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ANTOLOGIA DEL EJE LABORAL

JUNIO DE 2012

1
LICENCIATURA: PSICOLOGÍA

MATERIA:

Teoría General de la Psicoterapia

Psicoterapia Infantil

Prácticas de Psicología Clínica

Psicoterapia en Adultos

Cuatrimestre: 4º. 5º y 6º

Clave de la materia: PS0419

PS0524

PS0627

PS0629

PRESENTACIÓN
2
La Universidad UNIVER MILENIUM siempre preocupada por ofrecer una
preparación de calidad y vanguardia a sus estudiantes que les permita hacer frente al
mercado laboral actual, ha implementado el proyecto del Curso Único de Preparación de
Egreso a la Licenciatura (CUPEGC), para evaluar las competencias de los egresados a
través de un examen integral .
La Licenciatura en Psicología ha sido dividida para este fin, en siete ejes básicos
en los cuales se agrupan las principales directrices del plan de estudios, y son: eje
formativo, eje educativo, eje social, eje laboral, eje clínico, eje de desempeño técnico y eje
de investigación.
Dentro del eje clínico está ubicada la “Psicoterapia”, que como sabemos es una de
las herramientas clave para el psicólogo, razón por la cual se realizará a lo largo de éste
material una revisión cuidadosa de los principales aspectos que intervienen en un proceso
psicoterapéutico, así como de los diversos tipos de intervención y sus características,
para ello se trabajará con las siguientes asignaturas del plan de estudios en curso:
 Teoría General de la Psicoterapia.
 Psicoterapia en Adultos.
 Psicoterapia Infantil.
 Prácticas de Psicología Clínica.

Sin embargo es necesario mencionar que el presente material tiene como objetivo
facilitar al egresado una revisión breve de todos los contenidos programáticos y en
función de las similitudes encontradas, se ha buscado compactar temas, dando a conocer
sólo los más relevantes de cada una de las asignaturas.
Los resúmenes que encontrarás fueron obtenidos de diversas fuentes de
información, para dar riqueza en lo que al contenido se refiere.
Se sugiere revises primero todo el material, y posteriormente vayas marcando las
posibles dudas, con la intención de aclararlas en tu asesoría previa al examen.

INDICE DE CONTENIDO

3
Página

4
Presentación…………………………………………………………… 3

Índice de contenido…………………………………………………... 4

Criterios y procedimientos de evaluación………………………... 8

Bibliografía……………………………………………………………… 9

1. Teoría General de la Psicoterapia 13

1.1. Descripción de la Psicoterapia 13

1.1.1. ¿Por qué se busca una terapia? 14

1.1.2. ¿Quién proporciona los servicios terapéuticos? 15


1.1.3. ¿Cuáles son los componentes de la
15
psicoterapia?
1.2. Estrategias y Principios Terapéuticos Comunes 16

1.2.1 ¿Qué es la relación terapéutica? 16

1.2.2 ¿Qué es la alianza terapéutica? 16


1.2.3 Otros aspectos que mejoran el efecto de la
17
terapia
1.3. Clasificación de la Psicoterapia 17

1.3.1. Por el tipo y número de componentes 17

1.3.1.1 Terapia Individual 17

1.3.1.2 Terapia de Grupo 18

1.3.1.3 Terapia de Pareja o Familiar 19

1.3.2. Por sus objetivos 20

1.3.2.1 Terapia de Apoyo 20

1.3.2.2 Educativa 20

1.3.2.3 Ocupacional 20

1.3.2.4 Reconstructiva 21

1.3.2.5 Crecimiento 21

1.4. Enfoques Terapéuticos 21

1.4.1 Enfoque Psicoanalítico 22

1.4.2 Enfoque Conductual 23

1.4.3 Enfoque Gestáltico 24

5
1.4.4 Enfoque Humanista 25

1.4.5 Enfoque Bioenergista 26

2. Psicoterapia en Adultos 27

2.1. Fundamentos Teóricos en Psicoterapia 27

2.1.1. La entrevista inicial 27

2.1.2. Comunicación, simbolización y sintomatología 29

2.1.3. Concepto de Interpretación 31

2.1.4. Resistencia, transferencia y contratransferencia 31

2.1.5. Insight 33

2.2. Técnicas y Métodos en Psicoterapia 33

2.2.1. Concepto de Técnica y Método 33

2.2.2. Terapia Psicoanalítica 34

2.2.3. Terapia Conductual 41

2.2.4. Terapia Gestalt 46

2.2.5. Terapia Humanística 54

2.3 Nuevos Enfoques en Psicoterapia 61

2.3.1 Análisis Transaccional 61

2.3.2 Terapia Racional Emotiva 67

2.3.3 Bioenergética y psicoenergénica 70

2.3.4 Terapia Breve 75

2.3.5 Terapia de realidad 81

2.3.6 Transpersonal 83

3. Psicoterapia Infantil 87

3.1. Entrevista Psicoterapéutica Infantil 87

3.2. Lenguaje del niño 94

3.3. Estrategias de la Entrevista 96

3.3.1 El juego y los dibujos 96

6
3.3.2 Los padres 99

3.4. Enfoques en Psicoterapia Infantil 100

3.4.1 Psicoanálisis 100

3.4.1.1 Psicodrama analítico 100

3.4.1.2 Terapia de juego analítica 106

3.4.2 Conductismo 110

3.4.2.1 Modificación de Conducta 110

3.4.3 Gestalt 117

3.4.3.1 Círculo Mágico 117

3.4.4 Humanista 120

3.4.4.1 Terapia Lúdica de Rogers 120

4. Prácticas de psicología clínica 131

4.1. Diagnóstico de Casos Clínicos 131

4.1.1 Estructuración y realización de entrevistas 132


4.1.2 Aplicación e interpretación e integración de una batería de
132
pruebas
4.1.3 Elaboración de la historia clínica 132

4.1.4 Reporte de diagnóstico, pronóstico y tratamiento tentativo 133

4.2. Aplicación de Técnicas Psicoterapéuticas 134

4.3. Evaluación del Proceso Psicoterapéutico 134

4.3.1. Criterios de alta y cierre del proceso terapéutico 135

4.3.2. Derivación 136

Unidades de Aprendizaje
Unidad de aprendizaje: 1

Nombre de la unidad de aprendizaje:

7
Objetivo Actividades de Bibliografía.
aprendizaje
El alumno será capaz de Lectura y revisión Revisar notas al pie de
identificar y analizar los de conceptos clave. página y citas.
fundamentos teóricos- Discusión del tema
metodológicos de las en asesoría.
diferentes corrientes en
Psicoterapia

Unidad de aprendizaje: 2

Nombre de la unidad de aprendizaje:

Objetivos Actividades de Bibliografía.


aprendizaje
El alumno determinará, Lectura y revisión Revisar notas al pie de
diferenciará y aplicará los de conceptos clave. página y citas
diferentes métodos y Discusión del tema
técnicas utilizadas en el en asesoría.
tratamiento con adultos.

Unidad de aprendizaje: 3

Nombre de la unidad de aprendizaje:

Objetivo Actividades de Bibliografía.


aprendizaje
El alumno analizará y Revisar notas al pie de
aplicará los diferentes Lectura y revisión página y citas.
enfoques teóricos de la de conceptos clave.
psicoterapia infantil, Discusión del tema
conocerá las diferentes en asesoría
estrategias en la
entrevista infantil y
aplicará el tratamiento
adecuado para los
trastornos infantiles.

Unidad de aprendizaje: 4

Nombre de la unidad de aprendizaje:

8
Objetivo Actividades de Bibliografía.
aprendizaje
El alumno analizará y Revisar notas al pie de
aplicará los diagnósticos Lectura y revisión página y citas.
clínicos, las técnicas de conceptos clave.
psicoterapéuticas en el Discusión del tema
área de la psicología en asesoría
clínica para utilizarlos en
el ejercicio profesional.

Criterios y procedimientos de evaluación


La revisión de este eje por su naturaleza teórico-práctica, será evaluada por el examen
general de Psicoterapia, en el cual se presentarán tanto aspectos teóricos como casos
prácticos a los que deberás darle solución, el valor del examen será del 100%

Guía de trabajo general


La forma de trabajo para esta modalidad consistirá en la entrega de la antología de cada
uno de los ejes un mes antes de la fecha establecida para la presentación del examen,
con la finalidad de que el alumno pueda revisar la información de manera independiente e
ir anotando las dudas que se vayan presentando, para aclararlas con el docente en la
sesión previa a la evaluación.

Es importante recalcar que por las características del sistema de evaluación se requiere
que el alumno organice adecuadamente sus tiempos de estudio y planee una estrategia
eficiente para poder obtener un buen resultado.

Número de sesiones
Se dispondrá de una única asesoría para solucionar dudas, la fecha de la misma estará
estipulada en el calendario oficial aprobado por la institución.

En caso de requerir alguna otra asesoría solicitar el correo personal del asesor en la
Dirección Académica.

Bibliografía

9
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2. Bellak, L. y. (1980). Psicoterapia Breve y de Emergencia. México: Pax.

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10
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3. Banús Llort, S. (Mayo de 2011). Psicodiagnosis.es. Recuperado el 20 de Julio de 2012, de


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11
14. Miranda Páez, J. (Julio de 2000). El modelo de la Terapia de la Realidad:Evaluación de sus
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16. Reeduca.com.El portal de recursos de Psicología, educación y disciplinas afines. (26 de


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18. Rotondo, R. (1998). SISBID. (UNMSM, Ed.) Recuperado el 03 de 07 de 2012, de Manual de


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19. Ruíz Sánchez, J. y. (2010). Psicología Online. Recuperado el 03 de 07 de 2012, de


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http://www.psicologia-online.com/ESMUbeda/Libros/Personalidad/personalidad1.htm

20. Tizon, J. (1992). Una propuesta de conceptualización de las técnicas de psicoterapia.


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21. Valdivieso Fernández, S. (1994). Boletín Esc. de Medicina, P. Universidad Católica de Chile .
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http://escuela.med.puc.cl/paginas/publicaciones/Boletin/html/psiquiatria/5_4.html

22. Vargas Mendoza, J. (2009). Terapias conductuales. Apuntes para un seminario. México:
Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C.

23. Vásquez Olcese, C. (s.f.). Psicología Online. (R. E. Psicológica, Ed.) Recuperado el 19 de 02
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online.com/colaboradores/cvasquez/rogers.htm

24. Vásquez Olcese, C. (2003). Psicología Online. Recuperado el 11 de 2011, de Psicoterapia


Gestalt; conceptos,principios y técnicas:
http://www.psicologia-online.com/colaboradores/cvasquez/gestalt.shtml

25. Yaniz Zanetti, J. R. (2010). La terapia ocupacional como alternativa terapéutica psicomotriz
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26. Yildiz, I. (Noviembre de 2010). Teoría y Técnica de la Psicoterapia Psicoanalítica.


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12
option=com_content&view=article&id=30:teoria-y-tecnica-de-psicoterapia-
psicoanalitica&catid=5:libros&Itemid=18

UNIDAD DE APRENDIZAJE No. 1

TEORIA GENERAL DE LA PSICOTERAPIA

1.1 Descripción de la Psicoterapia

La mayoría de nosotros hemos experimentado algún momento o situación en que nos ha


servido de gran ayuda poder hablar de nuestros problemas con un familiar o un amigo,
como si al hablar encontráramos un punto de vista diferente del que anteriormente
habíamos visualizado.

13
La mayoría de los terapeutas, como todo buen oyente, se muestran receptivos,
afectuosos y empáticos, y adoptan una estrategia que debe no juzgar a la persona que
tiene delante. Sin embargo, la terapia es algo más que solo hablar, ya que la meta del
terapeuta será que el consultante logre una nueva comprensión, conducta o ambas cosas
como resultado de la intervención.

La principal diferencia entre la terapia y alguna otra clase de ayuda es precisamente la


planeación, selección y sistematización de las intervenciones, todas ellas orientadas por
determinadas concepciones teóricas.

La idea básica de cualquier tipo de psicoterapia radica en concebir al individuo con


problemas psicológicos como capaz de cambiar, es decir, puede aprender formas más
adaptadas de percibir, evaluar y actuar.

Otro factor importante es el tiempo, ni siquiera el terapeuta más experimentado y


habilidoso puede deshacer en un breve periodo de tiempo la historia pasada de una
persona y prepararla para afrontar de manera adecuada su situación vital.

La terapia no ofrece transformaciones mágicas, sin embargo puede ser una esperanza
incluso para trastornos mentales graves, siempre y cuando se emplee un enfoque
multidisciplinario de abordaje.

Se ha estimado que existen varios centenares de estrategias terapéuticas, que varían


desde el psicoanálisis hasta la meditación Zen. Sin embargo, el tiempo que vivimos exige
que se demuestre empíricamente la eficacia de cada tratamiento.

Pero ha todo esto ¿Cómo definiríamos la psicoterapia?

Existen tantas definiciones de psicoterapia como libros escritos sobre la misma, pero
Jerome Frank, (1982) nos ofrece un excelente punto de partida:

“La psicoterapia es una interacción planificada, cargada de emoción y de confianza


entre un sanador socialmente reconocido y una persona que sufre. Durante esta
interacción el sanador busca aliviar el malestar y la discapacidad del sufridor mediante
comunicaciones simbólicas, principalmente palabras, pero también a veces mediante
actividades corporales. El sanador puede implicar o no a los familiares y a otras personas
significativas del paciente en los rituales de curación. A menudo la psicoterapia incluye
también ayudar al paciente a aceptar y soportar el sufrimiento como aspecto inevitable de
la vida que puede ser utilizado como una oportunidad de crecimiento personal.”

Si bien es verdad que la definición anteriormente descrita puede no ser del agrado de
todos, debemos notar el carácter inclusivo de la misma, sin embargo les presento otra
definición en este caso la aportada por Tizón en 1992 que define a la psicoterapia como:

"Aplicación metódica de técnicas psicológicas en el tratamiento de los trastornos


mentales". “Esta definición es sencilla y al mismo tiempo recoge muchos de los elementos
comunes a las distintas definiciones de psicoterapia que se han dado: intervención de un
especialista, aliviar o curar, trastornos psíquicos, procedimientos psicológicos.”

14
1.1.1 ¿Por qué se busca una terapia?

Existen una infinidad de razones que pueden llevar a un individuo a buscar una terapia,
pero son quizás las personas que sufren de manera repentina una situación de gran
estrés, como un divorcio, el desempleo, la muerte de algún familiar cercano los que
pueden llegar a sentirse profundamente abrumados y por ello no considerarse capaces de
manejar la situación por sí mismos.

Estas personas suelen sentirse muy vulnerables, pero generalmente están abiertas al
tratamiento y motivadas para modificar sus estados mentales actuales, lo que en sí hace
más fácil la intervención.

Sin embargo, muchos otros comienzan un proceso terapéutico de forma mucho más
indirecta, es decir, algunos acuden al médico por problemas físicos ocasionados por
problemas emocionales no resueltos, en estos casos el sujeto suele manifestar
resistencia a la intervención de manera inicial y será labor del terapeuta generar el clima
de confianza propicio que permita la apertura emocional, y se responsabilicen de su
proceso.

Hay otros casos donde el consultante ha vivido estrés psicológico durante mucho tiempo,
y tienen una larga historia de inadaptación, generando en ellos infelicidad crónica e
incapacidad para sentirse confiado y seguro, lo que los lleva a buscar ayuda, pero si bien
estos sujetos comienzan su terapia motivados, esa motivación se puede ver disminuida
con el paso del tiempo e imponerse en ellos las pautas de comportamiento persistentes
que los conducen a la conducta inadaptada, sin embargo el terapeuta debe planear su
estrategia ante esta situación.

Otro caso, quizás el de mejor pronóstico es el de aquella persona que comienza una
terapia con la intención de desarrollar su propio potencial, fortalecer su autoconcepto o
revalorar sus expectativas.

Es necesario aclarar que no existe el paciente “Típico” ni las terapias “Modelo”, ya que
cada proceso terapéutico es único como único es el individuo que busca la ayuda.

1.1.2 ¿Quién proporciona los servicios terapéuticos?

Son varias las disciplinas que a lo largo de la historia han brindado consejo y consuelo a
personas con malestar emocional.

Los clérigos durante un lapso de tiempo importante fueron los pioneros de brindar este
tipo de ayuda, tiempo después los médicos debieron ocuparse tanto de los problemas
físicos como mentales de sus pacientes.

15
Hoy en día son dos tipos de profesionales de la salud mental que pueden brindar
tratamiento psicológico:

a. Los psicólogos
b. Los psiquiatras

1.1.3 ¿Cuáles son los componentes de la psicoterapia?

En ese sentido, para hablar de un "sistema de psicoterapia" diferenciado, éste habría de


contar con una serie de características:

1. Estar basado sobre una teoría científica de la personalidad y sus trastornos.


2. Estar basado en una teoría científica (o tecnológica) de la modificación de los
mismos.
3. Poseer alguna forma de evaluar empíricamente sus efectos mediante los métodos
científicos utilizables en psicología (experimental, estadístico-correlacional y
observacional).
4. Actuar sobre los trastornos del comportamiento o el sufrimiento humano.
5. Su práctica la realizan o deben realizar personas formadas y competentes en esas
prácticas.
6. Desde mi perspectiva particular he de añadir o recordar que ese sistema estará
formado por una serie de conocimientos teóricos y técnicos, combinados y
aplicados con habilidad sobre la base de la empatía y capacidad de contacto de
los clínicos. Ello significará la necesidad de la experiencia y del "aprendizaje por
experiencia" de la psicoterapia y, por lo tanto, del entrenamiento en la utilización
profesional de lo que en psicoanálisis llamamos los procesos de identificación
proyectiva e introyectiva.

Por todo ello, se entiende a la psicoterapia y las técnicas de psicoterapia como sistemas o
conjuntos de teoría, técnica y práctica. Cada psicoterapia concreta debería ser realizada
por profesionales que han de estar dotados de habilidad y empatía (características
profesionales-personales en parte educables y en parte producto de la personalidad del
individuo). (Tizon, 1992)

1.2 Estrategias y Principios Terapéuticos Comunes

William Stiles, David Shapiro y Robert Elliott (1986) sugieren tres lugares comunes en la
psicoterapia:

1. Factores del Terapeuta: Los terapeutas ofrecen empatía, aceptación positiva


incondicional y acogimiento a sus clientes. Los terapeutas también ofrecen a los
clientes una nueva perspectiva a sus problemas y a su vida.

16
2. Comportamiento del cliente: Los clientes participan activamente en el proceso
terapéutico mediante la autoexploración y la apertura al terapeuta. Los clientes
también son animados a desarrollar expectativas positivas y la creencia de que
ellos pueden cambiar y la terapia puede ser de gran ayuda.

3. Alianza terapéutica: Todas las terapias confían en construir una fuerte alianza
terapéutica entre el terapeuta y el cliente. La alianza terapéutica proporciona un
vínculo emocional y una sensación de confianza y refuerza un sentimiento de
responsabilidad compartida. Cuando existe una buena alianza terapéutica los
terapeutas y clientes piensan que están en el buen camino y trabajando por el
logro de metas mutuas.

1.2.1 ¿Qué es la relación terapéutica?

La relación terapéutica proviene de lo que tanto el cliente como el terapeuta aportan a la


situación. El resultado de la psicoterapia depende normalmente de si el cliente y el
terapeuta han sido capaces de conseguir una adecuada alianza de trabajo.

La principal contribución del consultante es su motivación, por lo cual el éxito de un


proceso dependerá en gran medida de las razones que tenga el cliente para comenzar y
mantener una terapia.

1.2.2 ¿Qué es la alianza terapéutica?

También se le llama alianza de trabajo, y se define como el compromiso mutuo entre


paciente y terapeuta.

Como lo mencionan Corbella, S. y Botella, L., en su artículo “La alianza terapéutica:


historia, investigación y evaluación” publicado en el 2003.

“… (Bordin, 1976) definió la alianza como el encaje y colaboración entre el cliente


y el terapeuta e identificó tres componentes que la configuran: (a) acuerdo en las tareas,
(b) vínculo positivo y (c) acuerdo en los objetivos. Las tareas se refieren a las acciones y
pensamientos que forman parte del trabajo en el proceso terapéutico, de modo que la
percepción de estas acciones o tareas como relevantes para la mejoría es una parte
importante del establecimiento de la alianza. También el acuerdo entre terapeuta y
paciente respecto a cuáles son los objetivos a alcanzar con la psicoterapia, así como
compartir mutuamente confianza y aceptación son elementos esenciales para una buena
alianza. A pesar de la importancia atribuida a la alianza terapéutica, Bordin (1980) afirmó
que una alianza positiva no es curativa por sí misma, sino que es un ingrediente que hace
posible la aceptación y el seguimiento del trabajo terapéutico (citado en Horvath y
Luborsky, 1993).”

De este modo se considera que la alianza terapéutica es una construcción conjunta entre
paciente y terapeuta, de manera que las expectativas, las opiniones, las construcciones

17
que ambos van desarrollando respecto al trabajo que están realizando, la relación
establecida y la visión del otro resultan relevantes para el establecimiento de la alianza
terapéutica, así como la alianza modula la relación.

1.2.3 Otros aspectos que mejoran el efecto de la terapia

La motivación del paciente para cambiar resulta un elemento crucial para determinar la
calidad de la alianza terapéutica, y por ende el nivel del éxito de la terapia. Un Psicólogo
clínico astuto debe ser cauteloso antes de aceptar a un paciente poco motivado.

Casi tan importante como la motivación son las expectativas de éxito del paciente.
Frecuentemente estas expectativas son suficientes por sí mismas para conseguir una
mejoría importante (Fisher y Greenberg, 1997; Frank, 1978; Lambert et al., 1986); esto
puede deberse a que los pacientes que confían en la eficiencia de la terapia se implican
más y mejor en el proceso (Meyer et al., 2002). El efecto que las expectativas tendrán en
la psicoterapia serán similares a las del efecto placebo en el área médica, sin embargo el
terapeuta que no es capaz de inspirar confianza a su consultante, comprometerá también
la eficiencia del tratamiento.

Un terapeuta suele intentar que los individuos lleguen a concebirse a sí mismos y a la


situación en la que viven de una manera más objetiva, esto es, que adopten una
perspectiva diferente. Además, la mayoría de las situaciones terapéuticas también ofrecen
un entorno protector, en el que el paciente puede practicar nuevas formas de sentir y
actuar, lo que le permitirá desarrollar gradualmente tanto el coraje como la habilidad
necesarios, para actuar de manera más eficaz.

1.3 Clasificación de la Psicoterapia

1.3.1 Por el tipo y número de componentes

1.3.1.1 Terapia Individual

Generalmente la psicoterapia se da entre un individuo y el psicoterapeuta. Esta es la


modalidad más común y es conocida como terapia individual.

Esta modalidad permite profundizar en la exploración psíquica e histórica, así como


realizar experiencias emocionales correctoras, que pueden efectuarse mejor en este tipo
de intervención. (Gorski y Miller, 1995)

Existen tres tipos de intervención terapéutica independientes de la intervención individual,


que aunque difieren entre sí de maneras fundamentales, son semejantes en el sentido de
que mediante ellos se aprovecha mejor el tiempo del especialista, y son más económicas.

1.3.1.2 Terapia de Grupo

18
La terapia de grupo inicia a principios del siglo XX, pero su desarrollo se aceleró hasta los
años 30’s, quizás debido a la crisis económica de la época. Al experimentar los
psicoterapeutas con la terapia en grupos, descubrieron que para muchos pacientes era
tan eficaz como la individual. (Wolf y Kutash, 1990).

Gran parte de las técnicas utilizadas en la terapia individual se han usado (o pueden
usarse) para tratar a la gente en grupos. Debido a ello existen grupos con cada uno de los
enfoques terapéuticos. De igual manera en la terapia de grupo se orientan más a un
proceso interpersonal que a proceso intrapsíquico.

Las terapias de grupo también se han utilizado con niños y sus padres, adolescentes,
pacientes que sufren distintas enfermedades físicas, con ancianos y quienes cuidan de
ellos, padres abusivos, delincuentes, homosexuales, y enfermos hospitalizados. (Lubin,
1983).

En general las terapias de grupo de distintas clases parecen tener efectos benéficos en
gran diversidad de clientes, y en algunos casos estos resultados favorables perduran al
realizarse seguimientos varios meses después.

El terapeuta debe enseñar las habilidades generales para participar en una terapia grupal
e infundir actitudes positivas hacia esta experiencia para generar apertura en el
consultante.

Otro punto importante es que las personas dependientes tienden a desenvolverse mejor
en un grupo altamente estructurado, en tanto que individuos más independientes
progresan mejor en grupos menos estructurados y que ofrecen mejores oportunidades de
autoexpresión.

Si bien son diferentes los factores que curan en distintas etapas del desarrollo del grupo,
el ingrediente más importante es la cohesión grupal, aunado al sentido de pertenencia e
inculcación de esperanza.

La retroalimentación es otro punto de gran ayuda en la terapia de grupo, en especial


cuando se confronta con una de tipo negativo y se suaviza con otra de tipo positivo.

1.3.1.3 Terapia de Pareja o Familiar

Los investigadores y terapeutas están de acuerdo casi en su totalidad, sin importar su


orientación teórica, que el conflicto es inevitable en un matrimonio o en cualquier relación
a largo plazo.

La forma como las parejas enfrentan tales conflictos ineludibles, determinará la calidad y
duración de su relación junta, una estrategia que adoptan unas parejas, deliberada o
inconscientemente, es no reconocer los desacuerdos o conflictos, surgiendo a largo plazo
insatisfacciones y resentimientos que los apartan más al uno del otro, y es precisamente

19
para abrir esos canales de comunicación que se busca la ayuda de un observador
imparcial, el terapeuta.

Cualquiera que sea el problema clínico, el terapeuta familiar emplea un enfoque de


sistemas familiares, que es una visión general de la etiología y el tratamiento que se
concentra en las complejas interrelaciones que existen dentro de la familia. Por lo tanto,
se elige el tratamiento que resulte más adecuado dentro de este contexto.

La mayor parte de la terapia de pareja es conjunta, es decir, los cónyuges están juntos en
las sesiones con el terapeuta. Al principio, las parejas no reaccionan positivamente entre
sí, cosa nada rara, por lo cual se recomienda enfocar este problema como el primer paso
para ayudar a que la pareja mejore su vida matrimonial, recobrando la capacidad de
comunicarse respetuosa y empáticamente.

La atmósfera mejorada surge como consecuencia del intercambio mutuo de


satisfacciones entre los cónyuges.

En todas las formas de terapia para parejas se entrena a cada miembro para escuchar
con empatía al otro, y expresar claramente al cónyuge cómo entiende lo que le dice, y lo
que siente acerca de dichos comentarios. Una forma de mejorar la comunicación es
distinguir entre la intención de un comentario y su impacto.

De igual manera no podemos obviar el hecho de que la familia al tener el subsistema de


pareja se ve impacta favorable o desfavorablemente por él, razón por la cual muchas
veces es a través del tratamiento de la pareja que mejora la dinámica familiar.

Los datos sugieren que la terapia familiar en particular es efectiva en tratamiento de


problemas psicosociales como: adicciones, violencia, acoso y delincuencia.

1.3.2 Por sus objetivos

1.3.2.1 Terapia de Apoyo

Es una técnica terapéutica psicológica, basada en una relación emocional médico-


paciente positiva, en la que el terapeuta despliega una actitud receptiva de constante
aliento con la finalidad de mitigar o eliminar emociones psicotóxicas (angustia, cólera,
vergüenza, culpa) conducentes, fundamentalmente, al alivio sintomático y a la resolución

20
de problemas (estresores) actuales. Estimula inespecíficamente, además, la actualización
de las potencialidades del paciente. Es una terapia de Yo a Yo, que se realiza cara a cara.
(Rotondo, 1998)

1.3.2.2. Terapia Educativa

La Asociación de Terapistas Educativos (AET) define y establece estándares para la


práctica profesional de terapia educativa. Los terapistas educacionales proveen un amplio
rango de intervenciones individualizadas para niños y adultos con problemas de
aprendizaje y otros retos de aprendizaje.

La terapia educativa ofrece una amplia gama de intervenciones intensivas e


individualizadas diseñadas para remediar los problemas de aprendizaje.

La terapia educativa desmitifica los problemas de aprendizaje y promueve el que sus


clientes se den cuenta de sus destrezas para que las puedan usar en su beneficio y así
sobrepasar o compensar las áreas de debilidad.

Los terapistas educativos crean e implementan un plan de tratamiento que utiliza


información de una variedad de fuentes, incluyendo el contexto social, emocional, psico-
educativo y neuropsicológico del cliente. (Association of Educational Therapists, 2007-
2009)

1.3.2.3 Terapia Ocupacional

Existen múltiples definiciones de Terapia Ocupacional dados por diferentes autores,


algunos de los cuales se mencionan a continuación:

 Para Williard and Spackman, H.L. Hopkins y H.D. Smith (1993), es el arte y ciencia
de dirigir la participación del hombre en tareas seleccionadas para restaurar,
reforzar y mejorar el desempeño, facilitar el aprendizaje de aquellas destrezas y
funciones esenciales para la adaptación y la productividad, disminuir o corregir
enfermedades, promover y mantener la salud. De fundamental importancia es la
capacidad a lo largo del ciclo vital para desempeñar con satisfacción para sí
mismo y otras personas, aquellas tareas y roles esenciales para vivir
productivamente con dominio de sí mismo y el ambiente.

 Según Doris Pierce (2001), la ocupación es construida a través de las experiencias


del individuo contextualizadas en un tiempo y espacio concreto e irrepetible, dando
énfasis al sentido y significado que para cada ser humano tienen las actividades.

 Para la Asociación Americana de Terapia Ocupacional (1986) es la utilización


terapéutica de las actividades de autocuidado, trabajo y lúdicas para incrementar
la función independiente, mejorar el desarrollo y prevenir la discapacidad. Puede
incluir la adaptación de las tareas o el ambiente para lograr la máxima
independencia y mejorar la calidad de vida.

21
 George Edward Barton (1917) plantea que es la ciencia que enseña y estimula al
enfermo como realizar el trabajo que le proporcionará energías, y como utilizando
actividades se obtiene un efecto terapéutico beneficioso.

 Según Kielhofner (1995), la implicación de los seres humanos en actividades


productivas, juegos, actividades lúdicas y de la vida diaria, genera y mantiene
cambios en las capacidades del individuo. De esta forma el comportamiento
ocupacional contribuye a la organización y desarrollo de las estructuras físicas y al
desarrollo psicológico, afectivo y social. (Yaniz Zanetti, 2010).

1.3.2.4 Terapia Reconstructiva

La Terapia Reconstructiva busca un cambio de carácter o estructura psicológica; no se


limita al control de un síntoma, utiliza la indagación profunda (a través de la palabra) en
los orígenes más tempranos del conflicto.

Es una modalidad de trabajo psicoterapéutico en la cual se busca que el paciente


encuentre el orígen de su conflicto actual, explorando y revivenciando, a través de una
relajación profunda, etapas determinantes en su historia.

1.3.2.5 Terapia de Crecimiento

El concepto de crecimiento personal como meta de la psicoterapia constituye, según


hemos podido comprobar, un elemento teórico importante del denominador común de las
terapias humanistas.

El proceso de crecimiento personal contribuye a suprimir una serie de tensiones


superfluas, digamos "patológicas", pero también contribuye a incitar nuevas tensiones
consideradas saludables y concomitantes con la actitud creativa. (Rosal Cortés, 1986)

1.4 Enfoques Psicoterapéuticos

Cada técnica psicoterapéutica está estrechamente ligada a una teoría psicológica


particular. Ello otorga a cada forma un sello característico, y al mismo tiempo determina
objetivos específicos.

1.4.1 Enfoque Psicoanalítico

Los modelos psico-dinámicos, con su máximo exponente en el psicoanálisis, destacan la


importancia del conflicto intrapsíquico de naturaleza inconsciente. El método terapéutico
básico del psicoanálisis clásico se fundamenta en tres procesos fundamentales:

 La asociación libre,
 El análisis de los fenómenos de transferencia/contratransferencia.
 El análisis de la resistencia.

22
Junto a estos procesos se establecen unas reglas de trabajo para el paciente (la
asociación libre) y el terapeuta (abstinencia y atención flotante).

El conflicto intrapsíquico hace referencia a la naturaleza de la actividad mental, para


Freud la actividad mental depende principalmente de la actividad del inconsciente. Los
conflictos surgen de tendencias en oposición. Por un lado los impulsos sexuales/agresivos
y por otro las defensas construidas contra la gratificación consciente de estos impulsos.

La persona aprende a partir de la experiencia de su niñez a afrontar la inseguridad y


ansiedad ya que esta proveniente de las prohibiciones sociales y expectativas de sus
padres en relación a la satisfacción de sus deseos e instintos. Para ello desarrollan
estrategias defensivas para el manejo de las ansiedades derivadas de sus conflictos.
Estos conflictos tienen un carácter inconsciente.

Como los conflictos han sido aprendidos a partir de la relación del niño/a con sus padres o
adultos significativos, tienden a repetirse a lo largo de la vida con otras personas
significativas. El paciente en la relación con su psicoanalista llega a proyectar o desplazar
sobre este sus conflictos no resueltos, de modo que su experiencia con este está
distorsionada por el significado inconsciente derivado de sus relaciones previas con sus
progenitores. Este fenómeno fue llamado transferencia por Freud.

El psicoanalista fomenta con la asociación libre del paciente (expresar cualquier deseo,
pensamiento, sentimiento o actividad psíquica que venga a la mente de manera directa,
por absurda que parezca) en una postura reclinada en el diván, donde el analista
desaparece de la vista del paciente (normalmente situado en su cabecera), que el
paciente vaya proyectando sus transferencias hacia el analista.

Actualmente los modelos psico-dinámicos mas aplicados en el contexto de la salud


pública y comunitaria son las psicoterapias breves de orientación psico-dinámica. Estas
intervenciones enfatizan la selección del conflicto a abordar, un rol más activo del
terapeuta, un periodo más breve de sesiones pre-establecidas y la resolución de
determinados conflictos. Estos enfoques suelen recibir el rechazo de los analistas clásicos
por no atenerse a los principios estrictos del psicoanálisis. Sus defensores se consideran
dentro de la línea psicoanalítica y defienden la mayor efectividad de sus terapias breves
sobre el psicoanálisis clásico. La psicoterapia breve de orientación psico-dinámica de
Strupp, es uno de sus modelos actuales más elaborados, basados en la investigación de
resultados y presentado como manual de psicoterapia que puede ser contrastado
clínicamente y experimentalmente.

El psicoanálisis y las psicoterapias dinámicas han sido a menudo criticados por su visión
especulativa y alejada de los datos de la ciencia la ciencia empírica, y por su carácter
doctrinario y casi religioso en la forma de sus instituciones y maneras de proceder. (Ruíz
Sánchez, 2010)

1.4.2 Enfoque Conductual

23
El modelo cognitivo-conductual se basa en el trabajo con la conducta y los significados
personales, según la preponderancia que cada una de sus tres corrientes actuales de
cada uno de estos aspectos.

La primera corriente, por orden de aparición histórica es el conductismo radical, que ha


tenido a Skinner como su máximo representante, entiende la naturaleza humana sujeta a
procesos de condicionamiento, sobretodo del condicionamiento operante, que rige no solo
la conducta manifiesta, sino también la conducta subjetiva o interna como son los
procesos cognitivos-lingüísticos. El conductismo radical está centrado en el control de la
conducta en función de sus consecuencias mediante el análisis funcional. Lo importante
aquí son las funciones o efectos de la conducta.

Los desarrollos del conductismo radical actual, traducen toda la terapia cognitiva y las
psicoterapias tradicionales a un pormenorizado "análisis funcional del lenguaje". En este
sentido es llamativa la "psicoterapia analítica funcional" de Kohlenberg y Stai (1993) que
tiene por eje el análisis de la relación terapéutica como vía de cambio a través de las
funciones del lenguaje en la relación establecida entre el paciente y el terapeuta.

La segunda corriente, que convive actualmente con la primera y la tercera, es la terapia


cognitiva. Sus principales representantes son Ellis y Beck. La terapia cognitiva está
especialmente interesada en la importancia del significado disfuncional sobre la
psicopatología. Entienden los terapeutas cognitivos que la mayor parte del sufrimiento
humano deriva de creencias irracionales, supuestos o significados personales adquiridos
en la experiencia.

La función del terapeuta cognitivo es enseñar al paciente a ser consciente de estos


significados disfuncionales, a menudo de carácter inconsciente o pre-consciente, y a
modificarlos mediante varias vías de cambio, que pueden incluir técnicas de verificación
experimental, debate racional de creencias, aprendizaje de nuevas conductas, y
prácticamente cualquier técnica de terapia existente que sea efectiva . Los terapeutas
cognitivos suelen ser técnicamente eclécticos al usar procedimientos de cambio efectivo,
provenientes de cualquier tradición psicoterapéutica; pero sistemáticos en su teoría
cognitiva del funcionamiento humano. La terapia cognitiva es actualmente el enfoque de
psicoterapia mas en vóga, cuenta con numerosa investigación al respecto, es el más
reconocido junto a las aportaciones conductuales- en la psiquiatría internacional y ha
aportado métodos de terapia efectivos para determinados trastornos mentales, entre los
que destaca la efectividad sobre la depresión no psicótica.

La tercera corriente de la modificación de conducta, la más reciente en el tiempo, son las


terapias constructivistas. Se postulan como una alternativa a las terapias cognitivas
tradicionales.

El constructivismo entiende, que la mente humana construye la realidad tanto externa


como subjetiva.

Sus métodos de terapia son exploratorios más que centrados en el cambio, esto es así
porque se trata de evitar que el terapeuta imponga sus propias construcciones a los

24
pacientes. El terapeuta establece más bien las condiciones para la exploración de las
reglas tácitas que guían la vida del paciente. (Ruíz Sánchez, 2010).

1.4.3 Enfoque Gestáltico

El enfoque gestáltico parte de la noción del sujeto como tendente a completar su


existencia. También esta tendencia puede verse impedida por criterios de valoración
psicosocial externos, produciendo una negación de necesidades y deseos personales,
impidiendo que la Gestalt de totalidad no se complete. Estos deseos y necesidades no
reconocidas continúan actuando de fondo, produciendo síntomas y malestar. La terapia
Gestalt propone tareas específicas para lograr que ocurran tres procesos que faciliten la
integración de esos deseos y necesidades:

(1) La valoración de actualidad: en el aquí y ahora del presente se trabaja con el


material apartado o escindido, no en el refugio del pasado o en la ilusión del futuro.
(2) La valoración de la conciencia y la aceptación de la experiencia: trabajando con la
experiencia sensorial y emocional y evitando el discurso intelectual o las
interpretaciones.
(3) La valoración de la responsabilidad e integridad: cada uno es responsable de su
conducta por ilógica o extrema que parezca.

La toma de conciencia en el aquí y ahora ("awareness") es esencial para la terapia


Gestalt. Los deseos y las necesidades escindidas y reprimidas forman como un otro ajeno
a la totalidad, un otro bloqueado. Las tareas de la terapia intentan que el sujeto integre
este otro en la totalidad consciente del aquí y ahora. Las "tareas" trabajan con el material
aportado por el sujeto (sus sueños, sensaciones, relaciones interpersonales, conductas y
fantasías problemáticas), a fín de que este material se exprese y se abra a la conciencia.
Para ello utiliza, entre otros métodos, tareas de psicodrama en el presente, donde las
partes problemáticas entablan diálogos con el objetivo de desplegar el material
descubierto.

1.4.4 Enfoque Humanista

La psicología humanista surge como una alternativa al psicoanálisis y al conductismo, en


su momento tuvo una gran repercusión y la denominaron la "tercera fuerza” en psicología.

