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11 escritores cubanos

Tlatelolco, veinte años después


Encuentro de estudios literarios
A
Educación popular en Nuestra América
\
SI M E P E R M I T E N HABLAR:I
LA LUCHA POR EL PODER I d

Ir is nor eas,. ro avoid rhe solace o f ' ~ i n i ~ e r s n 1 s Jean Franco

Durante los últimos años se han cuestionado Tanto en la América Latina como e n los paí-
varios de los supuestos en que se basaban las his-
torias de la literatura latinoamericana, a la vez que
ses metropolitanos lo que empezó como una rei-
vindicación frente a la exclusión y la desvaloriza- 1
se ha registrado un creciente interés en las histo- ción de la mujer rápidamente se ha convertido en
rias suprimidas u ocultas por el discurso nacional una pluralidad de programas: el feminismo libe-
-desde las literaturas indígenas hasta los géneros ral, el feminismo radical y el feminismo socialista.
antes considerados como marginales: autobio- La crítica literaria feminista en los Estados Uni-
grafías, memorias, diarios y testimonios-' La dos, que al principio se preocupaba por la imagen
afirmación de lo heterogéneo de la producción de la mujer en la literatura o el problema de repre-
c~:ituralde la América Latina ' puede considerar- sentarse como autora en una tradición que supo-
se conio uno de los aspectos positivos de la des- nía que el acto creador fuera masculino, o por la
confianza generada por el posmodernismo hacia escritura de mujeres como la expresión de su si-
cualquier relato maestro o totalizador.' tuación ' rápidamente se transformaba bajo la
La crítica feminista forma parte de este movi- presión de teorías posestructuralistas que des-
miento de revalorización. ' En los primeros años, truían cualquier concepto de identidad. ) postula-
se perfilaba como una crítica de desagravio, desti- ban a "la mujer" como una construcción ideoló_~i-
nada a la doble tarea de la desmistificación de la ca; y. por otro. bajo la presión política de las
ideología patriarcal y a la arqueología literaria. mujeres de color (ir-omeno/color)-término inven-
I Se pueden senalar los trabajosdel Institutode ldeologias y Liieraturade tado expresamente para incluir a mujeres hispanas y
Miiinesota. especialmenie los ensayos de Hernán Vidal. los ensdjos negras-se ha formado una conciencia de los su-
de Ángel Rama. sobre todo L a ciudad Ierrada. Ediciones del Norte.
1984. Beatriz González Siephan. en L a hizroriografia rlel lihrrnlisi~ro puestos racistas de teorías que toman por universa-
hispanoamericano del siglo X I X . La Habana. Casa de las Americ;is. les-definiciones de la familia, de las relaciones se-
1987. examina el concepto de literatura nacional.
2 Antonio Cornejo Polar: Sobre lirerarura y cririca lar~nooiiirnc~nii<i.C;I- xuales, de la emancipación personal y que en
racas. Universidad Central de Venezuela. 1982. realidad son aspectos de la cultura dominante."
3 Ejemplificado por el libro de Ernesto Laclau y Chanial Mouffe: Il<ro-
inonv anrl Socialisr S r r a r e ~ v Towards
. a Rarlical Drniocroric. Poliri<.s. 5 Sandra M. Gilbert y Susiin Gubar: Tlir M o i l i i i ~ i ~ r111
r ~ ~rh(,
i .Arri<.
~ o n d r e s .Verso, 1985. Thr Wo~iiatiWrirrr oiirl thr :V'iirc~rc~riirh
Cí'~rrrici-Lihcrnl I ~ r i ~ i , g ~ i r ~ ~ r i r i i i .
4 Verse. por ejemplo. T o r i l H o i : SexualiTexrual Polirics. f i i i i i n i i r Lile,- Yale tiniversit) Press. 1979.
ron. ~ l i r r ~ n . . ~ o n dvr~e us e v York.
a Meihue. 1985: Chris Wccdon: /-c.- h I'or ejemplo. Cherrie Moraga. Glorio Anozülduü: T1ii.s B r i ~ l g c ~ C n l l c ~ l i i i i
r~ii;iisr~ r n c . r i c rnnrl ~osrsrrucrura/isr T h e o v . Londrcs. Bnsil I3l;icl- Bnc.h. Wririrr,g hi. R(i(1ii-01 H r~titrii111C111rir.Nueva Yori.. Kiichcn T,I-
88 WCII. 1987. blc. 1981.
Lejos de ser síntomas de la debilidad, estas literaria, se registran las mismas tendencias
diferencias en el seno del feminismo han permiti- críticas y al mismo tiempo un esfuerzo pordeslin-
do una mayor profundización del debate, hasta dar el pro blema de la mujer en términos adecua-
poder afirmarse que no existe una disciplina que dos a la América Latina. La crítica al eurocentris-
no haya sido expuesta a un examen de sus bases mo, la pregunta sobre la especificidad de la
por la critica feminista. -Además de esta critica América Latina que se encuentra en la crítica cul-
que supone una subversión de las bases de las dis- tural latinoamericana, se refleja en la crítica femi-
nista. Sin embargo, por varias razones (entre las
ciplinas, hay ciertas preocupaciones comunes
cuales se pueden incluir los interminables chistes
que desbordan los límites disciplinarios, por
sobre mujeres, la burla, la valorización de la mu-
une0 ejemplo, la cuestión del origen de la opresión fe- jer únicamente como objeto sexual), la autorefle-
menina: para algunos, coincidente con el capita- xión de la mujer todavía no ha llegado a articular-
lismo, mientras para otras se remonta al inter- se plenamente.
cambio de la mujer en sociedades "primitivas"; 'la Como voy a demostrar en mi ponencia, sin
1s pai- preocupación por la constitución del sujeto "mu- embargo, no es simplemente un problema de ac- O
.S
la rei- jer". O basándose en la teoría freudiana 90 en ceso a los medios de comunicación. Se trata de un Uu
oriza- otras teorías sociosicológicas (internalización de problema que la mujer comparte con otros grupos L
do en
libe-
relaciones objetivas).'"
La importancia de esta crítica puede juzgarse
subalternos, problema que es todavía más difícil
de formular cuando el concepto "género sexuá. '
9
u
.S
ilista. por la reacción negativa conservadora. En un li- no se ha aceptado como categoría de análisis tan 4
Uni-
agen
:pre-
I bro muy cotizado, The Closing of the A m e r i c c r i r
Mind, que defiende los valores "occidentales",
amenazados por el sistema educacional liberal,
válida como "clase" o "etnia".I2
Todo el mundo recuerda la intemenciór de
Domitila en las reuniones del año internacional
-
C
4

