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OJITOS DE ÁNGEL, ESCRITA POR RAMÓN
FONSECA MORA
Es una novela corta, de tipo narrativo, narrador
omnisciente porque sabe todo lo que pasa y siente
cada personaje. Trata de las vivencias y diálogos en un
cuarto de cuidados intensivos en un hospital público, de
dos personas, una niña con una enfermedad terminal
que cambiará la vida, forma de pensar y de actuar de
un hombre que amanece junto a la cama de ella y que
descubre poco a poco que está en un hospital,
producto de un accidente automovilístico por conducir
en estado de ebriedad.
Personajes principales: Sr. Julio Vargas, un hombre
adinerado, soberbio, arrogante, prepotente, de mal
carácter, egoísta, incrédulo, infiel, que se cree superior
a los demás, intolerante, hace lo que quiere sin
importarle lo que piensen y digan los demás, promotor
inmobiliario de renombre, que en el transcurso de la
novela se da cuenta que no tiene amigos, que está sólo
y que una niña lo hace reflexionar y cambiar de
comportamiento. Mercedes del Carmen, “MECHI”,
una niña humilde, de piel morena, de cabello corto,
color cenizo, con gran corazón, valiente, querida por
todos en el hospital. con ojos de ángel, desauseada por
una enfermedad terminal llamada Leucemia
Linfoblástica, cuya muerte por este tipo de enfermedad,
no se dá por la enfermedad en sí, sino que debilita el
sistema inmunológico y el paciente muere por otra
cosa, ejemplo una infección pulmonar. Esta niña
cambia la vida y modo de ser de Julio Vargas.
Personajes secundarios: (a) la madre de Mechi, era
maestra, pero por la torpeza y el alcoholismo de su
esposo tuvo que renunciar y ponerse a vender flores
para darle de comer a sus hijos. (b) hijo del Sr Julio, un
joven maltratado, llamado también Julio como su padre.
(c) la secretaria del Sr Julio, María Eugenia. (d) el
abogado del Sr. Julio. (e) la amante del sr Julio, Netzia,
una mujer de mezcla negra, india y blanca. (f) el médico
de Mechi, Dr. Medina, especialista oncólogo de niños,
que trabajaba en el hospital y la clínica privada
Pedernal. (g) las enfermeras del hospital. (h) la esposa
del Sr. Julio, mujer maltratada, traicionada y muy
religiosa.(i) el abuelo de Mechi, quién sólo ella lo podía
ver cada vez que la visitaba, porque estaba muerto.
El ambiente donde transcurren los hechos narrados de
la novela, es un cuarto de cuidados intensivos del
Hospital Público de San Juan.
Julio Vargas, despierta en un hospital público luego de
sufrir un accidente automovilístico por conducir
embriagado, su mal estado de salud, estar enyesado la
mayor parte de su cuerpo, impide que sea trasladado a
la clínica privada Pedernal, tal como lo desea. La
molestia que sentía por estar en un hospital público,
desata su ira y le hace tratar con soberbia a los
médicos y enfermeras, sin que éstos, le presten mayor
importancia. Julio se siente solo y abandonado, ya que
su esposa e hijos no lo visitan a causa de sus
maltratos. Además, desea recuperar unos documentos
con la apropiación de un terreno municipal en donde
vivía su amante Nitzia, que lo compromete y, que están
en su maletín en la maleta de su carro accidentado, y
para ello quiere utilizar a la madre de Mechi, pero su
secretaria María Eugenia le informa que fueron
recuperados por su abogado en la policía. Muy pocas
veces el abogado del Sr. Julio Vargas lo visitó, la visita
más fuerte fue cuando éste le manifestó que su esposa
se quería divorciar del Sr.Vargas.
Mechi, la niña de ojos de ángel con una enfermedad
terminal que estaba al lado de la cama del Sr. Julio
Vargas, lo va cautivando con sus profundos y grandes
ojitos negros y los continuos diálogos sobre su abuelito
muerto que la visita todos los días en el hospital y
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también sus constantes preguntas, lo cual lo llevan a
recordar sus actuaciones durante toda su vida y
reflexionar sobre ella, su familia y las personas que han
estado en su camino. Ella no le teme como los demás y
no le interesa su dinero; lo consuela, le hace caricias y
lo hace comprender a través de sencillas reflexiones el
auténtico valor de la vida.
En una conversación entre el Sr. Julio y Mechi, ésta le
manifiesta que ella se va a morir y que su abuelito se lo
dijo y que él vendría con unos niños para llevarla a un
mundo más tranquilo y bonito, lleno de flores como las
que vendía su mamá y jardines. Mechi tenía una
muñeca de trapo que se la hizo su abuelo muerto.
El Sr. Julio Vargas, tenía un hijo en el que confiaba muy
poco, que también lo maltrataba. Su hijo hablaba con
Mechi y poco a poco se dio cuenta que su papá estaba
cambiando de conducta, gracias a Mechi, el Sr. Vargas
cambió tanto que decidió dejarle la empresa a su hijo y
no ir más a trabajar ya que se dedicaría a recuperar el
amor perdido de su familia y a su esposa ya que no
quería divorciarse.
tiene salvación, y una tarde a la niña se la llevan por
una convulsión y no la regresan sino al otro día, y ella
cuando regresa ya estaba en sus últimas horas, ella en
un suspiro se despide de su madre y le da un beso, así
mismo se despide del Sr. Julio diciéndole que ya su
hora llegó que su abuelito la vino a buscar y le entrega
la muñeca de trapo para que se la dé a su nieta de
siete años, que por casualidad se llamaba María de las
Mercedes, parecido a Mechi.
El final de esta obra es la muerte de la pequeña Mechi,
que dejo un gran sentimiento de amor, humildad que
hizo revivir y cambiar la vida de un hombre
completamente materialista. El Sr. Julio Vargas sale del
hospital acompañado de su hijo, dispuesto a visitar a su
nieta para entregarle la muñeca de trapo y jugar con
ella y a recuperar a su esposa. Asimismo la novela nos
revela valiosas enseñanzas, entre ellas, que los bienes
materiales nos dan confort, pero muchas veces no nos
conducen a la felicidad; la plata no compra el amor y la
amistad de los seres queridos.

El Sr. Julio Vargas, de tanto oírle decir a Mechí que se

iba a morir, le pregunto a la enfermera para salir de
duda y esta se lo confirmó. Él estuvo confundido
porque no comprendía cómo los médicos le podían
decir claramente a los enfermos que iban a morir. La
enfermera le explica que en el hospital tenían como
política no ocultarle nada a nadie, ni siquiera a los
niños, que con sus sentimientos ven todo sin temores ni
miedos y que al final son los mismos niños que
consuelan a sus familiares, aunque parezca raro.
Conmovido por la noticia decide ayudar a Mechi y
mando a buscar al mejor médico con su secretaría,
pero el médico el Doctor Medina que también trabajaba
en el Hospital y la clínica Pedernal, reconocido
especialista oncólogo de niños, le dice que ya ella no