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ORACIONES DURANTE LA SESIÓN DE ESTUDIO.

1. En el Nombre del PADRE, del HIJO y del ESPÍRITU SANTO.


2. Ven ESPÍRITU SANTO ven por medio de la poderosa intercesión del
INMACULADO CORAZÓN de MARÍA, tu amadísima esposa. (3 veces)
3. V: Trono de la eterna sabiduría:
R: Ruega por nosotros y danos mucha sabiduría y ciencia de DIOS. (Ave
María)
4. V: Reina de los santos ángeles:
R: Ruega por nosotros y envíanos tus santos ángeles para que nos ayuden y
nos protejan en este estudio (Ave María).
5. V: Reina de todos los santos:
R: Ruega por nosotros para que seamos santos, muy santos y rápidamente
santos por si nos queda muy poco tiempo de vida (Ave María).

6. Oración a SAN JOSÉ:

Santísimo JOSÉ, tú que eres mi Padre Espiritual, Dirige hacia mí tu mirada llena
de amor. Enséñame a vivir como tú para MARÍA y JESÚS. Haz que crezca sin
cesar en el amor. Haz que alcance un espíritu abierto, que era tu honor y
llévame de tu mano al día más grande de mi vida, mi entrada en el cielo.
Amén. (Gloria).

7. Canción: LO PROMETÍ:

Lo prometí, soy hijo de MARÍA,


Hermano soy del mismo Salvador,
A ti me doy, oh dulce Madre Mía,
Mi corazón recibe por favor.

Coro:
Lo prometí, lo prometí, con alegría,
Fiel permaneceré,
Lo prometí, con alegría,
Fiel permaneceré, hijo soy de María.

El mundo vil, con frenesí me llama,


Por un placer, por un falaz honor,
Mas yo dejar, a la que tanto me ama,
A quien me da, mil pruebas de su amor.

Más bien morir, Oh Virgen Madre Pura,


Tu amor será mi dicha y mi solaz,
Tu protección mi prenda y mi ventura,
Pues con bondad consuelo a todos das.
Lo prometí, por siempre quiero amarte,
Te doy mi amor, Oh Madre del Señor,
Mi corazón y cuanto puedo darte,
Mas ten piedad de un pobre pecador.

Vuelve hacia mí tu rostro candoroso,


En este mar, do ruge el huracán,
Mi antorcha sé, mi faro luminoso,
Que a mi bajel al puerto llevarás.

Mi corazón rebosa de alegría,


Al contemplar tal alta dignidad,
Pues hijo(a) soy de la feliz María
Antes morir que ofender su bondad.

Yo conocí que el mundo no tenía


Con que saciar mi pobre corazón
Me enamoré del Hijo de María
Y le entregué por siempre mi amor.

Madre de DIOS en la última agonía


Me llamarás sin duda con amor,
Y volveré ¡Qué dicha! ¡Que alegría!
Antes morir que perder tal favor.

Consagro a Vos, dulcísima MARÍA


Mi corazón, mi amor, todo mi ser
Al buen JESÚS prometo en este día
No más pecar, al mundo aborrecer.

ORACIONES FINALES

Demos gracias a DIOS y a la SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA por habernos reunido


en este estudio, junto con toda la Iglesia decimos:

Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

V: Concédeles SEÑOR el descanso eterno.


R: Y brille para ellas la luz perpetua.
V: Descansen en paz.
R: Amen.

OREMOS:

Oh DIOS, que encendiste en san Luis María el anhelo de anunciar tu


Evangelio a las gentes, concédenos por sus plegarias que, conducidos por
MARÍA, seamos dóciles a tu Espíritu y nos convirtamos en apóstoles
infatigables de tu Reino, atendiendo con solicitud fraterna el clamor de los
pobres. Por JESUCRISTO Nuestro Señor. Amén.
V: San Luis María Grignion de Montfort
R: Ruega por nosotros

En el Nombre del PADRE, del HIJO y del ESPÍRITU SANTO.