De los diversos enfoques humanistas que se originaron durante la década de los años 70
y 80, han surgido diversas terapias psicológicas que centran la intervención
psicoterapéutica en los postulados humanistas, que exponemos a continuación.

25
La psicología humanista considera al ser humano como:

- Un ser global que debe ser considerado como un todo en el que figuran y convergen:
sentimientos, pensamientos, conductas, acciones, etc...

- Las conductas del ser humano son intencionales, y tienen sentido desde la perspectiva
material como desde la perspectiva personal de dignidad y libertad.

- Toda la existencia humana se desarrolla y transcurre en un contexto interpersonal, este


contexto interpersonal es necesario e importante en el desarrollo individual pero teniendo
en cuenta la individualidad del ser humano en las relaciones sociales.

- Los hombres son seres o personas autónomas, dentro de las relaciones existenciales de
interpersonalidad tienen la capacidad de tomar sus propias decisiones, decisiones que
dirigen su desarrollo. Este principio es complementario al principio de la necesidad de un
contexto interpersonal, de tal manera que solamente una persona autónoma es capaz de
asumir sus responsabilidades dentro de las relaciones interpersonales.

- La autorrealización es la tendencia inherente a las personas, es lo que produce la


individualidad y el crecimiento e indiferenciación personal.

- La experiencia interior del ser humano es vivenciada como personal y con un significado
que es producido por la propia persona, este significado a sus experiencias y vivencias
son ejes fundamentales del desarrollo y de las percepciones personales que sobre uno
mismo las personas desarrollan.

Enfoques dentro de la psicología humanista:

1.-Enfoque existencialista: Los representantes de la corriente existencialista dentro de la


psicología humanista son: Bingswanger, May y Laing. Autores con una fuerte influencia de
la filosofía existencialista y fenomenológica, especialmente la influencia de Sartre y
Husserl.

2.-El enfoque transpersonal o psicología transpersonal de Maslow, fue además el que


inició la corriente o enfoque humanista dentro de la psicología. El concepto fundamental
en la psicología de A. Maslow es la autorrealización, en la que una vez satisfechas las
necesidades básicas en el ser humano aparecen las meta-necesidades que están
relacionadas con la satisfacción psíquica, por lo tanto es la búsqueda del ser lo que
centrará la psicoterapia de la psicología humanista.

3.-La psicología humanista de C. Rogers, y la psicoterapia humanista de Rogers es la


más conocida y la más influyente dentro de la psicología humanista. Su terapia es
conocida como no directiva y centrada en el cliente y se fundamenta en dos conceptos
básicos:

1.-Confianza total en la persona del cliente: Se trata de transmitir empatía por el paciente
y entender la experiencia del paciente y de su mundo, para poder comprenderle

26
2.-Rechazo total al papel directivo del terapeuta

4.-Logoterapia. El enfoque humanista denominado Logoterapia de Frankl, el concepto


básico de Víctor Frankl es el sentido de la vida, la pérdida del sentido de la vida genera
neurosis y patologías, el terapeuta tiene como objetivo promocionar y favorecer que el
paciente logre restaurar o generar un sentido a la vida para poder desprenderse de la
neurosis noógena, o pérdida de sentido de vida, el vacío existencial es el que se trabaja
como eje en este tipo de terapias humanistas denominadas logoterapias.

5.-El Análisis transaccional de Eric Berne, es un enfoque de origen psicoanalítico, la


terapia transaccional centra la ayuda terapéutica en la restauración del potencial
existencial original en el ser humano, de confianza en la persona. El núcleo de la
psicología transaccional y de la terapia de Análisis transaccional es trabajar con los
estados del yo que se producen en las relaciones personales, de tal manera que ciertos
estados puedan en relación con otros Yo´s, crear malestar o patologías de forma
consciente o inconscientes lo que denominan el guion de la vida, y son estos guiones
positivos o negativos que deben trabajarse en la terapia mediante un contrato que
establece el cliente con el terapeuta y que deben cumplir. (Reeduca.com.El portal de
recursos de Psicología, educación y disciplinas afines., 2009)

1.4.5 Enfoque Bioenergista

El enfoque bioenergético de Alexander Lowen con raíces en los postulados de Wilhem


Reich dentro de la corriente psicoanalítica y su propuesta del análisis del carácter. El
carácter entendido como la máscara que cubre a la persona para poder convivir con los
impulsos derivados de los instintos y evitar así la neurosis, pero la represión puede
producir no solamente neurosis, sino además angustia y sentimientos intensos negativos
producto de la tensión que procede de la dificultad de dejar expresar libremente la energía
biológica. Los conflictos y tensiones se manifiestan en el cuerpo y deben tratarse
mediante ejercicios que permitan liberar tensiones.

UNIDAD DE APRENDIZAJE No. 2

PSICOTERAPIA EN ADULTOS

2.1 Fundamentos Teóricos en Psicoterapia

2.1.1 La Entrevista Inicial

27
La entrevista como lo menciona José Bleger en su artículo “La Entrevista Psicológica. Su
empleo en el diagnóstico y la investigación” realizada en 1964, se define como:

“La entrevista es el instrumento o técnica fundamental del método clínico y es por


lo tanto- un procedimiento de investigación científica de la psicología, como técnica, tiene
sus propios procedimientos o reglas empíricas con los cuales no solo se amplía y se
verifica el conocimiento científico, sino que al mismo tiempo se lo aplica. Es así que la
entrevista logra la aplicación de conocimientos científicos y al mismo tiempo obtiene o
posibilita llevar la vida diaria del ser humano al nivel del conocimiento y la elaboración
científica, y todo esto en un proceso ininterrumpido de interacción.”

Es precisamente por ello, que debe ser una herramienta básica en la práctica psicológica,
ya que gracias a ella podremos tener una primera impresión de la problemática a tratar.

Aunque las entrevistas pueden tener diferentes propósitos para los cuales se requieren
técnicas específicas, la dinámica de todas ellas está basada en un conjunto de base de
fuerzas psicológicas que hay que considerar para lograr una buena entrevista.

La habilidad de entrevistar bien no es sólo un don; se requieren conocimientos: para


hablar, escuchar y comprender. Los entrevistadores simpáticos por naturaleza pueden
convertirse en mejores entrevistadores que los tímidos, arrogantes o ineptos, pero con
una adecuada preparación pueden mejorar.

La entrevista es una conversación dirigida y preparada con el fin expreso de obtener


información. El rol del entrevistador es obtenerla, es el responsable de la dirección que
debe tomar la entrevista.

La entrevista es una situación dinámica y puede llevar a resultados variados. Así como el
que responde y el entrevistador reaccionan a las preguntas y respuestas de cada quien,
ocurren cambios en las estructuras cognoscitivas, en motivación, en actitudes y en
relaciones afectivas.

La entrevista pone en juego un número de procesos cognoscitivos, el entrevistador debe


estar categorizando constantemente, revisando y evaluando lo que dice el que responde,
buscando la relación entre las respuestas que se dan al principio y al final de la
entrevista, y formulando las preguntas subsiguientes de acuerdo a esto. El que responde
puede hacer lo mismo, formulando las respuestas conforme a su interpretación de las
intenciones del entrevistador y sus reacciones a las respuestas anteriores.

Para tratar lazos de retroalimentación y redes de comunicación complejas el entrevistador


también tiene que recordar qué fue lo que se dijo anteriormente. No se pueden sacar
inferencias lógicas sin una observación precisa como base.

Por lo tanto, la situación de la entrevista es tal que impone una pesada carga sobre las
habilidades cognoscitivas del entrevistador, ya que deberá categorizar, recordar, evaluar e
inferir.

28
En casi todas las entrevistas hay dos niveles de respuesta: el racional o “a la vista “,
presente en un nivel superficial, y el que indica necesidades emocionales, y que están
presentes en el nivel subconsciente casi todo el tiempo pero que salen a la superficie
sólo ocasionalmente. Estas últimas se manifiestan en mecanismos que reducen la
tensión, olvidando, soslayando las respuestas, en atribuciones de causalidad y en una
variedad de mecanismos de comportamiento indicando ansiedad, repliegue,
involucramiento, entusiasmo, etc.

Las entrevistas clínicas tienen que ver principalmente con el segundo nivel, el
entrevistador debe conocer hasta qué grado de nivel emocional debe sondear, puesto que
su relevancia variará según la finalidad de la entrevista.

A continuación se muestra una tabla con las fuerzas psicológicas de la entrevista y como
interaccionan:

29
(Keats, 1992)

La entrevista psicológica al igual que las de otro tipo, se divide en 3 partes esenciales:

1. El rapport significa “concordancia”, “simpatía”, es decir, crear un ambiente de


confianza desde el momento del saludo, lo cual se consigue a través de actitudes
cordiales y amistosas entre investigador y el entrevistado, existen ciertas reglas de
comportamiento a seguir por un entrevistador así como ciertas características que
deben despertarse en el entrevistado.
2. La cima o desarrollo, se refiere a la realización de la entrevista en sus aspectos
claves, que van a explorarse con mayor atención y que proporcionarán la
información más delicada y exacta de la investigación.
3. El cierre o terminación de la entrevista anuncia el final de la misma, para concluir
una entrevista debe quedar ambiente de cordialidad.

2.1.2 Comunicación, simbolización y sintomatología

Es necesario recalcar la importancia de la comunicación entre terapeuta y cliente. La


regla de oro de Hellmuth Kaiser para los terapeutas es “comunícate”. Jerome Frank
(1986) también hace hincapié en la importancia de la comunicación en psicoterapia.

“La herramienta de todos los psicoterapeutas es la comunicación simbólica


traducida fundamentalmente a palabras aunque en algunas terapias también implica
actividades o ejercicios significativos. A la larga el análisis de la efectividad de una terapia
recae en las habilidades de comunicación del terapeuta. Un hecho básico para el éxito de
cualquier terapia es la habilidad del terapeuta para transmitir su entendimiento de los
problemas y sentimientos del paciente, al igual que, para comprometerse en pos del
bienestar de éste. Estos son los componentes esenciales de la alianza terapéutica, sobre
los que va a depender en última instancia el éxito de cualquier encuentro terapéutico”.

30
Sullivan por su parte aconseja a los terapeutas nunca asuman que saben de qué está
hablando el paciente sin corroborarlo con él.

Un aspecto de consideración será entonces la competencia lingüística del terapeuta, ya


que deberá ser capaz de desentramar las frases de los clientes de forma que éstos
adquieran un mayor control acerca de lo que está siendo experimentado, para lograrlo el
terapeuta debe escuchar todos los significados posibles del lenguaje del cliente,
incluyendo aquellos subyacentes no sugeridos por el contexto inmediato. Dos
competencias lingüísticas utilizadas por los terapeutas para comunicarse con los
consultantes son la metáfora y la paradoja.

Las metáforas permiten a los terapeutas seguir el consejo dado por Milton Erickson
“aprende a usar el lenguaje del cliente”. Las metáforas pueden ser contempladas como
instrumentos cognitivos que crean analogías o conexiones no reconocidas hasta ese
momento, que le permiten al consultante contemplar sus problemas desde una
perspectiva desconocida.

Las metáforas pueden comunicarse en la terapia mediante la reformulación de


sentimientos, experiencia o problemas, o mediante el empleo de anécdotas, parábolas e
historias breves.

La investigación sugiere que las metáforas pueden ser a veces más eficaces que el
feedback directo para ayudar a los clientes a apreciar sus sentimientos, emociones y
reacciones afectivas. De igual manera, las metáforas pueden motivar al consultante al
crear un sentimiento de cercanía con el terapeuta y al clarificar tanto sus problemas como
sus metas.

Por su parte las paradojas no se utilizan en muchas ocasiones de forma intencional. Los
terapeutas emplean el lenguaje paradójico por diversas razones, ya sea que adopten un
rol de persuasor al intentar convencer al cliente de asumir riesgos y realizar cambios en
sus formas de pensar y comportarse, sobre todo con clientes de tipo reactivo para crear
la ilusión de que cualquier riesgo que el cliente elija asumir va a ser realmente aquel que
éste decida.

El doble vínculo es otra manera de ofrecer a los clientes la ilusión de poder elegir mientras
les asegura que cualquier elección que hagan será terapéutica. Por ejemplo, la ilustración
que emplea Milton Erickson cuando pregunta al cliente “¿Desea abordar este síntoma
primero o algún otro?” otorgándole al cliente el poder de la decisión. Así mismo, al
preguntarse en voz alta si el cliente notará una mejoría el miércoles, o posiblemente el
jueves, o tal vez incluso el viernes, se le está dando al cliente la elección del cuándo
mejorar a la vez que se le exige que la mejoría tenga lugar.

31
2.1.3. Concepto de Interpretación

Como lo menciona Kleinke en su libro Principios comunes en psicoterapia, la


interpretación se utiliza para ayudar a los clientes a buscar significado y comprender los
sentimientos, pensamientos y comportamientos. Las interpretaciones son beneficiosas en
la medida en que ayudan a los clientes a contemplar sus problemas desde una
perspectiva diferente y les motiva a utilizar esta nueva perspectiva para realizar cambios
en sus vidas. El empleo de las interpretaciones en terapia tiene una larga tradición, e iría
desde la creencia de Freud de que las interpretaciones son esenciales, a la negación de
su valor por Carl Rogers.

Un gran peligro de las interpretaciones, que Rogers señaló en 1957, es que a menudo
conllevan una cualidad acusadora o peyorativa (Strupp, 1989). Las interpretaciones
también conllevan el riesgo de colocar al terapeuta en el rol de “experto”. Otro problema
de las interpretaciones es que pueden promover una manera intelectualizada de evitar el
aquí y el ahora (Safran y Segal, 1990). Dado que las interpretaciones conllevan este tipo
de riesgos, Strupp (1989) advierte contra su uso. El hecho de que las interpretaciones
pueden llevar a la defensión del cliente explica porqué los diversos estudios realizados no
arrojan una evidencia consistente de que las interpretaciones estén relacionadas con un
resultado terapéutico exitoso (Orlinsky y Howard, 1986).

Los cuatro criterios para realizar interpretaciones efectivas son: momento oportuno, dosis
mínima, detalle concreto y enfoque individual. También se aconseja a los terapeutas
limiten las interpretaciones a qué o cómo en lugar de a porqué.

2.1.4 Resistencia, transferencia y contratransferencia

A continuación revisaremos algunos de los conceptos clave en el proceso de psicoterapia.

El primero de ellos es la Resistencia; entendiéndose por ella, al comportamiento del


cliente que se niega a modificar alguna conducta y/o pensamiento, de manera
inconsciente.

La resistencia es en sí un hecho natural y esperado en la terapia, por lo cual el terapeuta


no debe luchar con ella, sino utilizarla como parte del mismo proceso de
autoconocimiento, es decir, ¿por qué nos resistimos a tal o cual situación?, ¿qué significa
para el consultante?, etc.

Para Freud, las resistencias eran similares a los mecanismos de defensa, y servían para
proteger a los clientes de la ansiedad asociada a la adquisición de una conciencia sobre
conflictos psíquicos no resueltos. Las resistencias representaban un camino útil para
llegar al inconsciente del cliente, y su análisis se convirtió en un rasgo esencial del
psicoanálisis. Dado que el término resistencia suele asociarse con el psicoanálisis, las
terapias no analíticas suelen emplear otros términos para describir las dificultades que el
cliente experimenta con el cambio. Dos de estos términos muy comunes son faltos de
compromiso y fracaso para la adhesión terapéutica.

32
Otani (1989) describió los cuatro siguientes tipos de resistencia:

1. La resistencia de la cantidad de respuesta: la cual consiste en respuestas


caracterizadas por una cantidad limitada de información comunicada al terapeuta.
2. La resistencia del contenido de la respuesta: que se manifiesta en respuestas
restringidas en el tipo de información comunicada al terapeuta.
3. La resistencia del estilo de respuesta: en la que se dan pautas idiosincrásicas de
respuesta mediante las cuales el cliente manipula la manera de comunicar
información al terapeuta.
4. La resistencia del manejo de la lógica: consiste en violar las reglas de la terapia,
faltando a las citas, no pagando en los plazos convenidos y pidiendo favores
personales.

Será entonces labor del terapeuta identificar el tipo de resistencia que se está
presentando, y buscar alguna estrategia para que el cliente acepte que el hecho de
cambiar requiere de dolor y esfuerzo, los cuales serán recompensados con nuevas
formas de estructurar su realidad, que sean mucho más favorables y sanas.

El siguiente concepto que nos ocupa es el de la Transferencia, el cual Freud definía como
la tendencia de los clientes a transferir conflictos no resueltos en la infancia al terapeuta.

La transferencia es para el psicoanálisis elemento crucial de la terapia, donde la tarea del


terapeuta será permitir una neurosis de transferencia con el fin de desarrollar y
proporcionar una oportunidad de superar defensas y resistencias neuróticas. Sin embargo
el concepto de Transferencia se ha ampliado por los psicoterapeutas con el fin de incluir
el transferir sentimientos y pautas de actuación no sólo provenientes de conflictos
infantiles con los padres, sino también con otras personas significativas en su vida.

Mientras los clientes y los terapeutas enfocan su atención en aspectos y problemas del
cliente, tiene lugar un proceso interpersonal en el que los consultantes se comportan con
el terapeuta de la manera como han aprendido a hacerlo con otras personas significativas
de su vida, por lo cual la tarea del terapeuta será evitar responder a los clientes de una
manera predictiva.

Por último hablaremos del término de Contratransferencia el cual Freud utilizó para
describir las reacciones subjetivas del terapeuta al cliente. Freud creía originalmente que
la contratransferencia era un impedimento para la terapia que los terapeutas debían
superar y evitar. Ahora bien, parece tener más sentido que los terapeutas que interactúan
con clientes y se implican en una relación interpersonal con éstos, empleen estos
sentimientos y reacciones hacia el cliente como una información importante que debe ser
compartida con el cliente de una manera adecuada en los momentos apropiados. (Fisher,
1990; Strupp, 1992)

Strupp (1989) describió las siguientes etapas que los terapeutas debían considerar a
cerca del proceso en el que los clientes recapitulan sus conflictos con el terapeuta:

33
1. El terapeuta es consciente de sus sentimientos respecto al cliente y de sus
reacciones ante los comportamientos de éste.
2. El terapeuta intenta comprender el significado de los comportamientos del cliente y
cómo estos significados pueden ser entendidos dentro del contexto de las
experiencias vitales de éste y sus relaciones con otras personas significativas.
3. El terapeuta evita jugar un rol complementario en los dilemas vitales del cliente.
4. El terapeuta ayuda al cliente a ganar “insight” sobre los efectos de su
comportamiento en el terapeuta (y en otros).

Si el terapeuta puede seguir estos pasos, el cliente está obligado a alterar sus
comportamientos interpersonales y por consiguiente recibe una experiencia correctiva.

2.1.5 Insight.

Definimos Insight como la percepción del paciente del patrón o configuración que siguen
sus experiencias, sus sentimientos, su conducta y su pensar.

La fase de Insight gira en torno a ayudar a los clientes a tomar conciencia del por qué
eligen funcionar como lo hacen. Los clientes necesitan examinar sus estilos de relación
hacia otras personas y de afrontar las demandas y desafíos de sus vidas, necesitan
preguntarse si estos estilos responden a sus intereses y les están encaminando hacia
donde quieren llegar. En palabras de Sullivan “Una persona alcanza la salud mental
cuando toma conciencia de sus relaciones interpersonales”. A los clientes no se les
considera responsables de las causas de sus insatisfactorios estilos de afrontamiento,
pero sí son responsables de aprender cómo mejorar los mismos.”Cuando aumentamos el
grado de conciencia que los clientes tienen de las pautas de sus vidas, ya no pueden
continuar actuando de una manera autoderrotante sin darse cuenta de los que están
haciendo y porqué” (Kottler,1991,pág.151).

La manera en que el paciente manifieste el insight puede ser de muchas formas, puede
manifestarse como risa, cosa que los analistas llaman el “síntoma” de la risa, señal de que
algo dio al clavo; puede manifestarse con llanto, con ira; puede aparecer precedido por
manifestaciones de ansiedad. Por lo tanto el insight, propiamente hablando, es la
percepción intelectual y emocional de los comunes denominadores en el patrón de la
experiencia. El máximo grado de insight se logra cuando esa comprensión intelectual y
emocional se relaciona con patrones tal y como existen en la vida actual, con la
transferencia, con la vida anterior, y en particular con la relación entre las motivaciones
conscientes e inconscientes. (Bellak, 1980)

2.2 Técnicas y Métodos en Psicoterapia

2.2.1 Conceptos de técnica y método

Método es una palabra que proviene del término griego methodos (“camino” o “vía”) y que
se refiere al medio utilizado para llegar a un fin. Su significado original señala el camino

34
que conduce a un lugar. La palabra método puede referirse a diversos conceptos. El
método científico por su parte, es la serie de pasos que sigue una ciencia para obtener
saberes válidos (es decir, que pueden verificarse a través de un instrumento fiable).
Gracias al respeto por un método científico, un investigador logra apartar su subjetividad y
obtiene resultados más cercanos a la objetividad o a lo empírico.

Para lograr concluir con la definición exacta de este término es necesario erradicar las
dudas sobre la igualdad en el significado de los términos método y técnica, erróneamente
confundidos entre sí.

La técnica consiste en las acciones precisas para llevar a cabo un método. Un ejemplo
donde se entiende claramente esta diferencia es en el plano deportivo. Todos los tenistas
poseen una técnica (revés, servicio, forma de colocar los pies o sostener la raqueta, etc.),
se trata de una habilidad natural o conseguida a partir de un arduo trabajo y que se utiliza
en función de un método (fatigar al adversario, jugar desde el fondo o pegado a la red,
etc.). En pocas palabras, en el método se organizan y estructuran las técnicas concretas
que servirán para conseguir un objetivo determinado, en el caso del tenis, ganar el
partido.

En el caso de la psicoterapia es fundamentalmente lo mismo, y como lo explica Tizón, J.,


en su artículo “Una propuesta de conceptualización de las técnicas de psicoterapia” al
proporcionar la siguiente aclaración:

“…La definición (epistemológica) de las técnicas de psicoterapia ha oscilado según


los diversos autores al considerarlas: a) como prácticas artesanales o artesanados -
basados en los "juicios clínicos" y/o la "intuición" de las terapeutas-, tal como sucede en
muchas de las aproximaciones humanistas y fenomenológico-existenciales (7,8); b) como
hermenéuticas descifradoras del sentido de la conducta y reconceptualizadoras del mismo
en el consultante, tal como sucede con determinadas orientaciones del psicoanálisis o de
la logoterapia; c) como meras técnicas o aplicaciones de conocimientos adquiridos en el
campo de la ciencia, como es frecuente oír de labios de los "modificadores" y "terapeutas
de conducta"; d) como "ciencias aplicadas" dentro del campo de las así llamadas "ciencias
clínicas cognitivas" (4), etc…..En ese sentido, he de aclarar que, a nivel de ubicación
teórica, desde mi perspectiva las técnicas de psicoterapia han de ser consideradas, a
nivel teórico y técnico, como aplicaciones y partes integrantes de la psicología clínica y
sus diversas variantes. Se trata de una perspectiva de las técnicas de psicoterapia de
larga tradición, aunque no haya sido la que se ha defendido más frecuentemente desde el
campo psicoanalítico…… Como consecuencia de su estrecha relación con la psicología
clínica, las técnicas de psicoterapia se hallarán pues vinculadas con las diversas teorías
de la personalidad.”

2.2.2 Terapia Psicoanalítica

Para hablar de la Terapia Psicoanalítica, tomaremos fragmentos del texto del


Psicoanalista M.D. Ismail Yildiz, “Teoría y Técnica de la Psicoterapia Psicoanalítica”,
revisado y ampliado en 2010.

35
La psicoterapia psicoanalítica busca modificar el comportamiento y, lo que es más
importante, la estructura de personalidad del paciente mediante la utilización de la
relación analista-analizando, a través del lenguaje verbal, y en un contexto específico en
el cual se ubica esta relación.

Según R. Greenson, la terapia psicoanalítica es una terapia causal; trata de contrarrestar


las causas de la neurosis. Su objetivo es resolver los conflictos neuróticos del paciente,
incluso las neurosis infantiles que sirven de núcleo a la neurosis del adulto. Resolver los
conflictos neuróticos significa reunir con el Yo consciente aquellas porciones del Ello, el
Superyó y el Yo inconsciente excluidas de los procesos de maduración del resto sano de
la personalidad total.

El terapeuta aborda los elementos inconscientes por sus derivativos. Todos los
componentes repelidos del Ello y del Yo producen derivados (manifestaciones), “híbridos”
no conscientes pero altamente organizados de acuerdo con el proceso secundario y son
accesibles al Yo consciente.

El procedimiento que el analista quiere que el paciente emplee para facilitar la


comunicación de los derivados es la asociación libre. Estos derivados aparecen en las
asociaciones libres, los sueños, los síntomas, los lapsus, los actos fallidos y las
actuaciones del paciente.

Se pide al paciente que trate dentro de lo posible de dejar venir las cosas y de decirlas sin
importarle la lógica ni el orden; ha de comunicar incluso lo que le parezca trivial,
vergonzoso o descortés, etc. Dejando que las cosas le vengan a la mente, se produce
una regresión al servicio del Yo y tienden a salir a la superficie los derivados del Yo
inconsciente, el Ello y el Superyó. La tarea del analista consiste en analizar esos
derivados por el paciente.

Aunque el que padece una neurosis llega al tratamiento psicoanalítico por el motivo
consciente de desear un cambio, hay dentro de él fuerzas inconscientes que se oponen al
cambio y defienden la neurosis y el statu quo. Estas fuerzas se oponen a los
procedimientos y procesos de tratamiento y se denominan resistencias. Las resistencias
proceden de las mismas fuerzas del Yo que forman parte del conflicto neurótico. Las
resistencias interfieren con el Yo razonable y han de ser analizadas antes de que pueda
hacerse ninguna otra buena labor analítica. Porque sólo puede ser efectivo el insight si el
paciente puede tener y mantener un Yo razonable. El Yo razonable es también esencial
para la construcción y el mantenimiento de la alianza de trabajo.

Otro concepto básico de la teoría de la técnica analítica es la transferencia. Los pacientes


neuróticos son más propensos a las reacciones transferenciales. La frustración instintual
del neurótico tiende a hacerle buscar inconscientemente objetos hacia los cuales
desplaza sus impulsos agresivos y libidinales. El paciente tiende a repetir su pasado, en
términos de relaciones humanas, para obtener satisfacciones que no tuvo o para dominar
tardíamente alguna ansiedad o algún sentimiento de culpa. La transferencia es volver a
vivir el pasado y no entender el presente por querer entenderlo en función del pasado. La

36
importancia de reacciones transferenciales se debe al hecho de que si se manejan
debidamente, el paciente sentirá en la situación del tratamiento y en relación con el
analista todas las relaciones humanas importantes de su pasado que no son
conscientemente accesible a él. Es el análisis consistente de la transferencia, dentro y
fuera de la situación analítica, el que permite al paciente soportar las diferentes
variedades e intensidades de la transferencia, y comprender poco a poco a sus
transferencias.

La técnica psicoanalítica está directamente apuntada hacia el Yo, porque sólo éste tiene
acceso directo al Ello, al Superyó y al mundo exterior. Nuestro fin es hacer que el Yo
renuncie a sus defensas patógenas o que halle otras más propias. Porque las antiguas
maniobras defensivas resultaron insuficientes. La defensa nueva, diferente, o la ausencia
de defensa podrían permitir alguna efusión de los instintos sin sentimientos de culpa o
ansiedad. La descarga del Ello reduciría la presión instintual y el Yo tendría entonces una
posición relativamente más fuerte. La solución es lograr cambios estructurales en el Yo
que le permitirán renunciar a su defensa o hallar una que permita suficiente descarga
instintual.

Se invita al paciente a que examina su mente con toda libertad, a que expresa sus ideas y
sentimientos, a que dé rienda suelta a las reminiscencias y la fantasía.

La meta será la autodeterminación y autenticidad, una mayor autonomía de la persona


ante sus compulsiones no controladas. Para que el Yo del paciente alcance una mayor
autonomía, tiene que mediar y armonizar las configuraciones relativamente
independientes de procesos y fuerzas (Ello, Superyó y Realidad). Además, el Yo tiene
también sus intereses y plantea sus exigencias a la conducta. La autonomía del Yo se ve
alentada y realzada por logros tales como la comprensión, la auto-confrontación honesta y
un sentido más cabal de autenticidad.

En el curso de la terapia, al lograr un mayor grado de autoconocimiento y auto-


comprensión, al familiarizarse en mayor medida con la esfera total de su realidad interna y
externa, y al adquirir experiencia de sí mismo como un ser relativamente independiente y
dotado de volición, el paciente incrementará el control y sentido de dominio sobre sus
experiencias y acciones. Y de esa manera se producirá su “cura”.

Con el fin de apoyar y fomentar la libertad de autoexpresión y auto-experimentación, el


analista se comporta de manera tal de reducir a un mínimo toda forma de dirección,
orientación y control. Básicamente, su papel es el del observador y comentarista
interesado pero neutral. Se escucha de manera activa, y se ayuda al paciente a enunciar
con claridad sus experiencias, y a analizarlas, para que pueda comprenderlas. Pero se
cuida muy especialmente de ejercer indebida influencia sobre dichas experiencias o de
encausar su conducta según pautas determinadas.

Hay una limitación fundamental que el terapeuta se impone a sí mismo y cuida de poner
bien en claro ante los pacientes: “No le diré qué debe hacer; no le insinuaré qué
decisiones debería tomar, ni de qué modo pienso que debería comportarse”. Esto no

37
significa de ninguna manera, que sus actos le tengan sin cuidado: “Trataré de ayudarlo a
entender el porqué de sus acciones, y a veces contribuiré a que logre esclarecer los
motivos de sus decisiones. Pero lo que usted haga y decida depende de usted mismo”. El
terapeuta no aconseja, no administra recompensa ni establece castigos; no entabla con el
paciente una relación de maestro o amigo; mantiene una neutralidad; observa sin
participar mayormente, comenta sin juzgar. La neutralidad no quiere decir la indiferencia
ante el paciente, pero el terapeuta no gratifica la necesidad que experimenta el paciente
de ser aceptado o rechazado, recompensado o castigado, aprobado o desaprobado, ni
sus necesidades de “alimentación” o dependencia. Se tratará de evitar también cualquier
tipo de manipulación consciente.

De todos modos, en situaciones excepcionales de peligro (de hacer daño a otros o a sí


mismo) hay que dar consejos, y eventualmente hay que hospitalizar a un paciente.

La libertad de autoexpresión y de comunicación puede generar, sobre todo al inicio de la


terapia, dolor y ansiedad. El paciente por lo general rechaza el tipo de libertad que la
terapia le ofrece, así como el tipo de relación con el terapeuta que esa libertad exige.

Después de las primeras entrevistas de evaluación, donde se hacen preguntas


superficiales sobre la persona para aceptar o no en la terapia psicoanalítica, el terapeuta
no hará más entrevistas ni preguntas inquisidoras para sacar a relucir recuerdos ocultos o
sentimientos que infundan terror. A toda costa hay que evitar ponerse en el papel de
psicoarqueólogo.

Hay una necesidad (una, tan solo) que se podrá gratificar en el paciente y en el terapeuta.
Es la función sintética que adopta la forma de una necesidad de comprender y ser
comprendido. Sin embargo esa comprensión no tiene nada que ver con el tipo de
“comprensión” que se reduce, en última instancia, a aprobar, aceptar o exonerar al otro.
Comprender las experiencias de otra persona significa conocerlas (ser-con-el otro):
reconstruirlas y enunciarlas claramente. Adquirir conocimiento de factores
circunstanciales y supuestamente casuales es parte de ese proceso de comprensión, ya
que dicho conocimiento puede resultar inestimable para reconstruir y enunciar con
claridad esas experiencias. Saber el Porqué de las cosas suele ser un paso importante
para averiguar el Qué y el Cómo.

A menudo los psicoanalistas hacen referencia al proceso de comprensión como proceso


analítico. Analizar implica conocer: captar y comprender. Y es esta la gran misión del
terapeuta en la Psicoterapia psicoanalítica. Por añadidura, no solo implica compartir esa
comprensión con el paciente sino, y primordialmente, facilitarla y alentarla en él. Esto
último constituye su Función Sintética. Una de las metas básicas de la Terapia
psicoanalítica consiste en lograr que el paciente aprenda a Ser Comprendido y a
Comprender. De la misma manera, se procurará alentar la disposición del paciente a
enfrentar y reconocer sus experiencias afectivas, y a admitir plenamente sus efectos. En
muchas de las interpretaciones se procede a decir: “Creo saber lo que siente” (p. ej.:”Creo
que está enojado; pero ese sentimiento le resulta intolerable, y por consiguiente...guarda
silencio”).

38
Buena parte de las transacciones por lo común tienen que ver con aspectos no
intelectuales de la conducta. A la vez, sin embargo, las transacciones en sí tienen lugar
fundamentalmente en términos verbales y cognitivos. Cuando el paciente se muestre
enojado, triste o alegre, se le alienta a que hable de estos afectos. Así se fomenta a que
el paciente experimente una amplia gama de sentimientos durante la sesión: puede reír o
llorar, sentirse regocijado o desesperanzado, dejarse llevar por la ira, el deseo o lo que
fuera. Pero no debe actuarlos sino verbalizar. La meta final es adquirir cierto grado de
control sobre los afectos. Pero esto no significa sofocarlos o inhibirlos; en efecto el
proceso analítico, muy a menudo, conduce a una liberación de afectos, una desinhibición
o descarga de emociones, liberadas del yugo cognitivo o del temor inconsciente. Por
ejemplo, la mayoría de las afecciones psicosomáticas se curan con una terapia analítica.
Una agresividad sana (poder defenderse y reclamar sus derechos), pero no la violencia,
tiene efectos positivos sobre la salud mental. El paciente aprende a ser libre, a adquirir
una autonomía relativamente mayor durante las sesiones terapéuticas.

La psicoterapia psicoanalítica es un hecho único. No se trata de un juego, ni de un viaje,


ni de un trabajo de reparación, un ajuste hidráulico o una dieta; solo es lo que su nombre
indica. Con frecuencia las personas preguntan “¿Cómo es una terapia psicoanalítica?”.
Hay que vivenciarlo para comprender, de otra manera es difícil explicarlo.

Además, siempre existen diferencias sustantivas entre una terapia y otra. Incluso dos
pacientes muy parecidos, con problemas muy similares, que se analicen con el mismo
terapeuta, inevitablemente han de vivir experiencias terapéuticas significativamente
distintas.

De otra parte, en las cuestiones psicológicas hay también siempre notables excepciones;
es por esto que hay que tomarlos por sentado cada vez que se enuncie una proposición o
una generalización. No hay que tomar como reglas los principios técnicos, sino como
simples abstracciones o generalizaciones. En cada uno de los casos clínicos que se
presente es preciso evaluar con sentido crítico cada principio y cada prescripción o
proscripción técnica. Nada debe aplicarse en forma mecánica o automática; su
fundamento racional es lo que cuenta.

En lo que concierne a las metas terapéuticas de psicoterapia psicoanalítica, se postulan


en términos de hacer consciente lo inconsciente (fórmula topográfica), ampliar el territorio
del Yo o más autonomía del Yo (fórmula estructural) y conseguir la distinción entre Yo y
objeto, es decir, salir de una relación simbiótica o fusional (fórmula objetual).

Estos planteamientos condensados como son, implican fortalecimiento de la


complementación del principio del displacer-placer con el de la realidad, aumento de la
genitalidad y de la capacidad de sublimación, disminución de la represión con la
consiguiente liberación de energías que se destinan a trabajar, crear o amar. La distinción
entre Yo y objeto supone la aceptación de los demás seres humanos dotados de una vida
propia (alteridad) e independiente del sí mismo, lo cual, a su vez, implica el cuidado
depresivo por el objeto.

39
No necesariamente se busca aplastar el narcisismo; más bien se intenta remplazar el
narcisismo ciegamente egoísta por un enriquecimiento de las estructuras narcisistas del
Yo, ligado a las fuentes básicas de autoestima, y en el cual el dar a los objetos constituye
en sí mismo una situación de goce sopesado, así implique un cierto grado de renuncia.

Las fórmulas anteriormente expuestas se reflejan también en un aumento de la tolerancia


a las frustraciones de la vida; aceptación de las propias limitaciones, pero también
desarrollo de las potencialidades; enrique-cimiento de la capacidad de fantasía;
disminución de la rebeldía incontrolada y también el conformismo exagerado; ampliación
del horizonte vital global.

Clásicamente se consideraba que el paciente ideal para el psicoanálisis es un adulto


joven afectado de una neurosis de transferencia y con ciertas calidades básicas de
inteligencia, introspección mínima y elasticidad del Yo, favorecedores del tratamiento. Por
supuesto, el paciente ideal difícilmente existe y, por otra parte, el campo de acción
psicoanalítico, en la medida en que se profundiza en su teoría y técnica, se amplía para
extender el rango de acción a las diferentes técnicas del psicoanálisis de niños, a las
crisis vitales, al trabajo con personalidades narcisistas y fronterizas; a las adaptaciones a
las enfermedades crónicas y al trabajo con esquizofrénicos, sea en el contexto del modelo
básico o con cambios de éste, que desembocan en las psicoterapias psicoanalíticamente
orientadas. El psicoanálisis es un tratamiento largo, ambicioso, difícil y costoso; de allí el
desarrollo de terapias más breves, dirigidas a entidades patológicas, situaciones y
pacientes específicos, y a las modalidades de psicoanálisis de grupo, de pareja o de la
familia.

El psicoanálisis, empero, es simultáneamente terapia e investigación y los resultados


obtenidos continúan nutriendo las aplicaciones clínicas modificadas, el terreno de lo
psicosomático y las vicisitudes y fenómenos de la vida humana, en situaciones extremas y
en la creatividad.

En terapia analítica, lo que nosotros tratamos no es el problema sino al paciente, como


persona total. No consideramos las fobias, el ritual obsesivo, la vena paranoica, la
incapacidad para establecer relaciones íntimas, como aspectos aislados del paciente; lo
que hacemos es encarar una amplia variedad y gama de aspectos de nuestro paciente.
Empero, de allí pretender que hemos tratado la “persona total” y totalmente es una ficción
teórica como son la “neutralidad e impersonalidad del terapeuta” y el “paciente medio
esperable”.

Unos ejemplos de técnica de psicoterapia psicoanalítica.

Si el paciente proyecta, mejor interpretar que responder. Por ejemplo: “Tengo la impresión
que lo que le cuento hoy no le importa”, en lugar de decir “Sí me importa”, vale decir:
“Usted siente la necesidad de creer que no me importa”.

Incidentes tales como la tardanza, no llegar a una sesión, olvidar el pago, etc. pueden
resultar útiles para la labor terapéutica.

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La psicoterapia analítica proscribe suministrar al paciente información personal sobre el
terapeuta. En caso de que el paciente pregunta algo personal, el analista no responda, el
paciente se pone furioso o triste o avergonzado, etc., hay que demostrarle, de alguna
manera, que sus sentimientos son aceptables y que no representan una amenaza para tu
persona: puedes tolerarlos, y consideras que él también puede hacerlo.

Las intervenciones -ya sean interpretaciones, confrontaciones o simples observaciones-


son solo útiles cuando son aceptables para el paciente (bien en el nivel consciente, bien
para un sector de su personalidad). De lo contrario el paciente se verá imposibilitado de
encarar el tema. Es por esto que, en general, las interpretaciones son muy progresivas y
las metas se alcanzan POCO A POCO. Además un pequeño cambio puede tener muchas
consecuencias.

