Está en la página 1de 5

TEMA: ¿ERES FELIZ O SÓLO SONRÍES?

Por: Julio César Yescas Duarte


Grupo 16: MHTFB

OBJETIVO: Admirar y valorar la grandeza de nuestro ser para lograr la plenitud de


nuestra vida en continuo crecimiento.

INTRODUCCIÓN:

Hablar de "felicidad" en la vida actual es muy subjetivo porque cada quien parte de
su experiencia, influido a la vez por este posmodernismo relativista donde los valores se
han vuelto antivalores y esta actitud a veces permea en la consciencia de los seres humanos.

Por tal motivo, a veces nos encontramos en nuestra vida cotidiana a personas que se
auto etiquetan, es decir, dicen es que "yo soy así" y no tengo que cambiar. Este
pensamiento puede ser reduccionista, es decir, limita la opción al cambio, sin buscar la
plenitud.

Quisiera contarles una fábula acerca del "escorpión y la rana" Cuenta un relato
popular africano que en las orillas del río Níger, vivía una rana muy generosa. Cuando
llegaba la época de las lluvias ella ayudaba a todos los animales que se encontraban en
problemas ante la crecida del rio.

Cruzaba sobre su espalda a los ratones, e incluso a alguna nutritiva mosca a la que
se le mojaban las alas impidiéndole volar. Pues su generosidad y nobleza no le permitían
aprovecharse de ellas en circunstancias tan desiguales.

También vivía por allí un escorpión, que cierto día le suplicó a la rana: «Deseo
atravesar el río, pero no estoy preparado para nadar. Por favor, hermana rana, llévame a la
otra orilla sobre tu espalda»

La rana, que había aprendido mucho durante su larga vida llena de privaciones y
desencantos, respondió enseguida: «¿Que te lleve sobre mi espalda? ¡Ni pensarlo! ¡Te
conozco lo suficiente para saber que si te subo a mi espalda, me inyectarás un veneno letal
y moriré!

El inteligente escorpión le dijo: «No digas estupideces. Ten por seguro que no te
picaré. Porque si así lo hiciera, tú te hundirías en las aguas y yo, que no sé nadar, perecería
ahogado»

La rana se negó al principio, pero la incuestionable lógica del escorpión fueron


convenciéndola… y finalmente aceptó. Lo cargó sobre su resbaladiza espalda, donde él se
agarró, y comenzaron la travesía del río Níger.

Todo iba bien. La rana nadaba con soltura a pesar de sostener sobre su espalda al
escorpión. Poco a poco fue perdiendo el miedo a aquel animal que llevaba sobre su espalda.

Llegaron a mitad del río. Atrás había quedado una orilla. Frente a ellos se divisaba
la orilla a la que debían llegar. La rana, hábilmente sorteó un remolino…
Fue aquí, y de repente, cuando el escorpión picó a la rana. Ella sintió un dolor agudo
y percibió cómo el veneno se extendía por todo su cuerpo. Comenzaron a fallarle las
fuerzas y su vista se nubló. Mientras se ahogaba, le quedaron fuerzas para gritarle al
escorpión: «¡Lo sabía!. Pero… ¿Por qué lo has hecho?»

El escorpión respondió: «No puedo evitarlo. Es mi naturaleza»

Y juntos desaparecieron en medio del remolino mientras se ahogaban en las


profundas aguas del río Níger.

Por tal motivo, los hombres y las mujeres nacimos para vivir en paz consigo mismos
y llenos de alegría profunda. Las personas no fueron hechas para la tristeza. Por desgracia,
todos hemos experimentado en alguna ocasión la frustración de nuestro deseo innato de ser
felices, y seguramente es porque pensamos que nuestra felicidad depende en gran parte de
cosas externas a nosotros o incluso de otras personas. Y así nuestros sueños irreales de
felicidad se ven defraudados.

Si estamos hechos para tener una vida completamente feliz, ¿Por qué hay tanta
gente infeliz? Seguramente algo anda mal.

Un ejemplo: En los supermercados hay maquinas que si se les hecha una moneda
dan una bolsa de palomitas… un señor vio a una mujer que trataba de explicarle a su hijo
de 8 años que la maquina estaba descompuesta y no podía dar las palomitas. La mamá le
decía: La máquina está descompuesta. No puedes comer palomitas, ¿qué no vez que hay
un letrero que dice “Descompuesta”? pero el niño no podía entender, porque tenía las
ganas, tenía el dinero y veía las palomitas dentro de la maquina. Seguramente algo
andaba mal porque no podía comer palomitas. El niño quería llorar.

