Está en la página 1de 11

1.-¿Qué es la autoestima?

La autoestima es el maravilloso convencimiento de quererse a sí mismo, de


respetarse a sí mismo y, con ello, querer y respetar a los demás. La autoestima es
un valor que, si se tiene, hay que conservarlo a toda costa, y que si no se tiene o se
ha perdido en algún momento, hay que conquistarlo con todas nuestras fuerzas.
Quién se quiere a sí mismo:
- Se acepta tal como es, física y emocionalmente.
- No considera los errores como fracasos, sino como oportunidades para
aprender.
- Sí comete alguna equivocación, sabe que la próxima vez no se repetirá.
- Cuando hace algo que no resulta positivo. Está convencido de que, si actuó
mal, no fue por causar ningún daño, sino por falta de conocimiento.
- Está satisfecho de su forma de ser.
- Evita huir de los problemas y, como es responsable, los afronta como un reto
que es necesario superar.
- Cuando se mira al espejo, está complacido con lo que ve
- Sabe decir, “sí”, con gusto, y responder “no” sin culpa, porque está seguro de
sí mismo.
- Es compartido, solidario y amable con los demás.
- Es persistente, porque tiene la certeza de alcanzar el éxito no el día de
mañana, sino cada día.
- Finalmente, sabe que en toda la inmensidad el universo no existe alguien
como él, pues tiene la certeza de ser único e irrepetible.

De acuerdo con los puntos anteriores, ¿Cómo siente que está su autoestima?
¿Considera que en verdad se quiere a sí mismo? Si es así, ¡felicitaciones!

¿Por qué?, porque cuando alguien no está satisfecho consigo mismo, con lo que
hace, con lo que tiene o con la forma en que es, vivirá siempre a disgusto y,
además hará mal y de mala gana lo que tenga que hacer.
Por otra parte, estará acompañado de esa amenaza que se llama temor; como no se
siente seguro de sí mismo, en todo momento tiene miedo de “cometer errores”, y
entonces procura escapar, pasar inadvertido y evitar a quienes le rodean.
Sin embargo hay una fórmula infalible para no equivocarse, y es la de no actuar
nunca. Pero los verdaderos triunfadores actúan siempre; a veces bien, ¡Qué bueno!,
y a veces no tan bien, ¡que bueno, igualmente! Porque están convencidos que
cuando se presente una nueva oportunidad, lo harán de manera excelente.

2.-¿Qué provoca la falta de Autoestima?


Desde luego, no es algo genético; podría decirse que todo individuo nace con su
autoestima intacta, pero, en algunos casos, va perdiéndola a lo largo de la vida,
siempre un generador común: el temor. Temor a recibir un regaño, un castigo o un
golpe; temor de ser tratado despectivamente, temor a reprobar un examen, a perder
un trabajo, temor a ser objeto de burlas y sarcasmos; temor, en fin, de hacer el
ridículo. En este punto es de vital importancia hacer conciencia de que la mayoría
de estos temores tienen su origen en el hogar: padres demasiado restrictivos o
lejanos y poco o nada comunicativos, incapaces de demostrar su amor a los hijos.

.- La Autoestima en Padres y Maestros

¿Quién puede apoyarte?


Los encargados de proporcionar, fomentar y vigilar la autoestima de las nuevas
generaciones son precisamente los adultos en general y en particular los padres y
los maestros; pero, como nadie puede dar lo que no tiene, son éstos quienes, para
empezar, deberán trabajar en su propia autoestima ya que, teniéndola y
esforzándose para conservarla e incrementarla, estarán facultados para ayudarles
a hacerlo a su hijos y a sus alumnos.

Para empezar, pongamos el caso de un individuo que está seguro de que sus
errores le han impedido el éxito que desearía tener, por lo tanto, no se siente feliz
con sus logros y todas las características de un hombre triunfador, sólo que él no lo
cree así. Su problema consiste en pensar que no se merece las cosas buenas de la
vida. No se quiere a sí mismo: carece de autoestima.

Hagamos un pequeño ejercicio.

Escribe sobre la línea “Si” o “No” de acuerdo con lo que consideres en


cada uno de los siguientes aspectos:

1.___ ¿Has logrado todo lo que te propones?

2.___ Aquello que no has logrado, ¿ha sido por imposibilidad?

3.___ Lo que no has logrado ¿ha sido porque no te has esforzado lo


suficiente?
4.___ ¿El trato con tu familia por lo general es armonioso?

5.___ ¿Consideras que lo bueno que tienes, poco o mucho, te los has
merecido?

