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Resumen de Paper de Investigación

Los vientos costeros del oeste de Sudamérica


subtropical en escenarios climáticos futuros

Viento de la superficie del mar y condiciones futuras

Los vientos dominantes que se generan en el sur son clave para la dinámica regional
de la costa chilena, ya que estas obligan un surgimiento de aguas frías y ricas en
nutrientes desde el fondo del mar (eventos de surgencias), este proceso sustenta uno
de los ecosistemas marinos más productivos del mundo y una gran cantidad de
recursos pesqueros (e.g. Rutllant y Montecino, 2002; Yuras et al., 2005; Garreaud y
Falvey, 2009). El campo de viento frente a la zona central de chile manifiesta una
estructura de corriente costera de mesoescala, esto quiero decir que estos tipos de
procesos se generan entre 2 km a 2.000 km de altura, en otras palabras más arriba de
una nube de tormenta, pero más abajo que las ondas planetarias (e.g. Ascaso y
Casals, 1986), esta corriente produce un escenario especialmente favorable para la
disminución de la temperatura superficial del mar y la generación de remolinos
oceánicos (e.g. Chaigneau y Pizarro, 2005; Garreaud y Falvey, 2009).

Hay un proceso muy importante para la configuración del clima mundial y estos se
llaman “Jet Stream” que son corrientes en chorro los cuales son cuatro núcleos a lo
largo de los meridianos del planeta, de fuertes vientos que actúan como un río
atmosférico de oeste a este y estos se encuentra en la mesoescala, más
específicamente a 8-12 km de la superficie de la tierra. En la región austral los “Jet
Stream” o chorros costeros se observan alrededor del 60% del tiempo durante la
primavera y el verano, esto quiere decir que se producen entre los meses de
septiembre a febrero. Estos eventos pueden duran entre 3 a 7 días y debido a la
permanencia de estos causan un marcado enfriamiento de la superficie del mar
(Renault et al., 2007; Garreaud y Falvey, 2009). los eventos de chorros costeros se
producen con menos frecuencia (30% del tiempo) entre los meses de marzo a agosto
más específicamente en otoño e invierno y estos se interrumpen por períodos de
vientos del sur muy débiles o incluso del norte.

Según los datos de los vientos diarios de Garreaud & Falvey (2009) frente a la zona
centro sur de chile (33°S-74°W) la velocidad de la superficie puede alcanzar hasta los
15 ms-1, en verano la velocidad mas frecuente es de 10 ms -1 que representa casi el
20% de las ocasiones y en invierno la velocidad mas frecuente es de 8 ms -1
representando cerca del 13% de las ocasiones. Durante la “estación del chorro”
(primavera-verano) los vientos costeros del sur se extienden hasta 42°S lo cual
significa que llegan hasta la isla de Chiloé, en cambio en las estaciones de otoño e
invierno, los vientos se debilitan y se limitan al norte de la región del Biobío en los
36°S sin formar chorros costeros. Los días de chorros costeros resultaron ser los que
tenían una velocidad del viento superficial mayor a 10 ms-1 (Garreaud y Falvey, 2009)
Como se evidencia en el modelado de Garreaud y Falvey (2009) en los años 2071-
2100 podría haber un aumento de los vientos debido a los cambios en la circulación
atmosférica, este cambio se produciría a causa del aumento de la presión al nivel del
mar (~2.5 hPa) que se generará entre los 25°S y 42°S, la necesidad de producir un
equilibrio ageostrófico debido a la presión mayor que se ejerce, daría lugar a vientos
del sur más fuertes que prevalecen a lo largo de la costa (Garreaud y Falvey, 2009).
Estos vientos producirían un chorro medio que se manifiesta de manera constante
durante todo el año, aunque en menos cantidad en invierno, pero si se compara con
las condiciones actuales el chorro está ausente en otoño/invierno. Durante la
primavera, la frecuencia de los días de chorro fuerte (V>10ms -1) aumentarán en un
33%, debido también a la disminución de los vientos provenientes del norte. Una de
las consecuencias que puede generar el aumento de los vientos es la disminución de la
temperatura de la superficie del mar a lo largo de la costa, debido a los flujos
superficiales y a los afloramientos costeros (Garreaud y Falvey, 2009).

