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LIMÓN
Sólo en un mundo ideal, cuya posible existencia se hace cada vez más difusa y en la
cual la naturaleza fue tan pródiga que el hombre no requirió realizar esfuerzo alguna
para subsistir, pudo no conocerse el fenómeno económico. Acaso tampoco en los tipos
de organización primitiva en que el medio proporcionaba más de lo que se necesitaba
e hizo que no se captara el valor de las cosas. Pero pronto habría de crecer el número
de consumidores y por tanto de necesidades, a la vez que la naturaleza se agotaba en
su prodigalidad haciendo que los bienes naturales resultan insuficientes para
cubrirlas y nació el fenómeno económico.
Ferguson narra con profundo realismo la formación de ese estado angustioso en que
se colocó el hombre como miembro de la sociedad primitiva y de los esfuerzos que
para aquél entonces tiene que realizar “por conseguir lo que necesita para satisfacer el
número siempre mayor y más variado de sus necesidades. La naturaleza rara vez
otorga sus dones con liberalidad y proporciona un nivel normal de nacimientos más
elevado que el de muertes naturales.
Por eso jamás tendrá fin la lucha de la humanidad para escapar de la necesidad. El
hombre, preso entre sus deseos insaciables y una naturaleza tacaña, dedica la mayor
parte de sus horas de vigilia al drama económico en el que inevitablemente se ve
envuelto”. En efecto, el problema se presenta al hombre en forma de multitud de
interrogantes que le acosan y que le instan a pensar, al tratar de disiparlas, acerca de
qué tipo de actividad es a la que ha de dedicar su esfuerzo, bajo qué sistema habrá de
organizarse para el cultivo de sus campos y si será o no conveniente dedicarse a
producir sólo algunos objetos útiles para cambiarlos después por bienes producidos
por otra tribu vecina; de ahí que la actividad del homo occonomicus encaminada a
resolver tales interrogantes, se agua encerrado en los siguientes supuestos:
L.A.MARÍA DE JESÚS L.LIMÓN
• Escoger entre las múltiples necesidades o fines los que considere más importantes;
• Escoger entre los varios usos a los cuales puede destinarse un bien los que le
resulten más útiles;
• Elegir entre las maneras de alcanzar un fin determinado las que crea más
convenientes.
Ningún colectivo posee todos los recursos suficientes para cubrir de manera adecuada
las necesidades de su población, por lo que se precisa el intercambio y el comercio de
bienes y servicios.
L.A.MARÍA DE JESÚS L.LIMÓN
La escasez obliga a priorizar las necesidades dado que todos los agentes económicos
estamos supeditados a diversas restricciones presupuestarias.
Cabe destacar que existe la idea de una relación entre pobreza y escasez, pero la causa
de la pobreza no es la escasez. La causa de la pobreza -bajo la perspectiva económica-
es no conocer y por tanto no respetar la naturaleza de la escasez.
Con el objeto de indicar mejores resultados del PIB nacional, se ha presentado una
expansión del sector público con la finalidad de ocupar esos espacios
tradicionalmente atendidos por el sector privado. Esto, aunado al cambio
metodológico sobre las mediciones tradicionales para cuantificar la actividad, a través
de modificaciones en las estadísticas sobre el sector petrolero y gubernamental,
provistas por diversos organismos públicos al Banco Central y al Instituto Nacional de
Estadística (INE), ha procurado proyectar una imagen de bienestar económico pleno
que no es tal.
Se puede afirmar que las clases populares son las que más sufren el fenómeno de la
relativa escasez. Por lo tanto, son ellas las que más sobrellevan el desabastecimiento
propiciado por las políticas públicas erradas basadas más en el principio de represión
que en la confianza.