6.___ ¿Piensas que podrías tener un vida mejor?

7.___ ¿Estás seguro de que mereces una vida mejor?

El reto del Cambio

De acuerdo con tus respuestas te darás cuenta en qué nivel se


encuentra tu autoestima, tanto si es alta o baja, o si francamente
careces de ella, en cuyo caso se impone de tu parte una decidida labor
encaminada al cambio.
Para prepararte a ello, es conveniente que elabores una lista de los
acontecimientos más trascendentes a lo largo de tu vida, y que anotes
qué cambios significaron para ti. No se trata de escribir una novela
simplemente procura ser lo más específico posible.

Desde que tuve uso de razón hasta los 10 años.


_______________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________
______

Desde los 11 hasta los 20 años


_______________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________
______

Desde los 21 hasta los 30 años


_______________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________
______

Desde los 31 hasta los 40 años


_______________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________
_________________________

Desde los 41 años en adelante


_______________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________
_______________________________________________________________________________
___________________________________________________________

De acuerdo con las circunstancias antes anotada, escribe aquellas


acciones que de alguna manera cambiaron tu vida, y si lo hicieron
positiva o negativamente.
Acción Positiva Negativa

Ahora, menciona aquellas cosas que llevaste a cabo porque tenías que
hacerlas, y las que hiciste porque deseabas hacerlas.

Las hice porque debía hacerlas: Las hice porque deseaba hacerlas:

UNA CORONA CON OCHO DIAMANTES

Para conquistar la autoestima, además de reedificar tu castillo, requieres una corona; una
corona integrada por ocho diamantes que simbolizan los puntos clave para recobrar la
aceptación y el amor por ti mismo. La experiencia ha demostrado que con estos ocho
diamantes realizarás en tu vida el cambio que tanto has deseado.
Tal vez no sabías cómo hacerlo, o quizá ignorabas que podías lograrlo.

Primer Diamante
Es necesario apartarse de aquellas personas ante las cuales te sientes devaluado.
Cuando tenemos autoestima, observamos cuidadosamente cómo nos sentimos con
los demás, Hay quienes nos hacen sentir bien, a gusto, valiosos, cómodos con
nosotros mismos, plenos de confianza y armonía. Hay, por otro lado, personas que
nos hacen sentir mal, culpables y poco valiosos. En este caso, nuestra autoestima
nos da la posibilidad de elegir, Muchas veces, si optamos por retirarnos de las
personas que consideramos indeseables, no es tan sencillo, sobre todo si están
ligadas a nosotros por lazos familiares o laborales. Aun así, hacerlas a un lado nos
brindaría una inapreciable fuerza espiritual. Sí, es difícil, pero si no lo hacemos,
estaremos pagando un precio que agotará nuestra paciencia y nos hará caer en
constantes estados de depresión.
Ahora bien, si físicamente no nos es posible alejarnos de estas personas negativas,
hagámoslo psicológicamente mediante una especie de divorcio emocional. Con ello
lograremos que deje de afectarnos lo que digan o hagan. Elegir objetivamente con
quiénes deseamos compartir nuestro tiempo, nuestros pensamientos y nuestras
emociones representa un paso agigantado en la conquista de nuestra autoestima.

Segundo Diamante
Aléjate de las personas problemáticas y conflictivas.
Durante la infancia, lo más común es tener amigos, muchos amigos con los cuales
se comparten aventuras, confidencias se incluso travesura. Sin embargo, cuando
llegamos a la madurez nos volvemos más selectivos. Quizá tengamos compañeros,
pero ya no es tan fácil tener verdaderos amigos, Y es lógico, ya que a medida que
nos hacemos adultos, nuestros intereses cambian, lo mismo que nuestros gustos,
sentimientos y preferencias. Pese a ello, siempre se necesita un amigo, y nos hace
tanta falta, que a veces elegimos a personas que, debido a sus deficiencias
emocionales, no son la mejor compañía para nosotros, pues en lugar de ayudarnos
con su presencia, nos convertimos en su “paño de lágrimas”, y no es que sea
equivocado escuchar a un amigo; lo problemático es que esta forma de actuar se
vuelva una costumbre, una especie de ley del embudo: todo para ti y nada para mí.
Es conveniente, entonces, que elijamos a personas que tengan nuestros mismos
valores, nuestros mismos gustos e intereses, y que estén con nosotros en las
“duras y en las maduras”, que les demos ayuda y apoyo, pero que también nos
ayuden y nos apoyen.
De esta forma, el camino de la existencia se volverá más cómodo y placentero para
los dos. Además, la relación con este tipo de personas nos servirá no sólo para
conquistar nuestra autoestima, sino también para compartirla.