Tanto las interpretaciones como las confrontaciones pueden provocar una discusión, cosa
que por lo común hay que evitarse en terapia analítica. Con frecuencia, las discusiones
solo ponen a prueba el ingenio de las partes, su capacidad mental y facilidad de palabra.
Al entrar en pugna, cada uno trata de ganarle al otro, de no resultar perdedor. En general
hay que evitar todo tipo de altercado.

Si se opta por una interpretación, se debe primero simplificarla, enunciarla mentalmente y


aguardar a que llegue el momento adecuado para hacerlo en voz alta, un momento de
apertura, de suerte que la imposición sea mínima. No se debe interrumpir al paciente al
comienzo de la sesión, sino escuchar su relato prestando atención, en forma simultánea,
a dos de sus aspectos centrales: 1) su contenido manifiesto (se escucha con el fin de
comprender y recordar); 2) otros contenidos que puedan conectarse, o asociarse de
manera apropiada, con algún aspecto de la interpretación.

Normalmente no se interroga en las sesiones para no imponer el tema; solo se puede


interrogar con miras a una interpretación (y para poder tener una respuesta a una
eventual pregunta del paciente “¿Por qué me lo pregunta?”).

Se evita decir algo que pueda apartar del tema, se busca el modo de hacerle retomar el
hilo de la cuestión, si es pertinente, cuando comienza a apartarse.

El paciente no debe sentirse acorralado para examinar un tema, impuesto por el terapeuta
como una confrontación, que por ahora no desea examinar.

Hay varias razones para no sondear a una persona mientras guarda silencio. Una de ellas
es la implicación de que el paciente no debería quedarse en silencio.

Se dijo que “Hay que evitar los interrogatorios, fuera de las entrevistas de evaluación
inicial”. Pero cuando se presenta el caso de que no se comprende lo que dijo el paciente,
se puede preguntar: “No comprendí lo que dijo, o lo que trato de decir”.

En toda comunicación hay más de un mensaje o significado implícito. Toda interpretación


lleva también implícita una carga de significados adicionales que pueden ir de la
aprobación a la prohibición. Entre sus significados implícitos puede contarse una norma,

41
un consejo, una reconvención, el perdón. Con el fin de quitar dudas, debemos estar
siempre preparados para señalarle, luego de una intervención nuestra, los significados
implícitos que no era nuestro propósito trasmitir.

Por ejemplo, a la pregunta: “¿Qué edad tenía usted en la época en que sucedió el hecho
que relata?”, el paciente podría recibir los siguientes mensajes:

1. La edad es importante.

2. El terapeuta quiere saber todos los detalles.

3. Mi relato de los hechos adolece de fallas.

4. El cree que estoy distorsionando los hechos (puesto que era tan joven cuando tuvo
lugar el incidente).

Otro ejemplo, “Usted se siente muy mal este lunes, es posible que se siente culpable de
no haber almorzado por la primera vez este domingo con su madre”. El paciente puede
tomar esta interpretación como una desaprobación de su actitud con su madre y
preguntar “¿Por qué tengo que comer con mi madre cada domingo?” El terapeuta debe
aclarar: “No quise decir que usted debe almorzar con su madre cada domingo”.

Los pacientes suelen sentir que toda interpretación requiere una respuesta de su parte.
Muchos se creen obligados a considerar el contenido de la interpretación; algunos sienten
que deben confirmarla o refutarla, otros sienten la necesidad de expresar gratitud por lo
que se les brinda, y reaccionan entonces de diversas formas. Todas estas reacciones
deben ser expuestas y analizadas, porque no era propósito del terapeuta provocarlas y,
por lo tanto, no son respuestas deseadas. El ideal que perseguimos es un estado de
cosas en que el paciente se sienta tan libre después de una interpretación como antes.
Por supuesto, es uno de los tantos ideales inalcanzables; pero hay que tratar de
aproximarse a él.

Con todas las precauciones y aclaraciones del terapeuta si el paciente sigue sintiéndose
impuesto, dirigido, recriminado, exonerado, aconsejado, etc. entonces se trata de un
problema de transferencia que debe ser considerado como tal.}

Para ampliar ésta información se sugiere remitirse al texto original del autor.

2.2.3 Terapia Conductual

Para describir este apartado se tomará un resumen del texto “ Terapias Conductuales.
Apuntes para un seminario” del Lic. Jaime Ernesto Vargas Mendoza. Diplomado en
Análisis Experimental de la Conducta, en Menores Infractores y en Psiquiatría
Criminológica Presidente Honorario de la Asociación Oaxaqueña de Psicología, A. C,
elaborado en el 2009.

42
La Terapia Conductual se ha convertido, en los últimos tiempos, en uno de los temas más
controvertidos de la Psicología moderna, al apartarse, en varios puntos importantes, de
las técnicas psicoterapéuticas mas arraigadas, mismas que enfatizan causas "psíquicas",
internas y profundas, para explicar la conducta anormal. Por su parte, la Terapia
conductual se desarrolla a partir de un enfoque ambientalista y particularmente de la
Teoría del Aprendizaje y de los datos experimentales que la sustentan. Así que, conocer y
aplicar estos recursos, permitirá un mejor ejercicio de la Psicología Clínica.

FUNDAMENTOS DE TERAPIA IMPLOSIVA.

Malleson (1959) presento el análisis de una fobia en el que noto que una fuente de
reforzamiento para la respuesta fóbica, consistía en la posibilidad de evitar la situación.

Se trataba de un caso donde un estudiante debía aprobar un examen que presentaría 2


días después. Los sedantes, como procedimiento típico, no sirvieron de nada y tampoco
había mucho tiempo para alguna técnica psicoterapéutica convencional. Entonces, se le
pidió al estudiante que se sentara sobre la cama y que sintiera su miedo lo más
intensamente posible.

Se le pidió que dijera todas las consecuencias terribles que sucederían si reprobara el
examen. Al principio sudaba y temblaba, pero después de media hora, estaba tranquilo.
Cada vez que sentía una ligera ola de alarma, era instruido para no tratar de evitarla y
más bien, tratar de experimentarla completa y totalmente, fortalecerla y aumentarla.

Si él no reportaba espontáneamente sentir estos sobresaltos, cada 20 o 30 minutos tenía


que hacer un esfuerzo como el ya descrito.

Luego de un tiempo, el estudiante se veía dispuesto a no sentirse atemorizado. "Había


acabado con la emoción en la situación global".

Malleson realizo la hipótesis que además de retirar el reforzamiento de la conducta fóbica,


este procedimiento ocasionaba fatiga o inhibición reactiva.

Debería agregarse que ciertamente se trata de afrontar la situación aversiva anticipada,


con la falta de consecuencias aversivas inmediatas (extinción) y posiblemente también
con el estimulo favorable de hacer algo acerca de la situación (fortaleciendo mas la actitud
de adulto y la competencia en el paciente), la expectativa del cliente por mejorarse (efecto
placebo) y la presencia de un terapeuta interesado y simpático.

La Técnica de Inhibición Reciproca de Malleson es muy parecida a la que desarrollo


Stampel & Levis (1967), a la que denominaron "Terapia Implosiva".

Globalmente, entre mayor sea la duración de la implosión, mejores serán los resultados.
Especialmente si el tratamiento lo da un terapeuta.

En algunos estudios donde la implosión fue inefectiva, los sujetos, a pesar de todo,
estuvieron menos ansiosos mientras duraba la sesión de tratamiento.

43
Sin embargo, cuando terminaba el experimento, esta mejoría no se generalizaba a la
conducta abierta, mediante una prueba de conducta de evitación.

Lott y Carrera (1958) encontraron que 25 minutos de fantasía implosiva grabada, tenía
poco efecto; pero que 125 minutos, disminuía la evitación.

La importancia de exponerse a la vida real, en oposición a la fantasía, es también


evidente en los pacientes; serian necesarios periodos de implosión más breves para el
tratamiento en vivo, que para el uso de fantasías.

FUNDAMENTOS DE LA TERAPIA AVERSIVA.

La terapia aversiva consiste, operacionalmente, en administrar un estimulo aversivo para


inhibir una respuesta emocional indeseable, con lo cual se hace disminuir su fuerza de
habito. Por ejemplo, puede emplearse un estímulo doloroso para inhibir la excitación
sexual que produce un objeto fetiche.

La aversión se utiliza ampliamente en el tratamiento de las obsesiones, compulsiones,


fetichismo y hábitos de atracción hacia personas u objetos inadecuados.

La esencia de la terapia de aversión es dispensar, en presencia del estimulo productor de


la respuesta indeseable, un estimulo aversivo intenso, como una estimulación eléctrica
fuerte, en una extremidad.

Aparte de provocar una respuesta de evitación, el choque eléctrico inhibe la respuesta


emocional indeseable. Siempre que esto sucede, se establece un cierto grado de
inhibición condicionada de la respuesta indeseable-un debilitamiento de su habito-, del
vinculo entre esa respuesta y su estimulo.

Al mismo tiempo, el estimulo puede ser condicionado en cierta medida ante la


constelación de respuestas que provoca el choque eléctrico.

Cualquier cosa desagradable es una fuente potencial de condicionamiento aversivo.

FUNDAMENTOS DEL CONTRACONDICIONAMIENTO.

La Desensibilización Sistemática es uno de los métodos para contrarrestar gradualmente


los hábitos neuróticos de la respuesta de ansiedad.

Se induce en el paciente un estado fisiológico inhibidor de la respuesta de ansiedad, por


medio de la relajación muscular y luego es expuesto a un débil estimulo excitador de la
respuesta de ansiedad, durante unos segundos. Si la exposición se repite varias veces, el
estimulo pierde progresivamente su capacidad de provocar respuestas de ansiedad.

Luego, se van presentando estímulos sucesivamente "más fuertes", que son tratados en
forma semejante. Este método nos ha dado el poder de superar un gran número de
hábitos neuróticos, a menudo en muy poco tiempo.

44
Nos ha capacitado para tratar estos hábitos en cualquier orden que elijamos y tanto como
queramos. Los efectos autónomos que acompañan a la relajación profunda son
totalmente opuestos a los que son característicos de la respuesta de ansiedad.

El terapeuta siempre estudia cuidadosamente los problemas planteados por el paciente,


antes de decidirse por alguna técnica en particular.

Su primera tarea es a menudo la corrección de los errores de concepto, lo cual con


respecto a ciertos miedos, puede que no se necesite mas. Luego, se requiere un cambio
de conducta en situaciones sociales, sexuales u otras de la vida diaria, será esto lo que
atacara en seguida, la mayor parte de las veces por medio del entrenamiento asertivo.

Si la desensibilización sistemática es lo indicado, se inicia tan pronto como sea posible y


puede llevarse a cabo al mismo tiempo que se aplican otras medidas que puedan haberse
prescrito para la situación de la vida diaria.

La técnica implica cuatro conjuntos de operaciones diferentes:

 Adiestramiento en relajación muscular.


 Establecimiento del uso de una escala que mida la respuesta de ansiedad
subjetiva en términos cuantitativos.
 Construcción de jerarquías de los estímulos provocadores de respuestas de
ansiedad.
 Contraposición de la relajación y los estímulos provocadores

FUNDAMENTOS DE AUTOCONTROL ABIERTO.

Las investigaciones llevadas a cabo en la última década han indicado que la capacidad de
una persona para controlar sus propias acciones, está en gran medida, en función de sus
conocimientos y control de los factores situacionales.

Para ejercer el autocontrol, el individuo debe comprender que factores influyen sobre sus
actos y como puede modificarlos para provocar los cambios que desea. Esta comprensión
requiere que el individuo se convierta, de hecho, en una especie de científico de sí mismo
(Kelly, 1955).

La relación funcional entre conducta y ambiente fue formulada por Goldiamond (1965a)
con la ecuación C = f (x). La conducta de una persona (C), está en función (f) de su
ambiente (x). Es decir, ordenando determinadas condiciones ambientales, posiblemente
se pueda controlar si se produce o no, una determinada conducta.

La ordenación de estas condiciones ambientales puede lograrse mediante algún agente


externo (terapeuta, padre, profesor) o por la propia persona.

En el segundo caso, se produce una ecuación nueva y mas significativa para el


autocontrol: x = f (C). El ambiente de un individuo (x) es una función (f) de su conducta
(C).

45
Por mucho que se diga, nunca se exagerara la importancia para la auto-regulación de
esta interdependencia entre la conducta y el ambiente (Bandura,1971b).

El individuo que se auto-controla debe emprender determinadas conductas que


modifiquen a su vez sistemáticamente otras conductas pertinentes. De este modo, la
persona en cuestión influye sobre las situaciones de su vida y se ve a su vez influida por
estas.

Ahora bien, hablamos de autocontrol abierto para dar por sentado que las conductas
pueden verse modificadas por sus consecuencias, esto se aplicara no solo a la conducta
controlada, de la formulación anterior, sino también a las conductas controladoras.

Si se desea su mantenimiento, las conductas auto-controladoras deben ser


adecuadamente gratificadas al igual que cualquier otro acto.

En resumen, una persona muestra autocontrol cuando, en ausencia relativa de


coacciones inmediatas, pone en práctica una conducta, cuyas probabilidades previas eran
menores que las de otras conductas posibles (y que implica una recompensa o
gratificación menor o más tardía, mayores esfuerzos, peculiaridades revulsivas, etc.).

FUNDAMENTOS DE AUTOCONTROL ENCUBIERTO.

La influencia que ejercen los pensamientos y las imágenes sobre la actividad humana
aparece, repetidamente demostrada, tanto en la historia como en la literatura.

Las estrategias más conocidas de auto-cambio, han puesto gran énfasis en la


identificación y mejora de acontecimientos encubiertos de significativa importancia.

Emile Cove, por ejemplo, popularizo hace 70 años una técnica denominada como "auto-
sugestión", en la que se enseñaba a los individuos a decirse a sí mismos en voz baja
afirmaciones positivas, tales como la famosa frase de "estoy mejorando todos los días, en
todos los sentidos".

Dale Carnegic (1948), Norman Vincent Peale (1960) y Maxwellmaltz (1960), han definido,
así mismo, el "poder de las reflexiones de carácter positivo" junto con una variedad de
técnicas que emplean las auto-alabanzas encubiertas, el modelado y las auto-directrices
(Meta instrucciones).

El estatus científico y las promesas clínicas que encierran estos métodos cognoscitivos de
cambio del comportamiento, se vienen estudiando desde hace solo muy poco tiempo.

Este notable atraso en la investigación de los procesos de carácter encubierto por parte
de los investigadores conductuales, se debe a dos factores:

1.- Se ha dado la suposición implícita de que los acontecimientos privados (pensamientos,


sentimientos, etc.) son, de un modo u otro, inmunes a la predictibilidad y al control que
caracterizan a las respuestas abiertas o manifiestas.

46
2.- Hasta hace muy poco tiempo, muchos investigadores han considerado que los
procesos cognoscitivos eran, en cierta medida “débil”, poco científica y necesariamente
vaga e incorrecta.

Recientemente algunos avances en el campo de la investigación conductista han puesto


en relieve la necesidad, largo tiempo aplazada, de indagaciones controladas de los
procesos cognoscitivos simbólicos.

Un pensamiento no es algo absolutamente "inobservable", pues su naturaleza y


existencia son percibidos al menos por uno mismo.

Entrenando al individuo para que actúe como un científico personal, es posible estudiar y
controlar los comportamientos manifiestos (Thoresen,1973a).

Bandura (1969) y otros (Bower, 1970), Kanfer y Phillips (1970), Staats (1972) han
presentado pruebas sumamente convincentes de que los procesos encubiertos no son
solo útiles, sino también esenciales para comprender el complejo comportamiento
humano.

La premisa básica de lo que puede clasificarse como "modificación del comportamiento


encubierto", es la de que pueda considerarse a fenómenos internos, tales como los
pensamientos, las imaginaciones y las acciones fisiológicas como respuestas similares al
comportamiento externo.

Se considera además, a estos fenómenos, como sensibles a las mismas leyes y principios
empíricamente obtenidos con los acontecimientos abiertos o públicos.

Esta supuesta correspondencia entre los principios por los que se rige la acción
encubierta y la abierta, se denomina "suposición de continuidad u homogeneidad".

2.2.4 Terapia Gestalt

El siguiente sustrato es retomado del libro de Héctor Salama Penhos “Psicoterapia


Gestalt proceso y metodología”, ya que considero es uno de los más completos y
específicos sobre el tema que nos ocupa.

Comenzaremos retomando la palabra gestalt, que es de origen alemán y tiene varios


significados, como configuración, estructura, modelo, figura, forma, totalidad, nosotros la
utilizaremos también como una necesidad a ser satisfecha.

Cuando anexamos las palabras abierta o cerrada a la gestalt, aludimos al estado original
de la necesidad, antes o después de resolverla respectivamente. Por ejemplo, cuando
tenemos hambre decimos que tenemos una gestalt abierta; si nos alimentamos hasta
satisfacer el hambre, diremos que cerramos dicha gestalt y ésta desaparece para dar
lugar a una nueva; es un proceso que ocurre continuamente.

47
Desde el punto de vista biológico, siempre estamos abriendo y cerrando gestalten ( plural
de gestalt), dado qué es parte de nuestra supervivencia, pero a nivel psicológico o
emocional si este proceso no se da, origina la neurosis.

Se le llama neurótico a quien tiene asuntos pendientes en el ámbito psicológico o


emocional, entonces la mayoría de nosotros somos neuróticos, ya que generalmente
quién más, quién menos, tenemos memoria de muchas situaciones inconclusas
agrupadas desde aquellas en las que habríamos deseado hacer o decir algo, hasta en las
que sí actuamos y luego nos arrepentimos.

En la Terapeuta Gestalt no es un consejero ni un pescador a la caza de errores del


paciente, lo que puede hacer es acompañar y facilitar procesos de auto descubrimiento
dependerá de la persona y de los movimientos que el terapeuta realice par que dicha
persona se dé cuenta o no de cómo se encuentra en ese preciso momento de su vida.

En este enfoque se considera que cuantas más creencias falsas, asuntos pendientes o
gestalten abiertas tengamos, más débil se encontrará el Yo y nuestra calidad de vida será
menor en breve existencia si no optamos por resolverlas de una manera sana y al servicio
del propio organismo.

Sin embargo, las creencias falsas están a préstamo y siempre cabe la posibilidad de
regresarlas a sus legítimos dueños, o como señala Chopra: “No siempre lo que
heredamos debemos aceptarlo”

El enfoque Gestalt hace énfasis en la visión de que el individuo es un ser creativo en


constante crecimiento y capaz de guiar conscientemente su comportamiento,
desarrollando su máximo potencial en direcciones que logren finalmente su límite máximo
de individuos únicos e irrepetibles y, encontrando por sí mismo las soluciones a sus
problemas existenciales asumiendo la responsabilidad de manejar su propia vida.

Por lo tanto, la relación terapéutica se desarrollará en un ambiente de profundo respecto a


la persona, facilitando las experiencias que promueven su crecimiento y autoconfianza.

La evolución desde la teoría psicoanalítica hasta la concepción humanista, ha


representado un movimiento gradual en cuanto a la importancia del tiempo en que vive el
hombre, desde considerarlo ideológicamente como un ser histórico, hasta la concepción
de un ser con su experiencia inmediata en la toma de conciencia para redescubrir su
propio potencial y llevar a cabo una evolución positiva, contribuyendo de una manera
dinámica y responsable al desarrollo de su capacidad, para concordar con una sociedad
que cambia rápidamente.

La Terapia Gestalt es un modelo de psicoterapia que percibe los conflictos y la conducta


social inadecuada como señales dolorosas creadas por las polaridades. Conflicto que
puede ser de naturaleza interna del individuo o que puede manifestarse en la relación
interpersonal entre dos individuos.

48
En este enfoque se centra la atención en la conducta presente y exige la participación
activa del terapeuta para facilitar en el paciente el proceso del darse cuenta de sí mismo,
como un organismo total que es, aprendiendo a confiar en él y obtener el desarrollo
óptimo de su potencial.

Lo innovador de esta corriente consiste, en que no sólo se ocupa del síntoma, sino en
investigar y favorecer la toma de conciencia de la relación que ésta tiene con lo que le
sucede en ese preciso momento para que pueda tomar el control desde la raíz y
resolverlo de acuerdo a su necesidad.

Este enfoque se ocupa de la existencia total del individuo y sus relaciones, este enfoque
holístico también incluye al ambiente.

Tomando lo que Lafarga mencionó, no podemos olvidarnos que todas las psicoterapias
son válidas, en tanto tengan como fin común el bienestar del ser humano.

Lo que importa, como terapeuta; no es lo qué se haga sino cómo se trabaje y que el
objetivo que tenga sea hacia la auto-realización del individuo.

En la psicoterapia Gestalt acentúa el continuo de conciencia del Sí mismo y del mundo,


proceso que se le dificulta al individuo occidental debido a que su cultura es de índole
pragmática y concreta.

El ciclo de la experiencia está diseñado como un círculo que representa didácticamente al


organismo. Se puede entender como un camino que la energía recorre desde un punto de
equilibrio dinámico, también conocido como homeostasis hasta llegar a otro momento de
equilibrio diferente del anterior, por el crecimiento que implica haber satisfecho la
necesidad. Al círculo se le ha dividido por la mitad en forma horizontal en dos hemiciclos,
los que fueron denominados:

Parte Pasiva

Parte activa

49
Le llamamos parte pasiva debido a que no hay acción del organismo hacia su zona
externa, es decir que sólo se conecta con la zona interna; en la parte activa la energía
organísmica se pone en acción con su campo, dentro de un contexto único e irrepetible, o
sea, se relaciona con la zona externa.

Ya identificadas las partes activa y pasiva colocamos una línea perpendicular y tenemos
cuadrantes, donde se localizan didácticamente las zonas de relación en función del
satisfactor predominante:

Zona interna: va Zona de fantasía: se


desde la piel hacia incluyen los
adentro procesos mentales

Zona externa: va
Continuo de conciencia:
desde la piel hacia
Integración de las tres afuera.
zonas de relación

Ubicación de fases y bloqueos en el Ciclo Gestalt de Salama:

1. La fase de Reposo: representa el equilibrio y punto de inicio de una nueva


experiencia. Se asume el estado de vacío fértil en el cual están presentes todas
las potencialidades para que emerja una nueva gestalt.

El bloqueo en esta fase es la Postergación, es decir que el individuo interrumpe


la acción del cierre de gestalt dejándola para otro momento.

2. La fase de Sensación: Determina la identificación en la zona interna al sentir


físicamente algo que todavía no se conoce. Es el surgimiento de una necesidad
que provoca una tensión aún no conocida. Es el darse cuenta de la sensación
aunque la figura no se ha formado.

El bloqueo en esta fase es la Desensibilización, o sea que la persona bloquea su


sensibilidad y no siente.

50
3. La fase de Formación de Figura: Se establece la figura clara de la necesidad y se
concientiza el objetivo de la sensación. En esta etapa el organismo ha diferenciado
lo que le pertenece y necesita satisfacer. Está localizada en la zona intermedia o
de la fantasía.

El bloqueo en esta parte es la Proyección, significa que el paciente no establece


la figura clara.

4. La siguiente fase es Movilización de la energía: Se reúne la energía


indispensable (energetización), para llevar a cabo la necesidad demanda. Se
potencia la energía planteando hacia la acción, diferentes alternativas dentro de la
zona intermedia.

El bloqueo en esta fase es la Introyección, es cuando la persona utiliza “debos” y


“tengos” que pertenecen al Pseudo yo.

5. La fase de la Acción se caracteriza por qué ocurre el paso a la parte activa


movilizando al organismo hacia el objeto relacional. Se actúa ya en contacto con la
zona externa.

El bloqueo en esta parte es la Retroflexión, significa que el paciente “mete hacia


adentro” de él la energía.

6. La siguiente fase es la del Precontacto: Se identifica el objeto relacional para


contactar. El organismo localiza la fuente de satisfacción y se dirige hacia ella.

El bloqueo en esta fase es la Deflexión, y es cuando la persona evita que la


energía localice el objeto relacional y se dirige hacia objetos sustitutos.

7. La penúltima fase es la de Contacto, aquí se establece contacto pleno con el


satisfactor y se experimenta la unión con el mismo. El organismo obtiene placer
ante la necesidad que se está satisfaciendo.

El bloqueo en esta parte es la Confluencia, significa que el paciente pierde sus


límites en los demás.

8. La última fase es la de Poscontacto, en la cual se inicia la desenergetización,


buscando el reposo junto son los procesos de asimilación y alienación de la
experiencia, dentro del continuo de conciencia.

El bloqueo en esta fase es la Fijación es cuando la persona no puede evitar que


la energía continué su recorrido y se desenergetice.

51
Al finalizar la etapa anterior entendiendo que no ha habido interrupción de la
energía, se vuelve a obtener el estado de equilibrio momentáneo, llamado
también, indiferenciación creativa y es cuando el organismo se encuentra listo
para iniciar el trayecto hacia la satisfacción de una nueva experiencia o gestalt y
así continuar con su crecimiento.
A continuación se muestra un diagrama que facilita la comprensión de lo antes
mencionado.

TÉCNICAS DE LA GESTALT

Las técnicas aplicadas en la Psicoterapia Gestalt pueden dividirse en 3 grandes grupos


interdependientes entre sí y que son:

1. Las T. Supresivas;
2. Las T. Expresivas;
3. Las T. Integrativas.

1. Técnicas Supresivas: Pretenden básicamente evitar o suprimir los intentos de evasión


del cliente del aquí/ahora y de su experiencia; es decir, se busca con ello que el sujeto

52
experimente lo que no quiere o lo oculto a fin de facilitar su darse cuenta. 1

Entre las Principales Supresivas tenemos:

 Experimentar la nada o el vacío, tratando de que el "vacío estéril se convierta en


vacío fértil"; no huir del sentimiento de vacío, integrarlo al sí mismo, vivirlo y ver
que surge de él.
 Evitar "hablar acerca de", como una forma de escapar a lo que es. El hablar debe
sustituirse por el vivenciar.
 Detectar los "deberías" y antes que suprimirlos es mejor tratar de determinar qué
puede haber detrás de ellos. Los "deberías" al igual que el "hablar acerca de" son
forma de no ver lo que se es.
 Detectar las diversas formas de manipulación y los juegos o roles "como si" que se
desempeñan en terapia. También, antes que suprimirlos es mejor vivenciarlos,
hacer que el sujeto se dé cuenta de ellos y del rol que juegan en su vida. Entre las
principales formas de manipular podemos hallar: las preguntas, las respuestas,
pedir permiso y las demandas.

2. Técnicas Expresivas: Se busca que el sujeto exteriorice lo interno, que se dé cuenta


de cosas que posiblemente llevó en sí toda su vida pero que no percibía. 2

Se buscan tres cosas básicamente:

 Expresar lo no expresado:
1. Maximizar la expresión, dándole al sujeto un contexto no estructurado para
que se confronte consigo mismo y se haga responsable de lo que es. Se
pueden trabajar con inducciones imaginarias de situaciones desconocidas
o raras, para que aflores temores, situaciones inconclusas. También se
puede minimizar la acción no-expresiva.
2. Pedir al cliente que exprese lo que está sintiendo.
3. Hacer la ronda, que el sujeto exprese lo que quiera a cada miembro del
grupo o se le da una frase para que la repita a cada uno y experimente lo
que siente.
 Terminar o completar la expresión:

Aquí se busca detectar las situaciones inconclusas, las cosas que no se dijeron
pero pudieron decirse o hacerse y que ahora pesan en la vida del cliente. Una de
las técnicas más conocidas es la "silla vacía", es decir, trabajar imaginariamente
los problemas que el sujeto tiene con personas vivas o muertas utilizando el juego
de roles. También se pueden utilizar inducciones imaginarias para reconstruir la
1
Vásquez Olcese, C. (2003). Psicología Online. Recuperado el 11 de 2011, de Psicoterapia Gestalt; conceptos,
principios y técnicas: http://www.psicologia-online.com/colaboradores/cvasquez/gestalt.shtml

2
Ibidem

53
situación y vivirla nuevamente de manera más sana, expresando y
experimentando todo lo que se evitó la primera vez.

 Buscar la dirección y hacer la expresión directa:


1. Repetición: La intención de esta técnica es buscar que el sujeto se percate
de alguna acción o frase que pudiera ser de importancia y que se de
cuenta de su significado. Ejemplos: "repite es frase nuevamente", "haz otra
vez ese gesto", etc.
2. Exageración y desarrollo: Es ir más allá de la simple repetición, tratando de
que el sujeto ponga más énfasis en lo que dice o hace, cargándolo
emocionalmente e incrementando su significado hasta percatarse de él.
También, a partir de una repetición simple el sujeto puede continuar
desarrollando su expresión con otras cosas para facilitar el darse cuenta.
3. Traducir: Consiste en llevar al plano verbal alguna conducta no verbal,
expresar con palabras lo que se hace. "Qué quiere decir tu mano", "Si tu
nariz hablara que diría", "Deja hablar a tus genitales".
4. Actuación e identificación: Es lo contrario a traducir. Se busca que el sujeto
"actúe" sus sentimientos, emociones, pensamientos y fantasías; que las
lleve a la práctica para que se identifique con ellas y las integre a su
personalidad. Es muy útil en el trabajo de sueños.

3. Técnicas Integrativas: Se busca con estas técnicas que el sujeto incorpore o reintegre
a su personalidad sus partes alienadas, sus hoyos. Aunque las técnicas supresivas y
expresivas son también integrativas de algún modo, aquí se hace más énfasis en la
incorporación de la experiencia.

a. El encuentro intrapersonal: Consiste en que el sujeto mantenga un diálogo


explícito, vivo, con las diversas partes de su ser; entre los diversos subyos intra-
psíquicos. Por ejemplo entre el "yo debería" y el "yo quiero", su lado femenimo con
el masculino, su lado pasivo con el activo, el risueño y el serio, el perro de arriba
con el perro de abajo, etc. Se puede utilizar como técnica la "silla vacía"
intercambiando los roles hasta integrar ambas partes en conflicto.
b. Asimilación de proyecciones: Se busca aquí que el sujeto reconozca como propias
las proyecciones que emite. Para ello se le puede pedir que él haga de cuenta que
vive lo proyectado, que experimente su proyección como si fuera realmente suya.
Ejemplo:
o P: "Mi madre me odia".
o T: "Imagina que eres tú quien odia a tu madre; cómo te sientes con ese
sentimiento? ¿Honestamente, puedes reconocer que ese sentimiento es
tuyo realmente?".

Es importante recordar que estos procedimientos o técnicas son sólo un apoyo para lograr
los objetivos terapéuticos, pero que no constituyen en sí la Terapia Gestalt. Lo importante,
lo realmente terapéutico, es la "actitud gestáltica" que se adopte, el reconocimiento de la
importancia de proceso, y el respeto por el ritmo individual del cliente. No empujar el río,
54
dejarlo ser. Tampoco aplicar las técnicas estereotipadamente, son asimilar la filosofía
implícita en el Enfoque Gestalt.

EL EXPERIMENTO EN GESTALT

Denominamos experimento al proceso metodológico vivencial en el cual aplicamos


técnicas gestálticas para facilitar el darse cuenta en el paciente

Los experimentos están diseñados para aumentar la conciencia en el individuo y examinar


y descubrir lo que hace y lo que no hace (resistencia).

Es el medio del que nos valemos para conocer las demandas del organismo a pesar de
las limitaciones que le hemos impuesto a nuestro autofuncionamiento. La acción llevada
al sentimiento y a la comprensión nos lleva al descubrimiento de nuevos senderos.

El experimento capacitará a la persona a dar el siguiente paso en su desarrollo dentro de


una situación segura para ella.

Un ejemplo lastimoso es constatar que en la 1ra. sesión, un terapeuta novato la inicie con
un experimento sin rastreo previo o recabo de información.

Otro error consiste en hacer una fantasía guiada como último experimento faltando muy
poco tiempo para el cierre de la sesión. Es una equivocación debido a que la fantasía por
sí sola no sirve de cierre, sino como medio para luego hacer una vivencia.

Por lo tanto todo experimento entonces, implica un trabajo previo de rastreo de


información y en cuanto se detecte una figura se puede proponer el ejercicio vivencial que
se considere adecuado y nunca, en lo posible, en la primera o segunda sesión a menos
que se trate de una intervención en caso de crisis.3

2.2.5 Terapia Humanista

Para entender la psicoterapia humanista debemos partir de sus orígenes; la psicología


humanista surge como una concepción propia en la primera mitad del siglo XX con las
aportaciones de sus principales representantes: W. James, L. Bingswanger, M. Boss, G.
Allport, A. Maslow, C. Rogers, R. May, V. Frankl, E. Fromm, R. Laing.

Con la influencia del humanismo, que no es un término unívoco, se alude a una


concepción filosófica que: Resalta la dignidad del ser humano y un ideal de vida. En esta
línea está la defensa de las libertades individuales y de la democracia de los dos
Manifiestos Humanistas (1933 y 1974).

3
Salama Penhos, H. (2002). Psicoterapia Gestalt. Proceso y Metodología. (3ra. edición ed.). México:
Alfaomega.

55
Propone un método de conocimiento humanista, en el que se rechaza el absolutismo y
hay una preferencia por la flexibilidad frente a la exactitud racionalista.

Con la influencia del existencialismo se pone énfasis en la existencia, en cómo los seres
humanos viven sus vidas, en la experiencia del ejercicio o de la renuncia a la libertad.

Con la influencia de la fenomenología, método privilegiado para acercarse al hombre, que


trata de descubrir lo que es dado en la experiencia, de reconsiderar los contenidos de la
conciencia tratando de ver más allá de los prejuicios, preconcepciones y teorías del
observador; en su propuesta la consciencia siempre tiende a algo, es esencialmente
intencional.

La Asociación Americana de Psicología Humanista propone cuatro postulados:

 Centración en la persona humana y su experiencia interior, así como en su


significado para ella y en la autopresencia que esto le supone.
 Enfatización de las características distintivas y específicamente humanas:
decisión, creatividad, autorrealización, etc.
 Mantenimiento del criterio de significación intrínseca, en la selección de
problemas a investigar en contra de un valor inspirado únicamente en el valor de
la objetividad.
 Compromiso con el valor de la dignidad humana e interés en el desarrollo pleno
del potencial inherente a cada persona consigo misma y con los demás.

LUDWIG BINGSWANGER

Propone como punto de partida en la comprensión de la personalidad la tendencia


humana a percibir significados en los sucesos y, por ello, ser capaz de trascender las
situaciones concretas.

Considera que las personas construyen esos significados mediante la toma de decisiones
de dos maneras:

 Elección del futuro: es la más adecuada, dado que facilita el crecimiento o la


realización de la posibilidad de desarrollo.
 Elección del pasado: ahoga el crecimiento al limitar la posibilidad a aquello que ya
es experiencialmente conocido.

Entiende que las diferencias individuales se extienden a través de un continuo que va


desde el ser auténtico (con influencia en la propia vida por medio de decisiones y
elecciones de futuro) hasta el conformista (indefenso y pasivo ante el medio con
elecciones del pasado).

Describe la labor terapéutica basada en estos puntos:

 Los trastornos psicopatológicos representan una alteración del ser-en-el mundo.

56
 El ser-en-el-mundo tiene estructura y por lo tanto puede ser estudiado, descrito y
rectificado.
 La psicoterapia pretende entender el proyecto existencial de la persona.
 La psicoterapia procura ayudar a asumir la propia experiencia en toda su plenitud,
descubriendo las formas y áreas de alineación, para recobrar la autoposesión y la
autodeterminación.

ROLLO MAY

May tiene una influencia marcadamente existencialista y un pensamiento independiente


como señalan estos ejemplos:

 Expresa su crítica al psicoanálisis freudiano por reduccionista, pero señala el error


que supone desecharlo.
 Impulsa la visión humanista de la psicoterapia, pero critica la exclusión de los
elementos negativos de la naturaleza humana que postulan algunos autores
humanistas.
 Defendió y con éxito el derecho de los psicólogos a trabajar como psicoterapeutas
frente a las asociaciones médicas, pero promovió la evitación de la confrontación.

Propone el concepto de dilema del hombre:

Este concepto se origina en la capacidad del hombre para sentirse como sujeto y como
objeto al mismo tiempo. Así el terapeuta puede analizar la conducta del paciente como
objeto y empatizar con su problema como sujeto.

Aceptando este dilema no puede considerarse al ser humano como “puramente libre” o
“puramente determinado”.

Propone como características de la terapia existencial las siguientes:

 Su objetivo es el de aumentar la conciencia del cliente respecto de su propia


existencia y, así, ayudar a que experimente su existencia como real.
 La técnica debe estar subordinada al conocer, y seguir, más que preceder, al
conocimiento; por tanto, debe ser flexible y ajustarse a las necesidades de cada
cliente.
 El terapeuta y el cliente son dos personas en una auténtica relación.
 El terapeuta debe escuchar con atención y respeto, considerando que cada cliente
tiene una significación particular según su contexto de vida.
 El terapeuta procura analizar todas las formas de comportamiento de él y del
cliente, que impiden el encuentro real entre ambos.
 La terapia existencial se caracteriza por la importancia que da al compromiso o
verdadero modo de estar vivo.

CARL ROGERS

57
Rogers (1902-1987) es quizás el más influyente y conocido dentro de la psicología
humanista.

Enmarcada dentro de la llamada "tercera fuerza", la psicoterapia "rogeriana" es el enfoque


que mayor influencia ejerce actualmente sobre los psicoterapeutas y consejeros
norteamericanos, aún por encima de la terapia racional-emotiva de Albert Ellis y del
psicoanálisis freudiano. Al respecto, en un estudio realizado en EE.UU. entre 800
psicólogos y orientadores, se encontró que los psicoterapeutas propuestos como los de
mayor influencia fueron, en primer lugar, Carl Rogers, en segundo lugar, Albert Ellis y en
tercer, Sigmund Freud (Huber y Baruth, 1991).

Catalogada de especulativa y anticientífica por sus detractores, y vista como la terapia


ideal por sus seguidores, el enfoque rogeriano ha pasado por diversas transformaciones,
que van desde la simple propuesta de una hipótesis de trabajo -producto de la labor de
consejería que su autor desarrollara en los años treinta- hasta la elaboración de una
teoría de la personalidad. El desarrollo de esta concepción descansó también sobre una
considerable cantidad de investigaciones que fueron guiando su desenvolvimiento,
clarificando las dudas y dando validez empírica a las hipótesis que planteaba.

Sin embargo, a pesar de ello, hay quienes piensan que esta psicoterapia se basa
solamente en buenas intenciones, en deseos filantrópicos provenientes de la filosofía
existencialista, y en la bondad del carácter del propio Rogers. Este razonamiento
responde, creemos, más a la ignorancia que a las características intrínsecas del enfoque.

Propone la terapia centrada en el cliente ( o terapia no directiva), cuya hipótesis es:

"Que el individuo tiene la capacidad suficiente para manejar en forma constructiva todos
los aspectos de su vida que potencialmente pueden ser reconocidos en la conciencia"
(Rogers, 1972, 1978).

Rogers dice que los consultantes son clientes y no pacientes: porque paciente evocaría
una dependencia y pasividad.

En síntesis, la hipótesis central propone que el ser humano puede, si se le presentan las
condiciones adecuadas, desarrollarse o actualizarse, ampliar sus capacidades y ser
conciente de lo que experimenta a fin de poder auto controlarse. "No se puede manejar
eficazmente lo que no se percibe concientemente", propone Rogers. De allí la necesidad
de ampliar el concepto de sí mismo del cliente, su self, y de incluir en él todo (o casi todo)
lo que vivencia. Pero no se pretende hacerlo actuando sobre él sino, como dice Kinget,
"acompañándolo" en la experiencia, brindándole las condiciones requeridas y dándole
seguridad (Rogers y Kinget, 1971).

La psicoterapia centrada en el cliente no está conformada básicamente por técnicas sino,


esencialmente, por actitudes del terapeuta, las mismas que pueden ser
instrumentalizadas de diversa manera.