O
L
4
upo- Bloom señala al feminismo como el enemigo más de la mujer, en 1976, cuando niega la sororidad
u
or la reciente de tales valores.!' por el sistema educa- dela mujer y se dirige a las mujeres latinas de la 5
U SI- cional clase media como a Betty Friedan cuando pre- 9
o la Si el feminismo ocupa una posición francoti- gunta: "¿de qué igualdad vamos a hablar entre no- 2
sotras? Si usted y yo no nos parecemos, si usted y i'
des- radora en la crítica norteamericana, no es así en la 2
ula- América Latina. en donde hay un justificable re- yo somos tan diferentes. Nosotros no podemos, Q
u
5gi- en este momento, ser iguales, aún como muje- -f:
celo ante teorías metropolitanas y una insistencia
las en la especificidad de la experiencia latinoameri-
res..."" La interrupción de Domitila evidente-
mente marca la destrucción de una falsa universa- --s
U

en-
is )'
cana que hace que muchas mujeres rehusen de-
nominarse feministas. Sin embargo, en congre-
lidad, pero no afecta la importancia del concepto E4
género sexual que en el mismo libro Domitila tie-
SU- I sos de escritores y en las reuniones sobre crítica ne que introducir para hablar del día doble de tr,i-
sa- Por ejcnipio. Alics Jiirdine: GI-tirsis C o r ~ l i , v i t r < l i i o ~o/' i s Worne~ia n d bajo. G
se- . \ I r ~ r / i ~ r t i t r ~ . C o r nLenl il v e r s i i ! Press. 1985. que rexamina el psnsa-
Es interesante que el género de discurso que
\

en n i i c n i u d s Hsids-$sr. Dcrridn Foucnuli ! Lacan. Véase i a m b i i n .


S s ! l ~ iBr.nh.ibib !. Drucillo C o r n e l l : Fcitiiti~iiios C r ~ r i q i r r . U n i v e r s i i ! . o f "permite" hablar a Domitila es el "testimonio". El
2e

i1.
8
M i n n s s o i ; ~Press. 1987
Gil! Is K u b i n : T l i ~T r o l i ~ icr i H ' i ~ i ~ i oSor1~s
i.
término, testimonio, se ha usado de manera ge-
ori rtio P ~ ~ l i r i c Eo cl o r i ~ ~ i u! i/.'
neral para incluir una variedad de textos. En esta
8
ili.
Si,i-. i n R;i!nii R. Reiicr ( ? d . ) . Toit.orils o ~ .4trrtiropolr1.~i. i u/ Wo~~irrr. S
Nucvii Y o r k . \lonihl!. Revieu Press. 1975.
si Julisi \ l i t ~ . h e l l : P s ~ c l i r ~ n r i i ~ l i otiil
~ s i s F ~ ~ t t i i i ~ i sNuei,a
iii. Y o r k . Viniage 12 Por ejemplo. Latin Americanand Caribbean W o m e n ' s C o l l e c t i v e : S t a - 4
1,'' ves o ~ S 1 o i . r The ~ . C h o l l e n g e ( ~L/ a r i n Arnerican Women. Londres. Zed

e
Prsss. 1975. Véase innibien Luce Irig;ir;i!.. S p r c ~ r l i t ~t il ir l ' d i r r r c F(.tirrrir.
11. Press. 1983. Sobre "género sexual" c o m o categoria analítica. vease.
p.,ir!>.
' . M i n u i i . 1971.

