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FUNCIONES ESENCIALES

FUNCIONES ESENCIALES

2000 2020
FESP 1 Seguimiento, evaluación y 1Monitoreo y evaluación de la
análisis de la situación de salud. salud y el bienestar, la equidad, los
determinantes sociales de la salud y el
desempeño e impacto de los sistemas de
salud;
FESP 2 Vigilancia de salud pública, 2 la vigilancia en la salud pública:
investigación y control de riesgos y daños el control y la gestión de los riesgos para
en la salud pública. la salud y las emergencias;
FESP 3 Promoción de la salud, con 10 acceso equitativo a
énfasis en enfermedades no transmisibles. intervenciones que buscan promover la
salud, reducir factores de riesgo y
favorecer comportamientos saludables;
FESP 4 Participación de la 5participación y movilización social,
comunidad, principalmente a través de la inclusión de actores estratégicos y
estrategia de municipios saludables. transparencia;
FESP 5 Fortalecimiento de la 8 financiamiento de la salud
capacidad institucional de regularización y eficiente y equitativo;
fiscalización en salud pública
FESP 6 Desarrollo de políticas y 4formulación e implementación de
capacidad institucional de planificación y políticas de salud y promoción de
gestión en salud legislación que proteja la salud de la
población;
FESP 7 Evaluación y promoción 9acceso equitativo a servicios de
del acceso equitativo a los servicios de salud integrales y de calidad; se juntan
salud
FESP 8 Desarrollo de recursos 6desarrollo de recursos humanos
humanos y capacitación en salud pública para la salud;
FESP 9 Garantía de calidad en 9acceso equitativo a servicios de
servicios de salud individuales y colectivos salud integrales y de calidad; se juntan
FESP 10 Investigación desarrollo e 3promoción y gestión de la
implementación de soluciones investigación y el conocimiento en el
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innovadoras en salud ámbito de la salud;


FESP 11 Reducción del impacto de 11 abordaje de los determinantes
las emergencias y desastres en la salud sociales de salud nuevo
se elimina

En el mes de diciembre de 2019, un brote de casos de una neumonía grave se inició en


la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en China. Los estudios epidemiológicos iniciales
mostraron que la enfermedad se expandía rápidamente, que se comportaba más
agresivamente en adultos entre los 30 y 79 años, con una letalidad global del 2,3% [1]. La
mayoría de los primeros casos correspondían a personas que trabajaban o frecuentaban el
Huanan Seafood Wholesale Market, un mercado de comidas de mar, el cual también distribuía
otros tipos de carne, incluyendo la de animales silvestres, tradicionalmente consumidos por la
población local [2,3]. Los estudios etiológicos iniciales dirigidos a los agentes comunes de la
infección respiratoria aguda, incluyendo los agentes de la influenza aviar, del síndrome
respiratorio agudo severo (SARS, del inglés, Severe Acute Respiratory Syndrome) y del
síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS, del inglés, Middle East Respiratory Syndrome),
arrojaron resultados negativos. El uso de métodos de secuenciación profunda, que no requieren
información previa sobre el agente que se busca, así como el aislamiento en cultivo de células,
seguido de microscopía electrónica y de secuenciación profunda, demostró que se trataba de
un agente viral nuevo, perteneciente al grupo de los coronavirus, y fue inicialmente llamado
2019-nCoV (novel coronavirus de 2019), genéticamente relacionado, pero distinto al agente del
SARS [1,3,4]. El brote se extendió rápidamente en número de casos y en diferentes regiones de
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FUNCIONES ESENCIALES

China durante los meses de enero y febrero de 2020. La enfermedad, ahora conocida como
COVID-19 (del inglés, Coronavirus disease-2019), continuó propagándose a otros países
asiáticos y luego a otros continentes [1,3]. El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de
la Salud (OMS) declaró la ocurrencia de la pandemia de COVID-19, exhortando a todos los
países a tomar medidas y aunar esfuerzos de control en lo que parece ser la mayor emergencia