CON MARÍA LO HAGO TODO

(Canto del Esclavo De Amor, Música de “Oh María, Madre Mía”)

Con MARÍA lo hago todo


Gran secreto de bondad;
Siendo a DIOS fiel de tal modo
Y a su santa voluntad. (bis)

Canta y exalta alma mía


Para gloria del Señor,
La ternura de MARÍA
Para con su servidor. (bis)

Yo de un trueno voz tuviera,


Cantaría: ¡humanidad!
El que a Ella más venera
Logra más felicidad. (bis)

Cuando voy a DIOS mi Padre


Desde honda iniquidad,
Siempre me lleva mi Madre
Con dulzura y caridad. (bis)
COMENTARIOS SOBRE LA CONSAGRACIÓN A JESÚS POR MARÍA.

“Te he dado a MARÍA SANTÍSIMA para que ella te diera, por misericordia lo que yo
no puedo darte por justicia.” (Palabras de JESÚS a Luisa Picarreta)

EL DIALOGO CON MARÍA.

Tomado del libro “Renovación carismática y oración”; de Monseñor Alfonso Uribe


Jaramillo.

“En el sermón pronunciado por Pablo VI en la fiesta de la Asunción de María al


cielo

Dijo: ”Debemos volver a ser capaces de dialogar en todo momento con María
Santísima. No es difícil para las almas grandes ni para las pequeñas. Es la relación
trascendente y sublime que la piedad cristiana concede a los que poseen la fe,
para poder platicar con los que están ya en el paraíso y especialmente con la
REINA DEL PARAÍSO que es MARÍA SANTÍSIMA.”

Me han impresionado estas palabras del sumo Pontífice, porque recuerdo la


importancia que en mis años de seminario se daba a la “Verdadera Devoción a la
SANTÍSIMA VIRGEN” y el puesto tan importante que señalaban los autores Marianos
a la conversación sencilla y filial con NUESTRA SEÑORA. Fuimos, por fortuna,
formados en esa escuela de San Luís Grignion de Montfort, y realizamos nuestra
consagración total a MARÍA, reflexionando largamente acerca de los compromisos
que adquiríamos de obrar siempre con María, por María, en María, y para María,
aprendimos a frecuentar un trato sencillo y frecuente con esta CELESTIAL SEÑORA.”

“Con el transcurso de los años se perdió el aprecio por estos métodos y autores.
¿Quién habla hoy de ellos? Y fuimos olvidando, poco a poco, que MARÍA está muy
cerca a nosotros porque es nuestra MADRE y como tal nos ama, y descuidamos el
trato o dialogo personal y filial con ella. Afortunadamente Pablo VI nos invita a
reanudarla y efectuarla en todo momento”.

“Cuánto ganaríamos los sacerdotes, los seminaristas, las comunidades religiosas y


los hogares y todos los cristianos si aprendiéramos a “dialogar con la VIRGEN
SANTÍSIMA” y si recobrásemos esta piedad sencilla evangélica y filial que nos
acercase de nuevo a María y nos permitiese escucharla y exponerle nuestros
afectos, problemas, inquietudes y sentimientos. Creamos en lo que nos recuerda
el Papa: “LA VIRGEN nos escucha, nos ve, nos protege, está próxima a nosotros. Es
la Madre de la Iglesia y por eso estamos invitados al coloquio con ella.”

En la autobiografía de la Madre Laura se encuentra el siguiente ejemplo de este


diálogo con MARÍA. ¡“Todo se hundió, menos mi confianza! Entonces parece que
prendió mejor. La muerte del señor Gil y con ella todo nuestro aparato de principiar
la obra, me hizo la misma impresión que me hubiera hecho la pérdida de un
zapato. Ni siquiera la comuniqué a las compañeras ni a nadie. Me fui a la Virgen
de la Catedral (Metropolitana, Medellín) que, como he dicho, era mi confidente y
le dije:

¡Madre, yo no soy huérfana porque te tengo a ti, que eres más que Madre, pero los
pobres indios están huérfanos y me parten el alma! ¿No querrás ser su MADRE? Yo
llevaré tu nombre entre ellos, te serviré hasta para rueda del carro que te lleve a
sus corazones. Ábreme los caminos y reinarás en ellos.