Se consideran así dos factores:

58
1) La actitud que tiene el terapeuta, su filosofía operacional básica frente a la dignidad y la
significación del individuo (hipótesis básica)

2) Su instrumentalización a través de métodos adecuados.

Las actitudes del terapeuta deben ser trasmitidas de manera indirecta, impregnadas en
las comunicaciones pero no formuladas abiertamente en ninguna de ellas. A veces esto
no es comprendido planamente y por esta razón algunos asumen que la actitud centrada
en el cliente consiste en ser pasivos e indiferentes, en "no entrometerse". Pero ello de
plano es incorrecto y, más aún, es nocivo, porque la pasividad de hecho es asumida como
rechazo; además, suele terminar por aburrir al sujeto al ver que no recibe nada.

El enfoque plantea más bien que el terapeuta debe ayudar a clarificar las emociones del
cliente, ser un facilitador en el proceso de hacerlas concientes, y por ello manejables y no
patológicas. Pero no asumiendo un rol de omnisapiente y todopoderoso, que lleva al
cliente de la mano diciéndole "Yo te acepto" y devolviéndole "masticadito" el material que
éste le proporciona.

Si hay respeto sincero y absoluto, procurará más bien que sea el cliente quien dirija el
proceso. En este caso las intervenciones del terapeuta se plantearán como posibilidades,
casi como ecos del material expuesto, y no como juicios de valor, afirmaciones o
interpretaciones.

La imagen del eco puede servir para comprender el fenómeno: un eco es una
reproducción amplificada y modulada (que implica una adecuada percepción y una buena
dosis de empatía frente a lo reproducido), algo que suena igual y diferente al mismo
tiempo, y que permite al emisor una recaptación novedosa y más completa del mensaje
emitido (ahora es a la vez emisor y receptor de sí mismo, y ya no sólo emisor). Además,
el eco supone un "algo" en comunidad con nosotros, otra persona (un alter-ego) que nos
escucha y reproduce y/o reformula nuestros mensajes en un ambiente de aceptación.

En este diálogo con el terapeuta (que es en esencia un diálogo conmigo mismo) empiezo
a sentirme aceptado, puesto que diga lo que diga, haga lo que haga, sólo recibo como
eco empatía y calidez, en lugar de consejos, diagnósticos o interpretaciones; así, me doy
cuenta paulatinamente que no soy tan malo, tan raro o diferente como creía, y empiezo a
permitir que mi capacidad de crecer se vaya abriendo paso.

A semejanza de la dicotomía gestáltica figura-fondo, en esta psicoterapia se persigue que


el fondo (el campo experiencial no conciente, lo oculto, lo temido) pase a ser figura
(conciencia, parte del self, del sí mismo). El Yo "engorda", se vuelve más eficaz en el
manejo de la realidad interna, consumiendo menos energías en la construcción de
defensas que lo protejan contra la angustia.

En cuanto a los detalles del proceso psicoterapéutico, Rogers planteaba lo siguiente:


"Digamos, de entrada, que no existe una distinción precisa entre el proceso y los
resultados de la terapia. Las características del proceso corresponden, de hecho, a
elementos diferenciados de los resultados" (Rogers y Kinget, 1971).

59
Según Rogers, cuando las condiciones terapéuticas están presentes y se mantienen, es
decir que:

 Existe una relación de contacto entre cliente y terapeuta;

 Una situación de angustia y desacuerdo interno en el cliente;

 Una situación de acuerdo interno en el terapeuta;

 Sentimientos de respeto, comprensión, aceptación incondicional y empatía en el


terapeuta; entonces se pone en marcha, motivada por la tendencia innata a la
actualización, cierto proceso que podemos catalogar de terapéutico, el mismo que
constaría de las siguientes características:

 Aumento en el cliente de la capacidad para expresar sus sentimientos de modo


verbal y no verbal.

 Estos sentimientos expresados se refieren más al Yo.

 Aumenta también la capacidad de distinguir los objetos de sus sentimientos y de


sus percepciones.

 Los sentimientos que expresa se refieren cada vez más al estado de desacuerdo
que existe entre ciertos elementos de su experiencia y su noción del Yo.

 Llega sentir concientemente la amenaza que lleva consigo este estado de


desacuerdo interno. La experiencia de amenaza se hace posible gracias a la
aceptación incondicional del terapeuta.

 Gracias a ello el cliente llega a experimentar plenamente (al convertir el fondo en


figura) ciertos sentimientos que hasta entonces había deformado o no confesado.

 La imagen del Yo (sí mismo, self) cambia, se amplía, hasta permitir la integración
de elementos de la experiencia que no se hacían concientes o se deformaban.

 A medida que continúa la reorganización de la estructura del Yo, el acuerdo entre


esta estructura y la experiencia total aumenta constantemente. El Yo se vuelve
capaz de asimilar elementos de la experiencia que antes eran demasiado
amenazadores para que la conciencia los admitiera. La conducta se vuelve menos
defensiva.

 El cliente es cada vez más capaz de sentir y admitir la aceptación del terapeuta sin
sentirse amenazado por esta experiencia.

 El cliente siente una actitud de aceptación incondicional respecto a sí mismo.

 Se va dando cuenta que el centro de valoración de su experiencia es él mismo.

60
 La valoración de su experiencia se hace cada vez menos condicional, y se lleva a
cabo sobre la base de experiencias vividas. El cliente evoluciona hacia un esta-do
de acuerdo interno, de aceptación de sus experiencias.

Las características personales que Rogers considera necesarias en todo buen terapeuta
que intente instrumentalizar su enfoque son las siguientes:

a) Capacidad empática;
b) Autenticidad
c) Consideración positiva incondicional

Ello induce a pensar que el terapeuta centrado en el cliente no puede ser una persona
común y corriente, sino alguien especial, que cuenta con la tranquilidad y la coherencia
internas propias de la persona autorrealizada, autorrealización que intentará contagiar al
cliente. Sin embargo, no debe verse al terapeuta como una persona superior; es alguien
que sencillamente ha logrado dar libre paso a su capacidad de actualización, y que por lo
mismo puede manejar con más eficacia y productividad su campo experiencial y ayudar a
que los otros también lo hagan.

Los rasgos mencionados no son innatos o imposibles de aprender. Rogers y Kinget


(1971) consideran que hasta una persona autoritaria puede desarrollar actitudes no
directivas; lo principal, el inicio digamos, es el deseo real de querer adoptarlas. El proceso
restante viene solo y se adquiere en la práctica terapéutica, aunque puede ser catalizado
a través del entrenamiento.

Rogers (1972) establece cuatro fases en la formación de terapeutas centrados en el


cliente.

La primera fase hace hincapié en el esclarecimiento de las actitudes del aspirante a


terapeuta, antes de centrarse en los aspectos técnicos. El deseo de querer ser terapeuta
rogeriano debe ser resultado de un proceso de descubrimiento personal que no puede ser
fomentado desde fuera de ninguna manera.

La segunda fase hace énfasis en las técnicas una vez que se han aclarado las actitudes
del estudiante.

La tercera fase considera justo proporcionar al estudiante una experiencia propia de la


terapia, si es posible haciendo que él mismo se someta a ella en condición de cliente.

La cuarta fase señala que el estudiante debe ejercer la práctica psicoterapéutica desde el
momento mismo en que ésta sea practicable.

Hay aplicaciones de esta concepción en diversas áreas como la clínica, la educación, las
relaciones de pareja, la ludo terapia, la dinámica de grupos (los famosos grupos de
encuentro), etc. Cubre un amplio espectro de edades, desde niños de dos años hasta
ancianos. Y esto es posible, creemos, porque el enfoque no directivo o centrado en el
cliente constituye además de una técnica, aplicable a tal o cual problema, una concepción
del ser humano y de las relaciones interpersonales. Por ello trasciende los linderos del

61
consultorio para conformar una teoría sobre el "buen vivir", esto es, sobre el vivir
plenamente, en constante superación, abiertos a todas las experiencias, sin miedo, con
capacidad de elección y de responsabilizarnos por lo elegido. 4

2.3 Nuevos Enfoques en Psicoterapia

2.3.1 Análisis Transaccional

El Análisis Transaccional es una teoría de la personalidad y de las relaciones humanas


con una filosofía propia que, en la actualidad, se aplica para la psicoterapia, el crecimiento
y el cambio personal u organizacional en numerosos campos.

El Dr. Eric Berne (1910-1970), médico psiquiatra, fue el fundador, principal creador e
innovador del Análisis Transaccional. Elaboró su modelo a partir de sus observaciones en
la psicoterapia de grupo a principios de los años cincuenta.

El Análisis Transaccional (AT) en la Psicoterapia, propone que lo que decide el destino de


cada ser humano, es lo que ocurre dentro de su cerebro cuando se enfrenta con lo que
ocurre fuera de su cerebro.

Cada persona decide en su primera infancia, cómo vivirá y cómo morirá, y a ese plan
inconsciente que lleva en su cabeza, lo llama: Guión. El guión es el concepto central de
la teoría de Berne, ya que incluso el análisis de transacciones responde a la comprensión
del guión. Comparable con el guión teatral, conociendo el argumento y quién es el
personaje, se puede saber cuál será su desenlace, cuál será su rol, si será el chico
bueno, o el malo, el triunfador o el fracasado.

El objetivo del análisis de guiones es encajar el plan de vida del paciente en la gran
psicología histórica de toda la raza humana, para comprenderlo más objetivamente ya
que históricamente, todos los niños del mundo han tenido que enfrentarse con el mismo
tipo de problemas. Conociendo algunos elementos del guión, podemos predecir el
desenlace y esto es de suma importancia en los guiones llamados “hamárticos” en los que
el desenlace es soledad, presión, locura o muerte.

Las personas llevan sus guiones dentro de sus cabezas, en forma de voces paternas
diciéndoles lo que han de hacer o no han de hacer, y en forma de imágenes infantiles
“como les gustaría ser”. Ese plan para el futuro está trazado siguiendo instrucciones de la
familia. Usa los circuitos que ya están construidos y los organiza de una manera
determinada para conseguir ciertos resultados o saldos.

4
Vásquez Olcese, C. (s.f.). Psicología Online. (R. E. Psicológica, Ed.) Recuperado el 19 de 02 de
2012, de Aproximación a la psicoterapia de Carl Rogers:
http://www.psicologia-online.com/colaboradores/cvasquez/rogers.htm

62
El niño descubre lo que sus padres quieren de él y se adapta. Esta adaptación infantil a la
realidad y requerimiento familiar suele ser inadaptada en la adultez, edad en la que el
individuo quisiera tomar decisiones y se da cuenta de sus limitaciones inconscientes para
hacerlo.

Estas limitaciones proceden de sus “mandatos” internos, que no son otra cosa que
órdenes parentales negativas. La contrapartida de las órdenes son los permisos.
Es también su “niño” quien en la primera infancia decide qué sentimientos va a fomentar,
qué sentimientos son indiferentes para su familia y cuáles serán aceptados. El sentimiento
favorecido, se convierte en su reflejo condicionado y constituye su truco (rebusques). Casi
todos los sentimientos de enejo, de amor propio herido, de culpabilidad, de miedo y de
impotencia son rebusques.

Hay emociones que son auténticas y cumplen una función en el organismo que es
ecológica: la tristeza sirve para llorar un duelo de algo perdido; la rabia para defenderse y
poner límites; el miedo para protegerse; el afecto para cargar la batería humana; y la
alegría para compartir la emoción como ser social. Los rebusques son emociones
“inauténticas” que en general enmascaran el sentimiento real con lo cual nunca tienen un
curso adecuado. Estos rebusques, en general saldo de los juegos psicológicos, son los
que justifican a un individuo para cumplir con el argumento de vida. Por ejemplo: “Si no
fuera por mi marido que no me deja estudiar, yo sería profesional”.

Los rebusques, son falsas emociones que se juntan y se suman, como quien colecciona
un álbum de estampillas, y de esa manera justifican un desenlace argumental, diez
estampillas, justifican una pelea, cincuenta, un divorcio, cien un cáncer.

En la terapia, se trabaja sobre los mandatos parentales y las expectativas catastróficas de


quienes temen desafiarlos. Estas suelen ser exageradas pero no siempre ilusorias; y la
idea de sistema familiar, cambios y desafíos está presente durante toda labor.
El terapeuta es un “dador de permisos” para la expresión de emociones auténticas y las
decisiones autónomas, sin embargo, siempre tendrá en cuenta que quien participa en los
juegos psicológicos, es como un ajedrecista que no se resigna a no jugar. Por eso debe
ser hábil para presentarle una buena partida y abandonar el juego en el momento preciso.
La mayoría de las personas tiene en sus planes de vida una determinada extensión vital.
Y mueren cuando están dispuestas para hacerlo.

Hay guiones de fracaso y guiones de triunfo. Un triunfador es una persona que cumple su
contrato el mundo y consigo mismo. Alcanza sus objetivos. Un triunfador sabe lo que hará
a continuación si pierde. Un fracasado no sabe lo que hará si pierde, pero habla de lo que
hará si gana. Para Berne la resistencia a estar bien es perder las ventajas que ofrece el
estar mal. Y la dificultad del paciente para aceptar los premisos del terapeuta está dada
por la creencia de que si lo hace, su madre (la que está en su cabeza) lo abandonará.
Prefiere estar mal con síntomas que solo.

El Análisis Transaccional utiliza la información referente a la forma en que las personas


“Transaccionan” o interactúan unas con otras desde cada uno de los diferentes estados

63
del Yo. Del análisis de estas interacciones, mediante los contratos terapéuticos, se
pueden corregir patrones disfuncionales e improductivos del comportamiento a los que se
llama “juegos”. Estos tienen por objeto recibir “caricias” (así llama al reconocimiento de los
otros).

El AT es un método contractual, esto es, basado en un contrato realizado entre paciente y


terapeuta, el cual supone como objetivo una meta de cambio. El contrato implica una
responsabilidad del paciente y el terapeuta, pero diferenciadas. El cliente se
responsabilizara por cambiar lo que sea necesario y posible de su situación usando todos
los recursos con los que cuenta. A su vez, el terapeuta tomara la responsabilidad de
cuidar el proceso. Confrontar al cliente cuando sea necesario, orientar, apoyar o señalar.

Estados del Yo

El Padre: Es la conducta impuesta en la niñez por los padres o sus sustitutos. Se repite
sin analizar si es apropiada al momento presente.
Anclada en el pasado, es rígida y predecible. Utiliza el estilo imperativo. Representa “lo
que se supone que se debe hacer”.

El Adulto: Es puramente racional. Obra como una computadora, procesando el estimulo.


Actúa en función de datos objetivos y racionales. En esta conducta la persona no se
muestra prejuiciosa, sino lógica y coherente, pragmática. Esta siempre ubicada en el
presente.
Sus gestos en esta posición son reflexivos, su mirada y postura son serenas. Sus
expresiones habituales son: yo creo, a mí me parece, tal vez, etc.
Representa “lo que conviene hacer”.

El Niño: Es la parte primitiva. Obra según los sentimientos y las emociones. No es una
conducta responsable, sino que actúa en función de creencias mágicas. Es la ternura y el
egoísmo, el miedo y la valentía, la alegría y la tristeza. Todas las mociones y la
creatividad. Sus expresiones son quiero, no quiero, me gusta, no me gusta, etc.
Representa “lo que gusta hacer”.5

TEORÍA DE LA COMUNICACIÓN

Según Berne, las personas tienen tres “hambres” básicas principales : de estímulos, de
reconocimiento y de estructura.

Las “hambres” de estimulación sensorial y de reconocimiento se atienden con estímulos


táctiles o sociales, que en inglés reciben el nombre de “strokes”, y en español “caricias”.
«Caricia: la unidad de reconocimiento, ej. “Hola”». Su esencia es que hacen que la
persona se sienta viva y que los demás reconozcan su existencia, sea porque la elogian
sinceramente (caricias positivas), la adulan para manipularla (carias falsas positivas), o la
rechazan (caricias negativas). En este último caso pueden valorarla e incapacitarla
5
Acosta, L. (29 de 09 de 2009). Catedra Lic. Acosta. Recuperado el 09 de 07 de 2012, de Análisis
Transaccional: http://catedralicacosta.blogspot.mx/2009/09/analisis-transaccional-introduccion-el.html

64
(caricias negativas de lástima) o agredirla con el gesto, con palabras o con golpes
(caricias negativas agresivas). Una persona puede llegar a preferir recibir caricias
negativas a estar sin estimulación y reconocimiento: es lo que sucede dentro de algunos
niños a quienes sus padres sólo atienden cuando hacen trastadas o en algunos adultos
que concurren a programas televisivos donde los organizadores y el público los degradan.

Hay interacción social cuando alguien da una respuesta a quien previamente le ha


estimulado. Berne denomina transacción al par estímulo-respuesta y «Una transacción
consistente en un solo estímulo y una sola respuesta, verbal o no verbal, es la unidad de
acción social. Es llamada transacción porque cada participante gana algo, y por eso es
por lo que se involucra en ello.»

Considerando que hay transacciones que las personas pueden establecer en un nivel
manifiesto o nivel social y en uno oculto o nivel psicológico, al representar a cada
participante por medio del diagrama de los estados del yo y a cada elemento de la
transacción (estímulo o respuesta) mediante una flecha, podemos representar los tipos de
transacciones.

Simple complementaria: establecida en un solo nivel, están implicados dos estados del
yo y uno de los participantes responde desde el estado del yo al que el otro participante
ha dirigido el estímulo y hacia el estado del yo que lo ha emitido.

Estímulo (E): “¿Me invitas a un café?”

Respuesta (R): “Sí”

Simple cruzada: también establecida en un solo nivel, un participante responde desde un


estado del yo distinto al que el otro ha dirigido el estímulo y hacia un estado del yo distinto
al desde el que lo ha emitido.

Estímulo (E): “Me invitas a un café”

Respuesta (R): “¡Qué malos modales!”

65
Ulterior angular: la persona que emite el estímulo lo hace, en nivel social o manifiesto,
hacia un cierto tipo de estado del yo y en el nivel psicológico u oculto hacia otro tipo de
estado del yo. Quien lo recibe puede responder de modo complementario desde uno u
otro de los estados del yo estimulados hacia el estado emisor.

Estímulo nivel social (Es): “Me gustaría que tomáramos otro café, pero no me queda
dinero”.

Estímulo nivel psicológico (Ep): “¿Me invitas a un café?”

Posible Respuesta 1: “Pues te invito yo”.

Posible Respuesta 2: “Pues vámonos”

Ulterior doble: quien estimula, lo hace en el nivel social manifiesto, hacia un cierto tipo de
estado del yo y en el nivel psicológico u oculto hacia otro tipo de estado del yo. Quien lo
recibe también responde en dos niveles, desde los estados del yo estimulados a los
estados emisores.

Estímulo nivel social: “¿Subes a casa a tomar un último café?”

Estímulo nivel psicológico: “¿Jugamos?”

Respuesta nivel social: “Sí, gracias”

66
Respuesta nivel psicológico “¡Vamos!”.

Además de atender a las “hambres” de estímulo y de reconocimiento, las transacciones


atienden al “hambre de estructura” pues su secuencia conlleva la estructuración el tiempo.

Berne estima que las seis formas básicas de estructurar el tiempo a corto plazo son el
retraimiento, los rituales, las actividades, los pasatiempos, los juegos y la intimidad.

TEORÍA DE LOS JUEGOS

En el análisis transaccional, Berne presentó los juegos como «series de transacciones


ulteriores, de naturaleza repetitiva, con un saldo bien definido. Dado que una transacción
ulterior significa que el agente pretende estar haciendo algo, mientras realmente está
haciendo algo distinto, todos los juegos implican un timo» El saldo suele ser complacerse
en sentimientos de culpa, incompetencia, pena, miedo o rencor que se denominan
“rackets” término del argot estadounidense que se refiere a negocios ilegales. Un racket,
como por ejemplo el rencor, se puede ir incrementado en sucesivos juegos, como si se
acumulasen cupones, hasta un punto en el cual la persona se cree suficientemente
justificada para actuar; por ejemplo, agrediendo.

UN MÉTODO DE PSICOTERAPIA

El análisis transaccional en su aplicación terapéutica utiliza el contrato, «un acuerdo


explícito entre el paciente y el terapeuta que establece la meta del tratamiento durante
cada fase» Berne indica que, cuando dos personas lo acuerdan, ha de resultar
comprensible y esto resulta fácil si utilizan palabras cotidianas que resulten claras.

En el modelo de intervención propugnado por Berne, el objetivo es entender y modificar


los aspectos inadecuados de la personalidad: exclusiones y contaminaciones, aprender a
no implicarse en juegos, rackets y colección de cupones, ubicarse en una posición
existencial saludable; de esta manera, cobrará conciencia de su guión para poder optar

67
por un estilo de vida con autonomía, resultante de la conciencia, la espontaneidad y la
intimidad.6

2.3.2 Terapia Racional Emotiva

Los comienzos de la Terapia Racional Emotiva (RET), se remontan a 1954, aunque su


mayor desarrollo se refleja en 1962 con la presentación del denominado modelo “ABC”.
Supone un intento de aplicar la razón al proceso de Counseling y la Psicoterapia.

Esta terapia, que hoy prefiere denominar su autor Terapia de Conducta Racional-Emotiva
(REBT) (Ellis, 1999a), incluye habitualmente muchos procedimientos cognitivos,
emocionales y conductuales integrados bajo una visión holística del proceso. Es
precisamente el aspecto conductual, la acción como motor de cambio, lo que le faltaba a
sus anteriores denominaciones (Terapia Racional y Terapia Racional Emotiva); las
alteraciones en la conducta tienen una estrecha relación con el cambio de ideas
saludables por ideas imperativas de tipo absolutista, por ejemplo: deseo tener éxito por
tengo que obtener el éxito (Ellis, 1999a).

Su creador Albert Ellis es Psicólogo Clínico y Sexólogo; ha sido reconocido y distinguido


por diversas instituciones, como la Asociación Americana de Psicología, por sus
contribuciones en Psicoterapia.

Este enfoque propone que las creencias e ideas irracionales, a las que el individuo está
predispuesto biológicamente, son responsables de las perturbaciones emocionales y
conductuales de la persona. Se puede considerar como uno de los intentos más atrevidos
de introducir la lógica y la razón en el Counseling (Patterson, 1978).

En este procedimiento subyace la idea de que los acontecimientos afectan a nuestra


conducta en función de nuestra percepción sobre éstos y de las ideas e hipótesis no
comprobables que el sujeto ha formulado mediante dichas auto-verbalizaciones,
generalmente de carácter imperativo y absolutista.

Las creencias irracionales se entienden como cogniciones evaluadoras con una


significación personal absolutista y un carácter de obligación o exigencia; frente a las
creencias racionales, que las considera como cogniciones con significación personal
preferente más cercanas a un deseo.

El proceso terapéutico se encamina a conseguir el bienestar del individuo, ayudándole a


desechar las ideas irracionales mediante la demostración de la falta de lógica de dichos
pensamientos y la relación que éstos guardan con su estado emocional. De forma
directiva, se enseña al cliente a evaluar adecuadamente cada creencia irracional y sus
repercusiones, para ir cambiándolas por otras más lógicas que responden a la aceptación
6
Cela, U. C. (Ed.). (s.f.). Eric Berne. Análisis Transaccional. Recuperado el 09 de 07 de 2012, de Master
Universitario en Análisis Transaccional: http://master- comunicacion.es/masteranalisistransaccional/eric-
berne.html

68
de una filosofía más racional. Las once creencias irracionales que constituyen con más
frecuencia la base de los trastornos emocionales, según Ellis (1977), son las siguientes:

1) Es absolutamente necesario tener la aprobación y amor de todas las personas de


nuestro entorno o comunidad

2) Tenemos que ser perfectos y totalmente competentes, consiguiendo todo lo que nos
proponemos, para poder considerar que somos valiosos.

3) Hay personas que son “malas” y tienen que ser culpadas y castigadas.

4) Es terrible que las cosas no salgan o sean, como yo deseo.

5) Las desgracias y la infelicidad se producen por causas externas que no podemos


controlar.

6) Debo sentir miedo ante lo desconocido, lo peligroso o amenazador; preocupándome


profundamente y esperando que ocurra lo peor.

7) Es más fácil evitar responsabilidades y dificultades de la vida que afrontarlas.

8) Debemos depender de otros y tener a alguien más fuerte en quien confiar.

9) Los acontecimientos del pasado y la historia determinan mi conducta actual y futura.

10) Tengo que preocuparme bastante y constantemente por los problemas de los demás.

11) Cada problema sólo admite una solución, la cual debemos encontrar puesto que lo
contrario sería catastrófico.

Estas son las ideas que tradicionalmente han considerado más extendidas, que además,
según este autor, responden a una tendencia de tipo biológico. Frente a ellas, se puede
optar por ideas y creencias racionales, que facilitaran el abandono de un pensamiento
ilógico, en favor de la superación del trastorno emocional.

Este enfoque intenta mostrar al paciente cómo se originaron y se mantienen estas


creencias irracionales que controlan el comportamiento, para entrenar al sujeto en la
forma de cambiarlas.

El esquema teórico presentado por Ellis en 1962 y conocido como ABC justifica este
procedimiento de intervención.

Los factores o variables “activadores” (A) repercuten en la respuesta del individuo (C),
pero lo hacen mediados por el conjunto de creencias y verbalizaciones (B) que el sujeto
tiene sobre A. Es decir, A activa B, y éste, es responsable directo de las consecuencias
emocionales, cognitivas y conductuales C.

69
Este protagonismo atribuido a las ideas y creencias del sujeto en el proceso planteado,
justifica el trabajo terapéutico sobre la forma que tiene éste de interpretar los
acontecimientos. El individuo actúa seleccionando características y aspectos de los
acontecimientos de una forma sesgada por sus creencias.

Los tres elementos considerados se encuentran en interacción, pudiendo A generar al


mismo tiempo unas consecuencias directas C y unas creencias B. Esto supone una
evaluación y análisis exhaustivo de esas interrelaciones.

Se intenta que las auto-verbalizaciones que realice la persona sobre los acontecimientos
se ajusten a la realidad, considerando que las creencias racionales permiten generar
conductas de autoayuda más positivas frente a las creencias e ideas irracionales que
conducen al fracaso y a una infelicidad.

70
La intervención del terapeuta en este proceso se puede definir como una enseñanza
directiva; discutiendo las ideas irracionales del paciente y animándole a cambiarlas por
otras más racionales.

Son numerosas las técnicas cognitivas, conductuales y emocionales que pueden ser
utilizadas durante la terapia: Ensayo de conducta, entrenamiento en habilidades sociales,
desensibilización en vivo, técnicas humorísticas, etc.

Se puede hablar de cuatro momentos a lo largo del proceso terapéutico, no estrictamente


excluyentes, que sucesivamente consistirían en una evaluación del tipo de problemas que
presenta el paciente, los síntomas primarios y secundarios, y la interrelación entre ellos,
demostrándole la falta de lógica de sus planteamientos.

En un segundo momento, se muestra al sujeto su responsabilidad en el mantenimiento


del problema, a través de sus ideas. Se inician explicaciones teóricas necesarias para que
comprenda el papel de las ideas irracionales en el origen y mantenimiento del problema
en el momento presente y para que valore la necesidad de librarse de ellas de forma
asistida.

Aflorará, especialmente en la siguiente etapa el carácter directivo de la intervención


terapéutica; es la etapa dedicada al aprendizaje necesario para debatir y rechazar
creencias e ideas ilógicas, ayudándole así a cambiar su modo de pensar.

En la última fase se dedica a un análisis y debate particular sobre las ideas irracionales
detectadas a lo largo de todas las sesiones. Va adquiriendo así práctica e independencia
sobre esta labor aprendida.

El proceso acaba cuando el sujeto ha cambiado su filosofía inicial por otra más racional
que le permitirá en el futuro utilizar las adecuadas estrategias de detección, debate y
rechazo de posibles creencias irracionales.7

2.3.3 Bioenergética y psicoenergética

La Bioenergética, pues, constituye en sí misma una psicoterapia puesto que cumple con
los requisitos exigibles a una técnica para poderla denominar de este modo: hay un
paciente y hay un terapeuta que instruye al primero, actuando específicamente como un
guía en el viaje al descubrimiento y conocimiento de si mismo por parte del paciente,
utilizando como vehículo y punto de partida el cuerpo y sus manifestaciones energéticas,
de aquí que la bioenergética pueda ser considerada como una psicoterapia que utiliza
técnicas corporales como estrategias de conocimiento.

El propio nombre con que quedan denominadas las técnicas utilizadas por el terapeuta:
“Bioenergética”, no se circunscribe solamente a la terapia, sino que abarca toda una
7
Miranda Páez, J. (Julio de 2000). El modelo de la Terapia de la Realidad: Evaluación de sus constructos.
Recuperado el 12 de Julio de 2012, de Scribd: http://es.scribd.com/doc/92037059/terapia-de-realidad

71
concepción teórica del mundo y del hombre, del mismo modo que el psicoanálisis, en este
mismo sentido amplio, no es solamente terapia analítica sino también una teoría acerca
del hombre, cosa que ocurre en la totalidad de las teorías y escuelas psicoterapéuticas.

En el caso de la bioenergética, sus fundamentos teóricos podemos sintetizarlos en tres


puntos muy generales:

 Todo organismo viviente, especialmente el ser humano, capta y emite una


energía que le es propia.
 Dicha energía puede estar orientada hacia la propia destrucción del
organismo o bien hacia su pleno desarrollo.
 Es posible, mediante técnicas especiales, canalizar la energía en forma
adecuada de tal manera que influya positivamente en los trastornos
energéticos del cuerpo, y que afectan tanto la salud mental como la física

Sobre este tercer presupuesto reposa fundamentalmente la posibilidad de hacer una


psicoterapia bioenergética, que básicamente está orientada a utilizar el lenguaje del
cuerpo. Precisamente por esta peculiaridad de utilizar el lenguaje del cuerpo y la energía
corporal, se llama “bioenergética” y por estar orientada hacia la cura de la mente, se
denomina “psicoterapia”.

Wilhelm Reich, en quien se cimenta Alexander Lowen y su Bioenergética, ve la energía


cósmica de un solo tipo, la energía cósmica fundamental llamada por él “orgon”, siendo
ésta, la energía que es necesario canalizar, a lo largo del proceso terapéutico,
adecuadamente en el organismo humano, para que este restablezca su estado de salud y
bienestar.

Indica Lowen, que el organismo viviente es un fuego independiente, autorregulador y


perpetuador de sí mismo. La cantidad de energía que tenga el individuo y la forma en que
la use, tiene que determinar su personalidad y reflejarse en ella. Así, por ejemplo, una
persona impulsiva no puede recibir más energía o aumentar su nivel de excitación; tiene
que descargar el excedente lo más rápidamente posible.

Los organismos sólo son capaces de funcionar si hay equilibrio entre cargas y descargas
de su energía. Toda actividad es una expresión del ser del sujeto. El individuo se expresa
a sí mismo en sus acciones. Cuando son apropiadas y libres le produce placer y
satisfacción la descarga de su energía. Este placer estimula al organismo a una mayor
actividad metabólica produciéndose una respiración profunda y completa que carga de
energía al sujeto. Pero cuando esta capacidad de expresarse está limitada por fuerzas
internas se reduce la capacidad del placer y disminuye la carga de energía. Para cargarse
de energía no basta solo con la respiración, es imprescindible abrir los canales de auto
expresión; carga y descarga funcionan como una unidad por lo que la bioenergética las
toma en cuenta para elevar el nivel de energía individual.

Al resolverse alguno de los conflictos internos se eleva el nivel de energía y se carga y


descarga más energías en actividades placenteras, satisfactorias y creadoras.

72
La psicoterapia bioenergética parte de la base de que el organismo humano está
constituido por una serie de zonas que pueden ser representadas mediante círculos
concéntricos. Estas capas son, desde la más externa a la más interna, las siguientes:

 Lecho del yo
 Lecho muscular
 Lecho emocional
 Núcleo o centro ( corazón)

Si tenemos que reconstruir el desarrollo sano o enfermo de cualquier persona, debemos


comenzar, según Lowen a partir de la capa mas interna. El corazón es tal vez el órgano
más sensible del cuerpo, tanto que nuestra vida depende de su actividad rítmica y
constante. Este funcionamiento del corazón puede verse perturbado, por ejemplo, cuando
cesa momentáneamente de latir o bien cuando se apresura demasiado. En este momento
experimentaremos una ansiedad que llega hasta lo más recóndito de nuestro ser.

Quien experimentó esta ansiedad siendo muy niño, desarrolla numerosas defensas para
proteger su corazón, del peligro de un trastorno en su funcionamiento. Podemos ver en
este punto un paralelismo con las opiniones de Melanie Klein, quien sostiene que durante
el primer año de vida del niño se incrementan una serie de ansiedades (persecutorias y
depresivas), frente a las cuales el sujeto levantará defensas para moderar su intensidad o
anularlas por completo.

A lo largo de la terapia -indica Lowen- estas defensas se estudian y analizan en relación a


la experiencia del individuo, y sobre ellas se trabaja cuidadosamente hasta llegar al
corazón del sujeto. Se trata entonces de ir desmontando las defensas progresivamente.

La Bioenergética, en palabras de Lowen, su iniciador:

“Es una técnica terapéutica, cuyo objeto es ayudar al individuo a recuperarse juntamente
con su cuerpo y a gozar en el mayor grado posible de la vida corporal. En este campo de
interés sobre el cuerpo se incluye la sexualidad, que es una de sus funciones básicas.
Pero además comprende las funciones más fundamentales todavía de respirar, moverse,
sentir y expresarse a sí mismo (...) La Bioenergética es la aventura del descubrimiento de
sí mismo” (Lowen, 1.975).”

La Bioenergética -en definitiva- es el estudio de la personalidad humana en función de los


procesos energéticos del cuerpo. Para mover la máquina de la vida hace falta energía,
esa energía sido considerada de distinta naturaleza por los diversos sectores en los que
ha quedado vertebrado el conocimiento humano a través de los siglos y de las culturas,
tanto sea en el seno de las formulaciones científicas, como en las diferentes
sistematizaciones filosóficas.

A pesar de los diferentes nombres con los que pueda ser denominada dicha energía por
las diferentes corrientes de pensamiento -orgona para Reich- hay algo único en esa

73
energía y es que todo proceso requiere de ella para poder ser realizado y no ser
interrumpido.

Los organismos vivos no son máquinas. Sus actividades básicas no se realizan


mecánicamente. Sus actividades básicas son expresiones de su ser; el sujeto se expresa
a sí mismo en sus acciones, cuando estas acciones, mediante las que el sujeto se auto
expresa, son apropiadas y libres, la descarga energética imprescindible para su
realización, le produce al individuo placer y satisfacción. Este placer estimula al organismo
a una mayor actividad metabólica, produciéndose una respiración profunda y completa
que cargará de energía al sujeto.

Pero cuando esta capacidad de expresarse, y las actividades auto expresivas del sujeto
están limitadas por fuerzas internas se reduce la capacidad de placer, los niveles de
satisfacción y disminuye la carga de energía.

Para cargarse de energía no solo basta con la respiración, se necesita abrir, con plenitud
y espontaneidad, los canales de la auto expresión. Carga de energía mediante
respiración oxigenadora y descarga energética auto expresiva (que podrá ser
enriquecedora de los procesos metabólicos del sujeto o por el contrario empobrecedora
de los mismos) funcionan como una unidad. Considerando –la Bioenergética- a esta
unidad como base para elevar el nivel de energía individual. Al resolver un conflicto
interno se eleva el nivel de energía. Se carga mayor energía mediante profundización de
la respiración oxigenadora y el enriquecimiento de los procesos metabólicos ocasionados
por la placentera vivencia y se descarga, igualmente, más energía en actividades, auto
expresivas, placenteras, satisfactorias y creadoras.

Toda terapia se encuentra con que las estructuras sociales, la cultura vigente y el entorno
con los que se encuentra el ser humano en la sociedad actual no poseen la orientación
que posibilite la actividad creadora, placentera, gozosa y equilibradora de los individuos,
ocasionando esta situación el afloramiento de múltiples inhibiciones de la auto expresión.

La auto expresión comprende las actividades libres, naturales y espontáneas del cuerpo.
Pero las acciones y los movimientos corporales no son las únicas modalidades de la auto
expresión. La forma y contorno del cuerpo, sus matices de color, el cabello, los ojos y los
sonidos identifican no solo a la especie, sino también al individuo. Identificando también a
la especie y al individuo los sonidos y los olores.

El placer es la clave de la auto expresión; lográndose este cuando se armonizan control y


espontaneidad de forma que se suplementen, en lugar de entorpecerse. La
espontaneidad es una función de la movilidad del cuerpo y la movilidad del cuerpo está
directamente relacionada con su nivel de energía.

La vida emocional del sujeto depende de la movilidad de su cuerpo que está en función
de la expansión de la excitación, cualquier trastorno en esta reduce la movilidad del

74
cuerpo por lo que debemos dejar que la excitación fluya, así seremos más resistentes a
influencias negativas, y seremos una origen de influencias positivas para los demás, al
estar más cargados de energía.

El fundamento de la Bioenergética gira en torno a la idea de que el individuo es su


cuerpo;” Si tu eres tu cuerpo y tu cuerpo eres tú, este expresa quien eres”.

La persona es la suma de sus experiencias, quedando cada una de las mismas,


registrada en la personalidad y estructura de su cuerpo. Cuando crece el sujeto se van
añadiendo capas que permanecerán activas en la edad adulta. Cuando estos registros se
muestran accesibles conforman y vertebran una personalidad integrada que está libre de
conflictos.

La meta de la terapia bioenergética es devolver algo de vida al cuerpo. Y a esta meta se


llegará por medio de unos determinados ejercicios que constituyen una integración de los
puntos de vista emanados del fluir filosófico de la Humanidad, tanto de origen oriental,
como occidental, y que solo darán resultado si se realizan, por parte del sujeto, con una
íntima y vivencia de placer además de con una profunda intencionalidad.

Mediante estos ejercicios alcanzará el sujeto la armonía exterior que, siempre, depende
de la armonía interior, la cual puede lograse combinando los diversos movimientos
corporales, con una adecuada técnica respiratoria.

Este es el objetivo de la Bioenergética: lograr la armonía interior, a través del cuerpo, por
medio de los ejercicios corporales.

La Bioenergética tiene como antecedente la terapia de Reich; este fue maestro de Lowen,
el cual asistió a las sesiones terapéuticas de Reich, para posteriormente independizarse,
apartándose de las concepciones de su maestro y dando inicio a lo que habría de
denominar Bioenergética.

En Bioenergética existen tres campos de auto expresión:


 El movimiento
 La voz
 Los ojos

Lowen interrelaciona tres elementos de la personalidad: la vida interior, la expresión
externa y el yo.

La terapia Bioenergética se encarga de eliminar aquellas actividades o pensamientos que


entorpecen la espontaneidad y, por lo tanto la auto expresión. A lo largo del proceso
terapéutico bioenergético el paciente muestra su yo interior y sus avatares existenciales
encuadrados en las tendencias al placer y las resistencias forjadas.

75
La estrategia de la Bioenergética consiste en colocar al individuo en una postura física de
“estrés” denominada “arraigamiento” para comenzar así el Análisis Bioenergético.

Una vez detectados los nudos, bloqueos, etc., el terapeuta propone ejercicios adecuados
para la liberalización de las tensiones visibles por medio de respiración, actuación en las
corazas, almacenamientos de energía, etc., de esta manera el paciente pasa del
movimiento voluntario que realiza en el ejercicio a un movimiento involuntario que se
produce al relajarse los músculos y al circular la energía, el cual suele ir acompañado de
vibraciones.

