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LA SIERRA JUÁREZ
La Sierra Juárez
Tomo I
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LA SIERRA JUÁREZ
Serie: DISHÁ
Colección: Historia
CONSEJO EDITORIAL
Instituto Oaxaqueño de las Culturas
Giselle Pérez-Moreno
Álvaro González
Arcelia Yáñez
Emilio Fuego
Francisco José Ruiz
Carmen Cordero
Salvador Sigüenza
FOTOGRAFÍA DE PORTADA:
Yta
IMAGEN EDITORIAL:
Departamento Editorial del Instituto Oaxaqueño de las Culturas
APLICACIÓN DE IMAGEN:
Francisco Morales
CUIDADO DE LA EDICIÓN:
Manuel Castro Jarquín
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La Sierra Juárez
Tomo I
URAS
FONDO ESTATAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES
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ÍNDICE
Tomo I
Antecedentes de la obra 17
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INTRODUCCIÓN
UNA SEMBLANZA DEL AUTOR
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ANTECEDENTES DE LA OBRA
A la memoria del ilustre Patricio Benito
Juárez, en el CL Aniversario de su natalicio en
Guelatao, de la Sierra de Ixtlán.
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EULALIA GUZMÁN
He leído con toda atención el texto original del primer tomo escrito a
máquina, con ilustraciones, de su libro titulado Apuntes sobre
Arqueología, Geografía, Historia y Estadística de la época colonial
hasta la presente de los pueblos del Distrito de Ixtlán (Oax.), mejor
conocidos por La Sierra Juárez, texto que usted terminó en 1950.
Mi humilde opinión, basada en su lectura y en los conocimientos
generales de la arqueología y de la historia antigua de la región que
hoy constituye el Estado de Oaxaca, es la siguiente:
1° En cuanto a la distribución de la materia, que se ajusta a la
señalada en el índice, abarca los aspectos contenidos en el título,
además del folklórico, el etnográfico y el económico, lo que hace de la
obra un trabajo completo de la región que estudia.
2° El estudio toma como base: a) la experiencia personal, adquirida
en sus frecuentes visitas a esos lugares y en el trato con sus
habitantes en el desempeño de sus funciones como Inspector de
Escuelas Rurales, y b) una bibliografía bastante completa, incluyendo
los archivos oficiales de los pueblos a estudiar y de los existentes,
también oficiales, de la ciudad de México.
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1. Generalidades
Situación
La región de que se ocupan estos estudios es el distrito judicial y
rentístico de Ixtlán de Juárez, situado al norte de la capital del Estado
de Oaxaca. El área tiene forma de cuadrilátero en posición de norte a
sur, y sus límites son: al norte, el distrito de Tuxtepec; al sur, el del
Centro; al oriente, el de Villa Alta; al poniente, el de Etla; al noroeste,
Cuicatlán, y al suroeste, Tlacolula.
Topografía
Muy accidentada. Forma parte mínima de lo que es la Sierra Madre
Oriental de la vertiente del Golfo; sus corrientes acuíferas forman el
Alto Papaloapan.
Ambiente
De clima variable porque las cumbres de sus montañas alcanzan de
2,800 a 3,000 metros sobre el nivel del mar y la profundidad de sus
ríos bajan hasta 600 metros. Parte de la región es de clima cálido-
húmedo veracruzano.
División Política
La constituyen 25 Municipios, 22 Agencias municipales y ranchos,
agrupados en 6 parroquias. El 80 % de habitantes forma parte de la
familia indígena zapoteca-serrana, y el 20%, de la chinanteca de la
Alta Montaña.
Ocupaciones
La mayoría vive de la agricultura, cultivando de preferencia maíz,
trigo, frijol, árboles frutales, café; en menor escala, hortalizas y
flores; los demás, de la arriería, pequeño comercio, modestas
industrias y, en menor número, la minería.
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Recursos Naturales
Bosques de pinos, encinos y demás árboles de climas fríos, de donde
extraen maderas para usos domésticos y comerciales; yacimientos
de metales finos, que se localizan en los municipios de Capulalpan,
Natividad, Xiacuí, Yavesía, Lachatao, Amatlán, Ixtepeji y Quiotepec.
Características de los Habitantes
La proximidad a la capital del Estado, la escabrosidad de la región, la
falta de buenos caminos, la indiferencia en que por largos lustros los
tuvo el poder público, sus antecedentes históricos y la necesidad de
solucionar en conjunto sus problemas generales fomentó el
regionalismo, que se robustece con la costumbre de sus asambleas
periódicas, a las que convoca la autoridad de la Cabecera del Distrito,
haciendo que se conozcan bien entre sí, se formen corrientes de
mutua simpatía, que acaba por hacer de ellos un grupo fuerte y
compacto, que en algunas ocasiones ha desafiado hasta al poder
público y que en la mayoría de los casos sirve para acometer en
conjunto los diversos y diarios problemas sociales que se les
presentan.
Los esporádicos problemas que por jurisdicciones o tierras surgen
entre ellos no son suficientes para quebrantar la unidad de que se
enorgullecen. A orgullo tienen que entre ellos surgiera en el siglo
pasado un hombre de la talla de Benito Juárez, lo que hace que en su
vida pública imperen las doctrinas liberales en toda su pureza; la
elección de sus autoridades municipales en tiempos de paz y las
militares en el de guerra son la expresión fiel de una democracia
auténtica, entre la que no es una novedad el voto femenino.
Así es, en términos generales, el conglomerado social del que nos
vamos a ocupar en los capítulos siguientes.
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2. Orografía
Principales cordilleras
El sistema montañoso de la región es una mínima parte de la gran
cordillera nacional conocida con el nombre de Sierra Madre Oriental,
que teóricamente se desprende del gran núcleo conocido con el
nombre de Zempoaltépetl.
Entra al Distrito por la parte sur y es prolongación de las montañas
de las Albarradas, del Distrito de Tlacolula, al ligarse con la mole de
Cuagimoloyas.
En esta área, en términos generales, adquiere la forma de la letra “J”,
que iniciándose en el extremo norte de la jurisdicción de
Maninaltepec corre al sur en una longitud probable de 80 a 100
kilómetros, casi en línea recta hasta el lugar conocido con el nombre
de La Cumbre de los Arroyos, de la jurisdicción de los pueblos
mancomunados, de donde toma una dirección hacia el oriente, y
formando una comba termina en Plan de Águila, entre las tierras de
Yalina, San Juan Juquila, Yatuni y Xiacuí, con un recorrido
aproximado de 30 a 40 kilómetros; en toda esta extensión, especie
de escuadra, tiene nombres enteramente locales: en el extremo norte
se le llama Monte Flor, después Cerro Nariz, más adelante Cerro
Obispo, luego Las Cruces y posteriormente Mogote Blas, que es un
cono perfecto que se levanta un poco al norte del cerro de San Felipe
del Agua; de este lugar en adelante, y virando ligeramente hacia el
oriente, se le llama Cerro de León, y tomando nueva dirección al sur
se le denomina Cuagimoloyas, Las Calaveras; continuando en la
misma ruta llega hasta Cruz de Milagro, y dando vuelta hacia el norte
se encuentra el Shia-Caba, el Pelado de Yatuni, para dar vuelta
nuevamente hacia el oriente y acabar como la cabeza de un martillo
en Plan de Águila, una de cuyas cabezas va a morir cerca de Yalina y
la otra en los riscos de Siete Cabezas, frente sur de San Juan Juquila.
Un segundo sistema montañoso, que por sus direcciones pudiera
formar la letra “U”, algo irregular, se levantan hacia el oriente de la
anterior y es de menores proporciones.
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sus selvas al más perito de los guardamontes que los recorren, y que
se extiende en dirección oriente para dar lugar a una enorme
barranca, en cuyo fondo corren las aguas de Río Grande.
El Cerro de Santa Ana Yareni que, con la misma altura que la Sierra
Principal, se desprende a unos cuantos kilómetros al sur del pueblo
de Aloapan, y dirigiéndose hacia el oriente como a unos 8 kilómetros
se interrumpe con la misma brusquedad que el anterior para dar
paso a las propias aguas de Río Grande.
Otro contrafuerte de importancia es el que desprendiéndose de un
lugar a pocos kilómetros al norte del Mogote Blas y con una
dirección noreste, al principio baja lentamente, después lo recorre en
forma de lomeríos, para que, como los anteriores, se interrumpa
bruscamente y dé paso a las aguas del río Teococuilco, que corre
entre unos acantilados de más de 200 metros de altura, accidente
geográfico que podríamos llamar el contrafuerte de Nexicho y San
Miguel del Río, con un recorrido probable de 35 kilómetros.
A continuación se puede localizar el que se desprende en la Cumbre
del Estudiante y viene a morir en la eminencia llamada Larompa, al
frente y al norte de Xía; sobre esa montaña, en su mayor parte, está
trazado el camino nacional Oaxaca-Ixtlán.
El siguiente podría ser localizar desde el pueblo Benito Juárez, de
Cuagimoloyas, y que en línea recta de sur a norte llega a morir en la
Planta Eléctrica de Lacheni, pasando por lo que ahora son los
ranchos de San Lucas, Latuvi, Santa Rosa, Santa Martha, Las
Canteras, Taguba y el Cerro de Xía.
El séptimo es el que desprendiéndose desde la cumbre de
Cuagimoloyas y siguiendo igual dirección que el anterior, y después
de un recorrido de 28 kilómetros, podríamos decir que se achata
bruscamente para formar en sus faldas el sitio donde están
asentados los pueblos de Lachatao y Amatlán. Una última cola de
estos cerros podríamos asegurar que viene a morir abajo del
panteón de Chicomezúchil, en las mismas orillas de Río Grande, y
que pasa por las pertenencias de las minas de La Valenciana. Este
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3. Hidrografía
Las aguas pluviales del Distrito tienen dos direcciones
fundamentales: las que van hacia el Océano Pacífico y las que se
vierten en el Golfo de México. Entre una y otra área hay una gran
diferencia.
La extensión del área de las aguas que se recogen y van hacia el
Océano es bastante reducida, calculándose en un 10 %.
Esas aguas van a alimentar a los ríos Atoyac y Tlacolula; las primeras
en las tierras del distrito de Etla y las otras en el ya expresado
Tlacolula.
Se recogen de las pendientes poniente y sur de la cordillera de
Marcos Pérez y Cuagimoloyas.
Como principales arroyos se anotan los que se forman al lado de las
montañas de Aloapan y Teococuilco, que forman el arroyo de San
Juan, del Estado del distrito de Etla. Otros dos arroyos se forman a
ambos lados del contrafuerte del Cacalote, del Municipio de
Teococuilco, y van a reforzar la corriente del Atoyac.
Se forma más al sur de los anteriores otro, en la misma jurisdicción y
cerca del valle, que se le denomina Fábrica de San José de Vista
Hermosa. De los que van a reforzar el río de Tlacolula anotamos en
primer término el Arroyo del Estudiante.
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Así formado este río, y con sus broncas aguas, vira hacia poniente
para buscar salida en las tierras planas de Tuxtepec por el rumbo de
Valle Nacional. Esta cuenca, que adquiere la forma de un rectángulo
bastante accidentado, por el hecho de recibir directamente los aires
húmedos del Golfo, tiene cubierto su suelo de una vegetación
exuberante que hace difícil transitarlo. Muy pocas áreas están
cubiertas de cultivos; los incendios no se propagan debido a la
propia humedad, lo que hace del Soyolapan un río de aguas
permanentes y apropiadas para establecer una planta hidroeléctrica.
De las faldas orientales de las eminencias de las Dos y Tres Cabezas,
de la jurisdicción de Yolox, bajan pequeñas corrientes, que cuando ya
tienen alguna importancia forman dos ríos, que se llaman río de
Santa Teresa el uno y de Yetla el otro; con esos nombres, al vaciarse
en el Soyolapan, forman el río Valle Nacional, que después de
recorrer 30 kilómetros y en el punto llamado San Cristóbal, entrega
las aguas al caudaloso Tuxtepec o Papaloapan.
4. Cuenca de Río Grande
La cuenca de este río, que también se ha llamado de Alvarado, en
recuerdo del conquistador Pedro de este apellido, actualmente se le
conoce con el nombre de Alto Papaloapan; como dijimos, puede
incluir el área el 70 por 100 del suelo del distrito, y para estudiarla
tenemos que dividirla en dos secciones.
El área de las primitivas fuentes la localizamos entre las
jurisdicciones de Ixtlán, Capulalpan, Xiacuí, los pueblos
mancomunados e Ixtepeji, o sea en las montañas de Cuagimoloyas y
sus inmediatas, que dan nacimiento a los ríos Codornices, Rulaa o de
los Molinos de Capulalpan; el de la Arena o Natividad, el Betzeni o de
las Salinas de Yatuni, el Shoo-raa o de Yavesía, que es el primero y
nace a 3,067 metros sobre el nivel del mar, inmediato a Las
Calaveras y cercano al Cuagimoloyas; el de los Arroyos o de
Chicomezúchil y el de Guacamaya o Xía, que, como sabemos, llega
hasta la planta eléctrica de Lacheni; son corrientes permanentes,
descritas más detalladamente en los siguientes croquis. En segundo
término tenemos que contar con las corrientes del río Teococuilco, el
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1944
Las lluvias en la ciudad de Oaxaca empezaron la noche del 20 de
septiembre, sin que a nadie le causaran novedad, puesto que
estábamos en la época de temporal. Estas continuaron con algunos
intervalos los siguientes días 21, 22 y 23.
Sólo en este último día llegó la noticia de que las tortilleras de San
Felipe del Agua no podían pasar el arroyo de Jalatlaco para llegar
directamente a Xochimilco, teniendo que regresar para entrar por el
puente.
Casualmente pasaba yo por la calle donde está situada la oficina
telegráfica de la ciudad, y extrañando el silencio que en ella reinaba,
indagué la causa y se me dijo que era por el temporal. La mayor
parte de las líneas telegráficas del Estado estaban caídas.
Al día siguiente la prensa local anunciaba la caída de los puentes
ferrocarrileros de Tehuantepec y Tomellín y la posible anulación del
tráfico con la ciudad de Puebla.
Cuando me disponía a regresar a Ixtlán, me encontré con la nueva de
que el servicio de camiones se había suspendido, porque los
autobuses, sin poder cruzar el puente de Río Grande, se habían que-
dado más allá de éste, sin poderse precisar la fecha de la reanudación
del tráfico.
Pasaron dos días para saber que el único camino transitable estaba
rodeando por Chicomezúchil, y todavía con algún riesgo por el
peligro que ofrecía el puente de Shoo-tila.
El 2 de octubre logré salir en cabalgadura, llegando sólo hasta El
Punto. Los derrumbes desde el Estudiante dificultaron sobremanera
el tránsito de las bestias.
Al día siguiente vi los perjuicios que las aguas del arroyo de
Chicomezúchil habían causado en el puente; en una de sus cabezas
era tan estrecho, que apenas daba paso a la bestia.
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29. Las tomas y zanjas de los riegos, de las que movían las
arrastras, y los molinos de trigo, como el de la familia Luna, de
Capulalpan, Fueron destruidos completamente.
30. Los postes de transmisiones de la Planta de Lacheni y
Natividad se vinieron al suelo; en las cercanías de Yavesía,
largos tramos de alambre de cobre quedaron enterrados entre
los pedruscos que arrastró la corriente.
31. Cercas de piedra entre calles y caminos se vinieron abajo
cuando las aguas les minaron sus bases.
32. Cinco personas murieron arrastradas por la corriente de las
aguas de Río Grande y los arroyos, una de Macuiltianguis, dos
de Abejones y dos cuerpos más encontrados en las márgenes
del río, fueron denunciados los cuerpos por los zopilotes y
enterrados después.
La relación siguiente valoriza el número de pérdidas sufridas, entre
las que faltan datos de muchos pueblos.
El puente de hierro de Río Grande quedó inutilizado, hasta que con
los trabajos se consiguió que la corriente volviera a su antiguo cauce
y pudo emplearse de nuevo.
Desgraciadamente, en el mismo mes del siguiente año de 1945 se
repitió el ciclón, y si ya no se resintieron pérdidas se debió a que los
cauces estaban limpios y las aguas corrieron sin dificultades.
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1. Arqueología
Hasta la fecha el Instituto Nacional de Arqueología no ha hecho
llegar su acción a esta zona para controlar los diversos sitios de
interés histórico que guarda la región y evitar así la destrucción que
le ocasionan manos profanas.
Esta región montañosa, que divide a los valles de Tuxtepec y
Veracruz por el norte y los del centro de Oaxaca por el sur, fue
ocupada desde la Antigüedad por familias indígenas de las que no se
tienen noticias, o quizá se trata de los primitivos zapotecas y
chinantecas que llegaron a adquirir o a imitar la cultura de las
naciones de la altiplanicie.
Anotamos lo descubierto hasta la fecha:
1. En los bosques de Monte Negro de Lalana Choapan se habla de
una ciudad-fortaleza sólo visitada por los cazadores.