El señor que vio este drama dijo: Señor Dios, yo también sentí ganas de llorar,
pero por la gente que se ha atorado, que ha llegado a ser máquina descompuesta, pero que
está llena de una gran bondad que otras personas necesitan y no pueden disfrutar porque
seguramente algo anda mal adentro de ellas.

¿Cómo andamos en nuestra máquina interior? ¿Te has preguntado que vacíos
quieres llenar?

Por ello, la felicidad es una tarea interior, que se va construyendo de manera


integral.

Actividad 1. Dibujar el croquis de mi casa (Poner un signo positivo + en los lugares


donde soy feliz y un signo negativo donde no soy feliz)

CONTENIDO:

Nuestra vida va adquiriendo un sentido

Todo comienza en los primeros años de nuestra vida. El niño se pregunta


constantemente: ¿Quién soy? ¿Soy alguien valioso? Si como respuesta recibe muchas
caricias y afecto aprenderá algo muy importante: soy digno de que me quieran, y no tengo
que hacer nada, sino ser yo mismo.

Pero a la mayoría de nosotros se nos ha dado otra respuesta. Se nos ha ofrecido un


amor condicionado: por ejemplo, si haces esto, te quiero; si te estás quieto, te doy…
Cuando el niño crece le dicen: si ayudas en la casa… si estas limpio… En el fondo, los
adultos le estamos diciendo (o nos lo dijeron nuestros papás): tu valor no está en ti mismo
como persona sino en tu buen comportamiento, en tus acciones. Es como obligarlo a pagar
un precio para que lo quieran.

Ideas equivocadas que hacen sufrir

El Dr. Albert Ellis llegó a descubrir que cuando hay problemas psicológicos y
emocionales la raíz está en pensamientos irracionales o equivocados. Descubrió que pensar
y creer esas ideas era lo que les estaba causando ese nerviosismo, las tensiones y
malestares.

1. Debo ser querido y valorado por todos, especialmente por aquellos que a mí me
importan más.

Esta idea nos lleva al fracaso, mientras más nos esforzamos para lograr esta meta
nos volvemos más ansiosos y frustrados. Debemos de ser conscientes que no podemos tener
el amor y la valoración de todos para ser feliz. No podemos sacrificar nuestros ideales,
interés y deseos por comprar aprobación y cariño.

2. Debo depender de los demás y tener alguien más fuerte que yo con quien pueda
contar.

Esta idea es una exageración de la dependencia. Lleva a una vida “para ser cuidado
por” en lugar de la independencia y de la seguridad personal. Y mientras más dependiente
soy, más estoy esclavizado a la persona a la cual estoy apegado. Para salir de esta idea es
necesario tomar las propias decisiones y responsabilidades con gusto aceptando los riesgos
como parte del crecimiento y estar dispuesto a pedir y aceptar la ayuda de los demás.

3. Debo ser muy capaz, hábil y triunfador antes de que me considere a mí mismo
como alguien no valioso.

Esta idea me llevará a un esfuerzo sobrenatural, a un miedo constante al fracaso y a


un complejo de inferioridad. Este esfuerzo acaba en enfermedades psicosomáticas y
perdiendo el control de la vida. Por tanto, debemos de realizar bien las cosas que queremos,
no por competir sino por satisfacción.

4. No tengo control sobre mi felicidad. Mi felicidad depende de los demás o de los


acontecimientos.

Esta idea es una mentira para evitar el reto y la responsabilidades. Es más fácil
hacerle al mártir que examinar mi situación y hacer lo que me corresponde. Sin embargo, la
felicidad o infelicidad es el resultado de la manera como percibimos y valoramos los
acontecimientos. La felicidad es una tarea interior.
5. Los problemas y las confusiones de los demás deberán afectarme mucho.

Esta idea te lleva al stress y a la impaciencia por hacer propios los problemas de los
demás. Aquí no se niega una empatía con aquellos que sufren. Sin embargo, el único
camino para ayudar a los demás es mantener el equilibrio y la paz.

Por tanto, el Dr. Ellis centra la esperanza de la felicidad y una vida plena en el momento
que los hombres y las mujeres quieran cambiar y reorganizar el modo de ver las cosas, el
modo de pensar.

CONCLUSIÓN:

Ejercicio 1. "Aprender a quererme incondicionalmente"

Date un momento para ponerte cómodo, cómoda, ahí en donde estás y con tus ojos
cerrados, siente tu respiración con todo detalle, así como estás respirando.

