
hoy.
Es evidente que Pablo acepta la esclavitud como un hecho social. Además, hay que tener en
cuenta que los cristianos no eran más que una pequeña minoría que pasaba desapercibida
en el imperio. Hubiera sido por lo tanto ineficaz, además de profundamente peligroso para
el futuro del incipiente movimiento, predicar la liberación social de los esclavos. Muchos
cristianos eran esclavos y Pablo no desconoce estos hechos. La propuesta paulina de una
forma de vida donde no debe haber diferencia alguna entre las clases sociales, ya supone
una verdadera revolución social.
En la Segunda Carta destacamos los capítulos 8 y 9, que serían circulares con instrucciones
para realizar la colecta a favor de las iglesias empobrecidas de Jerusalén.
En esta carta expone su evangelio detallada y serenamente para que los romanos tengan su
versión autorizada de lo que él predica entre los paganos.
De estas siete cartas tomaremos los datos que nos permitan reconstruir la persona,
la vida y la actividad del apóstol Pablo. Y, como ya dijimos, cuando sea necesario
enriqueceremos con el libro de los Hechos de los Apóstoles.
3. CONTEXTO BIOGRÁFICO
Pablo es un judío de la diáspora. El judaísmo es su hogar religioso; el helenismo es su mundo
cultural; y el imperio romano es su contexto social y político.
En el siglo I el imperio romano tenía entre 50 y 60 millones de habitantes. Una décima parte
(5 o 6 millones) eran judíos. En Roma vivían unos 60.000 judíos (prácticamente la misma
cantidad que en Jerusalén).
Frente al judaísmo de Palestina, el de la diáspora se caracterizaba por su apertura al mundo
greco-romano. Como minoría en el imperio, los judíos buscaron y obtuvieron privilegios: una
vida social autónoma; se los consideraban buenos súbditos del emperador romano; muchos
de ellos eran ciudadanos romanos, como Pablo. Tenían una cierta autonomía religiosa que
les permitía cumplir sus leyes particulares; estaban organizados en torno a las sinagogas;
gozaban de exención de leyes e impuestos. Vivían agrupados en barrios dentro de las
ciudades.
Nombres
En sus cartas Pablo siempre se presenta con el nombre de “PABLO”.
En Hechos, tenemos tres nombres:
* SAÚL
Es el nombre hebreo de Pablo. Saúl fue el primer rey de Israel, de la tribu de Benjamín, no
de la de Judá como David. Por lo que Pablo, que también es de la tribu de Benjamín, podría
haber llevado el nombre de Saúl en homenaje al antepasado más ilustre de la tribu.
Tres veces aparece el nombre de Saúl en boca de Jesús resucitado que llama a Pablo:
1. Cuando Lucas narra por primera vez la vocación de Pablo:
“…cayó en tierra y oyó una voz que le decía: Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?” (Hch 9,4).
* SAULÓS
Es el nombre hebreo Saúl, al que se le añade una terminación griega. En castellano decimos
Saulo.
“Saulo”, es la forma que usa Lucas para nombrar a Pablo hasta Hch 13,8 justo antes de su
primer viaje misionero. En 13,9 le cambia el nombre en la mitad del relato sin dar ninguna
explicación: “Entonces Saulo, también llamado Pablo, lleno de Espíritu Santo…”
* PABLO
A partir de Hch 13,9 Lucas usa el nombre Pablo, que es la forma latina o romana del griego
Saulo. El cambio a la forma latina coincide con que de ahora en adelante Pablo pasará a un
primer plano en los viajes: ya no será el ayudante de Bernabé, sino el verdadero jefe de la
misión.
Infancia y juventud
Probablemente nacido alrededor del año 5 d.C., sabemos muy poco de esa época de la vida
de Pablo. Leemos lo que él dice en dos de sus cartas:
“5. Circuncidado el octavo día; del linaje de Israel; de la tribu de Benjamín; hebreo e hijo de
hebreos; en cuanto a la Ley, fariseo; 6. en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en
cuanto a la justicia de la Ley, intachable”. (Filipenses 3, 5-6).
“Porque es hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es de orden
humano, 12. pues yo no lo recibí ni aprendí de hombre alguno, sino por revelación de
Jesucristo. 13. Pues ya están enterados de mi conducta anterior en el judaísmo, cuan
Pertenece a una familia judía, no tuvo contaminación de sangre. Pertenece también al grupo
más conservador (fariseo), muy preocupado de la observancia de la Ley y las tradiciones.