IO h'iincy C h o d o r o w : Ttic R ~ p r i r i l i i c r i i ~ r(!/r .Mititicri~ig.Berkeie!.. U n i v e r - J o a n S c o i i : Gender and rtie Polirics ul'Hisrory. C o l u m b i a University
sil! o í Ciilifornid Prsss. 1975. Press. 1988.
1 1 ..illiin B l o o m : T / ~ I ~ C I O S ~ ~ ~ ., J ~l i t i~~ lB~. l /o 'o ~ ~/ i ~r ~~~I t~gi i lri. o~~- ~ ~~ i~. 13I M I o~e m ~ mI a~Viezzer:
~ ~ I S i inepe;niiren hablor. resrimonio d e d o m i r i l a , u n a
~ i oLjtiiv<,rriri.Prc.rj. I'f~Yí. i ~ i i ! i c rtlt7 las t ~ i i t i a sd e Bo!il<ia. iMéxico. Siglo XXI. 1977. p. 225. 89
l
ponencia tomo en cuenta aquellos textos en menino en un determinado momento nos importa1
q u e un testigo habla para contestar a un interlo- lleva a un entendimiento de la articulación entre món Q
cutor implícito. Esta forma de composición supo- saber poder. .4si el "falocentrisnio" o "falologo- demueh'
ne una distancia y un diálogo desde posiciones centrismo" no tiene que ver con la exclusión de de disci
diferentes-intelectuallactivista, extranjeralindi- las mujeres del poder. aunque si puede influir en En
gena. escrituraloralidad. clase niedialclase traba- esta exclusión si no alude a un sistema institucio- Allon
nalizado. con sus prácticas J. sus géneros discursi- cuerpo
jadora-, como se puede apreciar de una lectura
de Si m e perrnirerl hablar, resrimonio de Dornirila, \.os. Ha!. más. El término "género" en español cu- 1 ble. sie,
gación.
Me llanlo Rigoberra Mencllri. ' Este dialogismo e n - bre dos sistemas diferentes !. sin embargo
tre distintas posiciones sociales se encuentra
también reproducido en algunas novelas escritas
por mujeres: por ejemplo, Conversación alsur; d e
conesos: el sistema del género sexual J . el sistema
de los géneros del discurso. , el cuer
vidia S
LL
Bajtin define los géneros del discurso como
Marta Traba. A llora da esrreia, de Clarice Lispec- relaciones comunicacicnales establecidas entre integr'
tor. y Hasta no verrc Jesris tnc'o, de Elena Ponia- un sujeto con otros sujetos. El mandamiento. el ganiz
towska. didlogo entre personas. la petición, las convencio- esta i r
La cuestión implícita de estos textos es cómo nes de cortesia. etc: son ejemplos de discursos , ejercil
hacer hablar a la niujer subalterna o marginada priniarios que son utilizados e n gineros secunda- discu
dada la jerarquía que supone la posición de la in- rios como 13 literatura. Para Bajtin. es e1 interlo- admo
terlocutora. Ademis, "hacer hablar al subalterno" cutor quien define el género: "Cada época. cada món
ha sido históricamente una estrategia mediante la tendencia literari~iJ. estilo artístico-literario en de ci
cual el saber se usa para asentar el poder. T e n e - ' su época o tendencia se caracteriza por sus con- excli
mos q u e entender no solo quién hace hablar a la ceptos particulares del interlocutor de la obra, un cati\
subalterna y para qué. sino darnos cuenta tam- sentido especial h- una comprehensión del lector. ba ei
bién de los géneros de discursos q u s "permiten auditorio. público o pueblo." "Desde el nioniento Jues
hablar". He aquí el problema. porque la situación en que el h:iblante se instala en una cadena se- 1 te P k
de la mujsr no puede ser simplemente absorbida mántica >.aprsconstituida. anuncia su intención !- mu!
como fcima regional de un problema inis general do c
!a de !a subalternidad.
Empecemos por recoroar que la distinción
entra en diálogo con otros textos abierta o impli-
citaniente. Tales inter\.enciones son siempre es- 1 Elc
pecificas !. concrstas. 5. la palabra sisnipre dsniar- Iigii
entre masculino jf femenino no es una distinción nei
ca relaciones no duales sino un trío de relaciones:
entre otras, sino que apoya toda una serie de dico-
toniias - nientelcuerpo, ordenldesorden. solllu-
hablante. sscuchantc J los antecesores cu1.a pre- 1 ren
sencia toda\.ía niarca el génsro.L¿i iniportanci,i de qui
na. espirituimateria. elemento activolelemento
pa5i\.o- sobre los cuales se han basado prácticns estas reflexiones piirii cualquier grupo dsnomina- 1 Jer
culturales 1, políticas hegeniónicas tanto en el pe- do ni¿irginal s s innisnso: en prirner lugar. porque P '1
riodo precapitalista conlo s n el capitalisnlo. C o m - c.limin;i la noción nianiqusa de la \ictinia. J por- nr'
penetra todo el canipo cultural, definiendo ¿I \.e- q u e nos ofrece la posibilidad de entendsr cómo 1;i bil
ces los liniites de los génsros de discurso j. las iiccntuación d s ciertos tirniinos nos ríniite a la llc
dicotomias que han regido el pensaniiento. 1, ge- posición del autor o laiiutor;i en la Iuchu por sI po- P.
nerado una simbologia extensa. Entender el fiin- der intsrpretati\.o. Y son particularmente inipor- I d\
cionamiento de la diferenciación masculinolfe- tantes cuando nos damos cuenta de q u e ha!. gé-
14 E l i ~ . i b s i h Burgos-Debra). ( e d ) : M e l l r r f i i i ~R ~ p o h c r ! .:\~I ( v i i l i i i . L.( I l.!. neros que no permiten hablar a la mujer: la poesía
hiinir. Ed. C.!\;i d e las Americ:is. 1983. épica o, en el periodo colonial, el género más
I j Gayairi S p i ~ a l ,"Can
: thr Sub'iltern speak'!" en Ciir!. Velson! L.iu rencc
Grossbcrg ísds): i \ l d r k i s m a n d i h s I n i e r p r e i d i i o n oiCuliurc j.Ch~c.i- Ih \1 \1 Bajiin S p w i l i G c i i r r a ~rrjirl O i l i i , r es so^ 5 . i r \ ' e r n W S l i G ~ e 4. u a -
go. L'ni\ersil) of Illinois Press. 1988 p. 271-313 i i n . l.~ni\srsii! of T e u s Prsss. 1986. p.98.
I'
.to nos importante para la diseminación de la fe, el ser- que inventar la categoría de "ilusa" para condenar
)n entre món. Quiero detenerme en este último porque a ciertas mujeres que predicaban y tenían visio-
ilologo- demuestra en forma clara la relación entre género nes. Sin embargo, a pesar de tratarse de una época
sión de de discurso y género sexual. en que los límites eran bien definidos y la trans-