Ahora imagina que tienes en tus brazos a ti mismo, a ti misma, recién nacidito, recién
nacidita y en tus piernas te tienes a ti de meses... y ahí junto, estás tú de un añito, en ese
momento en que estás preparándote para empezar a caminar y explorar el mundo. Imagina
que ahí junto a ti estás tú de todas las edades, desde recién nacido, recién nacida, hasta tu
edad actual y después de tu edad actual, hasta verte como un hombre o una mujer mayor,
fuerte, lleno, llena de sabiduría y de paz interior, con mucha satisfacción de haber vivido
como vivió, de todo lo que superó y creció.

Preséntate con esos tús. Diles YO SOY, (y tu nombre completo), YO SOY todos,
todas ustedes y cuéntales lo que acabas de escuchar sobre cómo pasaste, pasaron tantos
años esperando un cariño que los otros no podían dar, sin saber que ese Amor que buscabas
estaba dentro de ti. Pero diles que eso ya se acabó porque ahora vas a darles ese cariño que
desde siempre han nbuscado. Se acabó el andar exigiendo o mendigando cariño. Y también
vas a darles ese reconocimiento de haber hecho las cosas bien, que tanto han necesitado.

Repíteles en voz alta eso que te voy a decir, si eres hombre en masculino, si eres mujer en
femenino:

Yo Soy (y tu nombre completo), Yo Soy todos, todas ustedes y desde quien Yo Soy,
les prometo, me prometo, quererme siempre, incondicionalmente, absolutamente, así como
soy, completo, completa, con lo que me gusta y me disgusta de mi, con mis cualidades y
defectos, con mis logros y equivocaciones que me hacen crecer.

Me prometo quererme siempre, incondicionalmente, absolutamente, haga lo que


haga, deje de hacer lo que deje de hacer. Me prometo quererme siempre, absolutamente,
incondicionalmente, pase lo que pase; suceda lo que suceda, hagan lo que hagan los demás,
digan lo que digan, piensen lo que piensen y reconozco que en cada momento de mi vida he
hecho lo mejor que he podido, y me felicito por eso.

Y ahora, date ese cariño que te acabas de prometer. Abrázate a ti de todas las
edades, tócate, acaríciate, dándote ese cariño que durante tanto tiempo has esperado. Estás
aprendiendo a quererte tú, a ti, incondicionalmente, absolutamente, más allá de lo que digan
o hagan los demás, más allá de lo que suceda.
Siente cómo sale ese cariño desde adentro de ti, de tu corazón, de todo tú, de toda
tú, siéntelo en la piel y dentro y disfruta darte y recibir por fin ese cariño tan deseado, tan
esperado.

Ahora invita a todos esos tus, a que, con tu respiración, saludablemente,


protegidamente, vayan entrando adentro de ti, con cada respiración, tomando su lugar
adentro de ti, llenando todos tus vacíos, todos tus agujeros, llenándote, para que ellos sigan
queriéndote y acompañándote desde adentro, y tú continúes protegiéndolos, abrazándolos
con tu cuerpo, todo el tiempo, de ahora en adelante y para siempre.

Estás aprendiendo a estar, llena de ti, incondicionalmente, absolutamente, querida y,


reconocida desde adentro. Y así es muy fácil recibir el cariño que los otros te dan como un
regalo de la vida.

Y ahora deja que vengan a tu mente esos momentos en que ANTES tú te sentías mal
porque los demás eran como eran o porque no te querían como tú deseabas y fíjate cómo
AHORA que estás llena, lleno de ti, que ya te quieres a ti absolutamente,
incondicionalmente, justo como necesitabas que te quisieran, estás recibiendo el cariño que
los otros te dan con tranquilidad y alegría, como un regalo de la vida y lo estás disfrutando.

Quédate ahí el tiempo que quieras, disfrutando este momento, aprendiendo a recibir
el amor que los otros te dan, dándote ese amor tú a ti, sabiendo que cuantas veces desees,
puedes recordar y revivir estos momentos y, sobretodo, seguir dándote el cariño que tú, yo,
todos necesitamos.

Cuando quieras, guardando las sensaciones agradables que tienes ahora, deja este
trabajo en manos de tu Sabiduría Universal, Haz una respiración profunda y abre los ojos.
Tú sabes que puedes volver abrazarte y quererte siempre que quieras. Pero recuerda que ya
te prometiste quererte absolutamente, incondicionalmente.

Bibliografía:

 Centro Virtual Cervantes © Instituto Cervantes, 1997-2022. Reservados todos los


derechos. Recuperado en:
cvc@cervantes.eshttps://cvc.cervantes.es/ensenanza/luna/rajendra/cuento.htm

 Powell, J. (2005). Plenamente humano, plenamente vivo: Una nueva vida a través
de una nueva visión. Sal Terrae.

 Robles, T. (2015). Manual del grupo de crecimiento. Alom Editores, S.A. de C.V.

También podría gustarte