Anticiclón Subtropical del Pacifico Sur

El clima oceánico frente al norte y centro del país está controlado por la presencia del
anticiclón subtropical del Pacifico Sur (ASPS) (Anexo 1) esta es un área de altas
presiones sobre el pacífico sur que, a escala estacional, en el verano austral, el ASPS
es más intenso frente a la costa centro-sur de Chile (aproximadamente 35º S) y en
invierno es más intenso frente a la costa de La Serena (norte de Chile,
aproximadamente 30º S) (Taljaard, 1972; Ancapichún & Garcés-Vargas, 2015). Por lo
tanto, la variabilidad de los vientos corteros está asociada a los cambios en la posición
e intensidad del anticiclón y a las anomalías de la presión a nivel del mar más al sur
(Muñoz y Garreaud, 2005; Garreaud y Falvey, 2009), esto quiero decir que cuando el
ASPS se fortalece, se incrementa la magnitud de los vientos provenientes del sur y,
por tanto, hay un mayor transporte de aguas del polo y más eventos de surgencia
(Croquette et al. 2007; Ancapichún & Garcés-Vargas, 2015), Por el contrario, al
debilitarse el ASPS, los vientos
provenientes del sur decrecen en magnitud y la incidencia del transporte de Ekman es
menor.
Hay un proceso de escala interanual que se denomina El Niño Oscilación del Sur
(ENOS) cuya fase cálida se conoce como El Niño y la fase fría como La Niña, el primero
provoca la disminución de la intensidad del ASPS, por lo tanto, en el pacifico sudeste
se generan surgencias menos frías debido a que la termoclina se profundiza (e.g.
Blanco et al. 2002; Carr et al. 2002; ), en cambio en la fase fría (La Niña) ocurre todo
lo contrario, esto quiere decir que la intensidad del ASPS aumenta y se generan
surgencias mas frías debido a que la termoclina se acerca hacia la superficie.

https://reefresilience.org/es/climate-and-ocean-change/el-nino-southern-oscillation/
El paso del anticiclón genera un gradiente de presión que está relacionado con el
desarrollo de un flujo de bajo nivel, y debido al terreno costero demasiado abrupto de
Chile, impide el desarrollo de un flujo hacia el este a bajo nivel de forma perpendicular
al continente (cross-shore) que equilibraría el gradiente de presión. En su lugar, el
flujo meridional se acelera hasta que la fricción turbulenta en la capa limite marina
equilibra la fuerza del gradiente de presión (Garreaud & Falvey, 2009). Los cambios en
el gradiente de presión meridional explican más del 80% de la variabilidad diaria de la
velocidad del viento en superficie frente a la costa (Muñoz y Garreaud, 2005; Garreaud
& Falvey, 2009).