Tercer Diamante
Escucha la voz de tus vísceras
Un comportamiento visceral es el que proviene del subconsciente; de los más
profundo de nuestro ser, En varias ocasiones nos ha ocurrido que al conocer a un
apersona, sentimos un rechazo automático ¿por qué? Y no encontramos una
respuesta razonable, ya que se muestra amable, competente y cordial, sin embargo,
el sentimiento de repulsión persiste, Quizá tu cerebro no pueda explicártelo. Y no
es por nada, porque cuando habla el subconsciente, generalmente tiene razón.
Tarde o temprano, esa persona “enseñará el Cobre” y se mostrará ante ti con sus
defectos, en toda su descarnada realidad. De pequeños nos enseñaron a tratar
cordialmente a las personas, a todas las personas, ya que así estaríamos
demostrando nuestra buena educación. “Hasta nos pidieron que fuéramos amables
con personas que no nos caían muy bien”. Incluso, nos inculcaron que la caridad
era una gran virtud; lo que no nos dijeron fue que la caridad empieza en casa.
Desde el momento de nuestro nacimiento ya éramos seres inteligentes, y esta
inteligencia nos ayuda, entre otras cosas, a relacionarnos con la gente, pero
muchas veces esta inteligencia se manifiesta más a través del sentimiento que de
la razón.
Pero una serie de falsas creencias, acumuladas a lo largo de los años, nos ha
puesto una niebla sobre los ojos; una niebla que nos dificulta observar y discernir
claramente.
Por eso debemos prestar atención a nuestras reacciones viscerales, porque a
través de ellas podemos ver lo que la razón no capta ni entiende, ya que la hemos
enseñado sólo a percibir lo tangible, lo evidente. Escuchemos a nuestro
subconsciente. Él nos ayudará mejor a elegir y a elaborar bases más sólidas en la
construcción de nuestra autoestima.

Cuarto Diamante
Hay que tener el valor de decir “no” sin culpa
Seguramente ha habido ocasiones en las que, desoyendo nuestra manera de sentir,
aceptamos algo que en realidad no queríamos hacer. Dijimos “si”, pero la verdad es
que hubiéramos preferido decir “no”. ¿Por qué hacer a un lado nuestros
sentimientos, nuestras opiniones y deseos? Y sólo hay una respuesta: por temor.
Temor a equivocarnos, a caer mal, a que nos ridiculicen, incluso a que nos
denigren. Así, es más sencillo aceptar sin discusiones lo que los demás quieren
que hagamos o dejemos de hacer, ¡pero de qué manera tan profunda estamos
dañando nuestra autoestima!
Decir “no” cuando efectivamente queremos decir “no”, implica un reto; pero una
vida que no enfrenta retos no puede llamarse vida. Por lo menos vida plena y
saludable. Además, asumiendo retos es como aprenderemos a cuidarnos, a salvar
nuestra integridad, a lidiar con nuestros temores.
Hay que actuar accionar de acuerdo con lo que pensamos y sentimos, y con un
poco de esfuerzo y práctica, pronto lograremos fabricarnos una coraza contra el
rechazo, la incomprensión, la crítica y, sobre todo, el sentimiento de culpa, Al
expresar nuestros puntos de vista con toda libertad, nos daremos cuenta, incluso,
que muchos de ellos son aceptados con respeto. Será un magnifico logro en la
conquista de la autoestima.

Quinto Diamante
Que todo lo que hagamos sea bueno para nosotros y para los demás.
Otra de las cualidades que nos han inculcado desde niños es el sacrificio. “Debes
sacrificarte por los demás” “Tú no cuentas, quién importa es el prójimo”. Sólo que
sacrificarse por el prójimo implica algo bueno para él, pero malo para nosotros. Y
así no funciona la autoestima.
Por tal motivo, debemos reflexionar cuidadosamente y concluir si nuestras
acciones van a servir positivamente tanto a nosotros mismos como a los demás. Al
principio quizá pensemos que actuar de esa forma nos hace egoístas, pero resulta
que es todo lo contrario, ya que al salvaguardar nuestra integridad apoyando
nuestras decisiones estaremos respetándonos y haciendo que los demás nos
respeten y nos aprecien. A nadie le gusta convivir con alguien que se desprecie,
por eso es bueno para los demás que nosotros seamos un modelo a seguir.
El sacrificio no conlleva ningún factor positivo para nosotros mismos; antes bien,
resulta demoledor para la propia autoestima. Así pues, dejamos de lacerarnos por
los demás y hagamos de nuestra vida una radiante expresión de sinceridad.