Quizás como favor de la SANTÍSIMA VIRGEN, obtuve permiso de mis superiores para
hacer un viaje a Roma, con el fin de interesar al Santo Padre en el asunto de los
salvajes, refiriéndole mi dolor; tanto mi confesor como mi MADRE que vio siempre
en mi afán un designio especial de DIOS me otorgaron la licencia.”

“Contentísima me fui al banco en donde colocaba las pequeñas economías de mi


trabajo y saqué una suma para arreglar mi viaje. Mas al pasar por la Catedral, entré
a hacer la consabida visita a la SANTÍSIMA VIRGEN y con el dinero en la mano le
hice la siguiente plegaria:

“¡Mira Señora este dinero! -se lo mostraba- Es el fruto de las economías de muchos
años y va a gastarse en hoteles y barcos... Y todo porque Tú, SEÑORA MIA me dejas
sufrir sola y no me haces ese mandado a Roma.
Esto lo decía llorando, y después de enjugarme un poco le dije:

Mira SEÑORA: Esta misma noche, preséntate, te lo ruego, ante el Papa, -ya que Tú
para ello no necesitas esperar recomendación ninguna -y cuando ya el Santo
Padre ponga la cabeza en la almohada, hazle oír los gemidos de los pobres salvajes
del mundo y ¡empéñalo en hacer algo nuevo por ellos!

Digo que me sentí oída por la SANTÍSIMA VIRGEN hasta el punto de que me levanté
y le dije: SEÑORA, suspendo el viaje mientras traes la respuesta del Santo Padre.”

“Luego salí para la casa y en el camino pregunté a un sacerdote cuanto tardaría


una carta en venir de Roma y me contestó que por ahí alrededor de mes y medio.
Pues mes y medio demoro el viaje –me dije- porque la influencia de la SANTÍSIMA
VIRGEN en Roma será eficaz.

Esperé y sin dejar de rogar, sentía la seguridad del éxito, cuando por allá a los dos
meses llega de Roma, escrita en la fecha que le indique a la SANTÍSIMA VIRGEN,
una Encíclica en la que dice el Santo Padre a los Obispos, que está compadecido
de los salvajes del mundo, y que es preciso que no desperdicien medio que se les
presente para hacer algo que en favor de ellos se les pida.

Al conocer esta Encíclica, yo rebosaba de dicha y descansé ya sobre la palpable


ayuda de la REINA DE LOS CIELOS.” (Págs. 307 – 309)
S.S. JUAN PABLO II decía: “San Luís de Montfort! He estudiado su doctrina y lo quiero
mucho. El TOTUS TUUS, lo he tomado de Montfort.” Lema que tenía escrito en su
escudo Episcopal. Recordado por la M. de MARÍA de su escudo Pontificio y vivido
en su consagración total a MARÍA de la que es testigo, heraldo y propulsor con
palabras y ejemplos en todas partes.

Esta doctrina ha sido recomendada y vivida por los Papas. Su mensaje se halla en
perfecta concordancia con la orientación dada por el Concilio Vaticano II,
cuando dice que: “la verdadera devoción no consiste ni en afecto estéril y
transitorio, ni en vana credulidad, sino que procede de la verdadera fe, por la que
somos excitados al amor hacia nuestra MADRE y a la imitación de sus virtudes.”
(L.G. 67) Lumen Gentium.

VISIÓN DE LA VENERABLE ANA CATALINA EMMERICH.

“...Cuando el ángel descendió del techo de la iglesia, vi encima de él una gran


cruz luminosa de la que estaba suspendido el SALVADOR y de sus heridas manaban
haces de rayos luminosos que se extendían por todo el mundo. Las heridas eran
rojas y parecidas a puertas resplandecientes cuyo centro era dorado como el sol.

No llevaba corona de espinas, pero de todas las llagas de la cabeza salían rayos
que se esparcían horizontalmente sobre el mundo. Los rayos de las manos, de los
pies, y del costado lucían en color del arco iris y se dividían en líneas muy tenues,
algunos se reunían en haces y se dirigían hacia los pueblos, las ciudades, las casas,
a través del mundo entero.