2. En la región noroeste de las faldas del Monte Bello dicen que se
encuentran restos de una ciudad perdida entre los espesos
bosques.
3. En las márgenes del río Soloyalapan, entre las jurisdicciones de
Ixtlán y Comaltepec, se conservan las huellas de los antiguos
centros poblados de Ladú y Tarabundí.
4. En las orillas del pueblo de Yagila se levanta una eminencia sobre
la que se observa un sitio parecido a Monte Albán, pero de
menores proporciones, y de donde se ha recogido un monolito
labrado que aparece en otras páginas.
5. En el pueblo de Temascaltepec, inmediato a Villa Alta, también
hay restos de una antigua población o centro de adoración en los
que se ha encontrado una piedra grabada de un ídolo semejante
a los hallados en Monte Albán, en el lugar que se ha dado en
llamar la Sala de los Danzantes.
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Estos dibujos están hechos a base de cal, y el color rojo que siempre
emplearon para dibujar el Sol en una mezcla de agua y cal con tierras
de este color.
Los grabados en piedra sólo se encuentran en la jurisdicción de
Cacalotepec, unos en el centro de la población y otros en el trayecto
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3. La documentación antigua
Los códices, planos o croquis que hablaban de tierras y costumbres,
dibujados sobre mantas que ellos mismos tejían y con tintas de
colores negro, rojo y azul, fueron destruidos por los españoles; los
que se salvaron, lentamente se fueron destruyendo por el descuido,
una vez que recibían la nueva documentación que les otorgaban las
autoridades virreinales.
En otro capítulo hacemos referencia a la forma en que se perdieron
los códices de Ixtepeji.
San Miguel Tiltepec es el único pueblo que aún conserva un lienzo
del periodo de transición, como de tres metros de largo por uno y
medio de ancho, dividido transversalmente en tres partes por una
línea roja y otras perpendiculares que forman 36 cuadretes, bastante
decolorados por el tiempo.
En el cuadrete número 6 aparecen dos hombres de tipo español de la
época de la Conquista, tirados, defendiéndose con chimales y rodelas
de la acometida de tres furiosas mujeres, también españolas, que
manejan largas lanzas; a un lado aparece una niña, que lleva en sus
manos dos platillos o algo parecido a los instrumentos vibratorios
que acompañan a la tambora de las bandas de música de la
actualidad; yacen en el suelo cinco cabezas de otros tantos españoles
manando sangre del cuello. El cuadro da una terrible impresión de
las luchas entre individuos de una misma raza.
En el siguiente cuadrete aparece un templo cristiano bastante rústico
todavía; al frente, sentado un sacerdote español; al pie el nombre de
Francisco de Mendoza. A la izquierda aparece sentada una mujer
también española, y abajo lleva anotado el nombre de doña Catalina.
Los primeros 24 cuadretes tratan de un solo acontecimiento; los
letreros no se pueden interpretar bien porque se desconocen los
tipos o grafos de aquel tiempo y porque están escritos en lengua
zapoteca. Suponemos que se refieren a la llegada de los españoles y a
la conversión del poblado al cristianismo.
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De Yagallo:
a) BELAGNIZA.
De Yaviche:
a) SAPAG.
Del pueblo de Yojovi:
a) LALAGUEAG. Al bautizarse se le llamó Francisco de Linar.
b) YALAA. Al bautizarse se le llamó Pedro Sánchez.
c) BEACRALAOGULHA. Al bautizarse se le llamó Pedro Sánchez y
fue designado gobernador.
d) LAA LEYEAG. Al bautizarse se le llamó Francisco de Linar y fue
designado alcalde.
e) Juan Gerónimo. Fue designado fiscal.
f) BEALACHILAHABAA.
g) BEAYALALAOGUIHA. Al bautizarse se le llamó Juan Mendoza y
Velasco.
h) LALAGULAGOO.
i) DILALAGUIGO.
De Solaga (San Andrés). Fueron sus fundadores Balanila, Yalaxila,
Yaxila.
a) BANACHIY-LABAIJELA.
De San Ildefonso (Villa Alta):
a) YEGAGOXILA. Al bautizarse se le llamó Tomás Yegagoxila.
b)MIANTARA. Al bautizarse se le llamó Gonzalo Miantara.
c) CAUCHILÍN. Al bautizarse se le llamó Pedro Cauchilín.
d)(Intraducible). Francisco de Chávez.
De Analco (Villa Alta):
a) (Intraducible). Pedro Sánchez.
Del pueblo de San Bartolomé Soogocho:
a) Se consideran sus fundadores Vilapalaguia, Yavego y Belaxila.
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De Ixtlán:
a) JUPA CATZIRICUIRRIDOHOO, comandante de las tropas que
salieron de Ladú para defender el suelo de la invasión mexicana,
y su esposa Lappa, hija de los señores de Zaachila.
b)TZALADINA, VEDUXU y BEGABA, segundos jefes o ayudantes del
anterior.
De Capulalpan:
a) En 1521 o 25 gobernaba el pueblo el cacique Yeaglubia; un
segundo personaje de la misma época era Goqueyaglaba.
De Mixistlán, Mixes:
a) Situado entonces en un lugar zapoteca llamado Xoaveche,
posiblemente río del Tigure, gobernaba al pueblo y lo defendía de
la acometida de los zapotecas el capitán Yavilao.
Pueblos desaparecidos:
En los documentos que hemos revisado aparecen nombres que
suponemos fueron pueblos o rancherías, como éstos: Bagaza,
Yalachig, Yetzegua, de las posibles jurisdicciones de Tabaa, Yojovi,
Solaga, Talea o Juquila.
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había huido no fue posible publicar el perdón general por parte del
señor oidor.
En cambio, conoció por oídos que prestó a las autoridades indígenas
y demás vecinos de la jurisdicción de los agravios recibidos; les dijo
que ya se habían practicado todas las diligencias para que los
alcaldes mayores y corregidores no abusaran de ellos,
instruyéndoles para que les dieran buen trato, no hicieran más
repartimiento de tierras, dejaran en libertad al comercio, cumplieran
con las ordenanzas de buen gobierno y corrigieran los abusos de los
ministros de doctrina, especialmente en los excesivos derechos de
las autoridades superiores, evitándoles juntas secretas, pleitos y
demás vicios y embriagueces y procurando estar siempre ocupados,
puesto que precisamente el ocio provoca estos trastornos.
En la región mixe de Villa Alta, siguiendo el ejemplo observado en
Tehuantepec, hubo también otros alborotos, prisiones, saqueos y
atentados contra las autoridades; parece que los indujeron
diciéndoles que Congun, rey de los zapotecas, que desde los tiempos
de la Conquista había permanecido encantado en una laguna de
acuerdo con el de los mixes, llamado Condoique, habían resucitado,
diciéndoles que ya era tiempo de sacudir el yugo que los oprimía,
empezando por matar al alcalde mayor de Villa Alta y demás
españoles.
Los sublevados fueron capitaneados por Melchor de Ávila, cacique
de Ayacastepec, y Juan Ambrosio, Alcalde de Ocotepec, dijeron tener
en su favor más de veinte pueblos, y recorrían otros a fin de
levantarlos, despachando mandamientos, convocatorias, castigando
y penando a los que no los seguían, diciendo que ya no deberían
estar sujetos a los españoles y que el jefe Melchor estaba resuelto a
morir en defensa de los indios.
Los cabecillas se hacían recibir en los pueblos con arcos, ramos de
flores y trompetas; los indios los aclamaban, proclamando al cacique
Ávila Capitán y Señor.
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9. La Chinantla
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La guerra
En épocas de guerra, ya fuere para conquistar un pueblo más,
sujetarlo a la obediencia o defenderlo de la acometida de un tercero,
el señor de la Chinantla reclutaba a todos los hombres útiles de la
comarca en la cantidad que se le pedía, y ya reunidos los ponía a
disposición del enviado de Tuxtepec, que era el encargado de
conducirlos al combate, y a quien deberían obedecer todos, so pena
de ser también castigados.
Sus armas eran las flechas, el arco, unos palos largos a semejanza de
lanzas, donde se les colocaban unas navajas de pedernal, y otras más
pequeñas, a semejanza de espadas, para defenderse de rodelas.
Al entrar en acción se desnudaban, o sólo llevaban una manta liada al
cuello y un braguero. Se pintaban la cara y el cuerpo de rojo y negro
para amedrentar a sus enemigos. Algunos aún usaban los ecuaypiles,
especie de jubones de algodón. No construían fortalezas, porque la
región con sus montañas y bosques eran más que suficientes para
ser en sí una inexpugnable fortaleza, y cuando se hacía necesario se
situaban en las cumbres, destruyendo las escaleras en que se subían
o debían de bajar.
Religión
Adoraban a ídolos de piedra y barro cocidos; los templos, teocalis o
cúes que levantaban eran pirámides o terrones, y para llegar a la
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Indumentaria
La indumentaria se reducía en el hombre a una manta cuadrada
anudada en el hombro y a un braguero. En las mujeres, un largo
huipil, los cabellos sueltos y descalzas.
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Familia
A los hombres se les permitía que tuvieran varias mujeres; el cacique
principal podía tener hasta veinte; el macehual, hasta diez, y así por
el estilo; conforme la calidad y posibilidades económicas podían
tener las que pudieran conquistar, y por esta causa se multiplicaba
mucho la población.
Con los españoles también llegaron numerosas enfermedades; con el
rudo trabajo a que los sujetaron, especialmente en el lavado de las
arenas de los ríos para la extracción del oro y los demás servicios
que les exigían, como el de mandarlos a tierras lejanas con
frecuencia, y especialmente a tierras frías, adquirían dolencias que
les ocasionaban la muerte, por cuya causa disminuían mucho.
Alimentación
Comían tortillas de maíz, de camote y huacamote, chile, pescado,
gallinas, venados, conejos, ratones, tuzas y armadillos, que llamaban
ayutuchtl; bebían cacao molido y jocopozole, un agua mezclada de
masa de maíz y de hueso molido de mamey. Hacían vinos de
piñaanona y mamey. Los españoles les enseñaron después la
confección de vinos de naranja, caña dulce, hobos y ciruelas. Para
embriagarse agregaban a los vinos la infusión de la raíz de un
arbusto que llamaban tepesimatl, que los ponía fuera de razón. La sal
que consumían la adquirían en Coxtatlán, del hoy Estado de Puebla, y
la cambiaban por algodón, y cuando no lo tenían lo adquirían a su
paso por Usila.
Enfermedades
Durante los tres meses del año que azotan huracanes en la región
enfermaban de tos, romadizo y dolor de costado, que no se curaban
porque les era desconocida la virtud de las plantas medicinales; lo
que más solían hacer era bañarse en las aguas de los ríos, y como en
vez de curarse se les aceleraba la muerte, acabaron las autoridades
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Tributos
Directamente a Moctezuma tributaron oro y cacao. Al señor de la
Chinantla, cacao, maíz, pescado, gallinas, frijoles, calabazas,
legumbres y otros mantenimientos; servicios personales en la
siembra y beneficio de las cementeras; limpia de cacaotales y los
demás que demandaba el señor y hacer las guerras cuando las
circunstancias lo exigían.
El oro lo extraía lavando las arenas de los nueve ríos en unas bateas
de madera fina y de unas bolsas de arena que encontraban a la orilla
de los mismos ríos, y con el tiempo pagaron a los españoles en reales
de diez tomines.
Carácter social
Los chinantecos de la montaña tenían fama de ser de poco
entendimiento, mentirosos, perjuros, de poco amor al prójimo, nada
caritativos y de poca fe en la nueva religión cristiana.
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Fauna
En la región había numerosos ejemplares de monos grandes y chicos,
de colas largas y negras y de barrigas blancas; tigres, leones,
zorrillos, armadillos, tuzas, hurones, venados, jabalíes con el ombligo
en el espinazo, como igualmente aves, faisanes, gallinetas, que
llamaban tequecholes; otros llamados quexelitl, loros de todos
tamaños y colores, muchos de plumajes negros; papagayos verdes,
guacamayas y también murciélagos.
Edificios y habitaciones
Eran malos edificadores, aun teniendo materiales para edificar, como
piedra y cal. Los templos y edificios públicos eran de piedra y barro
con techo de zacate.
Con la costumbre de quemar la casa de los padres tan pronto como
morían para edificar la suya, sólo improvisaban jacales en lugares
distintos de donde se criaban; éstos eran de material ligero,
verdaderos jacales o chozas.
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Los ríos los atravesaban a nado o por medio de hamacas, que son
puentes colgantes que tejen con bejucos, que abundan en la misma
tierra, pero que hay necesidad de reponer cada año, o por medio de
canoas.
Los utensilios de alfarería que empleaban los adquirían en los
pueblos chinantecos de la montaña fría, como Quiotepec,
especialmente comales, ollas, cántaros y tinajas.
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10. Cuasimulco
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se compone del signo atl, agua, que corre de arriba abajo dentro de
una escuadra de madera, formando un xomulli o rincón. La
significación de esta palabra es “en la rinconada de las zarzamoras”.
El mismo lugar en lengua chinanteca de actualidad se llama cua-ffíi,
que se compone de las partículas: cua, que es igual a agua o río, y ffii,
igual a zarzamora; la traducción literal es: el río de las zarzamoras.
Pueblo chinanteco que figuró hasta en seis partidas distintas en el
registro mexicano, lo que nos da a entender la importancia que tenía
entonces, siendo sus tributos polvo de oro, manojos de plumas de
quetzal, mantas de colores, armas y cuentas de chalchihuites, que
entregaban por conducto de Coixtlahuaca al monarca mexicano.
De este pueblo, dice el profesor Mariano Espinosa que está situado al
noreste, a 21 kilómetros del Valle Nacional y a dos del río de Yetla.
Linda por el norte con el mismo Yetla; al sur, con Yolox: al oriente,
con lo que fue Chapote, y al poniente, con lo que fue Tamazulapan.
Está comprendido entre los 17 ó 20° latitud norte y 2° 56´ 26”
longitud oriente.
Bastante importante en la antigüedad, situado primero sobre un
cerro y después a la orilla de un arroyo grande, como a 900 metros
de altura sobre el nivel del mar, perteneciente a la Gran Chinantla, de
quien era su principal tributario.
Dio origen a muchas disensiones entre las dos Chinantlas y demás
pueblos circunvecinos por límites de tierras.
Por el año 1452, después de muchas calamidades, pero
especialmente la pérdida de cosechas, les sobrevino el hambre,
miserias y otras calamidades, viéndose en la necesidad de emigrar a
otros pueblos; algunos se remontaron a sus bosques, donde
murieron víctimas del hambre, enfermedades y decepciones,
quedando reducida la población a unos cuantos habitantes, que con
el tiempo solicitaron su incorporación a Yolox, donde entregaron sus
tierras, imágenes de su templo, hasta que acabaron por fundirse con
esta gente.
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Cortés los recibió como sabía hacerlo, tomó nota de sus deseos y los
devolvió a su región acompañados de dos mexicanos para que no
recibieran daño en el trayecto.
Así nació la amistad de aquéllos para prestarse mutuos e
interesantes servicios después.
Por la misma época Cortés mandó a Diego de Ordaz a practicar
sondeos en el río de Coatzacoalcos, acompañado de otros españoles
y mexicanos. En la frontera de esta provincia se encontraron las
últimas guarniciones aztecas.
Los indios coatzacoalcos y chinantecos se quejaron de los atentados
e injusticias que recibían de los soldados mexicanos e informaron a
Ordaz que acababan de reñir fuertemente con ellos, a quienes
vencieron en un lugar llamado Cutlonemiqui.
Cuando Cortés necesitó gente para combatir a Pánfilo de Narváez,
mandó al soldado Tobilla, diestro en el manejo de las armas y en la
construcción de ellas, para que pidiese a los chinantecos 300 lanzas
de las que usaban, con la única condición de sustituir las navajas de
pedernal por otras de cobre, conforme al modelo que proporcionó, y
reunir además dos mil hombres para colocarse en el lugar
determinado en que debían combatir a Narváez.
Los chinantecos respondieron con diligencia a la llamada, secundado
Tobilla por Barrientos, que aún permanecía entre aquéllos y era
adicto al Conquistador.
Pizarro el viejo, Heredia y Escalona se presentaron a Narváez,
quejándose de Hernán Cortés.
La guarnición de Coatzacoalcos, ahora al mando de Velázquez de
León, permaneció fiel a Cortés y regresó a incorporarse al grueso de
las tropas que combatían a Narváez.
Tobilla volvió bien pronto al campamento del conquistador con 200
chinantecos, conduciendo las nuevas y muy relucientes lanzas, que
desde luego se distribuyeron entre los soldados, a quienes el mismo
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Como otros cien españoles, que andaban dispersos entre los pueblos
chinantecos, fueron muertos por los mismos mexicanos, entre los
que se encontraban Pizarro, Heredia y Escalona, en los bajos del
expresado Tuxtepec.