en la salud pública mundial de los tiempos modernos [5]. En el mes de diciembre de 2019, un
brote de casos de una neumonía grave se inició en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en
China. Los estudios epidemiológicos iniciales mostraron que la enfermedad se expandía
rápidamente, que se comportaba más agresivamente en adultos entre los 30 y 79 años, con
una letalidad global del 2,3% [1]. La mayoría de los primeros casos correspondían a personas
que trabajaban o frecuentaban el Huanan Seafood Wholesale Market, un mercado de comidas
de mar, el cual también distribuía otros tipos de carne, incluyendo la de animales silvestres,
tradicionalmente consumidos por la población local [2,3]. Los estudios etiológicos iniciales
dirigidos a los agentes comunes de la infección respiratoria aguda, incluyendo los agentes de la
influenza aviar, del síndrome respiratorio agudo severo (SARS, del inglés, Severe Acute
Respiratory Syndrome) y del síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS, del inglés, Middle
East Respiratory Syndrome), arrojaron resultados negativos. El uso de métodos de
secuenciación profunda, que no requieren información previa sobre el agente que se busca, así
como el aislamiento en cultivo de células, seguido de microscopía electrónica y de
secuenciación profunda, demostró que se trataba de un agente viral nuevo, perteneciente al
grupo de los coronavirus, y fue inicialmente llamado 2019-nCoV (novel coronavirus de 2019),
genéticamente relacionado, pero distinto al agente del SARS [1,3,4]. El brote se extendió
rápidamente en número de casos y en diferentes regiones de China durante los meses de
enero y febrero de 2020. La enfermedad, ahora conocida como COVID-19 (del inglés,
Coronavirus disease-2019), continuó propagándose a otros países asiáticos y luego a otros
continentes [1,3]. El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró
la ocurrencia de la pandemia de COVID-19, exhortando a todos los países a tomar medidas y
aunar esfuerzos de control en lo que parece ser la mayor emergencia en la salud pública
mundial de los tiempos modernos [5]. En el mes de diciembre de 2019, un brote de casos de
una neumonía grave se inició en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en China. Los
estudios epidemiológicos iniciales mostraron que la enfermedad se expandía rápidamente, que
se comportaba más agresivamente en adultos entre los 30 y 79 años, con una letalidad global
del 2,3% [1]. La mayoría de los primeros casos correspondían a personas que trabajaban o
frecuentaban el Huanan Seafood Wholesale Market, un mercado de comidas de mar, el cual
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también distribuía otros tipos de carne, incluyendo la de animales silvestres, tradicionalmente


consumidos por la población local [2,3]. Los estudios etiológicos iniciales dirigidos a los agentes
comunes de la infección respiratoria aguda, incluyendo los agentes de la influenza aviar, del
síndrome respiratorio agudo severo (SARS, del inglés, Severe Acute Respiratory Syndrome) y
del síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS, del inglés, Middle East Respiratory
Syndrome), arrojaron resultados negativos. El uso de métodos de secuenciación profunda, que
no requieren información previa sobre el agente que se busca, así como el aislamiento en
cultivo de células, seguido de microscopía electrónica y de secuenciación profunda, demostró
que se trataba de un agente viral nuevo, perteneciente al grupo de los coronavirus, y fue
inicialmente llamado 2019-nCoV (novel coronavirus de 2019), genéticamente relacionado, pero
distinto al agente del SARS [1,3,4]. El brote se extendió rápidamente en número de casos y en
diferentes regiones de China durante los meses de enero y febrero de 2020. La enfermedad,
ahora conocida como COVID-19 (del inglés, Coronavirus disease-2019), continuó
propagándose a otros países asiáticos y luego a otros continentes [1,3]. El 11 de marzo de
2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la ocurrencia de la pandemia de
COVID-19, exhortando a todos los países a tomar medidas y aunar esfuerzos de control en lo
que parece ser la mayor emergencia en la salud pública mundial de los tiempos modernos [5].