Este trabajo se va desarrollando progresivamente en la medida que el paciente esté


dispuesto a ir profundizando en su propio proceso analítico, entrando así cada vez más en
contacto con sus sentimientos y sensaciones corporales. Es muy fácil que durante la
realización del trabajo se provoquen descargas y regresiones profundas, por lo que debe
de haber siempre un terapeuta experto en la dirección del trabajo evitando así, tanto la
espectacularidad gratuita, como el peligro.

Cuando el individuo percibe sensorialmente como se relaja o reduce una tensión, toma
conciencia de cómo esa tensión tenía un efecto compensatorio defensivo. Además hay
que tener en cuenta que cualquier conflicto precoz puede originar una tensión corporal,
pero la resolución intelectual del conflicto no lleva implícita una transformación o anulación
crónica. 8

2.3.4 Terapia Breve

Se define como una estructura terapéutica, orientada a incrementar la conciencia de los


consultantes acerca de sus comportamientos problema, así como de su capacidad y
motivación para comenzar a hacer algo al respecto. Se considera como la intervención
primaria para aquellas problemáticas psicológicas caracterizadas por ser específicas,
tales como excesos o déficits conductuales concretos y dificultades emocionales
causados por la incapacidad para la toma de decisiones (Dulmus & Wodarski, 2002). La
meta es ofrecer a los consultantes herramientas para cambiar actitudes básicas y manejar
los problemas subyacentes.

La psicoterapia breve se define por su calificativo: unas pocas sesiones de tratamiento en


las cuales se utilizan técnicas específicas para la consecución de una meta terapéutica
específica.

La terapia breve también comprende, una actividad que sea dirigida cuidadosamente
hacia la meta, como la de las terapias de mayor duración.

8
García Jímenez, J. (s.f.). La Bioenergética; el cuerpo, la expresión y la terapia. Recuperado el 09 de 07 de
2012, de Psicotecnia.Com: http://www.psicotecnia.com/La%20Bioenergetica.pdf

76
En principio la psicoterapia breve puede ser aplicada a cualquier clase de problema
emocional, sin embargo más adelante hablaremos de algunas de sus excepciones.

La mayoría de la gente se presenta a psicoterapia sólo en los momentos de crisis; una


vez superado ese trance desaparece la motivación para seguir explorando más
profundamente los problemas.

La psicoterapia breve aplicada en situaciones distintas a las de una crisis tiene algunas
ventajas sobre la tradicional. Evita la consecuente dependencia de la terapia a largo
plazo. El tratamiento proporcionado en forma abreviada, con algún alivio de un disturbio
agudo, puede prevenir su aparición crónica. Si se dispone de terapia breve en un disturbio
agudo, probablemente ésta resultará mucho más eficiente que cualquier otro tratamiento
iniciado después de que la repetición ha hecho su efecto.

Existe también la ventaja económica del costo menor para el individuo. Dondequiera que
la sintomatología interfiere con el desempeño de las tareas sociales y ocupacionales del
individuo, la psicoterapia breve le proporcionará un medio de minimizar la alteración de su
vida y la de su familia o unidad económica.

Lindemann definió la intervención en crisis como “un estado provocado cuando una
persona encara un obstáculo a las metas importantes de su vida, que por un tiempo,
resulta inmanejable por medio de la aplicación de los métodos usuales para resolver
problemas. Sigue un período de desorganización y de perturbación durante los cuales se
hacen diversos intentos que abortan en la solución del problema. Eventualmente se
consigue algún tipo de adaptación que puede o no ser de interés para la persona y sus
parientes” Una teoría de intervención en crisis desarrollada subsecuentemente en la cual
algunos autores ven distintas a las terapias breve y de emergencia.

La base de la teoría de la crisis descansa en la idea de que una persona relativamente


estable reacciona ante una crisis con una sensación de casi total congoja para luego
adaptarse o mal adaptarse en el curso del proceso. La intervención en crisis intenta
solamente “retornar” el organismo al nivel de su funcionamiento previo.

La sintomatología neurótica y aun la psicótica, en respuesta a situaciones traumáticas,


siguen un patrón muy similar. Muchos síntomas son, claramente, intentos de adaptación y
solución al problema, que tienen éxito en grado variable y pueden dejar al individuo más
fuerte que antes de que sobreviniese la situación traumática.

En la psicoterapia breve se maneja el modelo básico de 5 sesiones, que si bien no es un


concepto rígido, sí hay una base firme para hacer de esta terapia la forma básica: las
estadísticas demuestran que la mayoría de los pacientes que vienen a consulta externa,
dejan de asistir después de la quinta visita, razón por la cual es más racional acomodar la
terapia a su verdadera probabilidad de asistencia que a un plan de terapia a largo plazo
en el cual se va a lograr muy poco porque el paciente no regresará después de las
primeras 5 sesiones.

77
La eficacia de aplicar la psicoterapia breve en una amplia variedad de problemas
personales y emocionales: depresiones, estados de ansiedad, despersonalización,
desórdenes somáticos, disfunciones sexuales, crisis y emergencias de muchas clases y
problemas específicos de la edad, tales como el envejecimiento, las aflicciones y el luto,
entre otros, se deriva de la claridad de conceptualización necesaria para su práctica.

Es altamente recomendable su uso en la prevención de que las condiciones agudas se


tornen crónicas.

La psicoterapia breve no debe considerarse en ningún momento como una intervención


de segundo orden, una forma de tratamiento casual nacida simplemente del enorme
problema de la oferta/demanda para hacer frente a la marea de sucesos emergentes en la
vida humana o una racionalización de “poco es mejor que nada”. En todas estas
circunstancias, la psicoterapia breve puede ser efectiva, y como tal no solamente es
deseable, sino que con frecuencia es el tratamiento a elegir.

La terapia breve se sitúa exclusivamente en el presente, usa herramientas terapéuticas en


un tiempo más corto y su fin es el cambio de un comportamiento específico en lugar de
uno a gran escala o más profundo (Kristen, 1999). Su énfasis está en incrementar la
autoeficacia y la motivación para el cambio, así como en la empatía y la alianza
terapéutica desarrollada con el consultante, empleando, entre otras, técnicas de escucha
reflexiva que le permiten identificar cómo, cuándo y por qué podría cambiar (Miller &
Rollnick, 1999; Longabaugh & Wirtz, 2001).

El terapeuta que quiera utilizar la terapia breve debe tener en cuenta los siguientes
elementos que le permitirán identificar si su consultante es un buen candidato para este
tipo de terapia:

a) evaluar en primera instancia la severidad del problema del consultante (este tipo de
terapias no son aconsejables para trastornos clínicamente significativos ni para personas
que tienen varias patologías);

b) tomar decisiones acerca del objetivo de la terapia, el cual debe ser definido de manera
específica;

c) establecer los límites de tiempo de la terapia y;

d) explorar la disposición del consultante para el cambio (Dulmus & Wodarski, 2002).

El uso de esta estrategia terapéutica tiene una amplia aplicación en la práctica clínica
diaria, pues gran cantidad de las problemáticas abordadas en la consulta psicológica hace
referencia a excesos o déficit en el comportamiento, así como a experiencias emocionales
negativas producto de eventos transitorios o incertidumbre ante situaciones que
involucran decisiones importantes en la vida de las personas.

El origen de la terapia breve se encuentra en la orientación hacia el logro del insight como
el objetivo principal en la psicoterapia psicodinámica (Bellack & Siegel, 1983; Golfried,

78
Greemberg & Mamar, 1990), el interés en el aquí y el ahora de la terapia conductual y el
establecimiento de una relación terapéutica empática de la terapia centrada en el cliente.

Se ha identificado y utilizado un amplio número de modelos de terapias breves (Epstein &


Brown, 2002), entre los que se pueden citar:

 La terapia interaccional estratégica breve en pacientes alcohólicos (Berg & Miller,


1992; Berg, 1995), no como un enfoque global, sino como un conjunto de técnicas
a aplicar en un paquete de tratamiento amplio.
 La terapia psicodinámica breve (Garske & Molteni, 1985), que incluye elementos
como el contrato terapéutico, tareas entre sesiones y establecimiento de límites,
procedimientos que algunos autores consideran como un acercamiento a la
terapia de conducta (Rodríguez-Naranjo, 2000).
 La psicoterapia expresiva de apoyo (Luborsky, 1984), un enfoque de terapia
psicodinámica adaptada al abuso de sustancias
 La terapia breve de familia, utilizada desde enfoques diversos, al igual que la
terapia breve de grupo (Kristen, 1999; Epstein & Brown, 2002) con resultados
efectivos (Lowinson, Ruiz & Millman, 1997)
 Terapias cuyo método se centra en la solución de problemas, la realización de
tareas, aproximaciones cognitivo comportamentales y la intervención en crisis
(Dulmus & Wodarski, 2002).

La terapia breve está encaminada a fomentar la autoeficacia de las personas para lograr
la disponibilidad del cambio. En la medida en que una persona incremente su sentido de
competencia y eficacia en un contexto específico a través de la terapia, tendrá mayor
disponibilidad de cambio y se obtendrán resultados positivos.

La motivación, el otro aspecto de interés en la terapia breve, se considera como un estado


de disponibilidad al cambio y no como un rasgo de personalidad; como estado, puede
cambiar con el tiempo o de una situación a otra.

En síntesis, la terapia breve debe ayudar a los consultantes a comprender que ellos
originan sus problemas emocionales y conductuales incitados por sus propias creencias;
en consecuencia, son ellos quienes pueden cambiarlos (incremento de la tendencia
motivacional y de la intención de cambio). Por esto, deben fijarse metas y encontrar
razones para modificar o interrumpir sus comportamientos problema e identificar las
situaciones con mayor probabilidad de presentar la conducta problema, para desarrollar
estrategias que les permita enfrentarse a ellas (inicio de la acción).9

Binder establece los siguientes conceptos básicos para una terapia breve que considera
característicos de una buena psicoterapia:

9
Hewitt Ramírez, N. y. (2009). La terapia breve: una alternativa de intervención psicológica efectiva. Avances
en Psicología Latinoamericana , 27 (1), 165-176.

79
Problemas y metas concretos: es necesario articular, juntamente con el paciente, el foco y
los objetivos del tratamiento que deben ser concretos y específicos. Un foco consistente
en los  problemas más sobresalientes y las metas específicas es característico de una
buena terapia, independientemente de su longitud.

Límites y manejo del tiempo: terapeuta y paciente deben focalizarse en los temas
relevantes y el terapeuta debe estar alerta para facilitar una colaboración productiva con
el paciente.

Criterios específicos de selección: El criterio más relevante es la capacidad para una


buena relación interpersonal. Otros criterios son: problemas concretos, buen ajuste previo,
habilidad en la comunicación, y alta motivación.

Actitud del terapeuta: El buen terapeuta debe favorecer un diálogo activo con su paciente
y para ello debe:

1) facilitar la comunicación del paciente

2) dirigir la exploración conjunta de los temas planteados

3) alternar la escucha e intervenciones.

También selecciona y explica los datos clínicos, planea qué hacer y evalúa las
consecuencias de un diálogo terapéutico más extenso.

Esto facilita la alianza terapéutica ya que en psicoterapia breve hay poco tiempo para
establecerla.

Estimación rápida: debe ser una prioridad desde el comienzo del tratamiento. Nos permite
conocer mejor al paciente, entenderle y poder focalizar el tipo y contenido de las
intervenciones.

Terminación: en terapia breve el apego no es tan estrecho como en las terapias más
largas por lo que la negociación del final de la terapia será menos estresante.

La conclusión de todo esto es que no hay técnicas específicas para la práctica de la


psicoterapia breve pero para una buena psicoterapia se necesitan unas competencias y,
para improvisar, el terapeuta se debe mover con habilidad en ellas10

MODELO BÁSICO DE LA PSICOTERAPIA BREVE.

Primera sesión: La historia es el estado presente del pasado. Al llegar un nuevo paciente
es esencial hacer una historia exhaustiva. Pero esta historia debe estar primero
relacionada con lo que lastima actualmente al paciente; esto es, la queja principal y las
secundarias.

10
Binder, L. (2004). Competencias clave en psicoterapia breve dinámica: la práctica clínica más allá del
manual. New York: Guilford Press Inc.

80
De igual manera es en esa sesión donde se debe establecer la alianza terapéutica y el
tiempo que durará el tratamiento, también se informa al paciente que el tiempo de sesión
será de 45 a 50 minutos y el costo.

Segunda sesión: Comenzará con la pregunta de lo que el paciente pensó, sintió y soñó
después de la 1ra. Sesión. Esto ayuda a mantener una continuidad como parte de la
técnica terapéutica. Es importante preguntar al paciente sobre sus sueños y pedirle que
no se asuste de ellos. Los sueños siguientes a la sesión probablemente van a revelar
mucho acerca del fenómeno de la transferencia, entre otras cosas.

Tercera sesión: Se sigue el mismo proceso, cuando el paciente parece demostrar alguna
mejoría. Es también el momento de trabajar con cualquier ansiedad de la separación,
mencionando otra vez la separación inminente y diciendo que esta separación pueda
posiblemente ser tan amenazante como para que las cosas empeoren otra vez.

Cuarta sesión: Frecuentemente produce un paciente que se siente peor. Trabajando con
estos sentimientos, el paciente y el terapeuta pueden cubrir el material previo, la relación
con el terapeuta y la ansiedad de la separación. El facultativo debe repetir otra vez que
desea saber del paciente y que estará disponible para él si lo necesita.

Quinta sesión: Es una operación “mopping-up”. El nuevo material, cualquier elaboración


que pueda ser hecha, la suma y la revisión de la información y el dejar al paciente con
una transferencia positiva, son todos asuntos apropiados para cubrir en esta sesión. Si
por alguna razón el paciente no estuviera aún bien como para dar por hecho el final,
puede uno continuar con la terapia. Cuando el terapeuta crea que el paciente ha llegado a
un punto ciego puede sugerir la idea de comenzar otra vez en tres meses.

Al final de la quinta sesión nuevamente se le pide al paciente ponerse en contacto con el


terapeuta en un mes, aunque se sienta perfectamente bien. En muchas circunstancias
puede ser recomendable pedir al paciente que asista a una sesión un mes más tarde.
Puede hacerse esto en el caso de que el terapeuta no esté lo suficientemente seguro de
que el paciente se encuentre ya bien o si se piensa que hay algún otro material que
necesite ser examinado.

De esta forma, la terapia en cinco sesiones se cambia a una de seis, o, como se pondrá
de manifiesto en cuando menos uno de los casos, en una terapia de ocho sesiones, o de
cualquier número que realmente se necesite.

En la mayoría de los casos, aún con su aparente rigidez, el modelo de terapia de cinco
sesiones funciona sumamente bien. (Bellak, 1980)

2.3.5 Terapia de Realidad

La Terapia de la Realidad es un enfoque aparentemente sencillo que se centra


básicamente en “lo consciente” y en el momento actual de la vida del sujeto; en este
sentido, cabe recordar que a su nacimiento contribuye un intento por parte de W. Glasser

81
de rechazarlas ideas psicoanalíticas que rodeaban su trabajo como terapeuta; así
comenzó a desarrollar los principios de la R.T. con la colaboración de su maestro G.L.
Harrington, a principios de los años sesenta. Con base en un modelo de necesidades
psicológicas, la finalidad fundamental de esta técnica es ayudar al cliente a conseguir un
mayor control sobre su comportamiento, orientándole y enseñándole a elegir, de forma
más responsable y adaptativa, entre diferentes opciones de conducta para satisfacer sus
necesidades básicas psicológicas.

A la Terapia de la Realidad se le sitúa tradicionalmente dentro de las escuelas del consejo


psicológico o Counseling cuyo enfoque puede catalogarse como cognitivo o cognitivo-
conductual; y es que algunos autores opinan que el procedimiento de la Reality Therapy
comparte bastante con la terapia Racional-Emotiva de Albert Ellis (Sewall, 1982).
Tampoco podemos olvidar otros enfoques cognitivos como la Terapia Cognitiva de Beck
que guarda cierta afinidad conciertos planteamientos que aquí se tratan.

Algunas de las ideas fundamentales de la teoría de Glasser podrían acogerse al modelo


TOTE elaborado en 1960 por Miller, Galanter y Pribram (citado por Nuttin, 1980),
inspirado en el funcionamiento de servomecanismos; La conducta se inicia a partir de una
prueba (test "T") sobre la discrepancia entre estado de las cosas y el estándar establecido
por la persona (imagen), en función de ésta, el organismo se pone en marcha y actúa
para reducir esa distancia (operación "O"); le siguen unas posteriores pruebas o tests ("T")
hasta encontrar congruencia en las comparaciones, finalizando así el proceso (Exit "E").El
punto inicial en el modelo de Glasser, no sería precisamente el test "T", sino una señal
generada internamente por estado de las necesidades básicas; son las denominadas
"instrucciones genéticas" que se irán operacionalizando en imágenes que integrarán el
constructo Mundo de Calidad; éstas darán una determinada dirección a nuestra conducta.

Glasser sostiene que aunque todos los sujetos tienen las mismas necesidades, existen
grandes variaciones en el ámbito individual en la capacidad para satisfacerlas (Glasser,
1965, 1998).Esta premisa también aparece en la concepción relacional de la motivación
de Nuttin (1980), donde el aspecto innato de las necesidades (relaciones individuo-
ambiente) no impide que la orientación del comportamiento se encuentre modelada por
factores experienciales y situacionales provocando la diferenciación de éste.

Cuatro de las necesidades básicas que sostiene la Terapia de la Realidad son de carácter
psicológico: La necesidad de Pertenencia y amor, la necesidad de Poder, la necesidad de
Libertad y la necesidad de Diversión o expansión. Junto a estas necesidades
psicológicas, se postula una necesidad básica de carácter biológico: la necesidad de
Supervivencia.

En la consideración del papel que juegan las diferencias individuales en la satisfacción de


necesidades psicológicas, se deduce que las necesidades se jerarquizarán de una
manera dinámica y específica en cada individuo.

82
Ante esta última, teóricamente quedarían subordinadas las demás necesidades básicas
en un sentido evolutivo (Glasser, 1984).Esta premisa no estaría necesariamente en
desacuerdo con la concepción relacional que propone Nuttin (1980); que evita la
subordinación de necesidades psicológicas a necesidades biológicas, ya que, concibe la
complejidad de las necesidades en función de la complejidad del funcionamiento de un
ser vivo.

Al exponer el concepto Mundo de Calidad indicaremos cómo problemas o carencias en


las imágenes que lo integran pueden generar conductas que van en contra de la propia
necesidad de supervivencia.

La Terapia de la Realidad es considerada como una enseñanza especializada que


pretende inducir y orientar ese aprendizaje en un periodo, en general, relativamente breve
e intenso.

LA TOTALIDAD DE LA CONDUCTA

Desde la R.T., la conducta se entiende como una totalidad (conducta total) que incluye
cuatro componentes en permanente equilibrio: acciones, cogniciones, sentimientos y
procesos fisiológicos; ese equilibrio se refiere a la consistencia cualitativa que deben
guardar estos aspectos, evitando la discordancia entre ellos.

Parece que el sujeto llega incluso a deformar ciertos datos perceptuales sobre sí mismo,
para poder mantener su concepción de sí. El resto de componentes de su conducta
intentará ser acorde con esas cogniciones.

Como consecuencia de este concepto, el terapeuta de esta tendencia no trata con un


componente aislado, puesto que los cambios que se produzcan en cada uno de ellos
afectarán al resto. Trabajar con el "hacer" será el camino menos difícil de comenzar a
conseguir que se produzcan cambios

Ya que los cuatro componentes son inseparables y actúan simultáneamente, en esta


teoría se amplía el término comportamiento al de comportamiento total (Glasser, 1998).

Es esa conducta total la que se considera como un intento de satisfacer las necesidades
psicológicas básicas comunes a todos los sujetos. Se orienta en cierta dirección
manifestando así la motivación es propositiva, y se regula internamente en función de los
objetivos personales establecidos. Mediante su comportamiento, el sujeto intenta alcanzar
unos resultados que se ha propuesto, según su particular visión de la realidad.

Aunque desde sus comienzos la base teórica de esta terapia ha sufrido revisiones, la
esencia de la técnica terapéutica no se ha modificado sustancialmente y hoy en día,
básicamente, se sostiene en los mismos pilares de sus orígenes. El carácter
fenomenológico de esta terapia que venimos aludiendo, se comienza a gestar en el primer
libro de Glasser (1960)donde encontramos como antecedente de los constructos que
posteriormente conformarían su modelo, la siguiente idea: la persona siente o reacciona a

83
como su ego percibe la situación real, no a la realidad de la situación tal y como los
demás pueden verla.

Con base en su modelo, la terapia parte de ciertos principios básicos que podemos
resumir así (Glasser, 1998):

 Todo lo que puede hacer el ser humano es comportarse.


 Su propio comportamiento es el único que realmente puede controlar.
 La conducta se encamina a satisfacer necesidades psicológicas y biológicas
básicas en función de las imágenes que tiene el individuo en su Mundo de
Calidad.
 La conducta es una totalidad que integra la acción, el pensamiento, los
sentimientos y la fisiología. Podemos modificar lo que hacemos y pensamos de
forma "directa"; el cambio en los sentimientos siempre es indirecto y dependiente
de la acción y el pensamiento. Nuestra fisiología también está en función de ello.
 Los problemas psicológicos de la persona denotan conflictos en alguna de sus
relaciones con otros individuos. Para satisfacer las necesidades psicológicas
básicas es fundamental la relación con otros.
 Elegimos lo que hacemos y pensamos, la responsabilidad está en nosotros.

Glasser ofrece la Teoría de la Elección como alternativa a lo que denomina Psicología del
control externo (Glasser, 1998); refiriéndose a la Psicología tradicional con la que
habitualmente opera el ser humano y cuya premisa describe como: "Castiga a quienes se
portan mal para que hagan lo que decimos que está bien". La Teoría que sirve de base
para la Terapia de la Realidad supone un cambio de la Filosofía del control externo,
incluso en el sentido común, hacia la responsabilidad sobre nuestra propia conducta y las
consecuencias de la misma; resaltando el componente electivo versus reactivo.11

2.3.6 Transpersonal

Una terapia transpersonal será aquella que finalmente nos ponga en contacto con nuestra
identidad esencial. En realidad, el término trans-personal hace referencia a lo que está
más allá de la persona.

Desde esta perspectiva, la terapia es un viaje que se hace “acompañado” y cuya meta es
“el sí mismo profundo” con todas sus sanadoras consecuencias. Por tanto, en psicología
transpersonal, el término “terapeuta” significa “acompañante” y lo que realmente resuelve
problemas es el crecimiento personal y la expansión de consciencia.

Las personas que usualmente solicitan terapia pueden considerarse individuos


plenamente sanos que simplemente quieren ser más felices de lo que son. Se trata de
personas que o bien están atravesando una crisis o bien desean examinar alguna
11
Miranda Páez, J. (Julio de 2000). El modelo de la Terapia de la Realidad: Evaluación de sus constructos.
Recuperado el 12 de Julio de 2012, de Scribd: http://es.scribd.com/doc/92037059/terapia-de-realidad

84
cuestión de su propia vida y sentirse orientadas hacia un desarrollo integral que dé
sentido a sus vidas.

Antes un trazar un plan y como punto de partida, toda terapia comienza por ayudar al
sujeto en conflicto a poner fin al grado de sufrimiento que pueda padecer. Posteriormente
y, una vez restablecido un cierto nivel de equilibrio emocional, el terapeuta transpersonal
guía en el proceso de apertura de sus dimensiones interiores y, para ello, el plan
terapéutico puede desarrollarse en tres etapas:

1. Primera etapa: Conocimiento de la propia identidad Ego. A lo largo de esta etapa


se entrena al sujeto a observar todos los matices posibles de su propio conflicto.
Es decir, aprender a dirigir la mirada interior, incrementando el auto conocimiento y
la consciencia de sus propios patrones mentales y emocionales. Dicho “darse
cuenta” aborda los elementos psicológicos implicados que causan inquietud y en
muchos casos sufrimiento. A partir de este punto, el sujeto comienza a ser capaz
de asumir y aprovechar el inmenso caudal de oportunidad que su crítica “situación
personal” ofrece. “Lo que más nos irrita de los demás es aquello que puede
conducirnos a un mejor entendimiento de nosotros mismos”. (Carl Jung)

2. Segunda etapa: Reprogramación y relativización del propio Ego. En esta etapa el


sujeto aprende a nombrar sus diferentes partes internas y proceder a recrear
nuevos patrones de pensamiento de los que se derivará la vida futura de su yo
personal. En esta fase, el sujeto aprende a conectarse con sus verdaderas
necesidades y elegir lo que quiere vivir, constatando que lo que sucede en su
mente se debe a un proceso íntimo de “interpretación de la realidad”. A partir de
este punto, el sujeto por el simple hecho de devenir consciente abre un nuevo
horizonte vital en cuya construcción ya puede intervenir y optar.“Lo importante no
es lo que sucede sino como lo interpretamos”. (Lair Ribeiro)

3. Tercera etapa: Hacia la Esencia: A lo largo de esta etapa, el sujeto construye el


puente entre su Ego o mente pensante y el nivel transpersonal o Identidad
Esencial. Conforme se avanza, el sujeto se reconocer como Ser Espiritual que se
manifiesta en la Conciencia Testigo. Desde este nivel, intuye la finalidad de su vida
y el propósito de su propio devenir, de manera que los errores se perciben como
experiencias no casuales de aprendizaje hacia el despertar de la conciencia. “No
eres una criatura humana en una aventura espiritual, sino una criatura espiritual en
una aventura humana”. (Theilard de Chardín)

La Psicología Transpersonal aborda aspectos tales como:

 La búsqueda del sentido de la vida.

 El ejercicio de la creatividad.

 El ámbito de la intuición.

 La experiencia interior de certeza.

85
 La visión de lo que en realidad somos.

 La capacidad de amar sin objeto, como estado de conciencia del propio sujeto.

 El “desapego” o facultad de distanciarse del ego y observarlo.

 El sentimiento de trascendencia.

 La capacidad, de servir y amar a todos los seres sensibles.

La terapia transpersonal es una forma de "Yoga Integral". Por "Yoga Integral" se entiende
al crecimiento desde las áreas:

- Física: Ejercicio físico, alimentación sana y consciente.

- Emocional: Gestión de una red social, relaciones conscientes, ejercicios de respiración.

- Mental: Reflexión, estudio, actualización de capacidades.

- Espiritual: Trabajo en la expansión de consciencia y el desarrollo del propio "darse


cuenta": Meditación ZEN, Yoga o Tai Chi, atención sostenida, vocación de servicio.

Cada sujeto y cada etapa correspondiente de la terapia requiere del entrenamiento de


técnicas entra las cuales pueden destacarse:

 Respiración consciente.
 Estados de relajación profunda en los que se accede a áreas mentales que saben
"lo que está pasando".
 Ejercicios de "regresión" hacia etapas anteriores en búsqueda de raíces y causas
de patrones conductuales no deseados
 Ejercicios de identificación con el Testigo interior
 Observación y análisis de los procesos cognitivos de cada miedo.
 La práctica de la meditación ZEN.

Y otras muchas técnicas que entrenan al sujeto a distanciarse de sus contenidos


mentales y movilizar el enfoque de la atención hacia áreas cognitivas deseables.

Transcurrida la primera etapa, el sujeto ha aprendido a observar y examinar su modelo


mental. Aquella persona que anteriormente sufría ha aprendido a vivirse en los escenarios
problemáticos sin mayor perturbación.

Es un ser humano que ante la circunstancia anteriormente conflictiva ya no echa la culpa


a nada, ni a nadie, sino que mira el discurrir de su propia mente. Un ser humano que ha
entendido el verdadero valor de la independencia emocional sin merma de la calidad
amatoria de su corazón.

86
El sujeto ha devenido consciente de la capacidad de convertir su problema en una
oportunidad de crecimiento y auto-consciencia. Un ser humano nuevo que ha ensanchado
su horizonte interior e incrementado su capacidad de ser feliz.

Transcurrido el ciclo terapéutico, el sujeto se siente integrado y ya puede reconocer su


"sombra" y por tanto aceptarla. El sujeto escucha a su naturaleza corporal y conoce mejor
la programación histórica y familiar de su propio ego; se siente centrado y consciente de
la impermanencia de los contenidos de su mente y de los fenómenos en general.

Algunos terapeutas consideran que un ser humano está en salud, cuando se ha


despojado de los conflictos básicos y se reintegra a la sociedad productiva y familiar, sin
embargo para la Psicología Transpersonal, la superación no será real, en cuanto el sujeto
no haya realmente accedido al contacto con su nivel esencial. Siendo así que un ser
humano gozará de buena salud cuando se sienta enraizado en su identidad profunda y
haya encontrado, en sí mismo, el sentido de su vida.

"La mente crea el puente, pero es el corazón el que lo cruza". (Nisargadatta)

La Psicología Transpersonal se ocupa de investigar este camino iniciático hacia lo


Profundo a través de las nuevas formas de amar, de sentir, de pensar y de actuar. En
definitiva: de existir.

"Hemos aprendido a utilizar el pensamiento para trascender el cuerpo, pero todavía no


sabemos servirnos de la conciencia para trascender el pensamiento". (Ken Wilber)

La terapia transpersonal es un modo de convertir la inquietud y la crisis en una


oportunidad de lo Profundo.

La evolución del "Homo Sapiens" apunta hacia el despertar del "Homo Lucens" y del
"Homo Amans" algo que, en realidad, nunca hemos dejado de ser y de lo que estamos
deviniendo conscientes.12

3. Psicoterapia Infantil

3.1 La Entrevista Psicoterapéutica Infantil


12
Doria, J. (2009). ¿Qué es una terapia transpersonal? Recuperado el 13 de 07 de 2012, de
Facetahumana.com Intuición creativa: http://www.facetahumana.com/fh10-que-es-una-terapia-
transpersonal.html

87
La entrevista es uno de los instrumentos indispensables para el psicólogo como hemos
visto anteriormente. La entrevista clínica se emplea con la finalidad de “comprender” aun
individuo o un grupo de individuos.

La comprensión buscada puede ser a diferentes niveles: de diagnóstico, investigación,


para un tratamiento terapéutico y algunos otros.

La entrevista psicológica comienza con la primera consulta y en el curso de esta consulta


es cuando se recoge la anamnesis. En verdad apenas habrá una situación comparable en
la práctica médica en que la acumulación de datos en vista del diagnóstico esté tan
íntimamente ligada a los primeros pasos terapéuticos en la psicoterapia de niños y
jóvenes.

La forma de llevar la conversación, el contenido de nuestras preguntas y las primeras


manifestaciones de nuestra actitud ejercen siempre y en todo caso un fuerte influjo sobre
los padres y los niños. La forma de conducir nuestra conversación, en el curso de la
primera consulta debe ser tanto objeto de nuestra reflexión en la misma medida en que
los datos cuyo conocimiento nos interesa obtener.

La anamnesis biográfica tiene como finalidad el proporcionarnos una imagen de la


personalidad del niño y muy particularmente de la historia previa de sus conflictos
actuales desde el punto de vista psicodinámico. La anamnesis debe proporcionarnos al
mismo tiempo una especie de diagnóstico familiar.

En terapia infantil el problema de cada paciente se resuelve en última instancia en un


problema familiar. Los datos recogidos deben darnos en definitiva los puntos de vista
necesarios para un planeamiento terapéutico. Debemos finalmente valorar y juzgar esos
datos de manera que podamos aventurar un pronóstico.13

ENTREVISTA CON EL NIÑO

Como lo señala Arfouilloux (1977), aparentemente no hay nada más fácil que
entrevistarse con un niño, podría pensarse que con sólo tener intuición, sentimientos y
simpatía, bastaría para establecer la relación con el menor. Sin embargo, la experiencia
demuestra que aparte de las cualidades personales que evidentemente intervienen, la
situación de entrevista moviliza en el niño y en el entrevistador todo un conjunto de
fenómenos subjetivos que influyen en la relación y organizan el intercambio que se da en
ese proceso.

Existe un sinnúmero de literatura acerca del desarrollo del niño, de sus distintos modos
de expresión (lenguaje, juego, dibujo), pero hay relativamente pocos trabajos sobre la
manera en que los utiliza en su relación con los demás, lo que pone de manifiesto la
dispersión y falta de método de los distintos modos de abordar al niño.

13
Dührssen, A. (1966). Psicoterapia de niños y adolescentes. México: Fondo de Cultura Económica.

88
Lo anterior nos lleva hacer una serie de observaciones que debemos tomar en cuenta
cuando se trata de la entrevista con niños.

Cuando se entrevista a adultos que acuden voluntariamente a consulta, éstos por lo


general son autosuficientes tanto desde el punto de vista físico como en los aspectos
económico y psicológico. En estos casos, se toman acuerdos y se establecen
condiciones únicamente con ellos. Cuando se trata de niños, la situación es diferente por
completo, pues el niño no es autosuficiente ni económica ni física ni emocionalmente. En
este caso, por tanto, no solamente se entrevista al niño, sino que es necesario entrevistar
a los padres también, porque son ellos los que se responsabilizarán de la situación de
hecho, el niño ni siquiera puede llegar solo al lugar de la entrevista.

Otro aspecto importante en el que puede diferenciarse la entrevista del niño de la del
adulto es el tiempo. Para el niño puede resultar cansado estar con el psicólogo 50 minutos
o una hora, lo que tradicionalmente dura una entrevista, por lo que pueden tenerse
entonces sesiones más cortas con él. Aunque esto puede ser variable de acuerdo con la
edad del niño, cada caso es diferente. A veces el darle una sesión de duración
determinada en un día establecido, constituye ya un paso enorme en el caso de un niño
que no es tomado en cuenta por sus padres, o que no le ponen límites claros.

Al llevar a cabo la entrevista deben tomarse en cuenta algunos supuestos en relación con
la estructuración subjetiva. Freud (1983), como ya se sabe considera que el niño se
estructura en una situación edípica triangular. Esto lo han reconsiderado y ampliado
algunos otros autores psicoanalíticos, quienes si bien no hablan del complejo de Edipo en
el mismo sentido que Freud, sí le dan aún mucha importancia.

Autoras como Françoise Dolto y Maud Manoni (1965), quienes han trabajado mucho con
niños, enfatizan que aún cuando el padre esté ausente, ya sea por abandono o muerte,
de cualquier manera el niño se estructura en una situación triangular, lo cual sucede
porque vive en un mundo en el que existen dos sexos y está inmerso en él desde que
nace.

Es en esta situación triangular en la que el niño o la niña tendrá que estructurarse como
ser sexuado, como varón o mujer (Dolto en Manoni, 1965). Por tanto su identificación
psicosexual dependerá de las vicisitudes de la situación edípica. Dentro de esta dinámica
triangular existen cosas y conflictos que los padres a veces no mencionan y que, sin
embargo, el niño percibe de alguna manera, le angustian y dan lugar a síntomas. Esta
dinámica se expresará en la entrevista clínica, aunque no necesariamente acudan el
padre, la madre y el niño. La ausencia de alguno de ellos, puede ser un elemento
importante.

Para que esta dinámica pueda expresarse es necesario que no se sigan patrones
establecidos durante la entrevista clínica. Resulta más rico observar qué es lo que hacen
los padres al solicitar la evaluación y concertar la primera entrevista, si preguntan por
ejemplo, si deben llevar o no al niño.

89
En las primeras entrevistas es útil averiguar con quién duerme el niño, porque en muchas
ocasiones los niños llevados a consulta están participando de los conflictos sexuales de
los padres; cuando duermen en la misma cama que ellos, es posible que la madre lo
utilice como un pretexto para evitar las relaciones con su esposo. Otras veces, se propicia
en el niño una actividad sexual precoz y, en ocasiones hasta perversa. Por ejemplo, en el
caso de una mujer que se quejaba de que su esposos era perverso, todo el tiempo
pensaba en el sexo con ella y con otras mujeres y en la entrevista comenta que ella
duerme con su hijo de 10 años, mientras su esposo duerme con su hija de 13.

Otro aspecto que es necesario observar en la entrevista con niños es si su


comportamiento es diferente cuando están los padres que cuando no están. En una
ocasión, una señora llevó a su hija a consulta porque le habían dicho que era
hiperquinética. Cuando la niña estaba en presencia de la madre, la inquietud era mucho
mayor que cuando estaba sola con el entrevistador, lo que parecía indicar que la ansiedad
de la madre aumentaba los síntomas de la niña.

La dinámica familiar se expresa a partir de cómo la madre o la persona que lleva al niño a
consulta, hace cita por teléfono.

Es conveniente observar en la entrevista cómo el niño se relaciona con la madre o el


padre y cómo se relacionan estos entre sí, cuál de ellos es el que habla o al que se da el
crédito. Es importante también, cuando se trata a la familia completa, observar cómo se
sientan los diferentes miembros de ella. En el caso de una señora que relata que lleva a
su hijo porque él está muy mal, ya que no puede separarse de él sin que llore, se asuste
y, en ocasiones, hasta llame a los vecinos. El padre parece ser un reflejo de la madre y
aprueba todo lo que ella dice. Sin embargo, en el discurso de la madre es notorio un
rechazo hacia el niño que se expresa en frases como “yo tuve seis hermanos, pero
siempre quise ser la única”; esta frase indica que no aceptaba la realidad de tener que
compartir con su hijo. El niño de seis años relata “ella siempre se compra cosas y a mí
casi nunca me compra”. El niño se angustia porque teme ser abandonado, porque siente
el rechazo de su madre, quien ve en él a un rival y aun estorbo. La madre nunca le ha
dicho a su hijo que lo rechaza, pero él lo ha percibido. El niño, además de percibir este
rechazo, participa de los conflictos de los padres, está inmerso en ellos, pues no es
todavía un sujeto independiente.

El trabajo con niños es más complicado que con adultos ya que además del juego de
transferencias que se presenta, en cada caso tienen que idearse las estrategias
convenientes para comunicarse con el niño y con sus padres.

PROCESO DE LA ENTREVISTA

En ninguna situación clínica, pero especialmente en la evaluación del niño no pueden


seguirse patrones rígidos, es necesario adecuarse a la situación y a las condiciones de
los pequeños. El niño no se expresa de la misma manera que el adulto. Es por ello que
dentro de la misma entrevista debe recurrirse a otras técnicas como el dibujo, la plastilina
o los títeres. Por ejemplo, se recuerda cómo una niña de talla pequeña, cuyo síntoma de

90
no comer constituía una manera de agredir y rechazar a la madre, expresó claramente
este conflicto al hacer una muñeca de plastilina, que identificó como su madre y a la que
desbarató y picoteó con mucho coraje. Esto quizá no lo podría haber expresado
verbalmente a sus escasos cuatro años de edad.

En la entrevista con el niño es importante observar cómo se relaciona el pequeño con


nosotros y cómo nos relacionamos con él, pues la respuesta que provoca en nosotros es
la misma que en sus padres o maestros. Sin embargo, debe evitarse una actuación en
función de la respuesta que provoca en nosotros y, sobretodo, con base en los
sentimientos que nos producen sus acciones. Esto no quiere decir que en un momento
dado no pueda sentirse coraje por lo que el niño hace, pero quizá, aunque así sea, no es
posible manifestarle el enojo o regañarlo como lo haría su madre, por ejemplo.

Como en la entrevista con un niño que es llevado a consulta por su tío porque tiene
problemas en su casa y en la escuela; cuando su tío le pregunta algo no contesta, como
una manera de agredir quizá, pero también como resultado de una incapacidad para
comunicarse del modo en que se le pide. El tío se enoja y esto aumenta la dificultad de
comunicación; esta observación sirve al psicólogo como base para buscar comunicarse
con el niño de otra manera y evitar regañarlo. Lo que únicamente aumentaría su angustia.