fluir en En un estudio sobre el siglo XVII inglés, gresión era castigada brutalmente, se pueden en-
titucio- Allon White y Peter Stallybrass escriben que el contrar trazas de una lucha ideológica por la inter-
iiscursi- cuerpo clasificatorio de la cultura es siempre do- pretación en géneros marginales, por ejemplo en
lñ0l cu- ble, siempre estructurado en relación con una ne- las vidas de las monjas místicas, en denuncias an-
n bargo gación, con su revés. 17MCe Se puede decir que te la Inquisición y por supuesto en cartas y biogra-
iistema el cuerpo clasificatorio de la cultura colonial se di- fías. Es de lamentar que la inteligentsia liberal y
vidía según el género sexual. positivista del siglo XIX en su afán de erradicar el
como La sociedad colonial tenía que mantener la oscurantismo, subestimara géneros de literatura
entre
into. el
{encio-
DCU~SOS
i integridad de los límites: solamente así podía or- colonial como las vidas de beatas y monjas místi-
ganizar la población heterogénea; sin embargo, cas. De nuevo quiero enfatizar que no me intere-
esta integridad de límites suponía una vigilancia sa el rescate de una literatura desvalorizada sino
ejercida por el púlpito y la confesión. Géneros de la formación de un género, y las instituciones que
cunda- discurso como la interrogación, la confesión, la intervienen en esta formación.
nterlo- admonición, y géneros secundarios como el ser- Las vidas y la descripción de visiones y mila-
3. cada món eran privativos de los hombres. Las mujeres gros tienen como texto arquetípico la vida de San-
irio en de cualquier color o clase social se encontraban ta Teresa. Sin embargo, el proceso de producción
I S con- excluidas de la prédica y de las instituciones edu- de estas vidas en la Nueva España es bastante in-
)ra. un cativas; y aunque la mujer de clase alta participa- teresante. Habiendo restado de la mujer la posibi-
lector. ba en los dominios de discursos del palacio -los lidad del raciocinio, el clero se veía obligado a
mento juegos cortesanos o los galanteos de palacio-, es- otorgarle el espacio del sentimiento y por tanto
na se- 1 te período de libertad antes de tomar estado era permitirle las prácticas religiosas que podían con-
I
sión y muy corto. La poesía profana de la época tenía to- ducir al conocimiento místico. Explica Miguel
impli- 1 do que ver con-los géneros de discurso cortesano. Godínez, experto en la teología mística, que por-
)re es- El otro dominio de discurso es por supuesto la re- que como las mujeres en lo temporal, aunque
enlar- ligión. Aunque el sacerdote es célibe y por tanto sean muy pobres, gastan de ordinario más galas
iones: neutro, en realidad el celibato no afecta la dife- que los hombres, lo mismo sucede a veces con lo
a pre- rencia entre masculino y femenino. Es el hombre espiritual donde las mujeres se llevan la gala; y
cia de quien tiene el poder de predicar, negado a la mu- como Dios es tan amigo de honrar a sus amigas,
niina- jer por su condición de mujer porque, según San siendo las mujeres incapaces del sacerdocio, prc.
nrque Pablo, M u l l e r e s in ecclesia raceant (las mujeres tie- dicación apostólica y otros semejantes favores las
r' por- nen que observar el silencio en la iglesia). La de- hosra con estos favores de las visiones, raptos y
m0 lu bilidad natural de la mujer servía como eje simbó- r e v e l a c i ~ n e s . ~ ~
S ¿I 1 i1 lico para afirmar el poder ideológico del clero, El clero se encontraba dividido sobre la im-
el po- para separar lo racional de lo irracional, la teología portancia de la mística. De un lado, la comunica-
npor- de otras formas menores del conocimiento. ción con Dios que tenían estas mujeres se parecía
i) gé- No es de sorprenderse por tanto que la lucha demasiado a la secta herética de los alumbrados;
oesia por el poder interpretativo se centrara en la prédi- 18 Miguel Godinez: Pracrica de la Theologia Mysrica. (Sevilla.
más ca y en la confesión. La Inquisición española tuvo 1682) p. 92-8. Los vínculos entre sicoanálisis y mística han sido co-
se. ~ u s - I7l1cicr Si.~ll!br,i>>
'ind Allon Whiie T l i l ~ p r ~ ln~~ri~t l~p io c r ~o/
< sTro~rr- menudos por Michel de Certeau: La Fable Mysrique. XVI-XvII s'e-
C I \ ~r ~ i i i i ~ o r n s l lL n i k c r , i i \ p r e s . 1986 p 20 c/c. Paris. Gallimard. 1982. p. 17.
pero un sector dsl clero veía ? t i estos raptos 1.i- Es d s notar que la ansizdad del clero para
siones una manifest;ición de la superioridad sspi- conseguir inforniación sobre este "continente os. Sor
ritual del N u e i o Mundo. En el prefacio a una vida curci" de los sentiniientos fenieninos junto con el miento
de María de Jesús Tomelin. Doña \'ictoria Sala- desso de la beata de actuar cotiio niedio de coniu- \ sus pág'
zar explicó que Dios había pronunciado su ,fecit ~iicaciond. Dios produceri un g i n s r o d s literatu-
cuando piiso minas !-tesoros s n sl N u e ~ oMun- r¿i autobiográfica. lina literatura que habla cons- l es el di
nen obs
do. .\hora en esta niujer había pronunciiido su di- tanrsnisnre del sujsto. que s s t i escrita en un argumc
.\-ir. pussto que por medio de su espíritu le coniu-
nicaba su discurso interior. La analogía entre '
lenguaje cotidiano q u s s s usa como materia pri-
m;i para l~libiografías sjsniplai-ss escritas por sa- l blicacic
místic
producción material producción espiritulil es cerdotc's;. Es un;i literatura que pretende. como
i clara q
importante. Los sacsrdotss van a niinar las expe-
riencias de las mujerss. marginadas de todo poder
interpretati\.o. i,aii 1: liacsr hablar ¿i los margina-
poesi:i roiiiintica. hablar de lo i n ~ f a b l s . que al
rnizmo tiempo s s refiere constantemente a cspe-
i-isncias más corporalss. de los momentos cuando
l
l
(SU es
adopti
puest;
dos. Los paralelos con las prlicticas siconnaliticas palabras obcenas ! biasfemas llegan involuntaria-
S