Eventos de Surgencia

Los procesos de surgencias son eventos naturales de afloramiento de aguas


profundas de baja temperatura, bajo oxígeno y ricas en nutrientes que en el
caso del Pacifico Sur son transportadas desde la región subantártica por la
corriente de Humboldt (Bernal et al., 1983). Existen diferentes zonas en el
mundo que se generan estos eventos, pero las áreas de surgencia más
importantes y que aportan la mayor producción neta en comparación al océano
mundial se encuentran en Sudamérica (Chile-Perú), Norteamérica (California)
y África (Namibia y Mauritania) (Escribano & Morales, 2004). Este proceso que
ocurre a lo largo de la costa de Chile es provocado por los vientos
predominantes del sur y suroeste (Bello et al., 2004), los que generan una
fricción e inducen a movimientos en la superficie del océano. Dentro de los
mecanismos de flujo horizontal está el transporte de Ekman (TE), en el cual el
movimiento neto del agua en la capa oceánica del hemisferio sur es hacia la
izquierda. Por otra parte, el bombeo de Ekman (BE) hace referencia a
movimientos verticales (ascenso y descenso en la columna de agua), cuya
velocidad es proporcional al rotor del esfuerzo del viento en superficie (e.g.
Román et al., 2013). Debido a la acción combinada de estos procesos se logra
que las zonas costeras sean refertilizadas favoreciendo a la productividad
primaria (Bello et al., 2004), que son imprescindibles para el entorno regional,
ya que sustenta uno de los ecosistemas marinos más productivos del mundo y
una gran cantidad de recursos pesqueros (e.g. Rutllant & Montecino, 2002;
Yuras et al., 2005; Garreaud & Falvey, 2009) como lo son las especies de
anchovetas, sardinas, atún, entre otros, que representan la base alimenticia y
uno de los pilares en la economía de Chile costero.

1. Resumen de la circulación costera

La costa subtropical (25° -35° S) está bajo la influencia del anticiclón del Pacífico SE,
lo que da lugar a vientos del sur de bajo nivel muy persistentes durante todo el año
(Figuras 1(a) y 2(a)). Como la costa está orientada aproximadamente de norte a sur, y
el centro del anticiclón está a unos 1.000 km al oeste del continente, el campo de
vientos de superficie fuerza el afloramiento de aguas frías a lo largo de la costa (debido
al transporte de Ekman) y más lejos de la costa (debido al bombeo de Ekman) (por
ejemplo, Shaffer et al., 1999). Las aguas frías a lo largo de la costa también
contribuyen a la formación de una intensa inversión de la temperatura del aire con su
base en ∼600 m, tapando la capa límite marina fría (MBL); (Gar- reaud y Mun˜oz,
2005). La prevalencia de los vientos del sur disminuye hacia el polo a lo largo de la
costa debido al paso de sistemas meteorológicos de latitudes medias. A 40° S (el límite
sur de nuestra región de estudio) los vientos medios mensuales del sur se restringen al
verano austral.
Los campos de viento diarios suelen mostrar un chorro meridional elongado frente a la
costa subtropical, donde la velocidad del viento de superficie puede alcanzar hasta 15
ms-1 (el doble de la media climatológica). media climatológica). El núcleo del chorro se
sitúa en la parte superior del MBL, tiene una escala transversal a la costa de unos 300
km y su eje está a unos 100 km de la costa (GM05). Los chorros costeros se observan
alrededor del 60% del tiempo durante la primavera y el verano austral, agrupados en
eventos que duran entre 3 y 7 días, y generalmente causan un marcado enfriamiento
de la superficie del mar (Renault et al., 2007). Dado que los eventos de chorro se
producen con frecuencia y con una posición recurrente de septiembre a febrero, las
medias mensuales a largo plazo también muestran una estructura de chorro costero
(Figura 1(a)). Durante el otoño y el invierno, los chorros se observan con menos
frecuencia (30% del tiempo) y se interrumpen por períodos de vientos del sur muy
débiles o incluso del norte. De forma sistemática, las medias mensuales a largo plazo
de marzo a agosto sólo insinúan una estructura de chorro costero (Figura 2(a)).
La aparición de un chorro del sur está relacionada con el paso de un anticiclón de
superficie en latitudes medias que produce un gradiente de presión norte-sur a lo largo
de la costa (Mun˜oz y Garreaud, 2005). El terreno costero, muy abrupto, impide el
desarrollo de un flujo de bajo nivel hacia el este (cross-shore) que equilibraría
geostróficamente este gradiente de presión. En su lugar, el flujo meridional se acelera
hasta que la fricción turbulenta en el MBL equilibra la fuerza del gradiente de presión.
Los cambios en el gradiente de presión meridional explican más del 80% de la
variabilidad diaria de la velocidad del viento en superficie frente a la costa (Mun˜oz y
Gar- reaud, 2005). La relación ageostrófica también es válida a escalas de tiempo
intraestacionales e intera nuales, como sugiere el gráfico de dispersión (Figura 3)
entre los valores medios mensuales de Ws en 33° S-74° W y la diferencia de SLP entre
38° y 28° S a lo largo de 74 W (SLPy). Considerando los valores medios mensuales de
noviembre a febrero, existe una correlación significativa (r = 0,67) entre estas
variables, con una pendiente de línea ajustada de ∂Ws/∂SLPy ∼1 m.s-1/hPa.