Los vi por aquí y por allá, a veces lejos, caer sobre toda clase de gente que sufría,
y aspirar sus almas, las que penetraban en la llaga del SALVADOR introduciéndose
en estos rayos coloreados. Los rayos de la llaga del costado caían sobre la iglesia
situada debajo en un raudal muy amplio y ancho. La Iglesia estaba iluminada por
completo, y por esta irradiación vi entrar en el SEÑOR la mayor parte de las almas.

Pero también vi planear en el cielo un corazón rojo, luminoso del que salía un raudal
de rayos blancos que iba a la llaga del costado y otro raudal de rayos que se
esparcía sobre la iglesia y sobre otras regiones; y estos rayos aspiraban almas muy
numerosas, que a través del corazón y la vía luminosa entraban en el costado de
JESÚS. ME FUE DICHO QUE ESTE CORAZÓN ERA MARÍA.

PALABRAS DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA A LUCÍA EL 13 DE JUNIO DE 1917 EN


FÁTIMA.

- “Sí, a Jacinta y a Francisco los llevaré pronto. Pero tú quedarás aquí un tiempo
más. JESÚS quiere servirse de ti para darme a conocer y amar. El quiere establecer
en el mundo la devoción a mi INMACULADO CORAZÓN. A quien acepte esta
devoción, le prometo la salvación; y estas almas serán amadas por DIOS, como
flores puestas en MÍ para adornar su trono...
- Yo nunca te dejaré. MI INMACULADO CORAZÓN será tu refugio y el camino que
te conducirá hasta DIOS.”

PALABRAS DE JACINTA A LUCÍA ANTES DE IR AL HOSPITAL.

“Ya me falta poco para ir al Cielo. Tú quedarás acá para decir que DIOS quiere
establecer en el mundo la devoción al INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA.
Cuando sea el momento de decirlo, no te escondas. Di a toda la gente que DIOS
nos concede las gracias por medio del CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA; que se
las pidan a ELLA; que el CORAZÓN DE JESÚS quiere que, a su lado, se venere el
CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA, que pidan la paz al CORAZÓN INMACULADO
DE MARÍA, que DIOS se la entregó a ELLA. Si yo pudiera meter en el corazón de
todo el mundo el fuego que tengo dentro de mi pecho, quemándome y
haciéndome ¡amar tanto el CORAZÓN DE JESÚS Y CORAZÓN DE MARÍA!”

PALABRAS DE LUCÍA

“La segunda parte del secreto, se refiere, a la devoción al INMACULADO CORAZÓN


DE MARÍA.
En el segundo escrito dije, que el 13 de junio de 1917, nuestra SEÑORA me dijo que
nunca me abandonaría y que su INMACULADO CORAZÓN sería mi refugio y el
camino que me conduciría a DIOS; y que, al decir estas palabras, fue cuando
extendió sus manos, haciéndonos penetrar en el pecho los reflejos que de ella
salían. Paréceme que a partir de este día, este reflejo infundió principalmente en
nosotros un conocimiento y amor especial para con el CORAZÓN INMACULADO DE
MARÍA; así como, en otras dos veces pasadas, me parece, lo tuvo con relación a
DIOS y al misterio de la SANTÍSIMA TRINIDAD. Desde este día, sentimos en nuestro
corazón un amor más ardiente hacia el INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA.

Texto de la gran promesa al corazón de MARÍA, en la aparición de Pontevedra a


Lucía el 17 de diciembre de 1927.

A este documento lo llamamos: “TEXTO DE LA GRAN PROMESA DEL CORAZÓN DE


MARÍA”, porque, efectivamente es la expresión de una gratuita y misericordiosa
Voluntad Divina, de darnos un medio de salvación fácil y seguro, puesto que se
apoya en la tradición católica más sana, sobre la eficiencia salvadora de la
Intercesión Mariana.

