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LIBERTAD DE CONCIENCIA

Q.·. H.·. DIEGO MANUEL VILLEGAS NAVIA

Introducción
Furiosa tempestad se desataba cuando, de pieles rústicas vestido, Caín con su
familia caminaba huyendo a la justicia de Jehovah.

Corrieron treinta noches y sus días, y pálido, callado, sin reposo, y mirando sin
ver, y pavoroso, tierra de Assur pisó. Y, al sentarse, la frente elevó al cielo…y allí
el ojo encontró.

Entonces á Jubal, padre de aquellos que en el desierto habitan -haz, le dijo, que
ese arme aquí una tienda- y el buen hijo armó tienda común.

¿Todavía lo veis? -pregunto Ysila la niña de la blonda cabellera, la de faz como el


alba placentera, y Caín respondió: -¡lo veo aún!

Jubal entonces dijo: -una barrera de bronce construiré: tras de su muro, padre,
estarás de la visión seguro; ten confianza en mí.  Un castillo de piedra, formidable,
que a la altitud de una montaña asciende, de la ciudad en medio se desprende, y
allí Caín entró.

Tsila llega hasta él, y cariñosa le dice -Padre, ¿aún no ha desaparecido? Y el


anciano, aterrado y conmovido, la responde: -¡No! ¡No!
Desde hoy quiero habitar bajo la tierra como en su tumba el muerto. -Y presurosa
la familia cavó una ancha fosa, y a ella descendió al fin. Mas debajo esa bóveda
sombría, debajo de esa tumba inhabitable, el ojo estaba fiero, ¡¡¡inexorable… y
miraba a Caín!!!

QQ∴ HH∴ Todo hombre lleva dentro de sí un juez implacable, aquel que juzga y
condena, es inútil intentar escapar ya que a sus ojos nada puede ocultarse, Víctor
Hugo expresa aquí esa idea, simbolizada en la insensata fuga de Caín, quien
inútilmente quiere huir del ojo delator y justiciero, que sin cesar le acusa del
nefasto crimen cometido. Ese ojo que todo lo ve y todo lo escucha, este es nuestra
conciencia.

Conciencia viene de consire que significa percibir o adquirir conocimiento de algo,


es la facultad central de nuestro ser y es el fundamento permanente de nuestras
experiencias, es el fulcro interior y el centro de gravitación de todas las
manifestaciones de nuestra personalidad. La libertad de conciencia es la
capacidad de concebir, desarrollar y disfrutar de cualquier idea sin limitaciones
externas. Es, por lo tanto, el reconocimiento de la capacidad del ser humano de
pensar por sí mismo.

Libertad y conciencia
Entonces si la para que exista Libertad de conciencia no deben existir limitaciones
externas, empecemos por la pregunta básica ¿Somos libres o creemos serlo?

El hombre nace, crece y muere sin tener la libertad de elección o sin que nadie
pida su consentimiento. Vivimos en una libertad relativa, limitada y condicionada
por las leyes de la naturaleza y del hombre. Leyes humanas escritas y no escritas
como las tradiciones, creencias, costumbres, y por la idiosincrasia en la que
fuimos formados.

Para Locke La conciencia, es el conjunto de las informaciones recibidas a través


de los sentidos, es decir que para que nuestra conciencia someta a juicio y
veredicto nuestros pensamientos y obras, primero requiere de conocimiento y este
es inicialmente fruto de la exposición a fuerzas externas. En consecuencia, no
seriamos reflejo de lo que en esencia somos, sino que seriamos el reflejo de la
sociedad en que nacemos, crecemos y morimos. Por tanto, la conciencia es
consecuencia de dicha libertad condicionada, dicho de otra forma, si bien todo ser
humano puede pensar, valorar y decidir a cada instante qué hacer produciendo
consecuencias, sus elecciones suelen responder a las emociones, ideas y
creencias que lo percibido de ese entorno le ha generado.

Dice José Ortega y Gasset (Espasa Calpe, 5ª ed., Madrid, 1955, p.17), que las
ideas “se tienen,” en tanto que en las creencias “se está.” Es decir, a las ideas las
tenemos nosotros porque las elaboramos a partir de nuestras percepciones
sensibles; son el resultado de nuestro razonamiento. Las creencias, en cambio,
nos tienen a nosotros; son el suelo en el que nos sustentamos, “las columnas de
nuestra existencia son básicamente patrones de pensamiento que se han
acumulado durante años para formar una imagen mental de lo que se piensa que
es la “verdad”, estas creencias condicionan profundamente nuestras actitudes y
conductas.

De acuerdo con lo anterior, entonces el problema surge con tener la capacidad


discernir que ideas y creencias son las que debemos seguir y alimentar nuestra
conciencia, ¿Cómo identificamos las correctas de las incorrectas?, ¿Cómo ser
capaces de no estar ajenos al hecho de que estas creencias podrían ser
simplemente mentiras que nos decimos a nosotros mismos?

Llegamos a nuestra iniciación llenos de costumbres, paradigmas y prejuicios,


reduciendo la vida y la propia felicidad al éxito material, esclavos de los placeres
de la vida. La educación masónica, empieza precisamente con el desarrollo,
dominio y selección inteligente de las ideas y creencias que se admiten en nuestra
mente y surgen a través de nuestros pensamientos y acciones, cultivando la
Razón, librándola de los dominios de los dogmas y los prejuicios.

Como dice Lavagnini, “no podemos evitar que las aves vuelen sobre nuestra
cabeza, pero si evitar que se posen en ella, y hagan su nido sobre la misma. De la
misma manera, hemos de evitar que en nuestra mente reposen y descansen
aquellos pensamientos que no reciben la aprobación de nuestro mejor criterio, y
de esta manera damos un primer paso en la liberación de nuestra conciencia,
entonces empieza un cambio, surge la conciencia no condicionada, la conciencia
pura y más elevada”.