Barrientos y Cervantes, con mejor suerte, se internaron en los
pueblos de la montaña, refugiándose entre los indios de
Maninaltepec y los de Yolox, donde estaban las minas que habían
empezado a explotar.
Los chinantecos se mantuvieron adictos a Cortés y a sus gentes, así
es que a Barrientos lo defendieron de sus perseguidores; formaron
un grueso ejército y bajaron de la sierra a buscar mexicanos, a
quienes combatían con suerte varia.
Enterado Cortés de lo que acontecía, desde Tepeaca envió a Diego de
Ordaz y a Alonso de Ávila con algunos caballos y hasta veinte mil
aliados, que hicieron algunas correrías por esta región, matando a
cuanto mexicano encontraban, o recogiendo armas, ropas, joyas y
penachos de hermosas plumas.
Entretanto Barrientos, acaudillando fuertes núcleos de chinantecos,
bajaba a la costa a dar batalla a los mexicanos, con la precaución de
volver a la montaña cuando la suerte le era adversa.
Los caciques chinantecos también solían protegerlos para evitar que
cayeran en manos de sus enemigos, y así se pasó todo un año.
En una extensa zona habían desaparecido completamente los
españoles, y Barrientos y Cervantes continuaban aislados, hasta que
los mismos caciques chinantecos les informaron que en Tepeaca
había algunos españoles, por lo que se proponían mandar a dos
indígenas disfrazados que, caminando de noche y evitando cruzar
poblados, inquiriesen la verdad de los hechos y llegasen al mismo
Tepeaca a hablar con los españoles que fuera posible.
Barrientos aprovechó la oportunidad para poner una carta en los
siguientes términos:
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Términos zapotecas
Nica, que quiere decir: Aquí.
Heterani, que quiere decir: Esperamos.
Hechapile ingú, que quiere decir: Subir.
Loti, que quiere decir: Sobre.
Cato, que quiere decir: Nosotros.
Términos mexicanos
Motlali, Ozomali, nombre personal. 7latoani, que significa señor,
capitán, etcétera. Altepeli, etcétera.
Términos chinantecos
Tei Isein, que se traduce: gente que hay.
Y por esto suponemos que el escrito data del período del primer
virrey o el inmediato sucesor.
Yolox, con el tiempo, ha ampliado a este perímetro de tierras sus
áreas con otras, ya sea invadiendo las de los pueblos desaparecidos y
las de sus vecinos, como sucedió con las de Temextitlán al principio
del siglo, y otras por adquisición directa, como las que ya posee en la
jurisdicción de Atatlauca y las adquiridas entre las áreas del pueblo
de Maninaltepec. A pesar de esto, y a decir verdad, no son
suficientes, porque todas están sobre un suelo extremadamente
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accidentado, que de nada les sirve. Se puede asegurar, sin que esto
sea exageración, que el 90 % de ellas son perfectamente inútiles.
Por estar situado el pueblo en el centro de los demás de su propia
lengua, desde un principio se le consideró como cabecera de
parroquia, de municipio y de comercio regional, que conserva hasta
la fecha.
Para intensificar los trabajos de catequización en el siglo XVII el
párroco beneficiado del lugar, don Nicolás de la Barreda, el 15 de
Septiembre del año de 1728 solicitó del Cabildo de Antequera la
aprobación de la doctrina en lengua chinanteca, cuyo texto sirvió por
largos años para la cristianización de esta gente, de cuya impresión
todavía se encuentran algunos ejemplares en la región, hoy bien
solicita- dos de los bibliófilos. En sus conflictos por tierras, a
mediados del siglo pasado, perdieron un juicio con los de
Comaltepec, por cuya causa las familias perdidosas se vieron en la
urgente necesidad de buscar nuevos campos, así fue como emigraron
rumbo a la Cañada de Atatlauca, del distrito de Etla, donde
adquirieron unos lotes que denominaron potreros, por ser campos
apropiados para la cría del ganado por la cantidad y calidad de sus
pastos.
Con el tiempo prosperaron, al grado de haber logrado constituir una
agencia municipal con el nombre de El Porvenir, pero sin desligarse
espiritualmente de su pueblo de origen, adonde acuden en sus días
de alegría o tribulaciones.
En cambio los nativos de Atatlauca, de origen cuicateco, por desidia,
malas costumbres y abandonando lentamente la agricultura, se han
convertido en asalariados, por lo que se han visto obligados a
emigrar, circunstancia de que se aprovechan los rancheros de El
Porvenir para adquirir lentamente las propiedades de aquéllos
situadas en el campo, y es de presumir que con los años se hagan
dueños de la población, donde bien podrían caber no sólo ellos sino
toda la población de Yolox si tuvieran un poco de visión para ello.
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Estadísticas
Censos
Distancias
A la capital del estado, por Ixtlán 97,000 metros
A la cabecera del distrito 45,698 "
A Comaltepec 4,418 "
A Tectitlán 4,480 "
A Temextitlán 625 "
Topografía
De la extensión territorial de este pueblo se forman las vertientes de
Río Grande hacia el poniente; del río Soyolapan, hacia el oriente, y
del río Santa Teresa, que después es el del Valle Nacional, al
noroeste. Todas estas aguas bajan con extremada precipitación,
porque la cumbre de la montaña asciende a más de 2,800 metros
sobre el nivel del mar y la profundidad baja hasta los climas cálidos.
Ambiente climatológico
Las tierras situadas a más de 2,000 metros de altura son frías,
húmedas; en la cumbre de la montaña por largos meses se
mantienen nubes o neblinas. Las del plano inclinado hacia el Golfo
están sujetas a las variantes de la costa veracruzana. Las del plano
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Constitución geológica
Las tierras en general son arcillosas rojas, manchones de tierra negra
de origen metalífero; las rocas son calcáreas, pero las hay también
metamorfoseadas, y en el lecho de los profundos arroyos se
observan rocas del tipo antiguo, con afloraciones de metales de oro y
plata.
La flora
Es enteramente igual a la de los demás pueblos y conforme a las
alturas. La agricultura en las tierras del plano inclinado hacia el
Golfo, que son en extremo húmedas; la producción agrícola es
abundante y violenta, pero tiene en su contra el desarrollo constante
de la hierba y la arboleda, lo que obliga a los interesados a trabajos
de constante desmonte para no verse absorbidos por la floresta.
De todos los cultivos en estas áreas prefieren la caña, el café, las
frutas y en último término el maíz y frijol.
De la primera no sólo elaboran panela o piloncillo, sino también
aguardiente, que tiene gran demanda entre ellos mismos, y el café,
porque paga bien el flete desde sus ranchos hasta los centros de
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Idioma
De la lengua chinanteca muy poco se ha ocupado el mundo científico
para que de ella se pueda dar una opinión correcta, y los dos únicos
que lo han hecho, a mi juicio, lo hicieron en una forma enteramente
superficial, que no nos permite saber por fin la forma de clasificarla.
El historiador don Manuel Martínez Gracida dice que esta lengua es
áspera, vaga y primitiva, y que sus consonantes se concretan casi
todas en dentales y sus vocales carecen de sonido fijo.
El lingüista don Francisco Belmar dice de la misma y de la otomí que
son desgajamientos remotísimos de un tronco común, y que el
sistema silábico de la familia mixteco-zapoteco-otomí corresponde al
mayor o menor grado de polisíntesis y de incorporación de las
lenguas que lo forman, ocupando el primer lugar el zapoteco y el
último el chinanteco, en el cual el polisintetismo es insignificante.
Las otras personas que se han ocupado de ellas y han hecho
clasificaciones de estas lenguas no se ponen de acuerdo, porque
mientras unos consideran al chinanteco como una derivación del
maya, otros la toman como una rama de la mixteco-zapoteca, un
tercero la hace una mixtura de la zoquemixeana y, por último, hay
otros que la creen una lengua intermedia entre el totonaco y el mixe.
Esta diversidad de criterios sólo acusa el poco conocimiento que de
la misma se tiene.
Tampoco falta en la actualidad quien la crea una rama de la mazateca
por su misma vecindad.
Gracias a la oportunidad que tuve de estar entre indígenas
monolingües mixes, zapotecos, mixtecos, popolucas, mazatecos y
cuicatecos, que rodean a los chinantecos, supe que todos convenían
en que ésta es una lengua enteramente independiente, puesto que no
hay coincidencia alguna, aun entre los términos más vulgares, como
serían; tierra, agua, cerro, nube, cielo, sol, luna, piedra, etc., lo que
nos dice que el criterio de los científicos a este respecto está fuera de
la realidad.
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Las 22,000 almas que dominan esta lengua también aseguran que de
pueblo a pueblo hay diferencia de eufonía, de acento y de términos,
que se acentúan más entre habitantes de las tres o cuatro regiones
en que viven. El chinanteco de Choapan entiende muy poco de lo que
habla el de Ixtlán, y éste tampoco entiende el de los pueblos de
Cuicatlán.
Para los amantes de estos estudios damos unas pequeñas listas de
familias de palabras de esta lengua, con su significado castizo.
En Mexicano En Chinanteco Significa
1.Yolox Noo Corazón.
2. Comaltepec Unyac Cerro de comales.
3. Temaxtitlán Te ha Lugar de piedras de Luna.
4. Tectitlán Icun Lugar de piedras.
5. Maninaltepec Umun Pueblo de cordeleros.
6. Llagas Dúu.
7. Nieves Mi-Cú Lugar de heladas.
8. Totomoxtla Untoo Lugar de totomoxtle.
9. Tepetotutla Taa.
10. Atatlauca Comoo Lugar de agua colorada.
11. Zooquiapan Comoó
12.Macuiltianguis Mitaa Llano, plaza o mercado.
13. Luvina Cuo Loma de hueso.
14. Atepec Mo-Mun Cerro de agua.
15. Analco Mitun Llano parado.
16. Jaltianguis Mosu Mercado de arena
17. Ixtepeji Miu-Moo
18. Teococuilco Misti Llano mí.
19. Yareni Yi-Mamoin. Arriba del cerro de agua.
20. Abejones. Mejié
21. Capulalpan Cuié Ixtle o mineral 7.
22. Tiltepec Mogui Cerro Negro.
Zapotecos que viven
23. Pueblos del Rincón Moo-Calú detrás del Cerro Negro.
24. Valle Nacional Mii Llano.
25. Tuxtepec Moloo Cerro Conejo
26. Cuicatlán Cuataa Tierra del Canto.
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Metales
Oro Cunac Metal amarillo
Plata Cutee Metal blanco
Colores
Negro Hui-lee. Verde oscuro Yi.
Blanco Tee. Verde Rée.
Amarillo Nee. Rojo Ree-an
Morado Nee.
Instituciones Locales
Las autoridades municipales Chaa tóo
Los ayudantes o topiles Hue
Sacristanes o servidores del templo Cetain
El fiscal o censor Viscoó
La gente armada Cha-chi tieu
La gente zapoteca Cha-sien bien mahóo
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Nombres personales
Juan Guaá. María Yía.
José Sé. Andrés Reé.
Lorenzo Lein. Luis Luí.
Pedro Fiusii. Antonio Dúu.
Petra Dré. Juana Buaá.
La familia
Yo Náa Padre Ñué.
Abuela Ciyiáa. Hijo Yiuu.
Tío Háa. Tía Neie.
Cuñado Naá. Cuñada Náa.
Madre Saá. Abuelo Yiñó chia.
Hija Yiuu. Mujer Chammui.
Sobrino Runa. Sobrina Runa.
Padrino Ñium. Madrina Chiam.
Comestibles
Maíz Ungcum Miltomate Mluc-niúu.
Panela Banée. Hierba santa Moo-Hooj.
Tomate Mluc. Tortillas lii, muy
alargada.
Hierbabuena Cugnúu. Pozole Fuíi.
Masa Coó Culantro Un.
Frijol Unniun. Chile Culain.
Sal Nii. Alargada la i. Harina Aimóo.
Animales domésticos
Toro Hooj. Perro Chii
Gallina Yui-Yin. Guajolote
Abeja Hoo-ti cera. Conejo Ungehii.
Borrego Hoojsaac. Gato Loo
Pato Mu-ñiu.
Animales Salvajes
Jabalí Chi-muu. Zopilote Tún.
Coyote Nii-Jabalí. Trucha Fuuá.
Zorra Cua-nuu. Lagartija Geue.
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Animales Salvajes
Águila Cuii. Víbora Chia-có.
Venado Mlu. Avispa silvestre Hoo-mi.
Prendas de vestir
Camisa de hombre Mlu-chi. Calzón Mlu-chiu.
Sombrero Loo-chií. Ceñidor o faja Pau-niu-tuc.
Huarache de hombre Boo-mlu. Pañuelo Booc-Mlu.
Camisa de mujer. Mlu-chic. Enagua Mlu-Haá-niuc.
Enagua blanca. Mlu-Haá-Taa. Rebozo Mlu-yai.
Útiles de mujer
Metate Too. Chirmolera Bung-niu-
uun.
Leña Cuú. Comal Yia.
Olla Tuc. Nixtamal Uncun.
Servilleta Mlu-chii-hii. Plato Bung.
Mano de Hoo-Too. Jarro Chiun.
metate
Ocote Que-un. Soplador Chí-moa.
Cazuela Uú.
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Como puede observarse, esta lengua carece dela letra “s”; por ello es
que carecen de práctica para pronunciarla, y al hablar en castellano
también la suprimen o le dan una pronunciación distinta, de donde
resulta un castellano muy especial el de estos habitantes.
Numeración
1 coo. 11 yac-coo. 21 yiaa-coo.
2 tuc. 12 ” tuc. 22 ” tuc.
3 neu. 13 ” neu. 23 ” neu.
4 chie. 14 ” chie. 24 ” chie.
5 ñia. 15 ” ñia. 25 ” ñia.
6 ñie. 16 ” ñie. 26 ” ñie.
7 ye. 17 ” ye. 27 ” ye.
8 gñia. 18 ” gñia. 28 ” gñia.
9 ñiu. 19 ” ñiu. 29 ” ñiu.
10 yac. 20 ” yiaa. 30 ” yac.
61 tuc-loo-yiaa-coo 81 tuc-loo-tuc-loo-coo.
62 " " " tuc. 82 " " " " tue.
63 " " " neu. 83 " " " " neu.
64 " " " chie. 84 " " " " chie.
65 " " " ñia. 85 " " " " ñia.
66 " " " ñie. 86 " " " " ñie.
67 " " " ye. 87 " " " " ye.
68 " " " gñia. 88 " " " " gñia.
69 " " " ñiu. 89 " " " " ñiu.
70 " " " yaac. 90 tuc-loo-yaa-tuc-loo.
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Numeración
71 tuc-loo-yiaa-yac-coo 91 tuc-loo-yaa-tuc-loo-coo
72 " " " " tuc. 92 " " " " " tuc.
73 " " " " neu. 93 " " " " " neu.
74 " " " " chie. 94 " " " " " chie.
75 " " " " ñia. 95 " " " " " ñia.
76 " " " " ñie. 96 " " " " " ñie.
77 " " " " ye. 97 " " " " " ye.
78 " " " " gñia. 98 " " " " " gñia.
79 " " " " ñiu. 99 " " " " " ñiu.
80 tuc-loo-tuc-loo. 100 coo-ciento.
Deducciones
Del uno al diez, son nombres propios. El setenta es cuarenta más treinta.
El veinte también es propio. El ochenta es cuarenta más cuarenta.
El treinta es veinte más diez. El noventa es el cuarenta más diez
El cuarenta nombre propio. Más cuarenta.
El cincuenta es cuarenta más diez. El número cien es un ciento. Se apar-
El sesenta es cuarenta más veinte. ta de la regla.
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Indumentaria
El hombre vestía principalmente con una manta blanca cuadrada que
le llegaba hasta los tobillos, atadas las dos puntas sobre uno de los
hombros. Las había listadas de todos colores, con dibujos tejidos en
la parte baja; las mejores llevaban una cenefa de labores, entretejida
con plumas blancas y de colores. Para disponer de ellas en
abundancia criaban unas aves parecidas a los ánades de mayor
tamaño y de pico rojo, que llamaban canaautil (hoy guajolotes).
Regularmente sólo los principales señores podían usarlas de este
lujo.
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La alimentación
La base de su alimentación eran tortillas de maíz, que cocían en
comales de barro; tomaban frijoles, chile, quelites, y de carne comían
conejos, liebres y venados; esto último sólo podían tomarlo los
principales, por- que a los demás les estaba vedada esta caza, y los
más pobres se con- formaban también con lagartijas y ratones.
La gallina era privilegio de los grandes, y como bebida tomaban
cacao, en forma de chocolate, que preparaban en pellas y bolas.
Los macehuales tomaban el aguamiel de los magueyes; para
emborracharse le agregaban la raíz de una planta que llamaban
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ocpatli, la que fermentando a los dos o tres días los sacaba de juicio
y, desgraciadamente, lo hacían con frecuencia.
Como bebida de refresco usaban la chían, que es la semilla de una
hierba que aún se usa en algunos lugares.