!. sociológicas son e\.identes han sido señalados niente a los labios. Habla por tanto no solamente fora i.
por Michel de Certcau. '' de una experiencia iiniorosa. sino tanibiin de la que r
Obligadas :i escribir o personalrncnte o por !ucha por reprimir otro discurso que intsrfiere abusc
niedio de una amanusnse. las monjas mantiensn con la contemplación. un discurso terribleniente d e di
una lucha sorda contra la piilabra escrita. insis- corporal. Así se lanisnta la beíita hlai-ia d s San Jo- "baja
tiendo en que no son autoras. Por el aspecto dia- seph, explicando que para cada Lirtud de la que Sor 1
bólico. pussto que el demonio es mimico, maes- debo h quisro sjsrcitar. tengo un dsnionio. que la la vr
tro de la ficción. enredador capaz de imitar a los contradice. 4 e n esto n o tengo duda; porque ten-
s;intos y d las palabras de Dios. Todas las artes go claridad de que es así. ,! mc' fuerziin a decir tan- culi
subversivas psrtenecen al diablo. desde la paro- tas. ! tan terribles blasfeniias, contra nuestro Se- inst
dia. el pastiche. la retórica. la ficción '. el jusgo, '. ñor. que sólo en la iniquidad horrorosa, de q u s
por supuesto el cuerpo. Por eso I;IS tiionjiis quis- nie fuzrza a decirlas. pueden caber esto con tan I ciol
ien presciridir de las palabras. ! beber si conoci- gran 1 iolencia que aprieto los disntes con mucha
miento directamente dsl cusrpo de Cristo. Por fuerza: porque parece. s e ~ U nlo que sisnto. que dif
eso solo uuisren hablar cu;i:iao Ilios dicta las pa- las pronuncia la ler?=uri. así piidc'zco congolas
lubras. Por sso. cuando el confesor obligii a Sor niortales. p;ira resistir.""
La capacidad de la palabra de jndependizarss l en
.Agustina ii aiio;iir s n sscrsto todü lo que dice !-
d s la ~ o l u n t a ddel sujeto constitu!.e. por tanto. un 1 ra1
hacs 111 beata hrlarin de Jesús Tonislín. sor .Agusti- CC
psligro que se salva renunciando u toda preten-
na tiens t;into4 reparos que no puede forniar las
hión de ser autora. La palabra nunca pertenece a
letras. Mari'i d s Jssús encuentra la solución. Ella
sllas. Por eso pueden hablar de los sentiniientos
dictari lo que quiere que pase ¿I tiianos del sacer-
niás iirrocss los deseos m i s bd!js. puesto que
dot?. "Anibus. hijas." dice. "cumplinios con Is son tentaciones del diiiblo. .Al niisnio tiempo.
obedienci~i:l ú con la del Preliido que te nianda ilustran niu!. bien 121 teoría del discurso intsrno o
que n o me manifieste nada, y yo la de Dios. que subjcti1.o corno essncialnients una internaiiza-
gusta que se escrivan las maravillas que por su ción d s rslaciones sociales. El cuerpo de la monja
bondad ha obrado en esa vil criatura."?' se convierte en teatro de la lucha sntre el diablo
19 .\pruR:iciOn que es uno de los preLicios de Diego de Lcmus: L i - Dios, en la cual la Única salida es la renununcia
01;. iirilr<l<,s.rrlibnir~c.loi.orr.$) i , i i l o ~ r i i sr/? l o i'r~nrroblr ~ ~ i l i r lSor
rc
L í f l r i ~ ;d~ J e j l ; < (1.1,rjti. 1683)
del yo. la abnegación.
?O 1ichi.l de Csricau: op. cii. en n. 18. p 1 -
21 [>is:ro de Lenius 1 iilri. cii. en n. 19, p 3 2 7 .
te O S - Sor Juana, que deploraba este tipo de conoci- terno desde la novela costumbrista hasta la nove-
:On el miento sin sabiduría, parodiaba la vida mística en la realista. Aquí so10 quiero comentar la manera
omu- sus páginas autobiográficas. Demostraba que no como la.separación entre escritura y oralidad in-
:ratu-
es el diablo, sino los seres humanos los que po- fluye en la formación de un género -el testimo-
c3ns- nen obstáculos a la inteligencia. No obstante sus nio-. de la misma manera que en el período colo-
n un argumentos brillantes, su situación frente a la pu- nial la separación entre razón y sentimiento
a pri-
blicación no distaba mucho de la de las monjas producía un género "irracional": el testimonio de
I r sa-
místicas. Al final de la Respuesta a Sor Filotea de- la vida mística.
:omo El ejemplo más claro es el de Oscar Lewis,
u e a1 clara que hubiera preferido ahogar a su progenie
:xpe- (su escritura) que el Obispo había recogido y quien en el prefacio de Los hijos de Sánchez afir-
ando adoptado como si fuera Moisés, ante de verla ex- ma que el antropólogo tiene mejor posibilidad
que la novelista de escribir un relato "auténtico"
aria- puesta a la publicación. La violencia de esta metá-
de la vida de los pobres. Lewis basa su autoridad
ente fora indica, sin necesidad de mayor comentario,
e n la ciencia: la observación cuidadosa de una fa-
de la que para Sor Juana la única respuesta ante este
milia, los relatos que ellos hacen de sus propias
fiert. abuso de autoridad seria el filicidio. Curioso baile vidas y la grabadora que hace posible tal "autenti-
ente de disfraces es este incidente en que un Obispo cidad". Por primera vez, sugiere Lewis, habla el
1 Jo- "bajan hasta asumir la posición de una mujer, de subalterno latinoamericano. Pero ¿quién narra
que Sor Filotea, sin que el seudónimo pueda ocultar realmente? Lewis suprime sus propias preguntas
J e la la verdadera jerarquía del poder. y se representa solamente como un transcriptor,
ten- Así, la colonia no solo separa la razón (mas- aunque el libro está cuidadosamente estructura-
tan- culina) del sentimiento (femenino), sino que lo do según los ritos depasajes antropológicos. Lo
Se- institucionaliza de manera que un caso como Sor que garantiza la autenticidad de la narración es
que Juana solo puede ser tratado como una excep- precisamente "la voz" que se supone presente sin
tan 1 ción, como fuera de lo normal. Es una situación mediatización en el texto publicado. Sin embar-
chci
que
,las

