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1) Alejandro Magno forjó un vasto imperio euroasiático al conquistar el Imperio Persa y territorios en Asia, pero su arrogancia y ambición lo llevaron a intentar conquistas cada vez mayores.
2) Sus tropas se amotinaron y enfermaron durante la invasión de la India, forzándolo a retirarse.
3) Aunque Alejandro murió repentinamente en 323 a.C., su imperio dejó una profunda huella cultural en las tierras que conquistó antes de fragmentarse tras su muerte.
1) Alejandro Magno forjó un vasto imperio euroasiático al conquistar el Imperio Persa y territorios en Asia, pero su arrogancia y ambición lo llevaron a intentar conquistas cada vez mayores.
2) Sus tropas se amotinaron y enfermaron durante la invasión de la India, forzándolo a retirarse.
3) Aunque Alejandro murió repentinamente en 323 a.C., su imperio dejó una profunda huella cultural en las tierras que conquistó antes de fragmentarse tras su muerte.
1) Alejandro Magno forjó un vasto imperio euroasiático al conquistar el Imperio Persa y territorios en Asia, pero su arrogancia y ambición lo llevaron a intentar conquistas cada vez mayores.
2) Sus tropas se amotinaron y enfermaron durante la invasión de la India, forzándolo a retirarse.
3) Aunque Alejandro murió repentinamente en 323 a.C., su imperio dejó una profunda huella cultural en las tierras que conquistó antes de fragmentarse tras su muerte.
Al añadir el vasto dominio persa a su reino balcánico, Alejandro forjó un imperio
euroasiático de una extensión sin precedentes. Sin embargo, no le bastó: el conquistador ignoró la lección griega acerca de lo peligrosa que puede llegar a ser la arrogancia, y se aventuró con insolencia en la consecución de más territorios; más de lo que cualquier hombre podría lograr de forma realista. Sometió a Bactriana (en la actual Afganistán) y se casó con Roxana, la hija de un jefe bactriano. Luego invadió la India en el 327 a.C. y cruzó el río Indo, la frontera más lejana del antiguo Imperio Persa. La llegada de los monzones actuó de forma implacable sobre las tropas de Alejandro, que enfermaron de fiebre y se amotinaron hasta que, en el 325 a.C., se dieron la vuelta.
El genio de Alejandro no era político ni diplomático, sino militar. Hizo esfuerzos
irregulares para organizar su enorme imperio al estilo de los persas; contrató a funcionarios persas y se casó con princesas persas (al igual que docenas de sus comandantes). Muchos macedonios sintieron que depositaba demasiada confianza en personas que todavía eran consideradas enemigas, y los griegos sólo aceptaron a regañadientes su particular petición de ser reconocido tan divino como algunos monarcas de Oriente Próximo. "Si Alejandro quiere ser un dios", observaron los espartanos con escepticismo, "dejadle que sea un dios".
Alejandro el mortal murió repentinamente (quizá de fiebre tifoidea) en Babilonia en el
323 a.C. Su imperio se fracturó tras su muerte, pero esas tierras ya habían cambiado para siempre, impregnadas de la cultura y el espíritu cosmopolita de un mundo griego más amplio que nació gracias a Alejandro.