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Producciones
Los maninaltepecanos bajaban a la orilla del río, donde hoy está
asentado el pueblo, a poner sus sementeras, que regaban con el agua
que sacaban por medio de zanjas.
Al cultivo del maíz agregaban el del fríjol, chile, tomate y calabazas.
Delos encinales sólo les servían el madroño, robles y ocotes para
construir jacales y además para leña y alumbrado.
Como frutas tenían papayas, anonas, plátanos, ciruelas, hobos,
aguacates y diversos cuajinicuiles.
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Habitaciones
A fines del siglo XVI aún se veían las ruinas de sus templos y casas de
los antiguos caciques de su vecino Atatlauca, y decían que su
disposición era igual o semejante a la de las ruinas de Mitla o Uxmal.
Se trataba de casas de piedra no labrada y pegada con barro y techos
de paja. A su alrededor se levantaban las otras destinadas a las
atenciones del gobierno. No alcanzaron a tener puertas para cerrarse
y estaban rodeadas de patios.
Las de los macehuales eran jacales de madera, tan chicas que eran
verdaderas pocilgas, adonde vivían hasta dos matrimonios con sus
familias.
Comercio Los artículos de venta o cambio en los pueblos en que
había tianguis eran el maíz, frijol y frutas que adquirían en otras
partes.
El algodón, el cacao y el añil eran adquiridos en otros lugares de la
Chinantla norte, y desde entonces decían que el cacao de Soconusco
era el mejor.
La sal la adquirían de Cuicatlán, que a su vez llegaba de Coscotlán, de
la región de Tehuacán, de donde se extraía.
Los tributos los pagaban también con maíz, conforme a la tasa
señalada por los españoles.
Los caminos eran malos, ásperos, montuosos y largos para
aprovechar mejor los accidentes del terreno.
Hasta aquí los datos del informe expresado al principio.
Por la relación anterior queda entendido que el tributo al monarca
mexicano se daba por conducto de la guarnición de Coixtlahuaca en
vez de hacerlo por la guarnición de Tuxtepec, en donde se
concentraban los de los otros pueblos chinantecos. Esta
circunstancia induce a pensar que por entonces había motivos de
distanciamiento entre pueblos de la misma lengua, lo que obligó a los
aztecas a hacer esta clasificación; el lugar fue también uno de los
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Distancias
A la cabecera del distrito 63 kilómetros
A la capital del Estado por Etla 90 ”
A Quiotepec 6 ”
A Atatlauca Etla 50 ”
Con las fuertes avenidas que bajaron durante los ciclones de 1944 y
1945 grandes lotes de tierras de labor de las orillas del río fueron
arrasadas, dejando sobre ellas canto rodado, disminuyendo así sus
áreas de cultivo, especialmente de las milpas de riego.
El centro de la población es un bellísimo huerto cubierto de naranjos,
limoneros, limas, cidras, plátanos, aguacates, zapotes, chicozapotes,
mameyes, cañas y guayabas, que se levantan a la sombra de enormes
amates, árboles frutales que están en constante producción, y su
venta hace que los habitantes adquieran demasiada confianza para
negar su tiempo a mayores cultivos de maíz y frijol, lo que los pone
en constantes aprietos.
Las comunales situadas en las márgenes del río, aunque muy
quebradas, son ricas en pastos para la cría del ganado, de las que
sólo se aprovecha el de Quiotepec y Yolox.
Sus extensos bosques de árboles de copal en primavera les dan
buenos rendimientos, que comparten con los de Quiotepec sin razón
alguna.
De la producción de palma que crece en sus cerros confeccionan
tenates o tompeates, sopladores y petates o esteras.
Disponen de maderas de toda clase desde las blandas de las cumbres
del Monte Flor, hasta las duras, como huanacaxtles de las orillas del
río.
La caza es abundante en cuadrúpedos de toda especie, desde el tigre
y el león hasta el modesto armadillo, y en toda clase de aves, y en
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Eran los encargados de oír al detalle todos los asuntos de Estado que
se planteaban a diario, que en forma concreta pasaban al
gobernante, quien así los resolvía y de nuevo daba a los interesados
la respuesta.
Cuando se trataba de los trabajos relacionados con los cultivos o los
beneficios de las plantas del cacique o trabajos de beneficio
colectivo, eran los mismos secretarios ayudantes los encargados de
dar la consignación a otros individuos que con el nombre de
taquitatos retrasmitían las Órdenes a cada uno de los habitantes
para que quedaran impuestos de las mismas, y a cuyos trabajos
nadie debía faltar, so pena de pagar con la muerte la desobediencia,
que se aplicaba inmediatamente.
Si un macehual pretendía ser oído directamente por el cacique debía
solicitar el permiso primero por conducto del secretario ayudante;
conseguido éste, se presentaba, y al entrar en la estancia debía de
mantener la vista en el suelo, costumbre de la que todavía quedan
huellas.
Los habitantes de Teococuilco, Zooquiapan y Jaltianguis no
combatieron a los mexicanos; se aliaron a ellos para combatir a los
demás pueblos, aunque se duda de esta información, porque hay
datos en contrario.
La guerra la hacían por escuadrones y a veces se dividían en dos alas
para triunfar mejor. Cuando esperaban la acometida, se situaban en
las alturas de las montañas más elevadas. La lucha era de hombre a
hombre hasta que se vencían; el premio de la victoria era hacer
esclavos, y el de la derrota convertirse también en esclavos y
tributarios.
Sus armas defensivas eran rodelas de otate guarnecidas con plumas
de diversos colores y unos colgajos como ramos de las mismas
plumas. Las ofensivas eran macanas, que en zapoteco llamaban
yagayeza, que eran unas garrochas de encino de un grueso de tres
dedos y en sus extremos unos pedernales colocados en forma de
navajas de doble filo.
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Hierbas medicinales
Para el dolor de cabeza usaban la hierba llamada en zapoteco
cuanayaa y en mexicano xuxupatle, que tomaba hervida el paciente.
Para provocar los vómitos empleaban otra hierba llamada cuaana-
laa (hierba caliente) y en mexicano chichipatle, que se tomaba
hervida.
Para las quebraduras de huesos empleaban la hoja de un árbol
llamado en zapoteco quianere y en mexicano puztepatli, que se
aplicaba con trementina y la ligaban a la parte enferma.
Para la cámara de sangre empleaban molida y hervida la cáscara del
cacao. Para las heridas y picaduras de víbora empleaban asada la
penca del maguey. Había hombres especiales dedicados a las
curaciones, a los que ahora llaman médicos.
Además de las flores traídas de España, tenían las de manzanilla y
ruda, que en forma de ramilletes colocaban en largas varas, que
llamaban zúchiles, que eran adornos empleados en la recepción de
sus autoridades mayores.
Como moneda usaban los granos de cacao y las mantillas de algodón
que tejían. La sal que empleaban era traída del rumbo de Cuicatlán y
de Tehuantepec.
Segunda época
El nombre es mexicano, y según algunos etimologistas significa
“lugar donde se contaron las gentes”, es decir, lugar de censos.
Acaso sea una huella del paso de las tropas mexicanas en tiempos de
Ahuízotl.
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Estadísticas
Censos
Hombres Mujeres Total
Generales 799 862 1,661
Escolares 155 165 320
Alfabetizados 172 33 205
Analfabetas 155 238 393
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Distancias
A la cabecera del Distrito 28,500 metros
A San Miguel del Río 9,000 ”
A Zooquiapan 7,750 ”
A Aloapan 14,500 ”
A Yareni 6,750 ”
A San Juan del Estado 34,750 ”
A San Juan Guelache 32,500 ”
Censos agrícolas: dos predios mayores con 20,015.00 hectáreas y 442 menores
con una superficie de 904,250 hectáreas.
Situación sobre el nivel del mar: 1,626 metros.
La altura de la confluencia de Río Grande y el de Teococuilco es de 1,450 metros
sobre el nivel del mar.
La cumbre de su cerro más alto, que lleva el nombre de Siempre Viva, es de
2,700 metros.
La situación astronómica es: Latitud norte, 17° 21’. Longitud 0., 96°36’
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Eran hombres de gran talla, mayores que los del tipo actual, y se
dejaban crecer el pelo hombres y mujeres.
Durante la primera década de este siglo se descubrió la tumba de
una familia; la mujer estaba recargada contra los muros, en sus
piernas tenía el esqueleto de un hombre y a su alrededor cuatro
niñas. El molcajete y tejolote hallados eran de tamaño extraordinario
para el uso actual. La loza de barro era muy tosca y especialmente
gruesa.
En el propio sitio se encontró una piedra labrada que representa con
claridad la sumisión del pueblo a Hernán Cortés.
Personas caracterizadas en la población informan que en el Archivo
del municipio existía hasta principio de siglo un códice de piel de
venado, curtida, como de seis a ocho metros de largo por uno de
ancho, gamuza bien adobada, con jeroglíficos que explicaban la
repartición de tierra que hizo Coquelay, señalando al propio tiempo
sus límites jurisdiccionales a sus sucesores, tanto los del valle como
los de las montañas.
Que desde entonces se señaló al actual Tlalixtac como cabecera de
las tierras del valle y a Ixtepeji como la cabecera de las montañas, y
la línea limítrofe en las del valle pasaba por donde ahora se
encuentra el panteón de Tlalixtac. Dijeron que por los años 1908 a
1911, desempeñando la presidencia municipal un ranchero de
apellido Santiago, y seguramente para delimitar las tierras o
justificar la línea divisoria, éste sacó dicho códice y lo llevó a Oaxaca
para ponerlo en manos de su abogado, el señor don José Ruiz
Jiménez, y que este señor, viendo su importancia, se lo vendió al
cónsul alemán en $35,000.00, con lo que desapareció tan importante
documento, siendo ella una de las causas de la revolución del pueblo
en 1912.
A mediados del siglo XVI se daban de este pueblo los siguientes
datos: Entonces se escribía así: Ixtepeji. Tenía de encomendero a
Juan de Aragón y estaba compuesto de cinco estanzuelas (hoy
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Abundan en sus pueblos toda clase de flores, pero sobre todo rosas
de Castilla, que se crían silvestres en sus montes.
Los pueblos que componen la región son los siguientes: Ixtepeji,
cabecera de parroquia; San Miguel del Río, Amatlán, Nexicho, San
Juan Chicomezúchil, Parroquia, Lachatao, Yahuiche, Yavesía y
Capulalpan.
Segunda época
El historiador Burgoa asegura que pocos años antes del arribo de los
españoles los ixtepejanos habían fundado nueva agrupación humana
en lo que ahora es Tlalixtac, a la que se declaró cabecera o algo así de
las tierras del valle, puesto que por entonces limitaban sus tierras
con las de Cuilapan.
Se dice que éstos, creyéndose amenazados con la llegada de los
españoles, prefirieron regresar a sus montañas en los primeros años
de la Conquista.
De las sublevaciones de 1660, que escribió el alcalde mayor de
Nejapan, Juan Torres Castillo, en 1662, en las que se incluye a estos
habitantes, debemos de hacer la aclaración que no fueron ellos
precisamente los sublevados, sino los moradores de Capulalpan,
Nexicho y Teococuilco, y que si se incluyó el nombre es porque en la
población residía el corregidor o era cabecera del corregimiento.
Seguramente que la construcción de su templo pertenece al siglo
XVIII; es una magnífica obra, y por su semejanza con el de Ixtlán se
ha dicho que fue obra del mismo arquitecto. Su primera campana
data de 1734.
Como primer ocupante de la región o por más fuerte, el caso es que
Ixtepeji posee la mayor cantidad de tierras, que limitan con las de
Huayapan, Tlalixtac, Santo Domingo Tomaltepec, del distrito del
Centro, y con las tierras de los pueblos manconcumados
Chicomezúchil, Ixtlán, Jaltianguis, San Miguel del Río, Zooquiapan y
Nexicho, del Distrito del propio Distrito.
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Estadísticas
Censos
Hombres Mujeres Total
Generales 681 742 1,423
Escolares 158 123 281
Desanalfabetizados 213 221 434
Analfabetas 60 184 244
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Distancias
A la capital del Estado 40,100 metros
A la cabecera del distrito, por Reynoso 17,592 ”
A San Pedro Nexicho 4,065 ”
A San Miguel del Río 7,679 ”
El Punto 8,095 ”
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hubiera coincidido con las fiestas de las flores, aunque pudiera haber
alguna razón más en virtud de que el pueblo es antiguo, como lo
demuestran las huellas arqueológicas.
Sobre los acantilados de la parte sur del actual sitio que forma el
pueblo están las huellas de una antigua población donde suelen
encontrarse pisos de argamasa roja; en la erección de sus templos,
que ahora nuevamente están en ruina, se emplearon las piedras
labradas de las primitivas construcciones, que muestran dibujos al
estilo de los de Monte Albán y Mitla en que aparece un personaje con
lígula bífida, trabajos que ya se hicieron después de la llegada de los
españoles. Además se han encontrado numerosos ídolos (cerámica)
que nos dicen de una población grande, rica y civilizada, tal vez
contemporánea de la cultura que fundó Monte Albán, Mitla y Yagila.
Ixtepeji informó que muchos años antes de la Conquista guerreaban
fuertemente con los pueblos circunvecinos, entre los que se cuenta
Chicomezúchil, y que la paz se hizo intercambiándose mujeres.
Otros documentos que existen o existieron en Chicomezúchil
aseguraban que procedían de Macuilxóchitl, Tlacolula, como lo
refiere la parte relativa a Amatlán.
La crónica de 16 de diciembre de 1777 informa que sus documentos
viejos decían que muchos años antes de la conquista sus mayores
vinieron de la gente cuicateca (del hoy Cuicatlán), y que al llegar se
situaron en un lugar que llamaron Lahuetze, donde se bautizaron sus
padres a la llegada de la religión, sitio que todavía conserva algunas
huellas de su templo primitivo y que fue abandonado por el año
1687 para ocupar el actual, subyugados por la topografía del terreno,
clima y abundancia del agua.
También informaron que fueron conquistados los habitantes de esta
sierra por las armas que les trajeron los españoles Montes y Nuño, y
que para hacerlo con más eficacia se valieron de perros.
Que les hicieron resistencia los habitantes de Lachatao, Yahuiche,
Ixtlán y Capulalpan; que los de Chicomezúchil, sin la fuerza de las
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armas, se entregaron al dominio español, y que tal vez por esa causa
el gobierno en sus despachos les llamaba el pueblo de la Corona.
Otros datos del siglo XVII, sin precisar el año, dicen que el pueblo
tenía como encomendero a Diego de Vargas, hijo de Gaspar de Tarifa,
y la encomienda se componía de once estancias o pueblos, que
suponemos eran Lachatao, Amatlán, Yavesía, San Lucas, Santa
Martha, Santa Rosa, Rabetze o Rabechi, Yahuiche y quién sabe cuáles
otros, que en total hacían 682 tributarios y formaban parte de la
jurisdicción de Villa Alta.
El tributo consistía en 40 pesos, un tomín y 13 panes de sal cada 60
días.
Anualmente deberían entregar 162 fanegas de maíz, 21 de frijol, 9
indios de servicio y una mujer de molendera o de criada. No tenían
minas de oro ni de plata.
El párroco, don Julián José Cepeda, en el mismo informe de
Diciembre de 1771, dice que hasta el año 1702 Chicomezúchil
formaba parte del curato de Ixtepeji, al que pertenecía desde los
años de la evangelización y que para construir uno nuevo con
cabecera en el propio Chicomezúchil, que fue el resultado de las
gestiones que sobre el particular realizó el mismo beneficiado de
Ixtepeji, don Luis Maldona, ante el obispo de Antequera, ilustrísimo
fray Ángel Maldonado, se desmembró también a los pueblos de
Lachatao, Amatlán, Yavesía y Yahuiche.
Al poco tiempo este último pasó a formar parte del curato de Santo
Tomás Ixtlán, pues aunque distaba un poco más que Chicomezúchil
se tuvo en cuenta para ello el difícil paso de Río Gran- de en los
temporales; y que esto lo supo bien porque precisamente se gestionó
cuando desempeñaba el cargo de vicario en Ixtlán.
Por el año del informe (1777) la población había disminuido
bastante de la que tenía en 1702; eran muchos menos de los que
había antes de la Conquista, puesto que sólo llegaban sus moradores
a 165 habitantes, en comparación con los 400 matrimonios que tenía
Ixtepeji por la misma época.
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Estadísticas
Censos
Hombres Mujeres Total
Generales 313 317 630
Escolares 68 72 140
Alfabetizados 121 106 227
Analfabetas 8 20 28
Distancias
A la Capital del Estado 48,200 metros
A la Cabecera del Distrito 7,608 ”
A Lachatao 3,206 ”
A Amatlán 3,000 ”
Al puente de hierro de Río Grande 3,000 ”
A la carrera de Xía 4,060 ”
Al puente de Yahuiche 1,700 ”
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1. Ixtlán
Etimología
Bruñidor o instrumento negro que servía para trabajar la obsidiana;
tomado por la roca misma da el fonético itztli; la terminación tla o
tlan expresada por los dientes completa la palabra íxtla o iztlan, o sea
“lugar abundante de obsidiana”, dice un autor, cuya explicación no es
correcta, porque el lugar carece de este elemento.