I S?
,
1 que no cambia con la Independencia, aunque las go, esta autenticidad es subvertida no solamente
diferencias se distribuyen de una manera ligera- por el proceso de editar las grabaciones, sino - en
mente distinta. Ahora lo que rige es la separación el caso de una de las hijas de Sánchez. Consuelo-
entre la esfera pública (que incluye la "gran" lite- por el hecho de que ella escribía su propia auto-
u 11 ratura) y la esfera privada. Excluidos de lo canóni- biografía y contribuía con ensayos escritos, que
luego Lewis incorporaba al texto sin señalar su ca-
2n- co son los géneros de discurso orales. Al margen
rácter escr~turario.~'
ea I de la literatura se encuentra por tanto una vasta Lo que estoy abordando es evidentemenir:
.os población de indígenas, y trabajadores cuyas vo- un problema ético, problema que enfrenta toda
ue
'0,
) o
i ces son a veces usadas en la literatura culta para obra escrita desde una posición diferente que la
señalar la "barbarien. La novela viene a ser pronto del hablante, una diferencia que puede ser de cla-
el genero privilegiado; no una novela dialogal, sin se, de etnia o de género sexual, y que,.en el pasa-
a-
embargo, sino la novela alegórica en que la bús- do, ha hecho de los subalternos materia prima o
j ¿I
queda de la identidad personal y nacional siempre personajes de relatos que no son suyos. El campe-
'J
ia
es encarnada en un personaje masculino y mu- sino, el indígena y la mujer han sido necesarios
chas veces intelectual. Así, la novela se asocia con para sostener la posici6n patriarcal. Al mismo
el patriarcado, la subalternidad con la oralidad. tiempo, como hemos visto en el caso de los textos
<l.