Si se quiere trabajar con niños es necesario expresarse de tal manera que nos entiendan,
esto es ponerse a su altura; una de la virtudes de la técnica de Melanie Klein es hablarle
al pequeño en sus mismas palabras y jugar con él como si estuviera a su altura, volverse
semejante en edad durante el juego. Algo así debe hacerse en la entrevista, se tienen
que buscar estímulos que sean atractivos para el pequeño. Aunque el enfoque sea
psicoanalítico, se puede tocar al niño y permitir que él nos toque, no se le trata de la
misma manera que a un adulto. Sin embargo, también es necesario ponerle límites, pero
no de la misma forma que a los adultos.

Cuando nos entrevistamos con el niño deben observarse todas sus conductas, ya que a
través de ellas podrá obtenerse mayor información, comprensión y explicación de los
resultados obtenidos a través de las diferentes técnicas que se empleen en el proceso de
la evaluación psicológica.

La observación es un recurso fundamental del que uno debe valerse durante todo el
proceso de evaluación psicológica, ésta se inicia desde que el niño, sus papás o persona
(s) que lo acompañan están en la sala de espera, en donde quizás, al no sentirse
observados, se comporten de manera más espontánea.

Desde la primera entrevista con el niño es importante observar cómo se separa de sus
padres, cómo se relaciona con nosotros, cómo se comporta dentro del consultorio y los
espacios que utiliza. Si se trata de escolares, es conveniente averiguar de qué manera se
le planteó la situación de ir al psicólogo, qué opinión tiene de los mismos, qué significado
tiene para él ir a consulta, qué es lo que espera. Como lo menciona Arfouilloux (1977),
debe propiciarse que el niño informe sobre las cosas que le agradan y desagradan, así

91
como de sus juegos predilectos, sus actividades, sus amistades, maestros, padres,
hermanos y todas las relaciones significativas para él.

Es probable que cuando se le interrogue sobre estos rubros, en ocasiones se muestre


reticente a contestar o simplemente diga que no sabe, como una resistencia. Sin
embargo, por lo general, el niño que es llevado a consulta, casi siempre ha sido señalado,
ya sea en la escuela o en la casa, y sabe por qué se le lleva con el especialista. Armida
Aberástury (1962) considera que desde la primera entrevista el niño muestra una serie de
expectativas con respecto al tratamiento y resolución de los conflictos.

La ansiedad que el niño puede mostrar ante la entrevista, por lo común se debe a que se
da cuenta que se le lleva a consulta porque no está cumpliendo con las expectativas que
los padres tienen de él, esto le causa angustia debido al temor que experimenta al sentir
que por este motivo puede ser rechazado por sus progenitores. Por otra parte, también
puede influir la imagen que tiene de sí mismo y que en muchas ocasiones se encuentra
devaluada.

Estos aspectos se ponen de manifiesto a través de diversas conductas durante la


entrevista o aplicación de las pruebas, así, en ocasiones, entre otras conductas pueden
observarse actitudes negativas, mutismo, agresión, llanto, apatía, mal humor,
indiferencia, inestabilidad e inquietud. Es muy importante considerar en qué momento se
presentan estas conductas, para interpretar su significado.

Otro aspecto a tomar en cuenta durante la entrevista es el tipo de comunicación que el


niño establece. Ésta se da tanto de manera verbal como no verbal. Los niños pequeños
pueden tener dificultad para expresar verbalmente sus sentimientos, pero los comunican a
través de conductas no verbales, muchas veces un silencio acompañado de ciertos
manerismos puede ser más significativo que el hablar de cosas sin trascendencia.

Se considera necesario insistir que al trabajar con los padres, es conveniente mostrar una
actitud comprensiva y evitar que se sientan juzgados y culpables. Cuando se observa que
existe mucha tensión y que no pueden hablar abiertamente de lo que les pasa, puede
recurrirse a ejemplificar con otros casos problemáticos semejantes para que vean que
existen otras personas que pasan por situaciones similares, lo que probablemente les
permita disminuir la carga de ansiedad que por lo general aparece en estas situaciones.

Cuando se necesita hacer la historia clínica y/o anamnesis del niño, es conveniente
conocer cuál ha sido el desarrollo de la problemática que actualmente presenta y la
dinámica familiar que ha surgido a partir de ésta. De igual manera es importante conocer
los antecedentes de los padres sobre su infancia y familia de origen, ya que estas
primeras experiencias pueden repercutir actualmente dentro de la dinámica familiar.

Al trabajar con los padres hay que considerar que todos estos aspectos afectivos y de la
dinámica familiar pueden propiciar sentimientos de culpa en los padres, los que en
ocasiones originan cierta distorsión de la realidad, por lo que al pedirles la historia clínica
del niño, ésta resulte alterada quizás por omitir, sin darse cuenta, hechos que pueden ser
significativos pero que, por la carga afectiva que tienen, pueden no recordarlos en el

92
momento, debido a la angustia que se genera en los padres y a que en ocasiones, cada
uno de ellos vive el problema de manera diferente.14

A continuación coloco un ejemplo de la primera entrevista con un niño extraído del libro de
Virginia Axline” Terapia de Juego”, pág. 38

“Tom llevaba puestos su abrigo y su sombrero cuando entró al cuarto y se sentó frente a
la mesa. Llevaba un silbato de lámina en la mano al cual le quitaba y le ponía la boquilla
mientras permanecía ahí sentado. Su expresión era muy seria y evitaba la mirada del
terapeuta.
Tom: Pues aquí estoy. Sólo vine porque... bueno, por curiosidad, sabes. No comprendí lo
que mi madre trataba de decir. Dijo que tú me ayudarías con mis problemas, pero yo no
tengo ninguno.
Terapeuta: Tú crees que no tienes problemas, pero tu curiosidad te hizo venir.
Tom: ¡Ah sí!, soy curioso. Siempre me meto en todo. Pensé que vendría a ver qué pasa.
Terapeuta: Tú quieres ver qué pasa en una sesión de orientación.
Tom: Orientación, esa es la palabra de la que no me podía acordar. Salvo que yo no
tengo ningún problema (pausa).Excepto que. . . bueno. .. un. .. mi papá. . . padrastro,
realmente... no lo soporto y él tampoco me soporta, y cuando él y yo estamos en casa hay
problemas, problemas, problemas. Yo hago mucho ruido. Pongo los pies encima de las
cosas. No nos soportamos. Sólo tolero estar en casa cuando él no está.
Terapeuta: Tu padre y tú no se llevan bien.
Tom: Mi padrastro.
Terapeuta: Tu padrastro.
Tom: Pero yo no tengo problemas.
Terapeuta: Aun cuando tu padrastro y tú no se llevan bien, no sientes que esto sea un
problema.
Tom: No. Y todos los niños me molestan. No me quieren (pausa). No sé qué decir. Mi
mamá dijo que yo debía hablar de mis problemas, pero yo no tengo problemas.
Terapeuta: Vamos a olvidamos sobre lo que te dijo tu mamá que deberías hablar. Sólo
habla de lo que tú quieras. O no hables, si no quieres hablar.
Tom: ¿Cómo del episodio con la bandera de la semana pasada? ¿Quieres oír lo que
pasó? Todos se unieron en contra mía. Porque dije: "Yo escupo en la bandera". Y dije:
"¡Heil Hitler!" Todos se me echaron encima. Pero realmente no escupí en la bandera. Sólo
lo dije para tomarles el pelo. Créeme, que sí se los tomé.
Terapeuta: Les querías tomar el pelo y realmente lo lograste. El decir algo escandaloso
como eso realmente hizo que se fijaran en ti de inmediato.
Tom: Sin embargo, no sé por qué lo hice. En verdad yo no escupiría en la bandera. Soy
un buen americano y respeto la bandera. Pero lo hice. Todos se unieron en contra mía y
me pegaron. Eran más que yo.
Terapeuta: No puedes comprender el porqué haces cosas así a veces.
Tom: No el porqué me pegaron después; pero yo no tengo problemas.
Terapeuta: No te gusta admitir que tienes problemas.
Tom (Riendo): Más o menos es eso. Realmente tengo bastantes problemas. Mi padrastro.
Nuestra maestra sustituta. ¡Caramba, sí que es mala! Y nadie me quiere. No sé por qué.
Yo creo que no existen las gentes sin problemas.

14
Esquivel, F. et al. (1999). Psicodiagnóstico clínico del niño. México: Manual Moderno.

93
Terapeuta: Entonces realmente crees que todo el mundo tiene problemas y que tú no eres
diferentes a los demás.
Tom: Nada más que yo sí admito que tengo problemas. Otras personas no lo hacen.
Terapeuta: Es un buen comienzo el admitir que tienes problemas.
Tom: Mi vida no es como un día de campo.
Terapeuta: No eres muy feliz.
Tom: ¿Se enterarán otros de lo que estoy diciendo? Mi madre u otras gentes? ¿Estás
escribiendo lo que estoy diciendo?
Terapeuta: Estoy tomando algunas notas, pero nadie sabrá lo que tú dices durante esta
hora.
Tom (Suspirando profundamente): ¿Sabes?, esta situación es bastante peculiar. ¿Estás
escribiendo esto?
Terapeuta: Algunas cosas, sólo para mi propia información.
Tom: Sí (pausa larga).
Tom: A los maestros no les importa lo que pasa. A nadie le interesa lo que a uno le pasa y
aquí estamos después de la escuela, y ni siquiera eres mi maestra y no te molesto. No te
fastidio. Y, sin embargo. .. (encoge los hombros).
Terapeuta: Crees que otras gentes no se interesan por lo que te pasa y sin embargo. . .
Tom: Yo tenía curiosidad.
Terapeuta: Tenías curiosidad.
Tom: ¡Claro! Yo... bueno, no hay algo que realmente me moleste.
Terapeuta: Crees que tienes todo bastante bien controlado.
Tom: Pues sí. Excepto que; bueno, no puedo pensar en algo qué decir. No tengo nada
qué decir.
Terapeuta: Si no tienes nada qué decir, pues no tienes nada qué decir (pausa).Si quieres
regresar el jueves próximo aquí estaré. Si no quieres venir, te agradecería me lo hicieras
saber a más tardar a las tres de la tarde el mismo día.
Tom: Sí, realmente me gustaría.
Terapeuta: Si quieres irte ahora puedes hacerlo, o si quieres quedarte más tiempo puedes
hacerlo. Utiliza este tiempo de la manera que creas conveniente.
Tom: Sí (se quita su sombrero y su abrigo). No tengo prisa.
Terapeuta: ¿Crees que te gustaría quedarte aquí otro rato?
Tom: Sí. Me gustaría echar un vistazo por aquí. ¿No te molesta, verdad?
Terapeuta: Puedes echar un vistazo si quieres.
Tom (Mirando todo lo que está en el cuarto): Te apuesto que a los niños les encanta
pintar.
Terapeuta: ¿Crees que les gusta?
Tom: A mí también me gusta, excepto que en mi salón. . . Oye, verdaderamente sí tengo
un problema es esa maestra sustituta. De todo se enoja. Parece cangrejo, excepto que si
alguien tratara de comérselo de seguro se envenenaría.
Terapeuta: No te cae bien la sustituta.
Tom: Me vas entendiendo (examina el barro). Esto ha de ser divertido también (toma la
marioneta). Yo podría inventar cantidad de obras chistosas de todos los líos en que me
meto. Mi sola biografía haría brotar lágrimas.
Terapeuta: Piensas que tu vida es triste.
Tom: Bueno, lo que quiero decir es que sin duda algo tienen. Siempre estoy metido en
líos (Tom coloca su mano dentro de la marioneta). Vamos a ver. Te voy a matar si no
haces lo que yo te digo. ¿Entiendes? (Cambia su voz totalmente: baja, profunda y
amenazante).
Terapeuta: Tienes ganas de matar a alguien.

94
Tom: Yo también siento lo mismo a veces, pero por supuesto no lo hago (ríe). Te diré una
cosa. La próxima vez que venga voy a dar una función. Primer episodio: "Mi vida y mis
problemas".
Terapeuta: Muy bien. La próxima vez que vengas harás la representación de tu vida y tus
problemas.
Tom (Jugando con las distintas marionetas): Estoy seguro que yo podría hacer unas
marionetas.
Terapeuta: Crees que podrías hacer algunas (Tom sigue jugando con las marionetas). Por
hoy, tu tiempo terminó, Tom.
Tom: Bueno, hasta luego. Te veré mañana. Desde este momento Tom usó las marionetas
la mayor parte del tiempo durante su terapia. Actuó sus problemas familiares y pudo
trabajar sobre la agresividad que sentía hacia su padrastro, hacia su hermana y hacia la
escuela.”

3.2 Lenguaje
Siendo el lenguaje algo tan difícil de definir como lo es la energía, a su vez es paradójico,
ya que es impresionante observar cómo un niño de dos años tiene la maestría de las
reglas básicas de la sintaxis y que para los cuatro o cinco años, con poca instrucción,
pueda dominar las intrincadas y complejas reglas del sistema formal de lenguaje. Más
todavía: los pequeños frecuentemente usan esta modalidad para comunicar a otros los
pensamientos y sentimientos internos. En cambio, por otro lado tenemos a aquellos niños
que sin dificultades orgánicas no pueden hablar, o bien está capacidad aparece limitada,
y nos preguntamos ¿qué pasa entonces?

Algunos autores señalan que el lenguaje es el primer ejemplo de una regla directa de un
yo organizado, por lo que ofrece una oportunidad especial para trazar una diferenciación
de la estructura del yo y el desarrollo tardío del mismo.

Dado que comprende una jerarquía de estructuras y funciones, el lenguaje adquiere


expresión en muchos niveles. Por ello se han sugerido numerosas definiciones, a saber:
el lenguaje como un sistema de producir símbolos voluntariamente; el lenguaje como un
significado de comunicación: el lenguaje como un conocimiento de reglas; el lenguaje
como una especializada y convencional extensión de una actividad cooperativa; el
lenguaje como un sistema que media entre el universo de significados y el universo del
sonido. Algunas de estas definiciones enfocan la sintaxis; otras, la semántica y otras, los
aspectos pragmáticos.

¿Cómo se adquiere el lenguaje?

Los lingüistas hacen una distinción entre la comunicación, el lenguaje y el habla. Afirma
que aunque pueden aparecer fenomenológicamente sobrepuestos entre sí, cada uno se
refiere a tres conceptos esencialmente distintos:

1. La comunicación se refiere a transferir información.


2. El habla se refiere a una conducta, especialmente la de producir sonidos
significativos.
3. El lenguaje se refiere al conocimiento de las reglas del habla ordenada, la
producción y la comprensión.

95
Algunos de los avances en el bebé en cuanto a la producción y recepción del sonido en la
etapa pre lingüística son claves alrededor de los niveles de organización del yo y de las
relaciones objetales en una manera muy interesante.

La aparición de la sonrisa social, según Spitz, sería considerada el primer organizador del
yo y se catalogaría como una respuesta la voz de la madre. La voz incrementa la
atención hacia la cara de la madre mientras ella habla y esto provoca la primera expresión
de un sonido placentero en el bebé. Tal conducta parecería indicar la catexia del aparato
vocal-auditivo.

La ansiedad de separación manifiesta con los extraños sería, para Spitz, la aparición del
segundo organizador del yo y está asociada con el principio del ingenio para producir
fonemas con entonaciones específicas familiares; surge una clase de respuesta fuerte
hacia aspectos no maternos en la propia entonación del bebé, y aparece la primera
imitación del movimiento de la boca de la madre.

Subsecuentemente aparece una explosión del balbuceo junto a la aparición del primer
objeto transicional. Por la constitución natural del aparato vocal-auditivo, su
funcionamiento es el de un sistema de retroalimentación. Así el balbuceo y, por último, el
habla, llegan a ser el objeto transicional por excelencia, el eslabón entre yo y no-yo.
Adentro y afuera pueden ser usados por el niño de manera ilusoria para traer a la madre
junto a él o proyectarse dentro del ambiente.

El tercer organizador de Spitz se relaciona con la aparición del “no”. Ocurre un cambio
entre la inmediata descarga pulsional a través de la acción, hacia la demora de la
descarga a través de la comunicación. El uso de la palabra “no” representa el primer
evento semántico. Intrapsíquicamente esto indica la reestructuración del yo en la base de
una identificación con el agresor, es decir, el padre “frustrador”, así como un “vigilante”. El
cambio de la catexia agresiva en este período recae hacia la capacidad de abstracción.

En los recientes trabajos de Brazelton, Sten y Beebe, que están basados en una
investigación realizada con un sistema de video, de la interacción cara a cara de las
madres con los bebes, se ha demostrado la presencia de un elaborado “micronivel” de
interacción entre ambos tan temprano como a las tres semanas de edad del bebé. Esta
interacción es un sistema mutuo de regulado en donde ambos modifican sus respuestas
en un sistema de feedback provisto por el otro. Dado que interacción madre-bebé provee
una sincronía afectiva y ocurre en ritmos cíclicos, Brazelton cree que es un importante
mecanismo de homeostasis; también dice que la calidad de la interacción puede realzar la
capacidad del bebé para atender la clave de la madre.

Por otro lado, la nueva idea, en la ciencia del comportamiento en que se ha convertido la
biología moderna es el reconocimiento de una “necesidad primaria de apego”. Parece que
los hechos de observación han de organizarse de manera diferente si la relación con el
otro se concibe, en la ontogénesis, como hecho primigenio. Se diría que el apego, más
que una tendencia innata o necesidad particular, es una característica fundamental de
todo comportamiento biológico en el sujeto joven. Se desarrolla en cierta medida

96
colateralmente, a raíz de la satisfacción de las pulsiones de autoconservación. El apego
refleja la necesidad del otro, es decir, la total dependencia del lactante respecto a su
madre.

Paralelamente a su demanda de alimento o calor, el lactante expresa a su madre una


demanda cuya satisfacción no corresponde a la satisfacción alimentaria o calórica. Al
manifestar su hambre, el lactante dirige a la madre una demanda de apego.

La semiología del placer de funcionamiento es una semiología relacional doble, ya que va


del hijo a la madre y de la madre al hijo.

Bowbly aisló cinco expresiones de apego en el bebé: succionar, prenderse, seguir, llorar-
gritar y sonreir.15

El lenguaje que se utiliza en la terapia infantil es principalmente no verbal. Los psicólogos


de niños emplean actividades, representaciones poco estructuradas, juegos y el vínculo
de confianza para comunicarse con los infantes. En muchas ocasiones, los niños no son
capaces de traducir acciones ni sentimientos en palabras, por lo que resulta importante
que el terapeuta de niños sea capaz de entender este medio de expresión y pueda
comunicarse con ellos. Al mismo tiempo, los psicólogos infantiles ayudan a los niños a
saber expresarse y comunicarse de modo que logren hacerse entender con los adultos
responsables, en caso que estén viviendo una dificultad o experimenten algún malestar
interno.

3.3 Estrategias de la Entrevista

3.3.1 El juego y los dibujos

Para estimular la comunicación y lograr una mejor relación con el niño, pueden emplearse
recursos como son el juego y el dibujo. Estas dos técnicas son de gran ayuda en el
trabajo con niños, porque es la manera en que generalmente se comunican, además de
que cualquiera de las dos actividades mencionadas, por sí mismas le provocan placer y le
permiten liberar tensiones internas a través de la fantasía y, de este modo, manejar más
fácilmente las situaciones que les resultan traumáticas.

Diferentes autores consideran al juego como algo inherente al niño y le confieren un gran
valor tanto en el proceso de evaluación psicológica como en el psicoterapéutico.

Smilansky (1968), muestra 4 niveles de categorías de juego en función de su complejidad


cognoscitiva y son:

1. Juego funcional: es la categoría más simple, también se le conoce como juego


locomotor, ya que consiste en la práctica repetida de movimientos de los músculos
largos, como rodar una pelota.

15
Ruíz,M. (2000). Lo que dicen los niños con sus actitudes. México: Pax.

97
2. Juego constructivo: es el que consiste en el uso de objetos o materiales para
construir algo, como una casa de cubos o hacer un dibujo con crayolas. Se estima
que los niños jueguen con objetos entre 10 y 15% de su tiempo
3. Juego dramático: se le denomina también juego de simulación, implica objetos,
acciones o papeles imaginarios; se basa en la función simbólica, que surge
durante la última parte del segundo año ( Piaget, 1962).
Aunque el juego funcional y el juego constructivo preceden al juego dramático en
la jerarquía de Smilansky, a menudo los tres tipos de juego ocurren en las mismas
edades.
El juego dramático alcanza su punto más alto durante los años preescolares,
incrementa su frecuencia y complejidad y luego disminuye a medida que aumenta
la participación de los niños en edad escolar en los juegos formales con reglas.
4. Juegos formales con reglas: son juegos organizados con procedimientos y
penalizaciones conocidas, como las canicas, memoria, lotería, etc.

El juego dramático implica también una combinación de cognición, emoción, lenguaje y


conducta sensoromotora. Puede fortalecer el desarrollo de las conexiones densas en el
cerebro, así como la capacidad posterior para el pensamiento abstracto. Algunos estudios
han descubierto que la calidad del juego dramático se asocia con la competencia social y
lingüística. Los niños construyen habilidades emergentes para la alfabetización cuando
hacen boletos para un viaje imaginario en tren o simulando que leen las gráficas
optométricas en el consultorio médico. El juego simulado tiene su periodo más alto en la
niñez temprana.

Mildred B. Parten (1932) identificó seis tipos juego que iban del menos al más social.
Descubrió que a medida que el niño crece, su juego se torna más social, es decir, más
interactivo y más cooperativo.

Al parecer, Parten consideraba que el juego no social es menos maduro que el juego
social. (Papalia, 2010)

Erikson considera al juego como la medida autoterapéutica más natural que proporciona
la infancia. El niño lo utiliza para compensar derrotas, sufrimientos y frustraciones.

Durante la infancia media los juegos de los niños tienden a ser más físicos y los de las
niñas más verbales.

En la tercera infancia, las relaciones de pares adquieren importancia. Los grupos se


forman de manera natural y buscan principalmente interactuar y desarrollar las
habilidades necesarias para ello que son: sociabilidad y sentido de pertenencia.

Todo lo anterior es necesario conocerlo para poder apoyarnos en ésta herramienta al


momento de la intervención terapéutica, ya que también permite a los niños proyectar su
realidad de una manera segura y libre.

98
El dibujo es una técnica que puede utilizarse desde que el niño es pequeño y es
particularmente útil en la etapa de latencia.

Se trata de un método representativo de la imaginación que encuentra su origen o


continuación en la fantasía, el sueño y el ensueño, y en vigilia, en la invención de
escenas, historias, novelas y cuentos.

En el dibujo el niño se revela, se atreve a ser él mismo, y se permite expresarse. El dibujo


tiene la estructura de un sueño, por tanto, el dibujo libre en presencia del terapeuta
representaría, en esta analogía, la técnica de la asociación libre.

El inventar una historia partiendo de un dibujo realizado, proporciona el puente verbal que
funge como intermediario entre la fantasía productora y el esclarecimiento de la
transferencia.

De igual manera se sabe que las realizaciones gráficas progresan en parte con el
desarrollo de la inteligencia es legítimo considerar el dibujo como un medio de explorar
este desarrollo.

Se puede tener una idea del grado de madurez intelectual con cualquier dibujo de un niño,
ya que en él se manifiesta como estructura su realidad.

El dibujo se puede convertir, en algunos casos, en el termómetro del estado de ánimo del
niño, ya que traduce lo que el niño siente, piensa, desea, o lo que le inquieta y le hace
estar alegre o triste.

Cada niño es su mundo y sus circunstancias eso se ve en sus dibujos. Si pides a un


grupo de niños que dibuje a una casita en el campo, todos los dibujos saldrán distintos.
Pueden parecerse en algo, pero jamás serán iguales. Además de estas particularidades,
hay que considerar que los dibujos también siguen algunas etapas que podríamos señalar
como:

- La etapa del garabato: de los 3 a los 6 años de edad


- La etapa del esquema: de los 6 a los 9 años de edad
- La etapa intermedia: de los 9 a los 12 años de edad
- La etapa de la reproducción fiel: de los 12 a los 14 años de edad
- La etapa de la representación espacial: a partir de los 14 años de edad.

3.3.2 Los padres.

Con mucha frecuencia el éxito de nuestros esfuerzos terapéuticos posteriores depende en


no pequeña medida de la primera entrevista. Un cordial apretón de manos al comenzar
puede ahorrar meses de esfuerzos inútiles y una falta de tacto inicial sólo a fuerza de
empeño y trabajo podrá ser después corregida. Esto vale tanto para el contacto inicial
con los padres como con el niño.

99
Es importante considerar el valor afectivo que puede tener para ellos el responder algunos
datos de la anamnesis, por lo cual se deberá valorar si es o no oportuno tocar ciertos
puntos en la primera entrevista o dejarlo para la siguiente.

Para conducir la conversación de una manera prudente y hábil disponemos de un medio


auxiliar, lo que se llama descripción de otros casos, con lo cual se trata de proporcionar
una visión de su situación pero de manera indirecta, buscando que con el caso los padres
identifiquen los elementos que tienen en común con él, para inferir la situación problema.

Otro punto delicado es tener prejuicios sobre la situación, ya que nublará nuestra
capacidad de observación y nos llevará a inferencias erróneas.

Sin embargo una de las habilidades más importantes del terapeuta es la actitud óptima, la
cual será el punto de partida más favorable para establecer una identificación positiva con
el mundo de valores y necesidades de los padres, o en otras palabras ser empático con
ellos.

Es necesario para los padres sentir que no son juzgados por el terapeuta, que el
terapeuta entiende sus razones, y será tarea del terapeuta quitarles la culpa por las
equivocaciones normales que surgen al vivir la paternidad.

Recordemos que los padres son los que más daño hacen con la mejor intención.

El terapeuta debe dirigir su máxima atención a descubrir la situación afectiva en que se


encuentran los padres y hacerles consciencia del impacto de ésta en la vida del niño.

También es importante identificar y trabajar con los mecanismos de defensa latentes y


reacciones defensivas de toda índole que estarán bloqueando la comunicación terapeuta-
padres. Si al terapeuta le pasan desapercibidos los primeros signos de una hostilidad
encubierta, pero segura, es muy posible que se encuentre de bruces e impensadamente
en una situación desesperada, lo cual puede deberse a que el comportamiento del
terapeuta de alguna forma ha provocado una intensificación de los sentimientos de
culpabilidad existentes.

Por todo lo anterior el terapeuta al tratar con los padres debe proporcionarles consuelo y
comprensión sobre su percepción del problema y darles la confianza para expresar sus
temores, dudas, expectativas y frustraciones sin culpa, sin juicio, ayudando así a generar
la identificación positiva, que redundará en un fructífero tratamiento para el niño.

3.4. Enfoques en Psicoterapia Infantil

3.4.1 Psicoanálisis

3.4.1.1 Psicodrama Analítico

100
Muchos de los más eficaces abordajes de acción de la psicoterapia y la pedagogía
contemporáneas proceden del método del psicodrama, consistente en incitar a una
persona a imaginar y dramatizar un problema en vez de limitarse a hablar de él.

El psicodrama y sus métodos asociados- sociodrama, role playing y sociometría- fueron


inventados alrededor de la década de 1930 por el Dr. Jacob L. Moreno.

El método psicodramático combina los procedimientos del análisis cognitivo con las
dimensiones de la esfera vivencial y participativa. La “ejecución” real de la interacción, con
la intervención del cuerpo y la imaginación propios, como si la situación se estuviera
desarrollando en el momento presente, traslada a la conciencia un sinnúmero de ideas y
sentimientos por lo general inaccesibles a través de la simple recreación verbal de esa
situación.

Los elementos no verbales de la comunicación no sólo ejercen efectos interpersonales,


sino también representan señales internas. Una conducta agresiva o sobresaltada, por
ejemplo, suscitará la toma de conciencia de emociones que quizá de otra manera habrían
permanecido reprimidas.

Los métodos de acción son especialmente útiles en la terapia y no sólo con pacientes de
limitada capacidad para la exploración intelectual y verbal, sino también con quienes
tienden a sobreintelectualizar sus experiencias. Una de las ventajas más significativas del
psicodrama es que guía el impulso del participante a la “actuación” hacia el cauce, más
constructivo, de la “dramatización”.

La expresión de sentimientos e ideas en acción es una tendencia natural. Una idea se


vuelve más real cuando encarna en una forma que los demás pueden atestiguar y que el
propio ser puede procesar cinestésicamente. Moreno llamó “hambre de actos” a esa
tendencia, y señaló que los individuos necesitan algo más que simplemente hablar de su
reacciones y deseos.

Si el hambre de actos se frustra, las personas propenderán a actuar impulsivamente, y la


expresión de sus necesidades por medio de sus acciones ocurrirá fuera del ámbito de su
conciencia. En psicodrama, la acción es dramatizada e incluso exagerada, en asociación
con sus condiciones originales y otros modos de expresión. Puesto que ello opera en el
campo interpersonal y es atestiguado por el director y la audiencia, también reclama la
función de “atestiguamiento” del protagonista. Así, el psicodrama convierte una conducta
contraria a la conciencia en una conducta que promueve el insight y una mayor capacidad
de autorreflexión.

La dramatización se sirve del contexto dramático para generar distanciamiento de roles, a


fin de que los actores puedan retroceder, en sentido figurado, y atestiguar su propia
representación. El distanciamiento de roles es el componente esencial del juego
imaginativo y la base de la manera más natural de aprender. Procesos de aprendizaje por
medio de la simulación tienen aplicaciones no sólo en la terapia, sino también en muchos
tipos de instrucción que imponen grados más complejos de entendimiento y desarrollo de
habilidades, desde la enseñanza dancística hasta la capacitación de astronautas.

101
La dramatización le permite al individuo recuperar muchas dimensiones de su experiencia
personal desdeñadas por la sobreintelectualizada sociedad contemporánea: creatividad,
espontaneidad, drama, humor, emotividad, vitalidad, sentido lúdico, danza ritual,
movimiento corporal, contacto físico, fantasía, música, comunicación no verbal y un
extenso repertorio de roles.

La civilización occidental ha relegado muchas de esas actividades a la infancia, el teatro o


la mitología, y se ha perdido la vitalidad que sólo puede surgir del contexto del juego, y
cultivar y perfeccionar este último para preservar el espíritu de la niñez en la vida adulta.
(Blatner y Blatner, 1998)

El psicodrama consiste en la escenificación de un problema a la manera de una obra


teatral, lo que explica que en él sea común el uso de términos derivados del teatro:
protagonista, director, escenario, audiencia etc. Otros términos propios de esta disciplina
fueron invención de su creador, como el yo auxiliar, o proceden de la teoría de los roles
de aquél, como role playing y sociodrama.

Aunque en sus orígenes fue un tipo de terapia grupal, el psicodrama tuvo prontas y
creativas aplicaciones como en la denominada “terapia ambiental” entre otras.

En general todas estas situaciones ponen de manifiesto que la apreciación de los


problemas pueden ser analizados y resueltos mediante su dramatización, la que a su vez
puede ser creativamente reexaminada.

El psicodrama abre paso entonces a la exploración de las posibilidades inherentes a una


situación, varios aspectos de la mente de cada uno de los cuales los participantes y la
riqueza del campo interpersonal y cultural se manifiestan.

TERMINOLOGÍA BÁSICA.

El protagonista es el sujeto de la representación psicodramática. Así sea cliente,


paciente, estudiante, aprendiz o miembro de un grupo, un individuo se convierte en
protagonista al dramatizar una situación de su vida personal.

El director es la persona que orquesta el psicodrama para ayudar al protagonista a


explorar su problema. En grupos terapéuticos, este individuo incorpora a su rol ciertos
componentes del de terapeuta, aun si, en la dramatización también está presente el
terapeuta del protagonista.

Los roles psicodramáticos no son tareas fijas, pueden cambiar y un individuo podría
desempeñar diversos roles en varias dramatizaciones. Sin embargo, el rol de director
exige dominio de un conjunto de habilidades que por lo general escapan a la formación
ordinaria de la mayoría de los psicoterapeutas y líderes de grupo.

El auxiliar (yo auxiliar) es cualquier participante en un psicodrama además del


protagonista y el director. Por lo común interpreta a un personaje directamente
relacionado con el protagonista, como el cónyuge, jefe u “otra parte” de éste. Pero puesto
que es algo más que un “actor de apoyo”, también podría encarnar al puente aparecido

102
en un sueño, una vaga sensación de presión o incluso los sentimientos inexpresados del
protagonista. Este último rol del auxiliar recibe el nombre de doble, el cual es una de las
técnicas que se emplean para hacer insight.

La audiencia está compuesta por las demás personas presentes en el psicodrama. Es


el grupo en el que ocurre la dramatización, así sea un grupo psicoterapéutico, escolar o
de participantes en un taller.

Formar parte de la audiencia demanda algo más que la simple pertenencia al grupo,
porque el director hace intervenir a aquél en el proceso del psicodrama. La audiencia
puede ofrecer retroalimentación, proporcionar auxiliares o fungir como coro. Concluido el
psicodrama, el grupo deja de operar como audiencia y reasume sus funciones habituales,
con una dinámica de comunicación más interactiva.

El escenario es el área en la que se tiene lugar la dramatización. Puede ser una


plataforma especial para psicodramas, el espacio de trabajo del grupo o el sitio donde
surgió el conflicto. Con todo, el uso de utilería y estructuras favorece la función dramática.

Moreno y sus colegas utilizaron originalmente un escenario especial para la ejecución de


psicodramas, como el que se muestra en la figura de abajo.

103
Los tres niveles, la iluminación, el balcón y el diseño fueron el resultado empírico de la
búsqueda de dramatizaciones más provechosas. Todos estos componentes son muy
útiles.

El escenario principal debe ser de al menos 3.5-4.5 metros de diámetro. Una plataforma
elevada fácil de escalar permite establecer subliminalmente en los participantes la actitud
de “como si”. El ascenso al escenario tanto del protagonista como del yo auxiliar indica
que entran en la realidad psicodramática.

Los elementos de utilería más comunes son sillas ligeras y una mesa, aunque también es
conveniente disponer de cojines, un colchón y otros objetos. Las sillas sirven no sólo
como asiento: una silla vacía puede “contener” a una figura fantástica o proyectada o
hacer de barricada, plataforma o indicador de altura, autoridad o prestigio. La mesa puede
simbolizar el techo de un edificio, un escritorio, un tribunal, desayunador o cueva, con
fines de refugio o escondite. Cojines y bats de hule espuma sirven para golpear, como
protección o para representar un bebé.

Aunque no esenciales, recursos más elaborados pueden producir efectos notables. La


iluminación especial, la música viva o grabada, serán excelentes complementos del
psicodrama.

TÉCNICAS DEL PSICODRAMA

Además de los cinco elementos básicos, hay decenas de técnicas psicodramáticas y


cientos de variaciones de ellas. Las principales técnicas se mencionan aquí de manera
general:

 Las técnicas del doble, soliloquio, ego múltiple y monodrama; son utilizadas para
esclarecer los sentimientos del protagonista.
 La amplificación, apartes y exageraciones de la comunicación no verbal o de
dimensiones como altura, espacio y posición; facilitan e intensifican la expresión
de emociones.
 La reproducción en videocinta, inversión de roles, a espaldas, retroalimentación de
la audiencia, coro y ejercicios de interacción no verbal; contribuyen a que el
protagonista tome conciencia de su conducta personal ( Confrontación consigo
mismo)
 La tienda mágica y la proyección futura permiten aclarar metas y valores.
 Las técnicas del desarrollo del yo, comentario grupal (sharing) y contacto físico
(abrazos, etc.) son ideales para brindar apoyo.
 El espectograma y la sociometría esclarecen cuestiones relativas al proceso
grupal.
 Muchas técnicas especiales, como la hipnosis y la fantasía dirigida, también son
de utilidad en el psicodrama.

104
Estas técnicas permiten al director asistir al protagonista en la representación de gran
variedad de experiencias: escenas de la vida diaria, sueños, recuerdos, ilusiones, temores
y fantasías.

DESCRIPCIÓN ESQUEMÁTICA DE UNA REPRESENTACIÓN PSICODRAMÁTICA


COMÚN.

1. Caldeamiento

a) El director realiza ejercicios para su caldeamiento personal


b) El grupo establece metas, roles, cuotas, límites, duración, etc.
c) Los miembros del grupo se conocen entre sí a través de ejercicios.
d) El director coordina la práctica e ejercicios de acción para fomentar la
cohesión grupal y la espontaneidad
e) Esto desemboca normalmente en una conversación sobre lo que los
participantes experimentaron en los ejercicios de caldeamiento, lo que
deriva a su vez en la identificación de un tema de interés común o de un
problema de un individuo.
f) Uno de los integrantes del grupo es elegido como protagonista de la
dramatización, ya sea que haya de representar un problema propio o un
tema de interés grupal.

2. La acción

a) El director conduce al escenario al protagonista, donde éste expone


brevemente el problema.
b) El conflicto es reducido a un ejemplo concreto posible de dramatizar.
c) El director colabora con el protagonista en la descripción de las circunstancias
físicas en las que ocurrirá la acción por representar, para establecer así la
escena.
d) El protagonista recibe la instrucción de ejecutar la escena como si sucediera
aquí y ahora.
e) El director convoca a los auxiliares, los miembros del grupo que interpretarán
a las demás figuras del drama del protagonista.
f) Es representada la escena inicial.
g) El director asiste a los auxiliares para que consigan mayor dominio de sus
roles: así, el protagonista intercambia brevemente con ellos su respectivos
personajes (inversión de roles) para que él mismo muestre la conducta de las
demás figuras en su drama. Cuando los auxiliares reasumen sus roles, el
protagonista les proporciona retroalimentación hasta quedar convencido de la
fidelidad de la escena con la versión original de ésta en su imaginación. Este
“moldeo” sirve de caldeamiento adicional para auxiliares y protagonista.

105
h) Mientras la escena prosigue, el director introduce las técnicas
psicodramáticas adecuadas (soliloquio, doble, apartes, etc.) para facilitar la
manifestación de los sentimientos expresados.
i) En el curso de la dramatización, el director recurre asimismo a técnicas que
permitan explorar diferentes facetas de la experiencia del protagonista.
1. Para hacer explícita la ambivalencia, varios auxiliares
podrían representar distintas partes de la psique del
protagonista.
2. La inversión de roles es útil para dramatizar sentimientos de
empatía o proyecciones del protagonista.
3. Éste puede confrontarse consigo mismo por medio de la
técnica del espejo.
4. Los recuerdos significativos se vuelven a representar
5. Planes, esperanzas y temores pueden ser simbólicamente
consumados y explorados.
6. El protagonista puede expresar emociones suprimidas-
culpa, resentimiento, temor, anhelo- mediante una vasta
serie de técnicas facilitadoras.
j) La acción transcurre hasta que el protagonista siente haber representado en
forma simbólica conductas suprimidas, lo que equivale a la consumación del
hambre de actos.
k) El protagonista obtiene ayuda para desarrollar mejores respuestas
actitudinales y conductuales a su situación, lo cual es conocido como
elaboración.

Técnicas particularmente útiles en la elaboración son:


1. Repeticiones del role playing del conflicto, en cada una de
las cuales el protagonista adopta diferentes conductas.
2. Modelación de actitudes por otros miembros del grupo, para
indicar cómo enfrentarían el problema
3. Inversión de roles entre el protagonista y los auxiliares para
que, mediante la experimentación de la situación de los
demás, aquél pueda obtener indicios sobre las conductas
con las que podría conseguir el efecto deseado.

3. Cierre
a) Finaliza la acción principal, el protagonista recibe retroalimentación de apoyo
de los demás integrantes del grupo. El director los alienta a expresar los
sentimientos que experimentaron durante la dramatización, no análisis
intelectualizados del problema
b) El director emplea una extensa gama de técnicas de apoyo.
c) La conversación sigue su curso.

