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EL ICEBERG DE LA VIOLENCIA

Es muy común que se entienda por violencia solo las agresiones físicas y ese es gran parte del problema, porque se normaliza el
resto. Se aceptan como normales y admisibles acciones hostiles que dándose como un gota a gota pueden tener más capacidad de
destrucción que la propia violencia física. Así funciona el acoso por ejemplo. El iceberg de la violencia presenta muchas acciones hostiles
que son consideradas violencia y, por tanto, son inadmisibles en nuestra sociedad.
Al intervenir con mujeres víctimas de violencia de género, deben abordarse tres pilares fundamentales,
responsables de la duración de esta problemática en el tiempo: la sobrecarga, la desvalorización y la culpa.

 La sobrecarga que es dada desde la niñez, haciendo posible la adaptación a situaciones cotidianas que están
por encima de las posibilidades de la niña por edad, madurez, recursos emocionales, materiales, etc., que las
lleva a soportar condiciones de vida poco saludables luego en la adultez.
 La desvalorización viene dada por una educación que premia a la mujer por estar pendiente de la valoración
externa de sus acciones, inclinadas a la obediencia y satisfacción de los deseos de otros como condición para
ser reconocidas y aceptadas.
 Es común en la niña y luego en la mujer que cuando los deseos, sueños o intereses se interponen con las
obligaciones familiares y domésticas, antes de soportar el sentirnos en deuda con nuestros entornos
preferimos renunciar a todo ello. Se produce la renuncia de aquello que se anhela suponiendo que eso va a
ser garantía de la tranquilidad y el amor de la familia.
Para poder intervenir sobre estos tres factores, es importante no dejar atrás aquellas pautas de prevención que
pueden evitar que estos tres pilares se cronifiquen. Para ello os dejamos el enlace a nuestro post anterior
“Como prevenir la violencia de género” .

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