Sexto diamante
No debe tomarse en cuenta lo que los demás piensen de uno mismo
“Y si hago esto, ¿Qué pensarán los demás? Tal forma de razonar es muy común en
la mayoría de la gente, y proviene de la forma en que fuimos tratados en el hogar y
en la escuela: padres que se disgustaban con nosotros porque no nos
comportábamos como ellos querían, maestros que nos llamaban la atención cuando
no cumplíamos las normas que nos habían inculcado, e incluso nuestros amigos y
compañeros por no estar a la altura de lo que consideraban “lo máximo.
Hacer y decir cosas sólo por temor al “qué dirán”, es una actitud inmadura que
desgasta y nos llena de frustración. Al proceder de esta forma estamos tratando de
vivir la vida de los demás, no la nuestra; en consecuencia, significa que carecemos
de autoestima.
El Temor por lo que piensen los demás acerca de uno mismo, es una constante que
nos impide realizarnos auténticamente, con toda libertad y espontaneidad.
En cambio, si hemos conquistado nuestra autoestima estaremos en condiciones de
colocar en su sitio lo que piensen los demás; esto significa que sabremos
diferenciar entre las críticas y los consejos. Y mientras que la crítica es egoísta y
mal intencionada. El consejo, en cambio, es una opinión que podemos seguir o no,
dependiendo de nuestra conveniencia, pero que está encaminado a nuestro
provecho y bienestar.
Hagamos lo que consideramos útil, agradable, cómodo o divertido, y que los demás
piensen lo que quieran. No es a ellos a quienes tenemos que complacer, sino a
nosotros mismos, porque somos nosotros, y no ellos, quienes estamos
construyendo el castillo de nuestra autoestima.

Séptimo Diamante
Hay que agradecer los elogios… ¡y aceptarlos!
Además de unos ojos muy lindos, mi hermana tenía una hermosa cabellera. Sí; mi
hermana era una niña muy bonita y le encantaba contemplarse al espejo hasta que
en cierta ocasión le dijeron que no fuera tan presumida y que dejara de mirarse al
espejo, porque si seguía haciéndolo, un día no iba a ver su reflejo, sin la cara del
demonio. Aterrorizada, por mucho tiempo, mi hermana dejó de mirarse al espejo.
Éste es sólo un ejemplo de la forma como hemos sido educados con una total
negación de nuestras cualidades.
- ¡Oye!... ¡Qué bien te ves con ese vestido!
- Bueno, es que mi costurara tiene unas manos increíbles
- Te felicito. Este trabajo te salió excelente
- Bueno, es que me habían dado una información de primera.

Y además, frases como: “Pero si no es nada….” “No vale la pena…” “Es que me ves
con buenos ojos…” “Ni sé cómo me salió así, ¡Soy tan inútil…! Negación, siempre
negación de lo que valemos ya que, de acuerdo con las enseñanzas recibidas, lo
contrario sería pecar de vanidosos, presumidos, orgullosos y altaneros.
También demostramos nuestra “buena educación” con frases como:
- Tu nuevo reloj está muy bonito
- Mío, y tuyo también
- Ya estamos por aquí
- ¡Que buenos que vienen por ésta, su casa!
- ¡Ya basta, por favor!

Aceptamos los elogios acerca de nuestro trabajo, nuestra apariencia o nuestro


comportamiento con la sencillez y naturalidad con la que aceptamos que hoy hace
bonito día:

- ¡Oye!.. ¡Que bien te ves con ese vestido!


- Qué bueno que te guste. Es uno de mis favoritos
- Te felicito. El trabajo resultó excelente.
- Me agrada que pienses así. Veo que valió la pena el esfuerzo.
- ¡Qué rico te salió este pastel!
- Sí, los postres son mi especialidad.

Aceptamos valorarnos, pero sin remilgos ni falsas modestias. Y aceptemos los


halagos, empezando por nosotros mismos. ¡Hace cuánto que nos dijimos
sinceramente: “En realidad, soy muy bueno para …” Desarrollemos el hábito de
alabarnos con ello estaremos cada vez más conscientes de lo que valemos y, por
lógica, lograremos escalar más y más peldaños en la conquista de la autoestima.

Octavo Diamante
Vive el momento presente
De la corona, este es el diamante más valioso; tanto, que son pocas las personas
que lo tienen, Ahora tú puedes adquirirlo pagando un precio: gran determinación,
mucha entereza, decisión y profundo deseo de vivir, con mayor plenitud.