También por Hechos sabemos que nació en Tarso:
“3. Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero educado en esta ciudad (Jerusalén) e, instruido a los
pies de Gamaliel en la exacta observancia de la Ley de nuestros antepasados…” (Hch 22,3).
Pablo en sus cartas nunca menciona su lugar de nacimiento. Sabemos que era ciudadano
romano porque la ciudad de Tarso había recibido del emperador el privilegio de la
ciudadanía para sus habitantes (Hch 16,37; 22, 25-29).
Condición social
Pablo era un artesano textil, tejedor de lonas o fabricante de carpas (Hch 18,3). Toda su vida
ejerció este oficio (1 Cor 9, 13-15; 2 Cor 11,9; 1 Tes 2,9; 4,11).
Todo rabino judío estaba obligado al trabajo manual (1 Cor 4,12; Hch 20,24). En los
ambientes judíos este trabajo manual era propio de las clases medias.
En el imperio romano, en cambio, era habitual menospreciar a los que ejercían oficios
manuales.
Pablo siempre quiso vivir del propio trabajo, y no cargar a sus comunidades, aunque
pensaba que todo predicador tenía el derecho de ser sostenido por la comunidad.
Sobre su estado civil, Lucas guarda silencio. Solo de pasada refiere que tenía una hermana
en Jerusalén (Hch 23,16). No sabemos si era casado, viudo, célibe; solo sabemos por 1 Cor 7,
8-9 que cuando escribe esa carta, no tiene mujer.
Formación
Tuvo una buena formación helenística. Hay buen dominio del griego literario y familiaridad
con conceptos tomados de la política, de la literatura, y de la filosofía griega.
Está familiarizado con el mundo urbano, con los ambientes de la ciudad, templos, mercado,
foro, estadio, con los juegos griegos, con términos comerciales y jurídicos. Vivió en centros
culturales como Damasco, Tarso y Antioquía.
Aunque su lengua materna fue el griego, probablemente hablara también hebreo y arameo.
El estudio de la Biblia era materia obligada a partir de los cinco años. Los niños judíos en la
diáspora también recibían instrucción religiosa.
Pablo era judío y se comprendía como tal. Podemos pensar que sus primeros años los pasó
en la diáspora, pero tuvo que haber viajado después a Palestina para unirse a la comunidad
de fariseos, pues no consta que hubiera fariseos en la diáspora. Por eso podemos suponer
que se hizo miembro de la comunidad de fariseos en Palestina.
también cartas para los hermanos de Damasco y me puse en camino con intención de traer
encadenados a Jerusalén a todos los que allí había, para que fueran castigados.” (Hch 22,
4-5).
“9. Yo, pues, me había creído obligado a combatir con todos los medios el nombre de Jesús,
el Nazoreo. 10. Así lo hice en Jerusalén y, con poderes recibidos de los Sumos Sacerdotes, yo
mismo encerré a muchos creyentes en las cárceles y daba mi visto bueno cuando se los
condenaba a muerte. Frecuentemente recorría todas las sinagogas y, a fuerza de castigos,
les obligaba a retractarse de su fe. Y era tal el furor que me movía contra ellos, que los
perseguía hasta en las ciudades extranjeras. 12. En ese empeño me dirigí a Damasco con
plenos poderes y la autorización de los sumos sacerdotes.” (Hch 26, 9-12).
- “le pidió cartas para las sinagogas de Damasco” para buscar presos y llevarlos a
Jerusalén. Este dato suena muy raro para algunos exégetas, porque Damasco pertenece a
la provincia romana de Siria, y Jerusalén a la provincia romana de Judea, y la autoridad
romana de Damasco estaba por encima de la de Jerusalén.
- “daba mi visto bueno” (o sea “votaba”) cuando se los condenaba a muerte. Si Pablo
votaba es que era miembro del Sanedrín. Pero ni el resto de Hechos ni las cartas de Pablo
corroboran este dato.
Pablo insiste que su vocación tuvo que ver con una experiencia directa de Jesús resucitado.
Por eso defenderá tan fuertemente durante su vida su condición de apóstol, porque el
mismo que llamó a Pedro para evangelizar a los judíos, lo llamó a él para evangelizar a los
paganos.