Otro la explica de esta manera: ixtli o ixtle es “fibra extraída del
maguey”, y tla o tlan “lugar de”. Yuxtaponiendo los dos términos da
lugar de Ixtle. Etimología que concuerda con la zapoteca, que dice laa
yetzi, o sea, hoja de ixtle o gruesa, designación bastante apropiada,
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Tradición Popular
El pueblo sabe que sus antecesores llegaron al lugar procedentes de
Ladú y Tarabunaí, sin tener idea precisa de la época de su arribo,
pero sí que fue antes de la llegada de los españoles.
El primer contingente que arribó fue militar, porque trataron de
defender sus tierras de una invasión extraña; su primer campamento
estuvo en lo que actualmente es el “Cerro de los cuarenta días”, y por
falta de agua se trasladaron al peñón que ahora se llama en zapoteco
Schiac-lla-diac, o sea el “Cerro de los palos tiernos”, que es el mismo,
pero que es más conocido con el nombre de Cuachirindoo, donde
tuvo lugar un combate con los invasores, en el cual murió el capitán
Juppa.
Terminada la guerra, unos volvieron a su lugar de procedencia, otros
prefirieron quedarse y un tercer grupo no quiso ni lo uno ni lo otro
por el frío que hacía en Ixtlán, por el calor y las víboras de Ladú,
prefiriendo estacionarse y fundar lo que ahora es el pueblo de San
Pedro Yaneri.
Les agradó el sitio por la abundancia de agua y maguey; éste les
proporcionaba la flor de los quiotes para alimento, el ixtle para la
ropa y cuerdas, las hojas para los techos, las espinas para agujas, el
pulque para embriagarse y los gusanos de los troncos para darle
sabor a la sal.
Pedro García, de ochenta años de edad en la época de su
fallecimiento, originario del lugar, con el sobrenombre zapoteco de
Vetu loo schia, o sea “Pedro sobre la piedra”, de escasa cultura,
puesto que sólo habló el zapoteco y entendió pocas palabras del
castellano, sin conocimientos, aunque fueran elementales, sobre
Historia Patria, meses antes de su muerte relató lo que sigue:
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La leyenda
“Cuachirindoo, capitán zapoteco conocido con el nombre de
Catziriguirridoo, según la tradición, o Cuachiguirindoo si hemos de
atenernos a la etimología, según la cual el vocablo quiere decir
'buena lumbrera de los altares', sabiendo que los españoles habían
pisado el territorio nacional, se separó con cien hombres de su
residencia Ladú, situada entre Tiltepec y Ozumacín, con el laudable
propósito de defender la frontera meridional de la Sierra de Ixtlán.
Situado en una montaña al sureste del cerro de Naguetzi-rreni, la
fortificó convenientemente, levantó en el recinto casas con buenos
aljibes y esperó al enemigo, el cual no se presentó a batirlo por haber
llegado la paz a la región zapoteca en el año 1521.
“Cosijoeza, rey de Zaachila, le dio las gracias por su vigilancia y
patriotismo, ordenándole que sin prescindir de su propósito fundase
en el lugar una colonia; hízolo así, pero en un sitio de mejores
condiciones para la vida y bien defendido por su posición
topográfica. Este sitio es hoy la Villa de Juárez, conocido con el
nombre de 'Pueblo de Ixtlán”. Como el caudillo habitó en una cueva
de la montaña, situada a un kilómetro de la citada Villa, se conoce
hoy dicha cueva con el nombre de Cuachirindoo.”**
*Facunda Pérez, hermana del autor de estos apuntes.
** Tomado para mi amigo el señor profesor don Rosendo Pérez García del libro Civilizadores y
Benefactores de Oaxaca, cuyo principal autor fue don Manuel Martínez Gracida. Tomo I, Pág.
83. M. Brioso y Candiani.- Rúbrica.
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“¡Cuán felices somos!”, se dicen entre sí, en los momentos en que con
los ojos de la imaginación se sorprenden de su solitaria mansión.
Nada ansían para el presente, porque amor y ventura, dicha y
felicidad se albergan en sus pechos y mutuamente brindan en la copa
del deleite, renovándose las tiernas caricias que antes de sus nupcias
se habían prometido.
Todo respira felicidad, y hasta las mil pintadas avecillas que pueblan
el bosque parece que se esfuerzan en entonar sus más armoniosos
trinos.
La Naturaleza les ayuda a gozar, porque ha dotado aquellos campos
de verde follaje, de variadas y aromáticas flores y es el horizonte tan
amplio que el hombre parece que respira con más fuerza, porque el
ambiente es más puro y fresca la brisa y el panorama espléndido.
Con inclinación al ocaso, y tal vez formando un punto céntrico con el
norte, como para mejor marcar al noroeste, se ve una montaña
blanca, que despide preciosos resplandores cuando los rayos del sol
la bañan. Es el Schia-Belia, o sea el “Pico de Orizaba”.
Es la hora en que el sol comienza a ocultarse.
Poco a poco una oscuridad pavorosa va inundando los campos, y el
triste cantar de los grillos sustituye al de las aves, que se han
recogido en sus nidos; mas por el oriente ya se dibuja la línea de
plata, y poco a poco, como temiendo distraer a nuestra pareja, la luna
asoma su pálida faz.
Un búho se sienta sobre uno de los árboles cercanos a la choza y
brama más que canta, pues su voz parece la de un becerro
hambriento.
La enamorada pareja despierta de su éxtasis y oyen atemorizados los
roncos cantos del ave nocturna.
La joven esposa se abriga en el pecho de su compañero y temblorosa
no acierta a pronunciar palabra; pero el atlético doncel se repone del
momentáneo pavor que lo había sobrecogido y consuela a su bella
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infinito amor a su esposa; pero no hay que dudar mucho, la quiere, sí,
es verdad, pero también es cierto que su pueblo peligra, que si los
mexicanos penetran hasta sus hogares harán esclavas a sus mujeres
y perderán sus tesoros; de modo es que al defender a su patria
defiende su hogar o su querida Lap-pa de caer en garras de gente
extranjera.
En pocas palabras le dice a su cara mitad que debe partir, y que es
forzoso que ella se quede cuidando de su hogar e intereses. En vano
son las lágrimas de la bellísima Lap-pa para acompañar a su marido,
ofreciéndole hacerse fuerte en todas las vicisitudes de la guerra; él se
opone prudentemente, porque no quiere que la mirada de tan
preciosa joya aliente el ardimiento de los invasores.
Por fin se despiden entre lágrimas y sollozos, entre abrazos y tiernas
caricias, protestándose mutua fidelidad y pensar recíprocamente en
los seres ausentes.
Con aire marcial y llevando en las espaldas un puñado de flechas
envenenadas, en el brazo una maza fuerte y en el cinto una honda, se
presenta Juppa, que es nombrado inmediatamente jefe de la
expedición.
No les faltaba razón; nadie con más brío, con más destreza y arrojo
caza a los leones, a los tigres, a las panteras que asedian la comarca;
ninguno con tanto tino dirige una cacería y ninguno como él conoce
los campos y las montañas en todos sus repliegues, vertientes y
sinuosidades.
Marchan resueltos con rumbo al sur, por donde se teme la invasión, y
el intrépido Juppa manda avanzadas de exploradores por las
principales alturas, mientras él con el grueso de su fuerza se dirige al
punto a Layetzi, donde instala a las vivanderas, ocupando las alturas
de Schia-yadia, Schia-rbulaba y el contrafuerte de Yuuveree, y aquí
espera durante cuarenta días la llegada de los invasores, pero por
falta de agua en las alturas de Schic-chu-ubitza (“Cerro de los
cuarenta días”) se ven precisados a dejar tan magnífico baluarte.
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de cansancio a la orilla del arroyo. Ven que sin temor a los espinos, a
los peñascos y barrancos sigue su camino en vertiginosa carrera.
¿Qué hacer?
No les queda otro recurso que dar aviso a la familia de esta nueva
desgracia para que los hombres se encarguen de alcanzarla.
Regresan apresuradamente; pero en virtud de la gran distancia a que
se habían alejado llegan ya de noche a dar la infausta nueva. Uppa
Yetzi manda sonar la concha, y media hora más tarde un numeroso
grupo de hombres, con teas de lleri (ocote) encendidas, se dirige al
campo, siguiendo la dirección que les habían dado las doncellas.
La familia se posesiona de la altura del Schiac-Vetin-Nia (hoy
conocida por la montaña “Buena Vista”), y desde allí observa a los
que van en busca de Lappa. Las luces se cruzan en distintas
direcciones, y a veces se ocultan para aparecer más lejos.
Se aproxima la mañana y el fresco viento de la aurora les hace
abandonar la altura para dirigirse a sus chozas e implorar al Beetoo
Diuxi a efecto de que terminen tantas calamidades.
Al mediodía siguiente, regresan los mozos rendidos de fatiga con el
desconsuelo de no haber hallado a quien buscaban.
Salen nuevas expediciones, y por espacio de muchos días se mandan
exploradores a todas las montañas, pero sin conseguir que la
infortunada Zappa aparezca.
Llegan noticias de Layetzi (Ixtlán) diciendo que una noche, cuando el
velia-ratu (el gran orión) estaba en el cénit, se oyó un grito agudo,
desgarrador y prolongado, y que partiendo desde la cumbre del
Cuachirindoo una mujer en forma de ráfaga iluminada cruza el
espacio para dirigirse hacia el sur, provocando aullidos lastimeros de
los perros de la ranchería.
Algunos curiosos salen de sus chozas para averiguar la causa de
aquel extraño fenómeno, y dicen que ven a una dama de formas
robustas y bellas, con el pelo suelto, cubierta de un blanco huipil que
le cubre hasta los pies, en forma tendida, como si fuera nadando, la
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4. El primitivo paisaje
Los primeros ojos que desde la cúspide del Cuachirindoo vieron el
paisaje que después fue Ixtlán y sus alrededores seguramente se
maravillaron de tener enfrente un sitio que, sin la dureza de los
accidentes geográficos hasta entonces vistos, les brindaba apropiado
lugar para fundar una población, por lo que se apresuraron a tomar
posesión de él.
Se trataba de un área compuesta de pequeñas extensiones
semiplanas, que con el tiempo se designaron Latzia-lacuana, Llaguu,
Lat-tzia-lii, Raa-schia-rhulaba, Latzi-raa, Latzia-yela, Latzi-lii-taa,
Latzia-rstancia, Esture, Yel-too y Layetzi.
Estaban limitados por un círculo de cerros, que se llamaron Schiac-
chu-ubi-tza, Schiac-yadia, Labaa, Schiac-betin-nia y Schiac-rhuu-
labaa.
La atravesaban cuatro arroyos permanentes, el Latziraa, el Xchoo-
queda, el Schoo-riaa y el Schoo-tienda. Al noroeste, el río de Schoo-
vet-too, o de “Las codornices”.
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Los del actual San Pedro Cajonos, del distrito de Villa Alta, aseguran
que su pueblo en otros tiempos se llamó Ixtlantepec, en recuerdo de
su origen.
También se recuerda que los actuales habitantes de San Andrés
Yatuni, Trinidad Ixtlán y Xiacuí tuvieron su origen entre los de Ixtlán,
y que los de Guelatao se establecieron en tierras de la misma
población en el último cuarto del siglo XVI.
Se asegura que los habitantes de Ixtlán, en una época aún no
determinada, fueron muy numerosos, y que el barrio de La Asunción
se extendía hasta lo que es ahora Latzi-litaa, donde quedan
numerosas huellas de sus habitaciones, y que los lunes, dedicados al
mercado, el rumor de los concurrentes llegaba hasta la actual
cumbre de Labaa.
Seguramente que esta enorme agrupación humana, agotadas e
insuficientes las tierras, se movilizó para establecer los pueblos de
que se hace mención al principio.
Otro documento dice que para evitar invasiones de los naturales de
Yavesía un grupo de familias se desplazó para aquel rumbo, el que,
con el nombre de guardamontes, cuidó de aquellas tierras y fue
después fundador del actual Yatuni.
Datos suficientes que dan idea de la extensión de las antiguas tierras
comunales de Ixtlán.
Con estos antecedentes es fácil entender la petición de los ixtlaneros,
de 16 de junio de 1716, al señor don Antonio Francisco, juez de
Comisión y delegado para la venta y composición de tierras de la
jurisdicción de Mitla y Tlacolula concebida en los siguientes
términos:
“Petición: Don Pedro Carrasco, gobernador; Miguel
Ramírez y Domingo Jiménez, alcaldes; Gaspar de los
Reyes, Juan Hernández y Juan de Aquino, regidores; Juan
de Vargas, Carlos Gómez, alguaciles mayores, y don
Matías de Ulloa, alcalde; Nicolás de Aquino, regidor;
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……………………………………………………………… Asimismo
mando que dichos nantes (donados) no sean despojados sin
ser primero oídos y por fuero y derecho vencidos, ante
quien y conforme
deba…………………………………………………………………………………
…………………………………......... Fecho en esta ciudad de México
a los 29 días del mes de enero de 1722. El marqués de Casa
Fuerte. Por mandato de su excelencia Mariano Alcíbar.
Concuerda fielmente con su original, a que me remito, y
existe en esta Alcaldía Mayor de Oaxaca. Provincia de
Antequera. En Testimonio de verdad, José Gallardo y
Rionda.- Rúbrica.”
Este documento, en su parte final, lleva una anotación del tenor
siguiente:
“Este día, de pedimento de los oficiales de república del
barrio de San Andrés Yatuni y del mandato del señor
comisionado subdelegado y con citación y conocimiento del
gobernador, alcaldes y regidores de la Cabecera de Santo
Tomás Ixtlán, di testimonio de este Despacho a los dichos
oficiales de república de San Andrés Yatuni, y para que
conste puse esta razón, que rubriqué yo el Es/no.
(escribano).”
Lo que significa que el pueblo de San Andrés Yatuni tiene una copia
de este documento.
Este decreto o títulos estuvo perdido por algunos años, sin que los
habitantes se dieran cuenta de ello.
Suponemos que durante el último cuarto del siglo pasado a alguna
autoridad municipal, por determinado conflicto de límites, se le hizo
fácil llevar el documento al gobierno del estado, sin tener cuidado de
recogerlo a su debido tiempo.
Su regreso fue verdaderamente providencial, ocurrido en el año
1909, siendo presidente municipal el señor don Federico H. Toro,
quien recibió una carta de San Luis Potosí, suscrita por algún
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6. Orografía
El área de este pueblo es parte de la Sierra Madre Central y una
prolongación de sur a norte del Malacate y Pelado de Capulalpan,
hasta las dos eminencias llamadas en zapoteco Naguetzi-cuiti y el
Naguetzi-rheni, corrupción de los términos zapotecos “oreja chica de
león” y “oreja grande de león”, porque efectivamente a lo lejos dan
esa impresión.
La altura de esta cordillera fluctúa entre 2,700 y 2,900 metros sobre
el nivel del mar, y de una longitud probable de ocho a diez
kilómetros.
En la parte media de esta cordillera se levanta la eminencia que se
conoce con el nombre de Los Pozuelos, de donde parten hacia el
noreste y suroeste dos contrafuertes que hacen del lugar una especie
de cruceta. La que sigue hacia el norte o noroeste en línea recta se
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Hasta 1916 esta labor era de dos o tres días por lo voluminoso de los
documentos.
El servicio se desempeña por semanas; es enteramente gratuito, a no
ser que aún tengan que hacer algunos gastos por su cuenta.
El gobierno, estado social, económico, obras materiales y principales
acontecimientos acaecidos en la población desde la época
precortesiana hasta el siglo XVII
Esta agrupación humana, igual que las demás de su género en la
región, estuvo sujeta por un solo individuo, salido del seno de las
familias más importantes del lugar.
En zapoteco se le llamó el up-pa yetzi, cuidador o guardián del
pueblo. En un principio despachó los asuntos públicos en su propia
casa; después se le hizo una en el centro del pueblo, que en la propia
lengua llamaron yu-uc-labui, o la casa del centro o central.
Regularmente era un hombre maduro o anciano, de buenas prendas
personales, trabajador, justiciero, respetuoso, de dotes
administrativas, resuelto y valiente. Para el despacho de los negocios
públicos se auxiliaba de un consejero, que podría ser un propio
hermano o un pariente cercano y que debería vivir cerca de la casa
central.
Para su sostenimiento era obsequiado o tributaban sus paisanos con
los diversos objetos que le servían para llenar sus necesidades, y
sembraban de maíz su lote para que tuviera su propia cosecha.
El pueblo estaba ligado por lazos de convivencia o conveniencia con
los mandones de los pueblos cercanos, reconocía como autoridad
inmediata superior al cacique de Ixtepeji y en segundo grado
superior al de Zaachila.