No puedo en esta breve ponencia comentar 23 Estudio las fuentes de Lewis enun capitulo deun libro que apa-
recerá en breve. Plorring Women. Gender a n d Authorify in Mexico:
las formas variadas en que se hace hablar al subal- 1650-1970. Columbia University Press.
de las monjas y el texto de Lewis. !a obra publica- n:i:j I I <I\ [ , : y I.~,\Js .' RcCor-
q t ~ ? n ( ~ ~ l l ;: ~i \~ ~ O C I< ;#,,T~!
da conserva las trazas de la lucha por !a interpreta- ilnrno.; q11e :i! f'.n;.!Ide I;! no\ ~ ? ~ < i - ~ e \ t i nHllsta ~onio
ción sobre todo en la explicitación de la superiori- !!o rcr.1~.l<,ili\ , v i t i JC h!ei;<i I'nni~ilos~h;;. Jesusa
dad técnica del experto. Clarice Lispector, autorn f>;li¿iii~ar?s C ? dii.1:~ Li 1;i ?5Criti!T~i ; dii's. ".-\hora

que ha sido apropiada por Hélene Cixouj como !:.I 110 C ~ - L I I ; ~ L I C'\.ii>.;i5c.
. !>ci<n~:.~!orniir."
voz femenina, ha escrito A Hora d a Esrrc~!a.un;] Jc>u>>:.!<¡gL~h~:-il;t ~ I L ~ IscI -ni~ic>trall
:i ~~~I~~I
de las novelas que explora con más exactiíud estii conciziiieb uei uso de I,, inlüsiii;icioii.
relación jerárquica entre escritor (masculino) y Si. por un liido ?~t¿ibisii;iiL:n;i aliai~zii;i,n la
, .
mujer subalterna." sdiíor~ien la tiirca comui: L.: ~ i ) i ~ i ' ; ~lii. t ¿r'\;l.,iiir- ~i:.
Es 'importante destacar esta tradición de la n~acion.p:)~.(.)trolado sus ~iiciii:io\rniirc;iii ;icr;os
producción de la información sobre la subalterni- l í n l i i < qtic
~ i>opueden se: y c i j j t ? , ~ i ! ~ j i 1:I . i:.ii.;.:itior
dad, porque es contra esta tradición que podenios de ia no\-sI¿ide Clarici L i ~ p c i í ( >.Ar Fiot-ri di: L (ir?-
entender textos como Me llamo Rigoberta A4~tic1!11
y Si me permiten hablar, Domitila. Si la crítica !¡te-
raria feminista ha enfocado estos testimonios. es
iu iid~?>;tr::"E>t? i i \ :O ? ti17 s ! ¡ ~ I ~ sc I ~~l¡\: t ~2
Lima pi.ryunta". La 1~rc.gu111.1 .'S c'i r?i.~.)i?oci~!~/c'::to
de la igr!c,r;inci;i. dc que Z A I S ~ C:11g0fi12r:i L i i ; c 2,-
i ~