- “me separó desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia”,
Recuerda la vocación del profeta Jeremías: “5. Antes de haberte formado yo en el seno materno,
te conocía, y antes que nacieses, te tenía consagrado: yo profeta de las naciones te constituí” (Jr 1,5).
El Siervo de Yahveh, es una figura enigmática de la segunda parte del libro de Isaías, elegido
por Dios para llevar la Buena Nueva a los paganos.
Es decir que Pablo se coloca en la línea de los grandes profetas del Antiguo Testamento para
describir su vocación: una vocación universal, al servicio de todos los pueblos y no solo del
judaísmo. No da ningún detalle más.
Muchos han tratado de explicar el gran cambio experimentado por Pablo, desde factores
políticos, religiosos, psicológicos u otros. Pero todos acaban en el misterio: es una
intervención de Dios que está más allá de todo lo humano. En Gálatas 1,15 él mismo dirá:
“Aquel que me llamó por su gracia…”. Unos versículos antes, se había presentado como el
fariseo perseguidor de cristianos; o sea que no era él, el más indicado para tener ese cambio.
Sucedió por pura gracia.
ACTIVIDAD 2
Vamos a tomar los tres relatos de la vocación de Pablo que aparecen en el libro de
Hechos (Hch 9, 1-19; Hch 22, 5-16; Hch 26, 10-18):
1) Lea comparativamente los tres relatos citados
2) Busque cinco elementos en los que concuerden los tres relatos
3) Especifique la importancia de lo vivido por Pablo, tanto para la trayectoria de su
vida, como para la de las iglesias nacientes
- “me fui a Arabia”: ninguno de los tres relatos de Hechos menciona que Pablo haya
ido a Arabia. Nos gusta pensar, con algunos autores, que esta ida a Arabia significa
para Pablo un tiempo de silencio y desierto para poder procesar la experiencia que
había tenido.
- “no vi a ningún otro apóstol”: a los tres años de su experiencia, subió a Jerusalén y
vio a Cefas (Pedro) y a ningún otro apóstol.
Hechos da una versión muy distinta, afirmando que Pablo conoció a todos los apóstoles y
andaba con ellos, y predicaba con ellos.
"26. Llegó a Jerusalén e intentaba juntarse con los discípulos; pero todos le tenían miedo,
no creyendo que fuese discípulo. 27. Entonces Bernabé le tomó y le presentó a los
apóstoles y les contó cómo había visto al Señor en el camino y que le había hablado y
cómo había predicado con valentía en Damasco en el nombre de Jesús. 28. Andaba con
ellos por Jerusalén, predicando valientemente en el nombre del Señor. 29. Hablaba
también y discutía con los helenistas; pero éstos intentaban matarle. 30. Los hermanos, al
saberlo, le llevaron a Cesarea y le hicieron marchar a Tarso." Hch 9, 26-30.
4. LA ASAMBLEA DE JERUSALÉN
(Gál 2, 1-10; Hch 15, 1-35)
La comunidad de Antioquía tuvo un conflicto con los de
Jerusalén, que quedó reflejado tanto en la carta a los
Gálatas como en el libro de Hechos, aunque con
resultado diferente.
Como ya dijimos, las comunidades que fueron
surgiendo en Jerusalén estaban formadas mayormente
por gente venida del judaísmo, y algunas pocas
personas individuales venidas del paganismo como el
centurión Cornelio (Hch 10,1 – 11,18), o el eunuco
etíope (Hch 8, 26-40).
Pero en la comunidad de Antioquía el ingreso masivo de
gentiles generó una nueva situación, que hizo entrar en
conflicto mentalidades y costumbres diferentes.
Decidieron viajar a Jerusalén Pablo, Bernabé y Tito para conversar el rumbo a seguir.
A Pablo le preocupaba saber si estaba trabajando en vano con los gentiles; subirá a Jerusalén
a exponer su evangelio.
Pablo habla de catorce años, que están contados a partir del momento de su vocación. Hay
que pensar entonces en los años 48 o 49 como fecha de la asamblea que terminó teniendo
lugar en Jerusalén. Hechos la pone después del primer viaje de Pablo.
