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Didáctica
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La matriz Urgente-Importante
Gestión eficaz del tiempo
Guión-resumen
Introducción
2.1. Proactividad
Resumen
Objetivos
Al terminar esta unidad del curso, los alumnos podrán:
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La matriz Urgente-Importante
Introducción
En este libro, COVEY aporta una nueva concepción en la forma de enfocar el liderazgo
de la propia vida personal y también, por supuesto, en el entorno profesional. A esta nueva
concepción él la llama un “cambio de paradigma”, formalizado en la aplicación de los siete
hábitos que facilitan que una persona sea lo más efectiva posible en todos sus ámbitos de
actuación.
Según sus propias palabras: “Los siete hábitos de las personas altamente efectivas mate-
rializan muchos de los principios fundamentales de la efectividad humana. Esos hábitos
son básicos y primarios. Representan la internalización de principios correctos que cimien-
tan la felicidad y el éxito duraderos. Pero antes de que podamos comprenderlos realmen-
te, tenemos que entender nuestros propios paradigmas y saber cómo realizar un cambio
de paradigma”. (Los siete hábitos de la gente altamente efectiva, Covey, S., pág. 14).
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Gestión eficaz del tiempo
Recuerda
Los tres primeros hábitos buscan un cambio en nuestra forma de funcionar,
mientras que los tres siguientes pretenden un cambio en nuestra forma de rela-
cionarnos con los demás. Por su parte, el último de los hábitos consiste en man-
tenernos actualizados en todos estos ámbitos.
Victoria
Pública
Victoria
Privada
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La matriz Urgente-Importante
• Hábito 1: Proactividad.
El primer hábito es el de la responsabilidad acerca de los resultados que obtene-
mos en nuestras vidas.
Definición
La proactividad se define en relación a su contrario: la reactividad. Somos reac-
tivos cuando actuamos porque somos conscientes de que hay un problema o
algún aspecto de nuestra vida y/o trabajo que no nos gusta. La proactividad con-
siste, entonces, en actuar cuando no se ha presentado ningún problema, simple-
mente para mejorar.
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Gestión eficaz del tiempo
Podemos basar cualquier relación que establezcamos con los demás en uno de los
siguiente modelos:
— Gano-pierdes. Este modelo se centra en obtener el máximo beneficio de la
relación, sin importar que la otra parte pueda cubrir sus expectativas y nece-
sidades.
— Pierdo-ganas. En este caso nos centramos en mantener la relación, a costa de
nuestras expectativas y necesidades, cediendo siempre a las demandas de los
demás.
— Pierdo-pierdes. Cuando se da este caso, ninguna de las dos partes obtiene un
beneficio de la interacción, generando resentimiento y rompiendo la relación.
— Gano-ganas. Este es el paradigma que propone Covey, en el cual ambas par-
tes se esfuerzan en que todos puedan cubrir sus necesidades y expectativas.
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La matriz Urgente-Importante
Con este hábito, COVEY nos propone que primero empaticemos con nuestros
interlocutores, intentando comprender sus motivaciones, sus deseos y emociones,
para luego organizar nuestro discurso.
• Hábito 6: Sinergizar.
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Gestión eficaz del tiempo
Al cabo del día, cuando ambos hombres han finalizado su jornada y van a com-
probar cuál de ellos ha resultado ganador en su apuesta, descubren que el segun-
do ha conseguido derribar muchos más árboles que el primero. Lo que ha hecho
la diferencia es, precisamente, el tiempo que ha empleado en mantener su herra-
mienta de trabajo afilada.
En la mayoría de las ocasiones, nuestra herramienta de trabajo es nuestra mente,
nuestro propio cerebro. Lo que propone COVEY con esta metáfora es que todo el
tiempo que empleemos en “afilar nuestra sierra”, es decir, en aprender, es una
manera de garantizar nuestro éxito profesional.
Recuerda
Stephen Covey propone un cambio de paradigma para que nuestros esfuer-
zos en mejorar la propia efectividad se encaminen en la dirección adecuada.
2.1. Proactividad
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La matriz Urgente-Importante
Según algunas corrientes filosóficas, el hombre está destinado a ser libre y a escoger sus
acciones. HEIDEGGER dice que el ser humano tiene que hacerse cargo de su ser, y la forma
en que lo haga, comprometerá toda su existencia.
Ante cualquier acontecimiento podemos responder de dos maneras, que tendrán con-
secuencias muy diferentes en nuestras vidas.
“Si no fuera por…, la culpa es de…, son las normas de la empresa…, el injusto de
mi jefe…, yo soy así…”
Explicamos lo que pasa y lo que nos pasa, utilizando razones ajenas a nuestra
voluntad. De alguna manera, nos declaramos incapaces de hacer nada al respecto.
La idea del determinismo nos “ayuda” a dar este tipo de explicaciones a las cosas
que nos pasan, a lo que vivimos, y a los resultados que obtenemos con nuestras
acciones. En este sentido, encontramos con diferentes determinismos que apoyan
el hecho de eludir nuestra responsabilidad:
— El determinismo genético, propuesto por CHARLES DARWIN, nos dice que
somos como somos, y obtenemos los resultados que tenemos, por “culpa”
de nuestra herencia genética.