En el mes de diciembre de 2019, un brote de casos de una neumonía grave se inició en la
ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en China. Los estudios epidemiológicos iniciales
mostraron que la enfermedad se expandía rápidamente, que se comportaba más
agresivamente en adultos entre los 30 y 79 años, con una letalidad global del 2,3% [1]. La
mayoría de los primeros casos correspondían a personas que trabajaban o frecuentaban el
Huanan Seafood Wholesale Market, un mercado de comidas de mar, el cual también distribuía
otros tipos de carne, incluyendo la de animales silvestres, tradicionalmente consumidos por la
población local [2,3]. Los estudios etiológicos iniciales dirigidos a los agentes comunes de la
infección respiratoria aguda, incluyendo los agentes de la influenza aviar, del síndrome
respiratorio agudo severo (SARS, del inglés, Severe Acute Respiratory Syndrome) y del
síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS, del inglés, Middle East Respiratory Syndrome),
arrojaron resultados negativos. El uso de métodos de secuenciación profunda, que no requieren
información previa sobre el agente que se busca, así como el aislamiento en cultivo de células,
seguido de microscopía electrónica y de secuenciación profunda, demostró que se trataba de
un agente viral nuevo, perteneciente al grupo de los coronavirus, y fue inicialmente llamado
2019-nCoV (novel coronavirus de 2019), genéticamente relacionado, pero distinto al agente del
SARS [1,3,4]. El brote se extendió rápidamente en número de casos y en diferentes regiones de
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China durante los meses de enero y febrero de 2020. La enfermedad, ahora conocida como
COVID-19 (del inglés, Coronavirus disease-2019), continuó propagándose a otros países
asiáticos y luego a otros continentes [1,3]. El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de
la Salud (OMS) declaró la ocurrencia de la pandemia de COVID-19, exhortando a todos los
países a tomar medidas y aunar esfuerzos de control en lo que parece ser la mayor emergencia
en la salud pública mundial de los tiempos modernos [5]. En el mes de diciembre de 2019, un
brote de casos de una neumonía grave se inició en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en
China. Los estudios epidemiológicos iniciales mostraron que la enfermedad se expandía
rápidamente, que se comportaba más agresivamente en adultos entre los 30 y 79 años, con
una letalidad global del 2,3% [1]. La mayoría de los primeros casos correspondían a personas
que trabajaban o frecuentaban el Huanan Seafood Wholesale Market, un mercado de comidas
de mar, el cual también distribuía otros tipos de carne, incluyendo la de animales silvestres,
tradicionalmente consumidos por la población local [2,3]. Los estudios etiológicos iniciales
dirigidos a los agentes comunes de la infección respiratoria aguda, incluyendo los agentes de la
influenza aviar, del síndrom

e respiratorio agudo severo (SARS, del inglés, Severe Acute Respiratory Syndrome) y
del síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS, del inglés, Middle East Respiratory
Syndrome), arrojaron resultados negativos. El uso de métodos de secuenciación profunda, que
no requieren información previa sobre el agente que se busca, así como el aislamiento en
cultivo de células, seguido de microscopía electrónica y de secuenciación profunda, demostró
que se trataba de un agente viral nuevo, perteneciente al grupo de los coronavirus, y fue
inicialmente llamado 2019-nCoV (novel coronavirus de 2019), genéticamente relacionado, pero
distinto al agente del SARS [1,3,4]. El brote se extendió rápidamente en número de casos y en
diferentes regiones de China durante los meses de enero y febrero de 2020. La enfermedad,
ahora conocida como COVID-19 (del inglés, Coronavirus disease-2019), continuó
propagándose a otros países asiáticos y luego a otros continentes [1,3]. El 11 de marzo de
2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la ocurrencia de la pandemia de
COVID-19, exhortando a todos los países a tomar medidas y aunar esfuerzos de control en lo
que parece ser la mayor emergencia en la salud pública mundial de los tiempos modernos [5].