En el transcurso del siglo XV pagaron tributos a los señores de
Coixtlahuaca, Achiutla y Tututepec; después de las guerras
tributaron a los mexicanos; unas veces lo hacían por conducto de la
guarnición de Huaxyacac (Oaxaca), otras por la de Tuxtepec y
algunos períodos lo hacían directamente.
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*Artículo único. Es Villa la Cabecera del partido de Ixtlán, y llevará en lo sucesivo el nombre de
Juárez. Lo tendrá entendido el gobernador del Estado, etcétera. Julio 30 de 1857.
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Del Siglo XX
Entre los años 1903 y 1904 se perfeccionó la calzada de la Eternidad,
calle recta entre el templo principal y el panteón.
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Peculiaridades únicas
Los jóvenes han gustado de medir sus fuerzas, habilidades y
resistencia física, y con ese objeto se aprovechan de la primera
oportunidad que se les presenta para apedrearse, acometerse a puño
cerrado, abrazarse y derribarse o cualesquiera otros juegos de
manos, y si de estos incidentes resultaba un pleito, con gusto era
aceptado. Estos desafíos tienen o tenían, mejor aplicación si los
contendientes se habían tomado algunas jícaras de tepache o copas
de mezcal. Las reuniones familiares, mayordomías y casamientos
eran las mejores oportunidades para dar rienda suelta a estas
inclinaciones. Eran los pleitos callejeros, y al día siguiente sólo se
recordaba al que había manifestado mayor habilidad y valor o hecho
un papel más ridículo; pero nadie decía que había sido un positivo
pleito.
Si la autoridad intervenía era para demostrar su celo, o bien lo
tomaba como un pretexto para cobrar una multita o ejercer un
desagravio.
Por ello se formaban partidos entre jóvenes de los barrios;
legendarios fueron los pleitos a pedradas entre las juventudes de San
Francisco y la Asunción, o los de San Pedro con los de La Soledad.
Los hombres maduros de los barrios de la Asunción y San Pedro
tuvieron una disputa de carácter simbólico. Peleaban por la posesión
de una piedra larga y rolliza, gruesa por un extremo y delgada por el
otro y de un poco más de un metro de largo, que ahora se halla
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Las comisiones y el “tequio” son las cargas más duras que soportan
los habitantes de este lugar.
Estadísticas
Censos
Hombres Mujeres Total
Generales 590 530 1,120
Escolares 96 100 196
Analfabetas 41 86 127
Alfabetizados 160 137 297
Muertos en la Revolución, de 1912 a 1924: 76 hombres y 2 mujeres.
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Distancias
De Ixtlán a Oaxaca 54,000 metros
De Ixtlán a Talea de Castro 73,000 ”
De Ixtlán a Capulalpan 7,100 ”
De Ixtlán a Tepanzacoalco 16,000 ”
De Ixtlán a Jaltianguis 8,232 ”
De Ixtlán a Guelatao 3,000 ”
De Ixtlán a Yahuiche 4,000 ”
De Ixtlán a Yagila, por el cerro 30,000 ”
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CAPÍTULO III
LA PROPIEDAD RAÍZ Y SUS ANTECEDENTES
HISTÓRICOS
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SUPERFICIE
NÚM. PREDIOS PREDIOS
MUNICIPIOS SUPERFICIE EN
PROG. MAYORES MENORES
HECTÁREAS
1 Ixtlán de Juárez 9 134,657.25 882 828,20.08
2 Yotao 1 20,024.00 125 102,75.26
3 SanPedro Yareni 2 600.00 150 120,00.00
4 Capulalpan 1 50,000.00 154 154,81.25
5 Natividad 4 62.00 26 60,08.00
6 Santiago Xiacuí 4 15,449.99 255 421,23.00
7 Guelatao 66 105,25.00
8 Jaltianguis 1 606.00 180 445,75.00
9 Analco 5 82.00 140 246,70.00
10 San Juan Atepec 3 49,127.00 184 419,50.00
11 Macuiltianguis 2 1,609.00 250 255,05.00
Santiago
12 3 370.00 183 175,75.00
Comaltepec
13 SanPedro Yolox 27 22,673.00 238 3,661,50.00
14 SanJuanQuiotepec 2 8,024.00 292 417,30.00
15 Lachatao 1 38,000.00 391 1,151,10.74
16 Amatán 1 127 539,76.02
17 S.J.Chicomezúchil 6 2,665.00 206 381,62.50
18 S. María Yavesía 2 18.00 883 285,50.00
19 Santiago Laxopa 6 1,471.00 158 766,00.00
20 Santa Catarina 3 64,056.00 566 1,155,00.00
21 Zooquiapan 2 20,038.00 238 432,00.00
22 Teococuilco de Marcos Pérez
23 Santa Ana Yareni 251 270,75.00
24 Aloapan 2 24,010.00 211 512,00.00
25 San Miguel del Río 116 196,00.00
26 Abejones 3 8,100.00 207 358,00.00
TOTAL 90 461,642.24 6479 13,461,61.85
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15. Años de 1798-1805. Vol. 1303. Exp. 2-F 120. Villa Alta. Los
naturales del pueblo de Santo Domingo Yojovi y San Andrés
Zoolaga sobre posesión de tierras; cita los pueblos de San Juan
Tabaa, Talea y Juquila. Juris. Oaxaca.
16. Año de 1800. Vol. 1321. Exp. 20-F 9. Villa Alta. Los naturales de
San Juan Tabaa contra los de San Francisco Yatee sobre posesión
de tierras. Juris. Oaxaca.
17. Años de 1800-1804. Vol. 1324. Exp. 10-F 89. Villa Alta. Los
naturales de! pueblo de San Francisco Yatee contra los de San
Juan Tabaa sobre posesión de tierras. Juris. Oaxaca.
18. Años de 1802-1805. Vol. 1343. Exp. 19-F 14. Villa Alta. Los
naturales de los pueblos de Puxmetacán y Candayoc contra los
de Acatlán y Tutla sobre despojos de tierras. Juris. Oaxaca.
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16. Año de 1699. Vol. 186. Exp. 13. F. “*. Yazona. Restitución.
17. Años de 1782-1790. Vol. 211. Exp. 2. F. 95. Etla. Peleas sobre aguas.
18. Año de 1703. Vol. 212. Exp. 2. F. 16. Etla. Sobre la fundación de un molino.
19. Año de 1702. Vol. 202. Exp. 4. F. 44. Guajolotitlán contra La Cacica, tierra
Tonalí.
20. Años de 1704-1717. Vol. 221. Exp. 2. F. 187. Guajolotitlán contra La Cacica,
por tierras.
21. Año de 1704. Vol. 221. Exp. 5. F. 126. Cacalotepec contra Tepantlali y
Tamazulapan. Linderos de Villa Alta y Nexapa.
22. Año de 1705. Vol. 223. Exp. 1.F. 130. Teotitlán de Valle. Pelea de barrios.
23. Año de 1705.Vol. 223. Maguilschil. Guelacia contra San Marcos.
24. Años de 1617. 1714. Vol. 226. 1ra parte. Córdoba.
25. Años de 1636-1708. Vol. 229. 1 ra parte. Exp. 2.F. 180. Villa Alta.
Amatepec Santiago contra Totontepec.
26. Años de 1691-1710. Vol. 235. Exp. 5.F. 151. Cuilapan.
27. Años de 1684-1741. Vol. 241. Exp.7.F. 131. Zimatlán San Lorenzo.
28. Año de 1708. Exp. 2.F.76. Amatlán contra Tequila y Naranjal.
29. Año de 1706. Vol. 243. Exp. 4. F. 96. Cuilapan Ixtepec. La Cacica Ixtepec
contra Cuilapan.
30. Año de 1709. Vol. 247. 2da parte. Exp. 2. F. 10. Yagallo Santiago. Títulos.
31. Años de 1711-1712. Vol. 268. Exp. 3. F. 20. Etla.
32. Año de 1711. Vol. 273. Exp. 2. F. 18. T. Teotitlán del Valle. San Francisco
contra Macuischitl.
33. Año de 1711. Vol. 273. Exp. 2. F. 18. Teotitlán del Valle. San Fancisco de
Macuilsóchitl.
34. Años de 1654-1762. Vol. 258. Exp. 4.F. 174. Villa Alta. Tetoalcingo.
Servicios personales.
35. Años dle 1713-15. Vol. 318. El F. 48. Teotitlán del Valle Arrendamiento.
36. Años de 1717-21. Vol. 346. Exp. 1.F. 38. Villa Alta. San Pablo Ayutla contra
Santo Domingo Albarradas, San Juan del Río. De juicio. Teotitlán.
37. Añode 1756. Vol. 354. Exp. 3.F. 117, Jalahui, Toabela (Maninaltepec).
Sochiapan, SanJuan Huaxpaltepec, Tatahuicapa, Choapan, Yaveo, Jatepec.
38. Años de 1718-1800. Vol 356. Exp. 1. F. 277. Tabaa contra Yatee.
39. Años de 1718-79. Vol. 388. Exp. 1. F. 287. Ixtlán, Aloapan, San Miguel,
Teococuilco contra Yareni Santa Ana.
40. Año de 1720. Vol. 381. Exp. 5.F. 49. Oax. Tumulto, proceso criminal al de
tierras.
41. Años de 1719-21. vol. 382. Exp. 3.F.84. Lachichina.
42. Años de 1720-30. Vol. 385. 1ra parte. Exp. 1. F. 220. Ocotepec y Huitepec
contra Metepec.
43. Años de 1712-22. Vol. 39. Exp. 4.F. 58. Cuilapan. Causa.
44. Año de 1717 Vol. 401. Exp. 2. F. 146. Tabaa contra Yatee.
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45. Años de 1724. Vol. 416. Exp. 3.F.. Yaveo Santiago. Amparo de tierras.
46. Años de 1726-56. Vol. 442. Exp. 7. F. 81. Rovela, Jalahui, Yetzecovi,
Yagalaxi Yagallo. Que se midan tierras. Latinicon Yaveo y pueblos del
rumbo.
47. Años de 1723-31. Vol. 443. Exp. 3. F. 43. Villa Alta. Huitepec contra
Metepec.
48. Año de 1730. Exp. 4. F. 7. Etla. Bienes.
49. Año de 1730. Vol. 496. Exp. 3. F. 81. Etla. Cacique.
50. Años de 1730-33. Vol. 512. Exp. 3. F. 95. Caciques de Guajolotitlán.
51. Años de 1703-36. Vol. 520. Exp. 3. F. 270. Villa Alta. Comaltepec, Lachixova
y Otros.
52. Año de 1736. Vols. 558-559. Exp. F. 743. Choapan, Latani, Huaxpaltepec.
Sobre tierras. (Tesechoacan, Lalana, Jocotepec.)
53. Año de 1704-14. Vol. 626. Exp. 3. F. 103. Villa Alta. Yohueche contra
Solaga.
54. Año de 1742. Vol. 633. Exp. 9. F. 58. Ixtepeji, San Mateo y San Bernardo.
55. Años de 1744-45. Vol. 651. Exp. 3. F. 28. Villa Alta. Particulares de Lachirío.
56. Año de 1735-51. Vol. 658. Exp. 2. F. 257. Latani contra Sochiapan.
57. Años de 1748-49. Vol 702. Exp. 4. F.8. Oaxaca, Cacica.
58. Años de 1749-49. Exp. 4.F. 8. Oaxaca, Cacica.
59. Años de 1668-1733, 1733-1758. Vol. 712. Exp. 1. F. 475. Villa Alta. Roavela
Sochiapa, Yalahui.
60. Años de 1716-35. Vols 1752-55, 759, Pelea sobre tierras. Juquila, Uojovi,
etcétera.
61. Años de 1753-60. Vol. 776. Exp. 8. F. 190. Yetzecovi contra Roayaga.
62. Anos de 1724-55. Vol. 791. Exp. 2. F. 147. Pelea contra Yatooni y Tabaa.
63. Año de 1755. Vol. 792. 1° parte. Exp. 3.F. 31. Jalahui y Roavela contra
Latani.
64. Años de 1704-61. Vol 798. Exp’. 1.F. 101. Teotitlán y uso de salinas. Cacica
y uso de salinas.
65. Años de 1735-1757-69. vol. 812. exp. 2. F. 299. Lachixova, Comaltepec.
Amatepec.
66. Años de 1564-1754. Vol. 819. Exp. 2.F. 67. Tlacolula y Tlacochahuaya.
67. Años de 1759-1820. Vols. 846-47. Exp. 1.F.782. V. San Pedro y San Miguel
Cajonos.
68. Años de 1616-1734, 1759-72. Vol. 852. Exp. 1. F. 267. Tepanzacoalco
contra Yaneri.
69. Volumen 146. Yagavilla, etc.
70. Año de 1647. Vol. 2934. Don Alonso de Guzmán, minero, con el Juez de
comisión, sobre que éste le saca los esclavos. Villa Alta. 1.
71. Años de 1647. Vol. 2934. Nexapa. Residencia al almirante Juan López de
Olaes, Alcalde Mayor que fue de ésta. Villa Alta. 1.
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CAPÍTULO IV
PROBLEMAS SANITARIOS
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de las corrientes de agua, porque se tiene como una verdad que los
rayos solares destruyen los nidos de estos insectos.
Paludismo
(En zapoteco: “guanii”)
Enfermedad bastante conocida de los habitantes del país y exclusiva
de la zona cálido-húmeda, que se desarrolla en todas las márgenes
de los afluentes del Papaloapan, a unos 1,500 metros sobre el nivel
del mar, y con más intensidad mientras más bajo es el suelo.
Las márgenes del río Soyolapan, de El Rincón, de Santa Teresa y el
Río Grande de la alta cuenca del Papaloapan son los lugares más
infectados de esta región.
Conocida en la antigiedad con el nombre zapoteca arriba indicado,
sólo se curaba con el cambio de clima del enfermo a las regiones
frías.
El uso de la quinina en sus diversas formas viene reduciendo el mal.
Los pueblos más castigados por esta enfermedad en el Distrito son
los de Maninaltepec, Yagalasi y los rancheros de las márgenes del río
Soyolapan y de El Rincón. Es más ligero en los que viven en las
márgenes de Río Grande.
Debido a esta enfermedad los habitantes de tierras frías no se
sienten halagados con los altos salarios que se pagan en las regiones
bajas de Tuxtepec.
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CAPÍTULO V
RECURSOS NATURALES
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2. La flora
Aquí, como en todas partes sucede, la flora es el producto del medio
fisiográfico: altura sobre el nivel del mar, corrientes atmosféricas y la
abundancia o escasez de lluvias.
Siendo el suelo del distrito extremadamente fragoso, donde las
cumbres de las montañas alcanzan alturas de 2,800 a 3,000 metros
sobre el nivel del mar y las profundidades de los ríos entre 700 y 450
metros, es natural que se forme una región de clima variable.
Además, la Sierra Madre que podríamos llamar central, o sea la línea
sinuosa de las cumbres del Cuagimoloyas, Schia-Caba, Buena Vista,
Plan de Aguila, Malacate, Pelado, Pozuelos, Orejas de León,
Cuarentena, Cerro de Humo, Cerro Zacate y Dos Cabezas, forma la
línea divisoria entre el ambiente cálido-húmedo de la vertiente del
Golfo y el seco subtropical del Valle de Oaxaca.
Esta circunstancia hace que la región se divida en dos distintos
climas y que en determinados lugares, aunque reducidos, se
establezcan climas mixtos; esto, como es natural pensar, crea zonas
de floras distintas en algunos casos o midificados en otros,
influyendo para que a mayor distancia de ellos también se
establezcan diferencias en las plantas.
La flora de los climas cálido-húmedos de la vertiente del Golfo ha
sido descrita en otros capítulos al hablar de las condiciones
especiales de los pueblos de El Rincón desde Tepanzacoalco hasta el
de Yagalasi, y es en este ambiente donde se modifican las
características de los pinos y encinos.
En estas líneas sólo hablamos de las plantas de la vertiente de Río
Grande.
En esta zona, de arriba abajo, se desarrolla toda variedad de pinos,
de los que los nativos sólo conocen los más notables, como por
ejemplo:
El gigante, de dimensiones extraordinarias, de piña enorme y de
cuyos tallos se extrajeron los más gruesos bloques de madera que en
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verano dan la nota alegre con sus penachos blancos, de donde les
viene el nombre.
La granadita montés es otra trepadora silvestre, cuya importancia
está en la delicadísima flor redonda de cálices verdes, corolas
polipétalas blancas, como si fueran tejidos de seda, de fondo blanco,
matizados de puntos morados y rojos; completan la exquisitez los
estambres y pistilos. La fruta es un óvulo verde sin importancia.
La zarzamora, bien conocida del mundo para detenernos a
describirla.
El frijol silvestre, de hojas trilobuladas, flores en racimo de color rojo
vivo, de mucho néctar, del que se mantienen los colibríes o
chuparrosas, y que dejaron de comer los antiguos por la dureza del
grano al cocerlo.
