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COMO LÍDERES FEMENILES CREZCAMOS HACIA LA MADUREZ ESPIRITUAL

Por Karen S. de Gómez


Usado con permiso

Tener el privilegio de ser líder femenil conlleva la responsabilidad de crecer espiritualmente de


manera constante y real. Las principales normas bíblicas para medir el crecimiento son claras. Uno de
los enfoque principales del Nuevo Testamento es el crecimiento espiritual de los discípulos, y
principalmente de los que estamos en el liderazgo. ¿Cómo podemos llegar a demostrar esto en nuestras
vidas? Hechos 2:42-47 nos presenta por lo menos tres experiencias que la iglesia primitiva empezó a
vivir y que le ayudaron en su crecimiento espiritual y por consiguiente en su crecimiento numérico.
Como líder femenil ¿deseas experimentar este crecimiento? ¿Qué tal si todas las mujeres en tu iglesia
lo desarrollan? Entonces, aprendamos a practicar lo que la Biblia enseña acerca de la madurez
espiritual:

Todos estaban prestos a aprender acerca de la fe cristiana. “Perseveraban en la doctrina de los


apóstoles” (2:42-43). Los apóstoles iniciaron el proceso de hacer crecer a los nuevos creyentes
enseñándoles la doctrina bíblica. La experiencia de aprendizaje de la Palabra de Dios, ayuda a
desarrollar la madurez espiritual que se manifiesta a través de la fe, la esperanza y el amor”. Contrario
a lo que algunos falsos maestros enseñan, poner énfasis en el estudio profundo de la Palabra es vital y
prioritario en el líder cristiano.

Todos estaban dispuestos a compartir. El resultado del estudio de la Palabra de Dios llevó a los
nuevos creyentes a compartir sus vidas, recursos y dones a los demás. “Comían juntos, oraban juntos,
repartían sus bienes, alababan juntos” (2:44-46). El poder transformador de la Palabra de Dios lleva
al creyente a poner en práctica lo aprendido. La comunión entre hermanos es el resultado de creyentes
que conocen y aplican la Palabra de Dios en sus vidas de manera genuina e incondicional.

Todos testificaban de Cristo al mundo perdido. “Tenían el favor del pueblo, y el Señor añadía
cada día a la iglesia los que habían de ser salvos” (2:47). Muchos incrédulos quedaron impactados
por el nuevo estilo de vida, la nueva confianza en Cristo y la demostración de amor entre los
creyentes. El crecimiento espiritual y numérico de la iglesia se dio en un ambiente donde los
creyentes amaban a Dios y amaban a las personas.

Entonces, lo que nos ayuda a evaluar la madurez espiritual de una líder femenil es la clase de vida que
lleva. El ver en sí misma el resultado de tres experiencias bíblicas. La líder femenil que crece
espiritualmente se enfoca en la enseñanza bíblica. Esto le lleva a cultivar las relaciones
interpersonales, lo que produce un testimonio vivo para los no creyentes, de lo que Jesucristo está
haciendo en sus vidas. Cuando estas tres experiencias son una realidad en la iglesia crecemos
espiritualmente y el impacto al mundo es inevitable.

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