En el mes de diciembre de 2019, un brote de casos de una neumonía grave se inició en la
ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en China. Los estudios epidemiológicos iniciales
mostraron que la enfermedad se expandía rápidamente, que se comportaba más
agresivamente en adultos entre los 30 y 79 años, con una letalidad global del 2,3% [1]. La
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FUNCIONES ESENCIALES

mayoría de los primeros casos correspondían a personas que trabajaban o frecuentaban el


Huanan Seafood Wholesale Market, un mercado de comidas de mar, el cual también distribuía
otros tipos de carne, incluyendo la de animales silvestres, tradicionalmente consumidos por la
población local [2,3]. Los estudios etiológicos iniciales dirigidos a los agentes comunes de la
infección respiratoria aguda, incluyendo los agentes de la influenza aviar, del síndrome
respiratorio agudo severo (SARS, del inglés, Severe Acute Respiratory Syndrome) y del
síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS, del inglés, Middle East Respiratory Syndrome),
arrojaron resultados negativos. El uso de métodos de secuenciación profunda, que no requieren
información previa sobre el agente que se busca, así como el aislamiento en cultivo de células,
seguido de microscopía electrónica y de secuenciación profunda, demostró que se trataba de
un agente viral nuevo, perteneciente al grupo de los coronavirus, y fue inicialmente llamado
2019-nCoV (novel coronavirus de 2019), genéticamente relacionado, pero distinto al agente del
SARS [1,3,4]. El brote se extendió rápidamente en número de casos y en diferentes regiones de
China durante los meses de enero y febrero de 2020. La enfermedad, ahora conocida como
COVID-19 (del inglés, Coronavirus disease-2019), continuó propagándose a otros países
asiáticos y luego a otros continentes [1,3]. El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de
la Salud (OMS) declaró la ocurrencia de la pandemia de COVID-19, exhortando a todos los
países a tomar medidas y aunar esfuerzos de control en lo que parece ser la mayor emergencia
en la salud pública mundial de los tiempos modernos [5]. En el mes de diciembre de 2019, un
brote de casos de una neumonía grave se inició en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en
China. Los estudios epidemiológicos iniciales mostraron que la enfermedad se expandía
rápidamente, que se comportaba más agresivamente en adultos entre los 30 y 79 años, con
una letalidad global del 2,3% [1]. La mayoría de los primeros casos correspondían a personas
que trabajaban o frecuentaban el Huanan Seafood Wholesale Market, un mercado de comidas
de mar, el cual también distribuía otros tipos de carne, incluyendo la de animales silvestres,
tradicionalmente consumidos por la población local [2,3]. Los estudios etiológicos iniciales
dirigidos a los agentes comunes de la infección respiratoria aguda, incluyendo los agentes de la
influenza aviar, del síndrome respiratorio agudo severo (SARS, del inglés, Severe Acute
Respiratory Syndrome) y del síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS, del inglés, Middle
East Respiratory Syndrome), arrojaron resultados negativos. El uso de métodos de
secuenciación profunda, que no requieren información previa sobre el agente que se busca, así
como el aislamiento en cultivo de células, seguido de microscopía electrónica y de
secuenciación profunda, demostró que se trataba de un agente viral nuevo, perteneciente al
grupo de los coronavirus, y fue inicialmente llamado 2019-nCoV (novel coronavirus de 2019),
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genéticamente relacionado, pero distinto al agente del SARS [1,3,4]. El brote se extendió
rápidamente en número de casos y en diferentes regiones de China durante los meses de
enero y febrero de 2020. La enfermedad, ahora conocida como COVID-19 (del inglés,
Coronavirus disease-2019), continuó propagándose a otros países asiáticos y luego a otros
continentes [1,3]. El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró
la ocurrencia de la pandemia de COVID-19, exhortando a todos los países a tomar medidas y
aunar esfuerzos de control en lo que parece ser la mayor emergencia en la salud pública
mundial de los tiempos modernos [5]. En el mes de diciembre de 2019, un brote de casos de
una neumonía grave se inició en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en China. Los
estudios epidemiológicos iniciales mostraron que la enfermedad se expandía rápidamente, que
se comportaba más agresivamente en adultos entre los 30 y 79 años, con una letalidad global
del 2,3% [1]. La mayoría de los primeros casos correspondían a personas que trabajaban o
frecuentaban el Huanan Seafood Wholesale Market, un mercado de comidas de mar, el cual
también distribuía otros tipos de carne, incluyendo la de animales silvestres, tradicionalmente
consumidos por la población local [2,3]. Los estudios etiológicos iniciales dirigidos a los agentes
comunes de la infección respiratoria aguda, incluyendo los agentes de la influenza aviar, del
síndrome respiratorio agudo severo (SARS, del inglés, Severe Acute Respiratory Syndrome) y
del síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS, del inglés, Middle East Respiratory
Syndrome), arrojaron resultados negativos. El uso de métodos de secuenciación profunda, que
no requieren información previa sobre el agente que se busca, así como el aislamiento en
cultivo de células, seguido de microscopía electrónica y de secuenciación profunda, demostró
que se trataba de un agente viral nuevo, perteneciente al grupo de los coronavirus, y fue
inicialmente llamado 2019-nCoV (novel coronavirus de 2019), genéticamente relacionado, pero
distinto al agente del SARS [1,3,4]. El brote se extendió rápidamente en número de casos y en
diferentes regiones de China durante los meses de enero y febrero de 2020. La enfermedad,
ahora conocida como COVID-19 (del inglés, Coronavirus disease-2019), continuó
propagándose a otros países asiáticos y luego a otros continentes [1,3]. El 11 de marzo de
2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la ocurrencia de la pandemia de
COVID-19, exhortando a todos los países a tomar medidas y aunar esfuerzos de control en lo
que parece ser la mayor emergencia en la salud pública mundial de los tiempos modernos [5].
