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SÍNDROME MEDULAR-RADICULAR

Este síndrome combina la compresión medular con la radicular, es


decir, surge dolor en la distribución de una raíz sensitiva. El sujeto
describe la molestia como una cuchillada o un dolor sordo al que se
sobreañaden sensaciones de dolor penetrante que irradian en sentido
distal, es decir, lejos de la columna y que se intensifican con la tos, el
estornudo o al hacer un esfuerzo. Las manifestaciones habituales,
además del dolor radicular son los cambios sensitivos segmentarios
(parestesias, menor percepción del pinchazo de alfiler y del tacto), o
perturbaciones motoras (calambres, atrofias, contracciones aciculares y
arreflexia tendinosa) además de la molestia en la columna. En cerca de
la mitad de los pacientes se genera por percusión dolor en las apófisis
espinosas que están sobre el tumor. Meses antes de que surjan los
signos de compresión medular, si la lesión es benigna, aparecen
cambios segmentarios, en particular en las raíces sensitivas.

Las lesiones de la cola de caballo provocan síntomas y signos


relacionados con las raíces nerviosas afectadas. En general, al principio
se reconoce dolor radicular en dermatomas inervados por las raíces
afectadas. Se presentan paresia o parálisis del tipo de la neurona
motora baja en músculos inervados por los nervios dañados. En
anomalías altas de la cola de caballo, por ejemplo las que afectan los
nervios L-2 a L-4, en el lado derecho, el paciente sufre atrofia y debilidad
ipsilaterales de los músculos cuadríceps y aductores del muslo y
ausencia del reflejo rotuliano. Es obvia una pérdida sensorial en los
dermatomas L-2 a L-4. Cuando el tumor comprime la médula espinal,
se identifican signos similares al fascículo corticoespinal de la neurona
motora alta. Por ejemplo, en un tumor en L-2 a L-4 se reconocen el signo
de Babinski ipsilateral, clono del tobillo y debilidad de la dorsiflexión del
pie. Muchas veces, en las lesiones de la cola de caballo aparecen en
un momento tardío alteraciones de los esfínteres.

Con frecuencia es difícil diferenciar en clínica las lesiones del cono


medular y las laceraciones de la cola de caballo. Sin embargo, las
primeras se acompañan en general de alteración temprana del esfínter
y pérdida simétrica de sensaciones sacras. En lesiones del cono, el
dolor es infrecuente. En contraste, las anomalías de la cola de caballo
se acompañan de dolor radicular temprano y alteración tardía del
esfínter.

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