La gran mayoría de la gente pasa su existencia con un pie en el pasado y otro en el


futuro, culpándose por lo que hizo o dejó de hacer en el pasado, y preocupándose
por lo que habrá de llegar en el porvenir.

Esta forma de pararse ante la vida, en lugar de juntar ambos pies y situarlos en el
presente, es aniquiladora y totalmente inútil, ya que nos paraliza para actuar de
forma positiva.

Culpa por el pasado. ¿De dónde proviene? En gran medida de la educación recibida,
cuando los padres han manejado el chantaje como herramienta para que el niño se
comporte de determinada manera. Algunas frases manipuladoras de culpa son:
- Tu papá va a disgustarse si no haces la tarea.
- ¿Cómo pudiste hacer esto? Debería darte pena actuar así
- ¿Crees que la mamá de Juanito le permite que se comporte de esta manera?

Y lo más grave del caso es que el sentimiento de culpa nos persigue hasta la edad
madura.

Pero además de cargar con estas culpas. Cuando somos adultos nos fabricamos las
propias cuando actuamos en contra de los principios establecidos por la sociedad,
pese a que no estemos de acuerdo con ellos. ¡Qué conveniente sería si,
sintiéndonos culpables, pudiéramos cambiar los acontecimientos del pasado! sólo
que eso no es posible. La culpa no es una máquina del tiempo que nos permita
viajar al pasado y alterar lo que ya sucedió.

Ahora bien, ¿Qué beneficios obtenemos sintiéndonos culpables? Ninguno.

- Evitar que trabajes para subsanar el error cometido


- Sustraerte de la labor que implica encarar tus responsabilidades
- Pensar que, mientras más culpa tengas, más pronto desaparecerá el error.
- Permitir que los demás decidan por ti, ya que es más sencillo estancarse en la
infancia sin tener que decidir el rumbo de tu vida.
- Trasladar la culpa al exterior. Los culpables fueron los individuos o las
circunstancias. Tú, no.
- Lograr que te tengan lástima, en lugar de que te respeten y te quieran.

Para terminar con los sentimientos de culpa debemos estar convencidos de la


imposibilidad de alterar el pasado y de que, por lo tanto, sentirse culpable es
totalmente inútil, además de perjudicial para nuestra salud física y emocional, y que
representa un proyectil demoledor para el castillo de nuestra autoestima.

Preocupación por el porvenir. Para empezar ¿Qué es una preocupación?, pues


precisamente eso: una pre-ocupación. Esto es, una ocupación previa; una
ocupación por algo que todavía no existe. Aclaremos; la preocupación no es
realizar proyectos para el porvenir, actitud totalmente válida, sino el sentirse
atemorizado por lo que habrá de ocurrir en el futuro.
¿Y de dónde viene la preocupación? Básicamente, del hecho de que la sociedad ha
confundido el amor con la preocupación:
- Desde luego que me preocupo por mi esposa, y es que la amo.
- Si no te preocupas por mí es que ya ni te importo ni me quieres.
- Mamá, si no te quisiera, no me preocuparía por ti.

En resumen: preocupación=amor.

Pero el amor nada tiene que ver con la preocupación, ya que éste es un sentimiento
paralizante que nada resuelve. Es, en cambio, una pérdida de energías y un
generador de angustia y ansiedad. No hay ningún problema que se haya resuelto
mediante la preocupación; todo lo contrario, ya que la preocupación inhibe a
nuestra capacidad de razonar objetivamente.

Ahora para ver cuáles son las ventajas que obtienes mediante las preocupaciones,
sólo tienes que repasar los beneficios que reporta la culpa. Son los mismos.

¿Qué hacer para evitar las preocupaciones? Antes que nada, comprender que no
está en nuestras manos cambiar el futuro, y en lugar de angustiarte por el mañana,
empieza a vivir el hoy. Piensa que ayer ya pasó y que mañana todavía no existe, así
que hoy, el momento presente, es lo único que tienes. Disfrútalo con todas tus
fuerzas, con toda tu energía y con una total entrega.

Conclusión
Para obtener el máximo provecho de este capítulo, dedícale tiempo y
concentración, realiza los ejercicios propuestos y, si al principio no ves resultados
o no se presentan tan rápido como quisieras, no te desesperes y continúa tu labor,
ya que más pronto de lo que imaginas tus esfuerzos se verán coronados por el
éxito, tanto espiritual como material.

Éste es un camino que nadie puede caminar por ti. Sólo tú eres capaz de hacerlo.
Sólo tú eres capaz de conquistar tu autoestima.

También podría gustarte