— El determinismo ambiental, propuesto por FREUD, propone que somos
como somos, por “culpa” del entorno y las condiciones en que crecimos, y
de cómo nos educaron nuestros padres.
— El determinismo social, propuesto por KARL MARX, nos dice que somos
como somos, por “culpa” de la sociedad en la que vivimos.
Con estas explicaciones, siempre habrá un motivo externo a nosotros que nos libre
de tener responsabilidad en lo que nos pasa, pero también impide que podamos
tener responsabilidad en la solución de lo que nos pasa.
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Gestión eficaz del tiempo
No necesariamente somos culpables de lo que nos sucede, pero con este tipo de
explicaciones nos hacemos cargo de la posible solución.
Estas explicaciones implican asumir el poder que tenemos para buscar respuestas.
Estas actuaciones implican que nos hacemos responsables (versus la opción de víc-
tima de las anteriores). Abren posibilidades de acción, de responder a una situa-
ción: nos transforman en protagonistas.
Es importante hacer esta distinción, porque cuando nos descubrimos a nosotros mis-
mos dando el primer tipo de explicaciones a las situaciones que vivimos, ninguna técnica
de gestión del tiempo será efectiva. En cambio, en la segunda opción, podremos aplicar
herramientas porque nos sabemos responsables de los resultados que obtenemos.
VIKTOR FRANKL, psiquiatra vienés y judío, fue prisionero en los campos de concen-
tración de Auschwitz y Dachau. En su libro El hombre en busca de sentido, propone la
siguiente reflexión al respecto:
“Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades huma-
nas, la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias, para decidir su
propio camino.
Aun cuando condiciones tales como la falta de sueño, la alimentación insuficiente y las
diversas tensiones mentales pueden llevar a creer que los reclusos se veían obligados a reac-
cionar de cierto modo, en un análisis último se hacía patente que el tipo de persona en
que se convertía un prisionero era el resultado de una decisión íntima y no únicamente
producto de la influencia del campo”.
La aplicación de este hábito consiste en empezar cualquier actividad o tarea con la ima-
gen más completa posible de lo que pretendemos conseguir con ella. En la sociedad actual,
el mundo laboral está básicamente enfocado a la actividad, muchas veces frenética, pero sin
un sentido o como mínimo, sin la idea clara de la finalidad de nuestro trabajo. Es posible
estar atareado sin llegar a ser efectivo. Y esto es precisamente, lo que se pretende evitar.
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3-10 ADAMS
La matriz Urgente-Importante
El hábito de empezar con un fin en mente se basa en el principio de que todas las cosas
se crean dos veces. Siempre hay primero una creación mental, y luego una creación física.
Este hábito coincide con una administración del tiempo basada en lo general, para a
partir de ahí, centrarnos en lo particular. Primero debemos tener claros cuáles son los resul-
tados que esperamos obtener, sea cual sea nuestro trabajo, para luego concentrarnos en lo
particular, que serán las tareas concretas que tendremos que llevar a cabo.
Lo que se propone aquí es seguir un método de gestión del tiempo en modo brújula.
Para poder administrar nuestra actividad y que esta tenga un sentido, debemos encajarla
en las metas de lo que queremos alcanzar. En eso consistirá colocarnos en modo brújula:
primero crearemos a nivel mental el horizonte al cual nos dirigimos (nuestros objetivos),
para luego ponernos a trabajar a un nivel concreto y tangible.
En ocasiones, cuando hablamos de esta primera creación a nivel mental parece que deba-
mos elaborar complicados planes acerca de cuáles son nuestros objetivos. En realidad, esta-
mos proponiendo parar unos segundos para pensar concretamente en lo que queremos
conseguir.
Recuerda
Para una gestión efectiva del tiempo, necesitamos tener una idea clara de
cuáles son los resultados que pretendemos obtener con nuestro trabajo.
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Gestión eficaz del tiempo
Para ilustrar este punto, vamos a repasar cómo funciona el ciclo de aprendizaje humano:
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La matriz Urgente-Importante
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Gestión eficaz del tiempo
andando, bajar una parada antes del metro o del autobús, dar un paseo largo
todos los fines de semana, o controlar un poco nuestra dieta eliminando alimen-
tos que aportan grasas e incorporando algo de fruta y verdura.
• Incorporar una de estas actividades en nuestra rutina para la próxima semana. Más
veces de las que creemos desechamos los pequeños cambios precisamente porque
no nos aportan grandes beneficios. Sin embargo, pensemos en lo que sería incor-
porar un pequeño cambio semanal en nuestras rutinas: al cabo de un año pode-
mos haber transformado totalmente nuestra vida.
Recuerda
Afilar la sierra es el hábito que nos permite estar siempre actualizados, man-
teniendo “afilada” la herramienta más importante que tenemos: nosotros mis-
mos.