En mi opinión Lavagnini nos habla de nuestra conciencia más elevada, como el


reconocimiento explícito de nuestra conciencia a partir de valores morales y éticos
de nuestra conducta, es decir como menciona Jean Paul Sartre “La Conciencia
sólo puede existir de una manera y es teniendo Conciencia de que existe”,

Al ser conscientes de nuestra conciencia, nos toca preguntarnos ¿Quiénes


Somos?, en el grado de Compañero implica una reflexión sobre cualquier valor
moral y etico, una revisión racional y crítica sobre la validez de nuestra conducta,
es decir desarrollar nuestra conciencia ética, que es aquella que surge cuando la
conciencia comienza a examinarse para mejorarse, conlleva irremediablemente a
enfrentarnos con nuestros peores defectos y mejores virtudes, permite conocer y
entender porque uno tiene una determinada cosmovisión.

Fruto de ese conocimiento personal obtendremos nuestra libertad de conciencia,


medida necesaria en la búsqueda permanente de equilibrar nuestras emociones,
ideas, pensamientos y conductas, de forma tal que exista coherencia entre lo que
sentimos, pensamos y actuamos, de esa manera empezamos a reconocer que
nuestra conciencia es la Luz interior que nos ilumina como la percepción de
nuestra realidad objetiva.
A tiempo de terminar haciendo un breve repaso por nuestros rituales y catecismos,
rescato lo que considero desde mi criterio la Masonería nos brinda su enseñanza
a través del simbolismo, acerca de cómo se espera que se vea reflejado el
desarrollo de nuestra conciencia libre, primero como eslabones individuales y
finalmente como institución:

En nuestra ceremonia de Aumento de salario, cuando vamos a realizar el segundo


viaje, el V∴ M∴ nos dice: “H:. Recipiendario, las herramientas que os acaban de
ser entregadas son simbólicas. La “Regla” representa la ley moral inscrita en la
conciencia que nos enseña que debemos de ser rectos y justos con nuestros
semejantes, y traza la dirección de nuestra conducta de la que nunca debernos
desviarnos. El compás es la herramienta de nuestra conciencia, aprendemos por
el compás a circunscribir o moderar nuestros deseos, a mantener nuestras
pasiones dentro de los límites debidos para con la humanidad, el compás hace el
círculo, una circunferencia precisa y necesaria para mantener nuestras
tradiciones, las revelaciones y principios en equilibrio.

Finalmente, en la Apertura de nuestros trabajos en la Logia, es escuchar a ese


Maestro Interior que es nuestra Conciencia, simbólicamente esto corresponde a la
orden que le da el V∴M∴ al P∴V∴ de asegurarse si estamos A CUBIERTO DE
TODA INDISCRECIÓN DE LOS PROFANOS. Ritualísticamente, el hermano
Experto le informa al V∴M∴ de que se está cumpliendo esta condición, pero aquí
salta una duda que prefiero dejar al aire: ¿Será que realmente estamos a cubierto,
cuando vemos HH∴ hablando y oímos celulares sonando?

Conclusiones
QQ∴HH∴ les comparto algunas de mis conclusiones a partir del presente trazado:

Entiendo que pese a todas las circunstancias que condicionan nuestro existir,
cada uno de nosotros es libre y responsable de sus actos y de su vida, por tanto,
no tiene sentido culpar de lo que somos a la genética, a nuestros padres o al
entorno, ya que, parafraseando a Sartre, siempre podemos hacer algo con lo que
han hecho de nosotros. Siempre podemos ser mejores, siempre podremos
progresar.

Segundo en ese camino de construcción individual de los masones, debemos


cultivar la conciencia ética para alcanzar la ansiada libertad de conciencia,
entendiendo que la ética vela por el cuidado de nosotros mismos y de los otros,
que hace al hombre constructor de su destino, a partir de la cual se obtienen
hombres virtuosos que finalmente impactaran en nuestra sociedad con valores
morales sólidos.

Para que la conciencia ética dirija el progreso, considero que el conocimiento de


uno mismo es una tarea de especial importancia, por cuanto tratar de responder a
la pregunta ¿Quién Soy?, permite que develemos en cada paso nuestra libertad
de conciencia, de forma tal que exista coherencia entre lo que sentimos,
pensamos y actuamos.

Por ultimo como efecto final en nuestra sociedad, el Masón está en la obligación
de buscar el Orden a través de la Razón guiada por la Conciencia para hacer de
nuestra sociedad, una que aspire a la libertad e igualdad de todos sus integrantes,
Parafraseando al gran Cantinflas “Vivimos un momento histórico en que el hombre
científicamente e intelectualmente es un gigante, pero moralmente es un pigmeo”
por tanto meditemos si nosotros como individuos así como nuestra orden, estamos
en condiciones de afrontar los desafíos de nuestros tiempos

BIBLIOGRAFÍA
 La Masonería Revelada, Manual del Aprendiz, Lavagnini, Aldo
 Disquisiciones Masónicas, Antonio J. Velásquez D.

Quizá lo que yo digo es la verdad o no lo es, pero tal vez lo que tú crees no es la verdad. Yo
sólo soy la mitad del mensaje; tú eres la otra mitad. Soy responsable de lo que digo, pero no
soy responsable de lo que tú entiendas. Tú eres responsable de lo que tú entiendes; tú eres
responsable de cualquier cosa que hagas con lo que oigas en tu cabeza, porque tú eres quien
da significado a cada palabra que oyes o lees. (tomado del libro “El Quinto acuerdo” de
Miguel Ruiz y su hijo José Ruiz.)

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