2. Vientos costeros en los MCG acoplados

En primavera y verano (Figura 4(a)) los modelos también muestran una región de
velocidad máxima del viento dominada por la componente meridional frente al centro
de Chile, pero generalmente más débil que el chorro costero revelado por los datos de
QuikScat.

Los vientos superficiales futuros (A2) menos los actuales (20C) se muestran en la
Figura 4(b). En todos los modelos, ∆(Us, Vs) muestra una anomalía anticiclónica sobre
el Pacífico SE, justo al sur del anticiclón climático actual, que conduce a un aumento de
la velocidad del viento en superficie a lo largo de una banda casi zonal en latitudes
subtropicales. Los modelos también muestran un distintivo máximo local de cambio de
velocidad del viento frente a la costa de Chile central (∆Ws ~ 1 ms-1), producido en
gran medida por el aumento del flujo del sur (a lo largo de la costa). En otoño-
invierno, el patrón general de la diferencia de viento es similar, pero tanto la banda
oceánica como la zona costera de máximo ∆Ws se desplazan unos grados hacia el
norte. Los patrones espaciales de ∆Ws y ∆Vs son muy similares cuando se considera el
B2, pero con una amplitud de aproximadamente un 25% menos que sus homólogos en
el A2, lo que resulta intrigante si se tienen en cuenta las importantes diferencias en las
concentraciones de CO2 de estos dos escenarios (No mostradas).
Para interpretar el aumento del viento costero en el clima futuro, examinemos los
cambios a gran escala de la SLP sobre el hemisferio sur (SH). La figura 4(b) muestra
también la diferencia en la SLP media estacional de varios modelos entre A2 y 20C.
Una señal particularmente fuerte y consistente entre los modelos es un aumento de la
SLP a lo largo del flanco hacia el polo de los anticiclones subtropicales y una
disminución en latitudes más altas (por ejemplo, Meehl et al., 2007b). Este patrón de
∆SLP es evidente en todas las estaciones (con pequeñas diferencias en la posición del
mayor ∆SLP), y se ha relacionado tanto con una expansión de la circulación de Hadley
(Lu et al., 2007) como con un desplazamiento hacia el polo de la trayectoria de la
tormenta SH (Yin, 2005; Bengtsson et al., 2006). De especial relevancia para nuestro
estudio son los cambios sobre el límite oriental del Pacífico sur (por ejemplo, ∆SLP a lo
largo de 80° W). En todos los modelos, la diferencia es mayor (~ 2,5 hPa) en torno a
45° S y desaparece al norte de 25° S, lo que conduce a un aumento del gradiente de
presión meridional (SLPy) a lo largo de gran parte de la costa occidental subtropical de
Sudamérica. El aumento se produce donde la SLPy es débil en el clima actual, y por lo
tanto, daría lugar a vientos del sur más fuertes debido al equilibrio ageostrófico que
prevalece a lo largo de la costa. Por ejemplo, durante la primavera/verano, la relación
observada entre el gradiente de presión meridional y la velocidad del viento en
superficie establecida a escalas de tiempo interanuales (Figura 3), el cambio
proyectado en la SLPy sugiere ∆Ws ∼1 ms-1 frente a del centro de Chile, muy de
acuerdo con los cambios inferidos a partir del examen directo de los vientos del MCG.