STEPHEN COVEY definió lo que él consideraba tres generaciones en la gestión del tiem-
po. La primera es la que se caracteriza por el intento de controlar el tiempo a través de la
elaboración y utilización de notas y listas de tareas. La segunda se centra en el uso de la
agenda. Y la tercera y última es la que planifica el día, dando prioridad a las tareas que son
urgentes, independientemente de la importancia de las mismas.
En su libro propone una cuarta generación para gestionar el tiempo, que precisamente
consiste en no gestionar el tiempo, sino la actividad de las personas.
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La matriz Urgente-Importante
STEPHEN COVEY propone una distinción fundamental entre ambas variables. Por un
lado, las tareas urgentes que son las que llaman nuestra atención y que requieren de una
actuación rápida e inmediata. Por otro, las tareas importantes que son las que aportan la
verdadera diferencia significativa a nuestro trabajo.
• Tareas urgentes: las ue llaman nuestra atención y que requieren de una actuación
rápida e inmediata.
A partir de esta diferenciación, nos propone gestionar el tiempo mediante una matriz
con cuatro entradas, que nos ayudan a separar claramente ambas variables (importancia
versus urgencia):
URGENTE NO URGENTE
Cuadrante 1 Cuadrante 2
IMPORTANTE Actividades urgentes e Actividades importantes y
importantes no urgentes
Cuadrante 3 Cuadrante 4
NO IMPORTANTE Actividades urgentes pero Actividades ni urgentes ni
no importantes importantes
Las personas que viven instaladas en este cuadrante abordan los temas importan-
tes con la premura de la urgencia, con el nivel de estrés que ello conlleva. La cali-
dad con que se desarrolla el trabajo se resiente.
Las personas que viven instaladas en este cuadrante no son capaces de distinguir
lo que es importante de lo que no lo es. Estas personas suelen tener las agendas
llevas de temas urgentes que, por lo general, no son importantes.
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Gestión eficaz del tiempo
Las personas que viven instaladas en este cuadrante son las que verdaderamente
saben gestionar su tiempo en función de las tareas que son importantes para avan-
zar estratégicamente. Es fundamental saber sacar algunas de las tareas del Cua-
drante 1 para colocarlas en el Cuadrante 2.
Las personas que viven instaladas en este cuadrante son grandes expertas en per-
der miserablemente su tiempo. Se ocupan de aquellas tareas que no son ni impor-
tantes ni urgentes. En definitiva: tareas que no sirven para conseguir los objetivos
de la empresa ni del trabajador. Aunque sí son tareas entretenidas.
La incapacidad de distinguir entre las actividades y tareas que son importantes y las que
sólo son urgentes, nos abocan a una situación de clara desorganización. Acabamos dedi-
cando la mayor parte de nuestro tiempo a tareas que son sólo urgentes, mientras lo impor-
tante va quedando relegado.
En el mejor de los casos, nos encontramos con que lo que era importante acaba tam-
bién siendo urgente, lo que nos obliga a ocuparnos de ello sí o sí… En el peor de los casos
acabamos viviendo en un mar de tareas sin rumbo: nos vamos ocupando de lo que es
urgente, con lo que no trabajamos bajo nuestras propias prioridades, sino que lo hacemos
bajo las prioridades de los demás.
Actuar de esta manera es lo que se conoce trabajar en “modo bombero”, es decir, apa-
gando fuegos. No es lo mismo que en aquellos trabajos en los que el grueso de nuestra
actividad consiste en solucionar incidencias y problemas. En este caso, ese es el objetivo de
nuestro trabajo, por lo que las tareas que desarrollamos en nuestro día corresponderían al
Cuadrante 2.
Recuerda
La administración del tiempo se centra en la gestión de la actividad que se
lleva a cabo en los cuatro cuadrantes de la matriz propuesta por Covey.
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La matriz Urgente-Importante
• Actividades de innovación.
• Reflexión estratégica.
La reflexión estratégica también nos ayudará a saber a qué tipo de tareas le tene-
mos que decir NO…
URGENTE NO URGENTE
No sólo las empresas pierden con un ambiente laboral desorganizado, sino que los tra-
bajadores también se perjudican porque añaden estrés a las tareas rutinarias y disminuyen
sus posibilidades de brillar por la incapacidad de visualizar oportunidades ventajosas para
su carrera.
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Gestión eficaz del tiempo
Recuerda
La clave está en pasar la mayor parte de nuestro tiempo ejecutando las tareas
del Cuadrante II.
Resumen
Los siete hábitos propuestos por COVEY nos enfocan en determinadas actividades y
cambios de mentalidad que nos facilitan una gestión adecuada acerca de nuestro tiempo,
pero no solo eso, sino también en relación con nuestra manera de interpretar la vida.
• Empezar con un fin en mente. Orientar nuestra atención hacia el resultado más
que hacia la acción.
• Sinergizar. Este es el hábito que nos permite trabajar en equipo, comprender las
diferencias y aprovecharlas para obtener un resultado que sea más que la simple
suma de las aportaciones individuales.
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