106
d) Por último, el director inicia el proceso de caldeamiento de otra representación
psicodramática o concluye la sesión, para lo cual dispone de técnicas de
cierre.16

3.4.1.2 Terapia de Juego

La terapia de juego se basa en el hecho de que el juego es el medio natural de


autoexpresión que utiliza el niño. Es una oportunidad que se le da para que exprese sus
sentimientos y problemas por medio del juego, de la misma manera que un individuo
puede verbalizar sus dificultades en ciertos tipos de terapia con adultos.

La terapia de juego puede ser directiva, es decir, en la cual el terapeuta asume la


responsabilidad de guiar e interpretar, o bien, puede ser no-directiva. Sin embargo, antes
de empezar a describir propiamente la terapia de juego, es conveniente hablar sobre el
potencial que existe en cada individuo, o sea, exponer la teoría de la estructura de la
personalidad sobre la cual está basada.

El juego, por la riqueza expresiva que ofrece, es el instrumento clave de la psicoterapia,


sobre todo en el niño muy pequeño, incapaz aún de la manifestación verbal elaborada de
sus afectos.

Todos los analistas de niños han utilizado el juego, desde Freud y su célebre análisis del
juego del carrete del pequeño Hans, hasta las observaciones clásicas de Helmut, Anna
Freud, Klein, Winnicott y Gutton, el cual, en su reciente obra, aportó elementos que
permiten comprender mejor qué representan el juego y su utilización. Es a él a quien
usaremos principalmente como base.

¿Dónde comienza el juego? Probablemente en las primeras relaciones del bebé, en los
intercambios con su cuerpo y con el de la madre, en las actividades lúdicas con los
sonidos, los olores y el ruido.

Según Gutton, en el segundo semestre de vida y hasta el comienzo del segundo año, las
actividades prelúdicas pueden clasificarse en dos órdenes:

1) La dramatización del sistema introyección-proyección.

2) La manipulación de objetos sustitutivos de la madre.

Jugar es actuar, es tratar de dominar la realidad, pero en el juego hay siempre una toma
de distancia: el juego presupone una suerte de liberación respecto a la situación de “ ser
como si”; la condición previa es no serlo.

El juego es una actuación de la fantasía, pero no es más que su reflejo, se ubica en el


campo de lo que es aceptado y posible. A veces la censura es franca y nos encontramos
con verdaderos “actos fallidos”: el niño rompe sus juguetes.
16
Blatner, A. (2005). El psicodrama en la práctica. México: Pax.

107
Todo juego implica una identificación por medio de un desdoblamiento entre el sujeto-que
juega y el sujeto-jugado.

La identificación varía según múltiples factores: maduración de la personalidad, nivel de


las pulsiones vivencias. En la elección de las identificaciones prevalecen los conflictos
vivenciados o las experiencias más cargadas de afecto.

En el juego se asiste a la interpretación del pasado y del presente. El fantaseo jugado


permite una toma de distancia con ese pasado, pero lo que fue vivenciado es superado
por la fantasía que lo acompaña.

Por lo tanto, en la terapia nos encontramos ante identificaciones de niveles muy variables.
A veces hay que descubrirlas a través de un juego compulsivo: manejo de un camión que
avanza, retrocede y atropella, con el cual el niño se identifica, el juego del lobo durante la
evocación de la escena primaria. En otros casos, estas identificaciones son más
transparentes, como el juego de la muñeca, el del papá y la mamá, o el del doctor.

A veces las identificaciones siguen a las pulsiones y representan un aumento del placer,
a veces son expresión de mecanismos de defensa del yo: proyecciones,
desplazamientos, identificaciones con el agresor y el agredido se suceden en los
incesantes cambios de roles; la movilidad quizá sea, en rigor, lo que caracteriza lo
imaginario del niño. Por consiguiente, la ambivalencia está siempre presente en las
identificaciones, confiriendo ritmo y movimiento a la sesión.

El juego aporta al niño otros enriquecimientos: los de la creatividad. Cuando juega a sus
fantasías les confiere un cierto contorno, una cierta realidad. El juego es una aventura;
ante su obra, el niño es invadido por variados sentimientos de fuerza o fracaso , de
culpabilidad o de rivalidad.

En la psicoterapia, todos estos elementos----dominio y omnipotencia, identificaciones,


creatividad---- se modifican constantemente por la relación de transferencia que se
establece con el terapeuta.

Dentro de la terapia, la repetición, que es una de las características el juego en el niño,


cobra gran importancia y asume un valor singular. No es compulsión, ni estereotipia vacía
de contenido, sino, por el contrario, variaciones en torno a un mismo tema que hacen
resurgir la erotización de los ritmos más arcaicos y, al mismo tiempo, ayudan a dominar la
angustia.

La repetición en estos casos atañe a las reparaciones en el sentido kleniano: reparación


de un objeto interior bueno y posibilidad de fantasear objetos exteriores buenos.

El terapeuta debe de estar atento para no dejarse arrastrar a una participación en la que
sólo sería un compañero de juego. A veces al terapeuta le resulta difícil conservar su
lugar al identificarse con el niño y sin jugar completamente el juego. El niño extraerá de
ello beneficios secundarios de los cuales se servirá a modo de defensa.

108
Pero en ciertas circunstancias el terapeuta está obligado, por un tiempo, a entrar en el
juego y esperar a que el niño haya dominado suficientemente su angustia y tomado
conciencia del conflicto para entonces elaborar una interpretación.

La terapia de juego dentro de las sesiones tiene que tener un límite, que hay de fijar: los
permisos y la participación no significan liberación ilimitada de la agresividad. En el
tratamiento de los niños pequeños habrá que recurrir muchas veces al “no” organizador y,
en los niños grandes, al “todo puede decirse con palabras” y al “ no se debe golpear ni
romper de a deveras”.17

A continuación se pone un ejemplo de Terapia de Juego:

Emma miró fijamente al terapeuta. Entonces le presentó su sonrisa chueca y se encaminó


hacia el papel para dibujar, cogió un pedazo de él y las tizas de colores, los trajo hasta la
mesa en la cual se encontraba el terapeuta, tomó asiento frente a frente y empezó a
dibujar. Se veía bastante tensa, y se comportó bastante silenciosa. Ni una sola palabra, ni
mirada dirigió la niña al terapeuta hasta que la pintura fue terminada. Entonces miró
rápidamente al terapeuta y de nuevo desvió su mirada.
Emma: Esta es mi casa. Aquí es donde vivo en el número 7 de la Calle Blank, con mi
papá, mi mamá y mi hermana. Tengo una hermana mayor que yo.
Terapeuta: ¿También vive aquí tu hermana?
Emma: Sí. (Emma se levantó de la mesa, se dirigió a la banca donde se encontraban las
muñecas de papel y las trajo a la mesa donde estaba dibujando. Sin mencionar palabra
empezó a recortar las muñecas: Primero al muñeco papá, después al perro, más tarde a
la niña pequeña, luego a la niña grande, y por último a la muñeca mamá. Empezó a mirar
con mayor frecuencia en dirección al terapeuta. Cuando terminó de recortar la familia de
muñecos, levantó el rostro y sonrió. Después recortó un traje de noche para la mamá..)
Emma (Susurrando): ¿Es este su vestido?
Terapeuta: Sí, ese es el vestido de la mamá. (Emma continuó recortando vestidos.
Parecía absorta por completo en esta labor.)
Terapeuta: Te gusta jugar con las muñecas de papel.
Emma (Haciendo un gesto al terapeuta:) No, no mucho.
Terapeuta: ¿Preferirías jugar con otra cosa?
Emma: Preferiría colorear, pero usted no tiene un cuaderno.
Terapeuta: Desearías que yo tuviera un cuaderno para colorear para que tú pudieras
colorear en él.
Emma: Sí. (Emma continúa recortando vestidos para cada una de las muñecas de papel a
excepción del papá. Lo levantó y se le quedó mirando. Después rápidamente los colocó
de manera cuidadosa uno sobre otro y los retiró de ella. Se dirigió de nuevo a la banca.
donde estaban expuestos los juguetes y los observó. Volteó de repente y miró al
terapeuta.)
Emma (En forma rápida): ¿Puedo beber agua? (señalando hacia la mamila).
Terapeuta: Puedes hacer con los juguetes todo lo que desees. (Emma cogió la mamila y
bebió de ella, conservando su espalda hacia el terapeuta. Después cogió la cuna del bebé
y la meció. Más tarde jugó silenciosamente con los saldados sobre los caballos. Continuó
todo el tiempo de espaldas al terapeuta, así que ésta no pudo ver qué estaba haciendo la
niña con los soldados, parece ser que llevaba a cabo una silenciosa batalla entre dos
17
Ruíz,M. (2000). Lo que dicen los niños con sus actitudes. México: Pax.

109
soldados. Primero fue derribado uno y después el otro. Ella susurró algo que el terapeuta
no pudo captar. Parecía bastante molesta por algo. Frunció el ceño, y miró hacia el
terapeuta. Cogió de nuevo la botella y empezó a beber de ella, miró de nuevo al
terapeuta, bebió de la botella, y de nuevo volvió a mirar al terapeuta.)
Terapeuta: Te agrada beber de la botella. (Emma de inmediato bajó la botella. Cogió la
pistola, la sacó de la funda y susurró i Bang!, colocándola de nuevo en la funda. Después
sacó el tren de la caja y lo armó. Lo empujó por la banca como dos centímetros y después
súbitamente lo volvió a colocar en la caja. Más tarde, aún de espaldas al terapeuta, se
mantuvo parada ahí frotando su mano por la orilla de la banca.)
Terapeuta: Ha terminado por hoy el tiempo de estar juntas, Emma. (Emma se dirigió a la
mesa y se quedó mirando al terapeuta. El terapeuta le sonrió. Emma humedeció sus
labios y sonrió a su vez pero solamente con sus labios.)
Terapeuta: ¿Deseas decir algo, Emma?
Emma (Susurrando): Sí.
Terapeuta: ¿Qué deseas decir? (Emma retorció sus manos e hizo gestos al terapeuta).
Emma (Susurrando): Deseo regresar.
Terapeuta: Puedes venir aquí todos los martes si así lo deseas, Emma (entonces Emma
sonrió de verdad. Caminó hacia la puerta).
Terapeuta: Adiós, Emma. (No hubo respuesta. Emma abrió la puerta y salió, miró hacia
atrás, susurró "Adiós" y partió.)

3.4.2 Conductismo

3.4.2.1 Terapia de Modificación de Conducta

Las técnicas que se describen a continuación están basadas en los principios de la


Modificación de la Conducta.

Algunas de estas técnicas puede parecer simplistas o insuficientes pero insistimos en el


amplio soporte experimental con el que cuentan. Otra ventaja es que aportan soluciones
prácticas aplicadas en el aquí y ahora, utilizando la observación y medición de la conducta
como variable fundamental y en detrimento de otras técnicas más subjetivas. No se trata
de eliminar la introspección o el análisis de otros factores de riesgo existentes (entorno
social, familiar, enfermedades orgánicas, factores emocionales...) sino de aportar
soluciones inmediatas y eficaces para el control o modificación de la conducta en
especial cuando existen problemas conductuales específicos que provocan gran malestar
o desadaptación del niño en su entorno próximo ya sea en la escuela o en el seno de la
familia.

A modo de ejemplo podemos citar su uso por parte de educadores o maestros dentro de
la clase. Es evidente que delante un colectivo numeroso de niños, el maestro necesita
pautas de actuación concreta delante de episodios de desobediencia, agresividad, etc. En
esos momentos no hay tiempo para un análisis pormenorizado de las circunstancias de

110
cada niño y se imponen medidas concretas. Es aquí donde las técnicas conductuales
cobran mayor importancia.

Las técnicas que se exponen a continuación, aunque se describen de forma separada,


pueden utilizarse individualmente o en combinación, según el caso, para aumentar los
resultados.

Destacar también que hay que conceptualizarlas como herramientas puntuales (para su
uso por parte de maestros, educadores o padres en situaciones concretas) pero que a
nivel de intervención psicológica el uso de dichas técnicas debe ser complementada con
un análisis más detallado del caso en la que se incluyan todos los factores de riesgo para
su debido tratamiento psicológico.

1- Retirada de la Atención

Sinceramente creo que se trata de una de las técnicas más eficaces para el control de la
conducta infantil, en especial, para aquellas conductas que se manifiestan con rabietas,
pataletas, lloros, pero sin manifestaciones agresivas.

La técnica no puede ser más sencilla en su concepción: Se trata de que, ante las
manifestaciones de gritos, rabietas u otros, dejemos automáticamente de prestar atención
al niño. Este modo de actuar se justifica bajo la hipótesis de que el niño efectúa tales
manifestaciones para reivindicar ciertas demandas o llamar la atención del adulto. El niño
puede estar acostumbrado a conseguir lo que desea mediante este comportamiento
(refuerzo positivo). Así, puede haber aprendido que si efectúa cualquier petición
acompañada de lloros o pataletas, la atención de los padres es mucho mayor y es
atendido antes en sus peticiones. Esto llega a convertirse en un hábito, en un círculo
vicioso que crea malestar en la familia.

Antes de poner en marcha esta técnica, hay que analizar la situación con tranquilidad y
verificar que se está produciendo realmente la conducta del niño por la supuesta
demanda de atención. Para ello podemos valorar como reaccionamos nosotros ante la
demanda, en qué momentos sucede y qué es lo que ocurre. ¿Le presta la atención y el
tiempo que necesita el niño? ¿Normalmente cede ante sus demandas? ¿Se dirige con
frecuencia a él cuando se porta "bien" para decírselo y premiarlo o sólo lo hace cuando lo
castiga? Los episodios de rabietas, desobediencia, etc., son, en gran medida aprendidos,
y, por tanto, podemos efectuar un desaprendizaje.

Esta técnica no es aplicable en conductas que cursen con fuerte agresividad verbal o
física, con episodios de lanzamientos de objetos o, en general, para aquellos
comportamientos que signifiquen peligro potencial para el niño u otros. En estos casos
consulte siempre a un especialista antes de actuar.

Para utilizar la técnica debemos tener claros los objetivos y el método que debemos
utilizar:

111
1- OBJETIVO: Enseñar al niño que efectuando las peticiones de forma inadecuada
(rabietas, lloros, etc.) no va a conseguir nada.

2- MÉTODO: Si retiramos la atención que préstamos al niño (refuerzo positivo)


inmediatamente después de la aparición de las respuestas inadecuadas, éstas tenderán a
desaparecer.

3-FORMA: ¿Cómo hay que hacerlo?

Cuando aparezcan las conductas inapropiadas actuar de la siguiente manera:

1- Retirar la atención inmediatamente. Evite el contacto ocular o la emisión de cualquier


recriminación, palabra o gesto. Haga como si la conducta no estuviera ocurriendo (salvo
en las conductas mencionadas anteriormente que pudieran suponer peligro para el niño u
otros). Si sucede en casa puede volverse de espaldas o salir de la habitación o estancia
donde se encuentre. En situaciones fuera de la casa, dependiendo del lugar, deberemos
adaptarnos a las circunstancias. La regla general es mantenernos a cierta distancia sin
prestar atención, pero esto dependerá si estamos en un lugar abierto con peligro potencial
para el niño (circulación de coches, paso de muchas personas, etc.) o si nos encontramos
en un lugar cerrado (tienda, supermercado, etc...). Si la rabieta tiene lugar en un sitio
público donde no puede separarse físicamente de su hijo, permanezca a su lado pero siga
retirándole la atención como se ha mencionado antes (retirada contacto ocular, sin
gesticular, sin hablar).

En niños pequeños, si hay peligro de que se escape y está en vías públicas puede ser
necesario retenerlo físicamente. En estos casos, si opta por retenerlo, concéntrese sólo
en ejercer la fuerza necesaria para evitar su huida pero mantenga (aunque entiendo que
es una situación comprometida) toda la tranquilidad posible, es importante que el niño no
vea al adulto alterado emocionalmente, debemos transmitirle una sensación de que
tenemos el control de la situación y que con su actitud no va a conseguir nada. Siga sin
dirigirle palabra y espere a que la situación se calme. Diríjale toda la atención cuando el
niño se tranquilice.

Una vez calmado puede entonces intentar explicarle (si el niño tiene suficiente capacidad
de comprensión verbal), y sin recriminaciones, lo que ha sucedido en tono calmado.
La idea no es transmitirle: "Te has portado mal, te desprecio y paso de ti", sino: "Puedes
conseguir algunas cosas si lo pides de otra forma".

2- Está totalmente contraindicado verbalizar cualquier manifestación de reproche,


sermonearlo o advertirle de que no le vamos hacer caso por mucho que insista. De esta
forma lo estamos retando a una discusión dialéctica y puede empeorar las cosas.
Simplemente: No le diga nada. Sí puede decirle con una frase escueta y con voz lo más
calmada posible que se siente triste y decepcionada.

3- Una vez que la conducta empiece a bajar de tono puede progresivamente prestarle
atención de nuevo.

112
4- Se trata de una técnica que produce efectos de mejoría de forma progresiva. Nos
llevará cierto tiempo (dependiendo de las variables propias del niño y su entorno) el
conseguir resultados claros.

Es importante recalcar que la intención de éste tipo de técnicas es que el niño desaprenda
hábitos mal adquiridos y este proceso llevará un tiempo. Paralelamente debemos trabajar
y potenciar las conductas alternativas que nos interesa que el niño utilice. Insistimos en
que los padres intenten mantener la calma ya que el niño va interiorizando estos estados
emocionales. Si la respuesta a sus malas conductas es sólo más ruido y reproches fuera
de tono, es muy probable que esto nos venga devuelto al ir el niño interiorizando estos
patrones.

Otra cosa que debemos tener presente es la constancia en la aplicación de la técnica y


coherentes en su aplicación. Para ello es necesario que ambos padres y el resto de
figuras relevantes para el niño (abuelos, tíos, etc) actúen de igual forma ante las mismas
conductas.

Al inicio de aplicación, estas técnicas suelen producir un aumento en la frecuencia e


intensidad de las conductas que precisamente intentamos eliminar. Es un hecho normal e
indicador de que vamos por el buen camino. No se desanime tras los primeros fracasos.
Necesitaremos un poco de tiempo.

2- La técnica del Tiempo Fuera

Esta técnica supone una variación de la anterior en tanto es una técnica que utiliza
básicamente la retirada de atención, por lo que muchos de los principios allí expuestos
son válidos aquí pero con algunas matizaciones.

Delante episodios de lloros, rabietas o travesuras más subidas de tono (por ejemplo,
cuando se produce el descontrol), puede utilizarse la técnica de "tiempo fuera", en el que
el niño se le retira físicamente del espacio actual para trasladarlo a su habitación u otro
lugar, por un breve espacio de tiempo. También pueden ser los padres los que se retiran
del lugar donde esté el niño (cuando es posible, p.e. en el comedor de la casa).

Antes de aplicar la técnica debemos tener claras algunas medidas preventivas como que
el sitio al que lo retiremos temporalmente sea un sitio en el que no tenga al alcance
juegos u otras compañías para entretenerse. No se trata de buscarle un sitio hostil sino un
sitio que sea aburrido con escasas posibilidades de que pueda hacer algo para pasar el
tiempo.

Otro punto es que se debe trasladar al niño inmediatamente después de aparecer la


conducta o en el momento que ha llegado a un punto insostenible (por ejemplo, discusión
entre hermanos que llega a un punto de descontrol).

No se trata de discutir con él, por lo cual no debemos entrar en recriminaciones ni


calificativos despectivos como: "Eres muy malo y te voy a castigar" o "Me tienes harta, no

113
tienes remedio... “Sí puede explicarle, con un tono calmado pero seguro y imperativo, el
motivo de su retirada. Para ello dígaselo concretando su queja "Como has pegado a tu
hermanito no vas a poder jugar con él". Haga caso omiso de sus protestas o promesas.
Recuerde que debe mostrarse firme y con molestia por la conducta, pero no fuera de
control. La idea es lanzarle un mensaje muy claro de que ha hecho algo mal y que
estamos disgustados con él. Al respecto y de forma muy breve puede también decirle
(ajustando el mensaje a la edad del niño) algo así como: "me has decepcionado tanto
que, en estos momentos no quiero estar contigo. Me siento muy triste".

Para que la mediad sea efectiva es necesario que no permita que salga antes de tiempo
del lugar de aislamiento. Si lo hace adviértale de consecuencias más negativas como que
deberá estar más rato en esta situación.

El tiempo de aislamiento normalmente se calcula en base a un minuto por año del niño
con un máximo de 20 minutos. Sin embargo, esto debe ser valorado por los padres. No se
aconsejan tiempos más largos ya que pueden producir la conducta contraria a la que
queremos eliminar.

Si cuando lo vamos a buscar sigue con las mismas conductas inadecuadas, hay que
advertirle que si quiere salir deberá estar al menos 15 segundos sin efectuarlas.
Manténgase firme en la decisión. Si pasa la prueba es muy posible que los episodios
remitan, si cede aumentarán con toda probabilidad.

Si el niño llegase a provocar desperfectos en el interior del habitáculo (ha desordenado o


roto alguna cosa) deberá reponerlo o corregirlo con alguna acción antes de salir.

Se debe tener cuidado que esta retirada física no comporte algún tipo de beneficio
indirecto al niño. Por ejemplo si el niño consigue dejar de estudiar o evitarse comer algo
que no le gusta, lo que haríamos es reforzar la conducta inadecuada.
Ésta técnica suele ser muy efectiva si se utiliza adecuadamente y con decisión. La
efectividad de la técnica, independientemente de que le estamos retirando la atención, es
que estamos despertando, contingentemente con la aparición de las conductas no
deseadas, uno de los "fantasmas infantiles" más presentes en la etapa infantil: la
ansiedad de separación. Aunque el niño tenga suficiente edad para saber que no será
abandonado realmente, el hecho de hacerle revivir esta ansiedad puede dispararle
interiormente ciertas alarmas. Lo que ahora puede temer no es la separación física sino la
emotiva. De tal forma que el niño corregirá su conducta actual y futura no por las razones
de los padres sino por las suyas (temor a perder el respaldo emocional de los padres).

Como en todas las técnicas basadas en la retirada de atención, recuerde que deben
introducirse momentos de atención hacia el niño contingentemente a la aparición de
conductas deseadas. El refuerzo verbal y físico (halagos, abrazos, manifestación de
alegría, entrega de algún premio, etc.).

3- Economía de fichas. Coste de la respuesta

114
Algo muy importante cuando tratamos de modificar la conducta de un niño es la forma en
que irreflexivamente damos regalos o juguetes de forma fácil pese a que presentan
comportamientos disruptivos o desobedientes, si bien debemos de premiar algunas
conductas, tampoco debemos premiar indiscriminadamente. Por todo ello parte de un
tratamiento más global, es la técnica denominada "economía de fichas" la cual suele
funcionar muy bien para regular los refuerzos que recibe el niño. Para obtener un premio
(juguete, salida a parque temático, excursión, etc...) deberá efectuar una serie de
conductas deseadas (o dejar de hacer otras) que deben concretarse (portarse bien,
obedecer, estudiar, ordenar sus cosas, etc...).

Tras efectuar esta conducta se le dará inmediatamente un reforzador (puntos, fichas...)


que el niño ira recogiendo hasta llegar a una determinada cantidad, momento en el que se
le entregará el premio final. También se pueden pactar pequeños premios inmediatos
para ciertas conductas deseadas al tiempo que se acumulan puntos para el premio mayor
(refuerzo demorado).

Lo importante es conseguir que el niño se dé cuenta que obtiene mayores beneficios y


privilegios actuando de forma correcta.

Algunos puntos claves para el buen funcionamiento de esta técnica son:

1- Dichos premios deben estar pactados de antemano, ser claros y atractivos para el niño.
Busque realmente cosas que le gusten (no sirve pretender que se gane algo que necesita,
por ejemplo, unos nuevos lápices para el colegio).

2- Asegúrese de que al principio puede ganarlos más fácilmente para motivarle. La


entrega de estos premios debe ir acompañada de un halago sincero "estoy muy
contento", "lo haces muy bien...." y, evidentemente, nunca deben ir acompañados de
verbalizaciones negativas del tipo "a ver cuánto dura..." Cuanto más pequeño sea el niño
o más inquieto, más cortos deben ser los períodos en los que se evalúa la conducta (no
funcionará prometerle algo si aprueba el curso dentro de tres meses).

3- En el caso de niños hiperactivos tenga en cuenta que hay especial dificultad para
posponer las cosas. En todos estos casos, si se entrega una ficha como reforzador, ésta
podrá ser intercambiada (al menos al principio) inmediatamente por algún objeto de su
deseo (pequeño juguete, golosinas, etc...). Deberá procederse de igual modo con niños
que presenten discapacidad intelectual.

4-Es importante que se cree una lista o cartel donde se puedan visualizar el estado de los
puntos obtenidos y los que le faltan para llegar al premio, cuando éste se demora según el
plan establecido. En caso de la aparición de mala conducta puede también utilizarse la
retirada de alguno de los puntos (coste de la respuesta).

5- Sea constante en la aplicación de ésta técnica y no se deje llevar por la frustración en


el primer contratiempo. Se necesita tiempo para cambiar hábitos mal adquiridos y no hay
soluciones mágicas al respecto.

115
6-Recuerde que cuando dé instrucciones a su hijo, debe hacerlo de forma clara y
concreta, sin contradicciones y de forma que sean comprensibles para su edad. Procure
no hacerlo acompañado de contacto físico instigador (la utilización de la instigación ha
demostrado ser un gran potenciador del incumplimiento).

Estas técnicas suelen ser muy efectivas para el control de las conductas tanto en el
ámbito familiar como en el escolar. No se trata de que el niño aprenda a funcionar
siempre a base de premios sino de darle, al principio, motivos para iniciar un cambio en
sus conductas.

Lo que se espera en el futuro es que las conductas adecuadas se mantengan no por los
premios sino por lo que llamamos "reforzadores naturales". Por ejemplo, un niño puede
empezar a no efectuar determinadas conductas disruptivas por ganarse el premio, pero
este cambio de comportamiento puede hacer que funcione mejor con sus amigos y esto
convertirse a medio plazo en un reforzador más potente que el premio inicial. Las
conductas pasan a ser controladas por las consecuencias positivas que se generan en su
entorno.

5- La intención paradójica

Es una técnica que bien utilizada puede tener un efecto fulminante sobre la conducta que
queremos extinguir. Explicado en pocas palabras se trataría de pedirle al niño o al alumno
que haga aquello que precisamente queremos evitar.

Imaginemos una situación en un aula donde un niño se niega sistemáticamente a efectuar


cualquier actividad escolar. El niño cada día entra en una dinámica de provocación hacia
al maestro, sometiéndolo a una dura prueba de paciencia.

¿Qué ocurriría si un día el maestro le dice: "Hoy quiero que no hagas nada, te voy a dar
permiso para que estés todo el tiempo sin hacer ninguna actividad. No quiero ni que me
escuches. Sólo debes permanecer callado y sin hacer ruido en tu sitio".

Unas instrucciones de este tipo pueden crear en el niño una situación de perplejidad,
aunque al principio pueda vivirlo de forma gratificante. El hecho de que se inviertan los
roles, es decir, siempre la desobediencia se producía para dejar de hacer la actividad
concreta. Ahora para no hacer la actividad debo de obedecer las instrucciones, con lo cual
el niño pasa a perder su papel de desobediente.

Para este día podemos planificar unas actividades gratificantes para el resto de los niños
y en las que no podrá participar el niño que tenemos bajo las instrucciones de "no hacer
nada". Debemos procurar que se aburra lo máximo posible e incluso si interviene en
alguna actividad recordarle que él no puede hacer nada ese día.

Con esta actuación es de esperar que el niño haga un cambio de planteamientos y que
sus conductas negativistas en el aula disminuyan.

116
Evidentemente la técnica tiene sus limitaciones y debe valorarse antes su idoneidad
según el perfil del niño. Suele funcionar bien en niños de entornos problemáticos pero con
un perfil cognitivo normal.

Se colocan dos ejemplos de cómo se puede implementar ésta técnica en el ámbito clínico.

Ejemplo 1:

Supongamos que J. es un niño de 9 años con buen nivel intelectual pero con muchas
limitaciones en su funcionamiento social debido a que presenta obsesiones recurrentes
acerca de lo bien o mal que realiza sus actividades. De forma repetitiva necesita de la
aprobación constante del adulto y si no la obtiene o considera que ésta no ha sido
suficientemente clara le crea un gran desasosiego y ansiedad. Aquí la intervención iría
encaminada a pedirle al niño que ejecute mal deliberadamente alguna actividad, a que
deje de ser por un momento perfeccionista. En definitiva, a que se enfrentara con sus
temores de una forma controlada y que aprendiera que no se producen las temidas
consecuencias catastróficas.

Ejemplo 2:

P. es una niña con 7 años de edad. Su nivel intelectual es normal pero ha aceptado muy
mal la separación de sus padres. Su rendimiento escolar ha bajado mucho hasta el punto
que su profesora está muy preocupada. Han aparecido ciertos comportamientos
disruptivos y autolesivos que antes no estaban presentes en el repertorio de la niña.
Actualmente sigue un tratamiento cognitivo-conductual, pero una de las conductas que
más preocupa a sus padres, es la de morderse los dedos o uñas de la mano hasta el
punto de provocarse erosiones. Es evidente que la intervención psicológica se está
produciendo a diferentes niveles, sin embargo, en la conducta concreta de morderse las
uñas (si no hay avances) podemos intentar una solución drástica con la intención
paradójica.

En una situación controlada, vamos a pedirle que no deje de morderse los dedos (siempre
vigilando la intensidad de la misma y en el caso de que no haya contraindicación médica o
lesiones en la zona afectada) durante períodos cada vez más largos. Se le recriminará si
deja de hacerlo antes del tiempo previsto.

El acto deja de convertirse en voluntario, pierde su capacidad de llamar la atención y se


vuelve desagradable. Es posible que su frecuencia disminuya después del tratamiento si
se han seguido los tiempos y las formas adecuadas.18

18
Banús Llort, S. (Mayo de 2011). Psicodiagnosis.es. Recuperado el 20 de Julio de 2012, de Psicología clínica
infantil y juvenil: Una aproximación a su conocimiento:
http://www.psicodiagnosis.es/areaespecializada/tecnicasdeintervencion/
tecnicasconductualesaplicadasanios/index.php

117
3.4.3Terapia Gestalt

3.4.3.1 Círculo Mágico

También llamado “Circulo de aprendizaje”, es una técnica que tiene por objetivo integrar
aspectos emocionales y sociales al aprendizaje.

El aprendizaje de valores y actitudes, es decir (la parte formativa de la educación) no


puede ser transmitida a través de palabras, discursos, o conferencias.

El aprendizaje que ahí se genera, ahí termina y su energía queda circulando


significativamente para cada participante que lo compone y es inherente a su naturaleza,
por eso su nombre.

La energía circula y produce un aprendizaje significativo y fenoménico de cada


participante como un hecho singular y común a todos de una forma única y compartida
con las experiencias de todos. “Transforma como por arte de magia”.

Lo anterior se da gracias a que con cada participación en el proceso, los integrantes


toman y asimilan lo que comparten los otros, haciendo un cambio en la forma de pensar,
sentir y vivir en adelante, por eso es como “Magia”.

Los principales objetivos que persigue esta técnica son:

1. Aumentar el nivel de relaciones interpersonales de los participantes a través de la:


Comunicación, entendida como el proceso de descubrir o expresar a otro algo de
nosotros mismos. Para comunicarse mejor lo que tenemos que hacer es escuchar para
entender al otro con su propia realidad.

El proceso de escuchar implica que voluntariamente dejo de lado mi interpretación de los


mensajes que recibo y me centro en comprender cómo percibe la situación la persona
que me está hablando.

2. Promover la conciencia, la maestría y la interacción social:

 Conciencia: Conlleva el conocimiento de uno mismo y del ambiente que nos


rodea.
 Maestría: La capacidad responsable, la confianza y seguridad en sí mismo y por
consiguiente la autoestima.
 Interacción Social: Las habilidades para la comunicación, la comprensión y el
respeto mutuo en las relaciones interpersonales.

3. La acción orientada a reconocer las propias emociones.

La Filosofía del Programa se basa en aquellas teorías que consideran la interacción


humana como una fuerza muy poderosa de aquí que TODOS podamos aprender de
nosotros mismos y de los demás a través de la interacción grupal.

118
Esta técnica subraya la importancia de la prevención en contraste con la terapia, pues
consiste en un programa preventivo, creado para desarrollar habilidades personales y
sociales en los seres humanos en las etapas en que es más fácil aprender: “La infancia y
adolescencia”.

Estas habilidades están encaminadas a propiciar a partir de un tema especifico, un clima


de respeto, confianza, apoyo, aprecio. Donde los niños o adolescentes aprendan poco a
poco a comunicar lo que sienten sin insultar, reclamar, menospreciar, etc. y a responder
dando apoyo y respeto. Así, el proceso facilita también la expresión como una
herramienta que se puede utilizar, paulatinamente, fuera de las sesiones.

Por lo anterior, se busca que se tengan experiencias positivas y proporcionar los


elementos para que cada quien vaya desarrollándose a su paso y a su manera.

Por ser una técnica estructurada para crecer paulatinamente, requiere de parte del
facilitador una actitud interna y externa que esté de acuerdo con la filosofía del programa.

Sus características fundamentales serian: Congruencia, empatía y aceptación


incondicional.

Las sesiones

Se realizan preferentemente sentados en círculo en el cual, él o la facilitadora y un


pequeño grupo de estudiantes, se pueden comunicar frente a frente, desde una
perspectiva no confrontativa ni coercitiva, sino favoreciendo el clima de confianza.

La Secuencia del círculo es la siguiente:

• Organización
• Introducción
• Reglas
• Tema
• Participación
• Revisión
• Resumen Cognoscitivo
• Cierre
Metodología

La información se presenta por medio de breves exposiciones teóricas, demostraciones y


prácticas. Se llevan a cabo ejercicios de reflexión personal y grupal. Se utiliza una amplia
variedad de medios de expresión para favorecer la creatividad y el buen ambiente de
trabajo en el grupo. La participación siempre es voluntaria.

Contenido

Se abordan temas que surgen como problemáticas cotidianas, sentimientos, emociones,


preocupaciones y buscan la forma de abrirlo en grupo para darle solución de la mejor

119
manera, una vez que se reflexiona sobre el contenido de trabajo a fin de que con la
orientación del experto encuentren la solución

Hay ciertas conductas que facilitan la comunicación como: que exista un silencio
acogedor, un adecuado lenguaje corporal, establecer contacto visual, hacer ruidos
amistosos, formular preguntas abiertas y resumir o parafrasear las intervenciones.

De igual manera debemos evitar las barreras de la comunicación como son: Interrumpir,
confrontar, dominar, interrogar, aconsejar, juzgar, interpretar, o denigrar.

De igual manera es importante mencionar lo que no es el “Círculo Mágico”, no es una


terapia, aunque conlleva un apoyo dirigido a la expresión de sentimientos, y no es una
clase tradicional, ya que la profundidad con la que se abordan las temáticas propuestas
está lejana de una clase típica, ya que cada estudiante hace una aportación de su visión
del problema.19

3.4.4 Humanista

3.4.4.1 Terapia Lúdica de Rogers

Parece ser que en todo individuo existe una fuerza poderosa que continuamente lucha por
alcanzar su plena autorrealización. Esta fuerza se puede describir como un impulso hacia
la madurez, la independencia y la autodirección. Este impulso continúa implacablemente
hasta llegar a realizarse, pero necesita de un ambiente que favorezca el crecimiento para
poder desarrollar una estructura bien balanceada. Tal como una planta necesita del sol,
de la lluvia y de una tierra fértil, para poder llegar a su máximo desarrollo, así el individuo
necesita el permiso para ser él mismo y de una aceptación total, tanto por parte de sí
mismo como de los demás.

Para poder obtener una satisfacción directa de su impulso de crecimiento necesita asumir
el derecho de ser un individuo con el privilegio innato de dignidad que posee todo ser
humano. El crecimiento es un proceso de cambio como una espiral, relativo y dinámico.
Las experiencias hacen que cambie el enfoque y la perspectiva del individuo.

Todo es relativo y el patrón es algo que cambia y se vuelve a organizar. La dinámica de la


vida es tal que cada experiencia, actitud y pensamiento del individuo está cambiando
constantemente en relación a la interacción de las fuerzas psicológicas y ambientales en
cada individuo. Así, lo que pasó ayer ya no tiene hoy el mismo significado para el
individuo que tenía en el momento en que sucedió debido al impacto de las fuerzas vitales
y la interacción con otros individuos; esta experiencia será integrada mañana de una
manera completamente diferente.

Esta característica del cambio también se aplica a las respuestas de la conducta. Las
respuestas que aparentemente parecen similares día tras día a veces se les nombra

19
Psicoterapia Gestalt. (28 de Julio de 2011). Recuperado el 20 de Julio de 2012, de Círculo Mágico:
http://psicoterapiagestalt-mar.blogspot.mx/2011/07/circulo-magico.html

120
hábitos, pero los hábitos desaparecen y parecen esfumarse cuando el individuo ya no
siente necesidad de ellos o cuando descubre otro tipo de conducta más satisfactoria.

Esta flexibilidad que se observa en la personalidad y conducta del individuo es lo que ha


permitido abrir una puerta a la esperanza creando una forma positiva de mirar a aquellos
individuos que parecen tener todo en contra desde el principio. Cuando el individuo cobra
conciencia de la parte que él puede tomar, en poder dirigir su propia vida, y cuando
acepta la responsabilidad que viene con la libertad de esta autoridad interna, entonces
puede planear su curso de acción con mayor precisión.

Un niño generalmente perdona y olvida con facilidad aquellas experiencias que le han
sido negativas. A no ser que las condiciones hayan sido realmente desfavorables, el niño
acepta la vida tal como la encuentra y de la misma manera acepta a las personas con
quienes vive. Expresa en todos sentidos un anhelo, una curiosidad, un gran amor hacia la
vida que lo emociona y hace que se deleite con los placeres más simples.

Normalmente al niño le encanta crecer y constantemente lucha por hacerlo, en ocasiones


extralimitándose en esta ansia de crecer. Es a la vez humilde y orgulloso, valiente y
miedoso, dominante y sumiso, curioso y satisfecho, deseoso e indiferente, ama y odia,
pelea y hace las paces, puede estar sumamente feliz o desesperadamente triste. ¿Por
qué? Algunos psicólogos tratan de explicar estas reacciones como ejemplos de
respuestas a un determinado estímulo.

Muchas veces se ha dicho que en cada individuo existen ciertas necesidades básicas y
que el organismo lucha constantemente por satisfacerlas. Cuando alcanza una
satisfacción relativamente plena se dice que el individuo está bien adaptado. Cuando el
esfuerzo por buscar esta tranquilidad de sus necesidades se encuentra impedido, toma
caminos desviados para lograr la satisfacción y se dice en este caso que el individuo está
mal adaptado. Esta es una simple explicación de lo que significa adaptabilidad o
inadaptabilidad, aunque realmente no parece adecuada para explicar la complejidad de
los logros del organismo humano.

Ciertamente, esta explicación sobre la conducta humana es muy pobre para justificar
aspectos como "respeto por el individuo" y la "dignidad a la que todo ser humano tiene
derecho" .En realidad, en esta exposición uno se inclinaría mas a admirar al tipo de
conducta "mal adaptada" porque parece más compleja, más ingeniosa y más selectiva
que aquella otra que sólo se basa en la satisfacción directa de las necesidades. La
personalidad parece no admitir ser clasificada, estereotipada o fragmentada. Un individuo
que actúa como rígido y temeroso ante una situación particular o con una determinada
persona, reacciona muchas veces de manera bastante diferente bajo otras circunstancias
y en relación con otros individuos. La conducta del individuo parece estar regida en todo
momento por un solo impulso, que es el llegar a una completa autorrealización. Cuando
este impulso se encuentra bloqueado por presiones externas, el crecimiento hacia ese
objetivo no cesa, sino que continúa con creciente ímpetu debido a la fuerza que generan
las tensiones creadas por la frustración.