3. Vientos costeros en el modelo climático regional PRECIS

3.1. Condiciones actuales

Durante la "estación del chorro", los vientos costeros del sur se extienden hasta 42° S,
tanto en las observaciones como en la simulación R20C. El campo de viento medio
estacional simulado muestra una estructura de chorro costera (delimitada por la
isotaca de 6,5 ms-1) con una intensidad, posición y extensión espacial muy similares a
las de las observaciones. Durante el otoño y el invierno, los vientos costeros del sur
simulados se debilitan, no forman un chorro costero y se limitan al norte de 36° S, de
acuerdo con las observaciones. Para seguir comparando las medias mensuales a largo
plazo
La desviación estándar estacional de los Vs diarios simulados es relativamente
modesta (2 ms-1) en el norte de Chile y aumenta (6 ms-1) más al sur, similar al
patrón derivado de las observaciones de QuikScat (no mostrado). En la GM05, los días
de chorro costero se identificaron objetivamente mediante un análisis de cluster
aplicado al campo de velocidad del viento. Resultó que casi todos los días en los que
10 ms-1 ≤ Vs a lo largo de la costa subtropical estaban asociados a eventos de chorro
fuerte. En este trabajo no hemos realizado un análisis de cluster, pero la Figura 6
muestra los histogramas de Vs diarios en 33° S-74° W tanto para QuikScat como para
R20C durante la primavera y el invierno. En ambas estaciones, las distribuciones de
frecuencia son muy similares, y ambas sugieren que los chorros fuertes están
presentes alrededor del 20% (10%) de los días durante la primavera (invierno).

3.2. Condiciones Futuras

Los vientos superficiales medios de primavera/verano para la simulación RA2 se


muestran en la Figura 1(c), y sus diferencias con R20C se muestran en la Figura 1(d);
los campos de otoño/invierno se muestran en la Figura 2(c - d) Consistente con los
resultados de los MCGs, los campos futuros de PRECIS muestran un giro de la
circulación anticiclónica sobre el Pacífico SE en el futuro y un aumento de la velocidad
del viento en superficie (∆Ws ~ 1 ms-1) en latitudes subtropicales en todas las
estaciones. En la zona costera, el aumento proyectado de la velocidad del viento es
producido en gran parte por vientos del sur más fuertes frente a Chile central (sur)
durante el otoño/invierno (primavera/verano).