Las hiedras de campánula azul, blanca y roja y de variados tamaños,
porque hay una que calificaríamos de minúscula.
Otra más chica de esta índole, a cuya fruta le llaman gueto, y que
asada y con sal es de un exquisito sabor.
La rastrera jícama de ratón, que se desentierra en otoño y que es de
sabor agradable.
De éstas crecen variados ejemplares, de nombres desconocidos o
perdidos, y que sólo un especialista puede distinguir.
Cucurbitáceas de diversos climas, pero que se desarrollan más en los
cálidos, como la que produce el desorbitado xicapextle, pasando por
los bules y calabacitos, sin contar, naturalmente, con las especies
cultivables.
Adventicias o parásitas. De este tipo podemos anotar las que crecen
adheridas a los tallos de los pinos y encinos de las altas cumbres, que
se desarrollan en ambientes húmedos, como el paxtle, verdadero
tejido de filamentos anaranjados, que, cual cendales, se mecen
colgados de los árboles.
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3. La minería
La región ha sido desde tiempo inmemorial una de las mayores
fuentes de aprovisionamiento de metales de oro y plata.
Desde el período precortesiano, mixtecos de Tututepec y
Coixtlahuaca exigían a estos pueblos del tributo de este metal, y los
aztecas después hicieron lo mismo, obteniéndolo en forma de granos
o en polvo, que era guardado en los canutos de las plumas de aves,
como se verá en otro capítulo.
Tan pronto como arribó Hernán Cortés a Tenochtitlán se interesó
por saber el origen de tanta riqueza. Por juzgarlo de interés,
transcribimos algunos párrafos de la obra del conquistador Bernal
Díaz del Castillo.
“Que Hernán Cortés estando con otros capitanes en la estancia de
visita a Moctezuma, valiéndose de los intérpretes doña Marina,
Jerónimo de Aguilar y Orteguilla, preguntó al monarca mexicano los
ríos y las minas de donde tomaban el oro y la manera de extraerlo,
porque deseaban ver todo aquello los mineros que traían en su
expedición.
“Moctezuma dijo que el oro lo traían de tres partes, y que de donde
más oro solían traer era de la provincia de Zacatula, hacia el sur, y a
una distancia de 10 a 12 días de camino; que lo cogían en sus jícaras
en que lavaban la tierra y que de ahí quedaban unos granos menudos
del metal, y que en la presente era traído de la provincia de Tuxtepec,
cerca de donde desembarcaron, y que lo toman de los ríos.
“Que en este lugar hay buenas minas en territorio de gente que no le
está sujeta, que se llaman chinantecos y zapotecos, y que si deseaba
mandar a sus soldados él daría principales que los acompañaran.
“dio las gracias y aceptó el ofrecimiento, y desde luego despachó para
el expresado Zacatula al piloto Gonzalo de Umbría con otros soldados
mineros.
“A Tuxtepec mandó a un pariente suyo, el capitán Pizarro, el joven,
como de 25 años. Se le acompañó de cuatro soldados mineros y se le
dio un plazo de 40 días para que volviera, porque se trataba de una
distancia de 80 leguas, y a quienes se le agregaron cuatro mexicanos.
“Moctezuma le presentó también a Cortés un lienzo en que estaban
dibujadas las costas del Golfo de México, con las desembocaduras de
todos los ríos y ancones, muchos de los cuales ya conocían los
españoles, a excepción del río Coatzacoalco.
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puesto que las del Socorro y Santa Ana estaban paradas por falta de
metales.
Las vetas al corriente en ese año eran Nuestra Señora del Rosario,
San Miguel, San Fancisco, Jesús María y Santa Gertrudis, las cuales,
según aseguraba el director, podrían producir al año seis milmarcos
de plata siendo esta Compañía una de las mejores de la región en los
años anteriores e ignorándose la producción del año inmediato
anterior.
Don Benito Hampshire era dueño de la negociación de Cinco Señores
y uno de los extranjeros más laboriosos en el estado por aquel
entonces, de amplios conocimientos teórico-prácticos en este ramo.
Había en su negociación dos haciendas de beneficio, la de Cinco
Señores y la del Señor San José; en ésta sólo había mortero, y en la
primera mortero y máquina de barriles, siendo sus vetas las de
Natividad, Cinco Señores, San Miguel, San Rafael, San Antonio,
Soledad, Purísima, Rosario, San Lorenzo, Trinidad, Corazón, San
Francisco de Sales y Santa Isabel.
Estas vetas rindieron en el año 1848 cinco mil ochocientos sesenta y
seis marcos de plata con poca ley de oro.
Por cuenta de la misma negociación se trabajaba la veta nombrada
Divina Providencia (a). La Esperanza, de metales de plata, conocida
por La Hedionda, situada en los terrenos de Solaga.
En la propia jurisdicción había otras dos vetas de metales de plata,
llamadas La Purísima Concepción (a) y San Andrés, llamada también
La Hedionda; suponemos que es una segunda del mismo apodo,
porque su dueño lo era don Manuel Romero.
En San Juan Tabaa, del mismo Distrito de Villa Alta, había otra mina,
llamada Jesús María, propiedad de don Francisco Franco, cuyos
metales se beneficiaban en la hacienda de Santa Gertrudis, de la
municipalidad de Talea.
En todas estas haciendas había desaparecido por completo el
beneficio de metales por el sistema de patio, por lo dilatado de la
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jales hasta el mediodía, o cuando más hasta las trece horas, tiempo
en que el agua es menos fría, para regresar a sus hogares con las
respectivas muestras y fundirlas al fin de la semana, vender los
pocos granos de oro obtenidos en las tiendas y sacar el gasto
semanal, como solían decir.
En estos pequeños comercios pueblerinos eran artículos de gran
demanda el mercurio o azogue, el antimonio, la pólvora al principio,
la dinamita después, la mecha, las cápsulas, las velas mineras, que
eran de sebo; después la parafina y, sobre todo, los ácidos.
Las herrerías de los pueblos cercanos trabajaban constantemente
aguzando herramientas que a diario salían melladas de los frentes de
las vetas.
Para los trabajos de explotación individual en el interior de las minas
que eran ocasionales y de urgencia los interesados no tomaban las
precauciones necesarias para evitar derrumbes, y cuando éstos
venían quedaban sepultados. La dilación en el regreso obligaba a las
familias a entrar en zozobra, organizando exploraciones hasta
recoger sus muertos, que enterraban en forma natural y sin la
intervención de las autoridades.
Jamás tomaban estas extracciones como actos ilícitos, puesto que su
razonamiento era, o es, bien sencillo, diciendo:
“Somos los dueños de estas tierras de la parte exterior e interior por
herencia que recibimos de nuestros antepasados y las hemos
defendido con nuestras propias vidas de invasiones extrañas.
“Tomamos de las minas lo indispensable para satisfacer nuestras
necesidades, como los de los otros pueblos aprovechan la superficie
para sus siembras; los bosques, para hacer leña, carbón y maderas de
consumo diario; los animales de caza, para sus alimentos, y la sal de
las salinas, así como las truchas de las aguas de los ríos, sin que por
ello nos hayamos enriquecido.
“Los que se dicen dueños de las minas nos las han arrebatado en
complicidad con el gobierno, aprovechándose de nuestra ignorancia y
pobreza.
“Para obtener alguna utilidad arriesgramos constantemente la vida
como ningún otro trabajador. El gobierno no ha de ser tan injusto
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para castigar al que con tanto peligro obtiene unos cuantos gramos de
oro y plata, que son nuestros, para satisfacer apremiantes
necesidades.”
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4. El café
Los nueve pueblos que componen el sector de El Rincón, situados en
la subcuerica del río Tepanzacoalco, que unido al de Tanetze
entregan sus aguas al río Cajonos o Villa Alta, en el paraje
denominado La Colmena, situado a seiscientos metros sobre el nivel
del mar, y que forma límites entre los distritos de Ixtlán y Villa Alta,
disfrutan de un clima cálido-húmedo, porque reciben directamente
los vientos y nubes del estado de Veracruz.
Antes de la mitad del siglo XVIT sus habitantes eran de los más
atrasados en todos sentidos; conservaban las costumbres más
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que tenían que dar de comer, y los que, padrón en mano, hacían los
recorridos para contar las plantas de cada familia.
Alos pocos años se empezaron a recoger las primeras cosechas, y
estas coincidían con la temporada en que en los años anteriores
tenían que recorrer los pueblos vecinos en demanda de limosna.
Este rápido cambio de situación económica los sorprendía, porque el
comprador del grano acudía a buscarlo, y supieron por experiencia
que era más fácil adquirir el grano no pagándolo en dinero sino con
mercancías; acudían con toda regularidad durante la época de la
cosecha, llevándoles maíz, pan, sal, manta, hilo, aguardiente, etc.
Cuentan de esa época que los habitantes en general, al darse cuenta
de que el cambio lo debían a la insistencia del jefe político y
comandante militar del distrito, al terminar las tres comidas diarias
y levantarse pronunciaban en zapoteco estas palabras en forma
sacramental:
Shalenu diuci shalenu Fidenciu Rnandez, va gutagutu. (“¡Gracias
a Dios y gracias a Fidencio Hernández que ya comimos!”)
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CAPÍTULO VI
COMUNICACIONES
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Lo anterior nos demuestra las razones que asiste a cada núcleo para
solicitar el perfeccionamiento de los suyos, sin que sea dable
obsequiarlos por la importancia de cada uno.
Mantenemos el criterio de que deben fomentarse los que tienen para
el futuro importancia capital, porque pueden hacer desarrollar la
industria minera, que es la riqueza básica de la región.
Además es de necesidad urgente romper la montaña de la Sierra
Occidental para que la población se pueda derramar hacia las tierras
bajas del distrito de Tuxtepec, donde encontrarán mejores medios de
vida en todos sentidos.
Para el efecto conviene también sentar el criterio científico de que
deben de aprovecharse los accidentes topográficos de la región para
llegar en las mejores condiciones y en forma directa a esta región, y
ninguno más apropiado que el trazo directo entre Ixtlán y Valle
Nacional, cruzando la montaña de Los Pozuelos, Cerro de la Nube y
Cerro Cielo para llegar a los Llanos de Ozumacín.
Un camino que seguramente tendrá alrededor de doscientos
kilómetros, de los que ya están abiertos alrededor de sesenta.
Una vez llegado este trazo, como ya llegó, a la cumbre de Los
Pozuelos, que es el dominio perfecto de las alturas, lo demás es sobre
la misma cumbre, para que después empiece el descenso en forma
paulatina, como lo señala la topografía, hasta quedar en los bajos del
Valle Nacional.
Unir en forma directa Oaxaca con Tuxtepec y Puerto Angel con el de
Alvarado sería el ideal no sólo oaxaqueño, sino nacional.
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Teléfonos
5. Por el año 1906 se estableció el primer teléfono entre la
cabecera del distrito y la fábrica de Xía.
6. Por 1908-1909 se hizo la extensión de la línea, comunicándose
Guelatao, Xía, Ixtepeji y El Punto. Una segunda línea ligó a
Natividad con la propia cabecera.
7. En 1912, en plena revolución interna y por verdadera
emergencía, se unió a Ixtlán con Atepec por un hilo oculto que
atravesaba los bosques de ambos pueblos. También se
prolongaron las líneas hasta Yolox, Lachatao, Cuagimoloyas,
Los Molinos, Tepanzacoalcos y Yalina, del distrito de Villa Alta.
8. Los puntos de observación próximos a Ixtlán también fueron
ligados por teléfonos; así funcionó uno en Cuachirindoo y otro
en Buena Vista o Xiac Vetinnia.
9. Tan pronto como terminaron los movimientos armados, por
los años 1921 a 1925, se descuidó la conservación de estos
aparatos, que de nuevo han dejado aislados a los pueblos.
10. En la actualidad, y aprovechándose el mismo hilo telegráfico,
se ha conectado el mineral de Natividad con una oficina de esta
índole y se han colocado telegráfonos en Lachatao y Guelatao.
El Servicio Postal
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Como por el año 1896 fue la última vez que los pueblos del distrito
renovaron las planchas de este puente.
Las vigas debían de tener veintidós varas de largo por una de grueso
y ancho; la de Ixltán era de las mejores labradas.
Recuerdo que un día muy de mañana la campana grande llamaba a
“tequio” general, al que todo el mundo debía de presentarse.
Frente al portal municipal se congregaban hombres, mujeres,
ancianos y niños.
Se iniciaba la segunda jornada para hacer llegar la madera hasta la
meta.
Los dueños arreando sus yuntas; los ayudantes trayendo al hombro
las palancas de madera, barretas, hachas, machetes y reatas.
Presente toda la autoridad municipal en traje de trabajo, con los
calzones enrollados por encima de las rodillas, las mangas de la
camisa recogidas sobre los codos, el sombrero asegurado con un
barboquejo de una cinta negra de lana, calzados unos con aquellos
famosos “cacles” de talón de timbre negro, otros con unos huaraches
de dos correas y algunos todavía con guaraches de pie de gallo sin
curtir o de crudillo, como los llamaban, y en la espalda de redecilla
de itacate del día y a un lado del calabozo de agua, rodeada de los
ancianos, mandó se acercara el pueblo e hiciera una especie de
círculo, a lo que todos obedecieron. A una indicación del presidente,
el más anciano se adelantó, y en voz alta apuntó solamente este
canto religioso:
¡Santo Dios,
santo fuerte,
santo inmortal;
líbranos, Señor,
de todo mal!
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CAPÍTULO VII
FOLKLORE
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La “tona”
Toda persona al nacer viene acompañada de un animal que ha de
desempeñar el papel de guardián, al propio tiempo que debe estar
sujeto a las inquietudes, suerte y enfermedades que ha de sufrir el
niño o adulto hasta la muerte, en que también perecerá en el mismo
instante que ésta se produce.
La bruja partera, para decidir sobre el animal que corresponde al
recién nacido, tiene la obligación de regar ceniza, arena o tierra
suelta de distinto color alrededor de la pieza de la parturienta. Al día
siguiente de nacer el niño deben examinarse con cuidado las huellas
de las patas del animal que se hubiere prestado a tomar a su cargo al
nuevo ser; el examen debe ser riguroso para no incurrir en
equivocación. En los ranchos o sitios aislados que ocurre esto es el
león, tigre, lobo, coyote y otros pequeños cuadrúpedos los que dejan
las huellas, y así se aclara quién debe ser la “tona” para cuidarlo.
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El “chaneque”
Ésta es una especie de divinidad regularmente propicia para la
agricultura; es el dios que cuida de las siembras, de que éstas se
hagan oportunamente, de que demande a tiempo las lluvias, de que
evite las heladas y cuide del crecimiento uniforme de la planta y de
que la semilla sea grande y oportuna, impidiendo que le caiga el
chabuixtle u otra plaga.
Para tenerlo de su parte conviene reconocer sus fuerzas, hacerle
honores y ofrecimientos.
Durante la siembra, en las cuatro esquinas del predio hay que hacer
pequeñas excavaciones donde se pueda enterrar una pequeña
piedra, que debe de interpretarse como su representación genuina;
derramar sangre de unos pollitos o guajolotitos, y hasta de animales
grandes si es pobile; verter una copa de mezcal y aguardiente,
jicaritas de pulque e incluso tirar cigarros. Algunos suelen colocar
como señal del sitio una banderola blanca o roja.
En otros lugares se lleva agua bendita, flores, velas de cera o de sebo
y copal, hasta que se consumen; como puede observarse, esto ya
tiene un tinte católico.
Al levantar la cosecha, si es de maíz, se buscan las plantas mejor
logradas, se arrancan y colocan en sitio preeminente, donde se va a
acumular la cosecha, si es de trigo, las mejores gavillas, y si es de
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La brujería
Esta actividad es ejercida por hombres o mujeres mayores de
cuarenta y cinco años. Su especilidad es el arte adivinatorio, la
medicina, el parto, el maleficio y la religión.
Para lo primero deben descubrir al autor del robo y señalar el sitio
de lo hurtado. Deberá decidir la suerte del amante ausente y del
éxito o fracaso del negocio que lo llevó fuera del hogar. Informará
sobre la fidelidad de las personas de amor, y si éste se sellará con el
matrimonio. Descubrirá el nombre del rival que le disputa este amor
y si el enfermo sana o muere.
Los brujos de los últimos tiempos se valen del oráculo o de la baraja.
En el campo de la medicina deberá curar todas las enfermedades,
para lo que emplea purgantes, infusiones, pomadas, sobadas de los
músculos, huesos y cuerdas. Últimamente empiezan a emplear la
medicina de patente.
En un tiempo chuparon los males, extrayendo, según ellos, las causas
de la enfermedad, como espinas, huesos, picos de aves rapaces,
piedrecitas, plumas, etc., etc. En las mordidas de animales
ponzoñosos chuparon la sangre y el tóxico.
Es condición primaria que el enfermo tenga absoluta confianza en las
habilidades del brujo y en su sistema de curación para sanar.