porque no solamente intervienen e n la lucna por fi'ril del ciirioiiinitnto d..; i.~ri.ri:!c:,roi. :iit:i> qllc'
el poder interpretativo sino también sugieren niarca I~I. di!.f:-::j-;;i:~:: j i ~ ~ ? r ~ -:l:~ i c~j~, -i !~c:~.;c\i!;ll o
cuestiones éticas normalmente marginadas de los (sacerdote J . nicinj:~).di!'crer,ii:i de ::;ase \ - g?nero
estudios literarios. Las editoras -Moema Viezzer sexual (Oscar Lcíwis). dikrcnci;~:Ic c!::sc í 910eni11
y Elizabeth Burgos-Debray- son también muje- Viezzer y Domitila). diiii-cii~:,? de (./;:\e:,-tie etnia
res, lo que excluye una posible relación jerárquica (Kisoberta Elizabeti-, !3~i~~(~i;--i;~t.!3!-;!-j. dit'ei.sn-
basada e n la diferencia de género sexual, pero son cia entre nietrópoiis J. pcrii'ei i;i -!. o. iti.íor:i d i c.>-
intelectuales y en caso de Elizabeth Burgos-De- tos textcs.
bray hay una diferencia de etnia entre ella y Rigo- La crítica latinoan~ericanah¿ih;ibi~iiloiniic:io
berta. E n otras palabras, la sororidad y las simga- de la diferencia de clases de etnia. pero ilLllit;i
tías políticas no pueden anular otras diferencias. ahora no ha querido iricliii; 21 genere? s,-zu;il
Estas diferencias se explicitan en los mismos mo producicr de tlift.ienc~ius.;iuiiqii~;.es uno d,.:
textos. Es interesante, por ejemplo, que según el los principios básicos (le la iiiisilic;!iitin socI,ii. 11:-
prefacio d e Me llamo Rigoberta Menchú, es Rigo- troducir el g2nero se\u;ii co!i~ocl:ise de ,ii-i3li.;i3
berta quien insistía en describir las costumbres de i?o signitjc:~la elirnin:~ci(.)iid e dilreiicins drl cl;isi.
su pueblo, actuando concientemente como infor- o de etnia. perc~sí significa ndmitir una c';itcgori;i
mante. Pero e s significante que también seleccio- sin la ccial s s impixibie eiitsntisr iodos los t;icto-
na lo que e s comunicable y lo que hay que niante- res que entran eii sl ejercicio del poder hegcnio-
neroculto. Insiste por tanto e n que su identidad nico. E n esta ponencia hs inencionado s o l ~ i n ~ e n t e
. . .
indígena e s secreta. "Guardo secreto lo que creo un aspecto parciiil del probltniii. rcsi~-i~:tii.iiciornc
q u e la gente n o debe saber. Ni antropólogos, ni a lii discusión de unos gt.ileros (1112 re~siiii'in d c
intelectuales, n o importan cuántos libros tienen. una operación de exclusiiii: la \ ida dc 1,1sinonj;i>
no pueden descubrir nuestros secretos." Domiti- místicas, el relato ;~ntropológicode i;i \ idii .;ub;l!- !
la también demuestra su preocupación por la di- ternu y el testimonio de las mujer?.; subulterniis.
seminación d e la información; lo que dice n o es Espero haber uclnr;ido 121 razón por 1.1 que el =iiic-
"solamente para gentes intelectuales o para perso- ro sexual abarca algo más yu: "probl~.masde mii-
24 Sobre testimonio y novela testimonial. vease, por ejemplo, Rene Jam! jeres", !. por la cual es un elcnieiito imprescindi-
Hernán Vidal (eds.): Testimonio y Literatura, Minnesota. Institute for ble par:: todo estudio que pretenc!:~ toni;ir e11
the Studies of ldeologies and Literature, 1986.1 1. Sobre 'informacioc;
retrieval", véase Gayatri Chakravorty Spivak, I n Other Worlds.Essrij s cuenta la compleiidad de I;is I~ich¿ispor el poder
i n Culrural.Politics,Nueva York y Londres, Methuen. 1987. interpretativo de los excluidos 5. los marginados.

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