Hechos nos ayuda a reconstruir la situación:
“1. Bajaron algunos de Judea que adoctrinaban así a los hermanos: “Si no se circuncidan
conforme a la costumbre mosaica, no pueden salvarse”. 2. Esto fue ocasión de una
acalorada discusión de Pablo y Bernabé contra ellos. Así que decidieron que Pablo y
Bernabé y algunos más de ellos subieran a Jerusalén, donde los apóstoles y presbíteros,
para tratar esta cuestión.” (Hch 15, 1-2).
¿Quiénes son los que “bajaron” de Judea y se dirigieron a Antioquía para exigirle a Pablo la
circuncisión tanto de judíos como de gentiles que se hacían cristianos?
Pablo hace referencia a ellos en Gálatas, del siguiente modo:
"4. Y eso que hubo intrusos, falsos hermanos que solapadamente se infiltraron para
espiar la libertad que tenemos en Cristo Jesús, con el fin de reducirnos a esclavitud, 5. a
quienes ni por un instante cedimos, sometiéndonos, a fin de salvaguardar para ustedes la
verdad del Evangelio..." (Gal 2, 4-5).
En el v.12 se especifica que estos “intrusos, falsos hermanos”, son “…algunos del grupo de
Santiago…” (Gal 2,12).
En las comunidades de Jerusalén, presidía Santiago “el hermano del Señor”, que
representaba el sector más cerrado del judeo- cristianismo. Muchos de sus seguidores eran
fariseos que habían ingresado al cristianismo. Santiago y su grupo pretendían que los
paganos cumplieran con algunas prácticas propias del judaísmo.
Pero la comunidad de Antioquía vivía el evangelio, y ya no practicaba la Ley de Moisés
porque las promesas de Dios se cumplieron en Jesucristo.
El ¿acuerdo? logrado
Según Hechos, Santiago pone algunas prescripciones mínimas que tuvieron que aceptar.
Incluso se redacta una carta que llevaron a la iglesia de Antioquía para informarla de lo
decidido:
"28. Que hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros no imponerles más cargas que éstas
indispensables: 29. abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de la sangre, de los animales
estrangulados y de la impureza. Harán bien en guardarse de estas cosas. Adiós.»" (Hch
15, 28-29)
Son todas prescripciones basadas en ordenanzas del libro del Levítico para paganos
residentes en Jerusalén (Lv 17-18):
- No comer carne que se ha ofrecido en sacrificio a otros dioses tiene que ver con la
concepción de que se entra en comunión con lo que se come, por lo cual esa carne
los haría entrar en comunión con ídolos o dioses falsos.
- Abstenerse de la sangre, porque la sangre era la expresión de la vida, que solo
pertenece a Dios.
- La prohibición de consumir animales estrangulados, está relacionada con la anterior:
cuando se mata un animal hay que desangrarlo totalmente para poder comerlo. Si un
animal murió por estrangulamiento, no hay seguridad del desangrado.
- Evitar la “impureza”, se refiere a evitar uniones que el Levítico considera ilegales,
como aquellas entre consanguíneos.
Sin embargo, Pablo en Gálatas asegura que no hubo ninguna imposición:
"6. Y de parte de los que eran tenidos por notables, ¡qué me importa lo que fuesen!, en
Dios no hay acepción de personas. En todo caso, los notables, nada nuevo me
impusieron." (Gal 2,6).
Y continúa:
"9. y reconociendo la gracia que me había sido concedida, Santiago, Cefas y Juan, que
eran considerados como columnas, nos tendieron la mano en señal de comunión a mí y a
Bernabé: nosotros nos iríamos a los gentiles y ellos a los circuncisos; 10. Solamente nos
recomendaron que nos acordáramos de los pobres, cosa que he procurado cumplir con
todo esmero." (Gal 2, 9-10)
La versión de Pablo no alude en ningún momento a prescripciones que tuvieran que cumplir;
ni siquiera menciona el hecho de haber llegado a un acuerdo.
Más arriba dijimos que Pablo trataba a los dirigentes de Jerusalén con cierto desdén. Aquí
los llama “las columnas”, o “los notables” y dice, ¡qué me importa lo que fuesen!, en Dios no hay
acepción de personas. Esta frontalidad, y a su vez, esta seguridad en sí mismo y en su misión,
le traerán no pocos problemas y enemigos. (Lo veremos en la próxima unidad).