En el mes de diciembre de 2019, un brote de casos de una neumonía grave se inició en la
ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en China. Los estudios epidemiológicos iniciales
mostraron que la enfermedad se expandía rápidamente, que se comportaba más
agresivamente en adultos entre los 30 y 79 años, con una letalidad global del 2,3% [1]. La
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mayoría de los primeros casos correspondían a personas que trabajaban o frecuentaban el


Huanan Seafood Wholesale Market, un mercado de comidas de mar, el cual también distribuía
otros tipos de carne, incluyendo la de animales silvestres, tradicionalmente consumidos por la
población local [2,3]. Los estudios etiológicos iniciales dirigidos a los agentes comunes de la
infección respiratoria aguda, incluyendo los agentes de la influenza aviar, del síndrome
respiratorio agudo severo (SARS, del inglés, Severe Acute Respiratory Syndrome) y del
síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS, del inglés, Middle East Respiratory Syndrome),
arrojaron resultados negativos. El uso de métodos de secuenciación profunda, que no requieren
información previa sobre el agente que se busca, así como el aislamiento en cultivo de células,
seguido de microscopía electrónica y de secuenciación profunda, demostró que se trataba de
un agente viral nuevo, perteneciente al grupo de los coronavirus, y fue inicialmente llamado
2019-nCoV (novel coronavirus de 2019), genéticamente relacionado, pero distinto al agente del
SARS [1,3,4]. El brote se extendió rápidamente en número de casos y en diferentes regiones de
China durante los meses de enero y febrero de 2020. La enfermedad, ahora conocida como
COVID-19 (del inglés, Coronavirus disease-2019), continuó propagándose a otros países
asiáticos y luego a otros continentes [1,3]. El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de
la Salud (OMS) declaró la ocurrencia de la pandemia de COVID-19, exhortando a todos los
países a tomar medidas y aunar esfuerzos de control en lo que parece ser la mayor emergencia
en la salud pública mundial de los tiempos modernos [5]. En el mes de diciembre de 2019, un
brote de casos de una neumonía grave se inició en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en
China. Los estudios epidemiológicos iniciales mostraron que la enfermedad se expandía
rápidamente, que se comportaba más agresivamente en adultos entre los 30 y 79 años, con
una letalidad global del 2,3% [1]. La mayoría de los primeros casos correspondían a personas
que trabajaban o frecuentaban el Huanan Seafood Wholesale Market, un mercado de comidas
de mar, el cual también distribuía otros tipos de carne, incluyendo la de animales silvestres,
tradicionalmente consumidos por la población local [2,3]. Los estudios etiológicos iniciales
dirigidos a los agentes comunes de la infección respiratoria aguda, incluyendo los agentes de la
influenza aviar, del síndrome respiratorio agudo severo (SARS, del inglés, Severe Acute
Respiratory Syndrome) y del síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS, del inglés, Middle
East Respiratory Syndrome), arrojaron resultados negativos. El uso de métodos de
secuenciación profunda, que no requieren información previa sobre el agente que se busca, así
como el aislamiento en cultivo de células, seguido de microscopía electrónica y de
secuenciación profunda, demostró que se trataba de un agente viral nuevo, perteneciente al
grupo de los coronavirus, y fue inicialmente llamado 2019-nCoV (novel coronavirus de 2019),
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genéticamente relacionado, pero distinto al agente del SARS [1,3,4]. El brote se extendió
rápidamente en número de casos y en diferentes regiones de China durante los meses de
enero y febrero de 2020. La enfermedad, ahora conocida como COVID-19 (del inglés,
Coronavirus disease-2019), continuó propagándose a otros países asiáticos y luego a otros
continentes [1,3]. El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró
la ocurrencia de la pandemia de COVID-19, exhortando a todos los países a tomar medidas y
aunar esfuerzos de control en lo que parece ser la mayor emergencia en la salud pública