121
Cuando un individuo se encuentra ante una barrera que le hace más difícil alcanzar la
completa realización de su Yo, forma un área de resistencia, fricción y tensión. El impulso
hacia la autorrealización continúa y la conducta que adopta el individuo demuestra que
está satisfaciendo este impulso interno por medio de luchar abiertamente para establecer
su autoconcepto dentro del mundo real, o bien que lo está solventando en forma vicaria,
reprimiéndolo en su mundo interno donde podrá establecerlo con menor esfuerzo.

Entre más se internaliza más peligroso es, y entre más se aleja del mundo real más difícil
será ayudarlo. Las manifestaciones de conducta que se exteriorizan dependen de la
integración de las experiencias pasadas y presentes, de las condiciones e interrelaciones,
pero están dirigidas hacia la satisfacción de este impulso interno que siempre continúa
mientras exista vida.

Posiblemente la diferencia entre adaptación y desadaptación podría explicarse de la


siguiente manera: Cuando el individuo desarrolla la suficiente confianza en sí mismo
como para poder exteriorizar su autoconcepto, sacándolo del mundo de las sombras
hacia la luz conscientemente, y con un propósito determinado puede dirigir su conducta
por medio de evaluación, selección y aplicación para alcanzar su máxima meta en la vida-
la completa autorrealización-, entonces podrá decirse que está bien adaptado.

Por otro lado, cuando el individuo carece de la suficiente confianza en sí mismo como
para poder dirigir su curso de acción abiertamente, parece estar satisfecho decrecer en su
autorrealización en forma vicaria en vez de directamente y casi no hace nada para
canalizar este impulso en una dirección más productiva y constructiva, entonces se dice
que está mal adaptado. Los distintos tipos de conducta inadaptada tales como el soñar
despierto, retraimiento, compensación, identificación, proyección, regresión, represión y
demás mecanismos a los que se les nombra como característicos de la desadaptación,
parecen ser manifestaciones de los intentos del yo interno para aproximarse a la
realización de su autoconcepto, pero de una forma encubierta.

Entre más alejados se encuentren la conducta y el concepto, tanto mayor será el grado de
inadaptación. El individuo reacciona de una determinada forma debido a la configuración
total de todas sus experiencias. Su reacción es un complejo gravoso que necesita
clarificarse, ser objetivo, poder aceptarse y también desarrollar el sentido de
responsabilidad para hacer algo al respecto.

La terapia no-directiva se basa en la suposición de que cada individuo lleva dentro de sí


mismo, no sólo la habilidad para resolver sus propios problemas de una manera efectiva,
sino también el impulso de crecimiento que hace que la conducta madura llegue a ser
más satisfactoria que la conducta inmadura.

Este tipo de terapia comienza en la etapa en que el individuo se encuentra y basa el


proceso en la configuración presente, permitiendo que los cambios ocurran, incluso de un
minuto a otro, durante el contacto terapéutico. La velocidad de estos cambios depende de
la reorganización de las experiencias que el individuo haya acumulado, así como de sus

122
actitudes, pensamientos y sentimientos que hacen posible llegar a la introspección:
requisito indispensable para que una terapia tenga éxito.

La terapia no-directiva da "permisividad" al individuo de ser él mismo, acepta


completamente su Yo sin evaluación ni presión para que cambie; reconoce y clarifícalas
actitudes emocionales expresadas reflejando lo que el cliente expresa.

Debido al proceso mismo, la terapia no-directiva ofrece al individuo la oportunidad de ser


él mismo, de aprender a conocerse, de poder trazar su curso de acción abierta y
francamente.

TERAPIA DE JUEGO

La terapia de juego no-directiva, tal como se ha dicho anteriormente, puede describirse


como la oportunidad que se ofrece al niño para experimentar crecimiento, bajo las
condiciones más favorables. Ya que el juego constituye su medio natural de
autoexpresión, el niño tiene la oportunidad de actuar por este medio todos sus
sentimientos acumulados de tensión, frustración, inseguridad, agresión, temor, perplejidad
y confusión.

El poder actuar estos sentimientos por medio del juego hace que emerjan a la superficie
expresándolos abiertamente, así el niño puede enfrentarse a ellos, aprendiendo a
controlados o a rechazarlos. Cuando logra alcanzar una relajación emocional empieza a
darse cuenta del poder interno que tiene para ser un individuo con derechos propios, de
poder pensar por sí mismo y tomar sus propias decisiones, de lograr una mayor madurez
sicológica; y al hacer lo llega a realizarse plenamente.

El cuarto de terapia de juego es un lugar que propicia el crecimiento. Dentro de la


seguridad de este cuarto en donde el niño es la persona más importante, donde él
controla la situación y a sí mismo, donde nadie le dice lo que debe hacer, nadie lo critica,
nadie lo regaña ni sugiere o lo obliga y nadie se entromete en su vida privada, siente, de
momento, que ahí puede extender sus alas y verse frente a frente, ya que es aceptado
por completo.

Puede probar sus ideas y expresarse abiertamente, pues este es su mundo en donde no
tiene que competir con otras fuerzas tales como la autoridad del adulto o la rivalidad de
otros niños, o también situaciones en donde se le toma como instrumento en el juego
entre dos padres quisquillosos o se convierte en el blanco de las frustraciones y
agresiones de otra persona. Ahí es un individuo con sus propios derechos y se le trata
con dignidad y respeto. Puede decir todo lo que se le venga en gana y seguir siendo
respetado plenamente. Puede jugar con los juguetes de la manera que él quiera y
aceptársele del todo. Puede odiar, amar o ser tan indiferente como una estatua, y seguirá
siendo aceptado. Puede ser rápido como un remolino o lento como la melaza, mas no se
le limitará ni se le apresurará. El sentir que repentinamente desaparecen las sugerencias,
mandatos, reprensiones, restricciones, críticas, desaprobaciones, apoyo e intrusiones del
adulto es una experiencia única para un niño.

123
Todo esto se remplaza en la terapia por una completa aceptación y permiso para ser él
mismo. No es de sorprender que durante su primera sesión de terapia de juego, el niño
frecuentemente parezca confundido. ¿De qué se trata todo esto? Está sospechoso y
curioso a la vez.

Siempre ha tenido a alguien que le ayude a vivir su vida y quizá hasta alguien con la firme
determinación de vivir su vida por él; de repente esta interferencia desaparece y ya no
está viviendo bajo la sombra de alguien que inevitablemente es más poderoso que él. Se
encuentra afuera, a la luz del sol y las únicas sombras serán aquellas que él mismo desee
crear.

Es un reto, y algo muy profundo dentro del niño responde a este abierto reto a ser él
mismo, ejerciendo ese poder vital interno, dándole dirección, convirtiéndose en un
individuo con más propósito y decisión.

Primero ensaya, con cautela al principio, y, conforme va sintiendo el ambiente permisivo y


de seguridad, empieza a explorar de una manera más atrevida las posibilidades de esta
situación. Ya no se encuentra bloqueado por fuerzas externas y su impulso interno de
crecimiento ya no tiene barreras que sortear. La resistencia psicológica a la que
anteriormente se enfrentaba ha desaparecido.

La presencia de un terapeuta aceptante, amigable y comprensivo le da un sentimiento de


seguridad y los límites, por pocos que éstos sean, así como la participación del terapeuta,
contribuyen a este sentimiento de seguridad y de realidad.

El terapeuta es sensible a lo que el niño siente y expresa a través de sus juegos y


verbalizaciones y, al reflejarle de una cierta manera estas actitudes expresadas
emocionalmente, le ayuda a comprenderse mejor a sí mismo. Respeta al niño y cree en
su habilidad para bastarse por sí solo y convertirse en un individuo más maduro e
independiente si se le da la oportunidad de hacerlo.

Además de ayudarlo a adquirir una mejor comprensión por medio de reflejarle sus
emociones, el terapeuta le hace sentir que lo comprende y que lo acepta en todo
momento, independientemente de lo que diga o haga. De esta manera el terapeuta lo
estimula a ahondar, cada vez con mayor profundidad, en su mundo interno haciendo que
surja su verdadero Yo.

Para el niño, la terapia constituye un reto a ese impulso interno que lucha constantemente
por realizarse. Es un reto que jamás ha sido ignorado por esta autora durante su
experiencia con niños. La velocidad en que el niño utiliza esta oportunidad varía según el
individuo, pero el hecho de que ocurre el crecimiento en distintos grados durante la
experiencia en la terapia de juego ha sido demostrado muchas veces.

Para el terapeuta es una oportunidad de probar la hipótesis de que si se le permite, el


niño puede y de hecho llega a ser más maduro, más positivo en sus actitudes y más
constructivo en la manera de expresar ese impulso interno.

124
El niño es capaz de resolver sus propios problemas, tomar decisiones y,
responsabilidades, de las que generalmente se le permite tener.

Toda experiencia terapéutica demuestra la existencia de este elemento consistente, o sea


el que el niño adquiere valor de seguir adelante, de convertirse en un individuo más
maduro e independiente. Ya que la completa aceptación del niño parece ser un elemento
de vital importancia, vale la pena estudiarlo más a fondo. ¿Aceptación de qué?

La respuesta es, al parecer, la aceptación del niño y la firme convicción de que es capaz
de autodeterminación. Es el respeto a la habilidad que tiene el niño para ser un individuo
pensante, independiente y constructivo. El aceptar también implica comprender ese
constante impulso que lucha por llegar a la completa autorrealización, o sea, la plenitud
de sí mismo como un individuo sicológicamente libre para que pueda funcionar a su
máxima capacidad.

El individuo bien adaptado es aquel que no encuentra muchos obstáculos en su camino y


al cual se le ha dado la oportunidad y el derecho de ser libre e independiente. La persona
mal adaptada parece ser aquella que, sea cual fuere la razón, le ha sido negado el
derecho de obtener esa libertad sin esfuerzo. Esto se comprueba una y otra vez al
examinar cada caso.

En ocasiones el individuo ha sido rechazado y hecho a un lado, en otras ha sido asfixiado


por sobreprotección haciendo que le sea más difícil romper la barrera. Tal parece que los
individuos no presentarían los síntomas de conducta que manifiestan si no se encontraran
luchando siempre por adquirir una situación social individual.

Las maneras para lograrlo son muchas y variadas, aunque siempre parece haber alguna
resistencia por parte misma del individuo que le impide llegar a esta madurez e
independencia. Aun el niño dominado, que se vuelve rígidamente dependiente, parece
lograr controlar su independencia de esa manera. El niño "chiquiado" que se resiste a
aprender a leer en la escuela parece a simple vista estar luchando contra su
independencia y madurez. Podría ser que este sea el medio más efectivo que él ha
descubierto para controlar la situación y en realidad represente una satisfacción debido a
que es una expresión de su poder para autodirigirse e individualizarse.

Esta es una hipótesis discutible que surge de la interpretación de los principales


resultados obtenidos durante las experiencias de terapia de juego, es decir, que en menor
o mayor grado siempre se presenta el crecimiento del individuo y, en ocasiones, en un
periodo increíblemente corto.

Son muchos los casos que prueban que lo único que el individuo necesita para satisfacer
este impulso interno es poder despojarse de las cadenas, ser libre y permitirle desarrollar
plenamente su Yo sin tener que luchar contra frustraciones y prejuicios. Esto no significa
que se vaya a volver tan centrado en sí mismo que el resto del mundo deje de existir para
él. Quiere decir que el individuo adquiere libertad para satisfacer su impulso interno de
una manera natural, pero sin que esto se convierta en la mira principal de toda su
existencia o canalice todas sus energías para atacar violentamente las barreras que le

125
impiden alcanzar su madurez haciendo que fije su atención sólo en sí mismo. Cuando
este impulso interno se llega a satisfacer de una manera natural y constante, se convierte
en algo dinámico, ya que el crecimiento es un proceso continuo que existe mientras haya
vida.

Al mismo tiempo que el individuo adquiere su madurez física, asimismo adquiere madurez
sicológica para lograr un equilibrio positivo.

Así como el individuo utiliza su creciente independencia corporal para aumentar los límites
de su capacidad física, también utiliza su creciente independencia sicológica para
extender los límites de sus capacidades mentales. El niño que sabe correr llega más lejos
que el bebé que sólo gatea. El niño que ha aprendido a hablar se puede comunicar mejor
que el bebé que balbucea.

Junto con la madurez viene la expansión del individuo que puede abarcar al mundo hasta
donde le sea posible incorporarlo en su esquema de vida. Y así es durante toda la vida. El
niño que se ha liberado desde el punto de vista psicológico, puede lograr más de una
manera creativa y constructiva que aquel que gasta todas sus energías en una lucha
frustrante y tensa para obtener su libertad y situación en el mundo como individuo.

El niño será un individuo y si no puede lograrlo por medios legítimos entonces lo hará
valiéndose de acciones sustitutas. Así, el niño hace berrinches, fastidia, está
malhumorado, sueña despierto, pelea y trata de escandalizar a otros con sus acciones.

En muchas ocasiones los maestros han dicho que la mejor manera de controlar a un niño
que está tratando de llamar la atención es darle una razón real para que pueda lucirse.
"¡Que tome parte en la obra de teatro. Denle responsabilidad en el salón de clases!"; y así
como éstos se han utilizado otros medios para satisfacer la necesidad que tiene el niño de
ser considerado como una persona valiosa. Esta oportunidad para desarrollar ese poder
interno que lo impulsa a ser él mismo, se da al niño en forma semejante durante la hora
de terapia.

Los juguetes ayudan a este proceso porque definitivamente constituyen el medio de


expresión del niño y son materiales que generalmente son considerados como propios del
niño. Su juego expresa lo que él quisiera hacer y puede ordenar su mundo a su entera
satisfacción. Es por esto que el terapeuta no-directivo no dirige el juego en ningún
momento. El terapeuta concede al niño lo que le pertenece, en este caso los juguetes y su
libre manejo.

Cuando el niño juega libremente y sin dirección está expresando su personalidad. Está
experimentando un periodo de pensamiento y acción independiente y está liberando
aquellos sentimientos y actitudes que han estado luchando por salir al descubierto. Según
esto no parece ser indispensable que el niño sea consciente de que tiene un problema
para que pueda obtener beneficio de la terapia. Son muchos los niños que han pasado
por una experiencia terapéutica y han mostrado visibles señas de adoptar actitudes y
conductas más maduras y, sin embargo, nunca tuvieron otra idea más que sólo se trataba
de una hora de juego libre. La terapia no-directiva no debe ser considerada como un

126
medio para sustituir una conducta "no deseable" por otra más aceptable de acuerdo con
las normas fijadas por el adulto. No se trata de imponerse al niño de una manera
autoritaria diciendo:

"Tú tienes un problema y yo quiero que lo corrijas".

Cuando esto sucede, el niño opone resistencia, ya sea activa o pasiva. No quiere que se
le vuelva a moldear ya que ante todo está luchando por ser él mismo. Los patrones de
conducta que no son de su agrado resultan endebles y no vale la pena el gastar tiempo y
esfuerzo en tratar de imponérselos. El tipo de terapia que aquí estamos describiendo está
basada en una teoría positiva de las habilidades que posee el individuo. No limita ningún
aspecto de crecimiento individual. Es una terapia abierta, activa, que comienza en la
etapa en que está el individuo y permite que ésta llegue hasta donde él es capaz de
hacerla.

Es por esto que no se hacen entrevistas de diagnóstico previas a la terapia.


Independientemente de la conducta sintomática que presente, el individuo es recibido por
el terapeuta en su etapa actual. Las interpretaciones se evitan hasta donde es posible por
la misma razón. Lo que pasó anteriormente pertenece a la historia.

El tipo de relación que se establece entre el terapeuta y el niño, durante la terapia de


juego, es lo que hace posible que el niño pueda revelar su Yo verdadero al ser aceptado
por el terapeuta; y, debido a esta misma aceptación, crece un poco su confianza en sí
mismo y aumenta su capacidad para extender los límites de la ex- presión de su
personalidad.

El niño vive en su mundo propio y muy pocos adultos realmente lo comprenden. En el


mundo moderno parece haber tanta prisa y presión que es muy difícil que un niño llegue a
establecer la relación íntima y delicada con el adulto, necesaria para que pueda confiar
libremente su más íntima vida secreta. Son muchas las personas que tratan de explotar
su personalidad y esto hace que el niño defienda su identidad, apartándose para
deleitarse en aquellas cosas que le interesan y que son sumamente importantes para él.

Hasta ahora sólo se ha hablado de terapia individual pero en la actualidad las técnicas de
la terapia de juego no-directiva pueden aplicarse también a grupos. La terapia de grupo es
una experiencia no-directiva a la que se agrega el elemento de evaluación
contemporánea de la conducta más las reacciones entre las diferentes personalidades. La
experiencia de grupo introduce un elemento muy realista, ya que el niño vive en un mundo
con otros niños tiene que tomar en cuenta las reacciones de otros individuos y aprender a
ser considerados con los sentimientos de los demás.

Sin embargo, el asistir a una terapia de grupo no directiva no se considera como


pertenecer a un "club", "grupo recreativo o educacional", ni tampoco como sustituto de la
"situación familiar".

Es evidente que la terapia de grupo puede ser más efectiva que la terapia individual en los
casos en que los problemas del niño se centran en su adaptación social. Por otra parte,

127
en los casos donde los problemas están centrados en una profunda dificultad emocional,
la terapia individual es más apropiada. Ya que generalmente es imposible determinar cuál
es la base de los problemas del niño; quizá lo mejor sea ofrecerle tanto contactos
individuales como de grupo, en la medida que este tipo de arreglo sea posible.

Los principios básicos que guían al terapeuta en todos sus contactos terapéuticos no-
directivos son muy sencillos, pero de enormes probabilidades cuando son ejecutados con
sinceridad, consistencia e inteligencia. Los principios son los siguientes:

1. El terapeuta debe desarrollar una relación interna y amigable con el niño, mediante la
cual se establece una armonía lo antes posible.

2. El terapeuta acepta al niño tal como es.

3. El terapeuta crea un sentimiento de actitud permisiva en la relación, de tal forma que el


niño se siente libre para expresar sus sentimientos por completo.

4. El terapeuta está alerta a reconocer los sentimientos que el niño está expresando y los
refleja de nuevo hacia él de tal forma que logra profundizar más en su comportamiento.

5. El terapeuta observa un gran respeto por la habilidad del niño para solucionar sus
problemas, si a éste se le ha brindado la oportunidad para hacerlo. Es responsabilidad
del niño decidir y realizar cambios.

6. El terapeuta no intenta dirigir las acciones o conversación del niño en forma alguna. El
niño guía el camino; el terapeuta lo sigue.

7. El terapeuta no pretende apresurar el curso de la terapia. Este es un proceso gradual y,


como tal, reconocido por el terapeuta.

8. El terapeuta establece solo aquellas limitaciones que son necesarias para conservar la
terapia en el mundo de la realidad y hacerle patente al niño de su responsabilidad en la
relación.

Cuando un niño llega para terapia de juego, es por lo general debido a que algún adulto lo
ha traído o enviado a la clínica para su tratamiento. El chico aborda otra singular
experiencia en igual forma que afronta todas sus nuevas experiencias -ya sea con
entusiasmo, temor, precaución, resistencia o cualquiera otra forma que sea típica de su
manera de reaccionar ante nuevas situaciones-. El contacto inicial es de gran importancia
para el éxito de la terapia. Es durante este contacto cuando se prepara el escenario, por
así decirlo. La estructuración es presentada al niño, no solamente por medio de palabras,
sino también con la relación que es establecida entre la terapia y el niño.

Presentación de un caso donde se aplica la Terapia de Juego no directiva:

“El caso de Dickie: edad, siete años, extracto de la primera entrevista


Dickie coge la arcilla, se dirige a la mesa y toma asiento frente al terapeuta.
Dickie: Hagamos algo.

128
Terapeuta: Deseas hacer algo de arcilla.
Dickie: Dije "hagamos". Usted también haga algo.
Terapeuta:¿Qué deseas que haga?
Dickie (Frunciendo el ceño y rascando su cabeza):Deseo que haga un gato. Lo esconde
detrás de una gran roca.
Terapeuta (Empezando a hacer el gato de arcilla, así como también la roca para
esconderlo tras ella):Te agrada ordenarme.
Dickie: Usted haga lo que le digo (el terapeuta y Dickie hacen figuras de arcilla. Dickie
hace un conejo y una pila de rocas para esconderlo). Ahora empieza la pelea (el
terapeuta acerca su gato hacia su conejo. El niño de inmediato hace saltar a su conejo
encima del gato del terapeuta y lo desbarata). Listo. Este es el final del viejo gato. Haga
otro.
Terapeuta (Haciendo otro gato): Arruinaste mi primer gato y ahora quieres que haga otro.
Dickie: Sí (de nuevo el gato del terapeuta se enfrenta al mismo destino). Haga otro, y esta
vez haga que su gato salte sobre mi conejo (así lo hace el terapeuta, pero en el momento
preciso el conejo de Dickie le arranca la cabeza al gato y pellizca el resto de él entre los
dedos del terapeuta).
Terapeuta: Te agrada ensañarte con mi gato.
Dickie: Claro que sí. Me gusta pelear.
Terapeuta: También te gusta pelear.
Dickie: Así es. Y también me gusta ganar las peleas. Ahora haga una víbora.
Terapeuta: Deseas que yo haga una víbora (así lo hace. Dickie también hace otra. Se
inclina y alcanza la víbora del terapeuta y la compara con la suya. Después, en forma
deliberada, hace su víbora más grande que la del terapeuta). Quieres que tu víbora sea
más grande que la mía.
Dickie: Sí. Y va a derribar la cabeza de su víbora de un solo golpe. Listo. Esconda su
víbora tras esta roca. La mía está escondida aquí. (Dickie tiene a su víbora protegida
entre una enorme pila de rocas.)
Terapeuta: Quieres que tu víbora esté bien protegida.
Dickie: En esta ocasión voy a permitir que su víbora mate a la mía. Vamos. Hss.Ssss (las
víboras son acercadas una a la otra, pero en el momento en que la víbora del terapeuta
está a punto de atacar a la de Dickie, él deja caer una gran bola de arcilla encima de ella,
para luego aplastarla con su mano, desbaratando así la víbora del terapeuta. Ríe
jubilosamente). Lo burlé. Logré engañarlo.
Terapeuta: Te gusta poder burlarme, y hacerme creer lo que dices.
Dickie: Claro. Ahora vea si puede burlarme. Haga el intento a ver si puede.
Terapeuta: Tú deseas que yo vea si puedo burlarte.
Dickie: Sí. Trate de hacerlo.
Terapeuta: Tú no crees que yo pueda.
Dickie: No. Yo no creo que pueda, pero inténtelo (el terapeuta y Dickie maniobran con las
víboras de arcilla. La víbora del terapeuta arranca la cabeza del a víbora de Dickie. El niño
se retira bruscamente de la mesa y grita al terapeuta). ¡Mire lo que hizo! ¡Mire lo que le
hizo a mi víbora!
Terapeuta: Tú me dijiste que intentara burlarte, y luego cuando lo hice no te agradó.

129
Dickie: No. No me agrada. Ahora coloque de nuevo la cabeza en mi víbora. Cúrela.
Terapeuta: Deseas que yo coloque su cabeza de nuevo en su sitio, ya que fui yo quien se
la arranqué.
Dickie: Deseo que haga lo que digo.
Terapeuta: Te agrada darme órdenes.
Dickie (Riendo de repente): Esto es divertido. En realidad no me importan esas feas
víboras. Sólo estoy jugando (aguarda hasta que el terapeuta ha arreglado su víbora,
después le levanta por la cola y la presiona hasta hacer de ella una pelota. Después se
dirige al estante y alcanza los soldados empezando así otra batalla. Ene sta ocasión el
niño da la espalda al terapeuta).
Terapeuta: Estás sosteniendo una gran batalla.
Dickie: ¿Por qué no guarda silencio?
Terapeuta: Deseas que deje de hablar cuando tú lo ordenes.
Dickie: Sí. ¿Por qué no obedece? (el terapeuta guarda silencio. Dickie 'mira de reojo al
terapeuta y se nota complacido por su éxito en Silenciarlo). ¿Puedo regresar de nuevo?
Terapeuta: Sí. Si tú lo deseas.
Dickie: Sólo estoy jugando con usted. Usted dijo que podía jugar en la forma quedeseara.
Terapeuta: Sí. Eso fue lo que dije, y lo sostengo.
Dickie: ¿También puedo decirle lo que yo quiera?
Terapeuta: Sí.
Dickie: ¿Podría maldecir aquí, si lo deseara?
Terapeuta: Si eso deseas.
Dickie (Riendo con hilaridad): ¿Cuándo puedo venir de nuevo? ¿Todos los días?
Terapeuta: Puedes venir cada miércoles de todas las semanas a esta misma hora.
Dickie: Usted ya es un adulto y puedo decirle lo que deseo (ríe).
Terapeuta: Piensas que es divertido decir todo lo que desees a un adulto.
Dickie: Sí (sonríe). Cállese, señora X (el nombre de su maestra en la casa hogar).
Cállese, señora X.
Terapeuta: Te agradaría en ocasiones decirle a tu maestra que se callara.
Dickie: Cállese, señor M (el superintendente de la casa hogar). ¡Cierre su enorme boca!
Terapeuta: En ocasiones te agradaría decirle al señor M que cerrara "su horrible y enorme
boca".
Dickie: Eso quisiera, pero ¡no me atrevería!
Terapeuta: Te agradaría decirle eso, pero no te atreverías.
Dickie (Tomando asiento frente al terapeuta):¿Sabe una cosa?
Terapeuta: ¿Hmm?
Dickie: Quiero beber de la mamila.
Terapeuta: Ahí está, sobre el estante. Bebe de ella si lo deseas.
Dickie: ¿Sabe una cosa?
Terapeuta: ¿Hmm?
Dickie: Quiero arrastrarme por el piso y beber de la botella.
Terapeuta: Deseas actuar como un bebé. Bueno, adelante (mientras Dickie medita). No
sabes si hacerlo o no. (Dickie alcanza la botella, toma asiento frente al terapeuta y cierra

130
sus ojos a la vez que bebe de la botella. Después se baja al piso, se acuesta en él y
succiona el chupón con los ojos cerrados.)
Dickie: Soy un bebé.
Terapeuta: Te agrada ser un pequeño bebé.
Dickie: Ummhumm (permaneciendo acostado en el piso bebiendo durante el resto de la
hora)”
Es interesante hacer notar la forma en que Dickie utilizó su primera entrevista. Parecía
estar expresando sus sentimientos contra la autoridad demasiado opresiva de la casa
hogar. Escogió un objeto de plástico que pudiera manipular fácilmente, así como
controlarlo debidamente en lo concerniente a tamaño y durabilidad. Utilizó al terapeuta en
forma poco usual, introduciéndolo en el juego como símbolo de la autoridad que ejercían
los adultos y de esa manera poder expresar los sentimientos que no se atrevía a
exteriorizar ante los adultos que lo tenían bajo su cargo. Fue interesante observarlo actuar
de ser un niño dominante y dictatorial a convertirse en un indefenso bebé.20

UNIDAD DE APRENDIZAJE No. 4

4. Prácticas de psicología clínica

4.1 Diagnósticos de Casos Clínicos

En el siglo XX floreció la sistematización, en la que el médico tiene 3 tareas


fundamentales:

1) Diagnosticar; en este caso, diferenciar entre diferentes cuadros nosológicos


2) Explicar la etiología; es decir, la historia de las causas de la enfermedad
3) Plantear una intervención que se deriva de la teoría elaborada sobre la
enfermedad.

De esta práctica clínica centrada en la delimitación de cuadros mórbidos se han derivado


los modelos de la psiquiatría que hasta la fecha utilizamos para diagnosticar los trastornos
mentales. La Asociación Psiquiátrica Americana que publica su 1er. Manual en 1952. Los
primeros manuales estuvieron muy influidos por la teoría psicoanalítica, de suerte que
incluso las nomenclaturas que se utilizaban partieron de este enfoque teórico. Con el paso
del tiempo la psiquiatría se ha ido deslindando del psicoanálisis; tanto, que ahora la
mayoría de los psicoanalistas son psicólogos y no psiquiatras. Por lo anterior, ahora los
manuales se avocan a describir entidades nosológicas sin dar explicaciones teóricas
sobre los diferentes cuadros.

Los manuales para realizar diagnósticos, como el DSM de la Asociación Psiquiátrica


Americana o el ICD de la Organización Mundial de la Salud, se siguen utilizando en la
Psicología Clínica, pues son una herramienta útil para que los profesionistas que
incursionan en este campo puedan ubicarse dentro de la amplísima gama de patologías

20
Axline, V. (1975). Terapia de Juego. México: Diana.

131
que se han diferenciado hasta la fecha. Por otro lado, es importante contar con estas
herramientas porque unifican criterios, lo que favorece la investigación y brinda la
posibilidad de hablar en lenguaje común entre los profesionistas que laboran en el campo
de la salud mental.

El uso de estos manuales no debe sustituir los juicios y las hipótesis que el clínico se
forma a partir de la propia observación, de sus conocimientos, y de su experiencia. El
ceñirse rígidamente al uso de DSM o del ICD puede dar lugar a una visión reduccionista y
parcial del ser humano que sufre y que acude al psicólogo en busca de ayuda.

Es preciso recordar siempre que los seres humanos somos únicos incluso en las
soluciones que damos a nuestros conflictos y las formaciones sintomatológicas que
generamos.21

4.1.1. Estructuración y realización de las entrevistas

Toda entrevista clínica debe ser planeada, estructurada y revisada para que pueda
cumplir con su propósito.

Las habilidades que debe poseer el terapeuta para realizar una adecuada entrevista
fueron planteadas anteriormente.

4.1.2 Aplicación, interpretación e integración de una batería de pruebas.

En la actualidad, probablemente pueda definir el carácter de las pruebas psicológicas


empleadas en el área clínica en dos grandes vertientes: las pruebas de personalidad y las
de valoración intelectual y neuropsicológica. Así el término prueba psicológica abarca una
amplia extensión de actividades y funciones.

El psicólogo clínico debe conocer las características de cada instrumento a utilizar con la
intención de evitar subjetividades al momento de la evaluación.

Se recomienda que para las pruebas de personalidad se combinen pruebas paramétricas


con proyectivas, y en el área de la medición de la capacidad intelectual se empleen dos
instrumentos para validar el resultado.

4.1.3 Elaboración de la Historia Clínica

No se abordará aquí la manera de realizar una historia clínica, pero si se hablará de la


relevancia de ella en el proceso terapéutico.

La tarea, al hacer una historia, es obtener datos que iluminen las experiencias personales
del paciente, y que permitan la formulación del diagnóstico. El primer paso consiste en la
obtención de la historia de la molestia principal, de su descripción, y de todos los aspectos
disponibles relacionados con su iniciación. La finalidad de este segmento del
interrogatorio es la de obtener una comprensión completa de los factores precipitantes y

21
Solloa García, L. (2006). Los Trastornos Psicológicos. México: Trillas.

132
de toda la situación vital contemporánea. Esto requiere del terapeuta, además de que sea
capaz de obtener datos sobre la dolencia actual, consiga además datos concernientes a
la forma de vida actual del paciente, que averigüe las relaciones con los demás, y la
situación vocacional y social.

Otro punto clave sobre todo en el caso de niños y adolescentes es averiguar sobre la
conformación de la familia, y tipo de convivencia que domina al interior de ella.

El requisito siguiente es una exhaustiva historia del desarrollo, con el propósito de utilizar
esa información para la comprensión del crecimiento y ambiente familiar que rodea o
rodeo al paciente, con la intención de ligar esa información con la situación actual y
analizar si pueden o no estar conectadas entre sí.

Una historia sólo se considera completa si como resultado de ella, el origen del
padecimiento actual se puede comprender completamente en términos dinámicos y se
puede relacionar con los sucesos genéticos, de desarrollo y culturales que lo precedieron.

Por supuesto, hacer la historia también debe incluir una atención detallada al desarrollo
psicológico, a las enfermedades y a cualquier desorden orgánico que posiblemente tenga
importancia dentro del problema del paciente en la actualidad.

No se puede dar una receta en torno a la estructura de la historia clínica pero se sugiere
llevarla estructurada en un formato para que el paciente lo vaya llenando de manera
previa, y posteriormente en la entrevista se revise y se añadan los datos que sean
pertinentes en cada caso.

4.1.4 Reporte del diagnóstico, pronóstico y tratamiento tentativo

El informe psicológico es un registro clínico que requiere especial cuidado en su


elaboración. Aunque existen diferentes estilos para realizarlo, se propone un diseño
estándar de los elementos que deben considerarse en un informe(Satter,1990):

 Ficha de identificación o Datos Generales


 Motivo de la consulta
 Persona que refiere al paciente
 Antecedentes importantes con relación al problema o Resumen de la Historia
Clínica.
 Observaciones de la conducta del paciente durante la entrevista y aplicación e
pruebas.
 Resultados de las pruebas psicométricas. En algunos informes no debe incluirse
los resultados cuantitativos, sino más bien el rendimiento en comparación con la
norma correspondiente.
 Interpretación clínica de los resultados en el contexto familiar, escolar /laboral y
social.
 Impresión diagnóstica
 Recomendaciones generales

133
 Nombre completo y firma de quien realizó el estudio, además del grado académico
que el psicólogo ha obtenido y el número de su cédula profesional.

Para integrar el informe se buscan los temas y tendencias comunes en los hallazgos de
los instrumentos empleados y las entrevistas. Los datos obtenidos de la evaluación deben
integrarse dentro de las perspectivas teóricas que lo sustenten, utilizando un lenguaje
común que pueda entender la persona que recibe el informe.

La meta de la evaluación psicológica consiste en obtener una visión amplia de la manera


en que el paciente funciona y se desenvuelve en diferentes ámbitos de su vida, por lo
cual antes de integrar la información es importante que se tenga una comprensión general
de todo los datos recogidos y vincularlos con el motivo de la consulta.

La síntesis de la información permitirá ofrecer el tratamiento adecuado de manera


interdisciplinaria y fuese el caso, o de remitirlo con otro especialista.

El informe debe de ser breve, por lo que se aconseja seleccionar adecuadamente la


información que se va a colocar, y nunca olvidarse de la cuestión ética con se debe
manejar la información.

4.2 Aplicación de Técnicas Psicoterapéuticas

Una vez que se han determinado los síntomas, el terapeuta debe dedicarse a la labor de
deshacer. El terapeuta debe de establecer aquellos factores que requieren cambio o que
se prestan más fácilmente para ello. Estos a su vez llevan a la elección de la intervención;
ésta puede consistir en operaciones verbales o seleccionadas entre las medidas adjuntas
de las que dispone el terapeuta.

Es innegable que en la elección de las técnicas psicoterapéuticas tendrá un papel


fundamental la experiencia del terapeuta y la corriente que domine, ya que de ello
dependerá su elección. Sin embargo como hemos visto no todo sirve para lo mismo, por
lo cual en ocasiones se debe seleccionar la técnica en función del tipo de paciente y el
tipo de problema que se quiere trabajar primeramente.

Hoy en día la práctica clínica se caracteriza por el tratamiento multimodal, ya que se han
flexibilizado las orientaciones teóricas dando origen al “eclecticismo”, que significa la
intención de recoger y combinar conceptos y técnicas procedentes de diversas escuelas,
en función de lo que parezca más adecuado a cada caso. Esta tendencia intenta incluso
combinar la terapia sistémicas individual y familiar con las perspectivas biológicas y
psicosociales.

En ocasiones se sugiere comenzar con lo superficial y poco a poco ir penetrando en la


psique del paciente, sin embargo no siempre se puede trabajar de ésta forma, ya que en
ocasiones el origen del problema está muy atrás en la vida de éste, y se requiere de una
introspección profunda, por lo cual se aconseja al lector, revisar las propuestas
planteadas con anterioridad y analizar ¿cuál sería la más adecuada a cada caso? Ya que

134
la naturaleza de cada caso al ser tan particular no permite que generalicemos ni
circunstancias ni tratamientos.

4.3 Evaluación del Proceso Psicoterapéutico

Evaluar el éxito de un tratamiento no siempre es tan fácil como puede pensarse. La


estimación de la mejoría de un paciente suele depender de alguna de las siguientes
fuentes de información:

1) La impresión subjetiva de que se ha producido un cambio


2) El reconocimiento por parte del paciente de que se ha producido un cambio
3) Los informes procedentes de la familia o amigos del paciente
4) La comparación de puntuaciones anteriores y posteriores al tratamiento, en una
serie de test de personalidad o de otros instrumentos diseñados para medir
facetas relevantes del funcionamiento psicológico.
5) Medidas del cambio en una serie de conductas explícitas.

Por desgracia, cada una de esas fuentes de confirmación tiene sus limitaciones
específicas.

Un terapeuta probablemente no sea el más indicado para juzgar el progreso de un


paciente, debido a que a fin y al cabo no es más que un ser humano que tiende a resaltar
sus aciertos y a olvidar sus errores. Por otra parte, lo más probable es que el terapeuta
solo disponga de una muestra muy reducida de conductas (las que exhibe el paciente en
terapia), a partir de las que hacer su evaluación del cambio.

En ocasiones la evaluación por un observador independiente, puede resultar más objetivo


y confiable.

En la actualidad tienden a utilizarse métodos más cuantitativos para medir el cambio


como algunos Inventarios que permiten comparar datos.

4.3.1 Criterios de alta y cierre del proceso terapéutico.

Todo proceso terapéutico llega a un momento en que las sesiones están cerca de su
finalización. Esto puede ocurrir en el instante en el que el paciente asume que ya no es
necesario continuarlas. Este momento debe ser esperado por el terapeuta con afecto y
con satisfacción ya que se trata del éxito de un trabajo profesional en el cual el paciente
logró su autoapoyo y ya conoce cómo resolver los problemas que se le presenten.

A veces es el terapeuta quien debe proponer la finalización de las sesiones siempre y


cuando haya captado que no es necesaria su continuación. Lo anterior lo basará en el
desarrollo de la autoestima y logros del paciente. Hay ocasiones en que éste no desea
terminar con el proceso y no es porque tenga asuntos pendientes dado que siempre los
tendrá, sino porque ha creado un lazo afectivo con su socio profesional que no desea que
termine.

135
Se sugiere entonces que aunque surja una amistad el acompañamiento profesional
termine no así la relación amistosa, sin embargo probablemente se viva como duelo.

Esto significará que el proceso de duelo que se da ante la finalización del tratamiento, que
se manifestará una negación a la ruptura del vínculo creado.

Este proceso finalizará dependiendo del tiempo que duró la relación y la entrega que hubo
en la misma, sin embargo no pasa de un año por lo general, dejando la sensación en
ambos de una puerta abierta que estará entre ambos para lo que se necesite.

Recordemos que en ningún momento debemos fomentar la dependencia en nuestros


consultantes, ya que sabremos que hicimos un buen trabajo cuando ellos tomen
decisiones y sean interdependientes.

4.3.3 Derivación.

Para remitir a un paciente se deben tener en cuenta varias razones:

-No tener un horario satisfactorio para ambos, en el que puedan coincidir.

-Cuando el caso lo justifique, por ejemplo que el código de valores entre ellos sea
substancialmente diferente o que el tipo de patología del paciente vaya más allá de la
competencia del terapeuta.

-Cuando no presente adecuado conocimiento del idioma que habla el terapeuta


(extranjeros)

-Cuando la sintomatología que presenta el paciente requiera de un manejo


multidisciplinario se podrá asesorar con los especialistas que el caso requiera. (Salama
Penhos, 2002)

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