Lo que queda claro en el v.9 es que hubo una división en los campos de misión: Pablo se
ocuparía de los gentiles, y los otros (Santiago, Cefas y Juan) irían a los judíos. Esta división es
muy profunda porque no se trata sólo de territorios de misión, sino que se están aceptando
dos modos de vivir el evangelio: unos con las exigencias de la Ley y otros sin ella. Sin
embargo, debía quedar intacta la comunión. Este era el bien que había que salvaguardar por
encima de todo; y se encontró la forma de hacerlo por medio de esta cláusula: “tener
presentes a los pobres”. El signo de la comunión sería la caridad de los cristianos venidos del
paganismo para con los empobrecidos de Jerusalén.
Así lo entendió Pablo, y la forma concreta de ocuparse de los pobres fue realizar una colecta
entre sus iglesias de Macedonia y Acaya para ayudar a las comunidades de Jerusalén que
estaban pasando necesidad:
"1. En cuanto a la colecta en favor de los santos, hagan también ustedes tal como mandé
a las Iglesias de Galacia. 2. Cada primer día de la semana, cada uno de ustedes reserve
en su casa lo que haya podido ahorrar, de modo que no se hagan las colectas cuando
llegue yo. 3.Cuando me halle ahí, enviaré a los que hayan considerado dignos,
acompañados de cartas, para que lleven a Jerusalén su generosidad. 4. Y si vale la pena
de que vaya también yo, irán conmigo." (1 Cor 16, 1-4).
La comunión de mesa
¿Pueden los cristianos venidos del judaísmo comer junto con los que vienen de la gentilidad,
en las mismas mesas? ¿O debe haber separación de mesas como era la práctica habitual en
las comunidades de Jerusalén? Este es un tema que la Asamblea de Jerusalén no abordó.
Ya se ha mencionado que algunos miembros de las comunidades de Jerusalén seguían
exigiendo la separación de la mesa con respecto a los paganos que se integraban en la
comunidad de Antioquía sin haber aceptado la circuncisión. Para ellos, estos miembros
seguían siendo paganos, y por lo tanto impuros, y por eso no podían comer juntos (Hch 11,2;
Gal 2,12).
San Pablo, por el contrario, considera a los creyentes en Cristo no judíos, como verdaderos
miembros del Pueblo de Dios y herederos de los títulos gloriosos de Israel, como se ve por
los saludos de sus cartas, en los que no hace diferencia entre los venidos del judaísmo y los
venidos del paganismo (a ambos llama santos…elegidos…amados de Dios; títulos que
originalmente eran del pueblo de Israel; ver: Rom 1, 6-7; 1 Cor 1,2; 2 Cor 1,1).
Como en la comunidad de Antioquía se vivía libres de los “signos de la identidad judía”, no
había separación de mesas. Comían todos juntos, incluso Pedro cuando estaba en Antioquía,
aun siendo él judío, participaba de la mesa común. También Bernabé.
El que estaba sentado junto a mí se dio cuenta y me preguntó si me parecía bien. Yo dije que no.
Él volvió a preguntarme: “Entonces, ¿qué costumbre sigues tú?” Pongo a todos lo mismo, porque
cuando invito, lo hago para cenar, no para establecer diferencias. A quien he colocado en
igualdad admitiéndolo a mi mesa, lo trato como un igual en todos los aspectos. “¿También a los
libertos (persona libre que anteriormente fue esclavo), pregunto?” “También, porque en tal
ocasión no los veo como libertos, sino como compañeros”. Él me dijo “te debe de salir muy caro”.
“En absoluto”. Me volvió a preguntar cómo era esto posible y yo le dije: “Porque mis libertos no
beben el mismo vino que yo, sino que yo bebo el suyo”.
Cuando llegaron los partidarios de Santiago, quizá Pedro quiso contemporizar. Pero para
Pablo esto fue un terrible acto de hipocresía, porque la separación de mesas cuestiona la
unidad de la fe en Cristo de judíos y gentiles. Pedro estaba recayendo en el legalismo judío.
Este incidente dio pie a Pablo para comenzar a fundar sus propias comunidades, libres de las
prescripciones de la ley de Moisés. En adelante, Pablo, no se sentirá obligado a rendir
cuentas a nadie (“… mi juez es el Señor” 1 Cor 4,4).
La predicación no hubiera llegado a Europa si no se hubiera producido este incidente. Pablo
se desliga de la tutela de Antioquía y se lanza a la misión universal.
Tarea 1
La unidad 2 y 3 tienen como actividad una tarea. La consigna se
dará en la próxima unidad.