mundial de los tiempos modernos [5]. En el mes de diciembre de 2019, un brote de casos de
una neumonía grave se inició en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en China. Los
estudios epidemiológicos iniciales mostraron que la enfermedad se expandía rápidamente, que
se comportaba más agresivamente en adultos entre los 30 y 79 años, con una letalidad global
del 2,3% [1]. La mayoría de los primeros casos correspondían a personas que trabajaban o
frecuentaban el Huanan Seafood Wholesale Market, un mercado de comidas de mar, el cual
también distribuía otros tipos de carne, incluyendo la de animales silvestres, tradicionalmente
consumidos por la población local [2,3]. Los estudios etiológicos iniciales dirigidos a los agentes
comunes de la infección respiratoria aguda, incluyendo los agentes de la influenza aviar, del
síndrome respiratorio agudo severo (SARS, del inglés, Severe Acute Respiratory Syndrome) y
del síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS, del inglés, Middle East Respiratory
Syndrome), arrojaron resultados negativos. El uso de métodos de secuenciación profunda, que
no requieren información previa sobre el agente que se busca, así como el aislamiento en
cultivo de células, seguido de microscopía electrónica y de secuenciación profunda, demostró
que se trataba de un agente viral nuevo, perteneciente al grupo de los coronavirus, y fue
inicialmente llamado 2019-nCoV (novel coronavirus de 2019), genéticamente relacionado, pero
distinto al agente del SARS [1,3,4]. El brote se extendió rápidamente en número de casos y en
diferentes regiones de China durante los meses de enero y febrero de 2020. La enfermedad,
ahora conocida como COVID-19 (del inglés, Coronavirus disease-2019), continuó
propagándose a otros países asiáticos y luego a otros continentes [1,3]. El 11 de marzo de
2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la ocurrencia de la pandemia de
COVID-19, exhortando a todos los países a tomar medidas y aunar esfuerzos de control en lo
que parece ser la mayor emergencia en la salud pública mundial de los tiempos modernos [5].
En el mes de diciembre de 2019, un brote de casos de una neumonía grave se inició en la
ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en China. Los estudios epidemiológicos iniciales
mostraron que la enfermedad se expandía rápidamente, que se comportaba más
agresivamente en adultos entre los 30 y 79 años, con una letalidad global del 2,3% [1]. La
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mayoría de los primeros casos correspondían a personas que trabajaban o frecuentaban el


Huanan Seafood Wholesale Market, un mercado de comidas de mar, el cual también distribuía
otros tipos de carne, incluyendo la de animales silvestres, tradicionalmente consumidos por la
población local [2,3]. Los estudios etiológicos iniciales dirigidos a los agentes comunes de la
infección respiratoria aguda, incluyendo los agentes de la influenza aviar, del síndrome
respiratorio agudo severo (SARS, del inglés, Severe Acute Respiratory Syndrome) y del
síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS, del inglés, Middle East Respiratory Syndrome),
arrojaron resultados negativos. El uso de métodos de secuenciación profunda, que no requieren
información previa sobre el agente que se busca, así como el aislamiento en cultivo de células,
seguido de microscopía electrónica y de secuenciación profunda, demostró que se trataba de
un agente viral nuevo, perteneciente al grupo de los coronavirus, y fue inicialmente llamado
2019-nCoV (novel coronavirus de 2019), genéticamente relacionado, pero distinto al agente del
SARS [1,3,4]. El brote se extendió rápidamente en número de casos y en diferentes regiones de
China durante los meses de enero y febrero de 2020. La enfermedad, ahora conocida como
COVID-19 (del inglés, Coronavirus disease-2019), continuó propagándose a otros países
asiáticos y luego a otros continentes [1,3]. El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de
la Salud (OMS) declaró la ocurrencia de la pandemia de COVID-19, exhortando a todos los
países a tomar medidas y aunar esfuerzos de control en lo que parece ser la mayor emergencia
en la salud pública mundial de los tiempos modernos [5]. En el mes de diciembre de 2019, un