En el parto asisten a las enfermas, les dan consejos, las animan, les
advierten las posiciones más apropiadas y hasta se atreven a
asegurar el sexo del que viene, atentos al deseo de la parturienta.
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Para el maleficio
Localizar a la persona que ha hecho el mal u ojo.
Neutralizar la acción del brujo vecino o desbrujar.
Descubrir los medios que el otro empleó para causar el mal y así
remediarlo. Interpretar el significado de los señores.
Descubrir a los enemigos ocultos. Señalar los medios que se han de
emplear para salir adelante en la empresa. Indicar los días propicios para
la cacería y el rumbo que se ha de recorrer.
Para hacer el mal a un enemigo buscan los trapos viejos de su ropa, con los
que se hace un muñeco, al cual le clavan en la parte que desean perjudicar
una espina de maguey o simplemente una aguja o alfiler.
Organizar el culto de acuerdo con las fechas establecidas por la costumbre,
señalar el sitio de reunión y la hora de partida, que regularmente es al
primer canto de gallo; los comestibles que se han aportado, los diversos
actos que se han de realizar, donde no deben faltar el de adoración, las
mandas y, por último, la comida y el baile.
Concretar el sitio de las mandas ordinarias para el año, adonde deben de
llevarse flores, copal, velas, artículos de comer y aves tiernas, que se han de
degollar en el propio sitio; para el caso es costumbre elegir la cumbre de un
cerro, las márgenes de un arroyo o río, o simplemente una fuente de agua
cristalina o alrededor de una ciénaga, o bien al pie de un frondoso árbol, las
grietas de una roca o en una cueva, pero siempre fuera de la población.
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En los primeros días del año el pueblo de San Andrés Yatuni se dirige
a un cercano bosque, y en una explanadita donde crece un hermoso
encino se congregan para rendir culto a su divinidad, que, según
ellos, está en el tallo del árbol y a la cual hacen ofrendas de flores,
copal y velas; después del acto toman tamales, tepache y bailan, para
regresar en la tarde. En las fuentes de los Sabinos de Capulalpan
aparecen de cuando en cuando, arrojadas al agua, piezas de pan,
tamales o plumas de aves de corral. ¿Serán los propios habitantes del
lugar los que hacen estas ofrendas o pasajeros de otros pueblos?
En Santa Cruz Yagavila aún le hacen honores a su Sangule, o sea el
“Santo Viejo”, que es un ídolo de barro cocido que existe en una casa
particular.
En casi todos los pueblos de El Rincón los brujos son especies de
murciélagos que volando se trasladan de un sitio a otro a cumplir
mandas.
En Ozumacín, distrito de Tuxtepec, pero limítrofe con el de Ixtlán, los
brujos se convierten en lagartijas ponzoñosas para pican a sus
enemigos o encomendados. Pueden también convertirse en cuervos,
tecolotes, serpientes o aves inofensivas. Acuden a los templos
disfrazados de perros.
El mejor medio para evitar epidemias es acudir a las fuerzas del
brujo o de los brujos a la vez, que van hasta los límites
jurisdiccionales, donde trazan una raya de cal, conminándola a que
no deje pasar la enfermedad. Para mayor seguridad, él o los brujos,
deben cuidarla por algún tiempo, pero especialmente de noche.
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teniendo como techo una bóveda con una abertura en la parte alta,
por donde penetran algunos rayos de sol al mediodía, local que se
supone era almacén de aquel bandido.
Otra versión popular que circula en Ixtlán es la de que en una época
no determinada aún con exactitud, pero que corresponde al período
colonial, en los bosques del pueblo, en el sitio conocido en idioma
zapoteco como xiacniduu, que queda al noreste de la población, a la
derecha del actual camino a Tepanzacoalco, entre unos acantilados
se abre una profunda gruta, a cuya puerta creció un frondoso
madroño, de cuya rama principal pendía una cadena de hierro que
daba acceso a la entrada.
El lugar fue seleccionado para almacén de un numeroso grupo de
bandidos que operaba en la tierra baja, región de Tuxtepec, hasta la
costa del Golfo, pero especialmente sobre el camino de Veracruz a
Puebla y México.
Periódicamente llegaban arreando bestias de carga de costosa
mercancía, géneros finos, alhajas, mercería, herramientas y barriles
de vino procedentes de Europa que arrebataban a las conductas.
Bandidos que jamás atacaban a los vecinos de los pueblos que
cruzaban, simulaban ser comerciantes de la costa que se dirigían a
Oaxaca y Guatemala.
Después de algunos años, seguramente el jefe se hizo viejo y resolvió
poner término a esta actitud, para lo cual dice la leyenda que
preguntó a sus subalternos quién de ellos quería quedarse de
guardián de aquellas riquezas, a lo que respondió aceptando el más
joven; inmediatamente ordenó hacer una descarga de escopetas, y
así quedó aquél tendido en la entrada de la cueva en calidad de
guardián. El resto se disolvió sin que nadie se dispusiera a disfrutar
de aquellas mercancías.
Se cuenta que por los años 1870 a 1875 el señor general don
Fidencio Hernández, en compañía de otras personas, hicieron
exploraciones para dar con el tesoro, pero sin encontrarlo, porque
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S I G L O S
XVII XVIII XIX XX
Núm. Núm Núm Núm Núm
Pueblos y su Patrón Año Año Año Año
Prog. Camp. Camp. Camp. Camp.
España -
- - 2 1777-78 2 1820 -
30 Nieves - - 2 1775 1 1881 - -
31 Jaltianguis - - - - 4 1844 - -
32 Yavesía - - 1 1766 1 1829 - -
33 T. Ixtlán - - 2 1725 3 1853 - -
34 Yahuiche - - - - 1 1832 - -
35 Latuvi (obsequio de
Latachao) - - 1 1769 - - - -
36 Laxopa - - 3 1718 - - - -
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CAPÍTULO VII
CARACTERES PSICOBIOLÓGICOS DE LOS MORADORES
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Su principal o única ocupación, y junto con los de Ixtepeji son los que
sostienen el mercado de granos de Natividad. Luvina empieza a
intensificarlos.
El deporte lo toman como ociosidad; son excelentes cazadores de
animales silvestres grandes, como el tigre y el león, que matan por
medio de trampas: su especialidad son los venados, siendo muy
cuidadosos de sus armas.
Son malos músicos, cantan muy poco y bailan de preferencia los
antiguos jarabes; sólo Atepec emplea los aires modernos, y les gusta
ser maromeros, que practican en sus bosques. El brujo aún tiene
influencia entre ellos y, como los demás, son curanderos y
adivinadores. La multitud tiene fe en las revelaciones de la baraja y
el oráculo.
En la embriaguez son chocarreros y pendencieros para cobrar
agravios, aunque los hay también festivos.
El sentimiento de dignidad es relativo; indiferentes a sus derechos
civiles, penales y políticos.
Los atepecanos son celosos de la defensa de sus tierras comunales;
en cambio los de Luvina son indiferentes y hasta las han enajenado a
particulares de otros pueblos.
Los atepecanos, de largo historial bélico, miran a los ixtepejanos con
arrogancia y estarían siempre dispuestos a medir sus armas con
ellos.
Los de Luvina sólo tuvieron en la última Revolución una ligera
intervención.
Noveno Grupo. Corresponde a la familia chinanteca, que en la
actualidad la forma diez agrupaciones humanas, distribuidas en tres
Municipios, con un total de cuatro mil seiscientos treinta y tres
almas, aunque creemos que sean algo más.
Son descendientes de los chinantecas pichinches o pelones de las
altas montañas. Sabemos que el núcleo principal de esta familia tuvo
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Siguen alimentando con interés su vieja amistad con sus vecinos los
zapotecas, con quienes conviven estrechamente desde tiempos
inmemoriables, y la mejor forma de renovarla o mejorarla
constantemente es planeando los casamientos.
Honrados a carta cabal, diligentes y serviciales, su lealtad los puede
llevar hasta el sacrificio.
Su patriotismo todavía es regional; pero se sienten orgullosos de
formar parte de los habitantes de la Sierra Juárez.
Económicos con la familia y dadivosos con el extraño.
Debido a su rudimentario castellano, al extraño le parece que son
enigmáticos; pero entre ellos son bulliciosos, bromistas y festivos.
El valor personal y el colectivo aún no llega a su pleno desarrollo; no
son belicosos, pero tampoco cobardes; todavía les puede acometer el
pánico.
Como soldados son sufridos, hacen largas jornadas diarias y no muy
disciplinados; tomaron parte activa en el siglo pasado como fuerzas
auxiliares al principio y como combatientes después.
Guardan todavía gratos recuerdos de su antiguo capitán Agustín
Castillo, que los llevó a distintas partes en son de guerra.
En la última revolución hicieron causa común con la bandera que
defendieron los de Ixtlán sin vacilación alguna; sufrieron las
consecuencias y se anotaron algunos triunfos, pero salieron limpios
de críticas, no se les puede achacar ninguna veleidad.
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CAPÍTULO IX
PROBLEMAS CULTURALES
1. Sinopsis educativa
La educación de los habitantes de la región empezó desde la época
precortesiana, cuando a los niños, y especialmente a los hijos de los
caciques, se les hacía que aprendieran los ritos de su religión. Pasado
este período, tan pronto como llegó la cristianización, se
establecieron las escuelas curales, donde siguiendo las costumbres
antiguas los hijos de los principales acudían a ellas para aprender el
castellano, el latín y la religión; una segunda forma de enseñanza era
la cantoria, que te- nía por objeto conocer los cantos litúrgicos para
acompañar al sacer- dote en sus actos oficiales o para dar las
respuestas desde el coro; como un perfeccionamiento de este
aspecto también aprendieron el solfeo y los indujeron a tocar el
órgano, de los que en Ixtlán se tuvieron hasta dos en el siglo XVII.
El conocimiento de las letras o lectura-escritura se reservaba para
los hijos de las personas de calidad, o sean los yexos, antiguos
caciques principales o mandones.
A fines del siglo XVII ya se pensaba en hacer de la educación un
patrimonio de todas las clases sociales, y las mismas casas curales
fue- ron las que iniciaron estas actividades bajo este nuevo concepto.
En los años 1825 a 1848 sólo se hacen ligeros intentos para
organizar la educación bajo el sistema lancasteriano, en boga
entonces.
La presencia del señor licenciado Benito Juárez en el gobierno del
Estado es aprovechada para iniciar la organización de las escuelas en
la región, y en 1849 se abre la primera de tipo Municipal en Ixtlán,
con su solo maestro y exclusivamente para varones.
A partir de acuella época los demás pueblos empiezan a demandar el
establecimiento de las suyas, que se van abriendo conforme a los
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Clasificación por seo: hombres 54; mujeres 31; total 85. Escuelas semiurbanas 4, rurales
federales 34 y rurales federalizadas 5. En el personal está incluido el inspector de la zona.
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1 9 4 2 1 9 4 4
EXISTENCIAS EN LAS
APORTACIÓN CANTIDADES
ESCUELAS SOBRANTES TESORERÍAS DE LOS
MUNICIPAL APLICADAS COMITÉS DE EDUC.
1 Ixtlán $ 942.45 $ 940.90 $ 1.65
2 Analco $ 50.73
3 Atepec 217.20
4 Comaltepec 492.71
5 Chocomezúchil 31.15
6 Guelatao 88.24
7 Jaltianguis 226.00 223.40 2.60 102.87
8 Ixtepeji 333.00 333.00 365.01
9 Luvina 32.40 32.40 5.88
10 Lachatao 324.88 322.72 2.16
11 Latuvi 104.50 101.10 3.40 154.16
12 Laxopa 560.57 269.07 291.50
13 Macuiltianguis 78.70 78.70 13.75
14 Maninaltepec
15 M. del Río 345.62 345.62 8.00
16 Nolasco 1,562.00 1,002.76 559.24 90.80
17 Nexicho 58.78
18 El Punto 4.85
19 Quiotepec 149.34 149.34 13.00
20 Rabetze 475.00 355.00 120.00
21 Temextitlán
22 Totomoxtla 38.20 32.77 5.43 20.96
23 Tectitlán 13.40 13.40 44.00
24 Tierra Colorada 226.00 120.00 106.00 36.79
25 Teococuilco 218.00 218.00 83.26
26 Trinidad Ixtlán 145.70 98.15 47.55 3.05
27 Yolox 467.00 467.00 77.66
28 Yuvila 852.22 850.00 2.22 439.30
29 Yatuni 232.52 232.50
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30 Yareni 34.90
31 Yahuiche 184.25 184.25 145.95
32 Yavesía 84.46
33 Reforma Llagas 37.85 37.85 10.55
34 Zooquiapan 146.50 87.00 59.50 295.40
35 Aloapan 311.35
36 Abejones 487.88 487.88
37 Guiloxi 410.98 410.98
38 Yahuío 17.00 17.00 5.90
39 Mts.Zooquiapan 18.02
40 Natividad 10.18
41 Capulalpan 0.06
42 Xiacuí 722.50 722.50 38.53
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doméstico
T. de Lana
O. objetos
Valor Total
Juguetes
Material
Muebles
Objetos
Repost.
escolar
Carr. y
Piezas
palma
ropa
Analco 13 13 - - - - - - - 169.25
Atepec 97 - - - - - - 10 - 88.00
Amatlán 10 9 - - - - - 21 - 144.00
Comaltepec 1 - - - - 5 - - - 22.00
Chicomezúchil 43 29 - - 13 - - 12 - 360.38
Guelatao - - - - 9 - 12 - - 12.50
Jaltianguis 44 44 - 7 29 6 6 16 33 708.27
Ixtepeji 12 28 1 17 - 3 31 10 2 381.75
Luvina 5 7 - - - - - 9 8 104.30
Lachatao 24 13 - - - - - 27 7 300.82
Latuvi 5 8 - - - - - 4 - 47.00
Laxopa 57 11 - 16 - 11 3 9 - 389.65
Macuiltianguis 19 23 1 - 3 - 11 16 4 218.60
Maninaltepec - - - - 8 - - - - 6.00
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y
doméstico
T. de Lana
O. objetos
Valor Total
Juguetes
Material
Muebles
Objetos
Repost.
escolar
Piezas
palma
Carr.
ropa
s
Nolasco 4 6 27 - - 56 - - - 858.50
El Punto 16 11 - - - - - - - 142.90
Quiotepec 1 5 - - 1 - - - - 118.00
Rabetze 15 - - 1 - 2 5 11 7 71.35
Temextitlán 10 3 - 6 - - - - 8 69.50
Totomoxtla - - - - 30 - - - - 18.60
Tectitlán 2 - - - - - - 4 - 8.10
Tierra 13 14 - - - - - - - 145.50
Colorada
Teococuilco 4 18 - 3 45 - 8 28 11 294.55
Yolox 14 12 - 1 1 - - - 1 64.35
Yareni 8 18 - - 29 3 - - - 220.50
Yahuiche 10 30 - - - - - 22 - 297.95
Reforma - 4 - - - - - - - 32.00
Llagas
Zooquiapan 9 8 - - - - - - 8 100.75
Tepanzacoalco 4 - - - 20 5 - - - 19.50
Yareni - - - - - - - 2 9 4.74
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y
doméstico
T. de Lana
O. objetos
Valor Total
Juguetes
Material
Muebles
Objetos
Repost.
escolar
Piezas
palma
Carr.
ropa
s
Zoogochi - - - - 11 - 24 - 62 34.87
Yagavila - 2 - - 6 - 5 - - 13.66
Yagila - - - - 14 4 6 - - 19.45
Tiltepec - 1 - 4 - - - - - 11.00
Aloapan 23 8 - - 20 - 5 - - 293.00
Abejones 10 5 - - - - - - - 96.00
Yahuío - - - 6 - - - 7 - 8.25
Natividad 20 41 - 2 - - 9 22 10 220.25
Capulalpan 36 29 1 - - - 8 21 - 448.95
Totales 645 567 56 117 245 249 257 343 210 $8,621.44
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Vocales prolongadas
f) Lavíi. Que significa no.
g) Luu. Que es pesonal tú.
Como prueba de estas aseveraciones, traducimos a esta lengua
el Himno Nacional Mexicano y otras composiciones regionales.
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Tercera
Huanaacolii pellaalat,
Pieeenniloo quellanaxeene
Peacozi Butoo rixeene,
Lachi Huiiña benniati
Bitoo xinnixi Biiloona
Reaaca Benni hualaachi
Ralleni Toobi pillachi
Laate rago manni gonna.
Cuarta
Huacateete coruachii,
Nicolli Chichi Yatoo
Cuvoo goona loo Yohotoo,
Pechiiga Xiina nachii, Huezoobaticha María
Cuyeeni quellariaati
Zaa yaca xitiicocaati
Loo coxaana xquellaquina, etc.
Ve yaaclebache nice,
Rcuna seda ve yaguee.
Scaa cuesa yevanuu,
Nada guale Cheida.
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(Traducción)
CANTO DELNOVIO
De noche cuando duermes
Delejos yo te chiflo.
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