El clima futuro no sólo exhibe una mayor afluencia a lo largo de la costa subtropical,
sino que la región favorable a la afluencia se extiende más al sur o, alternativamente,
hay una estación favorable a la afluencia prolongada en latitudes meridionales. La
perspectiva espacial se presenta en la figura 5, donde se representa la media mensual
de ϕ0 para cada simulación. El límite hacia el polo de los sudeste alcanza su posición
más meridional (46° S) en diciembre/enero en todos los casos. En las condiciones
actuales, el desplazamiento hacia el ecuador de ϕ0 comienza en marzo, alcanzando los
36° S en junio. En la simulación RA2, el desplazamiento hacia el ecuador de ϕ0 se
retrasa hasta abril y es más gradual, y ϕ0 no alcanza los 38° S hasta junio. La
migración primaveral de ϕ0 hacia el sur de Chile en RA2 también se produce antes que
en R20C, de modo que ∆ϕ0 ~4° ~450 km alrededor de abril y septiembre. La
perspectiva temporal se por- traza en la Figura 7(a) mediante la serie temporal de Vs
en un punto costero del sur de Chile (39° S-75° W). La temporada de afloramiento (Vs
> 0) es unos 2 meses más larga en la RA2 en comparación con la R20C debido a un
inicio más temprano y una desaparición más tardía. En la Figura 7(a) también se
aprecia un fortalecimiento de los vientos del sur evidente, con el mayor ∆Vs ~ 1,5 ms-
1 en el punto álgido del verano. Utilizamos una prueba t de Student de una cola para
medir ∆Vs, cuyo resultado es estadísticamente diferente de 0 al nivel del 95% desde
septiembre hasta febrero en esta localidad del sur.
Volvamos nuestra atención al centro-norte de Chile. La figura 7(b) muestra la serie
temporal de Vs en 33° S-73° W. Aquí, ∆Vs > 0 es estadísticamente significativo de
abril a noviembre y es mayor en pleno invierno (2 ms-1).
Considerando Vs ≥ 6 ms-1 como indicativo de las condiciones del chorro, la estación
del chorro en latitudes subtropicales también se extenderá durante unos dos meses
más en RA2. Para visualizar el chorro "medio", en la Figura 8 se muestra el área
delimitada por Vs = 6 ms-1. En el futuro (tanto en RA2 como en RB2), el chorro medio
prevalece durante todo el año, aunque es menor en invierno, en contraste con las
condiciones actuales en las que el chorro está ausente en otoño/invierno. Obsérvese
que en diciembre, enero, febrero y marzo el chorro medio cubre aproximadamente la
misma área y tiene la misma intensidad en R20C, RA2 y RB2 (Figuras 7(b) y 8(d- e)).
La nivelación de ∆Vs en el punto álgido de la "estación del chorro" podría estar
parcialmente asociada a la naturaleza dinámica del chorro costero en el que el
gradiente de presión meridional está equilibrado por la fuerza de fricción,
aproximadamente proporcional a Vs.
El incremento de Vs frente a la costa subtropical durante el invierno/primavera está
relacionado con cambios en la distribución y variabilidad de los valores diarios,
parcialmente ilustrados por los histogramas de Vs en 33° S-74° W (Figura 6). Durante
la primavera, la distribución de RA2 se desplaza hacia la derecha de la distribución de
R20C, por lo que la frecuencia de los días de chorro fuerte (Vs > 10 ms-1) aumenta
hasta un 33% (20% en R20C) a a expensas de una reducción de los días de flujo del
norte. En el futuro Los eventos de chorro futuros se alargan (normalmente entre 7 y
15 días) pero no son más intensos que los actuales. En invierno, la distribución RA2
muestra una reducción significativa de los días en los que Vs < 0 con respecto a R20C,
pero sin un aumento importante de la frecuencia de los eventos de chorro, consistente
con una marcada reducción de la desviación estándar diaria de Vs observada en esta
estación.
4. Discusión

El patrón geográfico del cambio proyectado de la temperatura del aire en superficie


(Figura 9) muestra un área de calentamiento mínimo sobre el océano meridional que
se extiende a lo largo de la costa occidental de América del Sur - hasta el 20° S - e
incluso se intensifica hacia el oeste sobre el Pacífico SE. calentamiento sobre el océano
austral que se extiende a lo largo de la costa occidental de América del Sur -hasta el
20 S- e incluso se intensifica hacia el oeste sobre el Pacífico SE. Considerando el
periodo 2071- 2100 bajo el escenario A2, el calentamiento medio en superficie de los
modelos múltiples CMIP3 es de 3,5 ± 0,45° C para todo el globo, pero sólo de 1± 0,1°
C para el océano austral y partes del Pacífico SE (Figura 9, véase también Meehl et al.,
2007b). El calentamiento en la zona central de Chile es tres veces menor que su
contraparte en el continente sudamericano adyacente, lo que refleja en parte la inercia
térmica relativamente alta del océano, pero sigue siendo dos veces menor que el
calentamiento medio en las zonas oceánicas a la misma latitud, lo que sugiere la
acción de un mecanismo a escala regional. Nuestra hipótesis es que dicho mecanismo
podría implicar un enfriamiento de la TSM impulsado por el viento a lo largo de la costa
chilena y la posterior propagación de las aguas frías a través de la advección horizontal
cerca de la superficie.

El fortalecimiento previsto de los vientos del sur a lo largo de la costa puede modificar
el balance energético de la capa mixta oceánica de varias maneras. En primer lugar,
los vientos más fuertes aumentarán el flujo de calor latente (LHF), un término
importante del balance frente a la zona central de Chile (por ejemplo, Yu y Weller,
2007). Los resultados del PRECIS también sugieren un futuro aumento de la radiación
neta de onda corta (de 207 a 220 Wm-2), consistente con condiciones menos nubladas
durante los eventos de chorro (GM05), que combinado con el ∆LHF y cambios menores
en el flujo de calor sensible y la radiación de onda larga, lleva a una reducción del 50%
de la energía neta en el océano.