brote de casos de una neumonía grave se inició en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en
China. Los estudios epidemiológicos iniciales mostraron que la enfermedad se expandía
rápidamente, que se comportaba más agresivamente en adultos entre los 30 y 79 años, con
una letalidad global del 2,3% [1]. La mayoría de los primeros casos correspondían a personas
que trabajaban o frecuentaban el Huanan Seafood Wholesale Market, un mercado de comidas
de mar, el cual también distribuía otros tipos de carne, incluyendo la de animales silvestres,
tradicionalmente consumidos por la población local [2,3]. Los estudios etiológicos iniciales
dirigidos a los agentes comunes de la infección respiratoria aguda, incluyendo los agentes de la
influenza aviar, del síndrome respiratorio agudo severo (SARS, del inglés, Severe Acute
Respiratory Syndrome) y del síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS, del inglés, Middle
East Respiratory Syndrome), arrojaron resultados negativos. El uso de métodos de
secuenciación profunda, que no requieren información previa sobre el agente que se busca, así
como el aislamiento en cultivo de células, seguido de microscopía electrónica y de
secuenciación profunda, demostró que se trataba de un agente viral nuevo, perteneciente al
grupo de los coronavirus, y fue inicialmente llamado 2019-nCoV (novel coronavirus de 2019),
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genéticamente relacionado, pero distinto al agente del SARS [1,3,4]. El brote se extendió
rápidamente en número de casos y en diferentes regiones de China durante los meses de
enero y febrero de 2020. La enfermedad, ahora conocida como COVID-19 (del inglés,
Coronavirus disease-2019), continuó propagándose a otros países asiáticos y luego a otros
continentes [1,3]. El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró
la ocurrencia de la pandemia de COVID-19, exhortando a todos los países a tomar medidas y
aunar esfuerzos de control en lo que parece ser la mayor emergencia en la salud pública
mundial de los tiempos modernos [5]. En el mes de diciembre de 2019, un brote de casos de
una neumonía grave se inició en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en China. Los
estudios epidemiológicos iniciales mostraron que la enfermedad se expandía rápidamente, que
se comportaba más agresivamente en adultos entre los 30 y 79 años, con una letalidad global
del 2,3% [1]. La mayoría de los primeros casos correspondían a personas que trabajaban o
frecuentaban el Huanan Seafood Wholesale Market, un mercado de comidas de mar, el cual
también distribuía otros tipos de carne, incluyendo la de animales silvestres, tradicionalmente
consumidos por la población local [2,3]. Los estudios etiológicos iniciales dirigidos a los agentes
comunes de la infección respiratoria aguda, incluyendo los agentes de la influenza aviar, del
síndrome respiratorio agudo severo (SARS, del inglés, Severe Acute Respiratory Syndrome) y
del síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS, del inglés, Middle East Respiratory
Syndrome), arrojaron resultados negativos. El uso de métodos de secuenciación profunda, que
no requieren información previa sobre el agente que se busca, así como el aislamiento en
cultivo de células, seguido de microscopía electrónica y de secuenciación profunda, demostró
que se trataba de un agente viral nuevo, perteneciente al grupo de los coronavirus, y fue
inicialmente llamado 2019-nCoV (novel coronavirus de 2019), genéticamente relacionado, pero
distinto al agente del SARS [1,3,4]. El brote se extendió rápidamente en número de casos y en
diferentes regiones de China durante los meses de enero y febrero de 2020. La enfermedad,
ahora conocida como COVID-19 (del inglés, Coronavirus disease-2019), continuó
propagándose a otros países asiáticos y luego a otros continentes [1,3]. El 11 de marzo de
2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la ocurrencia de la pandemia de
COVID-19, exhortando a todos los países a tomar medidas y aunar esfuerzos de control en lo
que parece ser la mayor emergencia en la salud pública mundial de los tiempos modernos [5].
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