PALABRAS DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA AL PADRE ESTEBAN GOBBI DEL


MOVIMIENTO SACERDOTAL MARÍANO, EL 23 DE JULIO DE 1987.

“Miro con amor las familias consagradas a mí...

Yo velo por sus vidas; tengo sus problemas en mi corazón; me intereso no solo por
su provecho espiritual, sino también por la prosperidad material de todos sus
miembros. Cuando ustedes consagran una familia a MI CORAZÓN INMACULADO,
es como si abrieran la puerta de la casa a vuestra Madre Celestial, la invitaran a
entrar y le dieran la oportunidad de ejercer su función maternal de un modo cada
vez más fuerte. Por esto quiero que todas las familias cristianas se consagren a mi
CORAZÓN INMACULADO. Les pido que abran las puertas de todos sus hogares
para que yo pueda entrar y asentar mi maternal morada entre ustedes. Entonces
entraré como su MADRE, residiré con ustedes y participaré de toda su vida...”

PARA LOS SACERDOTES

PALABRAS DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA AL PADRE ESTEBAN GOBBI DEL


MOVIMIENTO SACERDOTAL MARÍANO, EL 23 DE OCTUBRE DE 1973.

La Luz Del Evangelio:

¿Ves cómo todo te causa y te deja como vacío cuando no haces todas las cosas
conmigo?

Y te preguntas: ¿Pero por qué me ocurre esto tan extraño? ¿No son acaso las
mismas cosas que antes me cautivaban y me absorbían totalmente? ¿Qué ha
ocurrido ahora en mí?

Ha ocurrido en ti, oh hijo, el hecho grande y decisivo de tu consagración a mí. Este


acto ha sido tomado en serio por mí y tiene en sí la capacidad de cambiar
realmente y de transformar toda tu vida.

Con el acto de la consagración tú has puesto en mis manos toda tu vida, ahora
ella me pertenece, es Mía. Yo he tomado posesión de ella y ahora, poco a poco
voy transformándola según mi voluntad.

Dulcemente te llevaré a aquella perfección que agrada a mi corazón, y poco a


poco te transformaré en una copia totalmente semejante a mi hijo JESÚS.
Te daré un nuevo modo de ver las cosas: las verás con mis mismos ojos. Todo lo que
es del mundo no te podrá interesar, es más dejaré en ti como una pena profunda.
Dirás estas cosas: ¡Que vanas son, que inútiles!

Sin embargo, cuantos hermanos tuyos se dejan guiar y dominar por ellas: ven según
el mundo, viven para el mundo, malgastando así por nada el don de su existencia.

Te daré también un nuevo modo de sentir: Sentirás según mi corazón. Entonces tu


capacidad de amar y de sufrir se potenciará enormemente, porque sentirás, hijo,
como siente el corazón de tu Madre.

Cuanto dolor sentirás por tantos que hoy hacen vana la redención de mi hijo, todos
los que, sin culpa suya, se descarrían, porque son víctimas ignorantes de estos
errores.
Qué lástima ilimitada tendrás por tantos hermanos tuyos sacerdotes que
abandonándonos a JESÚS y a Mí, no son ya fieles al Evangelio: se hacen
propagadores de muchos errores, solo sienten y juzgan como el mundo juzga y
siente.
Han apostado ya en su corazón, pero aún pueden ser salvados.
Pueden ser aún salvados por Mí.
Y te daré también un nuevo modo de pensar: Pensarás según el corazón de JESÚS
y mi corazón maternal, viendo cada cosa en DIOS y desde DIOS, según el espíritu
de sabiduría. Te daré la sabiduría de corazón.

Consagrado a Mí, debes sentir, ver y pensar como Yo, conmigo, porque quiero
tomar posesión de toda su vida, quiero transformarla, volverla imagen de mi Hijo
JESÚS, el Primogénito de muchos otros hijos míos.

¡Que se dejen formar por Mí, como niños, con mucha confianza y el mayor
abandono!

Entonces, por medio de ellos, volverá a resplandecer la luz del Evangelio en este
mundo invadido por las tinieblas.

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