El efecto de los fuertes vientos costeros del sur sobre la advección y la difusión dentro
de la capa mixta es más difícil de evaluar
Sin embargo, el aumento del transporte de Ekman y del bombeo de Ekman, en
respuesta a los fuertes vientos del sur, probablemente probablemente conduzca a un
enfriamiento adicional en superficie, dada la marcada estratificación y la capa mixta
poco profunda del Pacífico SE subtropical.

Una estimación alternativa y preliminar de los cambios impulsados por el viento puede
obtenerse utilizando información histórica. La figura 10 muestra el diagrama de
dispersión entre los promedios de septiembre-octubre-noviembre del viento meridional
y la TSM frente a la zona central de Chile para el período 1958-2002. Indica que las
variaciones interanuales del viento local explican aproximadamente el 50% de la
varianza de la TSM (no tenemos razones para esperar un control de la TSM sobre los
vientos locales en esta escala temporal).

La relación lineal observada (∂SST/∂Vs -0,5° C/ms-1) y el aumento previsto de los


vientos costeros (∆Vs ~ 1,5 ms-1) implican ∆SST ~ - 0,7° C. Este valor coincide
aproximadamente con anomalía de enfriamiento del Pacífico SE con respecto al resto
de los océanos subtropicales.
5. Conclusiones

- La velocidad del viento cerca de la costa en el escenario A2 aumentará ~1 ms-1 ( 15%) con
respecto a las condiciones actuales. Esta señal es muy consistente entre los MCG, se
produce a lo largo de todo el año y se debe en gran medida a un fortalecimiento de los
vientos costeros del sur.Los patrones estacionales de cambio de los vientos costeros son
muy similares cuando se considera el B2, pero con amplitudes alrededor de un 25%
menores que sus homólogos del A2.
- Los MCG coinciden en un marcado aumento de la SLP (2 a 3 hPa) en las latitudes medias
en gran parte de los océanos en el SH. Por el contrario, la SLP no cambia
significativamente en las latitudes subtropicales, produciendo así un gradiente de presión
meridional mejorado que favorece el fortalecimiento del chorro costero de bajo nivel.
- La simulación de alta resolución PRECIS-RCM del siglo XX fue capaz de capturar la
variabilidad estacional y sinóptica de los vientos costeros frente a la zona subtropical
occidental de Sudamérica, incluyendo una representación precisa de la estacionalidad,
frecuencia y estructura de los eventos del chorro costero.
- Los resultados del PRECIS confirman el fortalecimiento de la velocidad del viento costero
y permiten una evaluación más detallada de los cambios. Durante la primavera y el verano,
los mayores incrementos del viento meridional se producen entre 37° S y 41° S, justo al sur
del chorro costero estacional. Durante el otoño y el invierno, el fortalecimiento de los
vientos del sur se produce en latitudes subtropicales, manteniendo un chorro estacional
durante todo el año. Frente al sur de Chile, (alrededor de 40° S) la estación favorable al
afloramiento es unos dos meses más larga en el futuro. Los futuros eventos de chorro
costero durante la primavera son más frecuentes y duran más que los actuales.
- Los vientos más fuertes conducen a un enfriamiento de la TSM a lo largo de la costa
chilena debido a un aumento de los flujos superficiales y, probablemente, a un afloramiento
más activo. Las aguas frías pueden extenderse hacia la costa a través de la advección
horizontal cerca de la superficie y una mayor actividad de los remolinos oceánicos. Los
MCG acoplados a la CMIP3 ya indican un enfriamiento regional en un contexto de
calentamiento global, pero se necesitan simulaciones RCM acopladas para captar el
verdadero impacto del aumento de los vientos del sur en la TSM.
____ Futuro
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